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Un día que muestra la oscuridad nacional

Incertidumbre, opacidad, corrupción, impunidad. La vida continúa, pero la oscuridad avanza sobre Guatemala. La democracia se ha debilitado y el sistema político, en vez de transmitir esperanza, genera desconfianza y malestar. Los sucesos de una jornada son reflejo de la situación que se vive, en medio de arbitrariedades de las autoridades. El autoritarismo está presente. Las noticias que acaparan la atención pública: una encuesta que suma desesperanza; dos juicios amañados al mejor estilo inquisidor –como el que antes se siguió contra la exfiscal Virginia Laparra–; el nefasto Ministerio Público confirma la persecución contra nueve periodistas de elPeriódico; y la Corte de Constitucionalidad (CC), como se esperaba, impide en última instancia la participación del binomio del Movimiento de Liberación de los Pueblos (MLP).

No aparece en los titulares, pero mientras todo esto ocurre, miles de guatemaltecos tuvieron que salir del país ayer en busca de un mejor futuro en EE.UU., y otros tantos sufrieron por actos de extorsión, un mal que agobia. La oscuridad abarca también la educación nacional y al sistema de salud. La lista podría seguir.

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Es apenas un “día cotidiano”, con algunos hechos relevantes –pero no novedosos–, que muestran la forma en que el siste- ma autocrático castiga a quienes discrepan, critican o investigan. A ellos se les ubica del lado de los “opositores” y sufren de una persecución implacable que les puede llevar a la cárcel o al exilio.

El país está polarizado, producto de la ingenuidad de muchos, que piensan que el problema de fondo es ideológico. No hay ideología como causa, se trata de una confrontación provocada y manipulada, para que los poderes ocultos puedan salirse con la suya.

Ayer anticipamos que el juicio contra el periodista José Rubén Zamora sería una especie de “linchamiento”, y poco a poco se van cumpliendo los pronósticos. No se tomará como testigo a quien le dio el dinero –el fondo del juicio–, porque el hacerlo serviría para demostrar que no se trata de fondos ilícitos y, por lo tanto, no puede haber lavado de dinero. Tampoco hay pruebas sustentadas para las demás imputaciones del MP y “fundaterror”, aunque eso no será importante a la hora de emitir la sentencia condenatoria, porque como anticipamos, el acusado no tiene siquiera medios de defensa, porque un juez no se lo ha permitido y, por lo tanto, la decisión ya se tomó.

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