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«Yo, pues, que estoy entre cadenas por el Señor, os conjuro que os portéis de una manera que sea digna del estado o dignidad a que habéis sido llamados» -EFESIOS 4:1(Versión Biblia Católica: Torres Amat)
JESÚS TE AMA!!! «Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos» (Juan 15:13). Jesús ofreció Su vida por nosotros; hombres y mujeres, con errores y sufrimientos... pero con un GRAN AMIGO: JESUCRISTO que nos ama y vela por nosotros. ¡Qué grande es Tu amor, Jesús! Y sigue diciendo Jesús: «Vosotros sois mis amigos, si hacéis lo que yo os mando.» (Juan 15:14). Esto nos muestra la importancia de obedecer la Palabra de Dios. Para poder obedecerla hay que conocerla, de ahí la importancia de leer la Biblia diariamente. «No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros,...» dice Jesús. Y culmina diciendo: «...de modo que todo lo que pidáis al Padre en mi Nombre os lo conceda». En Su Palabra nos promete -por Su inmenso amorque todo lo que pidamos al Padre en Su Nombre, nos lo concederá. ¡Gracias Señor! Si necesitas algo, pídeselo a tu Padre del Cielo en el Nombre de Jesús; y nunca olvides que: ¡Jesús es tu Amigo!
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EDITORIAL
En esta edición de «El Poder del Espíritu», reflexionamos especialmente sobre los 10 Mandamientos. Acerca de ellos Su Santidad Benedicto XVI nos decía: «El Decálogo, las «Diez Palabras» o Diez Mandamientos (cfr. Éxodo 20,1-17; Deuteronomio 5,1-21), que procede de la Torá de Moisés, constituye la antorcha de la ética, de la esperanza y del diálogo, ilumina y guía también el camino de los cristianos. Constituye un faro y una norma de vida en la justicia y en el amor, un «gran código» ético para toda la humanidad. Las «Diez Palabras» iluminan el bien y el mal, lo verdadero y lo falso, lo justo y lo injusto ( ) Jesús mismo lo ha repetido en varias ocasiones, subrayando que es necesario un compromiso concreto siguiendo el camino de los Mandamientos: «si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos» (Mateo 19,17). Las «Diez Palabras» piden reconocer al Único Señor, superando la tentación de adoptar otros ídolos, de construirse becerros de oro ( ) Las «Diez Palabras» piden respeto, protección de la vida, contra toda injusticia y abuso, reconociendo el valor de toda persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios ( )Las «Diez Palabras» exigen conservar y promover la santidad de la familia» (Extracto - 17 de enero de 2010). Nos dice Jesús en el Evangelio: «Si me amáis, guardaréis mis mandamientos» (Juan 14:15). Si decimos amar a Dios debemos hacer lo que Él nos manda, de ahí la importancia de conocer la Palabra de Dios, orando y leyéndola diariamente, ya que esa es la manera de conocer lo que Dios quiere de nosotros. Y obedeciendo al Señor, se hacen realidad en nuestra vida las palabras del apóstol Juan: «Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él » (1 Juan 3:24). ¡Amén!
CATECISMO
OCTUBRE: MES DE «DIGNIDAD»
2055 Cuando le hacen la pregunta: «¿Cuál es el mandamiento mayor de la Ley?» (Mt 22, 36), Jesús responde: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas» (Mt 22, 37-40; cf Dt 6, 5; Lv 19, 18). El Decálogo debe ser interpretado a la luz de este doble y único mandamiento de la caridad, plenitud de la Ley: «En efecto, lo de: No adulterarás, no matarás, no robarás, no codiciarás y todos los demás preceptos, se resumen en esta fórmula: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. La caridad no hace mal al prójimo. La caridad es, por tanto, la ley en su plenitud» (Rm 13, 9-10). 2069 El Decálogo forma un todo indisociable. Cada una de las «diez palabras» remite a cada una de las demás y al conjunto; se condicionan recíprocamente. Las dos tablas se iluminan mutuamente; forman una unidad orgánica. Transgredir un mandamiento es quebrantar todos los otros (cf St 2, 10-11). No se puede honrar a otro sin bendecir a Dios su Creador. No se podría adorar a Dios sin amar a todos los hombres, que son sus creaturas. El Decálogo unifica la vida teologal y la vida social del hombre. 2082 Dios hace posible por su gracia lo que manda.
24 de Diciembre de 1988. Ese día, con treinta y nueve años de edad, había tomado una decisión que cambió radicalmente mi vida. A las seis de la tarde, en la Parroquia de mi barrio, fui bautizado y en la Misa de Nochebuena, recibí por primera vez a Jesús Eucaristía. Muy largo había sido el proceso de la búsqueda, a mi vida le faltaba «algo», sin saber en realidad, buscaba a «Alguien», a Jesucristo. Una soleada mañana de Domingo, no mucho tiempo después, se acercó una señora al término de la Misa y así, sin más, con maternal ternura me dijo sólo esto: «Jesús te ama». No puedo olvidar la luz que irradiaban sus ojos, ni la bondad de su sonrisa y la delicadeza de su trato. Un impacto certero, directo al corazón. Nunca más me aparté de la Iglesia. Llevaba la Comunión a los enfermos, al asilo de ancianos; trabajaba en la catequesis familiar. Pero muy dentro de mí, esa escena imborrable volvía a mi memoria y me preguntaba: «Jesús ¿me amas?». Pasó mucho tiempo y muchas cosas. Comenzaron a venir a mi vida grandes problemas. Pero cuando más oscura se torna la noche es señal de que se levanta un nuevo amanecer. Y así, como el «hijo pródigo», llegué a nuestra Comunidad «Santa María». Y ese «Jesús te ama» se hizo realidad para mí. Recibí bálsamo para mis «heridas» y el alimento más preciado: la Palabra de Dios. Y todo con amor, contención y manos abiertas. Aprendí a relacionarme con Jesús. No tuve más dudas. Él siempre me acompañó, estuvo a mi lado. Siempre Su mirada estuvo sobre mí. Me sostuvieron Sus palabras: «¡Ánimo!: Yo he vencido al mundo». Ahora la oración, la congregación, la vida sacramental y la Palabra de Dios son fundamentales en mi vida. Hermano querido, con todo amor, si me lo permitís, hoy, después de tanto tiempo, me gustaría darte de lo que he recibido. Tres palabras, no lo dudes: ¡Jesús te ama! «...Si alguno me ama, guardará mi Palabra, y mi Padre le amará, y vendremos a él y haremos morada en él». (Juan 14:23).
ÁNIMO, YO HE VENCIDO AL MUNDO»
«
Hugo Rucci
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«Entonces pronunció Dios todas estas palabras diciendo: «Yo, Yahvé, soy tu Dios, que te he sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en las aguas debajo de la tierra. No te postrarás ante ellas ni les darás culto, porque yo Yahvé, tu Dios, soy un Dios celoso, que castigo la iniquidad de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian, y tengo misericordia por millares con los que me aman y guardan mis mandamientos. No tomarás en falso el Nombre de Yahvé, tu Dios; porque Yahvé no dejará sin castigo a quien toma su nombre en falso. Recuerda el día del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás todos tus trabajos, pero el día séptimo es día de descanso para Yahvé, tu Dios. No harás ningún trabajo, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu sierva, ni tu ganado, ni el forastero que habita en tu ciudad. Pues en seis días hizo Yahvé el cielo y la tierra, el mar y todo cuanto contienen, y el séptimo descansó; por eso bendijo Yahvé el día del sábado y lo hizo sagrado. Honra a tu padre y a tu madre, para que se prolonguen tus días sobre la tierra que Yahvé, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo.» (Éxodo 20:1-17). Y pensar que hay miles y miles de leyes... sólo son necesarias DIEZ. Sí, es claro el tema de las legislaciones en particular, pero, a menudo se multiplican las leyes humanas, no para cumplir los diez mandamientos, sino para tratar de evadirlos. ¿Acaso es posible? ¿Se puede escapar al Juicio de Dios? Veamos: 1) «NO TENDRÁS OTRO DIOS QUE A MI » (versión Nacar Colunga). Hoy que está tan de moda el «dios idea» Es decir, lo que tú pienses es «dios». La vaga idea de un dios. Qué decir del «dios dinero», «raíz de todos los males es el amor al dinero» 1 Timoteo 6:10. Dice el amor al dinero. El hacerlo «dios». El «dios fama» o «popularidad», tan actual entre quienes ostentan algún
poder. Así eran los fariseos: «Todas sus obras las hacen para ser vistos por los hombres; se hacen bien anchas las filacterias y bien largas las orlas del manto; quieren el primer puesto en los banquetes y los primeros asientos en las sinagogas, que se les salude en las plazas y que la gente les llame «Rabbí». (Mateo 23:5-7). El «dios apariencia física»: «Engañosa es la gracia, vana la hermosura, la mujer que teme a Yahvé, ésa será alabada.» (Proverbios 31:30). «¡Ay de vosotros, escribas y fariseos hipócritas, pues sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera parecen bonitos, pero por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia!» (Mateo 23:27). Ingentes esfuerzos en esa dirección, con trágicos resultados incluso, como anorexia, bulimia, suicidio al rechazarse, etc. El «dios placer» ¿Hará falta agregar algo al respecto? Si vivimos en la sociedad del hedonismo. «Si uno vive muchos años, que se alegre en todos ellos, y tenga en cuenta que los días de tinieblas muchos serán, que es vanidad todo el porvenir.» (Eclesiastés 11:8). 2) «NO TE HARÁS IMAGEN » Este mandamiento no es aplicable a las pinturas artísticas, esculturas, lustraciones, imágenes mentales que podemos tener de las cosas celestiales. No se aplica al arte cristiano. «La serpiente de bronce» (Números 21:9, Juan 3:14). «Los querubines de oro en el propiciatorio» o «en las cortinas del Tabernáculo» (Éxodo 25:18, 26:1). Este mandamiento enseña que Dios está por encima de toda imagen de culto. Él -Dios- es un Dios Celoso (ver Éxodo 20:5). Ejemplos de fidelidad a Dios: Daniel 3:18; 1 Reyes 19:18; Apocalipsis 20:4 Porque los ídolos, son «hechos de manos humanas, de madera, de piedra » «no ven, no oyen». Infinidad de citas: «Tienen boca y no hablan, tienen ojos y no ven, tienen oídos y no oyen, tienen nariz y no huelen. Tienen manos y no palpan, tienen pies y no caminan, ni un solo susurro en su garganta.» (Salmo 115:5-7). «Queda todavía un resto del árbol que para nada sirve, un tronco torcido y lleno de nudos. Lo toma y lo labra para llenar los ratos de ocio, da forma con la destreza adquirida en sus tiempos libres; le da el parecido de una imagen de hombre o bien la semejanza de algún vil animal. Lo pinta de bermellón, colorea de rojo su cuerpo y salva todos sus defectos bajo la capa de pintura.» (Sabiduría 13:13-14). 3) «NO TOMARÁS EL NOMBRE DE DIOS EN VANO». «Maldiciendo», «haciendo promesas falsas» ¡Vaya si sabremos de esto! «Bromas», «citándolo con hipocresía» Como suelen hacer muchos corruptos, en lo cotidiano. El Nombre de Dios es para alabarle e invocarlo para Salvación, Poder y Vida Eterna. Ejemplo: Salmo 116; Hechos 2:21; Marcos 16:17; Juan 20:31. 4) «GUARDAR EL DÍA DE DESCANSO» Es otro mandamiento, junto a los tres anteriores, que tratan de la manera de adorar a Dios. Para nosotros cristianos, el domingo. «El Día del Señor», el «Kiriake». Día de reunión fraterna, de Comunión. Para nosotros católicos, la Santa Misa. 5) «HONRARÁS A TU PADRE Y A TU MADRE»
(Proverbios 10:1; Efesios 6:2). Una de las más grandes tragedias de estos tiempos «posmodernos», donde se ha instalado un humanismo individualista, de anti familia, propio del secularismo ateo de influencia «marxista», es el irrespeto a los padres. Se puede ver como a causa de todo lo dicho, con el «gravamen» de las drogas, los vicios, a los padres se los trata como si fueran «sirvientes esclavos» y cosas peores aún. 6) «NO MATARÁS» ¡Qué poco «cotiza» para algunos la vida humana! Muerte de niños, de niños no nacidos, irresponsabilidad en el tránsito, alcoholismo, drogadicción, prostitución. El homicidio social, mata con prejuicios, discriminando por cuestiones raciales, religiosas. El «homicidio» de la familia: desintegración. El «homicidio» político, mata con la mentira sistemática, la demagogia. Miles y miles mueren, hay muchas maneras de matar. 7) «NO COMETERÁS ADULTERIO» Quinto y séptimo tienen que ver con relaciones familiares. Las causas del adulterio: Falta de amor; de respeto mutuo, irresponsabilidad, resentimientos El matrimonio es una institución divina y lamentablemente muchos, muchos, se han casado dejándose arrastrar sólo Por JUAN CARLOS HOVHANESSIAN por lo sensual, por el «momento», sin la guía auténtica de Siempre trabaja como arma Jesucristo y sin un verdadero proyecdestructiva de Satanás, el cual es to de vida expresada en la familia. «padre de la mentira». Se «difama», Es muy importante en las comunida- se «calumnia», se «impresiona», se des cristianas vivas, preparar a los «adula» jóvenes en esta dirección, Hoy los «mentirosos con poder», idóneamente, es decir en los autén- necesitan de los «mentirosos ticos valores cristianos. aduladores», los «obsecuentes» de Prepararlos a ser responsables. No los «falsos líderes», que son los priolvidemos que los hijos son las «víc- meros en huir «cuando el barco se timas inocentes», de la tantas veces, hunde». irresponsabilidad de sus padres. 10) «NO CODICIARÁS » ¡TremenAnte todo el «AMOR». Que «todo lo do mal que hoy aqueja! disculpa, todo lo cree, todo lo es- Nace del corazón envidioso, lo propera, todo lo soporta » (1 Corintios voca la avaricia. Un claro ejemplo lo 13:7). hayamos en 2 Samuel 11: la histo8) «NO ROBARÁS» Se nota que ria de David y la esposa de Urías, el muchos no oyeron acerca de este hitita (2 Samuel 11). mandamiento. En particular los corruptos malversadores de los bie- ***Esta numeración de los 10 nes de la sociedad. Igual que con mandamientos corresponde a la división hecha por los Padres griegos (CIC 2066). «matar» hay muchas maneras de «robar»: «ventas fraudulentas»; (*) «evasión fiscal»; «no pagar deudas contraíCUÁNTOS PAPELES, PROYECTOS Y TINTA das», «recibir salario SI EL PADRE BUENO NOS DIO SU LEY. sin haber trabajado»; CUMPLA TODA LA CRISTIANA GREY «los precios falsos»; LOS SAGRADOS DIEZ MANDAMIENTOS. «usar en provecho proLOS QUE CUMPLEN VIVEN CONTENTOS pio los bienes ajenos»; CON LA FORTALEZA DE UN BUEY «no darle a Dios lo que le pertenece»; «gastar PUCHA QUE COMPLICADO EL HOMBRE en beneficio propio lo PARA NO CUMPLIR LA LEY AL FINAL que es común» (ver SI HASTA PARECIERA QUE EL ANIMAL Josué 7:21; Juan 12:6; VIVIERA DE MÁS FRANCA MANERA Hechos 5:1-2; 2 Reyes APARECE LA GOLONDRINA EN PRIMAVERA 5:21-27; Sofonías 1:9). Y ALTO VUELA, EL ÁGUILA REAL Dice el «Martín Fierro»: «Ave de pico encorEL QUE VIVE COMO «MALANDRA» vado SIEMPRE APROVECHARÁ LA OCASIÓN Tiene por el robo afición PARA CONSEGUIR UNA RAZÓN Más el hombre de buena QUE LE SIRVA DE CAMUFLAJE razón «ES AL ÑUDO QUE SE LO FAJE no roba jamás ni un coAL QUE HA NACIDO BARRIGÓN» (**) bre. Que no es vergüenza ser pobre QUE TENGA EL CRISTIANO, CONSTANCIA Si es vergüenza el ser PUES MUY POCO HACEMOS EN VERDAD ladrón.» DE CRISTO NOS VIENE LA FIDELIDAD, 9) «NO DARÁS FALSO ¡TODO EN NOSOTROS LO HACE SU GRACIA! TESTIMONIO» Tampoco oyeron de este, hoy Juan Carlos Hovhanessian día, muchos (**) «Martín Fierro» de José Hernández (*) «Fierrunas»
«SON DIEZ»
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LOS 10 MAND
Conocidos en su conjunto como el Decálogo, se enumeran en dos pasajes bíblicos: Éxodo 20:2-17 y Deuteronomio 5:6-11. La división y numeración Católica es la establecida por San Agustín en el siglo IV. «Los diez mandamientos enuncian las exigencias del amor de Dios y del prójimo. Los tres pr la caridad comprende dos preceptos de los que, según dice el Señor, penden la Ley y los Profetas [...], así los diez preceptos se dividen en dos tabla
1° MANDAMIENTO: AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS. Lo encontramos en un primer término en el Libro del Éxodo 20:2-6, más tarde volverá a aparecer en el Libro de Deuteronomio 5:6-10. Luego, Jesús nos confirma que el mayor de los mandamientos es «Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.» (Mateo 22:37-38), haciendo referencia a Deuteronomio 6:5. La Iglesia sabiamente ha sabido resumir e interpretar este mandamiento como «AMARÁS AL SEÑOR TU DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS». Es sabido que nuestra vida encierra afectos -familia, amigos, compañeros de trabajo, de estudio-, actividades con las que cumplir, momentos de esparcimiento y de ocupaciones; proyectos, sueños y planes futuros El primer mandamiento que Dios no da es el de AMARLO A ÉL POR SOBRE TODAS ESAS COSAS, que naturalmente forman parte de nuestra vida. No nos llama a «olvidarnos» de todo aquello, sino a amarlo PRIMERO a Él y el resto de nuestros «amores» habrán así, de ordenarse saludablemente. La forma de obedecer a este mandamiento es sencillamente ubicar todo lo mencionado DESPUÉS de nuestro amor a Dios y NO ANTES, porque cuando empezamos a priorizar lo que no corresponde vemos las consecuencias en nuestra vida. Comienzan el agotamiento por querer complacer a todos, las frustraciones por no lograr lo fijado, etc. En cambio si todo lo ordenamos SEGÚN SU VOLUNTAD, podremos llevar una vida en equilibrio, capaz de disfrutar de los seres queridos, y de alcanzar todo lo que nos propongamos, porque Dios en primer lugar... ¡¡¡lo hace posible!!!
2° MANDAMIENTO: «No pronunciarás el nombre de Yahvé, tu Dios, en falso; porque Yahvé no dejará sin castigo a quien pronuncie Su nombre en falso.» (Éxodo 20:7). El Nombre del Señor es Santo y merece todo nuestro respeto. Nos ha sido confiado, por medio de la Revelación de la Palabra de Dios, en el misterio del amor y la intimidad de Dios con sus criaturas. No puede hacerse un mal uso de este Nombre, pues representa la identidad misma de Dios, Su Persona. Por el contrario, «El fiel cristiano debe dar testimonio del Nombre del Señor confesando su fe sin ceder al temor» (CIC n° 2145). Cualquier palabra que se profiera como insulto, degradación o desafío hacia el Nombre de Dios, es BLASFEMIA, y esto es completamente opuesto a este 2° mandamiento; así como utilizar el Nombre del Señor en sentido «mágico» o querer justificar actos criminales en Su Nombre. Y así como los cristianos somos bautizados «en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo», el nombre que recibimos también es muy importante a los ojos del Padre: « así dice Yahvé tu creador No temas, que yo te he rescatado, te he llamado por tu nombre. Tú eres mío.» (Isaías 43:1). Su Nombre nos es cercano, porque nos habla del Padre Amoroso y Todopoderoso que permanece con nosotros siempre: «El cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz, «en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén».» (CIC n° 2157).
3° MANDAMIENTO: Este mandamiento del Decálogo nos pide: Santificar las fiestas, el día séptimo será de descanso completo, consagrado al Señor. En el Antiguo Testamento, el libro del Génesis narra la obra de la creación en seis días. Al concluirla « vio Dios todo lo que había hecho; y he aquí que era muy bueno.» El séptimo día fue bendecido y santificado por Dios, que descansó por toda la obra realizada. Deuteronomio 5:15 es un memorial de la liberación de Israel de la esclavitud de Egipto por la Mano del Señor, quien por eso ha mandado guardar el día sábado. En el evangelio encontramos que Jesús varias veces fue acusado de quebrantar esa ley: pero nunca faltó a la santidad de ese día sino que con autoridad la interpreta auténticamente: «El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado» (Marcos 2:27). «El hijo del hombre es Señor del sábado» (Marcos 2:28). En el Nuevo Testamento, Jesús resucita de entre los muertos «el primer día de la semana» (Lucas 24:1). Es un día para participar en la Santa Misa y en el cual «los fieles se abstendrán de aquellos trabajos y actividades que impidan dar culto a Dios, gozar de la alegría propia del día del Señor o disfrutar del debido descanso de la mente y del cuerpo» (Catecismo 2193).
4° MANDAMIENTO: «Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da.» (Éxodo 20:12Versión El Libro del Pueblo de Dios). Este es el 4° mandamiento que Dios le dio a Moisés en la montaña del Sinaí. Se dirige expresamente a los hijos en su relación con sus padres; exige que les den honor, afecto y reconocimiento, asistiéndolos a lo largo de sus vidas. Dios quiere que los padres sean respetados por sus hijos con obras y palabras, que no les causen tristeza; que les socorran en su vejez y aunque perdieran su lucidez, sean indulgentes con ellos. Jesús reprendió a los fariseos por anular este mandamiento y seguir «tradiciones humanas» que los eximían de asistir a sus padres y les recuerda que el que maldice a su padre y a su madre será condenado a muerte y considerado blasfemo (Marcos 7:10 «muerte espiritual» y nuestra oración no será escuchada ni nuestros pecados expiados) « La no observancia de este mandamiento entraña grandes daños para las comunidades y las personas humanas» (Catecismo 2200). Mas el que practica este mandamiento tendrá una recompensa de parte de Dios: nuestros pecados serán perdonados, nuestros hijos nos darán alegría, nuestra oración será escuchada, obtendremos la bendición de nuestros padres, cuando estemos en aflicción el Señor se acordará de nosotros. ¡Seremos felices y tendremos larga vida! (Deuteronomio 5:16).
5° MANDAMIENTO: «No matarás» (Éxodo 20:13). Jesús se refiere al 5° Mandamiento en el Nuevo Testamento en Mateo 5:21-22: «Habéis oído que se dijo a los antepasados: No matarás, pues el que mate será reo ante el tribunal. Pues yo os digo que todo aquél que se encolerice contra su hermano será reo ante el tribunal; el que llame a su hermano imbécil será reo ante el Sanedrín: y el que le llame renegado será reo de la gehenna de fuego.» El Papa Juan Pablo II escribió: «Matar un ser humano, en el que está presente la imagen de Dios, es un pecado particularmente grave. ¡Sólo Dios es dueño de la vida!» (CARTA ENCÍCLICA: EVANGELIUM VITAE) El Catecismo nos habla de este mandamiento desde el artículo 2258 al 2330; pero podría resumirse con el número 2319, el cual dice que «toda vida humana, desde el momento de la concepción hasta la muerte, es sagrada, pues la persona humana ha sido amada por sí misma a imagen y semejanza del Dios vivo y santo.» Este mandamiento también nos manda a cuidar nuestra propia vida. Esto incluye la condena al suicidio, la manera más extrema de atentar contra la propia vida. En el Catecismo se habla del mismo: (2280) Cada cual es responsable de su vida delante de Dios que se la ha dado. El sigue siendo su soberano Dueño. Nosotros estamos obligados a recibirla con gratitud y a conservarla para su honor y para la salvación de nuestras almas. Somos administradores y no propietarios de la vida que Dios nos ha confiado. No disponemos de ella.
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DAMIENTOS
del Decálogo -que literalmente significa «Diez Palabras»- ha variado a lo largo de la historia. La que ha llegado a ser la tradicional de nuestra Iglesia rimeros se refieren más al amor de Dios y los otros siete más al amor del prójimo.» (CIC- 2067). San Agustín mostraba esta división diciendo: «Como as: tres están escritos en una tabla y siete en la otra.»
6° MANDAMIENTO: «No cometerás adulterio» (Éxodo 20:14; Deuteronomio 5:18). Dijo Jesús: «Habéis oído que se dijo; -No cometerás adulterioPues yo os digo; Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió adulterio con ella en su corazón.» (Mateo 5:27-28). Somos hijos del Dios Verdadero, creados a Su Imagen y Semejanza, en consecuencia, ninguna clase de mentira puede tener lugar en nuestro camino, porque es Satanás el padre de la mentira y el engaño. El matrimonio es un llamado de Dios, una vocación y debe ser tomado con mucha seriedad, sabiendo que esa unión es santa e instituida por Dios, desde el principio de la creación. La sexualidad es parte de la vida conyugal. Dice el Catecismo sobre este tema: (2332) «Concierne particularmente a la afectividad, a la capacidad de amar y de procrear, y de manera más general, a la aptitud para establecer vínculos de comunión con el otro». Un matrimonio bien constituido, que a través del tiempo se sigue comunicando de todas las formas posibles, juntos para todo, que oran juntos... es prácticamente «indestructible». El adulterio destruye el matrimonio. Es ahora más que nunca, que familias enteras están siendo atacadas a través de este pecado. No importa si con el pensamiento, con la mirada, o en la práctica, todo pensamiento contrario al Evangelio debe ser erradicado desde el principio. «La Tradición de la Iglesia ha entendido el sexto mandamiento como referido a la globalidad de la sexualidad humana» (Catecismo 2336).
7° MANDAMIENTO: «NO ROBARÁS». Muchas veces se cree que para cumplir con el 7° mandamiento (Éxodo 20:15) basta con que no le «saquemos» nada a nadie mediante la fuerza, como -lamentablemente- suele ocurrir en las calles de las ciudades en las que vivimos. Pero hay muchas formas de robarle al prójimo... muchas veces, suele hacerse solapadamente. Por ejemplo, vendiendo mala mercancía o elevando sus precios, falsificando documentos, prestando a usura, no pagando a tiempo los salarios, plagiando libros o canciones, etc. En el Nuevo Testamento, Jesús invita a dar «un salto mayor», a pasar del «No robarás» al «compartirás». Jesús, en muchas de sus parábolas, afirma que nosotros no somos dueños de las cosas, sino simples «administradores» de lo que el Señor nos ha dado. ¡Y qué alegría cuando podemos ser de bendición para otros!
8° MANDAMIENTO: No darás testimonio falso contra tu prójimo (Éxodo 20:16) / «No dirás falso testimonio ni mentirás». En este mandato Dios nos prohíbe decir falso testimonio contra nuestro prójimo y mentir, por lo que involucra nuestra relación con Dios y con el prójimo. El Catecismo nos habla (2477) sobre el «respeto de la reputación de las personas» y (2479) «la maledicencia y la calumnia destruyen la reputación y el honor del prójimo», por lo que «toda falta cometida contra la justicia y la verdad entraña el deber de reparación, aunque su autor haya sido perdonado» (2487). Jesús nombra este mandamiento en Mateo 19:18 (Mc.10-19/ Lc.18-20). Con respecto a la mentira, el Catecismo nos dice: (2482) «La mentira consiste en decir falsedad con intención de engañar (S. Agustín, mend. 4, 5). El Señor denuncia en la mentira una obra diabólica: Vuestro padre es el diablo... porque no hay verdad en él; cuando dice la mentira, dice lo que le sale de dentro, porque es mentiroso y padre de la mentira (Jn 8, 44).» En el Antoguo Testamento aparece en Levítico 19:11 «No hurtarán, no mentirán, ni se engañarán mutuamente. Faltar a la verdad incluye: la adulación (2480), la ironía, la murmuración, la calumnia (2479). La vanagloria o jactancia (2481). Nuestro Señor es la Verdad y nos enseña en Mateo 5:37 «Sea vuestro lenguaje: «sí, sí»; «no, no»».
9° MANDAMIENTO: «No codiciarás la casa de tu prójimo, ni codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de tu prójimo». Así lo encontramos en el Libro del Éxodo 20:2-17 y en Deuteronomio 5:21. El Catecismo lo expresa: No consentirás pensamientos ni deseos impuros. Es la concupiscencia de la carne, la concupiscencia de los ojos y la jactancia de las riquezas: la predisposición del hombre a obrar mal, como consecuencia del pecado original. Significa ambición, avidez, codicia, cuando se trata de riquezas o poder. Incontinencia, sensualidad, liviandad, cuando hablamos de placeres deshonestos y apetitos desordenados. El Apóstol San Pablo identifica a la concupiscencia con la lucha que «la carne» sostiene contra «el espíritu» (CIC 2515). Esta Lucha pasa por la purificación del corazón y por la pràctica de la templanza. Es imposible sin la oración, la práctica de la castidad y la pureza de intención y de mirada. Se requiere de pudor, que es paciencia, modestia y discreción (2530/33). Para este combate estemos entrenados, perseverantes, obedientes y fieles a la Palabra de Dios. Solos, nada podemos hacer, pero con la ayuda del Espíritu Santo, confiemos en alcanzar aquello tan sublime que Jesús proclamó: «Bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios.» (Mateo 5:8).
10º MANDAMIENTO: NO CODICIARÁS LOS BIENES AJENOS. Tal como dice el Catecismo (2534 y siguientes), el 10° mandamiento desdobla y completa el noveno, que trata sobre la concupiscencia de la carne. El 10° mandamiento se refiere a la intención del corazón, y junto con el anterior, resume todos los preceptos de la Ley. Es común del hombre desear las cosas agradables que no posee. Estos deseos son buenos en sí mismos. No está mal desear obtener cosas que los demás tienen, siempre que sea por medios justos. Lo que sí está mal es el deseo de una «apropiación» inmoderada de los bienes terrenos, tanto como el querer obtenerlos mediante actos injustos, que no son correctos. Para no faltar a este mandamiento es necesario que se destierre del corazón toda envidia, causa de todos los males, pues la muerte entró en el mundo por la envidia del Diablo (Sabiduría 2:24). La envidia es un pecado capital. Se manifiesta ante la tristeza experimentada por el bien del prójimo y el deseo desordenado de poseerlo, aunque sea de forma indebida. La envidia, que con frecuencia procede del orgullo, es un rechazo de la caridad. Recuerda que «Tener amor es saber soportar, ser bondadoso; es no tener envidia, no ser presumido, orgulloso, grosero o egoísta; es no enojarse ni guardar rencor; es no alegrarse de las injusticias, sino de la verdad. Tener amor es sufrirlo todo, creerlo todo, soportarlo todo.» (1 Corintios 13:4-7- Versión Dios Habla Hoy). «Todos los cristianos... han de intentar orientar rectamente sus deseos para que el uso de las cosas de este mundo y el apego a las riquezas no les impidan, en contra del espíritu de pobreza evangélica, buscar el amor perfecto.» (LG 42) Cabe aclarar que aquí no se dice que el cristiano deba aspirar a la pobreza material, sino a la pobreza de espíritu, que consiste en reconocer la Grandeza de Dios y nuestra dependencia absoluta de Él, sin el cual nada podríamos ni alcanzaríamos, y en nuestro deseo ferviente de llegar a disfrutar de Su Presencia.
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«Lo mejor para todos»
Hoy, martes 20 de septiembre, compartimos -como Comunidad- una hermosa misión, que por años hemos realizado semana a semana en la calle, llevando alimentos y ropa a quienes allí viven. Hoy llevamos alimentos a aquellos que cocinan en lugares que están a la intemperie, también les llevamos ropa. Fue emocionante ver hombres grandes que cuando les entregábamos por ejemplo- las botellas de aceite, exclamaban gritando: ¡ACEITE! No puedo sacar de mi cabeza esos ojos Cuánta necesidad en esta bendita Argentina. Cuando volvíamos, con Marcial, Miriam y Milagros, comentábamos cómo se cuidan entre ellos. Había una señora con dos bebés, le quisimos entregar los alimentos, pero nos pidió que se lo dejásemos a otros, porque ella comía en un parador; entonces le dimos ropa nueva para sus niños (tejida por las damas de nuestra Comunidad). Pedimos a Dios, por todos aquellos que viven en las calles, por todas esas familias, para que puedan tener un lugar digno donde vivir. Que esos niños puedan tener una niñez feliz junto a sus padres. Que quienes tienen la responsabilidad de velar por el pueblo argentino, lo hagan pedimos a Dios que toque sus corazones. Este es nuestro sincero deseo, porque amamos a nuestro pueblo y queremos lo mejor para TODOS no sólo para algunos. Dios los bendiga. Celia M. de Hovhanessian
ÁMENSE!!! «...a mí isteis» c i h o l e m
:40) (MT 25
AD» D I R A C UNI«COM
EL POBRE NO PUEDE ESPERAR SEPA EL ALMA BIEN NACIDA. SANGRA CUAL HUMANA HERIDA LA REALIDAD EN QUE SE VIVE. QUE ALGUIEN EL PAN MENDIGUE EN MI ARGENTINA QUERIDA EN MI CRISTIANA COMUNIDAD EL POBRE ES EL «PRIVILEGIADO». EL TRISTE, SÓLO Y MARGINADO PORQUE NO TUVO ESA OCASIÓN ¡QUÉ IMPORTA SABER LA RAZÓN! IMPORTA EL HABERLO AYUDADO COMO LAS AGUAS CUBREN EL MAR ASÍ ACUDE EL CORAZÓN CRISTIANO JUNTAMOS VÍVERES PARA EL HERMANO QUE VIVE EN LA CALLE, HOY DÍA HAY EN EL DAR, REAL ALEGRÍA EN EL EXTENDER A OTRO, LA MANO HABLO DE LO QUE SABE OCURRIR EN CADA LLAMADO SOLIDARIO EL POBRE ES EL DESTINATARIO DEL CRISTIANO FRATERNO VIVIR. JUAN CARLOS
HOVHANESSIAN
«Les doy un mandamiento Nuevo; ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos; en el amor que se tengan los unos a los otros.» (Juan 13:34-35). Momentos antes de Su Pasión, Jesús da a los suyos el «Mandamiento Nuevo», del cual depende nuestro testimonio de vida ante el mundo entero. Porque no se puede decir que somos verdaderos cristianos hasta que nuestras obras lo reflejen. Si todo lo hacemos por amor a Aquel Jesús- que nos ama más de lo que podemos imaginar, entonces lograremos amar verdaderamente. Para poder hacerlo así, muchísimas veces tendremos que dejar nuestros propios pareceres y seguir Sus enseñanzas. Es indispensable practicar este «mandamiento nuevo» en lo cotidiano, haciendo por el prójimo lo que nos gustaría que hagan con nosotros y haciéndolo como para el mismo Señor Jesús. Lidia I. de Papazian
¿Sólo «un juego»? Se acerca el 31 de octubre y ya muchas personas se están preparando para celebrar Halloween. ¿Se darán cuenta realmente los padres, los educadores, lo que están festejando cuando participan y permiten a los niños participar de Halloween? El Señor nos exhorta en Su Palabra: «y no participéis en las obras infructuosas de las tinieblas, antes bien, denunciadlas» Efesios 5:11, por lo tanto siendo cristianos que sabemos y creemos que esta es Palabra de Dios, nos estamos metiendo de lleno y voluntariamente en terreno del diablo cuando nos unimos a esta «fiesta». Muchos dicen, para justificar su participación en tales actos, que es sólo un «juego», «fantasía», pero eso no evitará sus nocivos efectos, ya que en realidad no es un juego, es una realidad nefasta que nos vincula espiritualmente, directamente con el mal. San Pablo nos dice en Fil.4:8 «Por lo demás, hermanos, todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta.» Entonces, con todo lo bello, bueno, honorable, que existe y que es digno de celebrar y enseñar a nuestros niños, ¿porqué plantearles como algo festivo, bueno de celebrar y compartir, lo que en realidad es horrible: muerte, violencia, miedo corrupción, brujas y fantasmas, etc., ya que estas son las cosas que realmente estamos ¿celebrando? y avalando cuando participamos de esa fiesta. Si permitimos que nuestros niños «festejen» Halloween, les estamos enseñando a ver como como algo recreativo la muerte (disfraces alusivos), la corrupción, o no es eso lo que aprenden cuando se les permite que reciban dulces o golosinas de www.elpoderdelespiritu.org
«TRABAJO DE HISTORIA»
GENOCIDIO ARMENIO: PRECISIONES SOBRE LA PUBLICACIÓN DE LA SANTA SEDE. La muerte de millones de armenios asesinados en 1915 por los turcos otomanos será objeto una publicación de los Archivos Secretos Vaticanos, anunció el prefecto de estos archivos, Monseñor Sergio Pagano. Radio Vaticano aportó precisiones sobre esta publicación de documentos inéditos destacando que no se publicarán «para crear polémica», sino para «hacer trabajo de historia». El genocidio empezó el 24 de abril de 1915 en Estambul, capital del imperio otomano, con el asesinato de 600 notables armenios por orden del Gobierno. A finales de verano de 1915, dos tercios de los armenios de Turquía habían muerto en condiciones generalmente terribles. Las autoridades turcas han estado hablando de «masacre». Juan Pablo II, en visita a Erevan en 2001, fue más preciso, indica Radio Vaticano. Después de haber rezado ante el memorial de las víctimas, denunció que «el exterminio de 1,5 millones de cristianos armenios, en lo que se considera generalmente como el primer genocidio del siglo XX, y la aniquilación de otros miles de personas bajo el antiguo régimen totalitario (soviético) son tragedias que viven todavía en la memoria de la generación actual». Durante su visita a Estambul en 2006, Benedicto XVI dio gracias a Dios «por la fe y el testimonio cristiano del pueblo armenio, transmitido de siglo en siglo y a veces en circunstancias trágicas, como la del siglo pasado». La biblioteca vaticana tiene pruebas y testimonios de estos acontecimientos trágicos, que serán objeto de un libro coeditado próximamente por el servicio de los Archivos del Vaticano. Este volumen reunirá relatos que describen con detalle las torturas sufridas por las víctimas. zenit.org 7-7-2011
otras personas a cambio de no hacerle alguna maldad al residente del lugar que visitan (el famoso «truco» o regalo de Halloween). Brevemente veamos cómo surgió Halloween. Ya desde el siglo VI antes de Cristo los celtas del norte de Europa celebraban el fin del año con la fiesta de Samhein (o La Samon), fiesta del sol que comenzaba la noche del 31 de octubre. Marcaba el fin del verano y de las cosechas. Creían que aquella noche, el dios de la muerte permitía a los muertos volver a la tierra fomentando un ambiente de muerte y terror. La separación entre los vivos y los muertos se disolvía aquella noche, haciendo posible la comunicación entre unos y otros. Sin duda Samhein no es otro sino el mismo demonio que en todas las épocas busca implantar la cultura de la muerte; la fiesta de Halloween es la más importante para los cultos demoníacos pues además de iniciarse el nuevo año satánico, es como si se celebrara el «cumpleaños del diablo». La Biblia dice que los hechiceros, los idolatras, los asesinos, etc (ver Ap.21:8; Ap.22:15; Deut 18:10-12; Gal 5:20-21) no entrarán en el Reino de Dios, y es con estas mismas cosas que muchos cristianos dejan jugar a sus hijos. ¿No es esto dejarlos jugar con fuego? ¿Qué aprenden los niños que para «divertirse» han usado disfraces de diablos, brujas, muertos, monstruos, vampiros y demás personajes relacionados principalmente con el mal y el ocultismo. Halloween nos aparta de Dios, es la fiesta del diablo, como cristianos sólo nos cabe un rotundo rechazo a tales prácticas Nosotros como cristianos, mensajeros de la paz, del amor, de la justicia, portadores de la luz de Cristo para el mundo, no podemos identificarnos con esta fiesta en donde todos sus elementos, nos hablan de temor, injusticia, miedo y oscuridad. Celebremos la vida, el amor, la amistad, ¡CELEBREMOS A JESÚS! Sólo Él es el CAMINO, la VERDAD y la VIDA. ¡A DIOS Y SÓLO A ÉL SEA LA GLORIA, ALABANZA Y ADORACIÓN! Dra. Mónica V. de Adanalian
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Mientras Moisés pastoreaba el rebaño de su suegro Jetró « llegó hasta Horeb, la montaña de Dios. Allí se le apareció el ángel de Yahvé en llama de fuego, en medio de una zarza. Moisés vio que la zarza ardía, pero no se consumía. Dijo, pues, Moisés: Voy a acercarme para ver este extraño caso: por qué no se consume la zarza. Cuando Yahvé vio que Moisés se acercaba para mirar, le llamó de en medio de la zarza: ¡Moisés, Moisés! El respondió: Heme aquí. Le dijo: No te acerques aquí; quita las sandalias de tus pies, porque el lugar que pisas es suelo sagrado. Y añadió: Yo Soy el Dios de tu padre, el Dios de Abrahán, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob » (Éxodo 3:1-6). Querido hermano, ¿anhelas ser «usado» por Dios? Para poder ser «usados» por el Señor tenemos que pasar por la experiencia de la Santidad de Dios, porque Él quiere que seamos «vasos limpios», vasos de honra, vasos que puedan contener recursos preciosos: que puedan contener tesoros. El agua es muy importante, pero las vasijas -los vasos que han de contenerla- también tienen importancia, porque el agua sin vasijas se derramaría. Por eso quiero mostrarte, a través de las Escrituras, lo que debemos hacer para ser «instrumentos de poder» en las Manos de Dios. Lo primero es: pasar por la experiencia del Horeb. En ese suelo santo Dios le ordenó a Moisés que se quitara las sandalias. Para nosotros hoy, el «suelo santo» es la Iglesia, el lugar sagrado donde se derrama la Gracia de Dios y donde nos congregamos en torno a Su Palabra y Su Presencia. Cuando Moisés vio que la zarza ardía pero no se consumía, dijo: «voy a acercarme para ver este extraño caso». La santidad puede parecer «extraña» para algunos... Los creyentes parecemos «raros» para los que no lo son. Parecemos extraños para quienes viven aparatados del camino de la fe; pero así como Dios tenía un propósito para Moisés, así también tiene un propósito para cada uno, y ese propósito sólo se manifestará a través del fuego de Su Presencia, de Su Santidad. Somos bendecidos para bendecir, para ser «canales» que permitan el fluir de la bendición hacia quienes le rodean, en el Nombre de Jesús. El llamado a la santidad de Dios comienza en un lugar «poco común». ¿Cómo es esto? Algunos dicen que en el alma, otros que en el espíritu... pero lo cierto es que comienza en los pies, en el andar, en el caminar diario: en lo cotidiano de tu vida, haciendo las tareas de cada día, como estaba Moisés. Es ahí donde comienza el «proceso», aquel cambio radical que se produce tras el impacto de la Presencia de Dios es nuestras vidas. Es también en nuestro diario vivir que debemos crecer y desarrollarnos, porque esto es lo que Dios quiere para cada uno: en el plano personal, familiar, en el trabajo (o estudio) y también en la Iglesia. Pero atención, que esta dimensión de prosperidad, expansión, incremento, sólo es posible a partir del encuentro con el fuego abrasador de Dios. Querido hermano, debes cambiar las «sandalias» de tus pies si quieres ser un «vaso de honra» para Dios. Las «primeras sandalias» que debemos quitarnos son: las sandalias de Egipto. Nuestro caminar NO puede ser como el de los que no son cristianos. Cuando Moisés huyó de Egipto se dirigió al país de Madián. Se sentó junto a un pozo de agua y aconteció que unas jóvenes (que habían ido a buscar agua para el ganado de su padre) fueron echadas de allí por unos pastores; pero Moisés las defendió. Al volver, las muchachas contaron a su padre lo sucedido y le dijeron: «Un egipcio nos ha librado de las manos de los pastores» (ver Éxodo 2:11-19). Ellas dijeron que Moisés era egipcio, cuando en realidad era hebreo. Lo que quiero decir es: ¿cómo nos ve la gente? ¿Nos ve cristianos o nos ve «egipcios»? Los «egipcios» aquí son figura de quienes no son creyentes. Estas primeras sandalias que debemos quitarnos son: la manera de pensar y de actuar según los parámetros «del mundo», es decir, todo aquello que se opone a los mandatos de Dios. Relata la Escritura que pasado mucho tiempo, un rey egipcio que no había conocido a José (y sin tener en cuenta todo el bien que éste había hecho), profirió los más crueles castigos para los hebreos, porque eran fuertes y numerosos. Les envidiaba y fue malamente astuto para oprimirles e infringirles duros trabajos. No los respetaban. Les hizo pasar toda clase de explotaciones. Los «esclavizaron brutalmente y les amargaron la vida» (ver Éxodo 1:814). Esto, que es tan trágico y lamentable, ¿no ocurre, de algún modo, también hoy en día?... ¿No se ve acaso, a nivel mundial, esta misma conducta? Explotación, condiciones de vida indigna, abusos de diversos tipos, etc. Los cristianos no podemos tomar parte en nada que tenga que ver con estas cosas. ¡Todo lo contrario!, nuestra misión y de-
QUÍTATE LAS SANDALIAS ber es ser luz para el mundo y para nuestros hermanos. «Entonces el faraón ordenó a todo su pueblo: A todo niño recién nacido arrojadlo al Río; pero a las niñas, dejadlas con vida.» (Éxodo 1:22). El mundo de hoy busca destruir la niñez por medio de la pornografía, la explotación, la prostitución y tantas otras cosas. No podemos avanzar en el camino de la fe si somos parte de la «cultura de este mundo». De ningún modo podemos aceptar esta «ideología mundana» que es aborrecida por Dios. Que nos llamen como quieran, que hablen, pero son los cristianos quienes serán usados por Dios para anunciar el Evangelio de Jesucristo, que tiene poder para sanar, liberar, restaurar, prosperar. Aleluya!!! Un camino en santidad, para mostrar con valentía que Jesús está con nosotros. Desde la sencillez de cada día hasta las decisiones más importantes, nuestra conducta se sustenta en la Palabra de Dios. «Segundas sandalias»: las sandalias del conformismo. Situémonos. El pueblo de Dios ya no estaba más ni en Egipto ni en el desierto, había llegado el momento de tomar posesión de la Tierra Prometida. Es allí donde Josué tiene la visión de «un hombre con una espada en la mano» (el Señor) que le dijo: «Quítate las sandalias de tus pies, porque el lugar en que estás es sagrado» (ver Josué 5:13-15). Cuando los israelitas estaban en el desierto sin alimento, era Dios quien les proveía: el maná. Luego los introdujo en la tierra de la abundancia. En aquel momento y en aquel lugar, el pueblo de Dios comenzó a comer de los productos del país, pues el maná había cesado (ver Josué 5:10-12). Hermano querido, Dios nos creó para vivir en la abundancia. ¿Tú qué quieres, la provisión del desierto... o la abundancia de la Tierra Prometida? Cuando en el desierto querían agua, Dios se las daba. Pero luego se quejaban porque estaba amarga, y Dios la endulzaba. Hay muchos que piensan que esta provisión en el desierto es lo más grande que pueden tener, y se conforman a eso. Pero eso no es lo máximo: ¡lo máximo es que poseas la tierra de la abundancia! La tierra que Dios te prometió y que es tuya en el Nombre de Jesús. El desierto no es para vivir, sino un camino de paso hacia lo más grande que Dios tiene para tu vida. El conformismo te priva del desarrollo, de la superación. Aquel pensamiento de «¿para qué quiero más ?» debe ser desterrado, porque tenemos un Dios Grande cuyo Poder es ilimitado. No te conformes: VAMOS POR MÁS!!! «Terceras sandalias»: las sandalias del mal testimonio. Cuando se hacía un pacto o un compromiso, una de las partes se quitaba una de las sandalias y se la entregaba a la otra persona, como testimonio del pacto que acababan de sellar. Esto podemos verlo en la historia de Rut, donde se hace referencia explícita a esta costumbre cuando Booz «rescató» a Rut para casarse con ella, según lo establecía la «Ley del Levirato» (ver Deuteronomio 25:5-10). Booz recibió la sandalia de un tal «fulano» que tenía derecho a desposar a Rut antes que él, pero no quiso hacerlo: «Adquiérela para ti. Y se quitó la sandalia». Te invito a que leas completo el libro de Rut y puedas disfrutar de toda su riqueza, que puede aplicarse en nuestras vidas hoy. Booz «rescató» a Rut, y a ti a mí, querido hermano, Cristo nos rescató dándonos una vida nueva y bendecida por la Obra de la Cruz. Gracias Señor!!! Su Sangre selló el pacto de la Nueva Alianza, esa que hay entre Cristo y tú, esa unión plena en Su Amor para toda la eternidad. Por eso la falta de compromiso o el no ser fieles es una sandalia que no podemos llevar. Nuestro testimonio implica VIVIR en la Palabra de Dios, en obediencia, mostrar con nuestros actos, palabras, pareceres que somos de Cristo. Dios quiere hacer grandes cosas a través de Su Iglesia. Quitar-
se las sandalias del mal testimonio es una llave que abre el caudal a enormes bendiciones. La gente tiene que ver a Cristo a través de nuestra vida, sólo entonces comenzamos a ser «la luz del mundo y la sal de la tierra». «Cuartas sandalias»: las sandalias de no confiar plenamente en Dios. Dios dijo al profeta Isaías: «Ve y desata el sayal de tu cintura, y quítate las sandalias de los pies». Así lo hizo y anduvo desnudo y descalzo durante tres años. Esta era un señal para el pueblo de Israel, de lo que habría de ocurrir con ellos por no haber confiado en Dios -en el momento de la dificultad- y en cambio, haber puesto su fuerza y esperanza en el hombre: «Se quedarán asustados y confusos» (ver Isaías 20:2-6). NUESTRA CONFIANZA DEBE ESTAR -ANTE TODOEN DIOS Y EN SU SANTA PALABRA, porque poner nuestra esperanza fuera de Dios, necesariamente traerá confusión y decepción. Sólo Él es Todopoderoso, por eso siempre debemos recurrir primero a Él. Esto no quiere decir -por ejemploque no debamos pedir ayuda o consejo si lo necesitamos, pero esto debe hacerse con personas idóneas en la Iglesia, que sabemos, nos aconsejarán por medio de la Palabra y según la Voluntad de Dios. Siempre recuerda esta Palabra: « ¿de dónde vendrá mi auxilio? Mi auxilio me viene de Yahvé, que hizo el cielo y la tierra» (Salmo 121:1-2). Sea cual sea la situación por la que debas atravesar, CONFÍA EN DIOS Y ÉL OBRARÁ. Aleluya!!! «Quintas sandalias»: las sandalias de la injusticia. «Así dice Yahvé: ¡Por tres crímenes de Israel y por cuatro, seré inflexible! Porque venden al justo por dinero y al pobre por un par de sandalias...» (Amós 2:6). Quiero que notes que en esta Palabra Dios no reprende a Su pueblo por una cuestión de culto, sino por vender al pobre por «un par de sandalias»: por la injusticia. Toda forma de corrupción o explotación, por «menor» que parezca, acarrea maldición. Dios es Justo. Mi hermano, recibe esta Palabra del Señor: «Busquen primero el Reino y su justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura.» (Mateo 6:33 - versión: El Libro del Pueblo de Dios). No dice «algo» sino TODO!!! Camina en la justicia, que tú has sido justificado por la Preciosa Sangre de Jesús. «Sextas sandalias»: las sandalias del engaño. «Estos odres de vino, que eran nuevos cuando los llenamos, se han roto; nuestras sandalias y nuestros vestidos están gastados por lo largo del camino.» (Josué 9:13). Estas palabras que dijeron los gabaonitas a Josué porque temían al pueblo de Dios eran un engaño. Ellos simularon venir de lejos para hacer pacto con Israel. Josué fue engañado y sin consultar a Dios, terminó pactando con ellos. Por esta razón no pudo destruirlos, aunque era uno de los pueblos enemigos. Hay quienes mienten para conseguir beneficios personales, aún dentro de la Iglesia. Engaño, mostrar una «realidad que no es» NO podemos llevar esas sandalias: no somos gabaonitas ¡somos CRISTIANOS! Jesús es la Verdad, y Él es nuestro Maestro y Señor. En la verdad debemos vivir. «Séptimas sandalias». Dice Jesús a sus discípulos: « proclamad que el Reino de los Cielos está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro, ni plata, ni cobre en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento.» (Mateo 10:7-10). Muchos utilizan este texto para hablar de «pobreza» pero Jesús no refiere a eso, sino todo lo contrario, pues para extender el Reino de Dios es necesario contar con recursos. Además, Él es el Buen Pastor que provee a todas nuestras necesidades (Salmo 23:1). Pero no sólo necesitamos de los recursos materiales, sino también es necesario permanecer unidos. Por eso debemos dejar de lado el egoísmo y la autosuficiencia. En este caso y tomando la figura de lo que estamos compartiendo las sandalias que debemos quitarnos son las de: «nadie lo puede hacer mejor que yo...». Nuestro Señor Jesucristo supo delegar, capacitar a otros y así permitió su desarrollo. Hoy debemos trabajar con esos mismos principios. Dios ha repartido dones a todos. Cada uno tiene su lugar y función en el Cuerpo de Cristo. Es nuestro deber poner esos dones al servicio de la Iglesia, compartiendo en unidad y armonía, complementándonos para que la extensión del Reino sea posible. « vosotros sois linaje elegido, sacerdocio real, nación santa, pueblo adquirido, para anunciar las alabanzas de Aquel que os ha llamado de las tinieblas a su admirable luz » (1 Pedro 2:9). A Dios sea toda la Gloria. ¡Amén!
BREVE EXTRACCIÓN DE LA ENSEÑANZA PREDICADA POR
DIEGO HOVHANESSIAN EN ABRIL DE 2001
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«He descubierto la raíz de toda alegría: la oración». «La alegría es para nosotros una necesidad y una fuerza, también desde un punto de vista físico. Una persona que tenga un espíritu alegre se cansa menos y está siempre dispuesto a seguir haciendo el bien». «Una persona llena de alegría predica sin predicar. Una persona alegre resplandece como rayo del amor de Dios, es esperanza de felicidad eterna, es llama ardiente de amor». «Un cristiano alegre es testigo del amor de Dios». «La alegría despierta alegría». «Que nada triste penetre en vuestros corazones, y mucho menos que os haga olvidar la alegría de Cristo resucitado». «Nuestra vida, para que sea rica en frutos, debe llenarse de Cristo; para poder comunicar la paz, la alegría y el amor, debe tenerlos dentro de sí, porque nadie da lo que no tiene». «¿Dónde recibimos el don de la alegría de amar? En la Eucaristía».
Madre Teresa de Calcuta
«Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; era forastero, y me acogisteis; estaba desnudo, y me vestisteis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a verme. Entonces los justos le responderán: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; o sediento, y te dimos de beber? ¿Cuándo te vimos forastero, y te acogimos; o desnudo, y te vestimos? ¿Cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y fuimos a verte? Y el Rey les dirá: En verdad os digo que cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis.» (Mateo 25: 35-40) Bastó que expusiera el drama que vi por televisión en un programa periodístico, que en la calle, entrevistaba a unos hermanos pobres, viviendo en ese lugar. Gente sin techo, durmiendo en la calle, cocinando en una olla vaya a saber qué y contando lo que a los oídos suena como ficción. ¿Cómo imaginar que en esta «tierra de promisión», donde todo pareciera «andar sobre ruedas», en pleno centro, se vea lo que se ve? Razones de esto, de aquello Me tienen harto las razones que se esgrimen desde la demagogia que quiere presentar «como arte, el basural» No hay peor ciego que el que no quiere ver, ni peor sordo que quien se niega a oír. Me tiene harto el monólogo «todobienista» de algunos, a quienes nada pareciera que se les puede preguntar, incluso para aprender ¡No! Sólo sentarse y escuchar ¿Qué es esto? ¿De dónde viene semejante presunción? Lo que está bien, está bien ¿Y lo que no lo está ? «Ah, quienes así lo ven, son enemigos» ¿Será así? En lo personal, esto ya lo viví en décadas anteriores y creí ya superado. La soberbia, el orgullo, el autoritarismo, la corrupción, la demagogia no es de «derecha», ni de «izquierda», es humana. En la Iglesia decimos: Si está bien lo que pudimos hacer ¡Gloria a Dios! Si no está bien arrepentirse, pedir perdón a Dios y buscar enmendar o modificar la acción, en la dirección de lo bueno, lo noble, lo virtuoso. Claro, para ello se requiere la humildad. Bastó -decía al comienzo- que expusiera lo que había visto para que mis hermanos de la Comunidad Cristiana Católica se pusieran «manos a la obra» o más bien «al bolsillo» y juntamos una gran cantidad de alimentos que en 48 horas estuvieron en manos de los necesitados. ¿Alcanza ? ¡No! pues necesitan un techo y otras cosas, que no podemos darles pero por esto, no vamos a dejar de hacer lo que el Señor nos ha enseñado y que nuestra Comunidad realiza también regularmente: «cuanto hicisteis a uno de estos hermanos míos más pequeños, a mí me lo hicisteis». Les dijimos: ¡JESÚS TE AMA! Les dimos lo que buenamente se juntó, para que pongan en esa olla algo bueno, sustanciosos, digno Pues el pobre, a los ojos de Dios, así como el dolor humano, es sagrado. ¿No te parece? JUAN CARLOS HOVHANESSIAN
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Eso nos hace fuertes
En una oportunidad, mientras compartíamos en la Comunidad un mensaje de la Palabra de Dios desde el Libro de Nehemías, se nos enseñó sobre Nehemías 8:10: « No estéis tristes: la alegría de Yahvé es vuestra fortaleza.» En esa ocasión, quien predicaba: Diego Hovhanessian, nos mostró la «contraparte» de la afirmación bíblica, pues si la alegría es nuestra fortaleza, la tristeza es nuestra debilidad Hasta la medicina reconoce que una persona alegre siempre tendrá más fuerza y vigor para superar enfermedades, contrariedades y desafíos, que la persona triste. Pero por supuesto no se trata de «cualquier alegría» sino de «la alegría de Yahvé», como dice la Palabra. No es reírse todo el tiempo, divertirse de cualquier forma o una actitud de desinterés por todo; todo lo contrario, es la alegría del corazón, esa que se hace inalterable e inconmovible porque sabe que Jesús está a nuestro lado siempre, aún en medio de la dificultad, ¡y eso nos hace fuertes! La tristeza puede venir a golpear la puerta y hasta puede «quedarse por un ratito», pero no más que eso, porque Jesús nos ama y no hay situación que de Su Mano, no podamos afrontar. ¡¡¡ALELUYA!!! Lic. Anahí Raggio
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