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EN TEORÍA, ASÍ COMO HAY PODEROSOS SECTORES ECONÓMICOS Y POLÍTICOS QUE VEN UNA GRAN OPORTUNIDAD EN ESTE NUEVO ORDEN DE COSAS.

¿Podrá Guatemala aprovechar el nearshoring o friendshoring? Mancur Olson, famoso economista, autor de El Nacimiento y Declive de las Naciones, libro de especial interés para la problemática que viven países como Guatemala en este sentido, diría que la respuesta radica en entender que “las naciones producen dentro de sus fronteras no lo que su dotación de recursos permite, sino aquello lo que las instituciones y las políticas públicas permiten.” Es decir, la dotación existente de recursos en un país es una condición necesaria para participar exitosamente en la economía mundial, pero no suficiente. En lo que a este nuevo fénomeno global se refiere, Guatemala ciertamente representa una jurisdicción ideal para las empresas transnacionales interesadas en relocalizar sus inversiones productivas cerca del mercado norteamericano, así como por su abundancia relativa de mano de obra.

No obstante, diría Olson, aunque muy importantes, estos factores no son los que finalmente determinarán la suerte que el país tenga en esta materia.

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Si las políticas públicas y las instituciones son tan importantes, resulta obligado preguntarse qué tipo de reformas se requieren para sacar provecho a la reconfiguración de la economía global. Dado que cualquier tipo de reforma económica, en especial todo lo referente al comercio internacional, provoca ganadores y perdedores, resultario ingenuo pensar que el tipo de reformas que requiere el aprovechamiento del nuevo orden internacional es un asunto respecto del cual todos los intereses estarán alineados en la misma dirección. En teoría, así como hay poderosos sectores económicos y políticos que ven una gran oportunidad en este nuevo orden de cosas, también han de existir poderosos intereses políticos y económicos que se siente amenazados por el tipo de reformas necearias para sacar el mayor provecho para el país. O bien, en el mejor de los casos, no ven ganancia alguna para ellos en este proceso y, por tanto, carecen de interés alguno en apoyar las reformas necesarias para ser exitosos. Con el ánimo de completar un mínimo marco de referencia para entender el reto que el país tiene por delante, las aseveraciones de Olson hacen inevitable recordar las lecciones principales del Neoinstitucionalimo Económico en materia de desarrollo económico. En especial, el aporte de Douglas North, Premio Nobel en Economía 1993, en relación al origen de las instituciones y, por ende, de las políticas públicas. Según este autor, las instituciones de un país no son el resultado de un proceso de búsqueda racional y colectivo de la eficiencia y el bienestar general, sino de la búsqueda de intereses particulares por parte de los grupos que controlan el poder. Saque cada quien sus propias conclusiones al respecto y el futuro económico del país.

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