PERIODICO "EL PODER DEL ESPIRITU" N130

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El Poder del Espíritu A PEDIDO DE CIENTOS DE LECTORES, PUBLICAMOS NUEVAMENTE EL PÓSTER EXPLICATIVO DE

«

LA SANTA MISA» PÁGS. 4 Y 5

Comunidad

«SANTA MARÍA»

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RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA - Año XII - Nº 130 - Marzo de 2011 - Edición Mensual - GRATUITO

CUARESMA

«Acercaos a Dios y Él se acercará a vosotros...»

Santiago 4:8

TIEMPO PARA ACERCARSE A DIOS aalleess ttu i u r i i r p i s p E s maass E P oeem Po

e c i h o l o d o T por ti

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n n a s i a i s s e e n a n h v h o H o s o s l r l a a C Juuann C

Un nuevo libro de Poemas Espirituales que nos presenta toda la Pasión de Cristo, desde la Última Cena hasta la Resurrección del Señor. Un libro ideal para que -próximos a la Pascuapodamos reflexionar sobre el inmenso Amor de Jesús que dio Su Vida por nosotros en la Cruz . MÁS INFORMACIÓN EN PÁG. 2


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Viví la Pascua a través de bellos poemas inspirados en la Palabra de Dios. Ideal para regalar, con un diseño de tarjeta pascual en su interior para que puedas dedicárselo a los que quieras llegar con el Mensaje del Amor que Cristo nos tiene. PEDIDOS: 15-6856-5888 elpoderdelespiritu@gmail.com

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*Dirección General: Juan Carlos Hovhanessian Diego Hovhanessian

«Guarda lo que Yahvé tu Dios manda guardar, siguiendo sus caminos, observando sus preceptos, órdenes, sentencias e instrucciones, según está escrito en la ley de Moisés. Así tendrás éxito en cuanto emprendas, según todo lo que te aconsejo.» 1 Reyes 2:3

CON VALOR DE SOLDADO, CON AMOR APASIONADO CON ESPÍRITU VALIENTE CON SENCILLEZ DE NIÑO CON MATERNAL CARIÑO CON FIRMEZA PRUDENTE

En este mes de marzo comienza la Cuaresma: tiempo litúrgico de preparación para la Pascua de Resurrección, que se extiende desde el miércoles de Ceniza hasta el Jueves Santo. Así como muchas veces el final de un año CON ARDOR DE PROFETA CON LOS OJOS EN LA META es momento de hacer «balance» de lo vivido, CON CORAZÓN DE PASTOR se podría decir que Cuaresma es momento de CON SUMISA OBEDIENCIA «balance espiritual» para los cristianos; tiemCON PIADOSA PACIENCIA po de un encuentro especialmente intenso CON FE, CON PAZ Y FERVOR con el Señor. Es este un tiempo ideal para CON APOSTÓLICA LEALTAD reflexionar acerca de nuestra relación con Dios: ¿Es CON SINCERA HUMILDAD Dios «lo primero» en mi vida, mantengo una relaCON ACTITUD DILIGENTE CON DECIDIDA CONFIANZA ción estrecha con Él? ¿Dedico tiempo diariamente CON ACTIVA ESPERANZA a la oración, a la lectura de la Biblia? ¿Estoy obedeEN CUERPO, ALMA Y MENTE ciendo Su Palabra? La Iglesia nos propone para esta época tres «he¡JESÚS, DIOS DE AMOR! CON TU PODEROSA UNCIÓN, rramientas» que nos ayudan a profundizar nuestra EN FIEL CONSAGRACIÓN vida espiritual y cambiar o corregir lo que sea ne¡QUIERO SERVIRTE, SEÑOR! cesario: la ORACIÓN, el AYUNO y la LIMOSNA. Tengamos presente el ejemplo de Jesús, que oró, ayunó y se solidarizó con los pobres. Juan Carlos En esta edición de «El Poder del Espíritu», es nuestro sincero deseo, que todos los cristianos podamos aprovechar al máximo este tiempo de conversión, para acerLa mayoría de las personas suelen pensar que ser amigo es ser compañero de salidas, carnos más a Dios. Él siempre nos consejero y apoyo en las dificultades; está esperando, Su Amor no tiene límites, sólo es necesario acer- alguien en quien confiar para lo que sea. Pero la amistad es mucho más que salidas y consejos. Es relación estrecha, íntima, con esa carse a Él con un corazón sincero persona que quieres. Jesús es tu Amigo, Él te ama, y está todos y arrepentido. Una frase resume los días a tu lado. Cuando las cosas te van bien y aún cuando no la magnitud de este Amor: Jesús van tan bien como quisieras, Él no se aleja, te abraza y consuela, « habiendo amado a los su- se llena de alegría cuando te ve sonreír o te sucede algo que te yos que estaban en el mundo, hace feliz. Porque Él quiere verte feliz. Podés confiar en Jesús que los amó hasta el extremo.» nunca falla ni te defrauda, es tu Amigo Fiel. Te eligió para que camines a Su lado y te da Su Palabra para guiarte, porque ¡Jesús (Juan 13:1). te ama con todo Su Corazón! Geraldine Miguel Gracias Señor!!!

Tu Amigo

Conversión y penitencia

1436 Eucaristía y Penitencia. La conversión y la penitencia diarias encuentran su fuente y su alimento en la Eucaristía, pues en Ella se hace presente el sacrificio de Cristo que nos reconcilió con Dios; por Ella son alimentados y fortificados los que viven de la Vida de Cristo; «es el Antídoto que nos libera de nuestras faltas cotidianas y nos preserva de pecados mortales» (Concilio de Trento: DS 1638). 1437 La lectura de la Sagrada Escritura, la oración de la Liturgia de las Horas y del Padre Nuestro, todo acto sincero de culto o de piedad reaviva en nosotros el espíritu de conversión y de penitencia, y contribuye al perdón de nuestros pecados.

*Asesor Espiritual: Monseñor José Guido Pesce

PARA COMUNICARSE CON NOSOTROS PUEDE HACERLO TELEFÓNICAMENTE O POR *SMS AL (011) 15 6856 5888

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«Santa María»

Cursos de Estudio Bíblico: Martes: 20:30 hs. Viernes: 20:30 hs. Retiro Mensual: Segundo Domingo de mes: 10 hs. Ministerio de Intercesión - Misioneros: (Hospitales y

ASAMBLEAS DE ORACIÓN

*Lunes:

20hs // 21:30hs

*Jueves: 16hs // 20hs

*Diagramación y Coordinación: Roxana B. de Hovhanessian

Todos los Cursos, Jornadas, Seminarios de Estudio Bíblico, Retiros y Reuniones, así como todas las actividades de nuestra Comunidad son GRATUITAS

*Coordinación de contenidos: Dra. Mónica V. de Adanalian

enfermos- neuropsiquiátricos, cárceles y geriátricos, ayuda al necesitado y acción social)

Cuarto Sábado de mes 15 hs. Pastoral Infantil: Cuarto Domingo de mes 15 hs.

Pastoral de Padres de Familia: Cuarto Domingo de mes 15 hs. Pastoral Juvenil: Cuarto Domingo de mes. Mujeres: 13:30 hs. Varones: 13:30 hs. Pastoral de Matrimonios: Cuarto Domingo de mes 16:30 hs. Dorkas (Damas de la Comunidad): Cuarto Martes de mes 15 hs.

HORARIOS

*Distribución y envíos postales: Liliana E. de Francia y José Francia

Actividades

*Redacción: Alba Acosta Miriam B. de Mavilian Lourdes Chiappetta Laura Gómez Lucía Hovhanessian Milagros Hovhanessian Lidia I. de Papazian Geraldine Miguel Lic. Anahí Raggio Hugo Rucci Lic. Valeria Salinas Agustina Spegazzini

Quiero servirte

EDITORIAL

NUEVO LIBRO DE POEMAS ESPIRITUALES CON EL MENSAJE DE LA SALVACIÓN

MARZO: MES DE «EMPRENDIMIENTOS EXITOSOS»

CATECISMO

No te lo podés perder !!!


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¿Qué es en sí, la «Cuaresma»? Su nombre nos habla acerca de «cuarenta». Cuarenta días que se nos ofrecen para reflexionar a la luz de la Palabra de Dios, en particular en la «Kenosis» de Cristo, es decir, el Misterio de Humillación del Señor, para redimir a los pecadores, mediante Su Pasión y posterior Muerte en la Cruz del Calvario. Para todo el pueblo cristiano, más especialmente para quienes, dolorosamente muchos -cada vez más- se dejan atrapar por la falacia de esta «posmoderna» cultura, de un paganismo práctico, a lo largo de todo un año. Para esos muchos, la palabra «pecado», les resulta «discriminatoria», etc., etc. Mas eso es lo que el hombre hace «sin Dios»: PECAR. La esencia del ser cristiano es vivir en la plena comunión con Dios, en Jesucristo, por la acción misteriosa pero real del Espíritu Santo que habita en el corazón creyente y en Su Santa Iglesia. A menudo escucho lo que se ha convertido en engañosa moda: «creo en Jesús, pero no quiero saber nada de la Iglesia ». ¿Cómo se puede vivir una fe genuina en Jesús, sin la vida de la Iglesia? Él y Su Iglesia son una misma realidad. Cristo, la Cabeza; la Iglesia, Su cuerpo. Cuando tengo verdadera fe en Cristo, esa fe se hace «tangible» -podemos decir- en mi ferviente anhelo de vivir en comunión fraterna. Lo describe David en el Salmo 133 maravillosamente: «¡Mira que es bueno y da gusto que los hermanos convivan juntos! Como ungüento fino en la cabeza, que va bajando por la barba, que baja por la barba de Aarón, hasta la orla de sus vestidos. Como el rocío que baja del Hermón sobres las cumbres de Sión; allí dispensa Yahvé bendición, la vida para siempre». Los hermanos cohabitan unidos y en armonía. ¿Qué ocurre allí?: desciende de la Cabeza -Cristo- el fino ungüento-Unción: Dones-Carismas-Autoridad Espiritual- y por la barba de Aarón, lo cual habla del sacerdocio; en aquel tiempo

sólo unos pocos; hoy «un reino de sacerdotes» (Apocalipsis 1:6, 1 Pedro 2:5-9); todos los bautizados, «nacidos de nuevo», que sirven al Señor de acuerdo al llamado y al ministerio de cada uno, siempre en comunión, en armonía. Baja hasta el borde de sus vestidos: todo lo que está unido al que vive fraternalmente en comunión, en Su Santa Iglesia, queda «cubierto» de esa gloriosa «Unción». Allí también desciende «el Rocío»: Agua de Bendición -el agua es Vida-Fecundidad, Prosperidad-saciedad piadosa. ¿Dónde es eso?: ¡en Su Iglesia! Allí donde «habita» el Señor. En tiempos de David era «Sión» «lugar donde Dios mora». No hay «Unción» para servir al Señor con Su autoridad y no hay bendición fecunda, sino en Cristo y Su Iglesia. ¡Gloria a Dios! Amar a Cristo es amar a su Iglesia; amar a Su Iglesia es amar a Cristo Ya lo dice San Juan: «Si alguno dice: Yo amo a Dios, y odia a su hermano, es un mentiroso » (1 Juan 4:20). Y la Iglesia está compuesta por personas, hablo de mí, «falibles», «frágiles», etc.; mas nunca podemos olvidar que su Cabeza es el mismo Cristo. Él en Persona vino a morir en una Cruz para rescatarnos del pecado y de la muerte. A librarnos del engaño de Satanás, cuya arma predilecta es la mentira y el egoísmo; la soberbia, el hedonismo, la violencia, etc., que son el «venenoso hongo mortal». El hongo comestible suele ser un alimento deseado por muchos; pero sólo los que conocen saben diferenciar el comestible de la seta venenosa. A simple vista, parecen iguales. «Cuaresma» es, para mí al menos, el padre de la parábola de Jesús del Evangelio de San Lucas (15:11-32) que espera al borde del camino a que regrese su hijo «extraviado». Ese padre tenía otro hijo que «siempre estaba con él» y cuando el «extraviado» regresó, no se alegró de que

POR JUAN

CARLOS HOVHANESSIAN

No te pierd as la fiesta !! !

Cuar esm a es el t l a Igle iempo q para sia ue que nadi propon e e las b se pierd , de la en a Casa dicione s del P adre

su padre hiciera fiesta por él. Mas el que «siempre está con el Padre Celestial», no solo se alegra de nuestro regreso, sino que Él mismo -Jesús- viene a buscarnos a los que estábamos «condenados a muerte» y muere en nuestro lugar y Resucita, librándonos de la condena que pesaba sobre nosotros, y subiendo al Cielo nos abre un camino Nuevo y Santo para que volvamos al Padre que nos espera: «Tenemos, pues, hermanos, plena confianza para entrar en el Santuario en virtud de la Sangre de Jesús, por este camino nuevo y vivo, inaugurado por

Él parar nosotros » (Hebreos 10:19-20). Señalándonos « Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí.» (Juan 14:6). Aprovecha este tiempo que la Iglesia en su sabiduría propone, para que nadie se pierda las bendiciones y la fiesta en la Casa del Padre: «Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta,porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado...» (Lucas 15:23-24). Que así sea. ¡Gracias Jesús por Tu Bondad!

Cuaresma 2011 «flor marchita» Mensaje de S.S. Benedicto XVI

«dejarnos transformar por la acción del Espíritu Santo» ( )La Iglesia, en los textos evangélicos de los domingos de Cuaresma, nos guía a un encuentro especialmente intenso con el Señor ( ) El primer domingo del itinerario cuaresmal subraya nuestra condición de hombre en esta tierra. La batalla victoriosa contra las tentaciones, que da inicio a la misión de Jesús, es una invitación a tomar conciencia de la propia fragilidad para acoger la Gracia que libera del pecado e infunde nueva fuerza en Cristo, Camino, Verdad y Vida. ( ) El Evangelio de la Transfiguración del Señor pone delante de nuestros ojos la Gloria de Cristo, que anticipa la Resurrección y que anuncia la divinización del hombre ( )«Este es mi Hijo amado, en quien me complazco; escuchadle» (v. 5). Es la invitación a alejarse del ruido de la vida diaria para sumergirse en la presencia de Dios( ). La petición de Jesús a la samaritana: «Dame de beber» (Jn 4, 7), que se lee en la liturgia del tercer domingo, expresa la pasión de Dios por todo hombre y quiere suscitar en nuestro corazón el deseo del don del «agua que brota para vida eterna» (v. 14): es el don del Espíritu Santo, que hace de los cristianos «adoradores verdaderos» capaces de orar al Padre «en espíritu y

«FLOR MARCHITA» ES EL ALMA TRISTE PIERDE SU FRAGANCIA Y SU ESPLENDOR SIN ESPERANZA, SUMIDA EN EL DOLOR ES INVADIDA DE PREMATURA VEJEZ TIERRA YERMA, DE DESÉRTICA ARIDEZ «SIN VIDA», PUES NO EXPRESA AMOR AL CORAZÓN ABATIDO POR LA TRISTEZA NADA PARECIERA HACERLO ALEGRARSE. SIEMPRE PREFIERE LOGRAR ALEJARSE PARA «VIVIR SU PENA», EN SOLEDAD PERVERSA, DESGRACIADA FATALIDAD ES PARA EL ALMA, EN SÍ ENCERRARSE

en verdad»( )El domingo del ciego de nacimiento presenta a Cristo como luz del mundo. El Evangelio nos interpela a cada uno de nosotros: «¿Tú crees en NO DEJES QUE SE MARCHITE LA FLOR el Hijo del hombre?»( )El mi- DE TU FE EN DIOS Y DE TU ESPERANZA lagro de la curación es el signo ERES DE ÉL «SU IMAGEN Y SEMEJANZA» de que Cristo, junto con la vis- ¡CORRE EN TI, EL RÍO DE SU AMOR! JUAN CARLOS ta, quiere abrir nuestra mirada interior, para que nuestra fe sea cada vez más profunda y podamos reconocer en en el tiempo cuaresmal, recuerda la práctica de Él a nuestro único Salvador. ( )Cuando, en el la limosna, es decir, la capacidad de compartir. quinto domingo, se proclama la resurrección de ( )En todo el período cuaresmal, la Iglesia nos Lázaro, nos encontramos frente al misterio últi- ofrece con particular abundancia la Palabra de mo de nuestra existencia: «Yo soy la resurrec- Dios. Meditándola e interiorizándola para vivirla ción y la vida... ¿Crees esto?» (Jn 11, 25-26). diariamente, aprendemos una forma preciosa e ( ) La comunión con Cristo en esta vida nos insustituible de oración, ( ) En la oración enprepara a cruzar la frontera de la muerte, para contramos tiempo para Dios, para conocer que vivir sin fin en Él ( ) Mediante las prácticas tra- «Sus Palabras no pasarán» (cf. Mc 13, 31), para dicionales del ayuno, la limosna y la oración, entrar en la íntima comunión con Él que «nadie expresiones del compromiso de conversión, la podrá quitarnos» (cf. Jn 16, 22) ( ). En sínteCuaresma educa a vivir de modo cada vez más sis, el itinerario cuaresmal, en el cual se nos radical el amor de Cristo. ( ) El ayuno no tiene invita a contemplar el Misterio de la cruz, es nada de intimista, sino que abre mayormente a «hacerme semejante a Él en su muerte» (Flp 3, Dios y a las necesidades de los hombres, y hace 10), para llevar a cabo una conversión profunda que el amor a Dios sea también amor al prójimo de nuestra vida: dejarnos transformar por la (cf. Mc 12, 31). ( ) La Iglesia, especialmente acción del Espíritu Santo( ) EXTRACCIÓN


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La M

Procesión de entrada y saludo inicial: Cuando nos reunimos a celebrar la liturgia, en asamblea como pueblo elegido por Dios, disfrutamos del regocijo del encuentro entre hermanos. El sacerdote abre la celebración para introducirnos en el Memorial del Sacrificio de la Cruz. Cantamos con regocijo recordando el Amor y la Obra Redentora de Jesucristo. Nos disponemos, luego de la señal de la Cruz, a disfrutar de la presencia del Señor en la Eucaristía y del Evangelio que nos vivifican. La señal de la Cruz: Es un signo por el cual

manifestamos nuestra fe en Cristo, ya que Él nos redimió en la Cruz. Al señalarnos con la Cruz (desde la frente al pecho y desde el hombro izquierdo al derecho) decimos «En el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo». Hacer la señal de la Cruz es reconocer a Cristo como nuestro Salvador. «( ) la Cruz es la manifestación impactante del acto de amor infinito con el que el Hijo de Dios ha salvado al hombre y al mundo del pecado y de la muerte. Por este motivo, el signo de la Cruz es el gesto fundamental de la oración del cristiano. Hacerse el signo de la Cruz es pronunciar un «sí» visible y público a quien murió por nosotros y resucitó, al Dios que en la humildad y debilidad de Su Amor es el Omnipotente, más fuerte que toda la potencia y la inteligencia del mundo.» (SS Benedicto XVI - Ángelus del domingo, 11 septiembre 2005).

Acto Penitencial: Es un llamado al arrepentimiento sincero por las faltas

cometidas. Un arrepentimiento sincero por todas aquellas veces en que ofendimos al Señor con pensamientos, palabras, actos y omisiones; al tiempo que reconocemos la Gran Misericordia de Dios manifestada en Jesucristo, y haciendo el firme propósito de «no pecar más y evitar las ocasiones próximas de pecado...». «Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor»: Son palabras tomadas del canto de los ángeles la noche del nacimiento de Jesús (ver Lucas 2:14). Después de comenzar la celebración, purificados de nuestros pecados, comienza la glorificación con este himno de estructura trinitaria y súplica Cristocéntrica. «Por Tu inmensa Gloria, te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos gracias Señor Dios, Rey Celestial, Dios Padre Todopoderoso»: la primera parte está dirigida a Dios Padre por Su inmensa Gloria. «Señor, Hijo único Jesucristo, Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre»: la segunda parte mira a Cristo, como Mediador, con la tradicional súplica ternaria: «Tú que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros. Tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra súplica. Tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros». «Porque sólo Tú eres Santo, sólo Tu Señor, sólo Tu Altísimo, Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la gloria de Dios Padre. Amén». Este himno comienza desde el Padre, por Cristo, y termina nuevamente en el Padre y en el Espíritu Santo, lo que muestra el dinamismo trinitario de la liturgia. Con el himno «Gloria a Dios en el cielo» la Iglesia, congregada en el Espíritu Santo, glorifica a Dios y al Cordero y le presenta sus súplicas. Su contenido es un buen resumen de la Historia de la Salvación: la Gloria a Dios y la paz a los hombres. Se alaba al Padre, Señor y Rey del universo; se alaba también a Cristo, Señor, Cordero, Hijo, el que quita el pecado del mundo, el único Santo; todo ello concluido con la doxología: «Jesucristo, con el Espíritu Santo, en la Gloria de Dios Padre».

La Liturgia de la Palabra: En este momento de la Misa es Dios quien nos habla con

Su Palabra, a través de los Profetas, de un Salmista, de un Apóstol y por medio de Su propio Hijo Jesucristo. En la Liturgia de la Palabra, Dios habla a Su pueblo, le descubre el Misterio de la Redención y le ofrece alimento espiritual. Los días domingos y festivos religiosos, hay tres lecturas: la 1° lectura, un Salmo responsorial, la 2° lectura y el Evangelio. Durante la semana sólo hay 1° lectura, un Salmo y el Evangelio. La Primera lectura es generalmente tomada del Antiguo Testamento y en ella se puede ver cómo Dios actúa y se ocupa de Su Pueblo, cómo lo guía, cómo le habla y le ayuda en muchas dificultades. También podemos ver como los Profetas anuncian la Venida del Mesías. Después de la Primera lectura, sigue el Salmo Responsorial, que es parte integral de la Liturgia de la Palabra y en sí mismo tiene gran importancia litúrgica y pastoral, ya que favorece la meditación de la Palabra de Dios. El Salmo es un canto de alabanza, de acción de gracias, de arrepentimiento, o de petición. La Segunda lectura es tomada del Nuevo Testamento. Se lee en domingos y solemnidades. Por las lecturas se abren para los fieles «los tesoros» de la Biblia.

La lectura del Evangelio: Constituye el culmen de la Liturgia de la Palabra. La

Liturgia misma enseña que debe tributársele suma veneración; y la distingue entre las otras lecturas con especial honor. Se diferencia de las otras lecturas porque está centrada en una sola Persona: Jesucristo. Para escucharla los creyentes nos ponemos de pie expresando con todo nuestro ser, reverencia, veneración, porque es el mismo Cristo Resucitado quien nos habla, instruye y alimenta. «Cuando se leen en la Iglesia las Sagradas Escrituras, Dios mismo habla a su Pueblo, y Cristo, presente en Su Palabra, anuncia el Evangelio» (Ordenación General del Misal Romano). A través de la Homilía se exhorta e instruye al pueblo de Dios sobre las lecturas anteriores, principalmente la lectura del Evangelio, buscando que los cristianos generen una respuesta llevando esa Palabra proclamada a sus vidas, y viviendo en Ella. Nos dice el Papa Benedicto XVI: «En efecto, ésta es parte de la acción litúrgica; tiene como finalidad favorecer una mejor comprensión y eficacia de la Palabra de Dios en la vida de los fieles. Por eso los ministros ordenados han de preparar la homilía con esmero, basándose en un conocimiento adecuado de la Sagrada Escritura».

«Con la Misa se tributa a Dios todos los Ángeles y Santo es un honor de criaturas, mas en la que le tribut

(San A


Misa

más honor, que el que pueden tributarle os del cielo. Puesto que el de éstos, Misa se le ofrece Su mismo Hijo Jesucristo, ta un Honor Infinito.»

Alfonso M. Ligorio)

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El Credo: Después de escuchar la Palabra de Dios, recitamos el

Credo. Credo es una palabra derivada del latín que quiere decir «Yo creo». En el credo confesamos las verdades fundamentales de la fe cristiana que fueron transmitidas de siglo en siglo, primero por boca de los apóstoles y luego fueron tomando consistencia y universalidad a través de los distintos concilios que se dieron lugar en la era cristiana: Nicea (325), Constantinopla (381), Éfeso (431), Calcedonia (451), Toledo (589), entre otros. El resultado de los dos primeros concilios fue el Credo Niceno-Constantinopolitano que contiene declaraciones más extensas que las del Credo que utilizamos actualmente, llamado Credo o Símbolo de los Apóstoles.

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La oración de los fieles: Se realiza después

de la confesión de nuestra fe en el Credo. Son súplicas que hacen los participantes de la celebración por la Santa Iglesia, por los gobernantes, por los que sufren cualquier necesidad, por todos los hombres y por la salvación del mundo entero (capítulo II: el Sacrosanto Misterio de la Eucaristía). Dijo Jesús «Os aseguro también que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, sea lo que fuere, lo conseguirán de mi Padre que está en los cielos. Porque donde están dos o tres reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.» (Mateo 18:19-20).

Liturgia de la Eucaristía: Se compone de 3 partes principales, la Presentación

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de las Ofrendas -que luego de la Consagración serán el Cuerpo y la Sangre de Cristo-, la Plegaria Eucarística y la Comunión. Esta división fue hecha en correspondencia con las palabras y las acciones de Jesús en la Última Cena: «Tomó luego pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío. De igual modo, después de cenar, tomó la copa, diciendo: Esta copa es la nueva Alianza en mi sangre, que se derrama por vosotros.» (Lucas 22:19-20). La Plegaria Eucarística comienza con el prefacio, donde el sacerdote invita al pueblo a elevar el corazón hacia Dios en oración y acción de gracias, culminando con el trisagio; es decir, la triple aclamación de la Santidad de Dios; palabras que han sido tomadas de la Escritura: « Santo, Santo, Santo, Yahvé Sebaot: llena está toda la tierra de Su Gloria.» (Isaías 6:3).

Luego es el momento de la epíclesis (invocación): el celebrante extiende sus manos sobre el pan y el vino e invoca al Espíritu Santo para que por su acción los transforme en el Cuerpo

y la Sangre de Jesús. En este momento de la Consagración, la Plegaria Eucarística llega a su punto culminante. Se pronuncian las palabras de Jesús en la Última Cena, para perpetuar aquello que el Señor mismo instituyó y ordenó realizar: « Este es mi cuerpo que se entrega por vosotros; haced esto en recuerdo mío». Entonces el sacerdote eleva el pan y el vino que resumen en sí mismos toda la historia de la Salvación, pues en la Eucaristía, Cristo se ofrece al Padre, como Único Mediador entre Dios y los hombres. Esta es la bendición conclusiva de toda la Plegarla Eucarística. Se alaba al Padre por medio de Cristo, cuyo misterio acabamos de celebrar, en la unidad del Espíritu Santo, que es el que anima a los congregados; y la asamblea responde diciendo «amén», haciendo suya la Plegaria Eucarística entera. Así, en cada Eucaristía se realiza la actualización -incruenta- de la Pasión de Cristo. Luego de esto, la Asamblea proclama el misterio central de nuestra fe, y culmina diciendo: ¡Ven Señor Jesús! La Eucaristía se celebra en comunión con toda la Iglesia, por eso se ofrece -intercesión- por la Iglesia peregrina en todo el mundo; pidiendo por el Papa, los obispos, los fieles difuntos y por cada uno de nosotros..

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Rito de la paz: En este momento la Iglesia implora la paz y la unidad para sí misma y

para toda la familia humana. No es nuestra paz la que nos damos, sino la de Cristo; no es una paz que conquistamos nosotros con nuestro esfuerzo, sino una paz que nos concede el Señor: «Os dejo la paz, mi paz os doy...» (Juan 14:27). La paz es don de Dios, por eso la pedimos: «Concédenos la paz y la unidad». Es un gesto de fraternidad cristiana; antes de acudir a la Comunión para recibir a Cristo debemos reconocerle presente en el hermano.

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PADRENUESTRO: Dentro de la Liturgia de la Eucaristía y previo al rito de la

Comunión, pueblo y celebrante, elevamos la oración que el mismo Jesús enseñó: el Padrenuestro. Esta oración nos identifica como hijos de Dios. Lo llamamos «Abbá» («papá, papito»). Así lo reconocemos y honramos. En esta oración nos sometemos a Su Voluntad, pedimos al Señor el «pan» -material y espiritual- para cada día. Pedimos al Padre que nos perdone del mismo modo en que hemos perdonado a quienes nos han ofendido; recordemos el énfasis que Jesús hace sobre este tema: «Que si vosotros perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial; pero si no perdonáis a los hombres, tampoco vuestro Padre perdonará vuestras ofensas» (Mateo 6:14-15). Pedimos finalmente Su ayuda para no pecar y Su protección frente a todo mal. Hagamos esta oración cada día de nuestra vida pues Jesús dijo: «Vosotros, pues, orad así...» (Mateo 6:9).

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La Comunión: (la Santa Hostia) es Jesucristo vivo, Su Cuerpo, Sangre, Alma y

Divinidad, que se hizo presente cuando el sacerdote consagró el pan y vino. Recibir la Eucaristía, es recibir a Jesucristo.

Bendición final: Al concluir la Santa Misa, el sacerdote dice: «El Señor esté con ustedes» «La bendición de Dios Todopoderoso. Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre ustedes y los acompañe siempre». Entonces sí podemos irnos en paz, fortalecidos en la fe, sabiendo que Jesús nunca nos deja solos. La verdadera paz está en vivir haciendo la Voluntad de Dios.


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SIENDO EL PRIMERO, SE HIZO EL ÚLTIMO

«...y se puso a lavar los pies de los discípulos y a secárselos con la toalla con que estaba ceñido.» (JUAN 13:5)

Oración, ayuno y misericordia son inseparables De los Sermones de SAN PEDRO CRISÓLOGO, Obispo y Padre de la Iglesia. La oración llama, el ayuno intercede, la misericordia recibe. Tres son, hermanos, los resortes que hacen que la fe se mantenga firme, ( ): la oración, el ayuno y la misericordia. Porque la oración llama, el ayuno intercede, la misericordia recibe. Oración, misericordia y ayuno constituyen una sola y única cosa, y se vitalizan recíprocamente. (...)Por tanto, quien ora, que ayune; quien ayuna, que se compadezca; que preste oídos a quien le suplica, aquel que, al suplicar, desea que se le oiga, pues Dios presta oído a quien no cierra los suyos al que le suplica. Que el que ayuna entienda bien lo que es el ayuno; que preste atención al hambriento quien quiere que Dios preste atención a su hambre; que se compadezca quien espera misericordia; que tenga piedad quien la busca; que responda quien desea que Dios le responda a él. Es un indigno suplicante quien pide para sí lo que niega a otro. (...)Compadécete tan pronto como quisieras que los otros se compadezcan de ti. En consecuencia, la oración, la misericordia y el ayuno deben ser como un único intercesor en favor nuestro ante Dios, una única llamada, una única y triple petición.(...) Mas, para que estas ofrendas sean aceptadas, tiene que venir después la misericordia; ( )lo que es la lluvia para la tierra, eso mismo es la misericordia para el ayuno. Por más que perfeccione su corazón, purifique su carne, desarraigue los vicios y siembre las virtudes, como no produzca caudales de misericordia, el que ayuna no cosechará fruto alguno.Tú que ayunas, piensa que tu campo queda en ayunas si ayuna tu misericordia; lo que siembras en misericordia, eso mismo rebosará en tu granero. Para que no pierdas a fuerza de guardar, recoge a fuerza de repartir; al dar al pobre, te haces limosna a ti mismo: porque lo que dejes de dar a otro no lo tendrás tampoco para ti. Del Oficio de Lectura Martes III de Cuaresma - Extracción «Las obras de misericordia son a c c i o n e s caritativas mediante las c u a l e s ayudamos a nuestro prójimo en sus necesidades corporales y espirituales (cf. Is 58, 6-7; Hb 13, 3). Instruir, aconsejar, consolar, confortar, son obras espirituales de misericordia, como también lo son perdonar y sufrir con paciencia. Las obras de misericordia corporales consisten especialmente en dar de comer al hambriento, dar techo a quien no lo tiene, vestir al desnudo, visitar a los enfermos y a los presos, enterrar a los muertos (cf Mt 25,31-46). Entre estas obras, la limosna hecha a los pobres (cf Tb 4, 5-11; Si 17, 22) es uno de los principales testimonios de la caridad fraterna; es también una práctica de justicia que agrada a Dios (cf Mt 6, 2-4)» (Catecismo de la Iglesia - 2447). Todos los días tenemos la oportunidad de practicar estas obras de misericordia, con nuestra familia, con nuestros hermanos de la Iglesia, compañeros de colegio o trabajo, vecinos, etc. Son obras muy concretas con las que damos testimonio de nuestro cristianismo. Dice San León Magno: «Las obras de misericordia son variadísimas, y así todos los cristianos que lo son de verdad, tanto si son ricos como si son pobres, tienen ocasión de practicarlas en la medida de sus posibilidades; y aunque no todos pueden ser iguales en la cantidad de lo que dan, todos pueden serlo en su buena disposición».

¿Qué son las obras de

misericordia?

«Yo les he dado un ejemplo, para que ustedes hagan lo mismo que yo les he hecho.» (Juan 13:15. Versión: «Dios Habla Hoy»). Estas palabras son dichas por Nuestro Señor en la Última Cena que tiene con Sus discípulos, luego de lavarles y secarles los pies. En este acto, Jesús les expresa Su inmenso amor, humildad y servicio usando algo muy sencillo: «una toalla». En uno de los días de crecimiento de nuestra Comunidad (Estudio Bíblico semanal de día martes), en el año 2009, tuvimos un seminario llamado «La toalla del Servidor», donde entre tanta enseñanza rica y abundante, recibimos que «el grande debe servir» y «el que quiere ser el primero debe ser esclavo». Esto es lo que hizo el Señor aquella noche, siendo Él «el Grande» se hizo servidor y siendo el Primero se hizo el Último, haciendo el trabajo que hacían lo esclavos. Éste es el ejemplo -como dice Él- que nos da para nuestro servicio porque, como siervos (distinción inmerecida) nos confía aquello que más ama y por lo cual ha entregado Su propia Vida: cada hermano a quien servimos. ¡Gracias, Señor, por el inmenso honor de ser Tus servidores! Alba Acosta

El ayuno es un «arma» espiritual poderosa. La Palabra de Dios nos lo muestra. Veamos los siguientes ejemplos. Los habitantes de Nínive, al escuchar la predicación de Jonás, anunciando la destrucción de la ciudad, se arrepintieron de sus pecados y ayunaron para evitar el castigo. «Jonás comenzó a adentrarse en la ciudad, e hizo un día de camino proclamando: Dentro de cuarenta días Nínive será destruida.» Los ninivitas creyeron en Dios: ordenaron un ayuno y se vistieron de sayal desde el mayor al menor. ( ) ayunaron aquel día y dijeron: «Hemos pecado contra Yahvé.» «Vio Dios lo que hacían, cómo se convirtieron de su mala conducta, y se arrepintió Dios del mal que había determinado hacerles, y no lo hizo.» (ver Jonás capítulo 3). En Intercesión por los demás: «Yo, en cambio, cuando estaban enfermos, vestido de sayal y afligido con ayunos, repetía mi oración en mi interior.» (Salmo 35:13). Para tomar decisiones importantes: «Designaron presbíteros en cada Iglesia y después de hacer oración con ayunos, los encomendaron al Señor en quien habían creído». (Hechos 14:23).

¿PARA QUÉ SIRVE AYUNAR?

¿Cómo vencer a un enemigo que está al acecho, pero que no se ve, e incluso puede ser que ignoremos que existe? Lo mismo pasa con la tentación. Para vencerla primero es preciso reconocerla como tal. El Catecismo de la Iglesia Católica (2847) dice: «(...) el discernimiento desenmascara a la mentira de la tentación: aparentemente su objeto es «bueno, seductor a la vista, deseable» (Gn 3:6) mientras que en realidad su fruto es la muerte». Para reconocer una tentación cuando se presente es necesario tener conocimiento de la Palabra de Dios, que nos enseña qué está bien y qué está mal; y que sea el Espíritu Santo quien esté guiando nuestras vidas. Si no conocemos qué es pecado, entonces seguramente vamos a considerar «bueno» algo que «parece» bueno, pero que en realidad no lo es; algo que es deseable a la vista pero que es contrario a la Voluntad de Dios y que por tanto -como dice el Catecismo- conduce a la «muerte». La tentación no es en sí un pecado, pero sí es pecado ceder a ella. Y hay diferentes formas de «ceder» a la tentación: en el hablar, en el obrar, en los pensamientos, y por omisión. El Catecismo (2848,2849) añade: «No entrar en la tentación» implica una decisión del corazón: «Porque donde esté tu tesoro, allí también estará tu corazón [...] (Mt 6, 21). «Si vivimos según el Espíritu, obremos también según el Espíritu» (Gal 5, 25). El Padre nos da la fuerza para «dejarnos conducir» por el Espíritu Santo. «No habéis sufrido tentación superior a la medida humana. Y fiel es Dios que no permitirá que seáis tentados sobre vuestras fuerzas. Antes bien, con la tentación os dará modo de poderla resistir con éxito» (1 Cor 10, 13). Pues bien, este combate y esta victoria sólo son posibles con la oración...» Agustina Spegazzini

Qué está bien y qué está mal


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Leemos en el Evangelio según San Lucas 5:1-11 «Estaba Él a la orilla del lago Genesaret y la gente se agolpaba a su alrededor para oír la Palabra de Dios, cuando vio dos barcas que estaban a la orilla del lago. Los pescadores habían bajado de ellas y estaban lavando las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, le rogó que se alejara un poco de tierra; y, sentándose, enseñaba desde la barca a la muchedumbre. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: «Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar.» Simón le respondió: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, por Tu Palabra, echaré las redes.» Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse. Hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que vinieran en su ayuda. Vinieron, pues, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían. Al verlo, Simón Pedro cayó a las rodillas de Jesús, diciendo: «Aléjate de mí, Señor, que soy un hombre pecador.» Pues el asombro se había apoderado de él y de cuantos con él estaban, a causa de los peces que habían pescado. Y lo mismo de Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Jesús dijo a Simón: «No temas. Desde ahora serás pescador de hombres.» Llevaron a tierra las barcas y, dejándolo todo, le siguieron». ¿Has sentido que lo has intentado, pero que no lo has logrado...? Hablo de cuando de nada sirven los conocimientos, la experiencia, las ganas, los esfuerzos, ni los medios que uno tiene Los pescadores estaban frustrados mientras «estaban lavando las redes» sin haber pescado nada. Hermano, debes dejar que el Señor te enseñe acerca de lo que tú crees que «mejor sabes hacer» (vs.4). Él hoy te está pidiendo «tu barca»: ¿se la darás? Él te pide «algo» para dártelo «todo». Vemos que hay un grupo de personas, que son los que van «mar adentro». Estos son los verdaderos «discípulos» del Señor que -oyendo la Palabra- la ponen por obra «obedeciéndola». No se dice qué es lo que predicó Jesús, pero lo que sí sabemos es que predicó la Palabra de Dios. Dice 1 Corintios 2:9-10: «Más bien, como dice la Escritura: lo que ni el ojo vio, ni el oído oyó, ni al corazón del hombre llegó, lo que Dios preparó para los que lo aman. Porque a nosotros nos lo reveló Dios por medio del Espíritu; y el Espíritu todo lo sondea, hasta las profundidades de Dios». Muchos no avanzan a las «profundidades» porque allí hay «pérdida de seguridad». Muchos no avanzan a las «profundidades» porque se asustan. Pero es allí donde están los milagros. Cuando la «muchedumbre» luego de oír la Palabra «se vuelve a sus cosas», nosotros nos vamos «mar adentro» con el Señor. Cuando tú vas con Él, tus «redes» se llenarán. ¡¡¡Aleluya!!! La humanidad llega a esta hora de la historia orgullosa de su «saber», de su «técnica», de su «experiencia», como Pedro estaba orgulloso de conocer perfectamente su oficio de pescador. Pero con la frase «Boga mar adentro», Jesús le quiere decir a Pedro que todavía hay experiencias nuevas por descubrir, que no lo sabe todo aún, que más allá hay nuevos conocimientos, que existen «zonas» que aún no fueron exploradas por él. Jesús nos está diciendo que nos «adentremos» por la fe y la obediencia a Su Palabra en aquellas cosas que Dios hace y que aún no hemos visto. Esto es «Bogar mar adentro». Es creer con más fuerza, esperar con mayor anhelo, amar con más pasión.

En este relato tuvieron lugar dos pescas, pero las dos fueron muy distintas, y la diferencia estaba en que la segunda pesca se hizo «a la manera de Dios». Pedro primero «oyó», luego «creyó», y por último «actuó». La clave está en el vs.5 «Simón le respondió: Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada; pero, por Tu Palabra, echaré las redes». Jesús dice: «Boga mar adentro» (vs.4). «Bogar» es «remar», impulsar, bregar. Pedro dice: «hemos estado bregando toda la noche» (vs.5). «Bregar» es «luchar, ajetrearse, trabajar afanosamente». Cuando llegamos a ese nivel de obediencia a la Palabra de Dios, cuando bogamos «mar adentro», recibimos del Señor una «Palabra específica». Pedro le dice al Señor: «hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada», o sea: las circunstancias me dicen que no, «pero, por Tu Palabra, echaré las redes», o sea, acabo de recibir de Ti una Palabra, y por Tu Palabra regreso otra vez. Esa palabra específica es eficaz. Cuando recibimos «palabra específica», en Ella nos movemos, «echamos las redes». Nota que no se recibe palabra específica en la tierra con la «muchedumbre», ni en la orilla, sino cuando en obediencia voy a las «profundidades».

«Y, haciéndolo así, pescaron gran cantidad de peces, de modo que las redes amenazaban romperse» Lc 5:6

Te pregunto: ¿Acaso no eran todos ellos pescadores? ¿Acaso no pescaron ? ¿Acaso no pescaron toda la noche ? ¿O fueron perezosos? No. Pero nada ocurrió hasta que vino el Señor. Hermanos, necesitamos a Jesús. Hermanos, sin Él no podemos hacer nada. ¡¡¡Aleluya!!! Ahora, si bien tú no lo puedes hacer sin Él, Él no lo va a hacer sin ti. Porque esta Palabra nos enseña la necesidad de los «recursos» o «instrumentos humanos». El resultado de la pesca fue milagroso, sin embargo ni el pescador ni su barco ni su equipo de pesca, fueron «ignorados». Sino que todo esto fue usado para sacar los peces. ¡¡¡Aleluya!!! Sí, Dios trabaja con instrumentos. ¿Estás dispuesto? Nota que el Señor «desafió» a Pedro, y lo «desafió» precisamente en el área en donde Pedro había «fallado». Así hace el Señor con nosotros. La Palabra -como siempre lo hace- produjo «fe» en Pedro (ver Romanos 10:17). Ahora, si quieres retener esa bendición, si quieres que tus «redes» no se rompan (vs.6), debes compartir tus bendiciones y tus bienes (vs.7). Aprende a hacer «señales» a los demás. Aprende a compartir con tus «compañeros», como dice en Gálatas 6:910 «No nos cansemos de obrar el bien; que a su debido tiempo nos vendrá la cosecha si no desfallecemos. Por tanto, mientras tengamos oportunidad, hagamos el bien a todos, pero especialmente a nuestros hermanos en la fe». Ahora, nota que el verdadero milagro y el verdadero éxito en esta historia, no son ya los pescados, sino que el Señor le dio «destino» a la vida de Pedro (vs.10). Se produjo un «cambio de vida». Hermano, cuando llegamos a este nivel de «mar adentro», de «obediencia», ya no nos importa aquello por lo cual tanto hemos llorado, o aquello que nos

«Tu

a la manera de Dios»

«

ha atemorizado, ni ya nos importa tanto el milagro, sino que nos importa Él y el «destino» que Él le dio a nuestra vida (vs.11). Él es lo más importante. Él es «mi milagro». Si yo lo tengo a Jesús, lo tengo todo; pero si no lo tengo a Él, no tengo nada. Dios siempre «responde» a tu «obediencia» a Su Palabra. Veamos para terminar, 7 principios que descubrió Pedro (y nosotros) acerca de la «obediencia» a la Palabra de Dios: 1) Cuando «obedecemos» al Señor, aún en los asuntos más pequeños, damos un paso fundamental para alcanzar las bendiciones más grandes de Dios para nuestra vida. 2) Cuando «obedecemos» al Señor nos sentimos movidos a hacer cosas que parecen «absurdas» pero que tienen sentido a los ojos de Dios. 3) Cuando «obedecemos» al Señor le permitimos a Él demostrar Su poder en nuestra vida. 4) Cuando «obedecemos» al Señor jamás seremos defraudados. 5) Cuando «obedecemos» al Señor obtenemos una mayor comprensión acerca de Él y también de nosotros mismos. 6) Cuando «obedecemos» al Señor siempre habrá beneficios para quienes nos rodean. 7) Cuando «obedecemos» al Señor hay cambios radicales en nuestra vida y en nuestro futuro. Querido hermano, decí conmigo hoy: «¡Señor, gracias por Tu Palabra! ¡Señor, voy a obedecer Tu Palabra! ¡Señor, por Tu Palabra, echaré las redes!». ¡¡¡Aleluya!!! BREVE EXTRACCIÓN DEL MENSAJE PREDICADO POR DIEGO HOVHANESSIAN EN 2002

Rey viene hacia ti»

«¡Alégrate mucho, hija de Sión! ¡Grita de júbilo, hija de Jerusalén! Mira que tu Rey viene hacia ti; Él es justo y victorioso, es humilde y está montado sobre un asno, sobre la cría de un asna.» (Zacarías 9:9. Versión: «El Libro del Pueblo de Dios»). Al finalizar la Cuaresma se celebra el Domingo de Ramos, es decir, la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén, la capital de Israel. Jesús entra a la ciudad montado en un burrito en medio de una gran muchedumbre. Pero en la costumbre judía cuando los reyes eran proclamados, se utilizaban caballos o mulas; nunca antes un rey había utilizado un animal así. Eligiendo al pequeño borriquito de junto a su madre, Jesús demuestra su carácter humilde, de Aquél que no viene a buscar sino a los pecadores y demuestra Su obediencia a la Voluntad del Padre cumpliendo las profecías de los profetas -valga la redundancia- que lo antecedieron. Al mismo tiempo, se presenta como el Mesías prometido, el Rey de reyes, el que imparte la verdadera justicia, sin ser parcial, llamando a cada cosa por su nombre. Él es nuestro REY por excelencia. Es el Rey que viene a nosotros, Él se acerca, se acerca a nuestra necesidad, a nuestro dolor, a nuestra vida. Él siempre se acerca, porque es humilde, siempre viene a nosotros, viene hacia ti. Podemos inclinarnos de corazón a Su paso y seguirlo siempre. ¡Gloria a Dios! «No temas ya viene tu Rey .» (Juan 12:15. Versión: «El Libro del Pueblo de Dios»). Lourdes Chiappetta


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,a s o eñ u q pe s s: á iale m r e t s a ío sm ian m ene i efic b s n e e o d eb , io n a s qu med ente e l r m m a o l i er ua op er h ens mat itad s s m s e o c s s " sto steis. encia al ne con recur entregado e e o d o hici ea de asist ompañada ntos son loria! n u a e l abo la tar ora es ac de alime s sea la G s i m e í st m lleva a c ngelizad s de kilos os. ¡A Dio hici to va im ía» TEO (MA

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25:4

0)

en ar ist ae y ci s as ta M s e tare l n o a a t a L ien «S d. s cu n. C a lo sida idad e e s n r c e u e l i ita om a ne requ osp la C ea l o h s l e í y n u as gú sq ias que año ., se oqu c r 0 s t r 3 o e a e p a, an Hac s de erm , rop e h s l o a e i t ec en dd esp alim tida s n o a d edi an c os p l a gr e d más ade

Decía la Madre Teresa de Calcuta:«EL TRABAJO DE ASISTENCIA ES DEMASIADO BELLO COMO PARA NO CONSERVAR EL SENTIDO DEL HUMOR. NO HAY RAZÓN PARA NO TENERLO. ESTO LO HACEMOS COMO UN ACTO DE GRATITUD POR LA VIDA Y EN EL NOMBRE DE JESÚS». Asistir al necesitado, al que sufre, es un privilegio que Dios nos da. Y todo lo que hacemos, lo hacemos en Su Nombre y para Su Gloria. Quiero agradecer una vez más a cada hermano, a cada familia de nuestra Comunidad por su generosidad que hace posible la compra mensual de tantos kilos de alimentos y la distribución de los mismos. Gracias a todos ellos, que el Señor les retribuya abundantemente. ¡Gloria a Dios! Celia M. de Hovhanessian

LO QUE VIENE

EN LA COMUNIDAD

«Santa María»

años

sirviendo con el Evangelio en la Iglesia Católica

* NUESTRO SITIO WEB * NUESTRO PERIÓDICO ONLINE * NUESTRO PROPIO ESTUDIO MULTIMEDIA: PRODUCCIONES EN AUDIO Y VIDEO * NUESTRO PROPIO ESTUDIO DE GRABACIÓN: PRODUCCIONES MUSICALES * NUESTRO PRIMER CD DE MÚSICA * NUESTRO PROGRAMA DE RADIO * UN EVENTO MUY ESPECIAL...

Muy pronto !!!


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