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¿Es sobre democracia o sobre

manto de la democracia llana. Sus dos motores han sido la impaciencia a los largos procesos, y la insensibilidad de las élites y los “expertos”. Los populismos, han ofrecido una democracia “que sirva”, es decir, “simple”, sin esas instituciones creadas por “los expertos”, que escuche “la voz del pueblo”, delegando las decisiones a los líderes elegidos. Resulta ser que, en esta visión, “la democracia acaba de llegar”. Por ejemplo, en la década de la Marea Rosa Latinoamericana, el apoyo popular a “la democracia” en el Latinobarómetro estuvo en sus niveles más altos (66% en 2010), impulsado (en mucho) por gobiernos populistas. En esos mismos años, la encuesta latinoamericana, registra la disminución de la percepción de que sólo se gobernaban para los poderosos. De hecho, en México, el apoyo popular a la democracia creció después de la llegada del gobierno populista y la percepción de que se gobierna sólo para los poderosos ha disminuido notablemente. ¿Hacia dónde nos lleva este análisis? A observar que, para una gran parte de los ciudadanos, esto es democracia, y para ellos, la democracia no está en riesgo, ni en un ocaso, ni en recesión, en cambio, la democracia “llega”, cuando el populismo arriba al poder.

Entonces esta impaciencia por resultados, este señalamiento de insensibilidad, nos llevan principalmente al escenario de la democracia sin derechos, es decir la democracia iliberal. Que es donde está germinando el populismo, donde el elegido democráticamente tiene potestad delegativa de la voluntad popular, de la soberanía del pueblo, sin esas “instituciones” de los poderosos, sin esos “procedimientos” que “tanto estorban y no dan resultados”. Esto implica un cambio de paradigma, porque implica comprender qué es democracia para unos y otros.

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Si comprendemos esto, podremos observar que cuando las fuerzas demócrata liberales, dicen “la democracia está en riesgo” o “salvar la democracia” tienen poco eco. Porque para una gran parte de los ciudadanos, la democracia significa algo distinto que la democracia liberal.

En realidad, el mensaje es interpretado por amplias capas sociales, como “mi democracia está en riesgo”, y para el populismo es muy fácil descalificarlo en una versión antagónica, “sus privilegios están en riesgo”, es más “al diablo sus instituciones”, si la democracia “acaba de llegar”. Esto nos sugiere que la dicotomía “Democracia vs Autoritarismo” y el discurso pro-democrático de los liberales, es un discurso operativa y electoralmen-

Conforme pasan los años y se tiene conciencia de lo que está ocurriendo en nuestro exterior, en automático, nuestro ente interior trata de advertirnos la necesidad de estar alerta a todo aquello que en apariencia parece bueno, pero no lo es, ya que hemos estado acostumbrados siempre a nadar a favor de la corriente, para que la misma nos lleve a un supuesto lugar de abundancia que resuelva todas nuestras necesidades, aunque no advertimos que aquella inmensidad de promesas y expectativas de mejora, se encuentra plagada de riesgos aún mayores que aquellos a los que nos enfrentamos o eludimos por una supuesta comodidad, por ser apáticos, o simplemente, por no ser señalados como personas negativas, pesimistas o contarios al pensamiento ideológico, que más que por necesidad, se encuentra de moda por casualidad.

Uno de los mayores riesgos a los que nos estamos enfrentando actualmente, es aquel, en el que de tanta diversidad específica, considerada discriminatoria, pone énfasis en aspectos como la discapacidad, la inequidad, la indefensión, la violación de los derechos, incluso, de aquellos que no requerían acentuarse hasta al grado de victimizar, aun cuando se es victimario y que han condicionado el hecho de que se ponga en duda nuestra calidad de seres humanos, misma que empieza a diluirse en las discusiones exacerbadas que no buscan el bienestar de las personas, sino el de los grupos políticos que luchan por el poder y la imposición de su ideas, de ahí que se avizore la posible creación, por decreto, de una nueva raza, de nombre aún por definir, pero, caracterizada por ser más violenta, más deshumanizada, con tendencia a la fragmentación social y promotora de la constitución de pequeñas comunidades separatistas que en un futuro no muy lejano necesitarán un territorio con autonomía, tanta, como para velar por su autodeterminación y asegurar su subsistencia.

Conforme pasan los años, los jóvenes ya no quieren saber más de la discusión de los viejos, de ahí que busquen vivir al día, fomentando el individualismo, y han desestimado el hecho de la responsabilidad de formar parte indiscutible de la viabilidad de la sociedad, manteniendo la integración con inclusión sin estigmatizar a los grupos que se dicen especiales y se sienten despojados de un derecho, que primero les exige respeto a los derechos fundamentales, para garantizar la coexistencia pacífica que garantice la estabilidad de una sociedad, que hoy más que nunca debe poner atención en la sustentabilidad de un planeta para poder tener un futuro que para ellos y las nuevas generaciones.

Para retomar el camino como agentes de cambio, para la creación de una nueva modalidad de vida, se requiere de recuperar los principios fundamentales que nos dieron un motivo para dejar el egoísmo personal y de grupo, y pensar en la comunión de las ideas que nos conduzcan con seguridad y confianza al bienestar social que nos distinga como hermanos.

Correo eleCtróniCo: enfoque sbC@hotmail Com te perdedor frente a las audiencias. ¿Por qué? porque para unos y para otros, los demócratas son ellos mismos y los autócratas son los de enfrente, entonces ante la opinión pública no hay claridad discursiva, puesto que cuando hablamos de democracia llanamente, en realidad hablamos de lo que se ajusta para cada quien, entonces no hay una línea definida.

¿Entonces todo está perdido? No, en absoluto. Hay otro eje, que los demócratas liberales, no están abordando de manera profunda y desde mi perspectiva, esto contribuye al empantanamiento populista: la lucha por las libertades y los derechos; es decir, la renovación del Liberalismo, después de que su versión extrema, el Neoliberalismo, volara por todos los aires con la Gran Recesión de 2008 (hace ya 15 años) y de que en otro extremo, las libertades fueran tomadas como autonomía personal egoísta a ultranza frente a la sociedad, es decir libertades sin responsabilidades.

Por curioso que parezca, tras años de discusión, la pandemia nos dejó un re encuadre sobre muchas prioridades del ser humano, que, de hecho, giran en torno a muchos principios del Liberalismo, como, por ejemplo, el papel del individuo en el mundo, los animales y medio ambiente que lo rodea, la discusión sobre el uso y goce de nuestro tiempo, sobre la igualdad y el acceso a pisos básicos dignos y condiciones de piso parejo para movernos hasta donde nos imaginemos; así como también sobre la solidaridad y el talento para atender males extraordinarios en tiempos extraordinarios.

El liberalismo, sigue aun en esa discusión, hoy no sabemos en qué acabará, sin embargo, está llamado a reagrupar su talento y a comprender que, para salvar la democracia liberal, antes hay que rescatar al liberalismo, incluso de sus propias versiones extremas, y discutir sobre él mucho más.

DEL EJERCICIO 2023-2028

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