Sin importarle el peligro, un hombre cruza mares y montañas, siempre rumbo a lugares extraños y remotos; frecuentemente hostiles. Su única obsesión es llevar el mansaje de Salvación a través de Jesucristo el Hijo de Dios, a los que viven sin Dios y sin esperanza. Pero ¿qué fuerza lo impulsa?
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