Periódico EL PODER DEL ESPÍRITU

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«ENSANCHA EL ESPACIO DE TU TIENDA, LAS CORTINAS EXTIENDE, NO TE DETENGAS; ALARGA TUS SOGAS, TUS CLAVIJAS ASEGURA; PORQUE A DERECHA E IZQUIERDA TE EXPANDIRÁS, TU PROLE HEREDARÁ NACIONES Y CIUDADES DESOLADAS POBLARÁN.» (Isaías 54:2-3)

«Vosotros, pues, orad así » (Mateo 6:9). Estas palabras anteceden a la oración cristiana por excelencia, la oración que Jesús nos enseñó: «El Padre Nuestro». De valor inmensurable, pues abarca todas las necesidades humanas (tanto espirituales como materiales) y nos posiciona para vivir nuestra identidad cristiana. Decía Tertuliano: «es el resumen de todo el Evangelio». La hallamos en Mateo 6:9-13 y en Lucas 11:2-4. San Lucas expone un texto abreviado mientras que Mateo nos transmite una versión más desarrollada, que incluye siete peticiones. Ésta última es la que ha adoptado la Liturgia de nuestra Iglesia. Lo primero es: «Padre nuestro que estás en el cielo». El Dios que ante la pregunta de Moisés -acerca de cuál es Su Nombre- responde: «Yo Soy» (ver Éxodo 3:13-14) ahora, por Jesucristo, se nos revela como NUESTRO PADRE. Jesús nos llama a tener una relación filial con Dios, de comunión, dependencia, intimidad, familiaridad; nos muestra que este es el cimiento para la eficacia en la oración: vivir como hijos de Dios. Inmediatamente se suceden las siete peticiones. Las tres primeras: «Santificado sea tu Nombre», «Venga a nosotros Tu Reino», «Hágase Tu Voluntad en la tierra como en el cielo», se refieren directamente a Dios, nos llevan hacia Él, le manifiestan nuestro amor. Son las palabras de un alma enamorada cuyo primer deseo es exaltar, adorar, alabar a Su Amado y que por lo tanto, ansía cumplir Su Voluntad. Luego, hallamos las cuatro peticiones restantes, expresadas en relación al hombre: «Danos hoy nuestro pan de cada día», «Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden», «No nos dejes caer en la tentación», «Y líbranos del mal». Al dejarnos el «Padrenuestro» Jesús nos ha dado mucho más que una fórmula para ser repetida; Jesús nos ha dado un patrón de oración donde el Espíritu Santo interviene para que esas palabras se hagan vida en nosotros (ver Juan 6:63) y nos conduzcan por la senda que la Palabra de Dios dicta para el cristiano. Dice el Catecismo de la Iglesia: «La oración al Padre se inserta en la misión misteriosa del Hijo y del Espíritu» (n° 2766). Es muy importante destacar el carácter comunitario y eclesial de esta oración que en todo su desarrollo habla de «nuestro», «nosotros». Muestra de que la fe cristiana es esencialmente una EXPERIENCIA DE COMUNIÓN con Cristo y con los hermanos en la fe; y entonces quienes la adoptan han de vivir una vida coherente con eso.

EDITORIAL

Octubre: MES DE «EXPANSIÓN»

Catecismo

I.

Acercarse a Él con toda confianza

2780 Podemos invocar a Dios como Padre porque Él nos ha sido revelado por su Hijo hecho hombre y su Espíritu nos lo hace conocer. Lo que el hombre no puede concebir ni los poderes angélicos entrever, es decir, la relación personal del Hijo hacia el Padre (cf Jn 1, 1), he aquí que el Espíritu del Hijo nos hace participar de esta relación a quienes creemos que Jesús es el Cristo y que hemos nacido de Dios (cf 1 Jn 5, 1). 2781 Cuando oramos al Padre estamos en comunión con Él y con su Hijo, Jesucristo (cf 1 Jn 1, 3). Entonces le conocemos y lo reconocemos con admiración siempre nueva. La primera palabra de la Oración del Señor es una bendición de adoración, antes de ser una imploración. Porque la Gloria de Dios es que nosotros le reconozcamos como Padre , Dios verdadero. Le damos gracias por habernos revelado su Nombre, por habernos concedido creer en Él y por haber sido habitados por su presencia.

STAFF

*Dirección General: Juan Carlos Hovhanessian Diego Hovhanessian

*Asesor Espiritual: Monseñor José Guido Pesce *Redacción: Alba Acosta Carmen Alviña Miriam B. de Mavilian Lourdes Chiappetta Laura Gómez Lucía Hovhanessian Milagros Hovhanessian Lidia I. de Papazian Geraldine Miguel Lic. Anahí Raggio Lic. Valeria Salinas Agustina Spegazzini *Diseño: Roxana B. de Hovhanessian Lucía Hovhanessian Geraldine Miguel Agustina Spegazzini *Coordinación de contenidos: Dra. Mónica V. de Adanalian *Distribución y envíos postales: Liliana E. de Francia y José Francia *Coordinación General: Roxana B. de Hovhanessian LA COMUNIDAD SANTA MARÍA NO ES RESPONSABLE DE DISTRIBUCIÓN ALGUNA HECHA POR TERCEROS www.elpoderdelespiritu.org

«... Yo yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo»

Tenemos a Quien recurrir

Nuestra fe, depositada en Jesús, hace que Sus promesas de ayuda se hagan realidad. Ciertamente, cuando nos tocan vivir momentos de dificultades y adversidad, el Señor nos da la fortaleza y la tenacidad que necesitamos para afrontarlos. Ilumina nuestro camino, siendo Él quien nos guía y sostiene en aquellas situaciones muy difíciles de superar. Tenemos a quien recurrir, Jesús escucha nuestros ruegos y atiende nuestras necesidades. Podemos estar plenamente seguros de Su amor y misericordia, porque somos Sus hijos amados. No lo olvides: ¡¡¡Jesús te ama!!! Carmen Alviña

(Mt 28:20)


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«Yo os digo: Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; o, si pide un huevo, le da un escorpión? Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!» (Lucas 11:9-13). La cultura del «sinvalor» ha devaluado a las palabras, entre otras, «amor», «alegría», «autoridad», «justicia» etc. Mas hay una -la palabra «Padre»que al «olvidarse» el hombre de Dios, ha perdido su esencia y por ende, su «amor», su «alegría» -su gozo- su «autoridad» Padre Encierra un misterio abismal, que mueve al corazón humano a una dimensión de «TERNURA». De Amor Creador, de «SEGURIDAD», de «PROTECCIÓN», de «COBERTURA» De una provisión de toda clase de bienes, para la felicidad y saciedad, de Su creatura. Un padre, en quien esta palabra no está devaluada, velará siempre por su hijo. Será su gozo, el gozo de su hijo. Su realización, la de ver a su hijo disfrutar de los bienes que pudo proveerle. Se «quitará», si es menester, de lo suyo, para que pueda servirle a su hijo. Será suyo el dolor de su hijo, al grado de potenciarse ese dolor en él, por el dolor de su hijo. No lo sufrirá «a la par», sino «el doble», podemos decir. Reirá, si él ríe; disfrutará, si él disfruta Dormirá, si él duerme Velará, si él vela Esta manera de entender ¿entender?- al padre, está «pasada de moda», en la sociedad actual... en la cultura del «sinvalor». ¿Un padre preocupado por su hijo? ¡No! «Que se arregle, que solucione él sus problemas » «Ya es grande » «¿Qué se yo a dónde va a la una de la madrugada, para volver a las siete u ocho de la mañana?» «¿Acaso no lo hace así la juventud ahora ?» «No se puede exigir, hay que adaptarse a los tiempos modernos» «Bastante hice por él » «Yo tuve que arreglármelas solo de chico » Algunas frases que se suelen escuchar... Sólo algunas en este tenor. «¿Qué le dé parte de mis bienes en herencia ? ¡No! ¡Cuando muera yo que haga lo que quiera, ahora no!». De todo un poco, salvo la verdadera autoridad de un padre, que está basada en el amor de Dios. Ese amor es la esencia de la que fluye toda autoridad, responsabilidad, límites, obligaciones; como a la vez del padre

para su hijo, la provisión, la protección, el acompañamiento, el consejo, que sólo es verdadero si es testimonial, experiencial. Así como la fe ¿verdad? Lo que creo, debe ser visto por el otro en mi obrar cotidiano. «Si digo creer en Cristo, debo vivir como Él vivió» (ver 1 Juan 2:1-6). «PALABRA» (consejo) y «ACONTECIMIENTO» han de ser una sola cosa. Tantas veces se me ha planteado por algún padre-madre en la Comunidad, lo siguiente: ¿Hermano, cómo guiar a nuestros hijos, en estos tiempos difíciles ? A lo que respondo: Así como el Padre Celestial trata con nosotros, nosotros como padres, debemos tratar con nuestros hijos. En primer lugar: «AMOR». «Dios es Amor» (1 Juan 4:8). Como antes señalamos, todo debe fluir de Él: el AMOR. Pero atención, hablamos del AMOR DIVINO: OBLATIVO, SACRIFICIAL, que es PURO. No del «simulacro» que el hombre suele hacer del amor... No a esa «réplica» engañosa. «El amor es paciente, es bondadoso. El amor no es envidioso ni jactancioso ni orgulloso. No se comporta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor. El amor no se deleita en la maldad sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta» (1 Corintios 13:4-7).

vez «no hemos tenido tiempo de escuchar», suponiendo que era menos importante que la tarea que teníamos que hacer. «¿Acaso no hago esto para él o para ellos?», se dice... Siempre se

Así como el Padre Celestial trata con nosotros, nosotros como padres, debemos tratar con nuestros hijos San Pablo no dice «el amor HACE » dice «ES», «TIENE - NO TIENE». No dice, insisto, «hace». Jamás se puede «Hacer» si antes en nosotros el amor no «es». «El amor beneficiente sólo es posible cuando el corazón está lleno del amor benevolente », le escuché cierta vez al Padre Raniero Cantalamessa. Primero debe estar el tronco, la raíz: AMOR BENEVOLENTE (el amor es), luego las ramas, hojas, fruto: AMOR BENEFICIENTE (el amor hace). Por ejemplo: «Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme.» (Mateo 25:35-36). Lo que el amor HACE. Ese amor, privilegiará en el padre, al hijo, por encima de toda otra situación trabajo, descanso, etc.- Todo puede esperar. El hijo, no. Por eso se suele fallar en la paternidad, pues se quiere poner límites a quien, tal

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trata de justificar la falta de atención, con cosas buenas, supuestamente hechas por los hijos. ¿Se entiende? ¿Qué hace el Padre Celestial? «Llamé y Él me respondió» leemos una y otra vez en la Biblia. «Llamará y yo le responderé » promete el Señor. El Padre del Cielo siempre da cosas buenas a quienes en Él confían, nos dice Jesús. Él es quien nos enseña el PADRENUESTRO; la oración perfecta y en ella, insisto, nos dice que clamemos con fe de hijos, sabiendo que el Padre Celestial nos dará cosas buenas en Su Nombre. Es esencial que nuestros hijos reciban de nosotros como padres, el ejemplo del Padre Bueno que da buenas cosas; para ello debemos vivir en la Palabra de Dios, siguiendo la enseñanza de Jesús y de Su Iglesia. Esta manera de enseñar no es filosófica, no es psicológica, metafísica, etc. Es ENCARNACIONAL, así como nuestra fe cristiana: «Predico lo que creo y vivo lo que predico». Es testimonial. Predicando en un Retiro para Matrimonios en n u e s t r a Comunidad, decía que en realidad las enseñanzas bíblicas que allí transmitíamos, habría que dárselas a los solteros que quieren casarse y formar una familia. A veces es como llegar «un poco

tarde», en algunos casos, con esa enseñanza, aunque Cristo es el GRAN RESTAURADOR. «Él restaura el corazón del hombre, no al matrimonio», decía allí. «Pues querer restaurar el matrimonio, sin reconocer personalmente que debo ser cambiado por Jesús, es ilusión, fantasía ». Varón, hermano a quien Dios confió la paternidad, nunca olvides que ÉL ES TU MODELO. Vívelo en la sencillez y la responsabilidad que contiene, mirando siempre al Padre del Cielo, que da cosas buenas a sus hijos. Únete a la Iglesia en una comunidad cristiana viva, donde seas alimentado por la Eterna Palabra de Dios, fuente de toda razón y sabiduría; donde caminarás asumiendo la fragilidad, la debilidad de nuestra humana paternidad, mas también ofreciéndola al Padre Celestial, en Su Hijo, Nuestro Señor Jesucristo, podrás probar aquello de San Pablo: «Cuando soy débil es cuando soy fuerte en la fuerza del Señor » (ver 2 Corintios 12:10). ¡Amén! ¡Paz y Bien! JUAN CARLOS HOVHANESSIAN

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a la manera de Jesús

con coherencia y claridad «Vosotros sois nuestra carta, escrita en vuestros corazones, conocida y leída por todos los hombres. Evidentemente sois una carta de Cristo, redactada por ministerio nuestro, escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones.» (2 Corintios 3: 2-3). Estos versículos son escritos por el apóstol Pablo a los cristianos de la iglesia de Corinto. Como nos dice la Palabra, somos «una carta de Cristo», escrita por el Espíritu Santo, «leída» por todos los hombres. En todo momento y en cada lugar somos «leídos», observados por los que nos rodean. Como «carta» de Cristo, damos testimonio de Él: pues sólo Él cambia la vida, el caminar, el corazón Cristo vive en nosotros. Una carta, para que pueda ser leída correctamente, se la debe escribir con coherencia y claridad; así también debe ser nuestra vida. Hermanos, que se pueda leer nuestra «carta» (nuestra vida) no sólo en la Iglesia, sino también en nuestra familia, en el trabajo, en el lugar donde estudiamos; es decir, en los lugares que solemos frecuentar. De esta manera, las personas que nos ven «leerán nuestra vida», y descubrirán que Cristo está en ella, y que somos templo de Su Espíritu.

Geraldine Miguel

ÉXITO EN LO QUE EMPRENDAS Mi hermano, la vida entera está llena de decisiones por tomar. Y lo que hagas de estas decisiones es lo que harás de ti mismo. Las decisiones que tomes hoy, mañana y todos los días de tu vida crearán una imagen de lo que tú eres, de lo que tú quieres y de lo que vas a hacer con la vida que quieres vivir. Pregunta: ¿Cómo hacemos para tomar decisiones correctas y alcanzar el éxito? Respuesta: «No se aparte el libro de esta Ley de tus labios: medítalo día y noche; así procurarás obrar en todo conforme a lo que en él está escrito, y TENDRÁS SUERTE Y ÉXITO EN TUS EMPRESAS. ¿No te he mandado que seas valiente y firme? NO TENGAS MIEDO NI TE ACOBARDES, porque Yahvé tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.» (Josué 1:8-9). Firmeza y valentía para hacer frente a la vida, pero bajo la PODEROSA GUIANZA DE LA PALABRA DE DIOS, que garantiza el éxito en nuestras decisiones. Querido: LO MEJOR ESTÁ POR VENIR!!! Dios te bendiga. UNA PALABRA PARA CADA DÍA: facebook.com/DiegoHovhanessian www.elpoderdelespiritu.org

Cuando perdonamos, nos libramos de muchísimos males y especialmente, haciéndolo, podemos ser perdonados por Dios, como lo dice el Padrenuestro. Primero nos libramos de ese rencor, que casi imperceptiblemente va minando nuestra mente y la salud. Estos sentimientos, enferman... Aunque lo que hayamos vivido sea difícil de superar, es siempre mejor perdonar: como Jesús nos enseñó. El pasado no se puede cambiar, pero podemos elegir cómo queremos vivir el presente y eso será la base de nuestro futuro. Si es «a la manera de Jesús», entonces es imperioso perdonar. A veces, el perdón que más cuesta es hacia nosotros mismos: esa forma de pensar perturbadora que nos hace mirar hacia atrás una y otra vez... y creer que «podríamos haber hecho las cosas de una manera mejor». Mirar constantemente al pasado impide vivir el presente. Hermano querido, perdónate y perdona. En el Señor encontramos la fuerza y la gracia para poder hacerlo. Todo lo podemos en Cristo que nos fortalece y nos hace nuevas creaturas.

Lidia I. de Papazian

Falta realmente poco para concluir el año. Un año en que se han intensificado en nuestra Comunidad Santa María, las misiones y los misioneros que las llevan a cabo. Continuamos entregando mensualmente -como ininterrumpidamente lo hemos hecho en estos más de 30 años- cientos de kilos de alimentos no perecederos a lugares donde son sumamente necesarios: entre ellos, siete Parroquias de nuestra Ciudad. Respecto de los hospitales, continuamos llevando un mensaje de aliento, un abrazo afectuoso y -por sobre todo- un mensaje de fe, a los allí internados (en particular, a los niños) y a sus familias. También les llevamos prendas de vestir, de abrigo, sábanas, cortinas, etc. confeccionadas por la Pastoral de Damas de nuestra Comunidad («Dorkas») que ha cumplido 10 años en esta maravillosa tarea. Brindamos asistencia al Hospital Paroissien de La Matanza, donde nuestra Comunidad ha respondido en muchísimas oportunidades también a pedidos precisos como cortinados completos y sillas plásticas apilables. La necesidad es mucha. Claro está, que estamos siempre atentos a las necesidades de las familias que son miembros de nuestra Comunidad, tanto en la asistencia material como en el acompañamiento de aquel que está pasando por momentos de enfermedad. Asimismo asistimos regularmente a distintos hogares de ancianos, llevando a los abuelos un mensaje bíblico de consuelo, paz y esperanza; la alegría de la música que tanto les gusta, prestando también nuestro oído para que se sientan escuchados con atención. Este año también cumplimos un sueño que teníamos en el corazón, poder compartir una misión junto a todas las Comunidades y Grupos de Oración de nuestra Vicaría, la Vicaría Belgrano. Siguiendo el mandato del Señor: «Sean UNO... para que el mundo crea» (Jn 17:21). Esto surgió a raíz del último Seminario de Crecimiento organizado por la Vicaría y que se llevó a cabo en la sede de nuestra Comunidad. Allí Juan Carlos propuso que la Renovación Carismática de la Vicaría Belgrano llevara a cabo una misión en conjunto. Esta idea fue tomada por el Coordinador -Jorge Moses- y siendo puesto a consideración de todos, fue aprobado. Así fue como comenzó la misión conjunta en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Asistimos visitando a los niños, cama por cama, y previamente nos reunimos con sus familiares en la Capilla, llevando a cabo allí la dinámica de grupo de oración. Esto es, brindándoles un mensaje de la Palabra y orando junto a ellos. También allí todas las comunidades estamos atentas a las necesidades. Por ejemplo en esta oportunidad la campaña comprendió zapatillas, ropas y alimentos no perecederos. Nuestra gratitud al Capellán, P. Juan, que tan gentilmente nos abrió las puertas del lugar. Pedimos al Señor, le bendiga. Quiero también dar gracias a Dios por todos los jóvenes de nuestra Comunidad que cumplen alguna de las misiones de acción social, que con tanto amor y dedicación trabajan por la Obra del Señor; así como también por todos los hermanos que conforman el Ministerio de Intercesión que oran por cientos de intenciones que recibimos mensualmente. Dice Santiago (2:17) «Así también la fe, si no tiene obras, está realmente muerta», por eso a Dios sea la Gloria por el Testimonio de Jesucristo que podemos dar a través del servicio y asistencia al necesitado. Es un privilegio poder servir al Señor en Su Iglesia, recordando siempre que cuanto hicimos por el más pequeño, por Él lo hicimos (ver Mt 25:40). Queridos hermanos vivamos nuestra fe haciendo siempre el bien a todos. Evitando toda envidia, celos, críticas... porque en la falta de caridad no hay fe. Que el Señor nos colme de bendiciones, junto a nuestras familias y comunidades, sabiendo que la fe y la caridad son signos del auténtico cristiano. ¡Amén!

Celia M. de Hovhanessian


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«El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel.» (Mateo 13:44). Este versículo encierra una maravillosa revelación para el creyente. En él hay un mensaje específico para quienes han sido iluminados por el Evangelio de Jesucristo y lo han aceptado como su SEÑOR y SALVADOR. Se nos dice que el Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo. Ese Reino del que Jesús dijo que ya está entre nosotros: «Habiéndole preguntado los fariseos cuándo llegaría el Reino de Dios, les respondió: La venida del Reino de Dios no se producirá aparatosamente, ni se dirá: Vedlo aquí o allá, porque, mirad, el Reino de Dios ya está entre vosotros.» (Lucas 17:20-21). Entonces lo primero que debes reconocer hermano, es que el Reino es aquí y ahora; y que ya llegó a nuestras vidas. Veamos qué nos dice la Biblia acerca del Reino: * «Que el Reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.» (Romanos 14:17). El Reino no se rige según la «justicia humana» (falible), sino en la Perfecta Justicia de Dios. El Reino es PAZ. Todos sabemos que no hay dinero que pueda comprar la paz verdadera, la del corazón, aquella que viene de Cristo y que por eso permanece a pesar de las dificultades. El Reino también es GOZO. ¿Cuántos conoces que viven con gozo en el corazón?... Lamentablemente es común ver personas amargadas, tristes... Pero este es el gozo del Reino, nada ni nadie te lo puede quitar, es un gozo que te fortalece pues: es el GOZO DEL SEÑOR. * «...Jesús los acogía, les hablaba del Reino de Dios y curaba a los que tenían necesidad de ser curados.» (Lucas 9:11). Hay SANIDAD DIVINA en el Reino de Dios. Si tienes necesidad de recibir sanidad, recuerda lo que dice la Biblia y repetimos en cada Misa: «Señor... una Palabra tuya bastará para sanarme» (ver Mateo 8:8). Hermano: este Reino ya está entre nosotros. ¡¡¡Aleluya!!! * « que no está en la palabrería el Reino de Dios, sino en el poder.» (1 Corintios 4:20). En el Reino está el PODER DE DIOS. Poder que transforma tu vida, tu familia, la economía de tu hogar, que te da nuevas fuerzas.

sabe vuestro Padre celestial que tenéis necesidad de todo eso. B u s c a d primero su Reino y su justicia, y todas esas cosas se os darán por añadidura» (Mateo 6:3133). Hermano: B U S C A PRIMERO a Dios y vive conforme Su Palabra y Él se ocupará -lo dice Su Palabrade darte todo lo que necesites. Estas son las cosas que contiene ese «tesoro escondido en un campo» y que han sido preparadas para quienes viven en el Reino. En la antigüedad era muy común esconder tesoros en los campos, ya que esto permitía mantenerlos seguros frente al ataque de algún pueblo enemigo, en las guerras, saqueos, o -como muchas veces encontramos en la Biblia- cuando los pueblos eran llevados al exilio. Entonces, si alguien tenía la posibilidad de volver, iría a ese campo y recuperaría el tesoro. Por eso la parábola menciona un tesoro

* « N o andéis, p u e s , preocupados diciendo: ¿ Q u é vamos a comer?, ¿ q u é vamos a beber?, ¿con qué vamos a vestirnos? Que por t o d a s e s a s cosas se afanan los gentiles; pues ya

escondido en el campo -bajo tierra-, porque esa era la forma de CONSERVAR LO VALIOSO. En la parábola Jesús nos habla de un hombre que se encontraba trabajando la tierra, haciendo lo que, seguramente, era su tarea diaria. Nuestro «campo» -el que debemos trabajar- es nuestro diario vivir: trabajo, familia, servicio en la Iglesia, etc. En estas cosas cotidianas encontramos dificultades, pero hermano: ¡NO AL DESÁNIMO!, pues Dios preparó un «tesoro escondido» lleno de bendiciones para ti y con el que te vas a topar «trabajando la tierra» diariamente si vives como un cristiano debe hacerlo: COMPROMETIDO CON LA PALABRA DE DIOS. ¡Ahí está el tesoro! Trabajar la tierra es hacer cada cosa de tu labor diaria en cada área de tu vida con alegría, con fuerzas renovadas, con expectativa, con excelencia y cimentados en la Verdad del Evangelio. Recuerda la oración que Jesús nos enseñó: El Padrenuestro. Lo primero que hacemos cuando oramos es decir: «Padre Nuestro (porque somos SUS HIJOS) que

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Busca primero a Dios y vive conforme Su Palabra y Él se ocupará -lo dice la Bibliade tus necesidades

estás en el Cielo, santificado sea Tu Nombre». Le adoramos, expresamos nuestra gratitud, le alabamos con palabras de amor, entonamos canciones espirituales; e inmediatamente después decimos: «Venga a nosotros tu Reino». Ahí le estamos pidiendo «DAME EL TESORO»: le pedimos la JUSTICIA, el GOZO, la PAZ, la LIBERTAD, la SANIDAD, la PROSPERIDAD, y todas las BENDICIONES que el Reino de Dios tiene para los creyentes. Luego continúa: «Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo». Esto es: estoy dispuesto a hacer CON ALEGRÍA lo que Dios dice, a rendir mi vida a Su Voluntad; pues el Reino es lugar de OBEDIENCIA a la Voluntad de Dios. Luego la petición es: «Danos hoy nuestro pan de cada día». Es decir que cuando vivimos según la Voluntad de Dios se derrama la PROVISIÓN DIVINA para cada día y esto nos habla no sólo del alimento sino de todas nuestras necesidades. A continuación decimos: «Perdona nuestras ofensas como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden». Cuando nos arrepentimos somos perdonados por la MISERICORDIA de Dios y de esa manera podemos y debemos perdonar a quienes nos hayan ofendido. Continúa, «No nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal»: somos LIBRES de todo mal por el Poder de Dios. ¡¡¡Gracias Señor!!! Todo esto llega a nuestras vidas gracias a Jesús. Estas son las bendiciones de Su Reino y están disponibles para quien «encuentra el tesoro» y lo hace «suyo». Vive conforme lo que manda el Señor y vendrá a tu vida «justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo». Dios te bendiga abundantemente en Cristo Jesús!!!

BREVE EXTRACCIÓN DE LA PRÉDICA DE DIEGO HOVHANESSIAN DE JUNIO DE 2006

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