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Transición del poder seccional

Tan pronto como el Consejo Nacional Electoral proclame los resultados y entregue credenciales a los candidatos ganadores para alcaldías, prefecturas y juntas parroquiales rurales, vendrá la transición del poder.

Incluso antes, según anuncian varios de los electos, entre ellos el de Cuenca, Cristian Zamora, comenzarán a pedir información y reunirse con quienes los sucederán.

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A quienes dejarán sus cargos a mediados de mayo próximo, la ley no les impide ejercerlos, como acostumbra a decirse, “hasta el último día de la gestión”.

La controversia suele surgir por varias resoluciones administrativas. Por ejemplo, dar nombramientos, de última hora, para ciertos empleados contratados; ampliarles el periodo aun cambiándolos de denominación o trasladándolos a las empresas municipales.

Lo más discutido suele ser la firma de contratos para la construcción de determinadas obras, y hasta la toma de decisiones comprometedoras a fin de librarse de eventuales responsabilidades.

El alcalde electo de Cuenca ha hecho pública la intención de firmar adendums al contrato para la instalación de radares, cuya terminación unilateral la recomendó la Comisión de Fiscalización de la Asamblea Nacional; y él, siendo concejal, fue uno de los principales denunciantes.

Lo sensato sería esperar. Aquel fue un tema de campaña electoral. Correspondería a la nueva administración tomar la mejor decisión, si bien aún no hay informe final de la Contraloría General del Estado.

Como también sensato, ético, sobre todo, sería abstenerse de firmar contratos, a lo mejor para salir con cierta aureola y consuelo ante la derrota política.

La transición debe ser transparente, en especial la financiera. Si es posible entre alcaldes, prefectos salientes y entrantes y sus respectivos equipos de trabajo.

Dejarla solo a expensa de delegados no da mayores resultados. Más bien es la antesala de posteriores quejas y justificaciones.

Caricatura Del D A

Relación tóxica

Incomparables

Ala par que en nuestro país comienza la batalla campal por la política luego de que el voto nulo ha triunfado, otra vez, como demostración de democracia fallida y narco estado, miramos horrorizados el terremoto del sur de Turquía y norte de Siria con más de veintiún mil muertos y una cifra indescriptible de víctimas, convertida en catástrofe humanitaria, no sólo por el seísmo sino por las consecuencias de la guerra, además del clima gélido que intensifica el desastre. Aquellos lugares donde nació la civilización son sacudidos en un apocalipsis sin parangón y entendemos la precariedad de los seres humanos, su invalidez ante el planeta. Mientras tanto, acá el folklorismo, los odios raciales, la ausencia de reflexión repletan las redes sociales y se intensifica el caos del populismo y la demagogia como forma de ser y hábitat del pueblo ecuatoriano. Así las cosas, únicamente, nos atrevemos a lamentar la situación de atraso e ignorancia

¿Y después qué?

Acabamos de tener un proceso electoral, mezcla de serio y absurdo. Serio, por cuanto llegó el tiempo de seleccionar alcaldes y prefectos, más CPCCS, un referendo y una consulta popular. Absurdo, por cuanto el elector está saturado de los errores del Ejecutivo y no podíamos esperar otro desenlace, además de la equivoca publicidad y lo complejo que resultó para el común de los mortales esa “montaña” de papeletas que crearon confusión y desconocimiento. ¿Qué se buscó con esta elección más allá del certificado de votación que exigen a los ecuatorianos en todo trámite legal? ¿Qué pensar de nuestra democracia, si el NULO supe- ra al voto de los ganadores? Esto refleja el hastío y la apatía que han generado los Políticos y métodos de hacer Política, con engaños y falacias; el pueblo es sencillo y sufre angustia por el hambre, desempleo, embeleco, delincuencia. Nadie se haría cargo de la soledad del Presidente, cuyo accionar resulta de difícil entendimiento para el pueblo, que se ha distanciado a punto de desconocerlo y no querer ningún contacto; dice haber recibido el pago que se merece por su abandono a las elementales necesidades de quienes lo confiaron la representación.

Hoy, merced a las redes sociales y comunicación formal, el pueblo tiene en bitácora, lo OFERTADO por los

Juan F. Castanier Muñoz

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