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Alausí: una tragedia
Un gran deslizamiento de tierra sepultó seis sectores de Alausí, provincia de Chimborazo, donde aún se mantiene una operación de rescate de víctimas.
La luz del sol dejó ver la magnitud de una tragedia anunciada. Un alud sepultó la noche del domingo al menos un centenar de viviendas de seis sectores del cantón Alausí, provincia de Chimborazo.
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Ayer, la zona amaneció resguardada por una gran cantidad de policías y militares que custodian las labores de bomberos y familiares de las víctimas que a pesar de los riesgos escarban entre la tierra para encontrar alguna señal de vida de sus seres queridos.
Desde la parte alta se observa como un manto de tierra cubrió gran parte de los barrios Nuevo Alausí, Control Norte, Pircapamba y Nueva Esperanza, además de las comunidades Aypud y Casual.
Los familiares de las víctimas llegaron con palas y picos en su manos para buscar entre los escombros. Los padres, hermanos, sobrinos incluso con niños en sus espaldas gritaban los nombres de sus parientes desaparecidos. Asimismo, pedían con lágrimas en sus ojos ayuda a los rescatistas que llegaron de diferentes partes del país como: Cuenca, Quito, Riobamba y otras ciudades.
Los voluntarios de los organismos de socorro delimitaron con cintas de peligro las zonas en medio del derrumbe donde creían que estaban las casas enterradas con la posibilidad de encontrar sobrevivientes. Se utilizaron canes adiestrados en búsqueda para detectar algún indicio. Las personas que pudieron salvarse de la tra gedia -porque sus bienes se ubicaron a pocos metros del pie del deslizamiento- regresaban por unos minutos a sus hogares. La intención era retirar algo de sus pertenencias porque temen que se genere un segundo derrumbe que cubra toda la zona.
UN DESLIZAMIENTO casas y dejó un número aún indeterminado de muertos. La población cuestiona a las autoridades porque ya se advirtió el problema.
Angustia
“Lo vi ayer (domingo) alrededor de las 18:30, y hoy estoy desesperada por encontrar sus restos. Él estaba en su pequeña casa de adobe descansando cuando la tierra se vino abajo”. Esas fueron las palabras de María Chicaiza, quien buscaba a su exesposo entre los restos del desastre. Se preveía que la hija que ambos procrearon llegue con el transcurso de las horas desde Quito. Ella tomó un autobús en una de las terminales terrestres de la capital para dirigirse a su tierra natal y buscar a su progenitor.