Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y proclamando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo. Y se extendió su fama por toda Siria; y traían a El todos los que estaban enfermos, afectados con diversas enfermedades y dolores, endemoniados, epilépticos y paralíticos; y Él los sanaba (Mateo4:23-24), por esta razón los lideres religiosos lo odiaban y deseaban matarlo cuanto antes, pero no encontraban la oportunidad para hacerlo. Después de enseñar por tres años, un día Jesús envío a unos de sus discípulos que trajerán un asno joven, uno que nunca se había montado, y Él se sentó en éste. Cuando Él iba montado entrando a Jerusalén, una gran multitud empezó a regocijarse ruidosamente alabando a Dios diciendo diciendo: ¡BENDITO EL REY QUE VIENE EN EL NOMBRE DEL SEÑOR! ¡Paz en el cielo y gloria en las alturas!...