Revista El Morador del Umbral - Septiembre 2021

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EL MORADOR DEL UMBRAL Revista Literaria

SEPTIEMBRE 2021

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SEGUNDO NÚMERO EL MORADOR DEL UMBRAL © Todos los derechos reservados – El Morador del Umbral Revista Literaria Tijuana, Baja California, México. SEPTIEMBRE 2021

Director Editorial: Antonio Lau Piña Editores: Zauriel A. Martínez Hernández Miguel Ángel Castelo Arteaga

https://www.facebook.com/ElMoradorDe lUmbral

Jorge Alberto Rascón Guevara Ilustración de Portada: https://moradordelumbral.wordpress.com/

Adrián Gómez

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CARTA EDITORIAL

Después de una larga espera, tenemos por fin la edición de septiembre del AGRADECIMIENTOS Morador del Umbral. En el presente número septiembre 2021 encontrarán textos de lo más diverso, pero, como siempre, con una calidad literaria que brilla CARTA EDITORIAL por sí misma. La labor de selección que se ha hecho en el presente número obedece a nuestros criterios usuales, textos con personalidad propia, sin miedo a la censura, o a utilizar la voz que se les dé la gana. En el mismo sentido, nuestro objetivo sigue siendo el mismo de siempre: dar un espacio a autores noveles que se mueren de ganas por compartir su talento en algún no-lugar que sea cool, fresco, con buenas vibras(?), y que huele a limón, como lo es nuestra caótica y anárquica revista. No tenemos mucho más que agregar, tal vez, simplemente que disfruten la revista y la compartan con sus amiguetes y sus enemigos, eeeequis. A partir de este momento le pertenece al lector. Esperamos sea de su agrado.

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Equipo editorial El Morador del Umbral 33

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AGRADECIMIENTOS

En primer lugar, agradecemos a nuestros colaboradores y lectores, ya que sin ellos no habría revista, así de sencillo. Gracias por confiar en nosotros. María RiveraAGRADECIMIENTOS En segundo lugar, agradecer a todo nuestro equipo editorial, que ha estado al pie del cañón en una labor que no es nada sencilla: leer, dictaminar y corregir decenas de textos. Esto, sin recibir ni un solo centavo por ello. Gracias a Zauriel Martínez, Miguel Castelo y Jorge Rascón por su trabajo. Cabe también agradecer a Adrián Gómez por permitirnos utilizar su fotografía como nuestra portada. Por último, a todas aquellas personas que nos ayuden en nuestra labor de difusión y promoción de nuestra anárquica y caótica revista. A todxs ellxs, gracias.

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Antonio Lau Piña, director editorial.

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ÍNDICE CARTA EDITORIAL .................................................................................................................... 2 AGRADECIMIENTOS ................................................................................................................. 2 SISENGENESIS POLIFÓNICO-FULL ÁLBUM Victor H. Orduña “Shamir ................................................................................................................. 2 ¿Por qué solo sueño? Darinel García.................................................................................................................................. 2 Ventisca Liliana Carmona............................................................................................................................... 2

2 poemas Rha-bel Pérez .................................................................................................................................. 2

Lumbricus Cesco Ram ...................................................................................................................................... 2 Instrucciones para cazar una bruja Daniel Cruz ..................................................................................................................................... 2 Caí en un rio por intentar salvar a una niña & Un tecato llamado Prometeo Alan Salazar .................................................................................................................................... 2 Yo leo fanfiction. Una apología por los trabajos transformativos Dulce “Luli” Silva ............................................................................................................................ 2 Escrito en una libreta & Narración Rosela Granados .............................................................................................................................. 2 Bovinos & Rolls-Royce Amaury Salvador ............................................................................................................................. 2 Nunca nadie me cree Salvador Montediablo ....................................................................................................................... 2 Soy parte de este árbol Iván Aparicio ................................................................................................................................... 2 Desmadrugadas en la casa del Pank Ana Laura Rendón ............................................................................................................................ 2 Mal augurio Adriana Rodríguez............................................................................................................................ 2

Nota del silencio y otros poemas Yuleisy Cruz Lezcano ....................................................................................................................... 2 Solo vine a echar desmadre Miguel Ángel Castelo ....................................................................................................................... 2 Si el infinito es bonito, las drogas son hermosas Armando Mota Pacheco .................................................................................................................... 2

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Victor H. Orduña “Shamir” (Tamaulipas, México)

SISENGENESIS POLIFÓNICO-FULL ÁLBUM Preludio (6:36 minutos) Armonía: IIm# V7 IIm# V7 Cm#

Cuello torcido para desafinar las materialidades. Útero cosmogónico por ese deslinde que colorea los espacios vacíos. Aquel riff suena lento, lento, len… to… len… tí… si… m…o… absurdamente lento, casi imperceptible, solo porque hay dos acordes disonantes enamorándose bajo la delgadez chelística de algún bobo ruido. Track 1: La síncopa de los mandriles (10:45 minutos) Intro: IM7- % II7- %- IIm7- IIb7IM7 % IIIm7- VI7(b9)- IIm7- V7(b9) A […] dominante contrapunto que modulas la médula de la

musical mandíbula […] Este hueso de tesituras atónicas. B ese miocardio de partituras convexas ese carnívoro beat que pulsa el ritmo asonante: ¡boogie boogie bum bum ba ba bum bum! Tuiri turu tum ti tum tu-ú. Se desdoblan las sangres mitológicas, se desdoblan en cuadrados circulares, se electoplasman las séptimas tensiones. A Partiturándose los amantes nicotínicos, malabareándose en la bruma del compás insinuante, como una pentatónica delirante, como un silbido deconstructivo como una conclusión sin concluir.

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Track 2: Sobre el sol de fa# (4:25 minutos) Armonía: IIm7 -V7 -Imaj7

al casino megahercio.

Positrón automático donde colisionan los mimeógrafos, donde los romances jamás descritos se va poligrafiando. Erupción eléctrica con guitarras antifónicas, atril destello de las artífices cantatas, micrófono arrullo del juglar infrarrojo como el cerrojo que arrojo en sus ojos y en espaldas metálicas del cosmos. [Scat] Improvisaciones r.e.m. con cruzadas mixolidias ascendentes oportunas tonalidades escalares para desprogramados oídos candentes de amplificaciones espirituales converjo, decibelando magnetófonas experiencias, pian piano sobre las sombras del sonido, melódica asonante interiorizando voces ven a hacerle tus desplantes

Track 3: Swing para la uva oxidada (7:20 minutos) Armonía: Im7 -Vm7 -IVm7 Im7 -Vm7 -IVm (add9) Wahb, wahb, wahb, wahbi, wahbií, whabií… la tétrada pretérita que formatea comandos de piano, aquí y ahora, allá o acá, fui y seremos, el futuro que está sonando, en singular se parafrasean los funkys grises violentados de meteoritos corcheas meditabundas bajando las escaleras con caras de soul, rompiendo la bocinas que despertaron de ultratumba. Wahb, wahb, wahb, wahbi, wahbií, whabií… Degenerado display de los entes con demoniaco delay. Yeah, weah, yeam, mister maniaco man. Wahb, wahb, wahb, wahbi, wahbií, whabií… Somos fusión azul, somos groove cava la calavera del capitán armónico, 7 7

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cava la calavera del capitán armónico, cava la calavera del capitán armónico, somos fusión azul, somos groove. [el paso mortal de un vampiro que se va desvaneciendo detrás del teatro, las luces oscuras que se van apagando lentamente hasta que un fantasma espectador enciende la pantalla desde su ataúd] Track 4: En el blues de la locura Armonía: C7 %%% F7%C7% G7 F7 C7 G7 La nena acentuada dialoga con la otra Sombra, como en una película serie B. Se le dibuja entre las comillas una vocal sexi, que va diciendo: "es tiempo de desatar las pieles". En el encuentro los cuervos danzan de lejos, pareciera que nadie los ve, es como en esos sueños apócrifos que se borronean en la tapa de un cuaderno, como esos rayones infantiles detrás del m i e d o. El flashback de las melancolías ELECTRIZA un solfeo insolente

tijereteando las síncopas sobre un sillón de c.a.r.bono. Na die sabrá donde quedarán nuestros huesos, enamorados en la cama na die lo piensa, aunque al final siempre se trata de un BESO, vivir y morir no comienza en el v i e n t r e, eso son mitologías, todos sabemos que la existencia empieza en las humedades de dos lenguas.

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Darinel García (Venustiano Carranza, Chiapas)

Que escribiendo aplazaba el fin del mundo 15 minutos más.

¿Por qué solo sueño? Soñé con el último abrazo. Soñé que me miraba al espejo, por fin me parecía menos a mí, que salía con Nayeon, de Twice, y que la protegía de la maldad del mundo

Con el título de este poema y recordaba dónde lo anoté. Que ya no me aburrían las cosas antes de empezarlas. Que las caries no daban mal aliento.

con un katón enorme como el de

Que jugaba Minecraft y Coppel me

Madara.

embargaba.

Que me amaba a mí mismo.

Soñé que escuchaba el estruendo

Que curaba la diabetes de mi papá, cantándole rolas de Beethoven.

del árbol, que cayó en el bosque, aunque no estaba cerca.

Que era un superhéroe y me asaltaban.

Que buscaba el monstruo debajo de mi cama y vi mi reflejo.

Soñé que el sentido de la vida lo encontrabas comiendo Chokis.

Que hacían ropa para gente curiosita como yo.

Que me reía a carcajadas. Que hacía bien las cosas. Que quería llevar a cabo todas mis metas.

Que ganaba un premio nobel y lo empeñaba para comprar un XBOX.

Que era papá y comprendía a mi hijo. ¿Por qué no solo sueño? 9

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Liliana Montserrat Carmona Aceves

Ventisca

Mi piel grita lo que callo. Callo lo que prefiero ignorar

Sólo pueden descansar hasta que se rompen.

Ignoro lo que quiero olvidar Olvido que mi espalda está trozada. No pasa nada, sólo mis ojos están secos. Y no pasa nada, te digo sólo multitud de pensamientos y un tic tac, tic tac, tac tic tic, tic, ticarcilina Simplemente una mo-ki-ta. Sonidos tortuosos. De cada máquina que trabaja De la noche a la mañana, Incluso aunque estén averiadas, y nadie se PREOCUPE por arreglarlas. Aceitan el pasado, y aceleran el futuro. Esconden sus engranes, cambian sus cables y los tornillos se aprietan. 10

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de los patios sucios

Rha-bel Pérez

2 poemas

de las mandíbulas apretadas de los surcos

dactilares.

Saco de la espalda

I

vertebrales cadenas; A todo lo que hay que romper de noche otra vez.

saco del pecho

A las azoteas que se lanzan

corazones de colmenas;

con las botellas para estrellarse

saco la pala,

rumbo de los autos olvidados,

saco el granito,

camino de la gente que duerme

saco la estela:

de bar en barra

muerdo la tierra,

y barra vuelta otra vez.

mastico el cuarzo,

A los túneles y la barandilla,

inflamo la vela:

al poema que despacio volveré a

froto el cuerpo

beber:

y cansado del viento

estos no son los mejores versos a la

saco también el tiempo

[muerte.

y estos no son los mejores versos a [la muerte. Sufren los cultivos:

Contemplaré mi pozuelo de aluminio

sangra la granada; lloran los tonos tristes:

desbordar de nuevo luz roja. Sentiré los escalonazos de vidrio, me pintaré los brazos con cardos y empezaré los rituales del vicio al [atardecer

llueve la añoranza; conmueve el abrevadero breve: duerme la corriente brava; marchita el rocío del monte: camina herida la barranca; 11 11 2


lastiman los cantos buenos:

recobrada, esa cámara, reconstruida

calla la llanura amada;

yacerá dormido nuestro muerto.

vacila la luz del cielo:

¿Y qué hay del miedo, nudo de

vaga cansada el alma,

rincones?

y estos no son los mejores versos a

¿Caminarán en fila los recuerdos?

la muerte.

¿Haré caso de los otoñales rumores o tomaré del brazo los estruendos?

II Todos cargamos con un muerto

Es volar intuyendo lo ocurrido: entre las entrañas se abre cobijo

dentro, hilillos de laberinto que susurran a nuestros pasos, que en cada

crece carcomiendo las heladas, se alza, desdobla las alas. Y si en un arrebato de luz, me

encuentro se nos escapa un poco del cuerpo su [figura.

descuido me toma también por la cara y se envuelve de mí como su

Es un débil brote de agua

abrigo.

compungida, es una balandra que busca en la piel [puerto

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Según se van olvidando los colores Con las nubes amoratadas en el cielo por las avenidas de una cruda mañana entre los grafitis —merodeador y cuadra bajo los puestos de decrépito entierro en el resentimiento; la mirada de robarle al callejón su mejor yeso ante el monumento con limo por cama para los brutos, los sucios y sus perros desde el concreto cobijo de nada hasta la nada de puro concreto mediante vapores de portentosa alma contra cuerpos de sinuosos pulmones tras puños de ennegrecidos furores según se van olvidando los colores a través del andrajo, el temblor y el frío durante la náusea, en el sangrerío.

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Cesco Ram

Lumbricus Un movimiento qué sentí en mi estómago me despertó a primera hora de la mañana. Corrí al baño y aunque metí la cabeza en el inodoro, entre arcadas, el movimiento seguía. Parado frente al espejo de aquella lujosa habitación del más prestigiado hotel de la ciudad, me contemplaba desnudo, pensando en lo difícil y doloroso que fue lograr mi escultural figura. Acaricié mi abdomen con la mano derecha. Luego de unos segundos me detuve al sentirlo; ahí permanecía aquel movimiento en mis entrañas, rogándome por comida. Me puse una bata y entré a la cocina. Saqué de la nevera un pastel que pedí la noche anterior. Con cuchara en mano comencé a saciar mi hambre. Supongo que era urgente, porque ni siquiera me molesté en sentarme. Cuando el platón tuvo las últimas sobras alguien tocó a mi puerta, y sin darme la oportunidad de atender, alguien entró. ⎼ Mateus… ¿Mateus? ⎼ Entró Griffy, mi manager, llamándome. ⎼ En la cocina. ⎼ Dije. El hombre calvo entró, vi que cargaba su maletín plateado, como siempre. Sus ojos me miraron desconcertados a través de los cristales de sus lentes. Pero yo continué lamiendo la cuchara, sin mostrar expresión alguna. ⎼ ¿Qué rayos haces? La pregunta me había parecido tan tonta que ni siquiera contesté ⎼ ¿Te comiste todo eso tú solo? ⎼ Tal vez. ⎼ Respondí alzándome de hombros ⎼ No puedes consumir tanta azúcar. Si subes un solo gramo, tu carrera se va a la basura. ⎼ Me sermoneó. Se sentó en un banquillo, colocó su maletín en la mesa y suspiró. ⎼ ¿Cuántas tienes? ⎼ Preguntó. ⎼ Dos… ⎼ Dije cabizbajo -Acabo de vomitar una- Griffy ladeó la cabeza y resopló. ⎼ ¿Dos? No son suficientes para todo lo que tragaste. ¡Debes tener mínimo cinco! El hombre se levantó y abrió su maletín, de dónde sacó una caja plana de vidrio. Se colocó unos guantes de látex y con ayuda de unas pinzas largas que sacó del portafolio, extrajo una lombriz india. Era como de 15 centímetros de largo, de color café. Me causaba repulsión. 14 14

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⎼ Abre la boca Mateus. ⎼ Gritoneo. Le miré pidiendo compasión. No quiero tener en el estómago cinco cosas de esas. Es una tortura. Vivo con náuseas todo el tiempo. Esos parásitos luchan por salir de mi cuerpo, pero debo mantenerlos dentro para que se deshagan del 70% de lo que consumo. Es la única forma de mantener la línea. Pensándolo bien, no voy a arriesgar mi carrera… Menos ahora que estoy en mi mejor etapa, soy el mejor modelo del país, el más solicitado por revistas, pasarelas y comerciales. Debo ser fuerte. Entonces... abrí la boca.

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Daniel Cruz

Instrucciones para cazar una bruja Rosa me grita que son pendejadas y yo le respondo que no mamá, que no, que de algo les servirá, que es mejor estar al tanto. Entonces me siento con ellos y con ella. Me siento, rodeado de ojos. Y les platico que si acaso ven por allí una bola de fuego volando que la sigan con la fe de Dios en la garganta. Que se pongan a rezar la Magnífica y que a la Virgen le pidan un poco de su gracia. Que no, mamá, que no, le respondo y suena el ruiseñor de América en la radio, y la tomo de la cintura con fuerza para bailar como ya no lo hacemos. Me grita que soy un borracho de mierda, que para el alcohol sí tengo, pero para tragar no más no aflojo. Que no, mamá, que no, ¿qué no ves que termino todo hecho cenizas? Si tan solo supiera lo cansado que es cargar bulto tras bulto de cemento, hacer la mezcla, untar la mezcla, y subir y bajar por un eterno hilo de hormigas. Les platico que si acaso ven descender una bola de fuego que la sigan, que vean en qué casa se mete. Y yo le digo que no tengo más que la certeza de ser sabio por todo lo que he sufrido, que no hay necesidad de recordarme lo triste que es el mundo, la carne, el mundo de carne, carne del mundo. Y una vez detectada la bruja deben aguardar a que se quite las piernas y las ponga en forma de cruz sobre el comal. Entonces, verán un caballo de ojos rojizos galopar sobre el cielo para dejar una polvareda oscura que se llama noche. Y escucho a Jaramillo decir Si tú mueres primero, yo te prometo… pero ya no me quedan más promesas por cumplir, por eso lloro aferrándome al precipicio, con la duda de ser un hombre, porque fíjate que me canso también de ser hombre. Que no, mamá, que no, que las brujas pueden volar porque se ponen patas de guajolote y salen poseídas en forma de esferas, aunque sus piernas se quedan allí, en el comal, para conservarse calientes. Y mis hijos lloran y me levantan de la acera, y dicen que ya no tome, sobre todo el más chico que me limpia la sangre de los labios y me quita la navaja, porque deben saber que siempre hay que llevar al menos un sombrero y machete, por si se cruza el nahual. Me dice que no, papá, que no, que no hay nada para picar esta noche, que no hay brujas a la deriva intentando acariciar mis muslos con la lengua. Que la única forma de echarlas abajo es agarrar las piernas y aventarlas al fuego vivo, sólo así la bruja no podrá transformarse más. Y la música acaba. Y ya nadie me ve. Y yo tampoco creo mucho en esas cosas. Aunque no está de más dejar un vasito de agua bendita, las tijeras abiertas y un espejo debajo de las cunas.

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Alan Salazar

Caí en un rio por intentar salvar a una niña & Un tecato llamado Prometeo

hasta que se cansó de mí y yo me cansé de cansarme

Mamá,

mami,

un árbol grisáceo fusionó mi

¿me secas el cabello?

sombra

tengo miedo de morir.

con el libido del sol; tuve miedo de ver morir al atardecer, no quiero que se vuelva un alba común (me sé vulnerable) y la niña se parecía a mi sombra todo se parecía a mi sombra. yo vestía la luz de la luna, ella se burlaba de que dios nos creó a su imagen y semejanza todo se parece a mí, a mi sombra tirada en un río

Un tecato llamado Prometeo Prometeo si existió, lo vimos arriba del placón por robarse unos gansitos para el munchies. luego dejó las drogas: no pisteaba, no se inyectaba, no se moneaba, nada. agarró un cigarro, le quitó el filtro

mamá, intenté salvarlos de mí:

y ahí

al río

conoció la vida

a la niña pero murieron ahogados en

el problema es que no traía laira pa´ prenderla.

lágrimas grisáceas del árbol en el que me recostaba 17 17 2


Yo leo fanfiction. Una apología por los trabajos transformativos. Dulce “Luli” Silva García Cada que admito ante mis compañeros de carrera que una de mis más grandes pasiones es el fanfiction no falta quien haga un comentario pasivo-agresivo acerca del tema. Desde: “¡Ay, pero qué cringe!”, hasta: “Deberías leer libros de verdad”; siempre sé que alguno ridiculizará mi gusto. Y es que en la carrera de Letras es un crimen que te guste la literatura comercial y transformativa. Yo no logro entender por qué la vehemente negación hacia la existencia del fanfiction y el peso que tienen en los hábitos lectores de la sociedad actual si uno estudia Literatura. Pero no importa, porque justamente esto nació de la necesidad de defender un fenómeno que no todos conocen, pero que parecen estar más que dispuestos a desmembrar por no pertenecer al “Canon” literario. Iniciemos entonces, con un poco de historia y contexto. Los contenidos multimedia de todo tipo se han multiplicado de forma exorbitante gracias a la era digital en la que vivimos. Esto genera que en el mercado del entretenimiento las series y películas se encuentren en su punto más alto de consumo. Como parte de la generación que vivió el cambio de una era cuasi digital a una era donde todo, TODO, lo que necesitamos está en nuestro bolsillo del pantalón y al alcance de la mano (magullado por tanta caída), sopesar las diferencias y los retos de una y otra era muestran el alcance y la magnitud de la transformación que a la generación anterior le llegó de sopetón; mientras que para la nuestra, los noventeros, fue más que nada la tangibilización de nuestro propio crecimiento. No es sorpresivo que esta gran revolución haya afectado todos los ámbitos de la vida humana, incluyendo el literario. Ya desde hace mucho tiempo el fanfiction es conocido como un fenómeno escritural. El término comenzó a usarse para referirse a los trabajos amateurs publicados en fanzines desde finales de los 30’s, y es en la década de los 70’s que el concepto se usa bajo su definición actual. Sin embargo, con la llegada del internet el fanzine quedó en desuso y las comunidades que adoptaron el fanfiction comenzaron a distribuir su contenido a través de este medio. 18 18

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El fanfiction en la actualidad está ligado sobre todo al mundo de los fandoms, subculturas creadas gracias a la abundancia de trabajos en el medio del entretenimiento y la facilidad de crear comunidades abiertas en torno a ellos, por medio de páginas o blogs en internet. De ahí que no es extraño que el género haya obtenido más popularidad en las últimas dos décadas. No obstante, considero que este ha formado parte de la tradición literaria por mucho más tiempo del que se le da crédito. A lo largo de la historia de la literatura, que un autor retome ya sea una obra, un personaje, el universo, e incluso tramas ajenas para transformarlas fuera del contenido original, es una práctica antigua y común. Basta con ver, por ejemplo, la infinidad de detectives que nacieron tras la llegada de Dupin y que crearon el género policiaco. O incluso las continuaciones no oficiales del Lazarillo de Tormes y el Quijote. El fanfiction, fanfic o fic, nace no solo gracias al deseo de creación literaria por parte de quien las consume, sino también como una necesidad de la comunidad por transformar y recrear los nuevos “mitos” de la actualidad y hacerlos propios. Teniendo en cuenta que podría considerarse una tradición y que esta ha sido impulsada y popularizada por las nuevas tecnologías, me atrevo a decir que, aunque los trabajos en este género no sean considerados “originales”, no se podría hablar de literatura actual si el fanfiction no es incluido. En mis trece años de lectora no puedo evitar observar cómo es que el fenómeno del fanfiction influyó en mis lecturas, sobre todo cuando más de la mitad de esos años he estado en un constante vaivén entre los libros “hechos y derechos” y la lectura online de historias retransformadas de shows y películas. Este vaivén me permite obtener lo mejor de dos mundos (por más cliché que suene) satisfaciendo mis necesidades de lectura cuando alguno no logra cubrir ese “tengo ganas de leer algo irritantemente específico” que nos llega a pegar. Algo a recalcar es que, contrario a lo que se pudiera pensar, la comunidad lectora y creadora de estos trabajos son en su mayoría personas con un hábito de lectura amplio y variado. De acuerdo a estudios sobre fanfiction como los de Kristina Busse (2007, 2017), así como a experiencias de primera mano en varios grupos en Facebook dedicados a la creación y distribución de fanfics, la mayoría de los lectores y escritores son mujeres de entre 18 y 35

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años que admiten leer ambos tipos de literatura, con una inclinación por el fanfiction debido a diversos factores. Entre estos se encuentran, por ejemplo, la facilidad y eficacia para encontrar contenido específico en el que están más interesados gracias al uso de etiquetas en las páginas como Fanfiction.net, Archive of Our Own, Wattpad, Tumblr, etc. Por ejemplo, comentan Denisse y Claudia (integrantes de un grupo de Facebook dedicado a la recomendación de fanfics), que: “Es más fácil y rápido encontrar una historia a tu medida con las etiquetas.” y “Te evitas corajes o disgustos al bloquear historias etiquetadas con contenido que no te gusta o que no quieres leer”. Si al modelo de etiquetado se le suma una sinopsis o resumen bien detallado e interesante, encontrar la lectura perfecta es sencillo. Las etiquetas y el resumen ayudan a la hora de elegir una trama y a evitar temas fuertes o con los que no se está cómodo. Muchos de los encuestados mencionan que les es más fácil escoger fanfiction que un libro porque en la actualidad la mayoría de los libros no tienen una sinopsis en las pastas y prefieren incluir comentarios de periodistas u otros escritores que sólo dicen “Muy interesante” o “El mejor romance /thriller/ etc., del año”. Siete libros diferentes que tienen exactamente los mismos comentarios hechos por diferentes periodistas, críticos o escritores que probablemente ni conoces, y ninguno te dice de qué va el bendito libro. Otra razón por la que el género de fanfiction tiene mucha popularidad es el contenido que manejan y la forma en que lo manejan. El problema en la representación de la diversidad y las minorías es algo que sigue muy presente en los medios; un ejemplo de esto es el queerbaiting, en el que la productora de la obra original codifica algunos personajes con características queer (LGBTQ+) pero nunca llega a entregarlos canónicamente a esta comunidad, ya sea dejándolos en el olvido, matando al personaje, o recodificándolo de la nada. “Es más fácil encontrar representación decente en los fanfics que en el producto original y los libros normales. Los escritores se aventuran a mostrar la diversidad sexual, religiosa e incluso racial de formas que la televisión te niega”, comenta Tori, de 23 años. Si bien en los últimos años la producción de libros que hablan y muestran la diversidad de una forma más abierta aumentó, sigue siendo considerada insuficiente dado a la falta de protagonistas, uso de clichés conductuales e incluso el nulo trabajo de difusión que se le dan a estas nuevas narrativas fuera de la misma comunidad que la está exigiendo. 20 20

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Otra cosa interesante en este fenómeno es la capacidad que tiene para moldearse a las necesidades de los lectores. Conforme van evolucionando y cambiando quienes leen, van cambiando las tramas. Así encontramos que hace quince años, los fanfics con temática fantástica o sobrenatural eran los más abundantes, mientras que en la actualidad, las temáticas domésticas, ligeras, o del diario son más comunes. Sigue habiendo fics con temática fantasiosa, pero se ha visto opacada poco a poco por lo simple y sencillo. Los escritos y los escritores van cambiando y logran apelar a esta comunidad cambiante. Así como las editoriales que poco a poco van cambiando su mercado y tratan de ampliar sus compradores, o como los autores que tienden a ciertos tropos o temas generacionales, los trabajos en la red cambian. Y se puede observar cómo los gustos tienden a reflejarse entre ellos. La sencillez de la cotidianidad, con un toque literario o fantasioso, ambientes familiares y urbanos caóticos, son tropos que parecen estar surgiendo tras la ola de novelas distópicas que se dio hace unos años. Todas las razones mencionadas se pueden resumir muy bien en un comentario de Mariana Enriquez, escritora argentina, en una conferencia: “Yo escribí y escribo lo que me hubiera gustado leer (de adolescente), lo que me gustaría leer en un libro” y en los fandoms, donde el contenido es creado por y para fans, esto es una regla de oro. De igual forma, una de sus mayores ventajas es su accesibilidad. El fenómeno del fic creció al mismo tiempo que la cultura digital. Con la primera página web especializada en fanfiction (Fanfiction.net) creada en 1998 y comunidades como LiveJournal en boga, los fandoms tuvieron el terreno necesario para crecer en número y en contenido. Este pequeño factor permitió que los escritos de estas comunidades ya estuvieran en un formato digital antes incluso de que se creara la primera pantalla touch o el primer dispositivo móvil capaz de entrar a la red. Esto supuso una gran ventaja a los libros que entraron a una fase de digitalización masiva hasta que se popularizó el formato pdf y/o epub. Por otra parte, de las mayores desventajas que tiene el género es la invalidación y devaluación que sufre. Es considerado literatura pobre por “contenido no original”, por la población que mayormente los escribe y a la que se cree va dirigida. También se debe a la mala imagen de Wattpad en la comunidad digital, así como a la abundancia de personas que usan estas plataformas para calarse en la escritura y en la creación literaria, sobre todo cuando 21

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dichos principiantes son jóvenes adolescentes. Félix de Azúa dice que para descalificar a todo un género sólo se le tiene que tildar de “joven” (1998). Sin embargo lo “juvenil” no es necesariamente pobre. Hay muchas escritoras que iniciaron escribiendo fanfiction, incluso algunos de los Best Sellers de las últimas dos décadas tuvieron su génesis como fanfic o en una plataforma diseñada para fanfics. Cassandra Clare, E. L James y Anna Todd, son ejemplos de autoras que actualmente son publicadas por editoriales; y en el ámbito latinoamericano se encuentra la chilena Francisca Solar que tiene seis libros originales publicados. De hecho, el aspecto juvenil de estos escritos sirve como un gancho para quienes empiezan a formar un hábito de lectura e incluso pueden incitarles a explorar más géneros (Alonso Padilla, 2014). Aún recuerdo cuando leyendo Luna Nueva de Stephanie Meyer, Bella hace referencia a la novela de Emily Brönte, Cumbres Borrascosas; esa referencia me adentró al romanticismo inglés. Detesto Cumbres Borrascosas con la misma pasión con la que detesto la relación de Edward y Bella, pero esa lectura me guió a Jane Austen, a Oscar Wilde y a Mary Shelley; la novela Las Ventajas de Ser Invisible me llevaron a conocer Matar a un Ruiseñor. De igual forma, el libro que arrancó el hábito de lectura de mi hermana, desencantada de la literatura cuando se le obligó a leer el Mío Cid y el Quijote a los 13 años, fue Crepúsculo. La profesión editorial y literaria, así como el fanfiction, forman una parte importante del consumo de trabajos literarios, mediáticos y culturales; tanto La Literatura como el fanfiction, aunque a algunos estudiosos les pese. Realmente no deberían de estar peleados ni uno se debería tener como más importante que el otro. Hay ejemplos donde fanfic y literatura no están en conflicto, e incluso se empujan mutuamente hacia adelante. El fenómeno fanfic siempre tendrá contenido nuevo que transformar y la Literatura con “L” mayúscula puede encontrar novedad, tendencias y respuestas sobre el contenido mediático ignorado por las editoriales que los jóvenes están ávidos de crear y consumir.

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REFERENCIAS: -

Alonso Padilla, Carolina. “Caminos de lectura y lectura de caminos. Hacia nuevos enfoques en torno a las prácticas” en Propuestas y estudios sobre enseñanza de la lengua y la literatura. Cátedra de Didáctica de la lengua y la literatura I. Abr. (2014): 2-14. Web

-

Azua, Félix. Lecturas compulsivas: una invitación. Barcelona: Anagrama, 1998. Impreso.

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Busse, Kristina, “Yearning void and infinite potential: Online slash fandom as queer female space” en English Lenguage Notes. Fall/Winter (2007): 103-111. Web

-

Busse, Kristina, Framing Fan Fiction: Literary and social practices in fan fiction communities. Iowa, University from Iowa Press. 2017.

-

Enríquez Mariana. Cómo me hice escritora, Clase Magistral de Mariana Enríquez. El cultural San Martín, 9 abril 2020. YouTube.

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Lee Kottner. In defense of fanfic. Typepad, 20 marzo 2006.

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Fanfiction. Fanlore, 21 febrero 2020. Fanlore.org

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Rosela Granados

Escrito en una libreta & Narración

Escrito en una libreta

Narración

Los días han pasado de una forma, violenta, a otra. El regazo del sol ha pestañeado. Para limpiar el alma de los desafortunados. Yo soy vida en el campo de batalla. Sangro sin consuelo. El tiempo no me perdona, porque yo no he perdonado. Los días pasando con violencia. Me convierto en ti, juego con el mundo, pero sigo siendo tú. Percibo el error y aún soy en ti.

Anoche soñé que viajaba en un barco, se dirigía hacia una isla. Soñé que el barco encallaba, que todos bajábamos de él. Caminé hacia el horizonte, tomé una vara, escalé un monte, observé el mar, y las olas, poco a poco la marea subía, y yo escuchaba el sonido lejano del mundo. Bajé de aquel monte, busqué algo de comer, encontré un coco, bebí su agua y guardé la coraza. Me refugié para no perderme; mar y horizonte se hicieron uno mismo, era inminente que su grandeza superara mi persona. Soñé que naufragaba en una isla sin horizontes Soñé que nunca volvía a casa.

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Amaury Salvador

Bovinos & Rolls-Royce BOVINOS Los bovinos viajan sedados en las camionetas de redilas. El asunto debe ser presto, de otra manera, las reses mueren de un [ataque cardíaco. El tráfico, las luces de los semáforos, las estresan hasta el límite. Me siento igual en la oficina. Cada vez que mi jefe me llama o se acerca para decirme algo, mi corazón repica detrás de mi oreja [derecha. Me palpo la yugular y una caída de montaña rusa recorre mis torrentes sanguíneos. Bebo un cono de agua, camino alrededor del garrafón; pienso que debe ser el café, los desvelos, la resaca. Que soportaré el traslado.

ROLLS-ROYCE Una mujer se maquilla dentro de su automóvil

para ver a su amante o quizá ir a su oficina. Otra, indígena y pequeña, acompañada por otra más pequeña aún, se maquilla de payasita para salir al paso de los semáforos y hacer malabares. La del Rolls-Royce voltea a otro lado cuando la payasita se acerca a su ventanilla, subida a propósito para que no se cuelen ni los mosquitos, ni los vendedores de biblias, ni mujeres inoportunas como ésta u hombres limpiaparabrisas que inhalan thinner. Una camioneta con caja, Hombres y mujeres (obreros que acaban [de salir de trabajar) y vienen de las fábricas, corren para ganar un lugar gratuito en esa [caja. Y ahorrarse el pasaje del camión que les costaría 22 pesos. Los pájaros buscan su lugar en los cables. El sol da sus últimos resplandores antes de desaparecer tras una montaña.

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Salvador Montediablo

Nunca nadie me cree Me encontraba en el banco cuando de repente llegaron unos asaltantes a robar tanto a las señoritas cajeras como a los pobres clientes. Me quitaron mi celular y la cartera. Cuando llegué a casa no me creyeron y me acusaron de vender el celular y de gastar lo poco que iba a depositar en caguamas y en las damas de la esquina con poca ropa que se ponían cuando la noche borracha comenzaba a cantar. Según ellos me habían visto ahí unas vecinas. Le dije a mi amá que no cierto, que me creyera. Me dijo que ni madres, que ahora tenía que trabajar, para pagar ese celular que ni era mío, que era de mi tío. No madre, no me haga esto... tiene que creerme; mañana va a salir en el periódico, le dije. Ándale pues que no me creyó y me mandó a trabajar ese mismísimo día al rancho, donde me pusieron a darle de comer a los cerdos. En una de esas que a un cochino se le atora una piedra y se pone a dar de patadas. Se alocó y rompió el seguro de la puerta y que se escapan los diez marranos que estaban ahí. Fui corriendo y le dije a mi tío, dueño de los animales, lo que había pasado. Ándale que no me creyó ni madres y me mandó a buscarlos a todos… A mi solito, entre todo el monte, entre todas las casas de adobe, entre todos los surcos sus chingados diez cochinos. Al primero lo encontré ahí casi por la puerta, fue el que se tragó la piedra y se murió, llevaba uno. Fui caminando preguntándole a la gente que si no habían visto los marranos de mi tío. Ellos negaban sospechosamente haber visto a los pobres marranos. Seguí mi camino hasta que llegué a una tienda donde entré por un refresco. No me vas a creer pero escuché a uno de los cochinos. Entonces que le pregunto al señor de la tienda que si no había visto algún cochino extraviado. Me dijo que no, pero se volvió a escuchar el cochino que con la trompa olía y con el hocico gruñía. Le dije que me diera el cochino. El señor se ofendió, me dijo alburero y me sacó de la tienda. Caí sobre la tierra suelta y caliente. Apenas me estaba quitando el polvo de los pantalones cuando veo a un par corriendo a lo lejos debajo de la sombra de un pirul enorme. Fui enseguida. Sí, eran los de mi tío, pero no podía atraparlos, así que decidí ir por el más gordo, que corrió y corrió hasta que llegamos a la hacienda abandonada. Entre el chiflido del viento me encontré solo, en un lugar que parecía expandirse o sería que yo me hacía más chiquito. El marrano ni sus luces. Ya me iba pero en 26 26

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eso escuché que me hablaron. Era una señora muy arrugada de la cara y con ropas holgadas. Fui y cuando llegué me preguntó: ⎼

¿Qué

andas

buscando

muchacho?,

⎼ Unos marranos que se me perdieron. ⎼ Le dije. No me había dado cuenta que empezaba a oscurecer. ⎼ Aquí no hay nada. Vete. ⎼ Que me dice, pero muy enojada. Emanaba mala vibra la señora,. ⎼ No ni madres. Por aquí pasó un cochino. Ya démelo, aquí son bien rateros. La señora me dio la espalda y se fue soltando unas carcajadas que me helaron la sangre. No podía caminar, las piernas me temblaban. En cuanto la señora desapareció, vi que una bola de fuego se elevaba y revoloteaba, hasta que se convirtió en un puntito brillante que se perdió en la noche. Fui corriendo a la casa de mi tío, que ya había recuperado 4 cochinos. Le conté lo de la señora esa, que yo creía que era una bruja. No me creyó y me acusó de andar de flojo y no haber buscado los cochinos que dejé ir. Me dijo: “mañana mismo te regresas a tu pinche pueblo, aquí nomás no”. Al día siguiente cuando me bajé del camión me encontré con una cartera. Tenía lo que valía el celular más lo que me habían robado. No tenía identificación, si no claro que la regresaba. Corrí a casa contento, casi lloraba me cae. Mi madre estaba viendo la tele y llegué, pateé al gato de la casa y plantándome entre la televisión y la mirada de mi madre que se perdía un poco entre el cristal de sus lentes, le dije casi gritando, “¡amá, un milagro, mira!”, le enseñé la cartera con el dinero y de inmediato me soltó un sape que de seguro se escuchó en toda la cuadra, que ahorita mismo regresara esa cartera, que aquí no criaban ladrones. Por más que le platiqué que me la encontré no me creyó. Nunca nadie me cree ni madres y ya no les platico más, porque ustedes tampoco me van a creer.

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Iván Fernando Aparicio Flores

Soy parte de este árbol Soy parte de este árbol, desde que mi mente recuerda. Soy una hoja de cristal, temiendo que el otoño toque la puerta. Me aferro a la esperanza cuando el viento agita mis venas. Pero caeré en mil pedazos, aunque no sé si será por tus manos, arrancándome en primavera.

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Ana Laura Rendón Jímenez

Desmadrugadas en la casa del Pank La sonajita de bebé sonando fuerte en el corazoncito que se quedó enterrado en la maceta de la hierba santa. Un recuerdo que se enraizó y no pudo ser arrancado, brotaba como la mala hierba. Brotaban como las palabras dentro de la fuente salada… sobre la mecedora descansaban las astas del venado dormido. Se inmortalizó sobre el Cosmic Blues de Janis Joplin, mientras la noche no avanzaba… Cocodrilos sobre el pantano lunar que se deslizaba por la suela de mi zapato mientras la lucha de egos sobre la mesa casi se ahogaba dentro de la botella de mezcal, de ese que te hace aullar con los coyotes, pero no dentro de la luna porque ya sabemos que le pertenece a Ronald Macdonal o creo que era a Disney…. Al parecer sólo eran gatos sobre el tejado que llenaban sus ojos de telarañas. Creció la hiedra entre las grietas de los recuerdos porque necesitaban dejar su estela…..pegaditas con resistol 5000.

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Adriana Rodríguez

Mal augurio Los cólicos estrujan las entrañas. El dolor me retuerce. Las piernas no responden. Siento que en cualquier momento me podría partir en dos. Lo mismo cada mes, me bajó un martes trece, con seguridad podría decir que no era buena señal. ¡Por Dios, un trece de mala suerte! ¿Sabían que hay culturas en el mundo donde el trece es un número prohibido? Es como el cuatro para el este de Asia y el diecisiete para Italia. En fin, aquí es el trece. Hablemos del trece, que además es martes… Por lo tanto, en martes "ni te cases, ni te embarques". Podía haber sido cualquier otro día, pero no, fue hoy. Después de dos meses de espera (que por cierto causó bastante expectativa), aparece sin más, exprimiéndome las tripas. Tener que levantarme con molestia y ducharme mientras pareciera que me vacío por todos lados. No dormí bien y en la mañana se me hizo tarde. Me puse mal el blusón del uniforme y para colmo no tuve clientes. Trabajo en una tienda de snacks, por si querían saber. Hace calor. La temperatura subió dos grados más que ayer, ya suman 44° C con la sensación térmica en aumento. El aire acondicionado se descompuso y el viejo abanico de pared solo arroja aire caliente. Esperen… Ya se cayó. Se rompió todo. Solo vino un sujeto en toda la mañana, para la tarde llegó otro y ahorita se acaba de retirar el último antes de cerrar. Además, cuando estaba por irme, llegó un proveedor con nueva mercancía. La recibí e hice el acostumbrado protocolo: acomodar, organizar, etiquetar y guardar. «Nunca viene en martes. ¿Por qué vino este martes?» El calor intensifica los aromas. Ahora sudo como puerco al horno en medio de "dolores monstruales". Sí, “monstruales” porque me hacen convertir en “monstruo” literalmente. En respuesta al olor de la sangre, la feroz bestia que habita en mí recobra la consciencia. ¿Quién lo diría? Pensé que me había librado de la maldición pero solo tuve un retraso. Lo lamento tanto… ¡No quería hacerlo! Pero… al final tuve que devorarlo. Olía a piel fresca recién salida de la ducha. El calor era insoportable y él coqueteaba conmigo. Se quedó más de lo debido… No aguante más. Me mordí el labio, seduciéndolo. Notando sus claras intenciones, decidí seguirle el juego. Me quité el pantalón, invitándolo a acercarse. 30

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Desabotoné mi blusón del uniforme y lo arrojé a un lado. No uso sostén, así que solo quedé en pantaletas. Él me miraba babeando y yo me transformé como de costumbre, rompiendo la panti, alcanzando poco más de dos metros, rozando el abanico, que me golpeó y en un arrebato, arranque. El pobre palideció y quedo inmóvil, cosa que me ayudó muchísimo. Abrió la boca temblorosamente y antes de que gritara me le fui a la yugular. Su sangre brotaba a borbotones mientras su expresión aterrorizada hacia palpitar eufórico a mi corazón. Lo devoré casi entero. Sus intestinos salpicaban sangre sobre la heladera. Sus fluidos intestinales se esparcían por el piso mientras yo saboreaba lo que quedaba de él. Es molesto limpiar cuando ya lo hice antes. Aún sentía ese palpitar en mis adentros. La sangre me volvía vulnerable… Mejor reportarse enferma durante aquellos días. Era común verme salir al último, sacando bolsas de basuras o canastos vacíos de frutas, así que metí los restos del repartidor dentro de una bolsa de basura, y la lleve al contenedor de la bodega. Lo único bueno del martes es que pasa el recolector. Espero no queden rastros. Para mi fortuna, el complejo vecinal está rodeado de locales comerciales. El proveedor es compartido, así que estaciona su camioneta cerca de la salida del vecindario. Regularmente me aíslo del pueblo, reportándome enferma. Me interno en el bosque y pasó ahí los días de mi periodo; pero hoy en particular, dirigiéndome al trabajo, sentí una punzada en el bajo vientre que casi me dobla por la mitad. El flujo repentino de la sangre bombeo en mí, haciéndome estallar la cabeza. Tenía un retraso. No sospechaba que sería hoy. Por mi condición es normal esto de los retrasos. En teoría una loba está en celo durante el invierno. Aunque también soy humana, también tengo retrasos en mi periodo, estos ocurren más a menudo de lo usual. Cuando sucede, debo estar preparada. Me había confiado porque nunca “llega” a mediados de mes. Esta vez fue la excepción… Miren que vino a joderme la existencia. Debían pasar al menos 24 horas para reportar la desaparición del proveedor. Si tomaba el permiso de inmediato, resultaría sospechoso. Debían pasar tres días más para salir bien librada, pero no soportaba la sensación de la sangre corriendo por sus venas, el latir de su corazón bombeando litros y litros… ¿Qué bestia podría aguantarlo? Salí de la tienda con mis 31

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pertenencias y caminé por las calles repletas de gente. Había demasiadas mujeres menstruando y me daban pequeños espasmos. La gente me miraba extraño, yo les sonreía y los saludaba: ⎼ ¡Buen día! ¡Qué calor! ⎼ Abanicaba la mano frente a mi rostro, que sudaba más por la oposición a mi naturaleza que por los intensos rayos de sol. Apuré el paso hasta llegar a la parada del transporte el cual arribó puntual como siempre: ruta 22 hacia Libertadores. Aún con las náuseas encima por la variedad de aromas retenidos. Entoncesnoté que en una parada subió Roody, uno de los borrachos del pueblo, quien apenas se sostenía del tubo cromado que atravesaba el camión. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. La sangre y la carne de estas personas sabe mucho mejor... Dulce, tierna y con un toque de fermentación, era como degustar un platillo gourmet. Estaba a punto de enloquecer. Me cubrí con la mano la boca, que babeaba descontroladamente. Yo vivía por las afueras del pueblo y bajaba en la penúltima parada, antes de la terminal. Caminaba cerca de dos kilómetros a través del parque, más allá del bosque, por obvias razones. Después de atravesar el parque, el camino te lleva a la licorería del pueblo, justo al lado del bar. Era sabido por todos que si te negaban la entrada en uno acudían al otro. Inteligente, ¿no? En mi parada bajó también él. La abstinencia ponía mis ojos en blanco, olfateando detrás el aroma fuerte de su cuerpo. Me estaba volviendo loca… El cuello hizo un tic. Roody giró hacia mí y me sonrió. Nos conocemos del colegio, era de los hijos de puta que joden hasta encabronarse. La noche llegaba, la sombra de los árboles oscurecían más el ambiente. A estas horas las familias ya se habían retirado, era seguro. Caminaba delante de mí, respiraba su cuerpo, su delicioso aroma… Mi ser le atraía. Me detuve y le sonreí con mirada seductora. Le señalé con las manos la silueta de mi cuerpo. El hombre sonrió morboso… Se saboreaba mi piel, mientras yo me saboreaba su cuerpo. Dejé mi bolso sobre una banca. Comencé desabotonando el blusón del uniforme, lo único que traía encima. Le mostré mi desnudez y él se abalanzó hacia el cuello, besándolo. Mi cuerpo se ensanchó, rompiendo su estructura ósea. Él no alcanzó a reaccionar. Le arranqué la cabeza de una mordida saciando mis instintos. No había bolsas de basura está vez. Tuve 32 32

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que tragarlo completo. Tomé lo que quedó de su ropa para recoger lo más que pudé y la tiré en un contenedor de basura cercano, Le acomodé basura encima, me puse el uniforme y me fui a casa. Al llegar tomé una ducha, metí el uniforme a lavar y salí desnuda por la puerta trasera rumbo al bosque. Seguía hambrienta y cautiva. Liberé mi hambre con las criaturas del bosque, bebí agua en el río y dormí bajo la luz de la luna. Los rayos de sol avisaban un nuevo día. Corrí a casa, metiéndome directo a la regadera. Él olor de la sangre me causaba euforia. Es difícil seguir en este cuerpo, pero no más importante que asegurar mi existencia. Me vestí para el trabajo, está vez sin ropa interior. Me hacia el trabajo por la misma ruta. Cuando llegué, unas patrullas con las sirenas encendidas rondaban frente a los locales. Un par de policías hacían sus averiguaciones. Apenas entré al snack y mi compañera me contó toda la nota. ⎼ Se perdió el chico de los repartos. ¿No lo viste ayer? ⎼ Entre el barullo de la gente se perdían las voces de los policías. ⎼ Eh… ¿Si lo vi? ¡Sí, claro! Vino ayer, dejó la mercancía y se fue. ⎼ No me prestaba atención del todo. ⎼ Pues dile a los policías ya para que se larguen. ⎼ Seguía con lo suyo. Uno del par que andaba afuera entró al local y se dirigió hacia mí. ⎼ Señorita, al parecer fue usted la última persona que vio al repartidor esa tarde ¿Algo que tenga que decir? ⎼ Me miraba inquisitivo. ⎼ Pues vino, me dejó la mercancía y tuve que acomodar, etiquetar y demás, pero se fue en cuanto le firme el recibo. ⎼ Había ensayado mil veces la respuesta, por si algún día la necesitaba. No sé si me creyeron, pero tomaron mi declaración y se retiraron. Ese día sufrí como nunca. Llegó la dueña del snack y me vió. ⎼ ¿Pero qué tienes? ¿Qué te pasa? ¿Te sientes mal? ⎼ Me miraba preocupada. Le dije la verdad… Bueno, la que le interesaba. ⎼ Pues qué le digo… Traigo la menstruación y me están matando los cólicos. ⎼ ¿Es eso? ¡Puedes retirarte! Yo me hago cargo. - Oír esas palabras me dieron un respiro.

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Aunque fueran nuevamente los oficiales, la señora les diría que me retire por motivos de salud. Coartada perfecta. Así me evito tanto interrogatorio. Tomé mis pertenencias y salí del local lo más rápido-lento posible, retorciéndome de dolor por contenerme a los aromas que me rodeaban. Al llegar a la parada el transporte estaba ahí. Aborde y me senté hasta los últimos lugares, evitando el contacto con los demá. No sabría cuánto puedo contenerme. Al pasar por la avenida principal, subió Dann, el hijo del reverendo. Reverendo cabrón… Se jodía a cuánta chavala se le pusiera frente. Ese día usó más loción. Su aroma invadía el ambiente. Fue desquiciante para mí. Él notó mi presencia y, como era de esperarse, me sonrió. Le devolví la cortesía. Se levantó, se sentó a mi lado y nos pusimos a platicar. No lo soportaba ni un minuto más… Su sangre corriendo a través del cuerpo, su corazón latiendo excitado, hacía hervir el elixir escarlata dándole una peculiaridad exquisita. Me baje antes de mi parada habitual. Dann me siguió y me jaló hacia un callejón mientras nos besábamos. Ya iba preparada para la acción… Me quité el uniforme, quedando expuesta. Él bajando su pantalón se anteponía a los hechos. Me dirigí hacia él y mi cuerpo comenzó a transformarse. Los huesos tronaban, el instinto brotaba por los colmillos. Dann quiso correr, pero los pantalones en los tobillos le imposibilitaron el acto. Lo último que vió fue una sonrisa llena de dientes afilados. ¡Ah qué delicia! La juventud en cada bocado… Olvidé el por qué evitaba esto. Es adictivo. La carne del ciervo se tensa cuando se asusta, pero la del ser humano tiene sabor distinto. ¡Podría acostumbrarme a esto!, pero no debo. Me internaré en el bosque para continuar con mi secreto como he hecho hasta hoy.

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Yuleisy Cruz Lezcano

Nota del silencio y otros poemas

Nota del silencio

Ciudad sin sueños

No es muda la noche.

Pasos en calles estrechas,

Escucho los panes amargos

los pies fríos me dan a la cabeza,

de los días,

sale la historia de la ciudad que no

el canto del oscuro alimento,

mira.

recuerdos que no tienen vida.

Cosa hace el café sobre el fuego,

Siento el empobrecimiento

cosas hacen los pasos

de lo que no se toca,

cuando queda poco tiempo

los sueños enlutados,

para otros pasos.

sellados en las hendiduras del

Cosa hace la tarde,

silencio.

después de una mañana mal

Escucho los últimos trenes que

cerrada.

rondan,

Cosa hace un sueño

pájaros extraviados,

sobre una almohada.

chirrían y me estrujan los huesos,

La ciudad apaga los sueños,

puñales hambrientos,

dormir le basta.

abren mi pecho duro come el

Los locos del manicomio

diamante. Yo hablo del cuerpo al cuerpo, hablo con el alma distante. Soy un pedazo de carne, un cadáver ambulante.

Es martirio encerrado, cuervos negros de hierro, uno arriba del otro, barren esta casa llena de gritos, de ojos perdidos que dejan escapar el alma entre los labios. 3535

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Hay cuartos que contienen cuerpos,

en juego de pupilas desnudas

con camisas estrechas,

que corren libres.

que hacen en la piel un nido de

Los domingos no nos llenan de

carne.

pastillas,

Hay otros cuartos oscuros

no me tomo esas gotas amargas

donde el piadoso martirio es la

que me dan los cuervos,

soledad.

vestidos con un traje blanco.

Hay cerebros como cauce de saetas,

Los domingos comemos en el

campos para flechas eléctricas

comedor,

que electrizan los sueños

parece que todos podemos

enganchados en la cabeza,

compartir

electroshock,

la misma locura.

que cambian el largo morir

El lunes los psiquiatras se reúnen

por un dolor dormido.

para escuchar las súplicas

Hay picos de buitres que se

de quién quiere irse,

alimentan de ojos

así aumentan las medicinas,

para cambiarlos por cruces de

de quién todavía tiene fuerzas

hierro.

para pedir algo.

En el soñar de huesos húmedos

Los martes son los días de las

se esconde la pipí de la noche,

cartas,

de esos cuerpos que no tienen

escribimos papeles y papeles

fuerza

que nadie lee.

y orinan la cama.

Los otros días, de los cuartos

Hoy pueden mirar mis ojos, es

sale un olor insoportable,

domingo,

le gusta sólo a las ratas que pasean

los domingos reflejan velas tensas,

en nuestros desgarros mentales

suave cántico de iglesias

y se van riendo de nuestro encierro. 3636

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Miguel Ángel Castelo Arteaga

Solo vine a echar desmadre Hasta el miércoles en la noche estaba convencido de no ir a esa disque marchita. Platiqué con Angélica hasta la una y media de la mañana. Me despedí de ella, puse “Summertime” de Ella Fitzgerald y Louis Armstrong y me quedé dormido. A las 10 de la mañana del jueves me despertó el vibrar de mi teléfono. − Bueno… − ¿Te acabas de despertar? – Decía mi madre del otro lado. − No, ya tenía ratito despierto. – Contesté somnoliento. − ¿No vas a venir a verme? − No puedo, apenas me da tiempo de arreglarme. − ¿Vas a entrar temprano? − Sí. Hacen falta cajeros y pues me pidieron que hiciera horas extras. − Ah, bueno. A ver qué día puedes venir. − Lo más seguro, mañana temprano. − Ándale pues. Pero vienes. − Si mamá. Le mentí mi madre, cosa no rara en mí. Me levanté y preparé un cambio de ropa. Me metí a bañar y prendí la cafetera para tomar un cafecito con pan tostado. Mientras terminaba mi último pedazo de pan, checaba el teléfono. Me salió en las notificaciones que Brenda, una amiga, me mandó invitación por Facebook para la marcha. “Pues ahorita vemos que pedo”, me dije a mi mismo. Cuando salí a la calle, noté que el sol quemaba chido y los vientos de Santana resecaban el ambiente. Subí por el Tecnológico, crucé al Seven, me compré una Coca de 600 y tomé una calafia crema hacia la universidad. Bajé en la parada del puente peatonal. Se me antojaron los tacos varios que se ponen por ahí, pero no me quedé. Me pasé corriendo por abajo del puente, como siempre, y llegué a la entrada. En un primer momento decidí ir al salón de cómputo, pero en cuanto me acerqué a la entrada de la facultad, preferí desviarme a la cafetería, punto de reunión de la manifestación. 37 37

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No había mucha gente. Algunas muchachas vestidas con la camiseta de la universidad, pancartas de “Fuera Kiko”, una piñata azul y negra con unas ratas alrededor, un logo del PAN y la cara de Kiko Vega, gobernador del estado, y unos batos compartiendo volantes con la figura del gobernador y las frases “Se busca. Nos debe unos cuantos millones”. Reconocí al Piña, un compa que conocí en un micrófono abierto hace unos meses. De ahí en fuera, ninguna otra cara conocida. Consulté la hora en mi teléfono. Las 11:34 am. La gente seguía llegando. Había un morro que vendía burritos. Le compré dos y me quería hacer wey con el cambio. Poco después llegó Victoria, una morra de filosofía, acompañada de un bato de historia. Llevaban una pancarta que decía “Fuera Kiko y Coparmex de UABC”. Entre Piña y Rangel, un bato que da clases en el Colegio de la Frontera Norte, animaban a los estudiantes a unirse a la protesta, que sería en aproximadamente veinte minutos. − Manifestación estudiantil. Punto de partida: Cafetería. Hora: 12 del mediodía. − El que no venga es panista. – Gritaba a través de un megáfono un chavo con los cachetes pintados de verde. Me detuve a saludar al Piña, quien creí que no se acordaría de mí. − ¡Que pedo, Moska! – Me saludó. − Que onda, Piña. ¿Cómo va el asunto? − Pues ahí vamos, poco a poco. Gracias por venir. − De nada. Hay que hacer lo posible para que nos escuchen. – No se me ocurrió decir otra cosa para justificar mi presencia en la marcha. Más estudiantes llegaban. Conocí a Alberto Carranza, de Derecho. Llegó con una bocina y pusieron música. Ska, rock en español y a un chistoso se le ocurrió poner “El gato de Chihuahua” de Los Huracanes del Norte. En cuanto sonó la introducción, muchos se prepararon para gritar al unísono las primeras dos frases de la canción: “Hermano cayó la ley, está rodeada tu casa”. Luego alguien más chistoso puso “El encabronado” de Los Originales de San Juan. “Ando buscando a un cabrón para partirle su madre”, decía la primera frase. Hasta un bato llego pintado del Joker, influenciado por el estreno de la película apenas unos días atrás.

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Aparte de alumnos, comenzaban a llegar también medios de comunicación. Alcancé a divisar a Televisa, TV Azteca, Imagen Televisión, Frontera, Síntesis, El Sol de Tijuana y algunos otros. Saqué mi teléfono, abrí Facebook y publiqué: “Se está chingón en los pre de las marchas”. Antes de las 12 éramos, entre alumnos, egresados y gente externa, menos de cien personas. A lo lejos, veíamos que dos guardias rondaban la cafetería y de cuando en cuando hablaban por sus radios. − No están mandando a los mecanismos neoliberales de represión estudiantil. – Dijo Rangel. Piña y yo nos reímos. − ¿Pero no hacen nada? – Pregunté al Piña. − Nel we. Perro que ladra no muerde. Había una chica con camisa verde y una pancarta, diciendo a los demás que la marcha empezaría en quince minutos. Acomodaron la piñata sobre el pilar donde estaba recargada y un hashtag. Pasaron varios a tomar fotos. Mientras tanto, el Piña, Rangel y Alberto Carranza daban declaraciones a los diferentes medios de comunicación para dar pormenores de la situación universitaria. Pasado ya el tiempo establecido, Piña, Rangel y Alberto se concentraron en medio de todos. Piña tomó el megáfono. –

Buenos días, compañeros. Estamos aquí reunidos el día de hoy por el problema que acontece en la universidad: el pago y el robo del gobierno del estado de los recursos universitarios. Estamos en peligro de que la universidad cierre sus puertas porque no se les paga a los maestros, no hay apoyos estudiantiles, no hay becas. Ahora, compañeros, la UABC se está yendo a pique, se están acabando el dinero, los recursos. Es momento de salir a exigir lo que es nuestro.

Piña se vio interrumpido por gritos, chiflidos y aplausos de más o menos 250 estudiantes. Yo de mientras me tomaba una Coca que compré en la cafetería. –

Muchos compañeros toman una actitud derrotista diciendo: “¿Para qué salir?”. Muchos dicen: “¿Por qué nosotros, si para eso está el rector?”. La responsabilidad es nuestra. Si el día de mañana nuestra universidad se va a pique, que no sea porque los estudiantes vegetaron en la indiferencia, que no sea porque no salimos a exigir lo nuestro, que no sea porque no estuvimos aquí, exigiendo el pago del adeudo. Que sea 39 39

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por la ineficacia y la corrupción del gobierno del estado, por Kiko Vega de la Madrid, quien es el principal responsable de este problema. Se vio interrumpido nuevamente por las gentes que empezaron a gritar “Fuera Kiko”. –

Ahora, si el día de mañana nos preguntamos: “¿Qué hicimos nosotros para resolver esta problemática?”, digamos que al menos salimos y lo intentamos, pero que nadie se atreva a decirnos que no lo intentamos. Esa es nuestra consigna, esa es nuestra lucha.

Después de estas palabras nos indicó cuál sería la ruta de la caminata: entraríamos por el pasillo que conecta la cafetería con la facultad de Artes, atravesaríamos Administración para llegar al nuevo edificio de Economía e iríamos por el circuito interior hacia Vicerrectoría, donde entregarían un pliego petitorio. Al final, se tomaría la avenida principal y se colgaría la piñata para que el que quisiera le pegara. Piña, Rangel y Carranza tomaron la delantera junto con otros conocidos suyos. Se empezaron a escuchar gritos de “Kiko, ladrón, te quiero en prisión”, “Cimarrones unidos jamás serán vencidos” y el recurrente “Fuera Kiko”. Me di cuenta de que no se llevaron la piñata, así que la agarré y la alcé para que todos la vieran. Nidia, alumna de Relaciones internacionales y la que gritó que la marcha empezaba en quince minutos, se acercó conmigo y me pidió que fuera adelante. Un par de celulares grabaron por donde iba caminando y solo me detuve a decir “Dice hola” con el de Televisa y “Dice que no hay dinero” con el de Síntesis TV. Seguimos avanzando por el colorido pasillo que lleva a Artes. Las secretarias de la facultad grababan y enfocaron sus teléfonos hacia la piñata. La moví en forma de saludo y les dije “Que no hay dinero, dice, ¿cómo la ven?”. Se rieron. Continuamos hacia la facultad de Contaduría y Administración, no sin antes golpear accidentalmente la piñata con dos árboles cercanos. –

Cuidado, compa, que luego no habrá con quien desquitarnos. – Me dijo Nidia.

Perdón, no me había fijado.

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Me adelanté a la entrada. Comencé a gritar una de las consignas que tuvimos desde la cafetería: “¡Fuera Kiko! ¡Fuera Kiko!”. Salimos por un lado del estacionamiento de la facultad y nos dirigimos al nuevo edificio de Economía. Supuestamente nos volveríamos a reunir ahí, pero seguimos de largo hacia un carril que da al bulevar. Seguimos caminando y los que iban hasta enfrente se fueron directo a la calle, no al circuito interno de la universidad. Una patrulla cerró la circulación para que anduviéramos a nuestras anchas. Cuando yo iba en la esquina, ellos estaban a unos 20 metros. Nidia me pidió que me adelantara para que los medios que cubrían la marcha vieran la piñata. –

¿Hasta enfrente? ¡Fierro por la trescientos! – Dije, mientras un chavo que traía una escoba, tal vez para romper la piñata, y el que se pintó de Joker se venían conmigo.

Nos pusimos enfrente de la manta que decía “Exigimos el pago total de la deuda del gobierno del estado a la universidad”. Ahí estuvimos bastante rato, hasta que nos fijamos que andábamos atropellando a los periodistas. Propusieron ir más despacio y cuando estábamos a un costado del primer estacionamiento, pedí un breve descanso para que los que iban atrás se juntaran con el contingente. Estuvimos un par de minutos gritando más consignas y yo brincando con la piñata en las manos. Unos brincos después, empecé a corear “El que no brinque es Kiko” una y otra vez, hasta que me siguieron el rollo y a los poquitos segundos ya tenía brincando a todos los que estaban ahí. Terminó el brinquerío con un “¡Eeeeeeeeeeeeehhhhh Kiko!” para continuar con nuestro camino. Avanzamos hasta vicerrectoría, nos detuvimos otros breves momentos para volver a juntar a la gente. Convoqué otro brinquerío, ahora con la frase “El que no brinque es panista”. –

No mames. Esto no tiene nada que ver con partidos… – Dijo un chico, molesto, a lo lejos.

Después de un par de minutos, avanzamos. Ahora lancé “Eh puto” un par de veces. Estando a unos cuantos metros del puente, note que el Piña, Rangel y compañía se subieron al puente. Alguien hizo señas de que me apurara. El Joker y yo corrimos. En el trayecto casi atropello a la periodista de Cadena Noticias. Cuando algunos del montón nos vieron, empezaron a gritar “¡Que lo cuelguen!”. Les siguieron los demás. Puse por un momento la piñata en una esquina del puente para que lo fotografiaran. La quité al ratito. Cuando la volvieron a ver, 41 41

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repitieron el “¡Que lo cuelguen!” y alcancé escuchar a uno que gritó “¡Que lo cuelguen de los huevos!”. El Piña me dijo que siguiera gritando consignas para animar a la gente en lo que conseguían una cuerda para la piñata. Grité algunas junto con el Joker y un par de estupideces como “Va a haber para todos, hasta para llevar” y “Señores, hay piñata, hay payaso, que siga la fiesta”. Algunos carros tocaban sus cláxones en apoyo a nosotros. El Piña se subió a los fierros del puente y casi se cae. Como a los cinco minutos se bajaron el Piña y Alberto Carranza para prender el megáfono y que algunos se expresaran. Habló el de los burros, una morra con un discurso motivador y otra que sacó a Ayotzinapa y Tlatelolco. Le dijeron al Rangel que se aventara unas palabras, pero no quiso. Por fin lograron hacer un nudo fuerte a la piñata. El Joker se me adelantó. Cuando ya vi que las patas de la piñata estaban del otro lado de los fierros bajé en putiza. El Joker recibió a Kiko en piñata. Los presentes lo recibieron como “El Bromas”. El Piña ya tenía el palo de escoba. –

No le hagan tanto así, que de por sí es frágil. – Grité, porque movían mucho la piñata.

Ya no aguanta que le digan que tiene un adeudo. – Remató el Joker. Solté una risilla y un par de aplausos.

El primer palazo se lo dio la morra del discurso motivador, pero le pegó tan despacito que no le hizo mucho daño. La segunda fue Nidia. Ella si le dio más recio. Le tumbó las piernas. A un chistoso se le ocurrió poner en la bocina la de “Dale, dale, dale”. Pedí el tercer turno para pegarle a Kiko. Alcé el palo en todo lo alto y grité “¡Por la deuda!”. El primer golpe no sirvió. Me andaban tanteando. No sé como le hice, pero llegó el momento justo, di un brinco, sonó la piñata y salieron volando unos cuantos billetes de papel. La gente gritó y yo festejé a mi manera. Recogí un puño de papelitos y se los aventé a los próximos. Le di la escoba al Piña, quien se la dio a Lebhi, un compañero de Economía, pero cedió su turno a otra muchacha, quien no hizo mucho. Terminado el turno, ahora si le tocó a Lebhi, quien en el primer golpe hizo volar un círculo de cartón. Con el impulso casi le pega al Piña. Al segundo golpe se desprendió un brazo. Pasó otra chica, quien al no alcanzar la piñata,

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quería encajarle el palo. Otros dos chicos pasaron antes de que la piñata quedara destrozada. La tomé por la cabeza y la sostuve como si fuera la de Luis XVI. Terminado el desmadre, nos fuimos en bola a vicerrectoría, donde entregaron el pliego. Hicimos un acto simbólico con nuestras credenciales y después alguien pasó una hoja para anotarse a una especie de comité. Le dije al Piña que me anotara en el hielo. Como a las dos horas de acabado todo el desmadre, el Piña, el Rangel, Alberto Carranza, el Rascón (que llego poco después), yo y otros nos fuimos a uno de los barecitos cerca de la universidad para echarnos un merecido tarro bien helado de cerveza. –

Para ser mi primera marcha no estuvo mal. – Le dije al Piña. – Y eso que yo solo vine a echar desmadre.

Ya me di cuenta we… – Me contestó dando un trago a su tarro.

Celebro tu cambio de ideología política. – Me dijo el Rangel.

Cuál cambio. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa… – Le respondí.

No me quedé mucho tiempo, porque a las 3 y media entraba a trabajar. Cuando llegué, dos compañeros de trabajo me dijeron que me vieron en la transmisión en vivo del Frontera. Uno de los subgerentes no me bajó de revoltoso en toda la tarde. Algunos amigos me comentaron en la foto que subí a Facebook, tomada por el reportero de Televisa, que salí en la tele. Yo no me la creí hasta que me etiquetaron en la nota. A los días me di cuenta de la magnitud de la marcha. En notas de El Universal y Animal Político publicaron sobre la de Mexicali pero con una foto de la de Tijuana. Las transmisiones en vivo de Frontera, El Sol de Tijuana, Cadena Noticias y UniRadio fueron sobre Tijuana. Dedicaron notas en dichos sitios y también en el noticiero local. Menos de 500 opacamos un festival estudiantil de más o menos 35,000 personas. ¿Quién lo diría?

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Armando Mota Pacheco

Si el infinito es bonito, las drogas son hermosas

¿Qué son esas mamadas de morir por amor (por ese nomás se vive)

Que se mueran los feos los bonitos y los que están dos tres,

cuando todo lo que existe puede ser amado y todo lo amado rompe?

que se mueran los muertos y por favor, que me muera yo, de preferencia por una sobredosis de tus abrazos, morrita con pelos de colores y jefes divorciados…

hay que morirnos por gusto, chingao, por haber ido a la guerra nomás pa’ oír los disparos, que la flaca nos encuentre bien correteados bien rimados

atekreas

enculados si quiero que se mueran todos

y sobre todo bien drogados,

o todes o todxs como les gusta decir ahorita es para no morirme solito,

que si no vemos la vida desde diferentes sustancias//espejo ¿cómo vamos querer decir que no

si quiero morirme yo

nos gusta?

es, sí, de una sobredosis pero de pinche activo y CRIKO A LA VERGA

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EL MORADOR DEL UMBRAL © Todos los derechos reservados – El Morador del Umbral Revista Literaria Tijuana, Baja California, México.

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