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EQUILIBRIO ZEN. Espléndidos espacios interiores y
from Ikkjqjj1
E Q U I L I B R I O
Una excepcional composición geométrica llena de luz y espléndidos espacios, con un despejado exterior. Es el hilo argumental de esta casa en Bélgica, de la artista Sophie Cauvin y rubricada por el arquitecto Marc Corbiau.
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ZEN
Una gran lámina de agua rectangular y una escultura plana en madera que evoca las antiguas monedas zen son dos de los rasgos singulares que definen el paisajismo firmado por Piet Blanckaert.
Composición geométrica. Articulada en grandes volúmenes abiertos, esta vivienda se alza envuelta en piedra de Vals. Una cuarcita azul grisácea con destellos dorados traída desde Suiza, que le da vida y donde las muescas labradas sobre ella le aportan una fuerza excepcional. El romántico exterior, diseñado por el paisajista belga Piet Blanckaert, se dibuja entre la piedra de grava del camino y magníficos árboles centenarios. La luz del día que inunda esta vivienda, se filtra por los grandes ventanales panorámicos, que permiten una fluida comunicación entre el exterior y el interior.
ARTE EN EL CONTINENTE Y EN EL CONTENIDO. ¿EL SÚMMUM? UN PAISAJISMO EXQUISITO
SOPHIE CAUVIN MATERIA SENSIBLE Pintora y escultora, esta artista belga estudió en la Real Academia de Bellas Artes, en Bruselas. Reconocida por el uso de materiales naturales en sus obras, como arena, tierra o ceniza, ha participado en numerosas exposiciones personales y colectivas en países como Estados Unidos, Líbano, Bélgica o Francia y ha recibido diferentes premios a su trayectoria como el de la Fundación Doutrelon de Try y el Allaux Bahès.
uando Sophie Cauvin decidió construir su casa, puso sus ojos en Marc Corbiau, un arquitecto belga que trabaja con maestría la piedra y la convierte en el nexo de referencia de sus diseños. Un material querido y muy cercano a la propietaria, que ella utiliza en sus obras como un elemento clave. El proyecto, que muestra la ineludible firma de este profesional, es una composición geométrica de volúmenes abiertos y densos que se unen de forma armoniosa, y revestido de piedra de Vals, una cuarcita suiza de tonos azulados y destellos metálicos. Un material convertido en protagonista de muchas viviendas, donde prima el diseño contemporáneo y la simplicidad de las formas.
En el exterior y en algunas zonas interiores, esta piedra se trabajó con ligeras hendiduras de un centímetro, con el reto de aportar fuerza al conjunto. Una fuerza que se intensifica de la mano de grandes ventanas panorámicas que recorren toda la fachada y que filtran la luz hasta el último rincón. La fortaleza del exterior se transmite hacia el interior donde los grandes espacios abiertos son los protagonistas. Aquí, el arquitecto tuvo el encargo de dividir la vivienda en dos volúmenes paralelos: la casa y el taller de Sophie. En la zona más privada, el salón se convirtió en el punto de partida hacia el resto de las estancias. Junto a él se definió una sala-museo, donde la artista guarda algunas de sus obras, que sirve de nexo de unión con el taller, un lugar luminoso, en el que reflexionar y crear en paz. Esta vivienda, concebida como un conjunto de luz y espacio, se vuelca en el impresionante jardín zen que la rodea, firmado por el paisajista belga Piet Blanckaert. Una espléndida obra en la que todo gira en torno a un haya centenaria. Un árbol fundamental para la artista, visible desde gran parte de la casa. •
La entrada al estudio evoca el relax necesario para que aflore la creatividad. Un interior que deja ver sin reparo las piezas en las que trabaja Sophie Cauvin y que se muestran casi como un museo al aire libre.
UNA GRAN CAJA BLANCA QUE RESPIRA HACIA EL JARDÍN,
EL ESPACIO PERFECTO PARA CREAR Y REFLEXIONAR EN PAZ
Como un río de luz. La claridad se reparte por el estudio a través de grandes aberturas acristaladas en el techo y por los espectaculares ventanales laterales diseñados por Marc Corbiau. Junto a la pared, una estantería en forma de escalera, con pequeños recipientes, es el lugar idóneo para almacenar más de 500 minerales que Sophie Cauvin usa en sus obras, desde arena roja del desierto de Gobi hasta sedimentos recogidos en Petra. El excepcional jardín se divisa desde el estudio en toda su magnificiencia. A caballo entre el salón y el estudio se levanta una escultura firmada por la artista. Su forma circulary su tamaño XXL la convierte en protagonista. Frente a ella, una butaca vintage de piel pone el contrapunto.
Para decorar el salón , la artista eligió muebles de estilo escandinavo vintage , seleccionados por la diseñadora Bea Mombaers en diferentes mercadillos. El sofá de generosas medidas es el centro de la sala. Una pieza de diseño italiano firmada por Piero Lissoni para Living Dream.
La piedra de Vals, material de referencia en la estructura de la casa, es una vez más la protagonista de este espacio en el que encimeras, paredes y mobiliario giran en torno a ella. Un lugar donde todo se ajusta a una paleta de grises, hasta los electrodomésticos en acabado inoxidable.
La cocina, abierta al salón, muestra su imponente mesa , también de piedra, hecha a modo artesanal.
Las sillas de madera de nogal, modeloLWC , con respaldo y asiento curvo, son originales del diseñador Charles Eames.
Vestige es el nombre de las esculturas poliédricas de metal blanco que descansan sobre el suelo. Detrás, una pintura, “Espace Euclidien”, todas firmadas por Sophie Cauvin. Obras de la artista visten las paredes de esta vivienda y se agrupan en un espacio junto al estudio como una galería íntima y personal. Escultura metálica de trazos geométricos muy estilizada define parte de su trayectoria profesional, junto a otra, también suya, la poliédrica “Cosmologie Fractale” (2017). Jardín zen. El paisajista belga Piet Blanckaert creó un exterior de lo más inspirador, con árboles puntuales, caminos de gravilla y plantas dentro de arrietes.
Desde la planta de arriba, donde tienen su espacio las zonas más privadas de la casa, la vista general al jardín se mantiene como un nexo de unión con el estanque rectangular. Las terrazas acristaladas son la excusa perfecta para no obstaculizar una vista serena hacia el exterior. En el dormitorio principal, la sobriedad es la seña de referencia. Paredes de piedra que dan vida a un espacio minimalista en el que el mobiliario, de formas rectas y estructuras geométricas, conviven en perfecta asunción con la alfombra de pelo blanco, que suma una nota de calidez.
El baño volcado al exterior a través de un gran muro acristalado, se refleja en un interior de piedra monolítica, donde confluyen paramentos labrados a imagen de la fachada con otros pulidos, más sobrios. Todo el proyecto es de Marc Corbiau. El banco, de madera noble moldeada, adquiere una categoría casi de símbolo en este espacio exento de decoración.