Mucho después de entrar a la Tierra Prometida, los israelitas quisieron que los gobernara un rey. Saúl fue un rey desobediente a Dios. Y por eso Dios tuvo que escoger otro Rey. Ese Rey fue David, Él era el menor de los hijos de Jesé, y el profeta Samuel, inspirado por Dios, lo ungió para que fuera el nuevo rey...