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Fertirriego en Maíz

El maíz es uno de los tres principales granos alrededor del mundo junto con el trigo y el arroz. Originario de México, es base de la dieta humana y animal. La población humana cada vez crece más y exige mayor cantidad de alimentos, de ahí la importancia de lograr una producción constantemente a la alza. Una de las principales tecnologías que permiten lograr una alta productividad en maíz es el fertirriego. En maíz, el fertirriego ha demostrado ser una tecnología eficiente y rentable, sobre todo en las regiones donde la disponibilidad de agua es limitada, logrando aprovecharla eficazmente e incrementando los rendimientos.

Requisitos previos.

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Análisis de suelo. Es importante

partir de un análisis de fertilidad del suelo para conocer la disponibilidad de nutrimentos que se tienen y tendrán disponibles a los largo del ciclo de cultivo. Otros parámetros que otorga un análisis son el pH, salinidad y sodicidad del suelo, que sirven para determinar si es necesaria una enmienda de yeso o cal agrícola, con el propósito de evitar problemas en el crecimiento del cultivo. A partir del análisis del suelo se determina un plan de mejora del suelo a largo plazo y se genera una aproximación al programa de fertilización en función de las necesidades del cultivo. También nos proporciona información para seleccionar los fertilizantes adecuados.

Figura 1. El fertirriego en maíz permite lograr una producción más sostenible.

Análisis químico de agua. Este

análisis es tan importante como el análisis de suelo, ya que el agua además de hidratar a la planta es el vehículo que nos ayuda a distribuir los nutrimentos al cultivo. Los principales aspectos que se evalúan en este análisis son el pH, conductividad eléctrica, alcalinidad (carbonatos y bicarbonatos) y contenido de nutrimentos.

A partir de estos parámetros se pueden determinar si es necesario el acondicionamiento del agua para evitar obturaciones de los emisores de riego. De igual forma, el contenido de nutrimentos en el agua se toma en cuenta en el programa de fertilización, llegando muchas veces a reducir considerablemente la dosis de algunos nutrimentos. Para mayor información sobre cómo interpretar un análisis de fertilidad de suelo y un análisis de agua se recomienda tomar el curso: Formulación de programas de fertilización.

Fenología del cultivo. Conocien-

do la fenología del maíz podemos planear las labores que se deben realizar en el cultivo. El desarrollo de la planta se divide en dos grandes etapas: vegetativa (V) y reproductiva (R), cada una de éstas se subdividen en otras más (Figura 2). Conocer las etapas de desarrollo del maíz y su duración permite calendarizar la fertilización a lo largo del ciclo y las etapas críticas del cultivo. Una de las metodologías que ayudan a predecir el momento en el que ocurren cada una de las etapas es el cálculo de los grados días de desarrollo (GDD). Para mayor información se recomienda escuchar la conferencia: Cómo crece y se nutre una planta de maíz.

Figura 2. Etapas fenológicas del maíz.

Nutrición

Absorción de nutrimentos. Los

nutrimentos más demandados por el maíz son nitrógeno y potasio, seguidos de fósforo, calcio, magnesio y azufre. Castellanos et al. (2019) afirman que la acumulación más grande de nutrimentos ocurre entre las etapas V12 y R1, con una tasa diaria de acumulación de 4.1 Kg de nitrógeno (N)/ha/día, 1.5 kg de fósforo (P2O5)/ha/día y 4.4 kg de potasio (K2O)/ha/día. La programación de la fertilización se hace en función de la curva de absorción de nutrimentos, proporcionando la cantidad necesaria en el momento adecuado para la máxima expresión del rendimiento.

Programa de fertilización. Las

cantidades de cada nutrimento se obtienen de la diferencia entre la necesidad del cultivo, según la meta de rendimiento, y el conte-

El maíz es uno de los tres principales granos alrededor del mundo junto con el trigo y el arroz.

nido de nutrimentos que aporta el suelo y el agua de riego. La cantidad resultante se multiplicará por la eficiencia con la que el cultivo aprovecha dicho nutrimento. El programa de fertirriego se fracciona de forma semanal procurando suministrar la cantidad que va requiriendo el cultivo según la curva de absorción del nutrimento hasta la etapa R4. En la siembra del cultivo se recomienda aportar un 15% de N, 45% de P2O5, 45% de K2O y 70% de magnesio de las necesidades totales.

Fuentes fertilizantes. Las prin-

cipales características a tener en cuenta al seleccionar las fuentes fertilizantes son: solubilidad, pureza, índice salino, índice de acidez, compatibilidad, disponibilidad, composición y precio. Al momento de hacer las soluciones madre que se inyectarán al sistema de riego es recomendable tener tres tanques. En el primer tanque se colocarán nitratos, cloruros y calcio; en el segundo tanque sulfatos y fosfatos y el tercer tanque se usará para disolver a los ácidos. Algunas de las fuentes fertilizantes empleadas en maíz son la urea, sulfato de amonio, fosfato monoamónico, cloruro de potasio, sulfato de magnesio, sulfato de potasio, sulfato de zinc, solubor, entre otros.

Monitoreo. El monitoreo nutrimental del cultivo permite ajustar el programa de fertirriego según el nivel de los nutrimentos contenidos en el tejido foliar del cultivo (Cuadro 2) y se puede llevar a cabo en cualquier etapa del cultivo. Este monitoreo se realiza a través de un análisis foliar realizado por un laboratorio. El órgano de muestreo para la mayoría de las etapas es la hoja más recientemente madura (hoja más joven con lígula formada); sin embargo, en las etapas V1, V2 y V3 se muestrea la planta completa descartando raíces y en la etapa de R1, la hoja que cubre al jilote.

Riego

Consumo hídrico. El consumo hí-

drico del cultivo está en función de factores climáticos y el desarrollo del cultivo. Existen distintos métodos para calcular las necesidades de agua del maíz, una de ellos es a través de modelos como el de Penman-Monteith; el cual considera la evapotranspiración (ETo) y el coeficiente de cultivo (Kc). Otro método más práctico es el uso de sensores de humedad como los tensiómetros que pueden emplearse en batería, uno a una profundidad de 0 a 15 cm y el otro de 15 a 30 cm. Las lecturas en los tensiómetros deben mantenerse entre los 10 a 20 centibares.

Sistema de riego. En maíz los sistemas de riego más comunes son por gravedad o rodado, aspersión y goteo; este último el más conveniente para la aplicación del fertirriego por su alta eficiencia de aplicación del agua.

Programa de riego. El día de la

siembra se aplica un riego pesado hasta llevar al suelo a capacidad de campo. Posteriormente, en el centro de México, se puede calendarizar el riego cada 7 días hasta la etapa V12. A partir de V12 hasta inicio de R6 se aplican riegos cada 3 días debido a que es donde ocurre la floración, crecimiento de la mazorca y llenado del grano. El número de riegos por semana se debe ajustar en función de las condiciones climáticas y la humedad del suelo.

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