Libro Feria y Fiestas Patronales de Santiago 2017

AYUNTAMIENTO

SALUDA

DE VILLANUEVA DEL RÍO Y MINAS

Es la primera vez que tengo la oportunidad de dirigirme a todos mis vecinos y vecinas, desde esta página de nuestra Revista de Feria, como Alcalde de este magnífico municipio llamado VILLANUEVA DEL RÍO Y MINAS. En su nombre va implícito el ayer y hoy de nuestra tierra.

VILLANUEVA, reflejo de mi sentir de que por muchos años de historia que nos acompañen, la novedad, lo nuevo, lo actual y el futuro siempre serán nuestros.

RÍO Y MINAS, fuentes de riqueza de una zona rural apoyada durante mucho tiempo en sus recursos naturales y que hoy y en este nuevo tiempo estamos dispuestos a revalorizar, esos elementos naturales que siempre nos acompañarán con un único objetivo, volver a hacer prospera nuestra tierra, nuestro pueblo y nuestra gente.

Quiero desde aquí agradecer a todos y todas esas muestras de cariño que me habéis transmitido tras mi nombramiento como Alcalde, y como tal, voy a hacer todo lo que esté en mi mano para cumplir los objetivos que nos hemos marcado, pero también os pido vuestro apoyo para que todo pueda salir adelante.

Nuestras FERIAS, tenemos que hacerlas grandes. Un espacio donde reine la convivencia entre vecinos, familiares y amigos. Un espacio donde las personas que vengan de otros lugares, se sientan bien acogidas y con ganas de volver a venir. Un espacio donde nos inunde la felicidad y el buen ambiente.

Queridos vecinos y vecinas, este pueblo tiene ganas de vivir y entre todos y todas lo vamos a hacer vivir.

SALUD Y FELIZ FERIA 2017 Vuestro Alcalde Miguel Ángel Barrios González

Libro de Feria 2017 Revista Editada por: Delegación de Festejos Municipal

Maquetación

Delegada Municipal: Josefa Vizuete

Área de Cultura

Feria 2017

SALUDA DE LA CONCEJALA DE FESTEJOS

Josefa Vizuete Queridos/as vecinos/as: Tengo la grata oportunidad de dirigirme a todos/as vosotros/as para felicitaros con motivo de la celebración de nuestra Feria y Fiestas Patronales.

Aunque la situación económica de nuestro pueblo, no permita hacer fuertes desembolsos en actividades lúdicas y festivas, debéis saber que hemos hecho un importante esfuerzo económico para tener unas buenas fiestas, por eso os pedimos a todos/as que disfrutéis y participéis de la que con tanta ilusión os hemos preparado.

La Feria, no es otra cosa, que una forma de divertimiento y celebración colectiva, cuyo fin último no es otro que compartir de manera festiva agradable, momentos en compañía de amigos y familiares.

Sólo me cabe desearos que paséis unas felices y entrañables fiestas en armonía y en buena vecindad, animaros a que participéis de forma activa en los distintos actos programados a lo largo de estos días y en el deseo de que sean de vuestro agrado, espero que a todos/as nos sirvan para darnos un respiro compartiendo alegrías y buenos momentos.

A la buena gente de Villanueva del Río y Minas os mando un cordial saludo.

Es hora de salir a la calle, de sentir y compartir nuestras fiestas desde la diversidad y la igualdad. ¡Felices fiestas!

Felices Fiestas LA CONCEJALA DE FESTEJOS

Programación Feria 2017

VILLANUEVA DEL RÍO Y MINAS

Charanga Rebeca y sus niños y niñas Entrega de Diplomas Estudiantes

MIÉRCOLES 12 JUEVES 13

TRÍO SALERO JAVIER DEL CASTILLO (COPLA) GRUPO DE BAILE DE LAS CUEVAS DJ ANIMADOR ROBERT SONYSON ELEGIDOS

VIERNES 14

SÁBADO 15

PAYASOS : Para los peques a partir de las 18,00 h.

KEN MARIN Y BAMBIT@S DANCE ENTREGA DE PREMIOS DEPORTE

ELEGIDOS DOMINGO 16

DJ CASETA

artículo

EL BARRIO DEL UNO. “CONFIANZA”

Joaquín Nieves Fernández

Joaquín Nieves

Ingeniero de Minas

El presente año y siguiendo el deseo de dar a conocer a mis jóvenes paisanos cosas curiosas e interesantes de nuestra Villanueva del Río y Minas, voy a relatarles el origen de un barrio más, de los que conforman nuestra población. En años anteriores he descrito el origen de varios de ellos que nacieron alrededor de los pozos importantes de extracción de carbón de nuestra cuenca que se iban abriendo y que en conjunto forman nuestra Villanueva del Río y Minas.

Esta vez he elegido describir someramente un barrio que aunque no fue prolijo en extensión urbanística, sí fue muy importante para el desarrollo de la explotación carbonífera, ya que en él se ubicaron, muy importantes departamentos, vitales en una explotación minera como era Minas de la Reunión; creo que la causa de no crearse un barrio de viviendas más numeroso, fue en gran parte debido a su obligada ejecución en una zona, cuya orografía no era muy apta para una correcta urbanización.

Observando el conjunto actual de este barrio nos cuesta esfuerzo poder imaginarse como sería este lugar antes de iniciarse la actividad minera en él.

Cuando se inició la apertura del pozo 1Confianza. Objeto de esta historia, el sitio de emplazamiento era una pronunciada vertiente muy alterada y erosionada por las lluvias que atravesaban la zona y desembocaban en la ribera del Huéznar cerca del barrio de las Cuevas.

El emplazarse el pozo Confianza en este sitio, fue imprescindible debido a la estructura del yacimiento y las labores de explotación. La explicación de su ubicación es meramente técnica que no es necesario ponernos a explicarla ahora pues sería muy extensa.

Como consecuencia de las irregularidades del terreno de la zona y para disponer de espacio para el emplazamiento del pozo y las imprescindibles instalaciones complementarias auxiliares, se fueron

rellenando con los materiales que se extraían en la profundización del pozo 1 y del pozo 4 que se empezó a abrir seguidamente. Esto supuso el taponamiento del cauce de las lluvias que discurrían por la vertiente, y que obligaba a disponer de los alcantarillados y drenajes que se iban necesitando. Como quiera que la producción de estériles era muy importante, cada vez el dique formado por los rellenos y explanación del terreno los drenajes no evitaron continuas inundaciones del barrio. Este problema lo tuvo este barrio muchos años. Creo que cuando se eliminaron las escombreras una vez cerrada la explotación, se han colocado las salidas adecuadas a las aguas en tiempos de lluvia.

Hoy día la zona comprendida entre la vía del ferrocarril, la zona del centro y Constancia ha quedado prácticamente urbanizable, a la vez que se han unido varios barrios. He indicado que el pozo Confianza fue muy bien ubicado; donde lo exigía la correcta marcha de la explotación, y en sus alrededor la empresa construyó varios departamentos vitales para su normal funcionamiento, como explicaré más adelante.

El pozo número 1 Confianza lo inició la empresa Compañía de la Reunión en 1875. Unos años antes se creó la compañía ferroviaria MZA. Como quiera que sus redes ferroviarias circulaban cerca de la cuenca de Villanueva del Río y Minas (CórdobaSevilla), (Sevilla-Huelva), (Sevilla-Mérida) etc, y tenían que consumir carbones extranjeros ingleses y franceses, estudiaron la posibilidad de utilizar nuestros carbones, emprendiendo la acertada política de adueñarse de nuestra cuenca. A la Compañía de la Reunión compró en 1875 sus minas. Aun llegó a construir los últimos metros del pozo número 1. La llegada de MZA a nuestra cuenca trajo la prosperidad y modernidad a todo el yacimiento una vez compradas todas las minas a las empresas que

actuaban en la cuenca (Compañía de la Reunión, Compañía de Hierros y Aceros del Pedroso, Compañía de Navegación del Guadalquivir y canal Fernandino). Alrededor del pozo y donde había alguna posibilidad, se fueron construyendo algunas casitas con lo que empezó a tener el carácter de barrio.

En él, también M Z A construyó una serie de barracones los cuales pasado los años tuvieron utilidades diversas. Yo recuerdo algunos de ellos. Uno en la proximidad del pozo, fue taller de carpintería, (se fabricaban tablas para la entibación, forro de vagonetas etc. ) Otro barracón se adaptó para el casino obrero (la Pringue). Otro fue destinado a garaje de vehículos de la empresa y paralelo otro. Este se habilitó para la residencia del Batallón número 2 de prisioneros de guerra destinados a trabajos forzados durante la guerra civil, después fue destinado a varios usos, despacho de carbón, etc.

A título de curiosidad índico algunos datos o características de este pozo número 1 Confianza.

Se construyó en 1875. Tuvo 106 m de profundidad y sirvió para la extracción de carbón hasta 1887. Fecha en que pasó la extracción de carbones al pozo 4 Magdalena, que estaba funcionando desde 1880, y ya disponía de lavadero y estanques de sedimentación de finos y fábrica de aglomerados (briquetas).

En la explanada formada alrededor del pozo Confianza, la Empresa instaló una ladrillera (tejar) con dos hornos situados entre el barracón de la carpintería y la vía de ferrocarril, solamente se fabricaban los ladrillos utilizados por la Empresa, en la construcción de las casas para los empleados mineros. Entre la vía de ferrocarril y dicho tejar, construyó MZA, un hermoso edificio para almacén general, que tuvo que compartir con la instalación de los talleres mecánicos, a causa del fuego que destruyó donde funcionaba, en las proximidades del pozo número 4. Cercano al taller-almacén, se construyó otro edificio para instalar la fundición con su horno correspondiente, para fusión del hierro y otro para fusión de metales (latón, cobre, etc). En otra ocasión hablaré de la importancia que tuvo dicha fundición, que evitó la inminente parada de las minas, al comienzo de la guerra civil en 1936.

Toda la maquinaria que en el interior se utilizaba, (motores de canales oscilantes, vagonetas, Winches, bombas de desagüe, toda clase de útiles, martillos picadores, punteros y barrenas, etc). Eran de importación, de Alemania, Francia, Inglaterra, etc. Al iniciarse el conflicto, se cerraron las fronteras y dejaron de suministrar todo lo indicado. Durante unos meses se trabajó con las existencias de los almacenes hasta que se agotaron. Gracias al plantel de especialistas con que contaba la Empresa, mecánicos, fundidores, etc. que consiguieron fabricar totalmente el material indicado pudo salvar la

Vivienda Pozo Uno Casino Obrero a mediados de “los 50"

situación de tener que parar el yacimiento durante los años de la guerra. Es mi obligación hacer mención como recuerdo, a la plantilla de talleres, fundición y carpintería, 150 personas, por su encomiable profesionalidad. Yo tuve el honor durante nueve años de pertenecer a la plantilla del taller mecánico, y conocí de primera mano el esfuerzo realizado para conseguir fabricar todo el material indicado, durante el conflicto bélico.

Volviendo al relató que nos ocupa diré que el barrio Confianza, para mí es muy importante. Pasados los años, los espacios libres conseguidos pertenecientes a él, fueron ocupándose con edificios importantes para el desarrollo de la población. En él se instalaron los Bancos, Popular, Banco San Fernando, el edificio de Correos y Telégrafos, etc.

Consiguió unirse a los barrios contiguos, barrio del centro y el Cuerno o Progreso; de este último separado sólo por la vía del ferrocarril.

Poco a poco se han ido rellenando los espacios libres con hermosas viviendas y locales industriales terminando por formar un núcleo sólido y armónico.

Durante muchos años el barrio del 1 acogió el emplazamiento de nuestras inolvidables ferias; en él se instalaban las más importantes atracciones. Llegó a albergar hasta tres importantes circos y atracciones. Es una lástima el no existir en aquellos años, los medios que tenemos actualmente para poder perpetuar su contemplación. Ya sólo los paisanos muy mayores, podemos contar aquellos preciosos eventos, envidia de todos los pueblos de la comarca y que hacían honor a la importancia que representaba Villanueva del Río y Minas.

Resumiendo diré que el barrio número 1 Confianza, hoy ya goza de un bello conjunto, cosa que no ha conseguido aún el barrio Constancia, pero que con los años espero que se unirá con sus barrios vecinos y que nuestra Villanueva del Río y Minas forme un bello conjunto como se merece.

Joaquín Nieves Fernández

artículo Pepe Hinojo

“El Carbonal” y su fábrica de cemento

El topónimo de “carbonal” es debido a que en esa zona del río Guadalquivir se efectuaban los embarques del carbón de las “Minas la Reunión” que eran transportados a través del mismo en barcas hasta Sevilla, con destino la fundición de la Real Maestranza de Artillería de la capital en el siglo XIX. En dicho lugar siempre hubo actividad humana ya que está dotado de fácil comunicación; por carretera y ferrocarril, incluso en la primera mitad del siglo XX, hubo un Destacamento Militar. Fue en octubre de 1945, cuando la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir, solicitó de la Superioridad autorización para la instalación de una fábrica de cemento en El Carbonal, término municipal de Villanueva del Río y Minas, productoras de carbón para la RENFE y adscritas al Patrimonio Nacional del Estado. En atención a la referida petición, fue autorizada la construcción de una fábrica de 75.000 toneladas de capacidad anual de producción, con parte de las instalaciones procedentes del desmantelamiento de CIMENTERIE ET BRIQUETERIE REUNIES de Ravel (Bélgica) adquiridas por la Empresa Nacional Hidroeléctrica del Ribargozana (E. N. H. E. R.), convenientemente acondicionadas y ampliadas en talleres a pie de obra, según expediente de información pública, por OO.MM. de 27 de noviembre de 1947 y 26 de noviembre de 1948. El Ministerio de Industria, en 19 de julio de 1950, (B.O.E. nº 211, de 30 de julio) autorizó a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir la instalación de la fábrica con capacidad máxima de producción de 100.000 toneladas anuales. El 24 de abril de 1953 la factoría fue inaugurada por Francisco Franco, jefe del Estado, con el horno “Humboldt”, de 60 metros de longitud original, ampliado hasta 75 metros, con capacidad teórica de 75.000 toneladas anuales que nunca llegó a alcanzar debido a sus muchas averías y bajo rendimiento, por ser máquinas procedentes de un desmantelamiento. En vista de esto, el Ministerio de Industria autorizó el 14 de julio de 1954 (B.O.E. nº 236, del 24 de agosto) la ampliación, concedida fue de 75.000 toneladas, por lo que la capacidad máxima autorizada alcanzó las 175.000 toneladas anuales. La ampliación se llevó a cabo mediante los oportunos proyectos aprobados por OO.MM. de Obras Públicas del 31 de marzo de 1954 y 17 de julio de 1957. Con esta capacidad de producción de cemento, durante los años entre 1967 a 1971, osciló entre 103.000 toneladas y 140.000 toneladas. Esta fábrica estaba considerada como un centro piloto de investigación por tener en estudio la fabricación de tipos especiales de cemento, como puzolánico especial para obras marítimas, de bajo calor de hidratación, para las grandes obras hidráulicas, especial para hormigones altamente resistentes al ataque de aguas sulfadas. La plantilla de trabajadores, entre titulados, administrativos, técnicos y obreros, era de 160 personas, con remuneraciones por encima de la media nacional y una serie de prestaciones adicionales inmejorables llegando a contar con los siguientes beneficios: construcción de dos poblados, uno en las inmediaciones de la propia fábrica y otro en la cantera de caliza, que constan de las siguientes viviendas: A) Poblado de la fábrica: Una residencia para personal superior; una residencia para personal cualificativo; tres viviendas para la Dirección; siete viviendas para facultativo y setenta y cinco viviendas para técnicos y obreros. En total, 87 viviendas.

B) Poblado de la cantera de caliza: Una vivienda para encargado; una vivienda para maestro y veintiocho viviendas para técnicos y obreros. En total, 30 viviendas.

Por estas viviendas se pagaba un pequeño alquiler simbólico que no llegaba a cubrir los gastos de conservación.

Servicios religiosos: Capilla en el poblado de la cantera de caliza, e Iglesia en el poblado de la fábrica, con un sacerdote regular, nombrado capellán por el arzobispo. Educación: Escuela mixta unitaria de EGB en la cantera de caliza; Escuela unitaria femenina de EGB en poblado de la fábrica; Escuela unitaria masculina de EGB en poblado de la fábrica, las mismas eran servidas por maestros nacionales nombrados por la Inspección de Enseñanza Primaria, a los que se les facilitaban viviendas gratis. Se construyó un moderno edificio para Centro Cultural, que tiene un salón de actos con capacidad de 200 asistentes, para conferencias, actos culturales y recreativos, salón de recreos con billar, juegos de mesa, biblioteca, bar, comedor y residencia para obreros con cinco camas de servicios. Regido por un grupo de Empresa de Educación y Descanso y dotado de una asignación mensual a cargo de la empresa. Se hizo un economato para el beneficio de los trabajadores, controlado por una comisión delegada del Jurado de Empresa, había productos de primera necesidad a precios de origen. Los gastos de personal, transporte, mermas, etcétera, eran soportados por la empresa. Los despachos de carnicería y pescadería estaban dotados con cámaras frigoríficas. El

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funcionamiento de la fábrica de cemento de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir dio vida durante varias décadas al municipio de Villanueva del Río y Minas, porque éste se vio afectado por el cierre de sus minas de carbón en el año 1972. Pero desgraciadamente algunos años después, en 1975, la fábrica dejó de funcionar. Sus instalaciones sufrieron un gran expolio. En el lugar, décadas después, hubo nuevamente un intento de aprovechar los edificios de la fábrica del cemento para crear la Industria de Transformación Integral del Corcho S.L. llamada “Sierra Cork”. Esta por distintas circunstancias lamentablemente no funcionó. Actualmente, el vandalismo está destrozando sus instalaciones. Esperemos que algún día en el lugar surja alguna industria que de vida a la comarca.

Distintas edificaciones de “El Carbonal”

relato Laura Tinajero

Proyecto “reconstrucción”

Ciertamente sabía muy bien hacia dónde me encaminaba aunque no recordaba por qué. Sentía una extraña presión en la nuca, pero continué andando. El sitio me era tremendamente familiar y no había cambiado un ápice en casi treinta años: el mismo olor a eucalipto, el ruido de las motos a lo lejos y el rachear de sus ruedas mientras intentaban hacer "el caballito", el frescor de la ribera al caer la tarde, el color sepia de las aves encerradas tras gallineros improvisados a base de somieres y tejadillos de chapa... Lo empinado de la cuesta y el agua verdosa saliendo por la puerta trasera, la del patio, de la casa de mis abuelos me retrotraían a cuando era niña. “Estarán cambiando el agua a la alberca… será jueves”, pensé al tiempo que hacía un alto en el camino para respirar apoyando mis manos sobre mis rodillas intentando recuperar el aliento.

Los vecinos empezaban a sacar sus hamacas y sillas a la puerta, como cada día al caer la noche, en torno al huerto central desde el cual se divisaba, a lo alto, el horizonte de monte sobre la rivera del Huéznar. No saludé a nadie, ni siquiera me fijé en sus cansadas caras. Sólo me noté extraña e inquieta. Entré en la casa -como llevada por un repentino deseo de interactuar con mi familia-, por la puerta principal oculta entre celosías y atravesé el pasillo buscando las voces de mi gente al fondo. En la cocina una mujer de espaldas y con el pelo rojizo cocinaba algo con olor a cereal; era mi madre. Llevaba un vestido rosa y chanclas azules. Afuera, en el gran patio, mucho mayor que la casa, mi abuelo gritaba exacerbado. Era bajo, enjuto, casi sin pelo y llevaba en su mano una cuchilla de afeitar bien afilada. Hablaba de matar a no sé quién, como siempre. Su estado alterado era casi diario. Prácticamente hablaba solo, con los ojos fuera de las órbitas. Mi abuela le ignoraba por completo mientras ojeaba una revista del corazón, al igual que mi padre aunque éste lo miraba fijamente intentando adivinar por qué de ese comportamiento tan disruptivo.

Cerca de la alberca dos niñas jugaban con un cubo de cinc. Una, la mayor, acarreaba arena sacada de una pequeña estancia construida en una cueva donde mi familia guardaba herramientas y otras cosas inservibles. La pequeña bajaba por las escaleras de la alberca, que casi estaba vacía, para llenar de agua el pequeño cubo. Parecían estar acostumbradas al alboroto, a los gritos, tanto que conseguían aislarse en sus simples juegos infantiles. Sus caras me resultaban conocidas, pero no lograba adivinar de quién eran hijas. Seguramente de algunas de mis primas que vivían en las casas contiguas, o de alguna vecina. Era la única casa con piscina en toda la zona y siempre había gente de fuera en aquel patio repleto de flores y decorado con rocas que daban forma a las famosas cuevas del barrio.

De pronto, alguien entró por la puerta trasera, la que daba acceso directamente a la alberca. Era un hombre de unos cuarenta años, atractivo y fuerte, de pelo castaño claro. Agarró a una de las niñas, a la mayor, y directamente me fui hacia él para evitar lo que estaba haciendo. La niña gritaba fuera de sí llamando a su madre.

Por el monólogo estridente de mi abuelo el resto de mi familia no podía escuchar lo que al fondo del patio estaba ocurriendo. La niña pequeña salió corriendo en busca de ayuda, pero antes de llegar a donde mi padre y a mis abuelos estaban, mi madre, intuitivamente aparecía en la puerta que daba acceso al patio con los ojos llenos de lágrimas temiendo lo peor. Una corazonada, en décimas de segundos, le había alertado de que algo les estaba ocurriendo a aquellas niñas.

Intenté lo que pude para que ese individuo dejase a la niña en paz, pero todo fue en vano: mis patadas y puñetazos no le hacían ni el más mínimo daño. Me era imposible arrancar a la niña de sus musculosos brazos.

Me sorprendió ver el rostro de mi madre en aquel instante. Su piel lucía tersa como una ánfora recién barnizada pero cuajada de lágrimas. Intentaba gritar casi sin poder esbozar ni media sílaba ya que la tensión la había dejado sin voz.

Mi padre agarró la navaja de afeitar de mi abuelo, que seguía con su perorata, y dando grandes zancadas

llegó hasta aquel individuo que aún no había soltado a la niña. La hermana menor se agarraba al vestido de mi madre presa del pánico obstaculizando su movimiento. Mi padre, extrañamente delgado y con mucho más cabello del que acostumbra, se afanaba contra el intruso pero éste ni sangraba ni se le veía afectado por las puñaladas propinadas por mi padre.

Mis abuelos tardaron minutos en reaccionar, demasiados, y de manera muy pasiva, como si no fueran capaces de entender el peligro que entrañaba la escena, como si fueran espectadores de una obra de teatro. Así me sentía yo también al ser incapaz de evitar lo que allí estaba ocurriendo.

Cuando el individuo se disponía a sacar de aquella casa, por la puerta del patio, a la niña, tras los intentos fallidos de ayudarla de mis padres, éste se paró en seco en medio de aquel acceso por el que aún corría el agua verdosa de la alberca, dejó a la niña en el suelo, y salió hacia la calle como un autómata.

Mis padres y yo salimos tras él, pero fue imposible atraparlo, corría demasiado. Una camioneta, cargada de más individuos que llevaban monos blancos y capuchas del mismo color, paró junto a él y éste se subió en ella alejándose del barrio de Las Cuevas para siempre.

En ese momento, un hombre uniformado se acercó a mí: “¿Larisa Méndez? Venga conmigo”. Sin apenas percatarme de ello, todo desapareció: mis padres, las niñas, mis abuelos, la casa de la alberca, los vecinos, el barrio de Las Cuevas… Estábamos dentro de una de las naves del antiguo pozo número 5 de La Mina según me informó el agente. Allí un montón de gente esperaba sentada junto a pantallas sin soporte, en el aire, donde se proyectaban diversas imágenes.

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“Bien, Larisa. Hemos intentado llevar a cabo su programa de Reconstrucción Familiar, pero, como ve en estas imágenes que le mostramos, no se ha podido cumplir la misión con éxito. El intento de su secuestro por parte de uno de nuestros agentes no ha causado la más mínima reacción empática natural de sus abuelos como para que en sus recuerdos pudieran gozar de una mejor relación entre los miembros de su familia. Sentimos que no hayamos podido conseguirlo. Le será devuelto el importe del servicio además de recibir una indemnización por parte de la empresa. Gracias por participar en el proyecto. Le retiraremos el chip en unos minutos. Un vehículo la llevará de nuevo a Barcelona”.

relato José Quesada

Última noche Fotos de la nevada en La Mina en 1953

Este cuento recibió el Primer Premio en el IV Concurso de Relatos Mineros “Manuel Nevado Madrid”, y está recogido en el libro de cuentos Vino Amargo (Editorial Autores Premiados, Sevilla, 2013).

Última noche El abuelo José tiene hosco el humor y el don de adelantarse a los hechos desde aquella mañana del año cincuenta y cuatro en que una barrena mal colocada sacudió los bajos del cauce del río, desquebrajó una veta de pirita como si fuera cristal, desbarató los puntales de madera, y arrastró por la galería a toda la cuadrilla del turno de madrugada. Al abuelo lo sacaron medio muerto ocho horas después y lo trasladaron a un hospital de Sevilla. Seis días tardó en recuperarse de las taquicardias del miedo, los tembleques de la hipotermia y las vomitonas de hulla que le volvieron del derecho y del revés el estómago. Cuando despertó miró a mi abuela, que había estado velándolo durante todo ese tiempo, se sacó la sonda y los goteros, escupió el último resquicio de carbón y bilis que le quedaba en la garganta, y dijo: vámonos antes de que nieve. Esa misma noche, desde su habitación en la última planta del Hospital General, asistió a la única nevada que el siglo derramó sobre Sevilla. Mi abuela se persignó mientras miraba los copos esmirriados bajar con la levedad de una pluma sobre el asfalto, y aún precisó de su fe proverbial para no caer en el engaño de creerse víctima de una alucinación de la duermevela y el insomnio forzosos. Desde entonces se volvió huraño, dice mi abuela, y tiene la facultad de adivinar el porvenir.

Esta noche es también una noche fría, de esas que se despereza en la madrugada con carámbanos en los alares y escarcha en las cunetas. Así que me extrañó verle en el quicio de la puerta.

—Dame uno de esos rubios que tú gastas, chaval —me dijo cuando llegué hasta él.

Me saqué el paquete del bolsillo y se lo alargué.

—No te viene bien fumar —le dije.

—Lo que no ha podio matar el grisú y la silicosis, no lo va matar esta mierda de señoritas.

Fumamos sin mirarnos a la cara. El humo y el vaho se confundían en una nebulosa fantasmal. Toda la escena me resultaba ficticia. Mi abuelo y yo pocas veces nos hemos parado a conversar y yo noté que él quería decirme algo.

En el silencio de la noche, sólo se oía su respiración pedregosa. Nada me dijo. Arrojó la colilla a la reguera, me besó en la frente y entró en la casa arrastrando los pies y su cansancio de noventa y dos años. Fue hasta la cocina y besó a mi madre, que andaba fregando los platos de la cena. Regresó al salón y dio un beso en cada mejilla a mi abuela.

Luego, en silencio y sin volver la vista atrás, se metió en su cuarto.

Mi abuela se persignó, como aquella noche nevada del año cincuenta y cuatro, y dejó caer una lágrima. Una sola lágrima.

artículo

El sueño que nos debemos los mineros

Bárbara Espinosa

¿Cuántas veces hemos paseado por nuestro pueblo y nos hemos preguntado por qué aún no se hace nada por su patrimonio?, ¿cuántas veces un amigo o amiga de fuera nos ha preguntado por qué nuestros edificios más emblemáticos y representativos se encuentran en el más absoluto abandono y sin ningún uso y no hemos sabido o no hemos sido capaces de dar respuesta?, ¿cuántas veces has pensado en qué pasará con la Casa de Dirección?, ¿por qué el Teatro-Cine está cerrado?, ¿por qué el antiguo Hospital está destrozado? ¿Qué le contaremos o mostraremos a nuestros nietos y nietas? o, lo que es peor, ¿llegaremos a contárselo o mostrárselo siquiera a nuestros hijos e hijas?

Quizá actualmente se trate de una cuestión económica. Pero, ¿y antes?, ¿qué ha ocurrido durante casi 50 años para que no hayamos sido capaces de ponernos en valor a nosotros mismos?

En el fondo de nuestras almas, todos sabemos que este patrimonio no sólo está conformado por edificios sin vida, sino por un patrimonio también inmaterial, en cuanto a que simboliza las raíces de nuestros abuelos, de nuestros padres y de miles de personas que vinieron para lograr el sueño de una vida mejor a cambio de su esfuerzo y, a veces, de su vida.

Desafortunadamente, el tiempo es el peor enemigo de la memoria, y es por ello que con el paso de los años perdemos no sólo materia sino identidad. Debemos ser un pueblo unido, involucrado, que luche a una por conservar sus raíces en homenaje a sus seres queridos y a nosotros mismos.

Chimenea de ventilación del Pozo 4. Marzo de 2016. Fuente: Bárbara Espinosa Gavilán]

«Inútilmente, magnánimo Kublai, intentaré describirte la ciudad de Zaira de los altos bastiones. Podría decirte de cuántos peldaños son sus calles en escalera, de qué tipo los arcos de sus soportales, qué chapas de zinc cubren sus techos; pero sé ya que sería como no decirte nada. No está hecha de esto la ciudad, sino de relaciones entre las medidas de su espacio y los acontecimientos de su pasado (…)»

ITALO CALVINO, Las ciudades invisibles, Italia, 1973

Pese a que la colocación de una placa con el nombre de nuestros antepasados, caídos en un durísimo trabajo como es la minería del carbón, es un gesto precioso hacia ellos y permite que no queden en el olvido, realmente el mejor homenaje sería conservar su recuerdo mediante la transmisión del mensaje del origen que encierra nuestra arquitectura, nuestras fiestas y costumbres y nuestro carácter luchador.

Todas estas cuestiones, provocaron el nacimiento de una creencia en mí: la de que podemos llegar muy lejos si conseguimos sensibilizarnos ante la historia de nuestro pueblo mediante su conocimiento. Tenemos un potencial que, a veces, parece que sólo ve el visitante. Nosotros mismos debemos ser nuestros salvadores en este aspecto, está sólo en nuestras manos.

Hace relativamente poco se me presentó una oportunidad que llevaba tiempo esperando y que no podía quitar de mi mente: el tener a mi alcance el poder conocer con profundidad la arquitectura industrial de nuestro pueblo.

Comenzar por esa materialidad de la que hablaba para, casi sin darme cuenta, enamorarme aún más de él en todos los demás aspectos.

Emplazamiento de barrios -en rojo-, equipamientos -en verde- e instalaciones industriales -en amarillo- a excepción de los Pozos 7 y 11.

Fuente: Bárbara Espinosa Gavilán sobre fotografía de vuelo fotogramétrico digital (PNOA 20102011)]

Con la ayuda de muchas personas, entre ellas, como no, del siempre dispuesto a colaborar Pepe Hinojo, cronista local y símbolo de sabiduría, me decidí a hacer mi Trabajo Fin de Máster sobre la Arquitectura Industrial de las Minas de la Reunión; en concreto sobre los sistemas estructurales y los materiales utilizados en su ejecución, vinculados ambos con los sistemas productivos que la generaron.

Ello supuso una investigación intensa, de visitas de horas y horas a nuestro Archivo de las Minas de la Reunión para encontrar datos hasta ahora desconocidos y sacarlos a la luz en mi trabajo. No os imagináis cuantas sorpresas fui llevándome conforme avanzaba… cada día era un desafío mirar entre esas montañas de cajas. A veces, era difícil no dejarse llevar por la curiosidad y no entretenerse leyendo otros documentos que repercutían en menor grado en el tema de mi trabajo.

Nota al Ingeniero Jefe (Juan Gómez Torga) con croquis y medidas de armaduras de madera para las cubiertas de las viviendas del barrio Casas Nuevas. 17 de octubre de 1915.

Fuente: Archivo de Minas de la Reunión, Construcción de casas para obreros, carpeta 47-10]

«Muy Sr. Mío: Baeza terminó felizmente, y a satisfacción, la talla del arco del pórtico de la Iglesia, invirtiendo en su trabajo 45 días; algunos más de los calculados para dejar el trabajo tan cuidadosamente hecho como se halla en los pilares.»

Carta de JUAN GÓMEZ TORGA, Ingeniero Jefe de las Minas de la Reunión, a D. Cayetano González. 14 de septiembre de 1923. Archivo de Minas de la Reunión, Iglesia, carpeta 5-15

En efecto, entre los descubrimientos más importantes estuvo el conocer la vinculación de nuestra arquitectura a nombres como el de Luis Rank -figura con un papel muy destacado en Sevilla al introducir las aplicaciones de las nuevas técnicas de hormigón armado a obras industriales, militares o de transporte-.

Necesarias para llegar a mi objetivo también fueron las conversaciones con los propios vecinos de cada barrio o con personas mayores que me proporcionaron fotografías, la búsqueda en bibliotecas de bibliografía específica o la ayuda y apoyo de mi tutor, también amante del patrimonio industrial, Julián Sobrino.

Parte de presupuesto para la construcción de una bodega en cemento armado realizado por la empresa de Luis Rank. Agosto de 1923. Fuente: Archivo de Minas de la Reunión, Construcción de un despacho de vinos, carpeta 26-3]

De esta forma, pude constatar las diferencias que existían en cuanto a sistemas constructivos y materiales se refiere, según las diferentes tipologías edificatorias -barrios, equipamientos e instalaciones industriales-. Este análisis facilita el establecer las directrices futuras adecuadas para una correcta conservación y mantenimiento de ellas.

Somos un pueblo único y rico en valores patrimoniales: arquitectónicos, naturales, paisajísticos… donde se dan ciertas peculiaridades. Entre otras, el hecho de que tengamos un pueblo matriz con una riqueza histórica excepcional: Villanueva del Río. O el barrio de El Carbonal, con su Fábrica de Cementos y vinculado a La Mina desde su creación. No menos importante deja de ser el yacimiento arqueológico romano de la ciudad de Munigua, esa grandísima joya, desconocida aún para muchos y equiparable en importancia a otras más conocidas como Itálica.

En definitiva, no existe pueblo en la comarca, ni en la provincia de Sevilla, que reúna estas excepcionales características. Todas ellas deben verse como el eje vertebrador de lo que es y puede ser en un futuro esperemos no lejano Villanueva del Río y Minas.

En breve, si estáis interesados, sería un honor para mí presentaros el contenido de mi trabajo en un encuentro donde todos podamos escucharnos, debatir y compartir ideas sobre nuestro patrimonio. ¡Estáis todos invitados!

: Alzado incluido en el proyecto de edificio para recreos. Fecha y autor sin determinar. Fuente: Archivo de Minas de la Reunión, Construcción de un edificio para teatro, carpeta 49-12]

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La Mina tiene un tesoro

Eduardo Trías

Periodista y Crítico de Cine Hay un tesoro en La Mina que imagino que todo el mundo conoce, pero para el que no lo sepa y para todos en general me gustaría contaros mi experiencia en este tema.

Quería hablaros de las Hermanas de la Cruz. En nuestro pueblo tienen una casaconvento. Mi abuelo, como benefactor, y mi familia hemos tenido mucho trato con las Hermanas. Yo las recuerdo desde chico, por parejas. Un icono desde hace más de un siglo, una imagen entrañable por habitual, con esas ropas recias y austeras tanto en el frío invierno como en el caluroso verano.

No quiero hablaros de aspectos religiosos, de su compromiso con Dios, de su integración como congregación religiosa en la Iglesia. Mucha documentación hay sobre ello y no es un tema que domine. Ellas como Congregación han desarrollado su espiritualidad y su soporte como institución de la Iglesia católica y apostólica. Para mi las Hermanas de la Cruz son unas personas que a parte de su religiosidad y su fe cristiana van mucho más allá. Y en ese sentido es una institución que respeto desde lo más profundo de mi corazón.

Es encomiable con la tenacidad que su fundadora creó la Congregación. Santa Ángela de la Cruz, Sor Ángela, la Madre Angelita de origen muy humilde, de cuerpo menudo y frágil que por encima de todos los obstáculos consigue crear una institución que ha llegado a ser admirada y respetada por todo el mundo, de toda clase social, ideología, creencia y condición. Basándose en la permanente renuncia y humildad. Y en la entrega a los pobres, ancianos, enfermos, necesitados y desprotegidos.

Del convento de Las Minas fue Superiora, Madre General, Madre María de la Purísima, fiel seguidora de Santa Ángela. Mujer, sin embargo,

proveniente de una distinguida familia de alto nivel social. Varias veces vi yo a esta señora, precisamente en casa de mis abuelos. Era yo un crío pero recuerdo con la inocencia y pureza de esa temprana edad la impresión que me causaba, la de una enorme paz y un sentimiento extraordinario de tranquilidad.

Por mi recuerdo y por los que la conocieron al parecer era una mujer serena, cercana, humana, elegante y con una enorme clase con la que todo el mundo quería tratar. Era admirable, al parecer, la entrega al dolor de los desprotegidos, como cada día con sus propias manos asistía a la enfermedad y a la muerte, a las necesidades y desesperación de los más necesitados. Sin importarle lo duro o desagradable que fuera la tarea.

Me he referido a los dos pilares de las Hermanas de la Cruz, pero lo hago extensivo a todas, del pasado y del presente, como he leído por ahí “Ángeles en la tierra”. Las Hermanas saben del silencio, de los secretos de los días y de las noches, de la soledad y la desesperación. Es precisamente eso… tienen un secreto, un conocimiento, un saber que desde la Madre Angelita ha ido transmitiéndose de generación en generación a las mujeres que a ellas y al espíritu de la congregación se entregan.

No sé como es, seguramente en los ejercicios que periódicamente hacen en la Casa Madre donde se transmiten y comparten ese secreto que sin duda tiene que ver con la bondad, con la infinita generosidad, con el convencimiento de que el amor todo lo cura y lo puede. Es actuar con bondad, las acciones que permiten que la felicidad aparezca en la vida de los que nos rodean, de los otros y si no al menos el alivio de las desgracias.

Es el trabajo sereno que descansa en la

razón y se mueve en la pasión de ayudar al prójimo. Con esa pasión, con su entrega, con su entusiasmo las Hermanas consiguen su objetivo, aliviar y ayudar al desprotegido. Y contagiar a su entorno y a todos quienes con ella tienen contacto. Han llegado a conseguir de la iglesia el máximo reconocimiento de la institución, la santidad de su fundadora. Es el poder del amor y la generosidad.

No ya una a una, sino como colectivo han conseguido que el espíritu de la Congregación y de sus actividades en la sociedad se base en la bondad suponiendo esta una virtud con un extraordinario poder, una energía que es la que canalizan las Hermanas para desarrollar sus tareas Esta energía, aunque suene a muy poco concreto y difuminado, llega y lo hace de modo contundente y pleno, ayudando de modo destacado en el camino de la alegría, la sanación y al menos en el del consuelo de enfermos, pobres y necesitados.

Este es el gran secreto de estas personas, es un secreto a voces que proclaman irradiando bondad. Una energía universal y poderosísima que he tenido el privilegio de vislumbrar en mi mismo cuando he hablado con ellas, las he ayudado a amortajar difuntos de mi familia, cuando he visitado la Casa Madre y la celda de Santa Ángela de la Cruz su fundadora, y cuando se me viene el recuerdo de mi infancia cuando Madre María de la Purísima me rozaba levemente la cabeza a modo de saludo reconfortante. Que paz y que consuelo han tenido que aliviar esas poderosas manos en los desfavorecidos.

Y ese es el gran tesoro que tiene Villanueva del Río y Minas, poder contar con ellas. Tenerlas en el pueblo. Son unas paisanas silenciosas y humildes dignas de todo el cariño y el respeto, independientemente de que seas creyente o no. Por el hecho de que son buenas que hacen bien y ayudan donde más se necesita.

Convento en sus primeros años

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FERIA 2017

FERIA Y FIESTAS PATRONALES DE VILLANUEVA DEL RÍO del 25 al 30 de Julio

Andrea Martínez Reina 4º

PROGRAMACIÓN MARTES 25 DE JULIO PROCESIÓN DE SANTIAGO EL MAYOR FERIA Y FIESTAS PATRONALES DE VILLANUEVA DEL RÍO del 21 al 25 de Julio

MIÉRCOLES 26 DE JULIO CHARANGA DJ CASETA

JUEVES 27 DE JULIO TRÍO SALERO VIERNES 28 DE JULIO JAVIER DEL CASTILLO (COPLA) GRUPO DE BAILE DE LAS CUEVAS DÚO REVOLUSCHOW

2017

SÁBADO 29 DE JULIO ENTREGA DE PREMIOS COPLA ANABEL SEONE DÚO REVOLUSCHOW

DOMINGO DJ CASETA

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Manolo Troncoso

POEMAS Y DEDICATORIA

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VILLANUEVA Trigo en la sementera verdor de olivos, naranjos y cigüeñas apacible río, que serpentea.

Dama de noche, Ejido Palmarillo, Fuente y Molino, Camino de la barca que a mí me lleva...

Guadalquivir que besa y te acaricia, y en tu torre se recrea, en la orilla del verso del que sale este poema.

Que eres Pastora y Cautivo, Dolores y Virgen buena, Iglesia de Santiago y Rosario de Villanueva.

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En tu altar Cautivo En tu altar Señor Cautivo recibes nuestra oración y el aroma del incienso que es esencia de Pasión.

En tu casa nos recibes templo para el perdón, consuelo de poderosos que perdieron su galón.

Hogar del indigente refugio para el dolor, para las almas carentes de esperanza y de valor.

Así que soy peregrino a esta Iglesia bonita, buscando siempre el camino que la fe me resucita.

Cautivo de Villanueva en tu altar, que no es de oro, ya sea otoño o primavera todo el año es un tesoro.

CRUZ Y JOSÉ

El 22 de Enero pasado, nos dejó José Reyes González, nuestro paisano y amigo, nuestro Joseli, nuestro sillero.

Vinculado al Cautivo y a su Villanueva, siempre estuvo al servicio del pueblo, de su gente y de la devoción al Cristo.

Por eso, dedico estas estrofas a ese matrimonio maravilloso como expresión del sentimiento que, hacia esta pareja encantadora, teníamos y tenemos todos los villarroteños.

Por la calzada va mi Cruz, va María a la Tahona suspirando en esa hora en que recuerda a Jesús.

José está en el taller carpinteando madera, torneando la ilusión que le ilusiona a cualquiera.

Taladro, escoplo y formón asiento de enea, viruta serrín y sudor José y Cruz en su platea.

El patio no es Nazaret es atrio de Villanueva por donde entra la luz y el olor a yerbabuena.

POESÍA

ROSA MARÍA GARCÍA

Villarroteña, por la gracia de Dios Como dos amantes, el alba y yo, recorremos en silencio las calles de mi infancia.

Es mi pueblo blanco, una herida en la memoria que atraviesa de parte a parte el mapa de mis recuerdos.

Allá en la plazoleta anidan mis pasos, detrás de una puerta abierta de par en par, oliendo a pan recién hecho y a acacias, añorando la risa y los abrazos de los que se fueron, brotando en el corazón de la tierra para volver siempre que me encuentre perdida.

Me asomo a la cal de mi patio, al lenguaje de los gorriones, a la sombra de la torre milenaria, cuando la luna le presta su vestido de plata en la noche de Santiago, cuando las estrellas juegan a las cuatro esquinas en las ruinas del Palacio, cuando el rubor del trigo la engalana, cuando acarician las campanas su corazón de barro…

Como dos amantes, el alba y yo, cruzamos la distancia que hay desde el alma a las palabras, y escribo en la piel de los sentimientos mientras cantan los grillos en los corrales y se escucha el soliloquio del agua en la fuente vieja, ¡quién pudiera quitarse la sed de ésta nostalgia!

Mientras… dejo correr, como los años, al Guadalquivir por mis venas.

Rosa Mª García Barja

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