Suplemento Cultural Contenido 24-11-12

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Maracay, Sábado 24 de noviembre de 2012

Crónicas del Olvido

Instrucciones para leer este libro ALBERTO HERNÁNDEZ

corazón también falla. No; no se trata de un novelón. Es que el libro se las trae y lo demás es cuento chino, aunque sí, hay un cuento de chino.

1.-

S

í, en efecto, se trata de un manual de lectura al estilo Fedosy Santaella. Así como nos llevó de la mano para ser testigos de diversos crímenes en Piedras lunares (Ediciones B, Caracas 2008), ahora intenta otra maldad: provocar desequilibrios emocionales en quienes osen meter la nariz en estas casi 200 páginas. En todo caso, es un manual de maldades ingeniosamente construidas, verbalmente reveladas con la intención de que el lector se deje enamorar, chantajear y hasta alucinar por quienes levitan en estas hojas que Santaella, una vez más, ha creado para felicidad de algunos gustos, tan alevosamente enfermizos como el mismo narrador que los retrata. Estamos frente a una inteligencia muy peligrosa, delicadamente peligrosa. Es decir, usted, inocente lector, mira con ociosa manía los cinco pasos para llegarle a este libro: 1) Empiece por este introito delirante (y esperemos que no salga corriendo): Las "marmoleadas" de casirruqui; 2) Siga con estas historias realistas; 3) Dispóngase a disfrutar de este interludio (aproveche y rece por nosotros); 4) Ahora prepárese a padecer esta "libreta del no sé qué"; 5) Contemple una pintura de Malevich y luego léase estos "cuentos descabellados", y 6) Cierre el libro antes de que el libro lo muerda. Gracias por leer, amén. Cada paso contiene un lote de historias, unas interconectadas a través de personajes comunes, otras ligeramente alejadas y tras otras que navegan en la soledad de tramas y dramas muy particulares, remotas. Es decir, el que nos convoca a seguir el laberinto, una voz intrépida, ásperamente imaginaria, travestida

3.Para muestra, dos botones, leamos: "-Te advertí que te amaría hasta la locura -dijo A sonriente. -Sí, hasta mi locura- respondió B, y se lanzó por la ventana". El tipo no respeta, definitivamente. Es un libro loco, como deben ser los libros inteligentes. Como deben ser los libros felices, los que sirven para llevar a todas partes. He aquí otro: "Una vez que hubo pasado el berrinche del niño, ya en la fase del puchero con gimoteos, la madre se acercó a consentirlo, a mimarlo y a limpiarle los lagrimones que aún le quedaban. El niño apartó las manos adultas y dijo: -Mami, no me quites las lágrimas, que aún las estoy usando".

en narrador que se sale de las historias y nos quiere involucrar en la realidad, sólo que el lector ya está atrapado por la ficción. Ya es ficción. Digamos que desde esta trampa, desde esta perspectiva, Fedosy Santaella nos invita -sospechosamente amable o amablemente sospechosa- a caer en una celada. Pero nada, somos ficción y como tal seguimos atados al contenido de un libro que se lee con el concurso del mismo autor, quien nos guía, solícitamente, por los caminos de esta larga lista de minirrelatos y cuentos de cierta extensión. 2.Contador de historias como se define, Santaella ha escrito un libro donde el humor escuece, pica, hincha y deshincha,

muele cánones y se deshace de las bufandas de ciertas posturas intelectuales. Son historias torcidas, absurdas, cínicas, irónicas, cómicas, dolorosas, insensibles, sensibles, insidiosas, retrecheras, amables, alocadas, creativas, insistentes, incorrectas, conspirativas, dañosas, curativas, demenciales, deletéreas… son historias que reconstruyen al lector. Lo hacen de nuevo. Y también lo desfiguran. Se trata de relatos, cuentos y chismes que alteran el ánimo, lo inflaman y lo apostillan. Son cuentos que podrían servir de testimonios culposos. Cuentos de alcoba, de salón, de baños, de aceras. Cuentos sin rubores. Testimonios sin pelos en la lengua. Uno de los inquilinos de esa imaginación afiebrada, de esa

máquina de inventar llamada Fedosy Santaella, es Sinseso, un personaje que aparece y desaparece del mapa narrativo, un personaje que no pega una nunca. El típico fracasado. Un sujeto imposible muchas veces. Y tan real la mayoría de ellas, porque en este mundo hay de todo, tanto que existen estas Instrucciones para leer este libro (bid & co. editor, Caracas, 2012 ) como si se tratase de una modernísima versión del Manual de Carreño al revés y del libro Mantilla más al revés pero sin abecedario. Pues bien, sí, ciertamente, es un libro de mal comportamiento, mala conducta, como dicen, no bien recomendado. De dudosa reputación. Y quien ose leerlo debe tener en cuenta que el

Si usted, amigo lector, no ha quedado convencido, busque el libro y verá. Eso sí, siga las instrucciones al pie de la letra. 4.Y para cerrar la puerta, usa este llavero: "Y no se olvide de esta frase reveladora: Men are born ignorant, no stupid; they are made stupid by education", palabras de Bertrand Russell. En todo caso, en este libro hay muchísima educación (aunque usted no lo crea), sólo que quien no lo sepa se tropieza con su propia ignorancia, que puede rayar en la estupidez. Por esa razón, créalo, la educación conduce muchas veces a la estupidez. Y a la ignorancia.


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General Adolfo Chataing (I)

CARLOS A LÓPEZ GARCÉS

colocada por José Ángel Adames y su hermana Carmen Adames de Arias, lo que refuerza una información pública según la cual ambos eran hijos de aquel ciudadano. Es oportuno decir que María Celestina Adames era más conocida sencillamente como Celestina, quien era nativa de Altagracia de Orituco, hija natural de Asunción Adames (¿?/ 26-08-1888), de oficios domésticos; falleció a los 85 años, a las 2 de la mañana (02:00 am) del 6 de septiembre de 1955 como consecuencia de insuficiencia cardíaca. Tuvo siete hijos naturales más: Petra (1886-1972), Francisca (Panchita) (1889-¿?), Rosa María (1890-¿?), Juan Rafael (1895-¿?), Santiago (1899-¿?), Eudoro Antonio (1902-1960) y Felipe Adames. Adolfo Chataing estuvo identificado políticamente con el caudillaje del general Antonio Guzmán Blanco; esto lo vinculaba con el guzmanismo orituquense, en cuyo seno habría gozado de buena recepción por su prestigio, lo que le habría facilitado su ingreso a la administración pública para ocupar los siguientes cargos:

F

ue uno de los persona jes relevantes de la dinámica socio-política orituqueña de la segunda mitad del siglo XIX, de quien solo es factible mencionar algunos elementos, debido a la escasez de informaciones. Nació en Caracas, quizás en 1855. Hijo legítimo de Federico Chataing y Antonia Alonzo, vecinos caraqueños. Llegó joven a Altagracia de Orituco donde se residenció; aquí contrajo matrimonio eclesiástico el miércoles 1° de mayo de 1878, previo casamiento civil, con la señorita Rosa Ana Pérez, una altagraciense nacida el 13 de septiembre de 1854, hija legítima del señor Juan José Pérez y de doña Catalina Hurtado. La boda fue celebrada en la iglesia de la parroquia Nuestra Señora de Altagracia de Orituco, por un sacerdote no identificado en la partida correspondiente. De este matrimonio nacieron por lo menos dos hijos: Adolfo Isidro, el 15 de mayo de 1879, y Alfredo, el 28 de diciembre de 1880. Además, de acuerdo con comentarios tradicionales que han circulado "sigilosamente" entre pobladores altagracianos, Adolfo Chataing procreó una hija y un hijo mediante una relación afectiva extramatrimonial que mantuvo con María Celestina Adames; esos descendientes naturales fueron: 1.- Carmen Ramona Adames, nacida el 18 de marzo de 1894, casada con Arturo Arias, dedicada a oficios del hogar y a la venta de prendas de oro, adquiridas por su esposo en Guayana; fallecida el 28 de junio de 1981, a los 87 años de edad, como consecuencia de una cardiopatía crónica que le ocasionó un paro cardíaco. 2.- José Ángel Adames, nacido el 31 de marzo de 1897,

General Adolfo Chataing Alonzo (1855 - 1897)

dedicado al cultivo de la intelectualidad y a la educación primaria en una escuela particular que sostuvo durante años; estudió en el seminario con la idea de hacerse sacerdote, sin lograr el objetivo; se conservó célibe; fue vilmente asesinado el 4 de noviembre de 1974 a los 77 años. No hay noticias documen-

tadas que sustenten esas paternidades ilegítimas; no obstante, la tumba de Adolfo Chataing, en el Cementerio General de Altagracia de Orituco, está identificada con una inscripción lapidaria que dice textualmente "Adolfo Chataing / 1950 / Recuerdo de sus hijos / J.A.A. / y Carmen de Arias". Esta lápida habría sido

1.- Ejerció la máxima representación del concejo orituqueño en varias ocasiones, que le sirvieron para asimilar directamente los cambios de nombre de la entidad territorial representada, cuyo epónimo actual es José Tadeo Monagas desde 1889. Presidía el Concejo Municipal del departamento Cedeño, sección Guárico del estado del Centro, a la fecha del 15 de diciembre de 1880, cuando tenía 25 años de edad, aproximadamente; aún ejercía aquella presidencia en febrero de 1881. Desempeñaba nuevamente ese cargo el 31 de diciembre de 1886 y el mismo día y mes de 1887, cuando, desde mediados de 1881, había cambiado la denominación de departamento Cedeño por la de distrito Guzmán Blanco, correspondiente a la sección Guárico

del estado Guzmán Blanco. 2.- Era el Jefe Civil del distrito en 1885, cuando la epidemia de fiebre amarilla hacía estragos en pobladores de Altagracia de Orituco, por lo que decidió en septiembre de aquel año, como primera autoridad civil, clausurar el viejo cementerio local que había sido hecho en 1847 (sito en el lado sur-oeste del cruce de las calles Chapaiguana y Ayacucho, donde ahora funcionan las oficinas de la Corporación Eléctrica Nacional, identificada con el acrónimo Corpoelec) debido a la saturación por los cadáveres recientes. Esta grave realidad fue determinante para que Chataing, desde el 26 de septiembre de 1885 y aunque la obra estaba inconclusa, abriera al público los servicios del nuevo cementerio, ubicado en el extremo sur de la calle Gil Pulido (empalme con la Vuelvan Caras), cuyo cuartel sur-este estaba completamente lleno de nuevas víctimas de la epidemia en los últimos días de noviembre de ese mismo año, apenas a dos meses de su apertura y cuando ya habían disminuido los devastadores efectos de aquella terrible enfermedad, la más dañina de las padecidas por la población altagraciana del siglo XIX. Debe agregarse que Chataing era, además de la primera autoridad civil del distrito, el presidente de la Junta de Fomento de aquel nuevo cementerio general recién abierto, la cual integraban también Adolfo Antonio Machado y Reinaldo Alva. Fue un funcionario público caracterizado por la fortaleza de su voluntad para afrontar casos complejos y animar a sus semejantes con el fin de procurar soluciones colectivas, lo que sustentaba su espíritu de solidaridad y de colaboración con sus conciudadanos, sobre todo en los momentos más difíciles y con los más menesterosos, cuando no extrañaba ver que dirigía personalmente esas labores.


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El haiku, una experiencia poética NESFRÁN GONZÁLEZ

D

os sucesos ocurridos en el mes de marzo de 2011 resultaron decisivos en mi incursión en la poesía japonesa, especialmente en el terreno del haiku: El terremoto y el tsunami en Japón con el consecuente accidente nuclear en Fukushima (11 de marzo) y el florecimiento de los apamates en la ciudad de Maracay y sus alrededores. Ante el caudal de noticias producto de la catástrofe centré mi atención en ese país del lejano oriente cuyas influencias son constantes en este lado del planeta desde hace varias décadas, llámese artes marciales, manga y animé, tecnología, automotriz, alta cocina, filosofía zen, entre otras. Paralelamente interviene un espectáculo que nos regala la naturaleza entre los meses de marzo y abril como lo es el revestimiento blanco y rosa de los apamates, tal como diría el poeta Erasmo Fernández: Otra vez marzo / se repite el ciclo / trinos, lluvia, apamates florecidos. De esta manera nace el primer haiku dedicado a la naturaleza circundante: la tarde llega / apamates florecen / alfombra rosa. El haiku, como género poético se rige por una serie de normas de forma y fondo en cierta medida estrictas que comprometen al haijin (escritor de haikus) a un estudio previo y un proceso de revisión constante de sus creaciones. El maestro y propulsor japonés Matsuo Bashô (16441694) proporciona una voz de aliento para el que recién incursiona: Aprende las reglas, luego olvídalas, aunque desde esa época de Oro ha corrido suficiente agua, el tema lleva a la comprensión de puntos básicos para generalizar su práctica y establecer otros estilos similares que impliquen diversas temáticas. El haiku es un poema breve conformado por tres versos de 5, 7 y 5 sílabas respectivamente cuyo ámbito corresponde netamente al medio natural que nos rodea, el mismo define un

momento específico en tiempo presente, "el aquí y el ahora" y permite describir solamente "lo que el ojo puede ver", debido a esto no es aconsejable el uso de imágenes relacionadas con los otros sentidos como el gusto, sonidos, olores y por su carácter objetivo no tienen cabida los recursos expresivos del lenguaje como metáforas, símiles, onomatopeyas, entre otros. El español Vicente Haya lo describe en cuatro palabras "asombro por un suceso". El poema no lleva título y no debe rimar y debe incluir un kigo o referencia a la estación o período que involucre al clima (lluvia, sequía, cosecha, etc) y un kirijei o referencia al día o la noche. El haijin encapsula un instante y en tres trazos mínimos desarrolla un universo en miniatura, una postal que resalta valores conservacionistas. El haiku es un poema impersonal y de aparecer el yo, éste debe estar involucrado en el

mismo, aunque por su brevedad y los condicionantes que lo atañen es poco factible que se tomen en cuenta otros temas, para este apartado surge el senryu y el zappai definidos también por Vicente Haya como "diversión por un suceso" y "ocurrencia sin suceso" respectivamente. El senryu abarca las emociones humanas y sólo se rige por las reglas de forma del haiku. La ejecución de estas tres formas poéticas emplean el uso de la sinalefa y las leyes de acentuación para el conteo de las sílabas, es decir, si la última palabra del verso es aguda se le suma una sílaba, si es grave no se modifica el conteo, si el esdrújula se le resta una y sobresdrújula se le descuentan dos sílabas a la cuenta. A partir de Bashô surgen otros maestros que promovieron la práctica del haiku en Japón, poetas como Buson, Issa, Santôka y Shiki, entre los más importantes, todos con su estilo particular en una na-

ción rica en tradiciones y respeto por la naturaleza. En Latinoamérica se tiene como primera referencia los aportes de los mexicanos Juan José Tablada y luego Octavio Paz quien trata el tema de una manera más profunda y metódica, especialmente por su traducción del libro de Bashô La senda del Oku. Escritores de la talla de Jorge Luis Borges y Mario Benedetti se declararon adeptos a este tipo de poemas comprimidos y por las redes literarias en internet es común ver grupos de personas dedicadas al estudio y promoción del haiku. El haiku suele ser acompañado por un haiga o pintura de aparente sencillez relacionada directamente con la temática del poema, aquí vuelve a aparecer Bashô como su precursor. La inclusión del dibujo se ha generalizado y es común su uso hoy en día para el cual también se han empleado como sustitutos las fotografías alusivas. Otra tenden-

cia reciente para la elaboración de los poemas viene de la escuela inglesa quienes suprimen signos de puntuación como los puntos y las comas y el uso de las mayúsculas con la finalidad de conferirle la levedad que es su característica, asemejándolo más a los pictogramas japoneses que no llevan signos de puntuación ni mayúsculas. Para escribir un haiku no se requiere el uso de palabras rimbombantes, científicas o complejas. Con esto se infiere que cualquier persona está capacitada para escribir un haiku siguiendo las instrucciones. Es por ello que en Japón, donde el analfabetismo es casi nulo, es difícil encontrar a alguien que en su vida no haya escrito uno. Por lo descrito anteriormente, el haiku posee características propias y bien definidas en su formalidad y temática. Atendiendo a este apartado Luis Andrade hace énfasis en el respeto que debe mantener la estructura como tal con el fin de perpetuarla, tomando como irresponsable aquellos autores que publican supuestos haikus sin siquiera mantener la estructura silábica de 5, 7 y 5. Aunque muchas traducciones nos lleguen de esa manera, es deber del haijin tratar de ajustarse con fidelidad a lo establecido y, a partir de allí, rendirle tributo a la inmensidad que se concibe en un instante. Vale destacar que apenas realizamos un intento por acercarnos a la esencia misma del haiku, ya que el originario suele estar imbricado en la filosofía Zen y en la concepción que manejan los orientales de la naturaleza en su esplendor. Podemos conformarnos con la adaptación de este estilo de poesía a nuestra lengua, cultura y modo de ver la vida. Un proceso que compromete al haijin a brindarle el respeto que se merece cualquier manifestación de energía viviente. Levantar la vista por unos segundos y contemplar el terruño, salir del ensimismamiento y apreciar lo bueno que nos ofrece el suelo que pisamos y el cielo que nos cubre, en base a esto escribo otro haiku: las garzas vuelan / del llano a las montañas / tras el crepúsculo.


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Maracay, Sábado 24 de noviembre de 2012

Poemas de Ricardo Jesús Mejías POEMA A UNA JOVEN POETISA

Soy capitán en vigilia de un barco que abre la tierra como un corazón que ya no late

Estás preñada de versos inocentes. Esperas dar a luz en el mar de las palabras.

no encuentro la cruz en este viaje no encuentro leños para arder en fuego.

Te muerdes los labios y catas el sabor dulce del suplicio.

Los sonidos de campanas que antes me guiaban se perdieron en un paraje remoto

Imaginas la distancia entre el cielo y el poema. No estarás sola cuando nazca

no me emociona el grito de tierra

hasta ese momento que algo se rompa adentro

no hay nada a que asirse.

y comience a sonar música y entonces llueva

Sólo queda la opción de girar el timón hacia arriba

lluvia de misterio que cubra las almas

hacia todas las formas posibles que hay en el vuelo.

que descienda en hilos de cristal en busca de mortales y se hagan pasos y se hagan huellas.

Hay que irse poco a poco como las hojas siempre hay lugar en el viento para ello irse y dejar la casa desvestida sin los abrigos de la memoria con las ventanas abiertas al asomo y los rincones poblados de ausencias. Este barro me recorre atrapa insectos y soledades a veces se diluye y vuelve a su forma original

Todos esperamos algo de la calle de la vida o de alguna ventana algo que dé luz o sombra a los días que faltan. Estamos desnudos somos dos palabras sobre la nieve

Al otro lado del puente está la partida o la llegada en el medio está la duda de quien ama en ambos extremos el miedo es una boca con el hambre de los días la libertad pasa por debajo cantándole a los peces.

con acentos diferentes en idiomas diferentes

Libres

es tierra y agua como el mundo en el cual me pierdo cada día

sin sentido sin querer decirse sin querer llamarse

voy siguiendo sus rastros.

necesita manos necesita moldes

solo dos sonidos que se aferran

este barro me reconoce

solo dos instantes de aliento

es mi fondo mi destino mi final.

solo un intento de poema.

las estrellas desfilan sacudiendo sus espigas

El tiempo hace ruido en los zapatos y recuerda lo que dejé atrás. Debo encontrar el sitio exacto donde sembré la primera luz.


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