PERIODICO "EL PODER DEL ESPIRITU" N122

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El Poder del Espíritu Comunidad «SANTA

MARÍA»

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RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA - Año XI - Nº 122 -

Julio de 2010 - Edición Mensual - GRATUITO

«En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.» (1 Juan 4:10)

DIOS NOS AMA!!!

29 años sirviendo en la Iglesia Católica


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«A éstos quiso Dios dar a conocer cuál es la gloriosa riqueza que este misterio encierra para los gentiles. Y no es otra cosa que Cristo entre vosotros, la esperanza de la gloria» Colosenses 1:27

STAFF

*Dirección General: Juan Carlos Hovhanessian Diego Hovhanessian

*Asesor Espiritual: Monseñor José Guido Pesce *Redacción: Alba Acosta Miriam B. de Mavilian Cristel Chau López Lourdes Chiappetta Lucía Hovhanessian Milagros Hovhanessian Lidia I. de Papazian Geraldine Miguel Lic. Anahí Raggio Hugo Rucci Lic. Valeria Salinas Agustina Spegazzini

«No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con una Persona, Jesucristo, que da un nuevo horizonte a la vida»

«Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él » (1 Jn 4, 16). Estas palabras de la Primera carta de Juan expresan con claridad meridiana el corazón de la fe cristiana: la imagen cristiana de Dios y también la consiguiente imagen del hombre y de su camino. Además, en este mismo versículo, Juan nos ofrece, por así decir, una formulación sintética de la existencia cristiana: «Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él». Hemos creído en el amor de Dios: así puede expresar el cristiano la opción fundamental de su vida. No se comienza a ser cristiano por una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan había expresado este acontecimiento con las siguientes palabras: « Tanto amó Dios al mundo, que entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna » (cf. 3, 16) ENCÍCLICA DEUS CARITAS EST

TELEFAX (54-11) 4775-1393 // (54-11) 4771-0918

poderdelespiritu@fibertel.com.ar elpoderdelespiritu@gmail.com

*Coordinación de contenidos: Dra. Mónica V. de Adanalian

*Diagramación y Coordinación: Roxana B. de Hovhanessian El Periódico El Poder del Espíritu agradece a los hermanos que, con su generoso aporte, hacen posible la publicación de este material de Evangelización. Que Dios les bendiga abundantemente en Jesucristo. «Y Poderoso es Dios para colmaros de toda gracia a fin de que teniendo, siempre y en todo, lo necesario, tengáis aún sobrante para toda obra buena...» 2 Cor 9:8

Comunidad

Actividades

*Distribución y envíos postales: Liliana E de Francia y José Francia

S.S. BENEDICTO XVI

«Santa María»

Cursos de Estudio Bíblico: Martes: 20:30 hs. Viernes: 20:30 hs. a 22:30 hs. Retiro Mensual: Segundo Domingo de mes 10 hs. Ministerio de Intercesión - Misioneros: (Hospitales y enfermos- neuropsiquiátricos, cárceles y geriátricos, ayuda al necesitado y acción social) Cuarto Sábado de mes 15 hs.

Pastoral Infantil: Cuarto Domingo de mes 15 hs.

ASAMBLEAS DE ORACIÓN

*Lunes: 20hs // 21:30hs *Jueves: 16hs // 20hs

Pastoral de Padres de Familia: Cuarto Domingo de mes 15 hs. Pastoral Juvenil: Cuarto Domingo de mes. Mujeres: 13:30 hs. Varones: 13:30 hs. Pastoral de Matrimonios: Cuarto Domingo de mes 16:30 hs. Dorkas (Damas de la Comunidad): Cuarto Martes de mes 15 hs.

HORARIOS

«ESPERANZA DE DE GLORIA» GLORIA» «ESPERANZA

Dios nos ama. Esta es una afirmación que cobra fuerza y pleno sentido cuando nos damos cuenta de «Quién» es el que nos ama. Él es el Creador de cielos y tierra, Todopoderoso, Omnipotente, Omnipresente, Eterno Frente a tanta grandeza podemos hacer nuestras las palabras del salmista «¿qué es el hombre para que de él te acuerdes ?» (Salmo 8:5). ¿Quiénes somos nosotros para que Él nos ame? Nada, comparados con Su grandeza, pero lo maravilloso es que aún así Dios nos ama. Y no nos ama por lo que somos o hacemos, sino que Él nos amó primero; aún antes de que tuviéramos siquiera la posibilidad de creer en Él y amarle, Él ya nos amaba, nos creó por amor. Nos dice San Juan: «En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que Él nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.» (1 Juan 4:10). Y en ese inmenso Amor envió lo más valioso de Sí mismo, Su Hijo Jesucristo para salvarnos. Esta edición de «El Poder del Espíritu» se presenta mostrando -a través de las Sagradas Escrituras- cuánto nos ama Dios. Para que el Amor que Dios nos tiene no sea sólo «un concepto», «una frase» que hemos escuchado y repetido a lo largo de nuestra vida; sino que, a la luz de lo que nos revela la Biblia, comprendamos con todo nuestro ser que ¡DIOS NOS AMA!, y que ese Amor significa cuidado, protección, guía, apoyo, ternura, regalos, abundantes bendiciones en todas las áreas de nuestra vida, todos los días. Y en el futuro la Vida Eterna junto a Él. Que el hecho de que DIOS NOS AMA sea una certeza en nuestro corazón que nos lleve a vivir una vida diferente, una vida confiada en las Manos de nuestro Señor, amando a Dios y obedeciendo Su Palabra; sabiendo « que en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman.» (Romanos 8:28). «Nosotros no amamos a Dios tanto como Él nos ama; sino que Él nos ama en tal manera efusivamente que el lenguaje no es bastante para explicarlo.» (San Juan Crisóstomo). ¡Gracias Señor por Tu Amor!

EDITORIAL

Julio: Mes de

Todos los Cursos, Jornadas, Seminarios de Estudio Bíblico, Retiros y Reuniones, así como todas las actividades de nuestra Comunidad son GRATUITAS


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Por Su Gran Amor

El temor del Señor es uno de los dones del Espíritu Santo. Por él, el cristiano desea ardientemente obrar conforme a lo que Dios quiere, buscando agradarle en todo y no ofenderle en nada, siempre movido por Su Gran Amor. Dios nos instruye por medio de Su Palabra acerca de cómo debemos obrar, así como un padre que ama a su hijo le enseña cómo hacer las cosas para que no se lastime. Sin embargo, aunque éste se equivocase, nuestro Padre del Cielo, que es Santo y Perfecto, no se equivoca jamás. Él, que es Fiel y que todo lo puede, nos promete: «El que teme al Señor no sufrirá ningún mal y en la prueba será librado una y otra vez.» (Eclesiástico 33:1 Versión «El Libro del Pueblo de Dios»). Así que, si de momento estás pasando por situaciones difíciles, recuerda que Dios es Poderoso para librarte, y que « en todas las cosas interviene Dios para bien de los que le aman » (Romanos 8:28). ¡Gracias Señor! Agustina Spegazzini

Nuestro Guardián

CATECISMO

Una canción de cuna -quizás la más conocida- entonamos con lo mejor de nuestras voces, con las abuelas del hogar de ancianos que visitamos regularmente. Algunas se reían y otras trataban de entonar lo más afinado posible. Ese día, varias de ellas reconocieron lo difícil que se les hacía conciliar el sueño y acordamos que dormir era necesario para estar descansado y también para despertarnos de buen humor. Fue entonces que leímos lo que decía el Salmo 121: «¡No duerme tu Guardián! No duerme ni dormita el Guardián de Israel.» (vs. 3-4). En este Salmo descubrimos que se nombra varias veces la palabra «guardián» y «guarda». Cuidar, defender, vigilar, atender, mantener, custodiar eso es lo que el Señor hace por nosotros cuando nos guarda. Él es nuestro Guardián y lo más maravilloso es ¡que nunca duerme! Ahora sí, dormimos tranquilas, dijeron .y nos despedimos hasta el próximo encuentro. « ..El guarda tu vida» (vs. 7). No lo olvides!!!

Dios es Amor 220 El amor de Dios es «eterno» (Is 54,8). «Porque los montes se correrán y las colinas se moverán, mas mi amor de tu lado no se apartará» (Is 54,10). «Con amor eterno te he amado: por eso he reservado gracia para ti» (Jr 31,3). 221 Pero San Juan irá todavía más lejos al afirmar: «Dios es Amor» (1 Jn 4,8.16); el ser mismo de Dios es Amor. Al enviar en la plenitud de los tiempos a su Hijo único y al Espíritu de Amor, Dios revela su secreto más íntimo (cf. 1 Cor 2,7-16; Ef 3,9-12); Él mismo es una eterna comunicación de amor: Padre, Hijo y Espíritu Santo, y nos ha destinado a participar en Él.

«¿Qué puede compararse a esta buena nueva? Dios en la tierra, el hombre en el cielo, la amistad de Dios hecha para nuestra naturaleza, la lucha de tantos siglos terminada, el diablo humillado, la muerte destruida, abierto el paraíso; y todas estas cosas que superan nuestra naturaleza, concedidas fácilmente, no porque las hayamos merecido, sino porque Dios nos ha amado.» San Juan Crisóstomo (Homiliae in Matthaeum, 1,2)

Un mensaje para ti !!!

ron a Mí, los que me eligie s de te us n so o «N n 15:16). egí a ustedes.» (Jua el s lo e qu el Yo sino dichas por Jesús. Estas son palabras co en tus tienes este periódi si o, an rm he o rid Que ti, ¡Él te un mensaje para ne tie os Di , os an m igió para que nadie! y te el or ej m y ás m a am ser Su hijo. Dios, pero debemos amar a s no ia ist cr o m Co ar por Él. que dejarnos am os m ne te én bi m ta mucho más muy cerca de ti... tá es e dr Pa tu os Di imaginar. de lo que puedes s dí as y or ac ió n, to do s lo en , Él n co a bl Ha e protege, amor de Padre, qu Su s rá ta en rim pe ex ía, y enseña. perdona, cuida, gu s te ama! zian No lo olvides ¡Dio Lidia I. de Papa

El que nos ha reconciliado con el Padre «Pero Jesús, dando de nuevo un fuerte grito, exhaló el espíritu. En esto, el velo del Santuario se rasgó en dos, de arriba abajo; tembló la tierra y las rocas se hendieron.» (Mateo 27: 50-51). Con la muerte (sacrificio) de Jesús, el velo del Santuario que separaba el lugar Santo del lugar Santísimo, se rasgó. El lugar Santísimo o lugar del «Santo de los santos» era aquel donde sólo el Sumo Sacerdote podía entrar una vez al año para ofrecer sangre de animales para el perdón de sus pecados y los del pueblo (ver Hebreos 9:7). La ruptura del velo, muestra claramente que la separación que había entre Dios y el hombre (por el pecado cometido en el Edén) fue rasgada, quebrada por el Sacrificio de Cristo en la Cruz. Los israelitas ofrecían animales en sacrificio (como corderos y novillos) como muestra de arrepentimiento y súplica de perdón a Dios (ver Hebreos 9:22), pero fue necesario el sacrificio de un «Cordero sin mancha» para que nuestro pecado fuera perdonado por Dios. Jesús, el Cordero de Dios, fue muerto y mediante Su Sangre recibimos el perdón de los pecados (ver Efesios 1:7). Él es el Cordero sin mancha que nos ha reconciliado con nuestro Padre Celestial. Jesús dio Su Vida por amor a nosotros: ¡Gracias Señor por Tu Inmenso Amor! Lucía Hovhanessian


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«Amaos los unos a los otros, como Jesús os ama. No tengo nada que añadir al mensaje que Jesús nos dejó. Para poder amar hay que tener un corazón puro y rezar. El fruto de la oración es la profundización en la fe. El fruto de la fe es el amor. Y el fruto del amor es el servicio al prójimo. Esto nos trae la paz.»

Madre Teresa de Calcuta

Imagina a una persona que todos los días se levanta para cumplir con sus tareas. Alguien que tiene familia, trabaja, estudia y que camina por las calles como un ciudadano más. Pero esta es una persona diferente: es paciente y amable. Trata bien a los demás y sabe esperar para ser atendido. No es envidiosa, jactanciosa ni engreída. Se alegra sinceramente con el bien de los demás. Es decorosa en su manera de hablar, de vestirse, de presentarse y relacionarse con los otros; pues no anda buscando ningún «interés» personal o una mejor «posición» de un modo deshonesto. No se irrita, porque aprendió a no tomar en cuenta el mal recibido. Reconoce la injusticia y la rechaza, pues su vida y su alegría siempre se sustentan en la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta ¿Verdad que no es muy común hallar a una persona como ésta? Pero, querido hermano lector, ésta es ni más ni menos que la descripción de las actitudes de un cristiano (ver 1 Corintios 13). Jesús nos dice: « Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo.» (Mateo 22:3739). Lic. Anahí Raggio

Las actitudes de un cristiano

Porque Dios te ama!!!

«No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío. Si pasas por las aguas, yo estoy contigo, si por los ríos, no te anegarán. Si andas por el fuego, no te quemarás, ni la llama prenderá en ti. Porque yo soy Yahvé tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador eres precioso a mis ojos, eres estimado, y yo te amo » (Isaías 43:1-4). Salta el corazón de alegría cuando leemos en Su Palabra lo que Él nos dice. El Padre da todo por Sus hijos; Su amor es puro, es un amor que perdona errores y restaura. Él quiere lo mejor para nosotros, nos instruye en lo que es provechoso y nos marca el camino por donde ir. Mañana a mañana se renuevan Su amor y Su ternura... ¡No se han agotado! (ver Lamentaciones 3:22-23). El amor en sí requiere entrega, y Él entregó a su Hijo para que tengamos Vida. Tú eres de Él, Dios te acompaña a donde vayas, cuidándote en todo momento. Eres de gran valor a Sus ojos y en toda situación está contigo, no temas y confía en Él, porque... ¡Dios te ama! Geraldine Miguel En la Biblia podemos hallar la palabra «amor», infinidad de veces. Pero en la lengua griega, utilizada en el Nuevo Testamento, se distinguen cuatro «tipos» de amor. El amor erao («eros»), amor de deseo, atracción, pasión. Deseo de «poseer» al ser amado. Ej.: El hombre que se siente atraído a una mujer y desea ser correspondido. El amor «stergo», el amor familiar, por ejemplo, el de una madre a sus hijos. Los cristianos deben amarse mutuamente con amor de familia. «Amándoos (stergo) cordialmente los unos a los otros...» (Romanos 12:10). El amor «fileo», amor de amistad. «...Si, Señor, tu sabes que te quiero» (Juan 21:15). El amor «agapao» (ágape), el amor de la caridad. No espera nada en retorno. Es un amor abnegado y sacrificado. Ama aún cuando no es correspondido y cuando no siente el deseo. «...sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos (agapao) que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo» (Juan 13: 1); «Como el Padre me amó, yo también os he amado a vosotros (agapao), permaneced en mi amor» (Juan 15:9); «Nadie tiene mayor amor (agapao) que el que da su vida por sus amigos» (Juan 15:13). Nunca lo olvides: Jesús te ama!!! Lic. Valeria Salinas

«Es el amor lo que da precio a todas nuestras obras; no es por la grandeza y multiplicidad de nuestras obras por lo que agradamos a Dios, sino por el amor con que las hacemos». San Franciso de Sales

Nadie tiene mayor amor

Mira y recuerda

«Mira el arco iris y a su Hacedor bendice, ¡qué bonito en su esplendor!» (Eclesiástico 43:11)

Noé fue el primer hombre que disfrutó de ver el bello espectáculo del arco iris. Mirarlo nos genera asombro, nos maravilla... Verlo es sinónimo de inspiración y cuando aparece hace gala de ser una verdadera «obra de arte». Son siete los colores que lo conforman, a saber: rojo, naranja, amarillo, verde, azul, celeste y violeta. Lo vemos después de una llovizna o tras una tormenta. Aparece por primera vez en la Biblia como señal de la alianza de Dios con Noé, luego del diluvio: «Pongo mi arco en las nubes, y servirá de señal de la alianza entre yo y la tierra. Cuando yo anuble de nubes la tierra, entonces se verá el arco en las nubes, y me acordaré de la alianza que media entre yo y vosotros y toda alma viviente, toda carne, y no habrá más aguas diluviales para exterminar toda carne.» (Génesis 9:13-15). Y aparece por última vez en el Libro del Apocalipsis (4:3). La próxima vez que lo veas aparecer en el Cielo recuerda la Fidelidad de Dios a Sus Promesas y regocíjate en Tu Creador.

Miriam B. de Mavilian


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«AMOR «AMOR VITAL» VITAL» «Con nadie tengáis otra deuda que la del mutuo amor. Pues el que ama al prójimo, ha cumplido la ley. En efecto, lo de: No adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás y todos los demás preceptos, se resumen en esta fórmula: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. La caridad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud.» (Romanos 13:810). Es, sin duda, la palabra AMOR, la más «bastardeada» en los tiempos que corren. Se llama «amor» a un sinnúmero de expresiones que sólo giran en torno a la «propia satisfacción», alimentando casi siempre al hedonismo sensual y lascivo, que pareciera ser el principal objetivo de muchos, en la actual cultura de esta «posmoderna» sociedad. Qué distante del Amor Vital, en el que somos amados por Dios. A «años luz» del Amor de Cristo, que nos manda a «amarnos unos a otros, como Él nos ha amado». San Juan nos dice: «Dios es Amor»; no que «amar es Dios», como siempre recuerdo. El famoso «ama y haz lo que quieras» de San Agustín, que como él mismo nos recuerda, está anclado en el Amor de Cristo; en el «como yo (Cristo) os he amado » y por eso nos dice que «quien practique esta Virtud (AMOR DE CRISTO), nada hará reñido en contra de esta Virtud». San Pablo, autor del maravilloso «himno del amor» de 1 Corintios 13 (Versión Biblia del Peregrino) : «Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo estruendoso. Aunque tuviera el don de profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera una fe como para mover montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, de nada me sirve. El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso ni busca aparentar, no es orgulloso ni actúa con bajeza, no busca su interés, no se irrita, sino que deja atrás las ofensas y las perdona, nunca se alegra de la injusticia, y siempre se alegra de la verdad. Todo lo aguanta, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca terminará. Las profecías serán eliminadas, el don de lenguas terminará, el conocimiento será eliminado. Porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías limitadas. Cuando llegue lo perfecto, lo imperfecto será eliminado. Cuando era niño, hablaba como niño, pensaba como niño, razonaba como niño; al hacerme adulto, abandoné las cosas de niño. Ahora vemos como

en un mal espejo, confusamente, después veremos cara a cara. Ahora conozco a medias, después conoceré tan bien como Dios me conoce a mí. Ahora nos quedan tres cosas: la fe, la esperanza, el amor. Pero la más grande de todas es el amor.». También nos exhorta en Romanos 12:9 a que «nuestro amor sea sin fingimiento». Un amor sin hipocresía. Sin «cumplidos» meramente «diplomáticos» que seguirían «bastardeando» a esa palabra sublime. Ese «amor sincero» (anhypócritos) del griego, es decir: SIN HIPOCRESÍA, NO FINGIDO Es «el amor que el Espíritu Santo ha derramado en nuestros corazones» (ver Romanos 5:5). Es como la simiente del AMOR. La raíz del AMOR, que crecerá en el corazón, que «lavado», «purificado» por la Sangre de Cristo Jesús derramada en el Calvario, es ahora «tierra fértil» donde ese Amor arraigará y crecerá dando fruto y fruto abundante.

El amor sincero siempre sabe DAR. Amar es «darse», en Cristo !!! Sólo el creyente verdadero conocerá y practicará el AMOR VITAL, sincero, «sin fingimiento». Esto, porque habita en él, la Naturaleza de Dios por el Espíritu Santo que es quien derramó Su Amor en su espíritu renacido por la Sangre de Cristo y ahora desde allí podrá dar fruto de ése: Su mismo Amor. Toda otra expresión fuera de la acción poderosa del Espíritu Santo, será obra de voluntarismo humano; podríamos decir que -en el mejor de los casos- será una muy buena intención, pero sin Cristo. Insisto, será como una «muy buena imitación» El amor cristiano es la CARIDAD. La cual es siempre, pensar en el otro. La caridad no gira en torno a la propia realización, ésta es «propiedad» del amor fingido. La caridad, esto es, el AMOR VITAL, es oblativo, sacrificial; cambia totalmente ese objetivo egoísta del amor fingido, por el noble objetivo de hacer feliz al otro. ¿Cómo somos amados por el Señor...? ¿No es acaso de esa misma manera? «Si tanto amó Dios al mundo que le DIO ». El amor sincero siempre sabe DAR. ¡Amar es «darse», en Cristo! Como decía Teresa de Calcuta: «amar es dar» «dar hasta que duela». ¡Y vaya si nos dio el Padre!

SEMINARIO DE ESTUDIO BÍBLICO

«Escuela de Servidores»

¡NOS DIO A SU PROPIO HIJO, JESUCRISTO! El «amor imitación» tiene como «centro del sistema», el YO del que dice amar. El amor vital, el sincero, hace del ser amado, el centro. Lo contrario al amor vital, es el egoísmo. No el odio, como se sabe creer; pues el odio es la rama principal del egoísmo, no la contraparte; pues el amor, «DA»; el egoísmo «TOMA», quiere para sí. No «escatima esfuerzos» ni se detiene en escrúpulos, con tal de alcanzar su propia satisfacción. Suele tener apariencia de «cosa noble», por ejemplo: «eres mía» «eres mío». Quiere poseer, controlar, y si es posible, manipular. Es vengativo, siempre avaro, codicioso. Dice que «obra así por amor». Puede llegar a ser «homicida», es casi siempre «mentiroso»; así es catalogado el «adversario»: «homicida y mentiroso» Mas el AMOR VITAL, el Amor de Cristo es «VERDAD», es «VIVIFICANTE», es «LIBERTAD» y es siempre «GENEROSO», «DADIVOSO» Como su principio es «el otro», es «DADOR». Sabe decir «Nada me debes» «eres libre» «sé feliz». Alguien dijo: «sólo ama de verdad, el que ama sin esperar nada» ¡Piénsalo! Claro, quien tiene en sí mismo, raíz de amor, dará fruto de amor «naturalmente»; aunque es «sobrenatural», pues es el MISMO AMOR EN EL QUE SOMOS AMADOS POR DIOS!!! ¡¡¡DIOS ES AMOR!!! ¡Gloria a Su Nombre!

JUAN CARLOS HOVHANESSIAN

«Amor Vital» AMAR ES NUNCA FINGIR AMAR ES SIEMPRE OFRENDAR AMAR ES NUNCA SIMULAR ES SIEMPRE AL OTRO, SERVIR AMAR ES SIEMPRE CONFIAR AMAR ES NUNCA MENTIR AMAR ES EN CRISTO, VIVIR ES SIEMPRE SUS HUELLAS PISAR SÓLO EN REALIDAD AMARÁ EL QUE NADA A CAMBIO ESPERARÁ ¡QUIEN «HAYA PASADO» POR LA CRUZ! ¡NO HAY AMOR EXENTO DE DOLOR! EL QUE AMA ES SIEMPRE DADOR ¡VIVO TESTIGO DEL SEÑOR JESÚS! JUAN CARLOS

4 clases para optimizar tu servicio en la Iglesia DESDE EL VIERNES 16 DE JULIO (20,30 hs.) INFORMES/INSCRIPCIONES: elpoderdelespiritu@gmail.com 4775-1393 // 4771-0918 GRATUITO

!! ! r e d r e p s é d o p o l No te


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Yo no te olvido «¿Acaso olvida una mujer a su niño de pecho, sin compadecerse del hijo de sus entrañas? Pues aunque ésas llegasen a olvidar, yo no te olvido.» (Isaías 49:15). En este pasaje de Isaías, el Señor nos muestra cuán grande es su Amor por nosotros. Es tan grande, que si hasta pudiera suceder que las personas que más nos quieren en este mundo (nuestra familia, etc.) llegaran a «olvidarse de nosotros», Él nos ama tanto que NUNCA NOS OLVIDARÁ, y siempre estará con nosotros, aún en nuestras angustias y también en nuestras alegrías, porque nos tiene siempre presentes. ¡Ánimo hermano! ¡Jesús te ama! ¡Amén!

Hoy en día es alarmante la cantidad de matrimonios que se divorcian y lamentablemente muchos de ellos, cristianos. Hay una opinión casi generalizada de que es imposible, «aburrido», amar y vivir toda la vida con la misma persona. Los que tienen hijos saben que el amor que se les profesa no termina, se los ama desde el día que nacen y durante toda la vida; de la misma manera los hijos aman a sus padres y ese amor no cambia. A su vez, en algo tan trivial como ser «hincha» de algún cuadro de fútbol, esa pasión dura «toda la vida». Estos «amores» que he nombrado, no han sido elegidos por nosotros; no elegimos a nuestros padres, ni a nuestros hijos; ni siquiera, en la mayoría de las veces, elegimos el club de fútbol. No los elegimos y sin embargo somos capaces de amarlos toda la vida. En el matrimonio elegimos libremente a quien amar, y paradójicamente, habiendo sido elección nuestra, nos declaramos -muchas veces- incapaces de hacerlo para toda la vida. ¿Por qué? Porque el matrimonio cristiano que dura toda la vida, es aquel que vive «con Cristo» cimentadas sus vidas en la Palabra de Dios. A partir de ahí es absolutamente posible amarse para toda la vida; amarse en un amor pleno, apasionado, feliz, gozoso; no exento de problemas y «altibajos» pero aún así «para toda la vida». La Palabra de Dios dice: «Pues bien, lo que Dios unió no lo separe el hombre.» (ver Mateo 19:5-6). La vida matrimonial vivida en Cristo, no solo no es «aburrida», sino que se transforma en un camino maravilloso, lleno de alegrías, aventura, y felicidad. Basta con mirar por todas las etapas que pasa un matrimonio para darse cuenta de lo variada y maravillosa que es esa vida: dos personas se casan, etapa del amor juvenil, llena de ilusiones, anhelos; más tarde

Practiquemos el bien

«No te acalores por los malvados, ni envidies a los que hacen el mal, pues pronto se secan como el heno, como la hierba tierna se marchitan. Confía en Yahvé y obra el bien, vive en la tierra y practica la lealtad, disfruta pensando en Yahvé, y te dará lo que pida tu corazón.» (Salmo 37:14). Lo que nos enseña este Salmo, es que no hay que entristecerse cuando el malvado obtiene cosas «malvadamente», es decir, que haciendo el mal obtiene «provecho», porque pronto, ese mal caerá. Mejor: practiquemos el bien y el Señor nos dará lo que anhela nuestro corazón. ¡Amén! Milagros Hovhanessian

llegan los hijos y colman nuestra vida de felicidad: primero bebes, etapa de dulzura y ternura; luego acompañarlos en el crecimiento; el comienzo del colegio, que nos hace «volver» a nosotros mismos a la escuela y otra vez aprendemos junto a ellos a leer, sumar, restar. Siguen creciendo llega el noviazgo, y los padres acompañando, compartiendo, siendo ejemplo y sostén para nuestros hijos. Aún más tarde llegarán, si Dios quiere, los nietos y nosotros, revivimos toda la dicha que tuvimos con nuestros hijos, desde otro lugar, disfrutando y no criando, y después de muchos años volvemos a comprar baberos y juguetes. Llegada esta etapa estamos otra vez «solos», y viviendo un matrimonio verdaderamente cristiano no hay «síndrome del nido vacío» ni tristezas porque los hijos se van, todo lo contrario, hay alegría porque emprenden su propio camino y nosotros iniciamos otra etapa, con más tiempo para nosotros y llenos de proyectos, aún en lo que se llama «la tercera edad», eso sí siempre juntos. «Para toda la vida» es posible porque el Sacramento del matrimonio provee de una gracia que perfecciona el amor de los cónyuges, y fortalece su unidad indisoluble. Cristo es la fuente de esa Gracia. Él Permanece con nosotros dándonos la fuerza para levantarnos después de las caídas, de perdonarnos mutuamente, y de amarnos con un amor sobrenatural, delicado y fecundo (ver CIC 1642). Al unirnos en matrimonio hicimos un pacto libremente y para toda la vida: «Te acepto a ti como mi esposo/a, y prometo serte fiel en lo próspero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, y amarte y respetarte todos los días de mi vida.» ¡Amén!

Para toda

la vida

«Las obras del Señor son todas buenas, a su tiempo provee Él a toda necesidad Eclesiástico 39:33

CÁNTAROS AA CÁNTAROS Cuando llueve copiosamente generalmente decimos «llueve a cántaros». Esta expresión, tan usada hoy día, ya se utilizaba en los tiempos bíblicos. «Todos los hombres de Judá y de Benjamín se reunieron, pues, en Jerusalén en el plazo de tres días: era el día veinte del mes noveno; todo el pueblo se situó en la plaza de la Casa de Dios, temblando, debido al caso, y también porque llovía a cántaros.» (Esdras 10:9). ¿LO SABÍAS?

Dra. Mònica V. de Adanalian

TODO ó NADA

La justicia con Amor te hace justo, sin Amor te hace duro. La amabilidad con Amor te hace amable, sin Amor te hace hipócrita. La inteligencia con Amor sirve a la razón, sin Amor te hace cruel. La agudeza con Amor te hace capaz de adquirir la verdad, sin Amor te hace agresivo. La autoridad con Amor te hace guía y protector, sin Amor te hace déspota. La amistad con Amor te hace generoso, sin Amor te hace interesado. El apostolado con Amor te hace servicial, sin Amor te da una excusa para lucirte. La alegría con Amor te ayuda a ver a Dios en todo, sin Amor te hace un «bufón». La libertad con Amor te hace capaz del mayor bien, sin Amor te hace un abusador. Tus éxitos con Amor te hacen crecer, sin Amor te hacen orgulloso. Tus enseñanzas con Amor te hacen maestro, sin Amor te hacen arrogante. LA VIDA CON AMOR, LO ES TODO; SIN AMOR... NO VALE NADA!!!


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«Y sucedió que, estando Él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: «Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos». Él les dijo: «Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, danos cada día nuestro pan cotidiano, y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación.» (Lucas 11:1-4). Si Jesús oraba, evidentemente nosotros necesitamos orar. Jesús oró en su bautismo (3:21), antes de escoger a los doce (6:12), en la transfiguración (9:28), antes de ser arrestado (22:40-44), en la Cruz (23:46) y en tantas otras ocasiones (5:16 y 9:18). Los apóstoles pronto aprendieron la importancia de la oración. El Padrenuestro es una «oración modelo» que nos enseña a orar «ajustándonos» a la Voluntad de Dios. Nótese que siempre está en plural, porque ésta es una «oración de familia». Podemos orar en la soledad (Mateo 6:6), pero no oramos solos, debido a que somos parte de «la familia entera» (Efesios 3:14-15). La verdadera oración se basa en la relación de hijos que tenemos con Dios. Jesús dijo (Mateo 7:7-11) «Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O hay acaso alguno entre vosotros que al hijo que le pide pan le de una piedra; o si le pide un pez, le de una culebra? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!». Este pasaje nos enseña que debemos ser perseverantes en la oración, pero por sobre todo nos muestra la buena disposición de Dios para cuidar a Sus hijos. ¡Él es un Amoroso Padre que da cosas buenas a Sus hijos cuando se las piden! Sí, debemos perseverar en «pedir, buscar y llamar», para manifestar al Señor nuestro interés de que se haga Su Voluntad en nuestras vidas. En el Padrenuestro nos estamos declarando como «hijos de Dios» y por lo tanto «hermanos», hermanos que somos parte de un cuerpo, el Cuerpo de Cristo: la Iglesia. Cristo es « Cabeza suprema de la Iglesia, que es su Cuerpo, la Plenitud del que lo llena todo en todo.» (Efesios 1:22-23). Plenitud se refiere a Cristo que llena la Iglesia con dones y bendiciones. Cristo es la Cabeza y nosotros somos el cuerpo: Su Iglesia « así también nosotros, siendo muchos, no formamos más que un solo cuerpo en Cristo, siendo cada uno por su parte los unos miembros de los otros.» (Ver Romanos 12:4-5 // 1Corintios 12:14-27 // Colosenses 3:15) La imagen de «cuerpo», muestra la unidad de la Iglesia. Trabajamos, servimos y adoramos unidos a todo el Cuerpo. Todos los cristianos somos una familia porque tenemos un mismo Padre, de ahí la importancia de participar en los Sacramentos y reunirnos asiduamente en comunidad, viviendo con nuestros hermanos una experiencia cristiana poderosa fundamentada en la Palabra de Dios. Dios promete Su Amor y Sus bendiciones a Su Iglesia; si queremos recibirlas, es importante que nos mantengamos unidos a todos los creyentes en el Cuerpo de Cristo. Quienes «se aíslan» de la familia de Dios y tratan de seguir solos, se privan de Su Poder.

Unidos en Su Nombre El amor de Dios es total, dice San Pablo. « que Cristo habite por la fe en vuestros corazones, para que, arraigados y cimentados en el amor, podáis comprender con todos los santos cuál es la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, y conocer el amor de Cristo, que excede a todo conocimiento, para que os vayáis llenando hasta la total Plenitud de Dios.» (Efesios 3:17-19). El amor de Dios se experimenta a lo largo de toda nuestra vida; recuerda hermano que nada ni nadie puede apartarnos del amor de Dios «Pues estoy seguro de que ni la muerte ni la vida ni los ángeles ni los principados ni lo presente ni lo futuro ni las potestades ni la altura ni la profundidad ni otra criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro.» (Romanos 8:38-39). El Salmo 133 nos muestra la importancia de mantenernos unidos, ya que en la unidad, en el «habitar» todos juntos, Dios derrama bendición y vida. «¡Oh, qué bueno, qué dulce habitar los hermanos todos juntos! ( ) allí Yahvé la bendición dispensa, la vida para siempre.» (Salmo 133). Recordemos también «la fuerza» que tiene la oración hecha en unidad: «Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi Nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mateo 18:19-20). Gloria a Dios!!! BREVE EXTRACCIÓN DE LA ENSEÑANZA PREDICADA POR

SI QUEREMOS RECIBIR SUS BENDICIONES DEBEMOS MANTENERNOS UNIDOS COMO CUERPO, COMO IGLESIA

DIEGO HOVHANESSIAN EN ABRIL DE 2002

Al que no nos ama

«Pero a vosotros que me escucháis os digo: Amad a vuestros enemigos, haced el bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen.» (Lucas 6:27-29). Quién mejor que Jesús para decir esto, si Él nos amó siendo nosotros pecadores. Ahora nos toca imitarlo. Es sencillo amar al que nos estima, nos halaga, nos hace regalos, nos sonríe... Pero... ¿amar al que nos mira con mala cara, al que nos critica por ser cristianos, al que nos insulta, al que no le presta atención a cómo nos sentimos y, hasta a veces, acrecienta nuestro dolor...? Sí, al que no nos ama, a ese mismo debemos amar: no guardándole rencor, pidiendo por él en nuestras oraciones, bendiciéndolo. De esta manera estaremos mostrándole a esa persona que actúa equivocadamente,y por sobre todo, reflejaremos el Amor de Dios que nos llena y desborda. Lourdes Chiappetta

Letras Humanas, Mensaje Divino La Palabra de Dios está escrita con «letras humanas» pero el mensaje viene de Dios y dentro contiene «vida». Nuestro Señor Jesús nos dice en Juan 6:63 «Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida». En una de sus parábolas, Jesús compara la Palabra con una semilla (Marcos 4:3-9). Si miramos una semilla y la tenemos en la mano, o sobre una mesa, no vemos que produzca flor y luego fruto, no vemos la vida que «contiene», porque para que eso suceda necesita un elemento esencial: estar plantada en tierra buena. De la misma manera, cuando la persona ofrece su vida como «tierra buena» para la Palabra de Dios, vive la experiencia inigualable del cambio que esa Palabra produce en su ser. Porque la Palabra de Dios dentro tiene Vida. Nos habla del perdón de Dios, de la salvación, la santidad, la sanidad del cuerpo y el alma, etc. Como dice el salmista «Para mis pies antorcha es tu palabra, luz para mi sendero» (Salmo 119:105). ¡Gloria a Dios! Alba Acosta

Haiastan

TIERRA DE MIS MAYORES «HAIASTAN» VIVE EN MÍ, TU CRISTIANA SIMIENTE, CORRE EN MIS VENAS SANGRE VALIENTE DE LOS MÁRTIRES QUE NUNCA MORIRÁN. SOBRE TU ARARAT SE POSABA UN DÍA EL ARCA CUAL PALOMA MENSAJERA ANUNCIANDO QUE SERÍAS LA PRIMERA QUE COMO NACIÓN A CRISTO ADORARÍA. BIENAVENTURADOS LOS QUE HAN CREÍDO, DICHOSOS QUIENES EN DIOS CONFÍAN HASTA A LA MUERTE ESTOS DESAFÍAN PUES NO HAY PEOR MUERTE QUE EL OLVIDO. RAZA BENDITA DE CORAZÓN CRISTIANO JAMÁS PUDO CONTRA TI NINGÚN TIRANO, ARMENIA, EL SEÑOR ES TÚ GUARDIÁN. TIERRA DE SOL, MONTES, VALLES Y MARES DE FLORES, DE VINO, DE POETAS Y CANTARES VIVE DIOS EN TU ALMA «HAIASTAN». JUAN CARLOS HOVHANESSIAN

Dedicado a Armenia: «Haiastan», la tierra de mis mayores, mi raza, mis raíces; de los mártires que dieron su vida para vivir siempre en el cristiano amor.


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VAMOS POR

MUCHO MÁS !!!

Oración para aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador

«Lo sembrado en tierra fértil es el que escucha la palabra y la entiende. Ese da fruto: ciento o sesenta o treinta» (Mateo 13:23-Biblia del Peregrino). La última reunión de la Pastoral de Damas «Dorkas» fue una reunión emotiva. Mientras unas terminaban de organizar los trabajos presentados, otras distribuían los envíos de ropa a los distintos destinos y otras estaban en su «clase de tejido», íbamos recordando los inicios de nuestra Pastoral. Las que estamos desde los comienzos compartimos con las demás -que escuchaban muy atentas- las vivencias de estos 8 años de trabajo. Recordábamos las veces que íbamos a la sala de pediatría del hospital, a pesar de la lluvia o el calor; la vez que casi no llegamos por problemas en el tránsito; el rostro de los niños que recibían por primera vez una prenda nueva, el agradecimiento de sus padres. La emoción de aquellos que, con sencillez, recibían el consuelo y la esperanza a través de las Escrituras. La disposición de todo el personal del Hospital para poder visitar cada habitación, cada niño allí internado. Casi nos olvidábamos de contar lo hermoso que fue el día que también les llevamos un mago y el patio interno del Hospital se llenó de niños a los que les regalamos juguetes y ropa de nuestra propia producción. Tenemos aún mucho más para contar pero, seguramente, será en otra edición del Periódico. Para Tu Gloria, Señor!!!

Amado Padre Celestial: Vengo a Tí en el Nombre de Jesús. Creo en Tu Palabra que dice: Al que venga a Mí, no lo echaré fuera (Juan 6:37), por eso sé que me aceptarás. Gracias te doy por ello. Me arrepiento de mis pecados, creo que Jesucristo murió por mí en la Cruz y derramó Su Preciosísima Sangre por mi Salvación. Desde este momento recibo a Jesucristo como mi Salvador personal, mi Único Salvador, mi Único Señor. Confieso libremente con mis labios que Jesús es el Señor y creo en mi corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos y conforme a Tu Promesa, sé que soy salvo (Romanos 10:9-10). ¡Gracias Señor! Digo ahora con todo mi ser: «¡Soy tuyo/a Jesucristo, en el Poder del Espíritu Santo y para Gloria de Dios Padre! ¡Amén!»

«Abbá»

El Apóstol San Juan en su primera epístola nos dice que el Amor es de Dios y que Dios es Amor (1 Juan 1:7-8). Eterno e inmutable, tan grande es Su Amor por nosotros, que dio a Su Hijo Único, Jesucristo, para que todos los que creamos no perezcamos y tengamos por Él, Vida Eterna (ver Juan 3:15-16). Relacionándonos íntima y personalmente con Él a través de la oración, de Su Palabra y los Sacramentos, abriendo nuestros «ojos espirituales» -los de la fe- descubrimos Su protección. ¡Cómo por amor, tiende su oído a nuestra súplica y nos responde en la noche oscura! ¡Cómo se alegra y complace con nuestra alabanza! ¡Cómo mira con beneplácito nuestra acción de gracias! Por Amor, Dios nos cobija bajo Sus alas y nos acerca a Su mejilla; nos volvemos niños entre Sus brazos y así descansamos tranquilos, porque por Amor a nosotros Él no duerme ni dormita. Por amor, nos cubre por delante y por detrás... Hermano querido: vive la paz y el sosiego que trae Su Presencia. Siente cómo tu corazón se llena de confianza porque con Él estás seguro y tus caminos protegidos. Llénate de gozo al saber que eres Su hijo, que Su Santo Espíritu en ti habita. Alégrate porque puedes llamarlo «Abbá», Padre; porque nada ni nadie podrá separarte de Su amor. Sí, hermano mío: ¡Él nos amó primero y no hay nada más grande que Su Amor! Por eso, «Cuando digo: «Vacila mi pie», tu amor; Yahvé, me sostiene; en el colmo de mis cuitas interiores, tus consuelos recrean mi alma.» (Salmo 94:18-19), entonces ¡Da gracias al Señor, porque es bueno, porque es eterno su amor. ¡Que Él te bendiga abundantemente! Hugo Rucci

FAMILIA FAMILIA, PRESENCIA DEL SEÑOR ÁMBITO QUE SANA TODO DOLOR REFUGIO QUE GUARDA DEL MAL REMANSO EN DÍAS DE FRACASO CONSUELO EN EL SINCERO ABRAZO FRUTO DE UN AMOR INCONDICIONAL

Hermano, Hermano, Dios Dios siempre siempre toma toma en en serio serio tus tus palabras. palabras. Si Si has has hecho hecho esta esta oración, únete oración, únete a a la la Iglesia Iglesia en en una una Comunidad Comunidad cristiana cristiana viva. viva. Dios Dios te te bendiga!!! bendiga!!!

FAMILIA, VERAZ DON SAGRADO DONDE SE AMA Y SE ES AMADO ANTESALA DE TODA COMUNIDAD LATIDOS DE AMANTES CORAZONES QUE AMAN MÁS ALLÁ DE RAZONES ¡TESTIMONIO DE CRISTIANDAD! FAMILIA, ERES «RAZÓN» DEL SEÑOR ÉL, COMO PADRE, ES TU PROTECCIÓN FAMILIA, SAGRADA INSTITUCIÓN ¡TE GUÍA JESÚS, EL BUEN PASTOR! JUAN CARLOS


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