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Guatemala: Un laberinto perfecto; es decir sin salida

La Constitución de 1985 y las elecciones del 1986 dieron lugar a una incipiente y precaria democracia que progresivamente degeneró en un infame, pero innovador narco clepto feudalismo anacrónico, asfixiante y opresivo, que operativamente funciona como una dictadura multipartidista fascista y tiránica, cada vez menos arropada, al extremo que apenas oculta la realidad. Una siniestra farsa política

“constitucionalmente” inmoviliza el país y no parecen existir ni se vislumbran senderos ni caminos para una reforma política con el fin de instalar una genuina democracia. El Estado y sus instituciones, nuestras propias leyes enmascaran el rostro de la realidad: Guatemala es una piscina, pero en lugar agua, está llena de mierda y todos estamos metidos adentro. La única salida posible no obstante sus riesgos mortales inherentes, es el tortuoso éxodo.

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