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¡Ya decidí mi voto!
Como hay que ser de espíritu democrático, pensar en la ciudad, ser responsable con el camino y el futuro; yo, ya decidí por quién votar.
Es sencillito. Se puede ir por perfil, propuestas o incluso por descarte. Cualquiera de los métodos sirve. Al final, lo que trasciende o es importante, es por quién se vota para alcalde de Cuenca.
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Usemos el método del descarte. Veamos. No se puede votar por un candidato recién aparecido o improvisado. Igualmente, no se debe votar por algún candidato que ofrezca obras fuera de su competencia como alcalde.
Sigamos. Se debe castigar en las urnas a quienes desconocen de la realidad de la ciudad y ofrecen cualquier idea populista con tal de obtener adeptos. Por ejemplo, no se puede votar por quien se dedica al insulto o a desprestigiar a otros candidatos. Es importante a la hora de votar, dejar a un lado a quien proponga ejecutar obras contrarias a un planificador o urbanista, quien sostenga que hay que destruir lo alcanzado o lo que es necesario para el crecimiento ordenado, en respeto al otro y con visión de gestor, antes que de agitador de masas.
De hecho, no se puede votar por quien tenga en su agenda la idea de llegar al poder político local solo por vanidad. Tampoco se puede votar por quien no tiene nada de experiencia en el sector público y en la gestión política seccional. Igualmente, no puede ser alcalde de la Ciudad quien tenga un espíritu de revancha y no le importe las consecuencias de sus actos.
No se puede votar por quien parezca simpático o simpática y a la hora de la hora, esconde sus verdaderas intenciones.
Sí se debe votar por una propuesta con experiencia, seriedad, madurez, sensatez, planificación, alejada al populismo, serena y humana, que entienda de las necesidades urgentes de Cuenca, y no busque únicamente ofrecer una idea indebida que le lleve a “encontrarse” la alcaldía.
Es necesario un alcalde con voz, con pasión y honestidad para Cuenca. Yo ya decidí. ¿Y usted?, (O) josechalcosalgado@gmail.com
Santiago León
Entre balas y votos
Las campañas para las elecciones seccionales han dejado terribles secuelas. Varios candidatos han sido víctimas de atentados. A otros, en cambio, se los ha involucrado con el narcotráfico o lavado de activos. Tristemente, las noticias de ataques a políticos, como ocurrían en México, ahora suceden en Ecuador.
Javier Pincay, quien participa para la alcaldía de Portoviejo, recibió varios disparos en medio de una caravana. Los asistentes indicaron que dos sujetos, a bordo de una moto, se mezclaron entre los simpatizantes y atentaron contra su vida.
Afortunadamente, fue referido a una casa de salud, en la que pudieron salvarlo. Ahora han atentado contra la sede de su movimiento político.
Quien no corrió con la misma suerte fue Julio César Farachio. El joven candidato, que postulaba para la alcaldía de Salinas, fue asesinado en un recorrido político. Luego de los hechos, la Policía Nacional montó un operativo y capturó al supuesto autor intelectual del homicidio. De acuerdo a las investigaciones la víctima habría recibido amenazas del detenido.
También el reconocido Frickson Erazo, exseleccionado nacional, y quien intenta llegar a la alcaldía de Esmeraldas, fue víctima de varios atentados. En uno de los hechos incineraron su camioneta y dispararon contra su vivienda.
Lamentablemente, un primo de Erazo fue asesinado al estilo sicariato. Sus familiares dijeron que estos actos son parte de la violencia política.
Ante estos acontecimientos, los políticos se han visto en la necesidad de contratar seguridad privada y limitar los eventos de concentración masiva. Sin duda, el Ecuador atraviesa una ola de violencia nunca antes registrada. Los ciudadanos clamamos que las autoridades controlen la inseguridad. Miles de familias ecuatorianas se han enlutado por esta causa. El narcotráfico y la política se juegan un intenso enfrentamiento. (O)
Editorial
Minería ilegal, una amenaza
El Consejo de Seguridad Pública y del Estado declaró a la minera ilegal como una amenaza para la seguridad del Estado, por tener vínculos directos con delitos como el lavado de activos, el narcotráfico y el tráfico de armas, además de causar daños ambientales.
Dichos vínculos aumentaron en los últimos lustros, ni se diga la destrucción, irreversible en varios casos, del medioambiente.
No es menos cierta su injerencia en la política. En la actual campaña electoral, tal como se denunció ante la Fiscalía, la minería ilegal financiaría campañas electorales de candidatos a alcaldes, prefectos y juntas parroquiales en varias jurisdicciones.
Las provincias cuyos territorios abarcan la declaratoria son Azuay, Morona Santiago, Zamora Chinchipe, El Oro, Esmeraldas, Loja y Sucumbíos.
En el caso del Azuay son identificables los lugares donde se practica aquel tipo de minería. Sígsig, Ponce Enríquez, por citar dos ejemplos.
Si finalmente no llegan a explotarse los proyectos Río Blanco y Loma Larga, suspendidos por demandas jurídicas y por los resultados de una consulta popular, podrían quedar a merced de la minería ilegal cuyo poder de penetración, de fuerza y hasta de camuflaje es conocido por todos.
El mapa de depredación ambiental por esta actividad es desalentador, sin contar los perjuicios económicos al Estado.
En contravía, organizaciones indígenas impedirán el ingreso del Ejército y la Policía a sus territorios para controlar, en caso de haberla, la minería depredadora, sin bien en los ancestrales, por decisión de autoridad constitucional, el Estado no puede tener presencia permanente.
La decisión del Gobierno de respaldar las concesiones mineras legales incrementa la oposición de organizaciones antimineras, fundamentadas en la Constitución y en otras leyes, si bien, salvo excepciones, no son bien explícitas al momento de referirse a la minería ilegal.
Encontrar un punto de equilibrio entre dos posiciones contrapuestas sería lo prudente. En ambos casos sin partir de extremismos.
Caricatura Del D A
Hijos feos
ANÁLISIS POLÍTICO
Marco Salamea Cordova