Suplemento Cultural Contenido 17-01-15

Page 1

sábado

17

de

enero

de

CONTENIDO

2015

9

Crónicas del Olvido

DESASOSIEGOS ALBERTO HERNÁNDEZ

1.-

J

esús Alberto León es un permanente viajero en la poesía. Vive en ella, respira en ella. Se trama entre los versos y extrae lo más sincero de su espíritu. Desde hace décadas lo sabemos entregado sin sosiego: cuerpo y alma en una labor que prestigia la memoria otra de las voces más interiores, las que nos atañen en tanto cercanía. El poeta Jesús Alberto León, autor de los poemarios Desvestiduras (Contextos, 1991), Despojamientos (Fundarte, 1997), Riesgo de cercanía (Eclepsidra, 2001), Habitar el instante (La Nave Va, 2006) y ahora de Desasosiegos (Editorial Equinoccio, USB, Caracas 2010), ha viajado sin descanso, con rigor monacal, con la poesía a cuestas, con la liviandad de sus sonidos y con el peso de saberse responsable de un compromiso con él mismo y con el silencio que lo ha convertido en un observador acucioso. El universo creativo anterior de este escritor venezolano estuvo centrado en la narrativa. En la década de los años sesenta publicó dos reconocidos libros de relatos que lo calificaron como uno de los más importantes narradores de aquella ya perdida Venezuela. Así, Apagados y violentos (Tabla Redonda, 1964) y Otra memoria (Monte Ávila Editores, 1968) lo sometieron al escrutinio de unos lectores exigentes, los mismos u otros que hoy lo leen en poesía. Una poesía que también ha propiciado críticas favorables por todo lo antes expuesto. Pero además de todo esto, Jesús Alberto León es científico: biólogo y matemático egresado de la UCV y Ph.D por la Sussex University. Ha sido profesor de universidades tan importantes como Stanford, Harvard, Sao Paulo y Trieste. Con su valija han transitado las humanidades y las ciencias en un solo viaje, que

ha multiplicado las diversas maneras de mirar el mundo. 2.Inquietud es el sinónimo de estas páginas articuladas por tres partes (Atisbos, Descalabros y Avatares) que las hacen cuerpo de una misma inflexión. Ser, sentir el ser podría albergar el título que nos regala el poeta. Un ser que habita en cada poema, que se deslava en cada verso, que se desahoga en cada palabra que pronuncia. Digamos, con el mismo aliento que lo sostiene, hace el poema, lo construye con la visión de Bachelard (*) “El alma que ama el viento se anima…”, se expande hacia diferentes espacios. Inquieto, el poeta se llena de ese aire para “Respirar levemente línea a línea/ hasta llenar la página, quizás / y detenerse luego, al revisar, / comprendiendo que se vivió un poema…”. La levedad de su ser no lo aleja de la fuerza de la voz que lo atrapa. Así, el poema es el ser:

es el poeta, su inquietud. Decir, sentir, vivir el poema, ser el poema, anidarlo en “Una constelación de impulsos, de latidos, / reunidos con naturalidad/ por la ley de los astros, por el giro/ sosegado de cada palabra”. Sostiene una poética, la devela más adelante en “Ni un solo verso fácil sirve de algo (…) No hay poesía sin más dificultad”. Quien se resume en estas líneas sabe que la inquietud, la falta de sosiego, es el poema mismo, la razón de ser, decir y sentir de la poesía. Asunto ontológico que deviene porfía “las palabras insisten, se deslizan, / no cesan de gotear…”. Asomo, espacio interior que libera toda la carga de quien se sabe parte de un designio. No en vano Baudelaire visita estas hojas y hace decir de “los ruidos delicados” y “el perfil del silencio”, en correspondencia con la ambigüedad, con el “susurro hondo de los huesos”. Sigue siendo el

poema la estructura que aqueja, que inquieta y al calco de esas afirmaciones sentir que “Solamente borrándose/ puede uno perdurar” y “resucitamos apartando animales”. El silencio, tema de alzada: Jesús Alberto León es el poema de su propia presencia: tiene en el silencio uno de su mejores aliados. No deja de estar en el poema. No deja de ser y decir. Se pasea por las líneas del texto y dice en clara referencia lo que ha sido siempre “Uno aprende a callar/… uno aprende a amputar los ruidos vanos/ con un filo indignado”. Si la procesión es interior, la voz se hace unánime con el conocimiento que se tiene de quien habla, de quien silabea, de quien vive en silencio, de quien calla y hace poesía desde donde “podría alguien creer que soy yo alguien”. Un alguien cuya existencia se afinca en la luz, en la transparencia, en el poema que no habla pero sí dice, así como “El día va desnudándose/ sin que uno pueda verlo”. Una pregunta desnuda la voz que asomaba al poema “¿volverá el esplendor?” 3.La morfología de la casa detiene al poeta en medio de las cosas. Las nombra, las registra. Diario y cotidiano reacomoda el mundo, lo mueve. Afuera, un poco más allá del poema, la noche pasa y hace que quien se siente acosado sea parte de “La insomne vaguedad…” En este libro un poema cabalga al otro. El ser de quien los escribió une sus destellos, el esperado esplendor en emisiones como éstas “quién seré yo al decir, / al sonar cavilando”… “un estertor de muerte anticipada; / muerte que ahora esboza…/ la dirección del viaje?”. La vejez es expresada a través de un dolor físico que se hace ontológico. Más adelante, el poeta reúne lo que considero uno de los versos

más hermosos “Los rostros que uno tuvo, que uno fue, / se acumulan debajo de la piel…”. Aquí el hombre, el que escribe siente el cansancio del vivir, la fatiga de los huesos, de la carne desorientada. Renuente a ser sorprendido, le añade a su testimonio “que la muerte no vino/ durante el sueño inquieto”. Preguntas, respuestas oscuras. Dice y vuelve a decirse. El poema es una precisa complicidad. En la que “También soy la nostalgia”, un hueco, un agujero por donde regresa luego de verse volar sobre sí mismo. El mundo, la lectura de lo que no está. El ser hecho cuerpo “Yo podría deambular como un fantasma inútil”. Luego aparece el tiempo, el sistema que activa la inquietud, pero también el reposo. Borges se hace visible en un título que más tarde reaparece como interrogación “¿Pero acaso es vivir pasar y ser mordido/ por los minutos, alimañas mínimas/ que se ocultan debajo de las horas,/ esas baldosas del incierto piso/ donde camina el tiempo y nos empuja?”. Bestia, animal que invade la piel, los huesos, la palabra. Basta saberlo para que el tiempo se detenga sobre ese nosotros que nos hace uno. “El tiempo no se va. Nos mira siempre. /…nos quita cada trémulo momento/con dentelladas rápidas o lánguidas/ según sus ganan lo apuren/ o refrenen./ Pero el tiempo es el tiempo. No podemos/ huir de su espionaje…/ y sigue vigilándonos”. Con este libro Jesús Alberto León descubre otro tono y hace música con estos versos en los que el lector es un invitado especial, por esa razón la lectura encabritada, verso a verso, nos integra como parte vital de su memoria, esa pantalla en la que se reflejan la poesía, el silencio, la muerte y la eternidad, el viaje inalterable. (*) El aire y los sueños. Breviarios, Fondo de Cultura Económica, México, D.F., 1989, pág. 289


10

CONTENIDO

sábado

Tras los nuevos pasos de don Quijote WINSTON MANRIQUE SABOGAL

Apenas queda nada de lo que vio el Caballero de la Triste Figura hace cuatro siglos. Mito y leyenda que son más reales que la realidad, como la vida literaria que le dio Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, 1547- Madrid, 1616) cuando lo puso a andar por el mundo hace 410 años (1605) y continuó —con la segunda parte— sus aventuras hará cuatro siglos en este 2015 bajo el nombre de El ingenioso hidalgo don Quijote de La Mancha. Un personaje cuyo rastro en la Tierra siempre se ha buscado, y cuyo penúltimo hallazgo, el de unas supuestas inspiraciones de personas, episodios y lugares, permite seguir los pasos de aquel o aquellos Alonso Quijano que estuvieron entre mortales. Es La Mancha de los siglos XVI y XVII resucitada por Isabel Sánchez Duque (arqueóloga) y Francisco Javier Escudero (archivero). Una época que vuelve por el milagro de unos documentos del Archivo Histórico Nacional, Órdenes Militares, desempolvados por ambos investigadores. Lo hace en dos procesos judiciales, por ahora, de los veinte, con más de dos mil folios, de Miguel Esteban, El Toboso y Quintanar de la Orden, con los cuales trabajan los dos expertos y que señalan como posible lugar del amañado olvido a Miguel Esteban, Pedro Muñoz y El Toboso. Aunque lo que ellos buscaban era establecer la biografía y arqueología del camino de Toledo a Murcia que aparece en la obra cervantina, al ser, entonces, el cruce de caminos de medio mundo. Allá muchos creen que a la sombra de cualquier encina de estas praderas nobles está enterrado el que dijo: “Yo soy aquel para quien están guardados los peligros, las hazañas grandes, los valerosos hechos”. ...Rodrigo Quijada es uno de ellos. Podría ser una de las inspiraciones para el Alonso Quijano, nombre en la obra cervantina. Tenía un escudero, había comprado su hidalguía y era el temido procurador de Quintanar de la Orden, capital administra-

17

de

enero

de

2015

Rafael Ortega & Edmundo Alvarado: La Palabra & La Imagen MANUEL CABESA

Camino entre Toledo y Murcia cerca de El Toboso. Fotos Alejandro Ruesga

tiva de la zona, con facultad de impartir justicia. Para que nadie dudara, el rollo jurisdiccional estaba visible a todos. Más de 400 años después sobrevive en una rotonda. Un capitel labrado, de casi tres metros de altura, con unos hierros en forma de serpiente en lo alto donde se exhibía al reo. Lo que antes todos miraban con temor, hoy nadie repara en ello. Pero es el lugar al que fueron a parar las denuncias de unos hechos ocurridos en Miguel Esteban en 1581... ...Está un poco más al suroeste de Quintanar donde vivía otra pieza clave del puzzle. Se llamaba Francisco de Acuña, hidalgo y procurador de El Toboso, aunque con casa en Miguel Esteban, donde 80% de sus pobladores eran hidalgos. Su casa estaba detrás de la iglesia de San Andrés Apóstol. En una calle ancha donde también vivía el hidalgo Pedro de Villaseñor, de los Villaseñor que llevaban décadas de dominio en la región. Ahora es una callejuela donde solo da el sol al mediodía porque desde hace cuatro siglos la iglesia ha ido añadiendo cuerpos, hacia atrás y a los lados, hasta casi pegarse a las casas. Allí empezó la trifulca, cuando De Acuña, vestido con armadura y demás elementos a la usanza caballeresca, y con ganas de destronar del poder a los Villaseñor (conocidos de Cervantes y quienes aparecen en Los trabajos de Persiles y Segismunda), trató de matar a su vecino, el hidalgo Pedro, a lanzazos hasta corretearlo por los campos camino de El Toboso... ...Seis kilómetros separan a los dos pueblos. Por un portazgo, en forma de ojiva, de unos

Molinos en Campo de Criptana.

tres metros de alto, hecho de arenisca y continuado en una muralla, habrían entrado los dos hidalgos. Esa puerta fortificada ya no se ve. Lo que se conserva forma parte de una vivienda de la calle Calderón de la Barca. Es un arco tapiado con una puerta de madera en el centro. Dentro, un patio que conserva parte de la torre y algo de muralla con las marcas de cantero ya borrosas por el tiempo. Tres calles más abajo, al lado de la iglesia toboseña, queda una de las pocas casas de la época, como la del Caballero del verde gabán, de tres plantas: la primera con base de piedra y presidida por un portalón de madera; en la segunda, dos balcones con barandilla de hierro desde donde se veía la plaza y el trajín de un pueblo antes famoso por sus tinajas; y en la tercera planta cuatro ventanas en forma de ojiva. Una casa apenas más baja que la torre de la iglesia de la época que divisó don Quijote, a las afueras, antes de topar con ella... ...Aguardaba entre las sombras del bosque a Sancho cuando quedó cautivo de Dulcinea. Sobreviven unas pocas encinas y arbustos a la vera de un camino polvoriento que antes fue crucial, el de Toledo a Murcia. Por ahí iba y venía todo el mundo y el progreso, y se conseguía de todo, incluidos libros de caballería. Cuentan los investigadores, Isabel Sánchez y Francisco Javier Escudero, que esa tierra congeniaba con una gran variedad de cultivos y árboles que formaban bosquecillos y dehesas. Verde, verdes de toda clase eran los colores de La Mancha. Antes de que la necesidad de madera o de cultivo

de trigo para alimentar al Reino que se ensanchaba en América cambiara el paisaje. El dominio ahora es de los viñedos... ...Solo queda el gruir alebrestado de las grullas que por estos días enmarañan el cielo en busca de la laguna de Manjavacas, en Mota del Cuervo, en una parada rumbo al calor de África. Cerca del centelleo de sus aguas, y en un camino perdido, esa tierra rojiza manchega está revuelta de escombros que guardan aún piedras y adobe de una antigua venta de la época cervantina, la única grande de la zona que habría estado en la ruta Toledo-Murcia. Un olivo solitario y agarrotado por el frío alcanza a sombrear un pequeño pozo cubierto por sus hojas. Hasta ahí habrían llevado los desvaríos a Alonso Quijano a armarse caballero, con las prendas que pertenecieron a sus bisabuelos, para convertirse en Don Quijote de La Mancha... ...Lo hizo en su primera salida. En la segunda, ya con Sancho Panza, el Caballero de la Triste Figura, y tras subir por una loma, descubrió casi cuarenta molinos de viento que creyó gigantes desaforados contra los que luchó. Aguardaban en lo alto de Campo de Criptana, el único lugar en el que se han puesto de acuerdo los investigadores como escenario sin nombre oficial de una de las aventuras más famosas. Sobreviven nueve gigantes. Sus largos brazos, en forma de cuatro aspas, miran al norte. Se divisa lo que debió ver el caballero. En la otra colina, cuatro gigantes miran a los de Criptana, mientras todos los días el sol cae detrás de ellos...

La reciente edición de la FILVEN realizada en Maracay el año pasado, puso en manos de los lectores interesados en el movimiento plástico nacional el libro Edmundo Alvarado: imágenes y colores del realismo social, del periodista y narrador Rafael Ortega y hermosamente editado este año por el Museo de Arte Contemporáneo Mario Abreu de la capital aragüeña. En esta monografía el autor de La última sutileza del diablo (2002) y de Brindemos por la derrota (2011), nos acerca al perfil de un creador cuya carrera es una de las más dilatadas y fructíferas del arte venezolano. Nacido en el estado Lara pero afincado en esta comarca desde tiempos inmemoriales, Alvarado ha sido fiel a su poética figurativa afincándose en ese modelo de realismo de tipo social que ha rendido excelentes frutos en artistas como César Rengifo y Rafael Poleo; y es que nuestro viejo amigo en su momento tuvo la oportunidad de estudiar al lado de una figura icónica del arte latinoamericano como lo fue David Alfaro Siquieros, quien junto a Diego Rivera y José Clemente Orozco conforma el panel más relevante del muralismo mexicano. Lo bueno de este libro es que más allá de los comentarios y datos que Ortega entrega al lector acerca de la vida y obra del artista, tenemos la oportunidad de compartir los comentarios y semblanzas que nos ofrecen otros artistas como José Krass, Edgar Mata, Pablo Gómez, Edito López y los promotores del movimiento plástico Merlly Rossell y Aquiles Ortíz Bravo. Mención aparte merece la inclusión del trabajo Los sueños de Edmundo Alvarado sabrosa crónica del inefable narrador Leonardo Maicán, escrita con humor y mucha poesía y la que complementa junto a los trabajos de Antonio María Pérez, Alberto Hernández, Nadja Méndez Cuberos el capítulo de entrevistas y reportajes de este libro. Engalana esta sobria edición el trabajo gráfico de Aura Banks, encargada de las fotografías y de la reproducción de las obras del maestro Alvarado. Tanto los cuadros seleccionados para el disfrute del lector como las tomas hechas al maestro en su entorno gozan de una nitidez sorprendente, lo cual nos permite apreciar (aunque a escala reducida) las líneas y matices de una obra hecha con tesón y gallardía. Ahora bien, solo me extraña que en la portada del libro no aparezcan los nombres de Ortega y su colaboradora, lo cual se aplica no para satisfacer el ego de quien escribe sino para cumplir con la mínima normativa que exige la Ley Internacional de Derechos de Autor. Espero que los amigos del Museo Mario Abreu tomen en consideración este detalle para futuras publicaciones o para la segunda edición de este hermoso libro que bien la merece. Debemos sentirnos orgullosos de publicaciones como ésta y del empeño que personas como Rafael Ortega, Aura Banks y el equipo del Museo hacen para acercar lo mejor de nuestro arte a la gran mayoría.


sábado

17

de

enero

de

CONTENIDO

2015

23

NÉSTOR ALMENDROS

Exilio y luz MANUEL GUTIÉRREZ ARAGÓN

E

l doble exilio que tuvo que afrontar Néstor Almendros en los primeros años de su vida estudiantil y profesional es muy parecido a la de mi propia familia hispanocubana. Y la de tantas otras familias que emigraron a Cuba tras la Guerra Civil española. Cuando ya estaban asentados en la isla, en un mundo tan atrayente como discordante del que provenían, una nueva convulsión agitó sus vidas y todo tuvo que comenzar de nuevo. Otro exilio y otro viaje hacia lo desconocido. Pero, al final, estaba la luz, patria común de los pintores y operadores de cine. Almendros se embarcó para La Habana en 1948, donde ya le esperaban sus padres, maestros españoles represaliados. Allí Nés-

tor descubrió la luz del Caribe, y se hizo fotógrafo de cine. Hay un cortometraje suyo, Gente de playa, en blanco y negro, en el que los brillos del sol en el agua atraen la mirada de tal manera que hace presagiar esa fotografía estremecida de sus

filmes con grandes directores franceses. ¿Es posible que el blanco y negro nos haga olvidar los colores? Finalmente, para él se acabaron las luminarias de la Revolución castrista. Comenzó el otro exilio. Éric

Rohmer estaba rodando su episodio de Paris vu par… cuando discutió con su director de fotografía y el rodaje tuvo que interrumpirse. Entre los habituales mirones de un rodaje había un joven hispanocubano que se atrevió a decir que él también era fotógrafo de cine, por si se le necesitaba. Contrataron a Néstor solo para concluir la jornada de trabajo, pero logró, al cabo de los años, identificar su luz con las mejores historias de Rohmer. Y no solo con las de Rohmer, sino también con las de Truffaut y otros directores del momento, a los que prestó la emoción que posee una luz justificada y natural. Hay algo curioso: el neorrealismo, tan rupturista en casi todo, mantenía una iluminación de la escena muy tradicional, parecida a la de las películas hollywoodienses. Raoul Coutard —operador de

Al final de la escapada— y los nuevos operadores como Almendros cambiaron radicalmente el concepto de iluminación, utilizando las fuentes justificadas, dando a la escena una nueva ligereza y naturalidad. A los estudiantes de cine de la época nos impresionaba ver películas como La coleccionista, Mi noche con Maud, La rodilla de Clara, La marquesa de O, todas ellas pintadas por Almendros con una luz que parecía fluir de las entrañas mismas de la vida cotidiana, tal como lo hiciera Vermeer en su estudiada realidad. La escena del niño de El pequeño salvaje, de Truffaut, jugando con una vela, que le quema y, a la vez, le atrae, parece el propio juego de Almendros con su forma de tratar lo oscuro y lo luminoso que es la vida de cada uno.

70 poemas burgueses (en torno al poemario de Alberto Hernández) FEDOSY SANTAELLA @FEDOSY

M

e gusta la antipoesía y la erudición (o más bien la sabiduría) pop de 70 poemas burgueses (bid & co. editor, 2014) de Alberto Hernández. Me gusta su nostalgia postcapitalista. Su audacia de mercadeo. Su levedad de mundo virtual. Su osadía barroca pero sin escorzos de Dios. (Porque Dios anda de compras). Esa sobrecarga de signos, ese su modo de ser a lo portada de Sargento Pimienta. Si yo tuviese que ponerle una portada de disco a este libro, sería una que fuese un homenaje a Sargento Pimienta. En la portada de este disco libro estarían, entre otros: Truman Capote, la infanta Cristina (¿quién es la infanta Cristina?), Gerard Piqué, Shakira, Los Beatles (por supuesto), Audrey Hepburn, Lady D, Marilyn, Asma-al Assad, el general Franco, Perón, Nicole Kidman, Coco Chanel, Thomas Mann, Soraya de Persia, Nicanor Parra, Karl Marx, Engels, Sean Penn, Céline, la Bella Durmiente, Borges, Dulcinea del Toboso, Emma Bovary, Michael Jackson, Walt Disney, Christian Dior, Jenni-

fer López (Trozo de perfección sobre la cama: de mujer el mundo ha sido hecho), Julia Roberts, Adrian Monk, Allen Ginsberg, Frank Sinatra (Años después llegó a esta orilla / el planeta de los simios / en la pantalla turbia de una asonada de fantasmas), una galleta Oreo (sí, una galleta Oreo que se dice la boca de Satchmo [también sale en la foto]) que toca trompeta como un animal, Salvador Dalí (A veces le temo a mis bigotes), Pablo Picasso, Virginia Woolf, Juana la Loca, Grisson (el de CSI, es decir William Petersen), Juan XXIII, Vito Corleone, Elton John, Glenn Close, Tom Wolfe, y ya lo dije, también el señor «Entre Otros». De 70 poemas burgueses, me agrada por igual su abigarramiento matemático,

pensando, premeditado, cojonudo. Su estructura de elefante ligero. Su elegancia desgreñada, como si un loco en Armani hubiese entrado en Tiffany´s a tomarse un café expreso. Y allí estuviera, con las piernas cruzadas, contemplando los vaivenes de la cordura, cuando de pronto se vuelve perro y comienza a recitar un poema que podría llamarse «Tiffany´s» y que dice así: He sido perro toda la vida. Llevo en el cuello un collar de perlas. Cada uno de mis ladridos. Vale la felicidad de una subasta. Me gusta su aire de soledad en multitud. Su desespero contra la estulticia. Su deseo contra el maniquí feliz que se desea. Su derecho a la tristeza en me-

dio de tanta felicidad de pantalla de televisor. «Moderno y triste» el poema que empieza así: Me doy el lujo de estar triste De pasearme por un jueves nocturno Y centro comercial Mirar los senos de un maniquí E Imaginarme (…) Me gusta también su ojo crítico, su colmillo brillando, su belfo con gruñidos que enfrenta a la masificación del mercado, y la golpea y la vuelve a golpear hasta resquebrajarla, hasta fragmentarla, hasta hacerla volar en mil partes. Cada fragmento es ya un poema. Me gusta el amor que asoma a veces, como no queriendo, como diciendo yo no soy de aquí, con permiso, vengo a poner algo de levedad, algo de piel, siempre hace falta, algo del hambre sin dientes (aunque a veces muerde) que viene en el sexo. «Alimento» dice así: Como de ti, de tu cuerpo anidado en la cama. Me harto de ti, y a la vez me vacío. Eres el alimento, el único, el inefable, el que va y viene con los días

el que despierta la noche y la derrumba. En Baudrillard leemos que, en materia de sexo, la proliferación está cerca de la pérdida total. La liberación del discurso del sexo dentro de las aguas del mercado, no ha hecho más que volver al sexo una simple trasparencia agotada en sí misma. «Ya no hay carencia, ya no hay prohibición, ya no hay límite: es la pérdida total de cualquier principio referencial», dice Baudrillard . Ya no hay misterio en el simulacro sexual del tercer orden. De modo que Hernández nos presenta el amor y el artificio de sus seducciones como último recurso de lo humano. Humanidad del poema. Oasis, isla, en medio de tanto erotismo de mercado que ya no erotiza. En 70 poemas burgueses está, en definitiva, el horror ante este vacío que somos, tan lleno de cualquier cosa, tan atestado, una vez más, de signos. Aunque habría que ir al supermercado (ya lo de «súper» da risa), y comprobar que Venezuela es diferente. Que en Venezuela el «pueblo» padece cada vez más, que no hay hombre nuevo nada, y que es preferible ser burgués capitalista. Y esto lo saben los que mandan, y por eso no son de izquierda, sino burgueses. O izquierdosos de caviar y buen vino a la orilla de la hecatombe, como dice el mismo poeta.


24

CONTENIDO

sábado

17

de

enero

de

2015

2015: Hace 40 años nacía el Sistema Orquesta Juvenil de Venezuela POR EFRAÍN SILVA

N

o hay lugar en Venezuela, por remoto que sea, donde no se haya sentido o desconozca la acción formadora y estimuladora del Sistema Orquesta Juvenil e infantil de Venezuela. Es más, otros países del Norte, Centro y Sudamérica poseen núcleos propios que bajo la guía de este Sistema están “Cantando, Tocando y Luchando”. -Lema motivacional que el maestro Abreu acuñó para insuflar renovados bríos en su joven e incalculable ejercito sonoro-. Tampoco Europa, Asia o África han dejado perder la oportunidad y mediante convenios con Caracas ven crecer sus núcleos. Todo indica que el proyecto del maestro rompió barreras limítrofes y el sistema se extendió como un fenómeno que a mi entender califico de mundial. Parece que cuando un hecho así alcanza estas magnitudes, está dentro de la naturaleza humana el inmediato surgir de voces antagónicas y con ellas los detractores, voces las cuales he oído y leído en algunos medios. Pero no vienen al caso para lo que hoy me ocupa ni mucho menos preocupa al mismo sistema de orquestas. Pero es bueno reconocer que han sido 40 años venciendo obstáculos realmente mayores. Pero un objetivo claro derrota millones de adversidades. Y es en esto último donde mi escrito fija su atención, antojándoseme que 40 años de exitosa existencia no revelarían la magnitud de la celebración sin escudriñar sus precedentes y nacimiento ya que su consolidación está a la vista. Sus precedentes los podemos ubicar en la capital de Aragua-Maracay. Pero yo iría un poco más atrás: primero Trujillo y seguidamente Lara. ¿Por qué? Porque una honorable familia allá en Trujillo, de indiscutibles valores espirituales, culturales y sociales, traía al mundo a un genio y ese niño, José Antonio, estaría rodeado de amor, de valores y de sólidos principios humanísticos que lo marcarían hasta el día

de hoy. Una vez trasladados a Lara, esa familia tomará bajo su protección a otro niño, a José Vicente Torres, a quien transmitieron todos esos principios y valores de los cuales hablé. José Vicente devino en un consumado pianista obteniendo su título en el conservatorio de Bruselas acompañado de una brillante carrera concertística. Con tales credenciales, Torres fue designado para continuar la labor del también pianista y compositor Alexis Rago, quien fuera director fundador del conservatorio de música del estado Aragua, y había renunciado después de 3 años para volver a Londres. Ya entonces, yo rondaría los 17 años, y fui testigo y beneficiario directo de las enseñanzas en esta institución de los más prestigiosos músicos sinfónicos y académicos del país. Miembros en su mayoría de la Orquesta Sinfónica de Venezuela, primera y única orquesta oficial de la nación y punto culminante de los esfuerzos del maestro Vicente Emilio Sojo. Allí confluía la vanguardia del acontecer artístico musical en todo su espectro: Conciertos, Ópera, Ballet, estrenos de obras musicales, música de cámara, invitados internacionales, etc. De manera que el conservatorio de música del estado Aragua formará parte de los temas de conversación entre esta cúpula ligada al medio musical. José Francisco del Castillo, Lola Linares, Juan Carlos Núñez, Razhes Hernández López, Primo Casale, Juan Soublette, Pablo Castellanos, son solo unos pocos nombres de la amplia lista que

conformaban el staff de profesores de este conservatorio. Tampoco faltaron las visitas de otros grandes del momento a este recinto: Antonio Estévez, Eduardo Lira Espejo, Morella Muñoz, Ríos Reyna, Alirio Díaz, y, entre otros, no faltó la presencia de José Antonio Abreu, viendo con su callada e imperceptible curiosidad la nueva institución aunada a su íntima y estrecha familiaridad con Torres, el director. Estábamos a los inicios de los años 70, ya Abreu contaba con dos títulos universitarios pero también se había graduado de organista y maestro compositor, las carreras más largas y exigentes del estudio musical, perteneciendo así a la escuela nacionalista impulsada por Sojo y que marcó buena parte del siglo XX. Torres habría de introducir nuevos avances tras la renuncia de Rago y, entre otras cosas, crea la coral filarmónica con Igor Lanz al frente; la orquesta juvenil con Juan Carlos Núñez y Pablo Herrera como concertino, y una extensión pedagógica que hoy llamamos escuela de música “Federico Villena” a cargo de Osvaldo Guevara. Sin Torres sospecharlo, sobre estas tres cosas dará inicio una idea que tenía José Antonio Abreu. La cosa se desprende así: Esa suerte de orquesta del conservatorio unida a la coral filarmónica, nos hizo vivir una experiencia en quienes participamos en sus ensayos y conciertos que transformó nuestras vidas hasta el sol de hoy. Dos obras Sinfónico-Coral abrirían para siempre la beati-

tud de consustanciarse con la grandeza del arte musical por obra de dos genios universales: Haendel con su Oratorio “El Mesías” y Mozart con su “Réquiem”. ¡Jamás habíamos experimentado una elevación tan sublime! Se rompió definitivamente el mito en el cúal, ¿Unos estudiantes, del interior del país, interpretando obras tan colosales, que entendieran en cuerpo y alma esa trascendencia? Era algo reservado para elegidos y maestros consagrados. Pero fue la inspiración del maestro Abreu hace 40 años. Inevitablemente lo alejó de las cúpulas para acercarse y entregarse por entero a un sistema de oportunidades para niños y jóvenes, por apartados que estuviesen de las grandes metrópolis y permitirles el goce inefable de las grandes obras en su propio ser. Haciendo. La futura “Federico Villena”, conocida entonces como escuela popular de música, para evitar el término administrativo o poco revelador de extensión pedagógica, no sólo se ocupó de su responsabilidad y misión en la enseñanza de instrumentos nacionales, antes bien, su director Osvaldo Guevara, desoyendo las premisas impuestas por el conservatorio, inició una “subversiva” práctica orquestal y con ello los instrumentos de arco. Pero no podía ser de otro modo: Guevara, además de tener un dominio admirable del arpa, el cuatro, el bajo, las maracas y la mandolina, había vivido la euforia dentro de la reciente orquesta del Conservatorio como alumno de viola al lado de su maestro Laya. Sin presupuesto para eso, la escuela popular sería una sede furtiva de una orquesta de cámara integrada por los Herrera: Pablo, Andrés y Sonia, más otros alumnos del Conservatorio y Valencia que de muy buenas ganas se unían a esos ensayos. (Fue la primera vez que toqué como solista en una orquesta haciendo un concierto de Vivaldi). Yo daba clases de guitarra en esa escuela y entre mis primeros alumnos, los Molina y los Hernández cambiaron: William para violoncelo con

Andrés y Jesús a violín con Pablo y luego con Ferruccio. Estos alumnos llegaron a ser jefes de fila y concertinos de la primera orquesta “Simón Bolivar” que estrenaría el país. Y así fue: Osvaldo Guevara y José Antonio Abreu juntaron sus respectivos sueños y así nació el primer núcleo de la orquesta juvenil en el estado Aragua. Mientras tanto, Abreu pedía prestado galpones para los ensayos en Caracas y tocaba puertas a fin de consolidar un proyecto que nunca más volvería atrás. Ahora ¿qué sostuvo y mantuvo incólume la misión y visión de este proyecto a lo largo de casi medio siglo? Pudiéramos hablar de una gerencia ejemplar, de un país generoso, de una fe imbatible en el potencial de nuestros niños y jóvenes. Yo agregaría, a todo eso, a una convicción filosófica. Casi religiosa (sino más que religiosa). Hablo de fundamentos insondables de trascendencia humana. En el caso de José Antonio, sus lecturas juveniles sobre estos temas las hizo baluartes y blasón de vida. Sobre todo sus lecturas del Antiguo Testamento aceraron su inspiración y conducta humana. En ellas se lee “El principio de la sabiduría es el temor a Dios” Entonces, cada vez que nos acosaban las divergencias en Aragua, sabíamos que desde Caracas llegaría el maestro y, sin culpar ni señalar a ninguno, nos paseaba por fragmentos de Moisés en el desierto, de los hermanos de José en Egipto, de Abraham, del rey David o su hijo el sabio Salomón. Nos sacaba de la miopía con su verbo exacto y sereno y alzábamos la mirada hacia la grandeza, la elevación de espíritu, la conquista del futuro. Pido pues, a todos los gerentes, directores y coordinadores responsables del Sistema y la Fundación Musical “Simón Bolivar” en todo el país, que celebremos con júbilo este CUADRAGÉSIMO ANIVERSARIO, evitando el pragmatismo que nos viene amenazando peligrosamente y no olvidemos nunca de dónde provenimos. Feliz Aniversario.


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.