José grasso vecchio

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José Grasso Vecchio

Salud, asistencia sanitaria y economía

No parece fácil la conexión entre salud y economía. La salud es un estado de la persona y no puede adquirirse en un supermercado, lo que sí puede adquirirse son los servicios para su mantenimiento y su mejora, es decir, la asistencia sanitaria. Intentando conectar los vocablos salud y economía, habitualmente se piensa que la salud es el bien más preciado y los costes de la atención sanitaria continuarán creciendo y llegarán a ser inalcanzables para muchos ciudadanos. La ciencia económica está dotada de unos instrumentos de análisis para la asignación de recursos que proporcionan respuestas y soluciones a los problemas de equidad y eficacia en la producción y distribución de bienes y servicios. Pero los conceptos económicos de demanda, oferta, producción y distribución adoptan un sentido especial cuando se refieren a los bienes y servicios destinados a la salud de los seres humanos. El sector público dispone de cuatro tipos de instrumentos para el diseño y aplicación de la política sanitaria, donde el análisis económico tiene mucho que aportar:


1. Información: Con el objetivo de influir sobre la conducta de la población. Campañas anti-tabaco, sistemas de control de epidemias, etc. 2. Regulación de estímulos: cuando se utiliza la potestad reglamentaria para facilitar y alentar o desalentar determinada actividad privada que puede proveer salud. Se incluyen aquí la reglamentación de centros asistenciales, la colegiación médica, la reglamentación de farmacia, etc. 3. Financiación pública: Cuando parte de los fondos públicos obtenidos mediante los impuestos o por emisión de deuda pública son destinados a financiar la prestación privada de servicios de salud. 4. Provisión pública: Cuando el estado provee directamente los servicios usando infraestructuras de su propiedad y empleados públicos. En la utilización de esos cinco instrumentos, los gestores públicos deben utilizar los criterios de eficacia y equidad para adoptar decisiones sobre priorización y racionalización: Eficacia y equidad: Es muy difícil medir la eficacia del gasto sanitario porque es muy difícil valorar el producto obtenido. Se considera generalmente que el proveedor privado tiene más capacidad de control del gasto, pero también se cree (con poca certeza) que el servicio público tiende a ofrecer más equidad en la salud y salud para más personas, mientras que el proveedor privado tiende a ofrecer más calidad de salud a menos personas.


PRIORIZAR Ningún presupuesto sanitario de ningún país, ni hoy ni nunca podrán financiar todos los servicios sanitarios demandados. La ausencia de un criterio de priorización, es decir, cuando se ofrece un servicio sanitario a todo el que lo solicita sin tener en cuenta la capacidad de la oferta, conduce a la aparición de colas, de retardos de meses en la prestación del servicio, de asignación de servicios solo al que puede esperar y su negación a los urgentes.

EL COSTO ECONÓMICO DE LOS ACCIDENTES DE TRÁNSITO Los accidentes de tránsito se han convertido en una epidemia que convive en la cotidianidad de peatones y conductores. Es habitual que los accidentes de tránsito sean considerados como un problema de salud pública en base a criterios como: Las cantidades de víctimas (muertas y lesionadas) que determinan. La necesidad de brindar atención médica a los lesionados. El impacto que los lesionados representan para el sistema de atención médica, al que imponen una demanda que afecta su disponibilidad para otros pacientes. Cada año se produce medio millón de muertes y 15 millones de heridos en las carreteras de todo el mundo. Dentro de los hechos violentos en general las lesiones temporales o definitivas como producto los accidentes viales se han convertido una gran carga con un elevado costo y sacrificio económico, social y emocional para toda la sociedad Venezolana. Los accidentes de todo tipo ocupan el tercer


lugar en mortalidad con una tasa de más del 40 por 100.000 habitantes,

siendo

sólo

superada

por

las

enfermedades

cardiovasculares y el cáncer. Los años / hombre de vida útil perdidos por esta causa superan los originados por cáncer y enfermedad cardiovascular; cuyo impacto se hace más evidentes en personas de edad avanzada a diferencia de los accidentes viales que ocurren principalmente en la población más joven y en edad productiva. Actualmente representan la segunda causa de mortalidad en nuestro país en el grupo en edades de 12 a 40 años, Los accidentes de tránsito producen además de los fallecidos un número mucho mayor de lesionados, con limitaciones físicas y psicológicas temporales o definitivas que ocupan la atención de gran parte del sistema de salud. Se estima que alrededor del 30% de las camas hospitalarias están ocupadas permanentemente por lesionados en accidentes de tránsito y representan un alto porcentaje de los atendidos por los servicios de rehabilitación. LAS MOTOS OTRO PROBLEMA La velocidad y el alcohol juegan un papel importante en la siniestralidad vial del país, sobre todo entre quienes utilizan las motos como medio de transporte diario. De acuerdo con el Primer Informe sobre Seguridad Vial en Venezuela, el número de fallecidos por accidentes en moto aumentó 52% durante los primeros cuatro meses del año.


Durante todo el año pasado, la cifra de motorizados fallecidos cerró en 1.161. Los meses más violentos fueron agosto, septiembre y diciembre, entre enero y abril de este año se contabilizaron 457 muertes violentas, mientras que en el mismo período del año pasado hubo 300. En relación a las edades, los más vulnerables de perder la vida en motos son jóvenes entre 20 y 30 años. Más allá del impacto económico, existe un drama familiar y social de los accidentes. Debe trabajarse con fuerza en la prevención.

LOS SEGUROS, UNA SOLUCIÓN EN TEMAS COMO SALUD O ACCIDENTES Los seguros, en todas sus modalidades, vienen cobrando cada vez más importancia en la planificación de los presupuestos familiares. La cultura del seguro y las ventajas que proporcionan estos instrumentos, afortunadamente, se han instalado ya de forma permanente entre las prioridades de los venezolanos al momento de asignar sus recursos, tanto en las empresas como en las familias. Por lo general, cuando renovamos el seguro de nuestro vehículo, o contratamos una póliza médica, pensamos que se trata de un “gasto” muy difícil de eludir. Simplemente lo asumimos y rogamos para que nada pase y no sea necesario recurrir a la póliza. Evidentemente, lo mejor es que nunca pase nada, pero de ocurrir un evento, no es lo mismo contar o no con un buen seguro. Seguramente, en ese momento no calculamos que el seguro también es una inversión por razones como las siguientes:


No es necesario abundar sobre la importancia de estar asegurado, sabemos que las pólizas dirigidas a cubrir gastos de salud, las de responsabilidad civil, accidentes y siniestros con vehículos y otras que tienen gran aceptación, como las dirigidas a cubrir gastos en el hogar y las de vida, son ampliamente utilizadas por los venezolanos y prácticamente nadie discute la necesidad y la conveniencia de estar adecuadamente cubierto con algún instrumento de este tipo. El seguro es una inversión y por encima de todo, es una protección de su persona, su familia y sus bienes. Con inflación, debemos buscar constantemente en qué emplear el dinero para que no pierda su valor al mismo ritmo con que aumentan

los

precios.

En

muchas

ocasiones,

comprar

electrodomésticos, automóviles o inmuebles es una buena forma de proteger el patrimonio, pero estas estrategias se agotan ¿Cuántas veces vamos a cambiar, razonablemente, la nevera? Además, recuerde que no debe comprar cosas que no necesita, aunque puedan estar hoy más baratas de lo que le van a costar el día de mañana, en otras palabras, cambie la nevera o compre un electrodoméstico únicamente si efectivamente lo necesita o piensa que va a tener que sustituir ese bien en el corto plazo. Una opción importante de inversión y protección es un seguro. En la actualidad, y prácticamente en todos los casos, usted puede

adquirir

sus

pólizas

mediante

alguna

modalidad

de

financiamiento, y cancelarlas en cuotas, lo que ofrece un grado mayor de protección frente a la inflación (calcule cuánto podría costarle un siniestro, no al momento de contratar la póliza, sino cuando cancele la última cuota). Los gastos en caso de que ocurra un siniestro, por


ejemplo con un vehículo, siempre serán mayores a los que le obliga el seguro. Incluso un pequeño percance, sin daños a personas, le costará más en repuestos, reparaciones y mano de obra que muchas de las cuotas de su póliza. Pensar que el siniestro no ocurrirá es siempre un mal cálculo, porque nuestra propia prudencia no es el único factor determinante. Pagar por un seguro, no debe ser visto como un gasto, es una inversión, para la protección de usted, su familia, bienes y propiedades. Por ejemplo, si alguna vez se ha visto involucrado en un accidente de auto, usted seguramente ya sabe acerca de los beneficios de tener un seguro de auto, las mismas ventajas las tiene en un seguro de hospitalización o para proteger su casa, empresa u oficina. Otro aspecto a considerar además de la solidez y confianza de la empresa de seguros que seleccione es que tenga un corredor adecuado, no alguien que le vende la póliza y desaparece, usted requiere de un servicio eficiente y atención de calidad.

twitter: @josegrasso jgrasso@soft-line.com www.finanzasdigital.com


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