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Un “Angelito” en Pindal
Para comenzar: en un año no muy lejano, en cierto lugar de la ciudad, a un profesional del área técnica, mientras tomaba un tinto con sus colegas, le escuché decir:
_ No se hagan bolas ni los giles: si un alcalde o un prefecto te dan un contrato, no importa el monto, aunque mientras más alto, mejor, no necesitas que te lo digan, ni esperes a que uno de sus cepillos te lo recuerden, simplemente debes darles el 10 % del contrato, aunque a veces es hasta el 15 %. Esto se ha hecho toda la vida.
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_ ¿Y qué pasa si no se da?
_ ¡Ah, voz también! Corres el riesgo de nunca más volver a tener un contrato. Y es el fiscalizador el que comienza a joderte, a buscarte las siete patas al gato. Hay tantas formas de molestarte, hasta que te rindas…
En este país, donde la corrupción aparece como política de Estado y hasta se le oye decir: “todo es cuestión de tiempo”, “ya falta poco”, algún aspirante a llevar su estandarte luego del 14 de mayo próximo cuando se posesione, sale a decir hasta cuánto le corresponderá por cada contrato. ¡Vaya sinvergüencería! ¿Cuántos de los alcaldes y prefectos pensarán igual?
El alcalde electo del cantón Pindal, provincia de Loja, Julio Guerrero, de Pachakutik para más señas, dijo: “Un contratista viene a poner USD 1 millón y no lo pone gratis. ¿Cuánto va a ganar por USD 1 millón? Tenga en cuenta que la Ley permite el 15 %, 20 %, 25 % que es legal, que en este caso el Alcalde lleve para él el 25 %, el 15 %, lo que ellos decidan para su bolsillo”.
¿Será que solo en este país se escuchen semejantes insultos a la moral; en el que robar o aspirará a robar los dineros públicos sea un asunto común y corriente?
Según el Barómetro de la Corrupción presentado en enero de 2023 por la Fundación Ciudadana y Desarrollo (FCD), los partidos políticos son para los ecuatorianos las agrupaciones o instancias más corruptas.
De acuerdo al estudio de la FDC, con la frase “no importa que robe, si hace obras”, uno de cada de tres ecuatorianos piensa eso. ¿A tan extremo ha llegado el “shorismo”?
Aún hay memoria para recordar eso de que cualquier coima “es un acuerdo entre privados”; o lo dicho por Marcelo Odebrecht: “Yo jamás corrompí a nadie en Ecuador…cuando los conocí, todos ellos, ya eran corruptos”; o lo expresado por la asambleísta Rosa Cerda, también de Pahakutik: “Si roban, roben bien, justifiquen bien”.
¿Y ahora qué hará el pueblo de Pindal con su “Angelito”, el alcalde Guerrero, ¿dispuesto a declararle la guerra a la ética? ¿Será que para eso dejó los hábitos? (O)
Mónica Banegas Cedillo
Lo político y lo jurídico
Lo político y lo jurídico se desarrollan en espacios interdependientes, estrechamente relacionados. La Constitución es una herramienta que permite resguardar los derechos y el debido proceso de los actores políticos bajo el principio de los pesos y contrapesos entre ejecutivo y legislativo. La política tiene actores encargados de representar las demandas ciudadanas e incluso sus propias demandas, en el claro desempeño de su rol de fiscalizador.
Sin embargo, sí en el espacio político se
Gerardo Maldonado Zeas quiere utilizar la norma predisponiendo el resultado, no va a suceder. Si, por el contrario, en lo jurídico se establecen caminos que no cuentan con el apoyo político, traducido en votos de los legisladores, tampoco sucederá. Ningún ejercicio del poder puede estar por fuera de la ley.
A lo largo de la historia hemos sido testigos de cómo lo jurídico ha sido superado por la fuerza política de los votos, puntualmente en la década de 1995 al 2005 respecto a los cambios de presidentes. Entonces, para ejercer el control político, tanto lo político y como lo jurídico, deben cuidar las formas y el fondo.
El actual juicio político como facultad fiscalizadora propuesto por la Asamblea Nacional en contra del Presidente Lasso, sin duda, estará en el debate por largo tiempo, como una de las instituciones previstas en la Constitución, en un Estado de Derecho, en el que la responsabilidad y el control de los gobernantes tiene una clara intención política que no puede obviar los caminos jurídicos. (O)
Twitter: @monicabanegasc
La hora final del desprestigio
unca se ha visto a una Asamblea Nacional (AN) hacer el ridículo de reunir 40 días a una Comisión Ocasional para entrevistar, solicitar información, revisar archivos y presentar un informe, finalmente aprobado por el Pleno con 104 votos, calificado por muchos como un mamotreto, y al fin no invocar los artículos correctos en la petición del juicio político al presidente Lasso. ¡Verdaderamente no hay causales!
En la AN hay abogados como ‘’baby” Torres cuyos disparos verbales tratan de convencer a los ecuatorianos que el serial de disparates escritos es simplemente “lapsus cálami” o error tipográfico. El desprestigio de la (AN) es tal, que solamente el 6% de los ecuatorianos les creen.
El correismo tiene una estrategia clara, ha puesto a mujeres asambleístas sin ninguna experiencia al frente de estos casos, para que con su nivel bajísimo de formación jurídica y política la sociedad les “compadezca” y deje pasar todas las barbaridades habladas y escritas. Los ponentes para el juicio, si la petición pasa los filtros de la Corte Constitucional, todavía no están seguros, pero suenan los nombres de Mireya Pazmiño, a quien le tiemblan los labios cuando habla y Rodrigo Fajardo asambleísta de Azuay que no ha dicho “esta boca es mía” por la provincia que le permitió acceder a una curul, pero en estos días se muestra “gallito” para la pelea.
A la hora que escribo este artículo de opinión, el CAL no atinaba cómo arreglar el problema, lo cual dilatará su tratamiento hasta la próxima semana. Los pasillos de la AN se llenan de asesores, cabilderos, y supuestos especialistas en materia constitucional y penal. Son en las horas de la noche cuando se les “refresca” el pensamiento a quienes ya han manifestado de frente su afán de destituir al presidente Lasso. Gracias a Saquicela, cuyo meta es ascen- der rápidamente en su carrera política antes de mayo 2023, todo es posible. El con su visión de “estadista” ha creado las comisiones ocasionales que la oposición correista, rebeldes y miembros de partidos políticos y empresas electorales que alcanzaron curules, han querido. Es agradecido con quienes, hurgando resquicios en la Ley orgánica de la función legislativa, hicieron los cambalaches para nombrarle presidente de la AN, y tener nueva mayoría en el CAL. Obsecuente a los intentos desestabilizadores contra Lasso, Saquicela es hoy el anti-héroe de la democracia ecuatoriana.
El Observatorio Ciudadano de Servicios Públicos recolectará firmas para la revocatoria del mandato de los asambleístas, cuya mayoría no ha hecha nada más que conspirar, dejando a un lado la fiscalización a entidades como el CNE, a la cual le pasaron por las galletas muchos goles en las elecciones pasadas. (O)