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una comida al aire libre.
Sus construcciones hechas a base de piedra y lodo, así como sus calles empedradas, hacen de este bonito pueblo un sitio ideal para quienes desean pasar un momento de esparcimiento, con una caminata y un desayuno al aire libre.
UN POCO DE HISTORIA
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En 1583, en el Mesquitique, Fray Diego de la Magdalena congregó a naturales huachichiles. Entre estos llegó uno llamado Cualiname o Gualiname, el cual llamó su atención al traer en la pintura de su cara trazos dorados. El fraile le preguntó dónde había obtenido dicho pigmento. El natural le hizo entender que al oriente de su localización se encontraba mucho de aquel polvo.
Fray Diego de la Magdalena comunica su descubrimiento a Fray Francisco Franco, éste a su vez al Capitán Miguel Caldera, quien tomó posesión del lugar.
El Capitán Miguel Caldera envió a catear el lugar a Gregorio de León, Juan de la Torre y Pedro de Anda. Este último hizo bautizar el lugar como San Pedro del Potosí, en honor
¿QUÉ HACER?
> Toma fotografías de las ruinas de las construcciones y de las figuras de mineros creadas a partir de metales reciclados.
> Hazte una fotografía a bordo del carrito de minería.
> Conoce la Iglesia de San Nicolás de Tolentino, patrono de los mineros.
> Visita el pequeño museo “Cósmico” en el que se exhiben objetos extraños que se han encontrado en el pueblo.
al santo de su nombre y en memoria de las famosas minas del Potosí en el Alto Perú, hoy Bolivia.
En el cerro y sus alrededores se encontró oro y plata, pero no había agua suficiente. La ubicación más cercana estaba hacia el poniente, en una región dominada aún por varias tribus chichimecas, en el área donde posteriormente se asentaría la ciudad de San Luis Potosí.
UN BELLO LUGAR
Visitar este bello poblado vale la pena por su historia, entorno y tran- quilidad; cuenta con ruinas, templos y sus muchos parajes para recorrer. Se encuentra ubicados a tan sólo 20 kilómetros de la capital, por una terracería. Existe un pequeño museo minero y muchas ruinas para fotografiar.
Para los ciclistas de montaña, las múltiples veredas se han convertido en un gran pasatiempo. También para quienes gustan de caminar y escalar cerros. El acceso a los socavones de las minas está restringido, en parte por los peligros que representan.