Del Jesús de la historia...
SÍNTESIS TEOLÓGICA
NÚCLEO TEOLÓGICO:
DEL JESÚS DE LA HISTORIA AL CRISTO DE LA FE Don José M. Míguez Rodríguez
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Del Jesús de la historia... ÍNDICE GENERAL •
ÍNDICE GENERAL .................................................................................... Página 2
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TABLA DE ABREVIATURAS .................................................................. Página 6
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PRESENTACIÓN ….................................................................................... Página 8
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INTRODUCCIÓN ....................................................................................... Página 9
PRIMERA PARTE PUNTO DE PARTIDA: EL JESÚS DE LA HISTORIA A. LAS FUENTES.- ................................................................................... Página 11 1. DOCUMENTACIÓN NO CRISTIANA. 1.1. 1.1.1. 1.1.2. 1.1.3. 1.2. 1.2.1. 1.2.2. 1.2.3. 2.
DOCUMENTACIÓN JUDÍA. FLAVIO JOSEFO. EL TALMUD. EL QUMRÁN. DOCUMENTACIÓN PAGANA. PLINIO EL JOVEN. CORNELIO TÁCITO. SUETONIO.
DOCUMENTACIÓN CRISTIANA. 2.1. LOS APÓCRIFOS. 2.2. EL GÉNERO LITERARIO EVANGELIO. 2.3. LOS EVANGELIOS. 2.3.1. MATEO. 2.3.2. MARCOS. 2.3.3. LUCAS. 2.3.4. JUAN.
B. INVESTIGACIÓN SOBRE EL JESÚS DE LA HISTORIA.- ... Pág. 19 ...al Cristo de la fe
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1. THE OLD/FIRST QUEST. 1ª ETAPA: DE REIMARUS A BULTMANN. 2. THE NEW QUEST. 2ª ETAPA: VUELTA AL JESÚS DE LA HISTORIA. 3. THE THIRD QUEST. 3ª ETAPA: DE 1.980 HASTA HOY. 4. REFLEXIONES FINALES: DOS GRANDES LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN. 4.1. LÍNEA ANALÍTICO-LITERARIA. 4.2. LÍNEA HISTÓRICO-SINTÉTICA. 5. PRINCIPIOS HISTORIOGRÁFICOS QUE ORIENTAN LA INVESTIGACIÓN SOBRE JESÚS DE NAZARET. 5.1. PRINCIPIO DOGMÁTICO. 5.2. PRINCIPIO LITERARIO. 5.3. PRINCIPIO HISTÓRICO. 6. LA METODOLOGÍA. 6.1. CRITERIO DE SEMEJANZA. 6.2. CRITERIO DE ORIGINALIDAD O DISCONTINUIDAD. 6.3. CRITERIO DE COHERENCIA.
C. EL MUNDO JUDÍO.- ......................................................................... Página 26 1. CONTEXTO POLÍTICO ECONÓMICO Y SOCIAL. 1.1. ASPECTOS POLÍTICOS. 1.1.1. HERODES EL GRANDE. 1.1.2. LOS SUCESORES DE HERODES. 1.1.3. GOBERNADORES ROMANOS. 1.2. ACTIVIDAD ECONÓMICA. 1.3. LA SOCIEDAD JUDÍA. 1.3.1. EL CLERO. 1.3.2. LOS ESCRIBAS. 1.3.3. LOS ANCIANOS. 1.3.4. EL PUEBLO. 1.3.5. LOS ESCLAVOS. 1.3.6. LAS MUJERES. 2. LA VIDA RELIGIOSA.
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2.1. LAS INSTITUCIONES. 2.1.1. EL SANEDRÍN. 2.1.2. EL TEMPLO. 2.1.3. LA SINAGOGA. 2.1.4. LAS FIESTAS. 2.2. LOS GRUPOS RELIGIOSOS. 2.2.1. LOS FARISEOS. 2.2.2. LOS SAMARITANOS. 2.2.3. LOS SADUCEOS. 2.2.4. LOS ESENIOS. 2.2.5. LOS ZELOTAS. 3. IDENTIDAD DE JESÚS. 3.1. 3.2. 3.3. 3.4. 3.5. 3.6. 3.7. 3.8.
EL NOMBRE DE JESÚS. ASPECTO EXTERNO. PSICOLOGÍA DE JESÚS. FILIACIÓN JUDÍA. FAMILIA JUDÍA. VIDA JUDÍA. RELIGIOSIDAD Y ACTITUD ANTE LA LEY JUDÍA. FE Y MORAL JUDÍA.
D. LOS TÍTULOS CRISTOLÓGICOS: ¿Y VOSOTROS QUIÉN DECÍS QUE SOY YO?....................................................................................... Página 38 1. 2. 3. 4. 5. 6. 7. 8. 9.
RABBÍ O MAESTRO. PROFETA. SACERDOTE. HIJO DE DAVID. REY DE LOS JUDÍOS. SEÑOR. CRISTO O MESÍAS. HIJO DE DIOS. HIJO DEL HOMBRE.
E. JESÚS Y LOS DICÍPULOS. LA INSTITUCIÓN DE LOS DOCE....al Cristo de la fe
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Del Jesús de la historia... ..................................................................................... Página 41 1. LA ELECCIÓN. 2. LA COMUNIDAD DEL “NUEVO ISRAEL”. 3. SEGUIMIENTO Y MISIÓN.
F. JESÚS Y EL REINO DE DIOS.- ................................................... Página 43 1. ¿QUÉ ES EL REINO DE DIOS? 2. PREDICACIÓN DEL REINO DE DIOS. 2.1. 2.2. 2.3. 2.4. 2.5.
LAS PARÁBOLAS. LOS DISCURSOS. LAS NARRACIONES. LOS MILAGROS. LAS COMIDAS. LAS BIENAVENTURANZAS. LA ORACIÓN.
3. CARACTERÍSTICAS DEL REINO DE DIOS. 3.1. LLAMA A LOS POBRES. 3.2. APREMIA A LA CONVERSIÓN. 3.3. CARÁCTER SALVADOR Y UNIVERSAL. G.
MISTERIOS DE LA VIDA DE JESÚS.- ................................... Página 49
1. 2. 3. 4. 5.
LA ENCARNACIÓN. LA INFANCIA. EL BAUTISMO. LAS TENTACIONES. LA TRANSFIGURACIÓN.
H.
JESÚS Y LA CRUZ.- ........................................................................ Página 52
1. UNIVERSALIDAD DE LA CRUZ. 2. LA CRUZ DE JESÚS EN SU HISTORIA. 3. RESPONSABLES DE LA MUERTE DE JESÚS. I.
LA RESURRECCIÓN: CONFIRMACIÓN DE LA VIDA HISTÓRICA DEL JESÚS CRUCIFICADO.- ......................... Página 55 ...al Cristo de la fe
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1. TESTIMONIOS DE LA RESURRECCIÓN. 1.1 CONFESIONES DE FE. HIMNOS. 1.2 RELATOS SOBRE EL SEPULCRO VACÍO. 1.3 RELATOS DE APARICIONES. 1.4 DISCURSOS KERIGMÁTICOS DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES. 2. FUNDAMENTO Y CONTENIDO DE LA FE EN LA RESURRECCIÓN. 3. LA ASCENSIÓN. 4. PENTECOSTÉS. SEGUNDA PARTE PUNTO DE LLEGADA: EL CRISTO DE LA FE 1. PARTIMOS DEL JESÚS DE LA HISTORIA Y LLEGAMOS AL CRISTO DE LA FE. ........................................................................................................... Página 59 2. “JESÚS ES EL CRISTO”. 3. JESÚS HIJO DE DIOS Y HOMBRE VERDADERO. 4. JESUCRISTO SALVADOR ÚNICO UNIVERSAL. •
CONCLUSIÓN GENERAL. ....................................................................... Página 62
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BIBLIOGRAFÍA. ......................................................................................... Página 65
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CITACIONES. ………………………………………………………….…. Página 67
TABLA DE ABREVIATURAS
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AT
=
Antiguo Testamento
CIC
=
Catecismo de la Iglesia Católica
Hch
=
Hechos de los Apóstoles
Jn
=
Evangelio de Juan
Lc
=
Evangelio de Lucas
LG
=
Lumen Gentium
Mc
=
Evangelio de Marcos
Mt
=
Evangelio de Mateo
NT
=
Nuevo Testamento
Rom
=
Carta de San Pablo a los Romanos
SÍNTESIS TEOLÓGICA
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Del Jesús de la historia... DIRIGIDA POR: DON JOSÉ ANTONIO SALGADO AGROMARTÍN
PRESENTACIÓN. La figura bimilenaria de Jesús de Nazaret ha sido interpretada principalmente a partir de su historia judía y se ha convertido en un personaje de permanente actualidad, pero no porque responda a los dictados de la moda de cada época, sino como generador de un pensamiento crítico, fuente de inspiración de diferentes manifestaciones socioculturales y piedra angular de la religión cristiana. Es un personaje decisivo en la historia de la humanidad, y el interés y fascinación que sigue gozando la figura de Jesús de Nazaret no conocen fronteras religiosas, geográficas, culturales, políticas, filosóficas, etc. De nada ni de nadie se ha escrito tanto hasta ahora como de Jesús de Nazaret1. Escogí el tema del Jesús de la historia para elaborar el trabajo de la asignatura Síntesis Teológica y así poder profundizar más sobre la figura de Jesús de Nazaret, además, hay que tener en cuenta que yo soy profesor de Religión en el I.E.S. Afonso X “O Sabio de Cambre (A Coruña) y también licenciado en geografía e historia, por lo que el tema en cuestión era muy apropiado. De niño, se me presentaba una imagen del Señor cercano y sencillo, solidario y compasivo, entregado y fiel, hoy en día, esa imagen no ha desaparecido, sino que se ha multiplicado en numerosos aspectos para poder ahondar así en su misterio. Mi objetivo principal a la hora de presentar este trabajo, es abrir nuevas puertas que me permitan descubrir la esencia de la fe cristiana, desde una perspectiva eminentemente histórica, en las distintas imágenes que presenta Jesús de Nazaret: su persona, sus palabras y sus hechos.
INTRODUCCIÓN. Ch. Perrot se preguntaba: “¿es posible escribir una obra histórica sobre Jesús de Nazaret?”2. La respuesta ha de ser afirmativa, al menos, este es el intento que desde este humilde trabajo se quiere ofrecer. El historiador y el teólogo tienen el deber de juzgar el valor de los datos sobre Jesús sin sobrevalorarlos, pero también sin subestimarlos, de ese modo, consolidan su investigación e intentan dar respuesta a los interrogantes que suscita.
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Del Jesús de la historia... El estado actual de la investigación histórica sobre Jesús de Nazaret se encuentra ante una nueva etapa denominada Third Quest o “tercera búsqueda”, se caracteriza porque recurre a textos no canónicos, como algunos evangelios apócrifos, para acercarse a un mejor conocimiento del Jesús histórico, utiliza distintas fuentes de un modo interdisciplinar como la antropología, sociología, teología, etc., y estudia el N.T. desde la perspectiva de las ciencias sociales para conocer el contexto sociocultural en el que se elaboraron los evangelios, y así poder reubicar a Jesús de Nazaret en el judaísmo de su tiempo. Hoy en día vivimos en un clima de pluralismo cultural y religioso, el panorama ha cambiado con respecto a otras épocas, y cada vez se tiene una mayor predisposición al diálogo; ante esta situación, la figura de Jesús de Nazaret ha de tener una capacidad de inculturación multidireccional y abrirse a un diálogo interreligioso e intercultural, es decir, Jesucristo es el mediador de la salvación del hombre, de forma exclusiva pero también inclusiva. En este modelo, también está presente en las religiones no cristianas, donde la salvación también es posible, siempre y cuando la orienten al acontecimiento de Jesucristo. El trabajo aborda los siguientes apartados:
PRIMERA PARTE PUNTO DE PARTIDA: EL JESÚS DE LA HISTORIA
A. En primer lugar, las fuentes cristianas y no cristianas, documentos literarios e históricos que nos permiten reconstruir la figura histórica de Jesús de Nazaret. B. A continuación, la investigación sobre el Jesús de la historia y como se ha desarrollado desde las sucesivas etapas y los distintos puntos de vista. C. El contexto político y religioso de la época de Jesús, para poder situarlo en la historia y comprender mejor la originalidad de sus obras y palabras. D. Los títulos cristológicos, para poder calibrar las analogías y las diferencias entre Jesús y los pretendientes mesiánicos de su tiempo.
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E. Los discípulos, reunidos por la llamada personal de Jesús a seguirle y a compartir su vida. Serán los enviados a proclamar el evangelio a todos los pueblos. F. Jesús no sólo predicó un Reino de Dios cercano, sino ya inaugurado a través de su predicación que pretendía la liberación de la miseria, la enfermedad y la muerte. G. Los misterios de la vida de Jesús se convierten en elementos esenciales para poder entender el misterio de salvación como preparación del camino pascual. H. La cruz de Jesús es un hecho universal, se enmarca en el sacrificio expiatorio de la obra de redención y es un punto culminante de nuestra fe en Cristo. I. La resurrección de Jesús representa el amor de Dios triunfando sobre la muerte y se prolonga con su ascensión al cielo y la donación del Espíritu Santo.
SEGUNDA PARTE PUNTO DE LLEGADA: EL CRISTO DE LA FE
1. El punto de llegada ha de ser Cristo, como fundamento de toda la fe cristiana. 2. La profesión de fe primitiva confirma a Jesucristo como el Hijo de Dios. 3. Jesucristo manifiesta en su persona una doble naturaleza: humana y divina. 4. Jesucristo, el salvador, nos libera de la esclavitud del pecado y de la muerte.
PRIMERA PARTE PUNTO DE PARTIDA: EL JESÚS DE LA HISTORIA ...al Cristo de la fe
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A. LAS FUENTES.La figura de Jesús de Nazaret ha sido investigada por historiadores de todas las épocas. El fondo de la cuestión es saber si Jesucristo existió de verdad; aunque la respuesta resulte comprometedora, afirmarlo implica directamente su vínculo mesiánico, pero negarlo, pone en tela de juicio a la misma esencia del cristianismo. Por todo ello, todas las investigaciones históricas y teológicas acerca de la vida de Jesús de Nazaret son importantes, especialmente las documentales, y también aquellas que nos son más cercanas en el tiempo y en el espacio a su figura histórica. 1. DOCUMENTACIÓN NO CRISTIANA. “La escasez de noticias sobre Jesús en las fuentes no cristianas muestra que el hecho de Jesús no fue considerado por éstas un acontecimiento de importancia histórica que mereciese un tratamiento pormenorizado”3.
1.1.
DOCUMENTACIÓN JUDÍA.
No nos ayudan demasiado a esclarecer el pasado de Jesús de Nazaret, ya que para estas fuentes Jesús es prácticamente un desconocido. 1.1.1. FLAVIO JOSEFO. Historiador judío (37 d.C.-110 d.C.), que trata en su obra Antigüedades Judías, la historia completa del pueblo hebreo desde sus orígenes hasta la caída de Jerusalén en el 70 d.C. Aquí se mencionan las muertes violentas de Juan Bautista y Santiago, pero también hay una referencia importante a Jesús de Nazaret: “Por estas fechas vivió Jesús, un hombre sabio, si es que procede llamarlo hombre. Pues fue autor de hechos extraordinarios y maestro de gentes que gustaban de alcanzar la verdad. Y fueron numerosos los judíos e igualmente numerosos los griegos que ganó para su causa. Éste era el Cristo”4.
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Del Jesús de la historia... Es un pasaje excesivamente elogioso hacia la figura de Jesús, y se sospecha de su autenticidad por no estar vinculado al contexto de la obra, de ahí los posibles retoques de una mano cristiana posterior. 1.1.2. EL TALMUD. El Talmud es la unión de las normas y tradiciones añadidas a la Biblia judía y codificada por los rabinos de la Misná y del comentario a la misma, la Gemará. Expone dos noticias sobre Jesús; la primera hace referencia a la ejecución de Jesús en la víspera de la Pascua judía, la segunda es el rechazo personal que hace un rabino a la figura de Jesús de Nazaret. Ambas noticias son importantes desde el punto de vista histórico porque prueban la existencia de Jesús, aunque lo definen como un mago y un agitador. 1.1.3. EL QUMRÁN. Este lugar está situado en el desierto de Judá, en la depresión del Jordán, al noroeste de Mar Muerto y al sur de Jericó5. En él se descubrieron unos manuscritos que tienen una enorme importancia para profundizar en el conocimiento de Jesús, en primer lugar, porque nos muestran los textos de la Escritura tal y como circulaban en el siglo I, textos, en los que se apoyaba Jesús constantemente, y en segundo lugar, porque nos ofrecen una visión renovada del mundo judío de esa época y anterior a la destrucción del Templo de Jerusalén en el 70. 1.2. DOCUMENTACIÓN PAGANA. Son pocos datos los que nos ofrecen, pero muy importantes, ya que nos presentan una imagen de Jesús de Nazaret muy diferente a la de los textos canónicos, y nos confirman también su existencia histórica, su muerte bajo Poncio Pilato y el auge del cristianismo. 1.2.1. PLINIO EL JOVEN (62-113 d.C.) Es la referencia más antigua que tenemos sobre los cristianos, e indirectamente sobre Jesús. Es una carta que Plinio el Joven envía al emperador Trajano informándole del auge de los cristianos y de cómo éstos invocan a Cristo como a un dios.
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Del Jesús de la historia... 1.2.2. CORNELIO TÁCITO (61-117 d.C.) Describe en su obra Anales la persecución de Nerón a los cristianos a los que culpa del incendio de Roma del año 64. Se los reconoce como seguidores de Cresto que había sido condenado por el procurador Poncio Pilato. 1.2.3. SUETONIO (muerto hacia el 160 d.C.) Sólo se refiere a Jesús indirectamente en su Vita Claudii con relación a la expulsión de Roma de los judíos seguidores de Cresto. 2. DOCUMENTACIÓN CRISTIANA. La figura de Jesús de Nazaret es básicamente conocida por los cuatro evangelios canónicos atribuidos respectivamente a Mateo, Marcos, Lucas y Juan. Estas obras no pueden ser consideradas sólo desde su dimensión histórica, es decir, en el sentido de que todo lo que nos cuentan haya sucedido tal y como nos lo cuentan. No por ello, los evangelios no dejan de ofrecernos un testimonio auténtico sobre historia de Jesús. 2.1. LOS APÓCRIFOS. Los llamados escritos gnósticos, descubiertos en 1.954 en Nag Hammadi, nos permiten conocer mejor el judaísmo palestino con influencia helenística con el que también Jesús estaba vinculado. Entre estos escritos destaca el Evangelio de Tomás (finales del siglo II), que recoge una colección de ciento catorce palabras atribuidas a Jesús y que son similares a las que aparecen en los evangelios sinópticos. 2.2. EL GÉNERO LITERARIO EVANGELIO. La palabra evangelio es una transliteración del griego y significa Buena Noticia6. Es un fiel reflejo de las promesas hechas por Dios al pueblo de Israel, contenidas en el A.T. y cumplidas de un modo definitivo en la figura de Jesús de Nazaret, el Mesías. Por todo ello, los evangelios son reconocidos como la colección de libros que resume la religión cristiana y que han sido escritos por unos hombres inspirados por la gracia especial del Espíritu Santo, lo que no cuentan es la historia del cristianismo o la biografía de Jesús 7. En el N.T. el evangelio es siempre la doctrina nunca un libro. Son un género único en la literatura
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Del Jesús de la historia... universal, y aunque parten de hechos históricos, no son sólo relatos sino kerigma o anuncio de la buena noticia que nos invita a una adhesión personal con Cristo. 2.3. LOS EVANGELIOS. Los evangelios son la fuente histórica más importante que poseemos sobre la vida de Jesús de Nazaret, pero también son obras literarias y desde su valor artístico nos ayudan a comprender el mensaje de Jesús. Pero ante todo, son auténticos escritos teológicos porque transmiten la palabra de Dios, ahora bien, deberíamos preguntarnos cuál es el mensaje que nos ofrecen sobre nuestra fe y sobre nuestra vida. Las tres dimensiones: histórica, literaria y teológica, están relacionadas entre sí y aunque los evangelios nos transmiten la historia de Jesús, no es la auténtica realidad, sino la historia del Hijo de Dios que nos ha revelado su auténtica condición y nos muestra el verdadero sentido de nuestra existencia. A partir del año 65 d.C. cada uno de los cuatro evangelistas se deciden a hacer el “montaje definitivo” de la tradición de Jesús y escriben desde su propia mentalidad teológica, pero también teniendo en cuenta las necesidades de sus destinatarios, de ahí las diferencias entre ellos8. Comenzaron siendo pequeños relatos o colecciones de hechos, discursos, parábolas, etc., que Jesús había pronunciado y que más tarde darían lugar al corpus evangélico. Mª del Carmen Vila define muy acertadamente a los evangelios como el último estadio de elaboración y síntesis de la fe cristiana9. 2.3.1.
MARCOS.
Es el primero de los evangelios sinópticos (Mt, Mc y Lc), llamados así porque gran parte de su contenido puede ser dispuesto en columnas paralelas, ya que narran los mismos hechos o enseñanzas. Se le atribuye a Marcos o Juan Marcos el “segundo evangelio”, pero no era discípulo directo de Jesús, sino de Pedro, Pablo y Bernabé. Probablemente se tratase de un judeo-cristiano que conocía bien los usos y creencias judías. Antiguas tradiciones sitúan su muerte en Alejandría, de cuya ciudad trasladaron sus reliquias a Venecia y que posteriormente lo adoptó como patrón. El lugar de composición del evangelio de Marcos probablemente fue Roma y sus destinatarios los cristianos de esta ciudad, que por entonces estaban sufriendo la
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Del Jesús de la historia... persecución de Nerón. Sobre la fecha, todavía hoy hay una viva discusión, pero se le reconoce como el más primitivo de los cuatro canónicos (50-68). Su estilo es vivo y eficaz y se caracteriza por mostrar numerosas narraciones de hechos pero con escasez de discursos. La lengua empleada es la koiné, el griego popular de la época, aunque su léxico es pobre y su sintaxis está poco desarrollada. Marcos inicia el género literario evangelio donde no nos propone una biografía de Jesús de Nazaret, sino que presenta su historia como un anuncio gozoso de la salvación en función del kerigma. Su esquema geográfico es muy simple, hasta el punto que Mateo y Lucas lo harán suyo: predicación en Galilea (desde Juan el Bautista a la confesión de Pedro), viaje a Jerusalén (el camino de Jesús y los discípulos) y estancia en Jerusalén (juicio, pasión, muerte y resurrección de Jesús). Desde el comienzo, Marcos nos presenta en Jesucristo unos rasgos de humanidad plena: ira (3,5), sorpresa (5,30), angustia (14,33), amor (10,21), etc. Esta humanidad es una clara manifestación de otra dimensión que subyace y que camina progresivamente a desvelar el misterio de Cristo, y es que las primeras palabras del evangelio de Marcos son un testimonio explícito de la fe del evangelista y de la primitiva tradición cristiana que tiene en su base la divinidad de Jesús: “Principio del evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios”10. En textos como el Bautismo de Jesús: “y una voz se hizo (oír) de los cielos: tú eres mi Hijo, el Amado, en quien tengo mis complacencias” 11. En el de la Transfiguración en el monte, la manifestación de tal divinidad es solemne. La culminación del evangelio se muestra en el misterio de la cruz porque refleja el misterioso designio del Padre, como por ejemplo las palabras sobre el pan y el cáliz en la última cena, que anticipan y explican el sentido de su muerte. “Él (Jesús), camina y actúa en el aquí y ahora de la Iglesia”12. También en armonía con los otros tres evangelistas, Marcos tiene la fe de que Jesús es el Mesías prometido en las profecías del A.T., pero en la manifestación de su mesianismo Jesús impuso a sus discípulos silencio con el fin de evitar falsas interpretaciones que lo confundan con un liberador político propio del contexto histórico de su época. Por ello, Jesús eludió llamarse a sí mismo Mesías y aplicarse títulos mesiánicos como Hijo de David o Rey, en cambio prefirió presentarse ante las multitudes como Hijo del hombre, término más ambiguo y que ya se encontraba en el profeta Daniel.
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Del Jesús de la historia... 2.3.2. MATEO. La tradición ha atribuido la autoría del primer evangelio al apóstol Mateo, aunque la opinión generalizada hoy en día entre los investigadores, es que el Mateo canónico griego no debe ser mera traducción del primitivo hebreo, sino más bien una refundición posterior a la vida del apóstol, de ahí que literariamente hablando, resulta inseguro afirmar que en su totalidad el evangelio es obra del apóstol Mateo. El lugar de composición de evangelio se sitúa en la Palestina superior, concretamente en Antioquía, y sus destinatarios fueron los creyentes que provenían del judaísmo. Su fecha de composición se establece en torno al 80-85. Su estilo es impersonal, carece de rasgos particulares concretos, no se liga a situaciones contingentes, siempre actuales, por ello sus relatos se hacen breves y esenciales, limados de detalles superficiales o inútiles. Mateo casi reproduce por entero el evangelio de Marcos, con retoques y modificaciones de su propio material, pero también utiliza la fuente Q, de la que toma las palabras y los dichos de Jesús, y que reúne en cinco grandes discursos a partir de los cuales se estructura el evangelio. Es el evangelio del cumplimiento porque cuida en mostrar cómo en Jesús y en los acontecimientos de su vida se van cumpliendo las profecías del A.T., hay que tener en cuenta que sus principales destinatarios son los judeo-cristianos, ambiente en el que se mueve Mateo, un rabino judío convertido 13; y donde la venida del Mesías era un aspecto muy importante de su esperanza religiosa. Pero Jesús también es presentado como el Mesías que es rechazado por los dirigentes judíos, que a su vez arrastran a una gran parte del pueblo. La repulsa de los principales dirigentes tendrá su máxima expresión en los acontecimientos de la pasión. Con todo ello, el evangelio expresa el dolor de Jesús por un amor que no es correspondido y por la desgracia que se abre a los que lo rechazan. Es el evangelio eclesial por excelencia, así lo reconocen tanto los Santos Padres de la Iglesia, (San Juan Crisóstomo), como los grandes doctores de la Edad Media, (Santo Tomás de Aquino), porque a través de él es la Iglesia la que se expresa, es decir, la que se encuentra latente en el trasfondo evangélico, como queda reflejado en el episodio del mandato misional al final del evangelio, donde se anuncia la misión de la Iglesia al ser constituida en instrumento universal de salvación (28,19). Por todo ello, Jesús es el Emmanuel, el Señor resucitado que está presente su Iglesia, y ésta expresa su fe y lo adora:
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Del Jesús de la historia... el postrarse de los magos (2,11), y de los discípulos (14,33). La figura de Jesús de Nazaret enarbola constantemente la bandera de la divinidad porque es el Kyrios, es su Señor. Son muchos los pasajes donde se muestra la divinidad de Jesús, atribuyéndole autoridad y poderes que en el A.T. se le atribuía a Yavé. Mateo nos presenta a Jesús como Hijo de Abrahán y Mesías descendiente del mismo rey David para así poder darle a Jesús el rostro del nuevo Moisés (5-7). 2.3.3. LUCAS. Los documentos de la tradición cristiana son unánimes al atribuir el tercer evangelio a Lucas, médico de Antioquía y discípulo de Pablo. El lugar de composición se desconoce, probablemente en el ambiente helenístico de Grecia o Italia. La fecha ha de ser posterior a la caída de Jerusalén, entre el 75-80. Lucas escribe el evangelio a Teófilo y para cristianos no provenientes del judaísmo sino del paganismo que viven fuera de Palestina, y que están en contacto con un mundo religioso y cultural diferente al que Jesús y sus discípulos actuaron14. Su finalidad es ayudar a estos nuevos cristianos a reconsiderar su nueva identidad pero desde la situación cultural e histórica en la que se encuentran, por ello, la universalidad del evangelio de Lucas dirige la salvación a todos los hombres sin excepción. Para elaborar su evangelio, Lucas tiene como base los escritos de Marcos y la Fuente Q, pero también cuenta con material propio que es amplio y lleva su impronta: el evangelio de la infancia (1-2), milagros como el del hidrópico (14, 1-6), la curación de la mujer encorvada (13, 10-17), etc., y parábolas como la del buen samaritano (10, 29-37) y el hijo pródigo (15,11-32). Su estilo se presenta refinado y elegante y con un léxico más rico que el de los otros evangelistas. La estructura del evangelio es similar a la que utiliza Marcos: Galilea-Viaje a Jerusalén-Fin del ministerio en Jerusalén. Lucas presenta a Jesús como el centro de toda la historia humana y del pueblo de Dios. Jesús es el Hijo de Dios, que predica la buena nueva por las tierras de lo gentiles fuera del territorio de Israel, anticipando de ese modo, la futura expansión de la Iglesia. Jesús es llamado también profeta, porque es el que mejor desempeña el ministerio profético y por su unión profunda y misteriosa con el Espíritu Santo; esto se observa en su bautismo que marca el inicio de su ministerio público, donde el Espíritu santo desciende sobre Jesús (3, 21-22), en las tentaciones del desierto (4, 1-13) y en la sinagoga de Nazaret (4, 16-30).
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Del Jesús de la historia... Lucas también nos enseña que Jesús es el salvador de los hombres, es el centro de la historia de salvación. Esta salvación se manifiesta en la curación de enfermedades, en la resurrección de la hija de Jairo (8,50), o en el perdón de los pecados (7, 50). Los milagros de Jesús anticipan la plenitud de la salvación que tendrá lugar después de la muerte y para alcanzarla es necesario entrar en el Reino de Dios. La presencia de la salvación se introduce en el mundo a través de las palabras y los gestos de Jesús que provocan el gozo y la alegría en el pueblo, pero Lucas también nos avisa que la salvación todavía no está presente y nos llama a que estemos preparados y alerta. Es una auténtica exhortación a la vida cristiana porque el discípulo de Jesús debe vivir en este mundo imitando su vida, sus gestos, sus acciones, sus actitudes y sus palabras, que son a la vez modelo pero también mandato. 2.3.4. JUAN. Hay dificultades a la hora de reconocer al redactor final del cuarto evangelio, pero la mayoría de los autores cristianos apuntan hacia el apóstol Juan: “el discípulo que Jesús amaba”15. Es el hijo de Zebedeo y hermano de Santiago el mayor, aparece representado como el modelo de discípulo porque jamás abandonó a Jesús y recibió sus revelaciones más íntimas. El lugar de composición probablemente sea Éfeso, encrucijada de diferentes influencias culturales: judías, griegas y persas entre los años 90-100. La situación política es difícil ya que el emperador Domiciano exige de los cristianos prácticas idolátricas que éstos rehusan. No es el único frente abierto, ya que también hay tensiones con los judíos, e internas dentro de la propia comunidad eclesial. El evangelio va destinado a los creyentes con el propósito de ofrecerles ánimo y consuelo ante una situación difícil, tanto política como religiosa. Su estilo no llega a la viveza de Marcos, y su léxico es pobre pero de gran efecto. La estructura del evangelio de Juan es muy diferente a la de los sinópticos ya que se olvida del criterio histórico-geográfico utilizado por ellos y se centra en Jerusalén (salvo un paréntesis en Galilea): Prólogo, Libro de los signos, Libro de la gloria y Epílogo
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También tiene importancia el esquema de la semana y el de las fiestas de Israel17. La situación política y religiosa que se está viviendo en la época de Juan demanda un guía: el Espíritu de verdad que es enviado por Jesús como Paráclito (del griego parakletos, es el defensor de Jesús), para que los apóstoles puedan comprender con toda su luz las enseñanzas de su maestro 18. Es ahora cuando se pueden superar las incomprensiones
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Del Jesús de la historia... prepascuales del misterio de Jesús, y así poder profundizar sobre su misterio divino. El cuarto evangelio es una continua llamada a la fe del creyente, para que de este modo y sin ninguna duda, se verifique que Jesús es la “puerta” a la cuál se accede a la salvación19. Es ante todo un evangelio espiritual y teológico, por eso une sus reflexiones teológicas a las palabras de Jesús. Es también el evangelio más rico por lo que se refiere a la revelación del ser divino uno y trino, tal vez por ello, es un escollo para quienes no aceptan la divinidad de Cristo, mientras que es texto de referencia para quienes abordan la realidad trascendente trinitaria. Por todo ello, expresa una profunda originalidad teológica y literaria, y se completa con las tres cartas y el Apocalipsis, haciendo de ellos un complejo unitario y compacto, pero claramente distinto de los sinópticos y del resto del N.T., aunque comparte sustancialmente el ambiente y el período histórico. En general, no repite lo que cuentan los sinópticos, sino que los completa y ofrece precisiones geográficas o cronológicas a lo dicho por ellos.
B. INVESTIGACIÓN SOBRE EL JESÚS DE LA HISTORIA.La investigación sobre el Jesús de la historia ha sido un tema central en los estudios sobre el N.T. y es un fiel reflejo de la evolución que ha experimentado la historiografía en los dos últimos siglos, lo que explica que nuestro conocimiento de Jesús, haya ido progresando en la medida que los investigadores han podido disponer de nuevos datos y de nuevas herramientas metodológicas. Se trata de una historia relativamente reciente que comienza en la época de la Ilustración, donde surge un gran interés por la figura histórica de Jesús que se extendió a lo largo del siglo XIX; antes no se había planteado la necesidad de una investigación crítica sobre él, porque se creía que los evangelios eran testimonios fidedignos de lo que Jesús había dicho y hecho. En la primera mitad del siglo XX, surgen serias dudas sobre la posibilidad de reconstruir la vida de Jesús, y es a mediados del siglo XX cuando ha vuelto a florecer el interés por el Jesús histórico y se ha desarrollado una intensa investigación desde diversos puntos de vista.
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Del Jesús de la historia... 1. THE OLD/FIRST QUEST. 1ª ETAPA: DE REIMARUS A BULTMANN. El primero en plantear el problema fue el profesor alemán Samuel Reimarus (1.6941.768), aunque sus trabajos sobre Jesús no fueron conocidos hasta después de su muerte. Su tesis parte de la idea de que Jesús y sus discípulos persiguieron objetivos distintos. Jesús fue un Mesías político, un revolucionario, que anunció la llegada del Reino de Dios, pero fracasó. Fueron sus discípulos los que decidieron continuar aquella forma de vida e inventaron el mensaje de la resurrección y de la parusía. Reimarus expone un fraude llevado a cabo por los discípulos, de ahí que no podamos fiarnos de lo que los apóstoles nos dicen sobre Jesús, porque su testimonio no se corresponde con lo que él enseñó en vida. “En el fondo, Reimarus, se preguntaba si lo que la Biblia narraba sobre Jesús y lo que predicaba la Iglesia evangélica (protestante) tenía algo que ver con la verdadera historia de Jesús”20. El planteamiento de Reimarus era el de un historiador y no el de un teólogo, además estaba fuertemente condicionado por su racionalismo apriorista y por su rechazo de lo sobrenatural. A pesar de todo, fue el primero en introducir en el estudio de los evangelios una distinción crítica entre el Jesús de la historia (profeta revolucionario), y el Cristo de la fe (figura idealizada a posteriori por sus discípulos). En el último tercio del siglo XIX, aparecieron escritas diversas vidas de Jesús desde una perspectiva racionalista y que propugnaban volver a Jesús el hombre. Este es el talante que le llevó al filósofo y teólogo de la escuela de Tubinga, David F. Strauss a escribir la vida de Jesús en tres extensos volúmenes, aunque aún se creía que los evangelios de Mateo y de Lucas eran los más antiguos. Uno de sus discípulos H Weisse, afirmaba que el evangelio de Marcos no era un resumen de los otros dos sinópticos, sino que les había servido de fuente, incluso postuló la posibilidad de la existencia de otra fuente de dichos común a Mateo y a Lucas, poniendo así la base de la hipótesis de las dos fuentes. Este descubrimiento abrió una nueva etapa en la investigación sobre la vida de Jesús, aunque el optimismo basado en la importancia del evangelio de Marcos se vería roto con la obra de W. Wrede (1.859-1.926), que en su estudio sobre el secreto mesiánico pone en duda la fiabilidad histórica de dicho evangelio. En este momento, la investigación sobre la vida de Jesús está en un callejón sin salida, por un lado, se descarta el evangelio de Juan como el menos fiable desde el punto de vista histórico, y por otro, después de resaltar la importancia
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Del Jesús de la historia... de Marcos sobre los otros dos sinópticos, se minimiza su importancia al estar mediatizado por intereses teológicos de la comunidad primitiva. Los representantes de la Escuela Liberal, que proponían reconciliar la fe con la razón, reconocieron que el balance de la investigación histórica sobre Jesús en el siglo XIX fue negativo, ésta es la opinión de A. Schweitzer (1.875-1.965), que llegó a la conclusión de que no podemos profundizar en la vida de Jesús, ya que el evangelio no contiene suficiente información biográfica. A. Harnack sigue esta misma línea y afirma que aunque Jesús sea el objeto de nuestra fe, no podemos saber nada sobre él desde el punto de vista histórico. El escepticismo respecto a la posibilidad de reconstruir la vida de Jesús domina la primera mitad del siglo XX, el motivo está en los descubrimientos de la Escuela de la Historia de las Formas que se desarrolla en Alemania después de la I Guerra Mundial. Esta escuela utiliza un método que tiene como principal presupuesto el considerar que los relatos sobre Jesús de Nazaret existían aislados oralmente antes de fijarse por escrito, por ello, los evangelios no son obras unitarias, sino agrupaciones de pequeñas unidades literarias soldadas unas a otras en forma de colecciones. Los evangelistas unieron estas formas o pequeñas unidades, y por escrito crearon un género literario original, el evangelio, el cual, no es una biografía de Jesús de Nazaret, sino el testimonio de fe de la comunidad primitiva. La exégesis debe clarificar las formas, buscar el Sitz im Leben, es decir, el contexto vital en el que se originaron, para poder llegar así, no al Jesús de la historia, sino al contexto de la comunidad en la que nacen21. Los representantes más importantes de la Escuela de la Historia de las Formas son K.L. Schmidt, que descubrió que los evangelios habían sido compuestos a partir de pequeñas unidades literarias independientes, y sobre todo R. Bultmann, pastor protestante y máximo exponente de la teología existencial alemana. Su tesis niega la investigación de la historia de Jesús, porque los evangelios no son un relato ordenado y cronológico de unos testigos oculares, sino creaciones posteriores que se gestaron cuarenta años después de los hechos, por ello, los evangelios no exponen la historia de Jesús sino que hilvanan las formas literarias por medio de las cuales la Iglesia primitiva predica a Jesús. Tampoco importa, y no nos hace falta saber quién es Jesús de Nazaret, lo que nos importa es creer que Jesús de Nazaret es el Cristo.
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Del Jesús de la historia... 2. THE NEW QUEST. 2ª ETAPA: VUELTA AL JESÚS DE LA HISTORIA. R Bultmann tuvo un peso teológico extraordinario en su época, hasta tal punto que la primera mitad del siglo XX ha sido definida como un período de no-búsqueda (No-Quest). La segunda mitad del siglo XX hasta 1.980, estuvo dominada por los discípulos de Bultmann, alemanes y protestantes, pero que revisaron las tesis de su maestro, a esta nueva etapa se la denomina The New Quest. Sus representantes utilizaron no sólo el método bultmaniano de la historia de las formas, sino también el de la Historia de la Redacción, que investiga el modo en que cada evangelista une en su evangelio los diferentes materiales orales o escritos, se afirma así, la autoría personal de los evangelistas, es decir, los evangelios no son sólo la unión de las formas o unidades literarias previas, sino que cada evangelista imprime su talento y personalidad propia22. Los autores de este periodo buscaron como propósito principal reconstruir el mensaje original de Jesús y compararlo con el que había proclamado la Iglesia primitiva, para ver si había continuidad entre ambos; para ello, rechazan los presupuestos de la investigación liberal sobre Jesús y caminan en una vía intermedia entre el sobrenaturalismo y el racionalismo. También aceptan la continuidad entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe, legitimando así la investigación de la historia prepascual de Jesús.
D. Käsemann es el autor más representativo de esta etapa, replantea la vieja cuestión liberal sobre el Jesús histórico y la fundamenta en el mismo kerigma cristiano, que identifica al Cristo resucitado con el Jesús terreno, convirtiendo así al Jesús de la historia en el punto central de la fe cristiana; aunque también está de acuerdo con su maestro R. Bultmann, en que la investigación histórica por sí sola es insuficiente, para poder llegar a la dimensión profunda de Jesús de Nazaret necesitamos la fe de la Iglesia, porque nos permite descubrir en él al Hijo de Dios. 3. THE THIRD QUEST. 3ª ETAPA: DE 1.980 HASTA HOY. La aparición de esta etapa vino propiciada por varios factores, el primero de ellos fue la introducción de los nuevos métodos que intentaban comprender los textos del N.T. a partir de la ayuda de las ciencias sociales. Esta nueva perspectiva metodológica coincidió con un mejor conocimiento de los textos cristianos antiguos como el documento Q y el Evangelio de Tomás, y el desarrollo de los estudios sobre la obra de Flavio Josefo y los escritos del
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Del Jesús de la historia... Qumrán. También se produjo un desplazamiento de la investigación científica de Centroeuropa a Norteamérica, hogar de las actuales investigaciones del Jesús histórico en los últimos veinte años. El círculo de estudios se ha abierto y ha integrado a otras disciplinas como la antropología y la arqueología, pero también a otras religiones como los católicos y judíos. Es una auténtica búsqueda interdisciplinar, pero también interconfesional e internacional. La característica principal de esta etapa es la de situar a Jesús en el marco social e histórico del judaísmo de su época, el cual, no fue una realidad homogénea sino plural, y dentro de esa pluralidad Jesús puede ser comprendido como un judío de su tiempo. Entre los autores de la tercera etapa destacan un grupo numeroso de biblistas e historiadores norteamericanos que forman el Jesus Seminar, cuyo objetivo más importante es determinar la autenticidad de los dichos de Jesús mediante el curioso método de votaciones democráticas23. Destaca entre ellos, J.D. Crossan que describe a Jesús como un campesino cínico y defensor radical del igualitarismo. Otro autor importante es E.P. Sanders, que ve en Jesús un hebreo de su época, pero que entró en conflicto con su ambiente hasta el punto de ser condenado a muerte, a pesar de ello, Jesús ofrece el perdón incondicional a los judíos sin exigirles ningún tipo de arrepentimiento o cambio. Por su parte, J.P. Meier define a Jesús como un judío marginal que vivió al límite de la ley, pero que eligió ese modo de vida por su desacuerdo con la mayoría de los judíos de la época. 4. REFLEXIONES FINALES: DOS GRANDES LÍNEAS DE INVESTIGACIÓN. La investigación sobre la vida de Jesús, ofrece un Jesús de la historia con múltiples rostros que son recogidos por los distintos investigadores a partir de la utilización de las fuentes, aunque con metodologías y presupuestos ideológicos diferentes. Algunos autores, apuntan al hecho de que la imagen que un profano pueda tener sobre Jesús sea incierta y fragmentaria, pero por más dispares que éstas sean, las investigaciones sobre la vida de Jesús expresan ante todo el magnetismo de su figura y la necesidad de profundizar, todavía más si cabe, en su conocimiento.
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Del Jesús de la historia... 4.1. LÍNEA ANALÍTICO-LITERARIA. Wrede inicia esta línea de investigación con su obra sobre el secreto mesiánico, y subraya la dimensión literaria que se esconde en el evangelio de Marcos, para no mostrar la auténtica realidad del Mesías hasta después de su muerte. Esta línea de investigación es continuada por R. Bultmann y por los autores post-bulmanianos de la segunda etapa, los cuales, se centran en los dichos de Jesús (ipsissima verba Jesu), para probar su autenticidad, aunque no reconocen la posibilidad de acceder al Jesús histórico por medio de los evangelios, éstos sólo conducen al Cristo de la fe y a la historia de la Iglesia primitiva. 4.2. LÍNEA HISTÓRICO-SINTÉTICA. Su autor más representativo es Schweitzer, el cual, centra su estudio en los hechos de Jesús (ipsissima facta Jesu), lo que le permite reconstruir el relato de su ministerio y describir su figura histórica a partir del contexto político, económico, religioso y cultural de la Palestina del siglo I. Para ello, se apoya en disciplinas como las ciencias sociales, la antropología cultural, la crítica histórica y de ese modo logra darle un mayor grado de credibilidad a los evangelios canónicos. Las dos grandes líneas de investigación son diferentes pero no antagónicas, requieren de un esfuerzo de síntesis por parte de sus autores, y así, en un futuro poder lograr su complementariedad24. Hoy en día se reconoce que el Jesús de la historia y el Cristo de la fe son una misma e idéntica persona. El reconocimiento de la historicidad global de los evangelios nos permite descubrir en ellos la persona de Jesús, sus actitudes y las constantes que presiden su ministerio. 5. PRINCIPIOS FUNDAMENTALES QUE ORIENTAN LA INVESTIGACIÓN HISTORIOGRÁFICA SOBRE JESÚS DE NAZARET. La historicidad de los evangelios demanda unos criterios de investigación que nos permitan conocer la auténtica realidad de los hechos en los que se desarrolló la vida de Jesús de Nazaret. “Como consecuencia de los resultados de la crítica de los evangelios, del estudio de la vida de Jesús y del conocimiento del judaísmo de la época, la atmósfera mística y dogmática que envolvía a Jesús se disipó, y ahora sabemos qué aceptar y qué rechazar de los evangelios, qué es en su texto antiguo y qué reciente, qué es lo que los evangelistas atribuyen
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Del Jesús de la historia... inconscientemente a Jesús debido a que ellos mismos vivían bajo la influencia de la Iglesia pospaulina, y qué es lo qué –también inconscientemente- han preservado de los rasgos judíos del Nazareno”25.
5.1. PRINCIPIO DOGMÁTICO. Es el principio de veritas salutaris que afirma que la Sagrada Escritura, enseña sin error las verdades relativas a nuestra salvación, que Dios nos ha querido revelar. Más allá de las palabras exactas (ipsissima verba), debemos descubrir la intención del que habla, y para captarla hay que buscar el género literario (genus locutionis). Por ello, la intención de los evangelistas es la de revelarnos el misterio del amor de Dios que se manifiesta en la historia de Jesús de Nazaret. 5.2. PRINCIPIO LITERARIO. Afirma que los evangelios no son una historia biográfica de Jesús de Nazaret, sino kerigmática, ya que en una biografía, en el sentido clásico, hay una cronología y se utilizan las fuentes, pero en los evangelios se sigue el esquema que marcan los grandes acontecimientos de la vida de Jesús: bautismo – ministerio público – pasión – resurrección. Además el contenido evangélico tiene como objetivo dar testimonio de la profesión de fe en Jesús como único señor y salvador. 5.3. PRINCIPIO HISTÓRICO. Reconoce la formación de los evangelios en tres etapas: Jesús – la comunidad – los evangelios. También admite la aplicación adecuada del método de la historia de las formas, aunque rechazando sus prejuicios racionalistas, y de la historia de la redacción. La correcta aplicación de estos dos métodos acerca a Jesús a los evangelios, demuestra como los evangelios nacieron y se desarrollaron dentro de una tradición viva, y como los propios textos ahora nos la permiten reconstruir. 6. LA METODOLOGÍA.
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Del Jesús de la historia... Es fundamental poner a punto una adecuada metodología historiográfica que nos permita profundizar en los hechos evangélicos. Esta metodología ha de disponer de la crítica externa para poder verificar la fiabilidad de los textos, los datos relativos al autor, tiempo, lugar y circunstancias en las que se desarrollaron los evangelios, es decir, su nivel de antigüedad; también ha de valerse de la crítica interna para garantizar la fiabilidad histórica del material a estudiar, es decir, su nivel de autenticidad 26. Además, hemos de tener en cuenta otros criterios a la hora de exponer una buena metodología: 6.1. CRITERIO DE SEMEJANZA. Analiza el ambiente histórico y cultural de Jesús y lo compara con la Palestina del siglo I, para comprobar que los dos encajan fácilmente; por ejemplo, sus protagonistas políticos (Pilato, Herodes, Caifás y Anás), sus grupos religiosos y políticos (fariseos y saduceos), sus costumbres, su lenguaje, etc. 6.2. CRITERIO DE ORIGINALIDAD O DISCONTINUIDAD. Acepta como auténticos y originales los gestos y palabras de Jesús que no pueden explicarse dentro de la comunidad cristiana posterior, ni como fruto del ambiente cultural judío; por ejemplo, la procedencia de Galilea de Jesús, su bautismo en el río jordán, su muerte en la cruz, etc. 6.3. CRITERIO DE COHERENCIA. Directamente relacionado con los otros dos criterios de continuidad y originalidad, expresa la realización de un proyecto existencial unitario, es decir, una vida y una historia vinculadas desde el principio con la divinidad y encaminadas a dar la vida por todos nosotros; por ejemplo, la realización de los milagros como clara manifestación de que el Reino de Dios ha irrumpido en la historia.
C. EL MUNDO JUDÍO.“La figura del Jesús histórico debe ser entendida dentro del judaísmo de su tiempo” 27. Su identidad es clave para poder entender el cristianismo, por ello, es de gran importancia que su conocimiento sea el más preciso posible. Los historiadores de todas las épocas, se
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Del Jesús de la historia... han basado en el N.T., pero también en los múltiples testimonios que nos han llegado desde la antigüedad como inscripciones, papiros, obras literarias y sobre todo, obras históricas. Todo ello, nos permitirá conocer el ambiente en el que Jesús de Nazaret desarrolló su vida, y así, podremos comprender mejor la novedad de su mensaje evangélico. 1. CONTEXTO POLÍTICO ECONÓMICO Y SOCIAL. Durante el siglo y medio que Israel fue una posesión romana, se desarrollaron acontecimientos fundamentales para los cristianos. En la etapa histórica que vivió Jesús de Nazaret, Judea era una región con cierta autonomía y su máxima autoridad era el sumo sacerdote. La pobreza estaba bastante extendida entre la gran masa del pueblo, frente a una minoría de poderosos y aristócratas que controlaban todos los resortes del poder. 1.1. ASPECTOS POLÍTICOS. Desde el año 63 a.C., Palestina es conquistada por Pompeyo y queda incorporada a la República romana. El general romano se aprovechó de las disputas sobre el trono de los hermanos asmoneos, Aristóbulo II e Hircano II, e impuso a este último como etnarca y sumo sacerdote, aunque bajo el control del gobernador de Siria. Hasta la llegada de Octavio Augusto al poder, todas las vicisitudes de Palestina están ligadas a Pompeyo y a Roma. 1.1.1. HERODES EL GRANDE. De padre idumeo y madre nabatea, pero emparentado con la dinastía asmonea, aprovechó su amistad con Marco Antonio para obtener el nombramiento de rey de los judíos. Flavio Josefo nos ofrece de Herodes un juicio muy negativo, como un tirano desconfiado y suspicaz que es capaz de eliminar a cualquier posible adversario interno: opositores, miembros del Sanedrín, e incluso a su mujer Mariamme y a sus hijos Alejandro y Aristóbulo. A pesar de todo, engrandeció su reino a base de construcciones públicas donde mostró gran habilidad e iniciativa: fundó la ciudad de Cesarea Marítima, construyó las fortalezas de Maqueronte y Masada, palacios como el de Jericó y la fortaleza Antonia, e incluso amplió en Templo de Jerusalén. En definitiva, consiguió crear un reino seguro y estable, pero no logró nunca obtener el favor popular de los judíos, principalmente porque era un extranjero idumeo pero también porque colaboraba con los romanos 28. Su
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Del Jesús de la historia... personalidad cínica y sanguinaria la reflejan muy bien los evangelios de la infancia de Jesús, cuando los Magos fueron a visitar a Herodes y provocaron su violenta y cruel reacción con la matanza de los inocentes (Mt 2,16). Por ello, debemos de situar la fecha del nacimiento de Jesús de Nazaret en el reinado de Herodes, probablemente en el 6 a.C. 1.1.2. LOS SUCESORES DE HERODES. El rey Herodes en su testamento dividió su reino entre tres de sus hijos. El primero de ellos, Arquelao, que no fue rey sino etnarca, era cruel y despiadado como su padre por lo que sería depuesto por Augusto en el 39 d.C. Filipo, fue el segundo hijo de Herodes, era de carácter más generoso y pacífico que sus hermanos y gobernó sin incidentes Iturea y la Traconítide. Herodes Antipas fue tetrarca de Galilea y Perea, pero también heredó el carácter violento y tiránico de su padre. Fue desterrado por Calígula en el 39 d.C. El N.T. lo recuerda por haberse casado con Herodías, mujer de Filipo, y al ser acusado por Juan Bautista lo mandó decapitar (Lc 3,18-19). También es mencionado en el contexto del juicio de Pilato a Jesús, que al saber que era galileo lo envía a Herodes Antipas, en esta situación, Jesús es objeto de las burlas y desprecios del tetrarca y sus amigos (Lc 23,8). 1.1.3. GOBERNADORES ROMANOS. Al ser depuesto Arquelao en el año 6 d.C., Roma convierte a Palestina en parte de la provincia de Siria, pero bajo la administración directa de un gobernador con sede en Cesarea Marítima, hasta la insurrección del año 66, con la breve interrupción del reinado de Agripa I (41-44)29. Era el representante directo del emperador y tenía poder para acuñar moneda, nombrar o deponer al sumo sacerdote, cobrar los impuestos e imponer la pena de muerte. El N.T. nos cita especialmente a Poncio Pilato que gobernó Palestina en el 26-36 d.C. y fue el encargado de juzgar y condenar a Jesús de Nazaret (Lc 23,1). Fue un personaje violento, cruel y nunca comprendió, ni quiso hacerlo, la sensibilidad religiosa de los judíos. Sería depuesto de su cargo por Roma. 1.2. ACTIVIDAD ECONÓMICA.
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Del Jesús de la historia... Palestina no se distinguía especialmente de las demás regiones controladas por Roma. Básicamente era un país agrícola donde el campo estaba plantado de olivos, cereales, legumbres y viñedos. También había numeroso ganado, sobre todo en las estepa de la Transjordania. La pesca era importante, especialmente en el Lago de Tiberíades, y constituía una parte importante en la dieta de los judíos. El comercio no estaba muy desarrollado, pero sobre todo muy vinculado a la ciudad de Jerusalén por la importancia de la peregrinaciones. La industria tampoco era muy importante, ya que Palestina era básicamente un país agrícola y carecía de metales, solo merece destacarse la industria del artesonado. El poder económico lo detentaba la aristocracia herodiana y las antiguas familias sacerdotales, que eran los terratenientes, mientras que el resto del pueblo vivía en una situación general de pobreza y que se veía agravado anualmente con los impuestos abusivos que cobraban los romanos. 1.3. LA SOCIEDAD JUDÍA. La sociedad judía estaba fuertemente jerarquizada porque tenía grandes divisiones internas y estaba vinculada a la Torah, que era el fundamento principal del judío piadoso y regulaba todas las disposiciones de su vida cotidiana. Básicamente, la sociedad se organizaba más por los criterios que imponía la religión, que por los estrictamente sociales; no por ello, dejaba de ser muy diferente al modelo de otras sociedades antiguas30. 1.3.1. EL CLERO. Su principal función era el servicio del templo: sacrificios, limpieza y conservación, y estar presente en las grandes fiestas de peregrinación anual. Eran reclutados entre los descendientes de Aarón. Lo formaban unos siete mil divididos en veinticuatro clases. En general, eran pobres, de ahí que la mayoría desempeñen otros oficios. Los levitas también pertenecen a la clase sacerdotal pero con un grado inferior al de los sacerdotes. El jefe supremo de todos ellos era el sumo sacerdote, máxima autoridad política y religiosa en la Palestina del siglo I. En el N.T. son citados Anás y Caifás como principales acusadores de Jesús (Mt 26,57). 1.3.2. LOS ESCRIBAS.
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Del Jesús de la historia... Son los grandes especialistas de la Torah (los cinco primeros libros de la Biblia), es decir, estudian, interpretan y enseñan la ley judía. Pueden ser laicos o sacerdotes, y aunque no son muchos, gozan de gran prestigio entre el pueblo. Jesús, al contrario que los escribas, no basa su sabiduría en el estudio sino en la profundidad y en el sentido de la vida, lo que también lo convierte en intérprete autorizado de la tradición judía, por ello, a menudo también es llamado rabbí (Mt 23,7). 1.3.3. LOS ANCIANOS. Son los jefes de la aristocracia laica, personas ricas e influyentes que ocupan un puesto destacado en la sociedad judía: grandes comerciantes, terratenientes y arrendatarios de impuestos. Su formación es helenista y colaboran con los romanos. 1.3.4. EL PUEBLO. Del millón de habitantes que tenía Palestina en el siglo I, la mayoría eran campesinos, jornaleros, artesanos o gente dedicada al comercio y se encontraban en unas condiciones más bien modestas. Muchos oficios eran considerados impuros como el de pastor o el de recaudador de impuestos. También eran muy numerosos los pobres, enfermos y discapacitados. En general, se caracterizaban por su fidelidad a la tradición religiosa. Jesús siempre estuvo vinculado a los pobres y marginados más que a ningún otro grupo. 1.3.5. LOS ESCLAVOS. Es el grupo social más desfavorecido 31. No todos los esclavos eran iguales, los de origen judío estaban protegidos por una legislación especial en la Biblia y podía recuperar su libertad al cabo de seis años de servicio; los esclavos de origen pagano no eran muy numerosos porque eran caros y estaban considerados como una propiedad más de sus amos. 1.3.6. LAS MUJERES. Su condición social era inferior a la del hombre. No participaban activamente en el culto, su testimonio no era válido en los tribunales, y su acceso al Templo estaba restringido al denominado atrio de las mujeres. Sus derechos estaban siempre subordinados al hombre de la casa: padre o marido. Solían casarse muy jóvenes, entre los doce y catorce
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Del Jesús de la historia... años, aunque podían ser repudiadas por el marido e incluso lapidadas si cometían adulterio. Jesús dio un nuevo giro a la condición femenina de la época permitiendo a algunas mujeres formar parte de su grupo de seguidores como María Magdalena y María de Betania (Jn 20,1), algo insólito en aquella época. 2.
LA VIDA RELIGIOSA. En el siglo I en Israel, existían múltiples relaciones entre la religión y la política, lo que
permitía un especial dinamismo entre los movimientos religiosos y los grupos políticos en sus respectivos campos de actuación: el Sanedrín y el Templo. 2.1. LAS INSTITUCIONES. Son los espacios desde los cuales la clase dirigente judía organiza y jerarquiza la sociedad. Su acceso se restringe al pueblo judío, aunque sólo como mero participante. 2.1.1. EL SANEDRÍN. Es el mejor ejemplo de la sociedad teocrática y jerarquizada que gobierna Israel. Es una asamblea administrativa y judicial de setenta y un miembros, donde sus componentes son elegidos de entre los sacerdotes, los escribas y los ancianos del pueblo, y a la que sólo se accede por nacimiento Es presidida por el sumo sacerdote, que representa al pueblo ante los romanos, pero también es el gran intérprete de la Torah. Jesús es juzgado por el Sanedrín y es condenado por blasfemo (Mc 14,53-65). 2.1.2. EL TEMPLO. Es el auténtico centro de toda la actividad cultual de Israel. La peregrinación anual a Jerusalén triplica los habitantes de Jerusalén en tiempos normales y convierte la ciudad en un foco de atracción no sólo religioso, sino también y económico y social. El área del templo ocupaba una gran parte de la ciudad, estaba dividido en patios concéntricos y reservados a los gentiles, a las mujeres y a los israelitas. En la parte más interna del templo se encontraba el santuario donde a su vez se localizaba el Santo de los Santos, la estancia más sagrada y donde el sumo sacerdote realizaba la expiación anual el día del Yom Kippur.
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Del Jesús de la historia... La profecía de Jesús sobre el templo será una de las grandes bazas que utilicen los fariseos para condenarlo (Mc 13, 1-2). 2.1.3. LA SINAGOGA. Es el centro de la vida religiosa de los judíos de la diáspora, en ella, tenía lugar la oración, la enseñanza y el estudio de la Escritura. Jesús también enseña su doctrina en este ámbito (Mc 1, 21). 2.1.4. LAS FIESTAS. La religión también marca el inicio de las fiestas israelitas, las cuales, se desarrollaban en torno al templo. La más importante era la Pascua, donde cada familia inmolaba el cordero en el patio del templo; desde la pasión del Señor, el cristianismo le ha dado a la fiesta de Pascua un sentido mucho más profundo. La otra gran fiesta era Pentecostés (Shabu´ot), cincuenta días después de la Pascua y que rememoraba la revelación de Dios en el monte Sinaí. La fiesta de Tabernáculos (Sukkot), era más festiva y también de origen agrícola, recordaba la estancia de los israelitas en el desierto. Había otras fiestas importantes como el Yom Kippur o fiesta de la expiación, y el Rosh-hashanah en recuerdo de la creación del mundo. También cabe destacar el sábado, que es la base del calendario judío, como día de observancia y oración. 2.2. LOS GRUPOS RELIGIOSOS. La gente que vivía en tiempos de Jesús era de diversa procedencia, aunque la mayoría de los que vivían en Judea y en Galilea eran judíos, y se consideraban parte de un pueblo con el que Dios había establecido una alianza. Los distintos grupos religiosos tenían diferentes interpretaciones acerca de la mejor forma de vivir su felicidad con Dios. 2.2.1. LOS FARISEOS. Era el movimiento religioso más importante, fariseo quiere decir “separado”, por lo que su tendencia era la de separarse de las personas y de las situaciones impuras o contaminantes. Formaban una casta y en su mayoría eran laicos, pocos en número pero muy influyentes en la sociedad, constituyendo una auténtica casta cerrada que se caracterizaba
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Del Jesús de la historia... por su observancia escrupulosa de la Torah, oral y escrita 32. Teológicamente eran muy abiertos, creían en la resurrección, en la existencia de ángeles y espíritus y defendían la libertad humana frente a la de Dios. Desde el punto de vista político, rechazaban el dominio romano pero tampoco aceptaban el extremismo de los zelotas. En el N.T. el término fariseo es sinónimo de hipocresía, de ahí que las acusaciones de Jesús a este grupo sean muy duras (Mt 23, 13). 2.2.2. LOS SAMARITANOS. Se consideraban a sí mismos los legítimos continuadores de la fe israelita, sólo admiten el Pentateuco samaritano y defienden un monoteísmo intransigente. Exaltan por encima de todo a la figura de Moisés y su santuario para el culto está en el monte Garizim. Jesús no participa del desprecio a los samaritanos, destaca especialmente su encuentro con la mujer samaritana junto el pozo de Sicar acerca de las diferencias que tenían judíos y samaritanos sobre el lugar donde dar culto a Dios (Jn 4,9), y la parábola del buen samaritano (Lc 10, 29-37)33. 2.2.3. LOS SADUCEOS. Su nombre viene de Sadoc, sumo sacerdote en la época salomónica. Formaban un grupo restringido liderado por la aristocracia sacerdotal de Jerusalén y ocupaban los puestos clave del Sanedrín34. Teológicamente eran más conservadores que los fariseos ya que sólo afirmaban como verdadera la Torah escrita, además negaban el más allá y la resurrección de los muertos. Desde el punto de vista político, eran conservadores y para ello colaboraban con el poder romano. La entrada en escena de Jesús de Nazaret lo llevará a ser considerado como un peligroso revolucionario que podía desencadenar la represión de los romanos. Anás y Caifás abanderan esta facción y buscarán su condena y posterior muerte (Jn 18,24). 2.2.4. LOS ESENIOS. Aunque no son nombrados por los evangelios, ciertamente eran un grupo religioso de los que componían el pueblo judío. Formaban una comunidad de vida al margen de la sociedad, eran un grupo muy cerrado y con una férrea disciplina interna caracterizada por la comunión de bienes, el celibato, el baño ritual, etc. Sus miembros venían del pueblo
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Del Jesús de la historia... sencillo y vivían preparándose para la manifestación futura del Mesías. La aspiración escatológica y mesiánica, las exigencias morales y el deseo de un nuevo tipo de religiosidad, son aspectos que caracterizan a los esenios y que también se encuentran recogidos en el cristianismo primitivo. Los hallazgos arqueológicos en Qumrán, en 1.947 a orillas del Mar Muerto nos descubren a esta secta y ponen de manifiesto su peculiar modo de vida, aunque todavía permanecen muchas incógnitas sobre ellos. 2.2.5. LOS ZELOTAS. Representan al ala más extremista del partido fariseo y su actitud es la de un tajante rechazo de los romanos mediante la lucha armada. Desde el punto de vista religioso, consideran la ocupación romana como fruto del pecado de Israel. Su “celo” de la ley, los llevará a organizarse como grupo siendo protagonistas de la primera revuelta en el 66 d.C. 3.
IDENTIDAD DE JESÚS DE NAZARET. La personalidad de Jesús durante su vida terrena representa el equilibrio, el ideal más
puro de comportamiento. Toda sus actuaciones, sus palabras y sus hechos expresan un mosaico de virtudes en plena armonía con su Padre, con los hombres y con el mundo; estas virtudes las vivió de un modo sereno, limpio, natural y sin tensiones, por ello, Jesús de Nazaret se convierte en el mejor modelo de fe y de comportamiento humano para los creyentes. 3.1.
EL NOMBRE DE JESÚS.
Jesús o Jeshúa, es la forma griega del nombre hebreo Josué, significa “Dios salva”35. Era un nombre muy corriente entre los judíos del siglo I. Existe la creencia semita de que el nombre indica la misma realidad del que lo lleva, su característica e incluso su función, por ello, Jesús, significa también, Salvador36. Es también un nombre, en cierto modo combativo, por los años difíciles de la ocupación romana, de ahí, el hecho de que muchos padres expresasen su deseo de liberación dando a sus hijos un nombre con una importante carga simbólica. 3.2.
ASPECTO EXTERNO.
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Del Jesús de la historia... Difícil determinar su aspecto físico en la medida en que no han llegado hasta nosotros algún dibujo o grabado de Jesús37. El análisis que se pueda hacer será meramente especulativo y tendrá como fuente básica los evangelios. Su cuerpo debía de ser fuerte y resistente, la vida dura del taller de carpintero y las caminatas por las colinas vecinas de Nazaret ayudarían a ir preparándolo; sabemos que durante su vida pública hizo en una jornada el camino que sube de Jericó a Betania, de treinta kilómetros, y es que sus jornadas apostólicas son agotadoras, por la mañana predica en la sinagoga de Cafarnaúm y por la tarde cura a los enfermos. En este plan recorre los pueblos de Galilea y muchas veces no tiene tiempo para comer. Su porte debía ser majestuoso y viril, y así se comporta al ser prendido en Getsemaní. (Jn 16,5), o cuando es abofeteado delante de Anás (Jn 18,23). Era equilibrado como lo demuestra en los momentos de la pasión, incluso en sus últimas palabras en la cruz ofreciendo perdón a sus enemigos, fueron eco de la paz interior de su espíritu (Lc 23, 34). Era una persona sana, al menos, los evangelistas no aluden a ninguna enfermedad de su maestro, en sus parábolas nada insinúa un espíritu cansado y pesimista, su vida apostólica transcurre al aire libre caminando por los pueblos y caminos de Galilea, Samaria y Judea. Viviendo en extrema pobreza, Jesús iba de un lugar para otro predicando la buena noticia. 3.3.
PSICOLOGÍA DE JESÚS.
“En Jesús son excepcionales su solidez psicológica y el dominio de sí mismo” 38. De espíritu sencillo, que es sinónimo de naturalidad y transparencia, por ello, en el trato con los demás hombres no tenía gestos teatrales, ni espectacularidad para atraerse a las masas. No buscaba las dobles intenciones a las cosas, por eso desenmascara a los fariseos, porque eran complicados de mente y maliciosos (Mt 23, 13), todo en Jesús es transparente y sincero. De espíritu y voluntad decidida, que fue la que hizo que algunas veces los apóstoles no se atrevieran a preguntarle por temor, nada de voluntad débil, sino decisión expresada en términos tajantes para dejarlo todo por él y seguirlo (Lc 6,13). Fiel a su misión, por eso rechazó las tentaciones de Satanás en el desierto, o la propuesta de la gente de convertirlo en rey temporal, o la propuesta de Pedro de quitarle la cruz y el sacrificio, por todo ello, al final de su vida pudo decir que todo estaba cumplido (Jn 19,30). De espíritu sincero y auténtico, porque se enfrentó a la hipocresía de los fariseos a quienes
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Del Jesús de la historia... trató duramente, Jesús no tenía mascaras, era transparente, llora, tiene miedo, se enfada, se compadece, etc. (Mt 16,6). De espíritu realista, nunca desconectó de la realidad, Jesús no tiene rarezas y sus mismas parábolas lo demuestran: pescadores escogiendo peces buenos, agricultores sembrando la buena semilla, madres que van a dar a luz o ricos que no se preocupan de los pobres (Lc 16, 19-31). Con sus parábolas podríamos reconstruir perfectamente el ambiente social de su época. De espíritu austero, pero no huyendo del mundo como un anacoreta en el desierto, la misión de Jesús está en el bullicio de las ciudades, conviviendo con los ciudadanos y participando de sus preocupaciones. Su austeridad se refleja en su modo de vivir en la más estricta pobreza. De espíritu comprensivo y humano, era intransigente con el pecado pero indulgente con el pecador (Jn 8, 1-11), era comprensivo con la debilidad humana, pero intransigente con la mentira y la falsedad (Mt 16, 21-23), por eso perdonó al buen ladrón (Lc 23, 39-43) y a Zaqueo (Lc 19, 1-10). Lleno del espíritu de mansedumbre que se manifestaba en su silencio y en su porte digno al ser abofeteado, no era un silencio lleno de miedo, sino todo lo contrario, lleno de dominio y contención de rabia y dolor (Jn 18, 23). 3.4.
FILIACIÓN JUDÍA.
Mateo (1, 2-16) y Lucas (3, 23-28) hacen remontar la filiación de Jesús hasta el rey David, porque es José, el padre putativo, y no María, el que desciende de la estirpe real 39. Los evangelistas también coinciden en situar el nacimiento de Jesús en Belén, ubicación que corresponde a la familia del rey David (1Sm 16, 4-13), aunque sus padres vivían en Galilea, es el censo decretado por el emperador Augusto lo que obliga a José a desplazarse a Belén, de donde era oriunda su familia, para empadronarse allí. 3.5.
FAMILIA JUDÍA.
Como cualquier niño judío es circuncidado a los ocho días de su nacimiento (Lc 2,21), de ese modo se le vincula al pueblo de Israel y cuarenta días después es llevado al templo para ser presentado ante el Señor (Lc 2, 22-24). “En cuanto al ambiente familiar de Jesús, éste está impregnado de religiosidad y marcado por el cumplimiento de los preceptos de la ley de Israel”40, por ejemplo, sus padres iban a Jerusalén todos los años por la fiesta de Pascua (Lc 2, 41). Su judaísmo está fuera de toda duda41.
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3.6.
VIDA JUDÍA.
Jesús paga su contribución anual (el didracma o valor de dos ovejas), al Templo de Jerusalén, y que todo judío mayor de veinte años debe hacer (Mt 17, 24-27). Es un judío practicante, y como tal, utiliza una vestimenta que lleva unas sisiyot o borlas en cada uno de sus cuatro bordes, cumpliendo así uno de los seiscientos trece preceptos de las enseñanzas de Moisés (Mt 9,20). Frecuenta las sinagogas, como la de Cafarnaún donde maravilla con sus enseñanzas (Lc 4, 31), y la de Nazaret, donde incluso participa del acto litúrgico (Lc 4, 16-22), aunque después se considera dolorosamente incomprendido por sus conciudadanos pero también por su propia familia (Jn 7,5) y (Mc 3, 21). “De todas maneras parece claro que Jesús comenzó siendo un hombre normal y corriente, que pasó totalmente inadvertido durante los primeros años de su vida, de su infancia y de su juventud, incluso para muchos hasta después de su muerte”42. 3.7.
RELIGIOSIDAD Y ACTITUD ANTE LA LEY JUDÍA.
Jesús, como buen judío, cumple los mandamientos de la Torah (Mt 5, 17-19), lo que demuestra un profundo respeto por la ley de Israel, mención especial tienen las curaciones que Jesús realiza en sábado con las que infringe el reposo absoluto que se prescribe en el Decálogo (Éx 20, 8-11), aunque en la práctica la actitud de Jesús es conforme a la enseñanza tradicional del judaísmo, ya que realiza las curaciones con la palabra y con una imposición de manos, con todo ello, Jesús afirma: “El sábado se instituyó por causa del hombre y no el hombre por causa del sábado” 43. Del mismo modo Jesús opina sobre las leyes alimentarias: “No es lo que entra por la boca lo que hace impuro al hombre; mas lo que sale de la boca, eso es lo que hace al hombre impuro”44. 3.8.
FE Y MORAL JUDÍA.
La fe de Jesús se manifiesta como inquebrantable en el Dios de Israel, hasta en los últimos momentos de su vida (Mt 26,39). Sus enseñanzas nos dan testimonio de su fe en Dios, en ella se inspira para predicar los más altos principios morales y religiosos que están
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Del Jesús de la historia... contenidos en la Torah, no es de extrañar por lo tanto, que existan numerosas correspondencias entre los grandes principios morales que defiende Jesús en su predicación y los fundamentos de la fe judía, que a la postre, también fue la suya, por ejemplo, no duda en exponer el mismo carácter ético y social que se desprende del Decálogo citando el libro del Éxodo (Lc 18,18). La coincidencia con las enseñanzas bíblicas también las manifiesta Jesús al fundamentar el amor de las personas en torno a Dios y a su prójimo, como también recoge el shemá hebreo en Dt 6,545.
D. LOS TÍTULOS CRISTOLÓGICOS: ¿Y VOSOTROS QUIÉN DECÍS QUE SOY YO? Los títulos dados a Jesús en el N.T. son numerosos y variables según los grupos judeocristianos y paganocristianos que los pusieron en circulación. Durante su vida terrena Jesús se atribuyó o dejó que le atribuyeran algunos de ellos porque explicaban su función a la luz del A.T. Después de Pentecostés, la Iglesia al profundizar en el misterio de Jesús le confirió nuevos títulos, pero también siguió utilizando los antiguos, aunque ahora con un significado más profundo. Algunos de ellos hacen referencia a su ministerio profético, sacerdotal y real, mientras que otros nos revelan el misterio de su realidad divina. Mateo, es el más completo de los sinópticos, e incide en los títulos claramente mesiánicos como Cristo o Mesías, Hijo de David y rey, y en algunos con referencias al A.T. como Enmanuel y siervo, dándole a Jesús el rostro del maestro de la nueva ley, del nuevo Moisés. Marcos combina los títulos de Mesías e Hijo de Dios con la actividad taumatúrgica de Jesús y nos muestra su rostro más humano: hijo del hombre, pastor, y maestro. Lucas, presenta a Jesús como el vértice de la historia de la salvación humana y lo define como el salvador, el Señor y el hijo de Dios, básicamente está en la línea de Marcos y Mateo. Juan es el evangelista que mejor sabe captar la profundidad del misterio de Jesús y lo presenta con títulos originales como cordero, Logos, o Dios. 1. RABBÍ O MAESTRO. Es el título que mejor expresa su misión como predicador del advenimiento del reino de Dios. Por ello, sus discípulos y el pueblo lo llaman rabbí, que significa maestro, Jesús
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Del Jesús de la historia... acepta el apelativo, pero se reconoce con una autoridad superior a la de los escribas y fariseos (Mc1,27). En este línea también podemos entender el apelativo de pastor, que Jesús se atribuye varias veces como el que guía a todas las ovejas y va llamándolas una por una (Jn 10, 1-16). 2.
PROFETA. Jesús nunca se definió como profeta, aunque de todos modos, sus discípulos le
aplicaron este título (Jn 24,19). El profeta es un portavoz de Dios pero Jesús es la misma voz de Dios, es mucho más que un profeta, por ello, podemos entender que este título le viene muy pequeño. En cambio, sí que se lo atribuye a Juan Bautista reconociéndole como el profeta de los últimos tiempos (Mt 11,9). 3. SACERDOTE. Jesús es sacerdote porque se ofrece a sí mismo por la salvación del mundo Es un título que aparece en la carta a los hebreos, tiene un fuerte componente veterotestamentario y lo identifica con el sumo sacerdote y rey Melquisedec (Gen 14, 18), cuyo símbolo relaciona el apóstol Pablo, con la persona y el sacerdocio de Jesucristo, misericordioso y fiel al que le corresponde expiar los pecados de su pueblo (Heb 2,17)46. 4. HIJO DE DAVID. Mateo, en la genealogía de Jesús vincula a José, su padre adoptivo, con el rey David (Mt 1,1). Está en el centro de la promesa mesiánica que afirmaba que el Mesías nacería en la ciudad de Belén y descendería de David. Hoy en día, no existe la certeza entre los teólogos e historiadores de sí Jesús adoptó o no el título mesiánico, aunque sí lo utilizaron sus discípulos y la gente (Mt 9,27). 5. REY DE LOS JUDÍOS. Es la acusación de Pilato que figura en la inscripción del motivo de su condena la que otorga a Jesús el titulus crucis, es una mención honorífica y nunca la buscó, es más, cuando la gente quiso hacerlo rey Jesús huyó (Jn 6,15). En cierto modo, los evangelios reflejan una especie de contradicción entre la reivindicación necesaria de este título, según
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Del Jesús de la historia... aparecía en las Escrituras, y el rechazo de una mesianidad, que a la postre, será la que lleve a Jesús a la cruz. La realeza de Jesús durante su vida terrena se manifestó en el rebajamiento, pero ahora reina desde siempre y para siempre en la gloria. 6. SEÑOR. Es un título que va a ser aceptado por Pablo y Lucas (Kyrios en griego) y expresa ante todo la condición divina de Jesús 47. Parece que sólo lo utiliza de forma indirecta (Mc 12,36), aún así, la palabra puede tener varias connotaciones, por ejemplo, cuando se aplica al cabeza de familia y cuando se atribuye a Dios en la traducción griega de la Escritura. Son los judeocristianos de lengua griega quienes aplican esta última acepción a Jesús, y está al mismo nivel que otros títulos importantes como Hijo de Dios o Cristo. En esta línea también podemos entender el título juanista de Logos porque resalta la preexistencia de Jesús y nos revela de un modo definitivo al mismo Dios. 7. CRISTO O MESÍAS. Es el título más glorioso pero también el más ambiguo, significa “el ungido con la unción real” y se identifica con la figura del Mesías esperado en Israel en relación a la llegada del Reino de Dios (Mt 1,18). Hace referencia a su misión salvadora, pero Jesús prohibe que se hable de él como tal, sin embargo actúa como Mesías y admite la confesión de sus discípulos. Este secreto mesiánico es una aparente contradicción que se explica por la necesidad de aclarar la verdadera naturaleza de su mesianismo, en contradicción con la ambigüedades y equívocos que predominaban en su entorno. Algunos autores como W. Wrede, no están de acuerdo con esta tesis, y afirman que Jesús no se consideró nunca el Mesías, sino que fue la comunidad pospascual la que lo identificó como tal, por ello el secreto mesiánico sería un artificio literario con una función meramente teológica48. 8. HIJO DE DIOS. Es uno de los títulos propiamente cristológicos con los que la Iglesia primitiva expresó la identidad humana y divina de Jesús. No es muy común en los sinópticos, pero sí es frecuente en Juan (Jn 1,14)49. Jesús nunca dice explícitamente que es el Hijo de Dios, pero tiene conciencia de serlo y se manifiesta en todo el evangelio, sobre todo cuando habla de
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Del Jesús de la historia... la relación especial con su Padre, para ello, emplea la palabra aramea Abba50. Se corresponde con la expresión familiar “papá” (Mc 14,36); en definitiva, Jesús habla de Dios como padre suyo y da a entender que su relación de filiación es algo único, muy diferente a la que puedan tener los demás hombres, por ello, debe haber tenido necesariamente conciencia de su radical origen como Hijo de Dios. 9. HIJO DEL HOMBRE. Esta expresión no es propiamente un título, sino la forma semítica de designarse a sí mismo, porque no se trata de un atributo o de un título que otros le dan, sino que Jesús es el único que lo usa: “Pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”51. En los evangelios sinópticos aparece hasta sesenta y nueve veces, lo que denota las preferencias de Jesús por su uso. Es un título un tanto enigmático, ya que por un lado, hace referencia a la vida terrena de Jesús cuando perdona los pecados (Mc 2,10) o cuando corrige la ley del sábado (Mc 2,28); pero por otro, se refiere a su destino final, en relación con su pasión y resurrección (Mc 8,31), e incluso con la parusía (Mc 13,26). De todos modos, es un título que nos ayuda a profundizar en los rasgos de su misión, uniendo aspectos de su trascendencia divina con su realidad más terrena y humilde.
E. JESÚS Y LOS DICÍPULOS. LA INSTITUCIÓN DE LOS DOCE.Jesús llama a unos hombres a ser sus discípulos, en especial a los Doce; después reciben la misión de ser testigos de la buena noticia en Jesús, el Cristo. Para ello, son enviados a proclamar el Evangelio a todos los pueblos de la tierra, haciendo nuevos discípulos (pescadores de hombres), que se incorporan progresivamente a la familia de la Iglesia. “El grupo de discípulos se caracteriza por una íntima relación con Jesús. Mateo describe esta relación con dos palabras: fe y comprensión”52. 1. LA ELECCIÓN. Es original el modo en el que Jesús reúne al grupo de los doce y la finalidad para la que los llama. Los evangelios abundan en estos relatos y nos señalan el protagonismo de Jesús, porque suya es la iniciativa y con su palabra les convence, hasta el punto de dejarlo todo
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Del Jesús de la historia... enseguida para compartir la vida con el Maestro. Hay por lo tanto, una invitación personal de Jesús, lo que marca un cambio profundo en cada uno de ellos porque sus vidas ahora adquieren un nuevo sentido. La llamada inicial adquiere solemnidad, desde un monte y públicamente, Jesús escoge entre todos los discípulos a doce para que estén con él y le sigan en la misión: “Subió a un monte, y llamando a los que quiso, vinieron a él, y designó a doce para que le acompañaran y para enviarlos a predicar, con poder de expulsar demonios”53. Las listas que han llegado hasta nosotros en los evangelios no siempre coinciden con los nombres de los doce que nos transmiten, quizá, porque se han visto influidas por la primitiva comunidad, o también es posible que los doce no fueran a lo largo de la predicación de Jesús siempre los mismos, sino que hubiera quienes, después de seguirle durante un cierto tiempo se alejaran de él por desilusionarse ante sus expectativas mesiánicas, y especialmente al producirse el conflicto con las autoridades religiosas. 2. LA COMUNIDAD DEL “NUEVO ISRAEL”. Jesús escogió a sus discípulos como signo de la comunidad del “nuevo Israel” que, con la llegada inminente del Reino, se iba a iniciar, por ello, el grupo de los discípulos son doce, representantes de las doce tribus de Israel, el pueblo elegido por Dios 54. Alrededor de Jesús configuran una comunidad estable, como “una Iglesia en miniatura”, pero que lo han dejado todo, padre y madre, mujer e hijos, hermanos y hermanas, ahora son la nueva familia de Jesús, que los admite a compartir de cerca su vida y cuida de un modo especial su formación. Los doce van sin llevar nada consigo, bajo el signo de la gratuidad y el desinterés, confiando en la palabra que llevan y en la providencia del Padre, convencidos de que el anuncio del Reino es el mayor don que pueden ofrecer a sus hermanos. A ellos precisamente, van dirigidas muchas de las enseñanzas de Jesús que nos muestran los evangelios y que valen para todos, aunque son los doce los que primero las han vivido55. 3. SEGUIMIENTO Y MISIÓN. Jesús llama a los discípulos a seguirle para implicarlos en su misión, por eso los envía con sus mismos poderes a proclamar el Reino invitando a la conversión, arrojando a los demonios, curando a los enfermos y resucitando a los muertos (Mt 10,1). Las dificultades que se encuentran en el camino son numerosas: la calumnia, el desprecio, la persecución y
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Del Jesús de la historia... la traición, pero no desesperan, porque el ejemplo del Maestro y la fuerza del Espíritu les infunden el valor necesario para ser los testigos de Cristo, ya nada los apartará del anuncio público del evangelio. Después de la Pascua no comienzan de cero, siguen el camino que Jesús les había indicado, ahora es cuando comprenden a la luz del Espíritu los acontecimientos pascuales. También hay que tener en cuenta, que el mensaje que deben llevar se identifica claramente con el mensajero que es Jesús, por ello, el anuncio del Reino se convierte en el anuncio de Jesús, el Mesías, el Hijo de Dios. Lo que han de hacer es sencillo y profundo, la identidad que Jesús ha formado en ellos lentamente durante estos años, han de transmitirla fielmente ahora ellos a todas las gentes, convirtiéndose en humildes servidores de las enseñanzas de su Maestro.
F. JESÚS Y EL REINO DE DIOS.El reino es paradigma de esperanza y fuerza liberadora de todo pecado, pero no todos los teólogos se ponen de acuerdo en torno al ideal de Reino de Dios al que Jesús dedicó su vida hasta estar dispuesto a morir en la cruz. En la llamada escuela escatológica, autores como J. Weiss, proponen la imagen de un reino como acontecimiento apocalíptico inminente; A. Schweitzer confirma esta idea, pero incluso va más allá, ya que ve en Jesús al predicador de un inminente fin del mundo, cuya moral no expresa un mensaje universal para todos los tiempos, sino para tiempos muy breves. Otro punto de vista lo ofrece C.H. Dodd, para él, Jesús no habría anunciado la llegada inminente del reino como afirmaba la escuela escatológica, sino que éste ya se habría realizado en la historia humana, es decir, el Reino ya ha sido definitivamente instaurado por el mismo Cristo y ya no habrá juicio final, porque se ha realizado ya en el misterio pascual. La interpretación que da R. Bultmann difiere de los anteriores autores, porque ve en Jesús a una figura que sí comparte las expectativas apocalípticas y mesiánicas de sus contemporáneos, pero que rechaza dar información sobre la fecha del fin y sobre la descripción del mundo futuro, su reino es atemporal. Hoy en día, parece que hay un consenso entre los autores protestantes y católicos, el “ya sí pero todavía no”, resume la tesis aceptada de un reino ya instaurado por Jesús, pero todavía no consumado en plenitud56.
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Del Jesús de la historia... “En el Reino de Dios ejerce para con los pecadores su misericordia como el padre del hijo pródigo (Lc 15, 11-32), su desvelo como el pastor que sale en busca de la oveja perdida (Lc 15, 3-7), su diligente esfuerzo como la mujer que busca la moneda extraviada (Lc 15, 810)” 57.
1. ¿QUÉ ES EL REINO DE DIOS? Jesús predica que la llegada del Reino de Dios es inminente, pero nunca la describe, no dice qué es, ni en que consiste esa actuación de Dios en el mundo, quizá por que cualquier oyente lo entendía y además, ya aparecía descrito en el A.T. A pesar de ello, es la concepción del reino lo que diferencia a Jesús de los grupos de su tiempo: Respecto a los fariseos, el reino que predica Jesús no es el resultado del esfuerzo humano, sino un don de la libre iniciativa de Dios. Jesús critica la hipocresía farisaica, siempre pendiente de la exterioridad frente a la interioridad, dándole más importancia a las tradiciones humanas que a la ley de Dios. Respecto a los saduceos, Jesús predica un reino que está por encima de jerarquías sociales y va dirigido sobre todo a los pobres y marginados. La salvación adquiere una dimensión universal y su objetivo es liberar al hombre del pecado, la injusticia, la enfermedad y la muerte. Respecto a los esenios, Jesús está muy lejos de los legalismos de la comunidad qumránica, además, el reino que propone Jesús no limita la entrada a nadie, derriba todas las barreras sociales y propone la instauración de un mundo religioso nuevo, sin tabúes ni segregaciones. Las diferencias también se aprecian con los zelotas y los sicarios, Jesús rechaza tajantemente la posibilidad de la violencia, más bien todo lo contrario, predica el amor, incluso a los enemigos (Mt 5,44). 2. PREDICACIÓN DEL REINO DE DIOS. La humanidad de Jesús, es decir el Jesús histórico, es fundamental par llegar a Dios, a quien revela, por eso, también es importante conocer la vida concreta de Jesús y en particular su predicación, no sobre sí mismo, porque no era portavoz de su propia causa, sino sobre el reino de Dios 58. Para ello, es necesario profundizar en cuatro aspectos del reino que nos muestran los evangelios: las parábolas, como enseñanza del Reino; los milagros, como signos de la presencia del Reino; las comidas con los marginados del Reino y las bienaventuranzas como ley fundamental del Reino.
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2.1. LAS PARÁBOLAS. LOS DISCURSOS. LAS NARRACIONES. Las parábolas, (en griego, parabolé, de para y ballo, es decir, poner en paralelo, comparar)59; son historias breves contadas por Jesús para ilustrar sus enseñanzas; poseen gran fuerza expresiva, casi plástica, atraen poderosamente la atención y hacen que se conserven con facilidad en la memoria. “En toda parábola hay, a la vez, una ocultación y una revelación, un misterio o enigma, y una aclaración posterior que lo explica. Por este doble contenido se despierta la curiosidad y atención de los oyentes, y asimismo se les invita a preguntar para penetrar en el sentido de la parábola” 60. La originalidad de Jesús no está en que utilice este tipo de narraciones para impartir sus enseñanzas, ya que era frecuente entre los maestros de Israel, sino que constituyen la forma propia de hablar y de enseñar de Jesús. La mayoría comienzan así: “El reino de los cielos se parece a...” Por otro lado, gracias a las parábolas podemos conocer mucho de la personalidad de Jesús y de su cultura, nos habla de pesca y de siembra, de pastores y viñadores, de comerciantes de perlas, de hijos que se marchan de casa, etc. La parábolas de Jesús acerca del Reino son: la parábola del sembrador (Mt 13 1-9), de la cizaña, (Mt 13,24-30), del grano de mostaza (Mt 13, 31-32), y la de la levadura (Mt 13,33). En todas ellas, se expresa el profundo misterio de la actuación de la justicia divina en retribución de los hombres por su buena o mala conducta. Los discursos son los consejos y recomendaciones que Jesús da a sus discípulos, forman un entramado indisociable con las palabras, lo que Jesús dice, no es solamente la exposición de su doctrina religiosa y moral, sino también la explicación de su conducta que debe ser imitada (Lc 9, 46-48). Las narraciones describen dichos, acciones milagrosas y hechos importantes de la vida de Jesús, por ejemplo la negación de Pedro, el sepulcro vacío (Lc 24 1-12), etc. 2.2. LOS MILAGROS. “No se puede dudar históricamente de que Jesús hizo milagros en la primera gran etapa de su vida, que las tradiciones los han ido acrecentando en número y espectacularidad y que disminuyen después de la llamada crisis galilea. Y como ocurre con otros temas centrales del Jesús histórico, los restantes escritos del NT apenas lo mencionan. La conclusión es que Jesús realizó curaciones que fueron asombrosas para sus contemporáneos, y tampoco se
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Del Jesús de la historia... puede dudar de la importancia que el mismo Jesús atribuye a sus milagros hasta tal punto que pudo resumir su actividad con estas palabras: “yo expulso demonios y llevo a cabo curaciones hoy y mañana” (Lc 13, 22)”61.
Se pregunta E. Schillebeeckx: “¿Cuál es propiamente la intención de los evangelistas al narrar los milagros de Jesús?” 62. Lo cierto es que los cuatro evangelios mencionan más de cuarenta milagros distintos, aunque se utilizan otros términos para designarlos: portentos, signos, poderes y maravillas. Jesús rechaza hacer milagros espectaculares que vayan en beneficio propio y así demostrar su identidad, los hace para liberar a los oprimidos y manifestar la llegada del reino que él inaugura, testimoniando así que ha sido enviado por Dios Padre63. Por ello, los evangelios nos presentan a Jesús como un taumaturgo que une su actividad salvadora a su palabra liberadora64. Los milagros de Jesús son de muy variada índole: curaciones repentinas, expulsiones de demonios, relacionados con la naturaleza, etc., y están unidos a su actividad y a sus enseñanzas. Pero, el milagro tiene objetivo de confirmar y garantizar la misión divina del maestro, la cual aparece acreditada por los prodigios que realiza, por ello son signos del reino de Dios e irradian la santidad de Jesús65. Así lo confirma al comienzo de su ministerio en la sinagoga de Cafarnaún (Lc 4, 16-21), son signos del poder divino de Cristo que se reflejan en su resurrección (Jn 20,19), son signos de los últimos tiempos que llaman a participar en la gloria divina y son signos en orden a la fe66. La redacción de los milagros difiere según la perspectiva de cada evangelista. Marcos, centra la primera parte de su evangelio en los milagros de Jesús, aunque éste no era el único al que se le atribuían milagros en aquella época67. Los milagros quieren responder a la pregunta de quién es Jesús y por eso el pueblo lo identifica con el Mesías y con un taumaturgo. Mateo ve en Jesús a un nuevo Moisés, por ello sus milagros son presentados como el cumplimiento de las Escrituras. El evangelista omite algunos milagros que pueden ser confundidos con actos de magia por el pueblo como: el sordomudo (Mc 7, 31-37) y el ciego de Betsaida (Mc 8, 22-26)68. En Lucas los milagros ocupan un puesto relevante y las curaciones son indicadas a menudo con el verbo “salvar”, para indicar que son hechos que van más allá de la dimensión física, aunque algunas personas se niegan a creer en ellos (11,15). Destacan los milagros que pertenecen al material propio de Lucas como el del hijo de la viuda de Naín (7, 11.17), el hidrópico (14, 1-6), los diez leprosos (17, 11-19), y el de la oreja del servidor (22, 50-51). Juan sólo menciona siete milagros y los identifica con
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Del Jesús de la historia... signos poderosos que están ordenados a creer verdaderamente que Jesús es el Cristo (20,31), tiene en exclusiva la resurrección de Lázaro (c. 11) y presenta reelaborado con respecto a los sinópticos la multiplicación del pan (61 ss). 2.3. LAS COMIDAS. Jesús no sólo habló en parábolas sino que también realizó algunas acciones simbólicas al compartir la comida en muchos momentos de su vida con los marginados de la época: pobres, publicanos, pecadores y prostitutas. Las comidas son la imagen del banquete celestial, y por ello, anuncio de la llegada inminente del reino de Dios; comiendo con los marginados, Jesús muestra el amor incondicional del Padre, pues ellos son sus preferidos. La multiplicación de los panes y los peces indica que los tiempos mesiánicos han llegado ya (Mt 14, 13-21), pero la más importante de las comidas, es sin duda, la última cena (Lc 22, 14-20), en la que Jesús, con la acción simbólica del pan y el vino, previendo su muerte inminente se despidió de los apóstoles, los únicos que todavía creían en él y lo habían seguido hasta el final69. La eucaristía es, precisamente, para nosotros los cristianos, el memorial de esa última cena de Jesús. 2.4. LAS BIENAVENTURANZAS. Son una especie de evangelio dentro del evangelio y proclaman el acontecimiento extraordinario de la llegada del Reino. En Lucas (6, 20-26), son una llamada radical a los pobres, destinados a padecer hambre, sufrimientos e insultos, no se les asegura un destino diferente de Jesús, pero a la postre su felicidad será plena. En Mateo (5, 1-12), van dirigidas a los discípulos y también a toda la multitud, y son una invitación gozosa a vivir las actitudes profundas que permiten acoger la presencia del Reino. Las bienaventuranzas (recogidas en el sermón de la montaña), son una proclamación de la felicidad, no una mera promesa, y nos dicen que Dios, y Jesús su mediador, están siempre al lado de los pobres. En definitiva, como afirma F. Fernández-Carvajal: “amar a Dios con todo el corazón y al prójimo como a uno mismo es el resumen de las enseñanzas del Señor”70. 2.5. LA ORACIÓN.
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Del Jesús de la historia... “La oración informa toda la vida y obra de Jesús. Así lo ponen de manifiesto los cuatro evangelios”71. Éstos, recogen la intensidad y la frecuencia de la oración de Jesús, muchas eran al amanecer y al anochecer, lo que hace suponer que con ellas cumplía las costumbres de su tiempo como un judío piadoso más. Cuando los discípulos asombrados por la oración del Maestro le piden que les enseñe a rezar, reciben una de las enseñanzas más originales de Jesús, no muy habitual en el mundo judío: “Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día el pan cotidiano, perdónanos nuestras deudas, porque también nosotros perdonamos a nuestros deudores, y no nos pongas en la tentación”72. Esta breve oración, desvela la íntima unión que vivía Jesús con el Padre; también, la oración de Jesús en su pasión, nos revela su entrega sin reservas a los designios divinos por la salvación de los hombres. Por todo ello, los sentimientos que Jesús manifiesta en su oración están en plena coherencia con su modo de pensar y actuar. 3. CARACTERÍSTICAS DEL REINO DE DIOS. La constitución Lumen Gentium afirma: ”Pues nuestro Señor Jesús dio comienzo a su Iglesia predicando la buena nueva, es decir, la llegada del reino de Dios prometido muchos siglos antes en las Escrituras”73. Hoy, se reconoce unánimemente que el centro del mensaje de Jesús es la llegada del reino de Dios, como exigencia de conversión para todos los hombres y confirmación de las promesas de Dios. 3.1. LLAMA A LOS POBRES Y MARGINADOS. Los pobres y marginados son los destinatarios de la buena noticia y beneficiarios del reino que Jesús proclama, y lo son, porque mayoritariamente dieron una respuesta positiva a su predicación, más que los sectores religiosos y acomodados de la sociedad judía, por ello, la ética de Jesús es accesible a los marginados sociales y a los excluidos de la comunidad religiosa de Israel74. Los ricos, por el contrario, quedan marginados y aprisionados en su propia riqueza, no obstante, tienen todavía, aunque difícil, la posibilidad de la conversión para alcanzar el reino de Dios. (Mt 19, 16-26). 3.2. APREMIA A LA CONVERSIÓN.
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Del Jesús de la historia... Es una exigencia por la que todos los hombres entran en la presencia de Dios y son llamados a responder al evangelio de Jesús, por ello, convertirse es abrirse a la acogida del Reino como una gozosa oportunidad, y no como un acontecimiento terrible de juicio y condenación. Jesús pide el arrepentimiento como condición para la llegada del Reino, y no como un mero cambio de ideas, sino la realización completa del modo de vida evangélico. La conversión exigida rechaza los egoísmos y narcisismos del propio yo, las relaciones interesadas o dominadoras con el prójimo y la explotación de las estructuras sociales. En definitiva, se demanda un cambio personal y un cambio en las relaciones humanas. 3.3. CARÁCTER SALVADOR Y UNIVERSAL. Jesús se sitúa en la línea profética de Juan Bautista y ofrece la salvación a todos los hombres, judíos y gentiles, justos y pecadores, pero sobre todo, a los pobres y marginados. El reino de Dios que predica se recibe como don, es gratuito y no se consigue mediante la actuación humana, tiene un carácter universal y su proyecto de salvación es para toda la humanidad, enlazando de ese modo con las grandes tradiciones bíblicas del A.T.75.
G. LOS MISTERIOS DE LA VIDA DE JESÚS.Toda la vida de Jesús, su obra y sus palabras, nos revelan la salvación que Dios le ha ofrecido al hombre. Al asumir nuestra condición humana, la vida eterna de Dios llega a la humanidad en la persona de Jesucristo; por eso, todos los misterios de la vida de Jesús son los misterios de salvación, y su vértice lo podemos encontrar en el misterio pascual: su muerte, resurrección y el envío del Espíritu. Los evangelios, por lo tanto, son el escenario privilegiado para captar la verdadera identidad de Jesús y la eficacia salvífica de su obra. 1. LA ENCARNACIÓN. Es el primero de los misterios de la vida de Jesús, por el cual, se hace hombre en el seno de la Virgen María por obra del Espíritu Santo. Son tres las realidades que comprende el misterio de la Encarnación: en primer lugar, que Jesús es concebido virginalmente en el seno de María, en segundo lugar, que no hubo intervención biológica de ningún varón, y en tercer lugar, que Jesús es verdadero hombre por ser hijo de María pero al mismo tiempo es Hijo de Dios, situándose a la vez en la eternidad y en el tiempo. La afirmación de San Juan:
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Del Jesús de la historia... “El Verbo se hizo carne, y habitó entre nosotros, y hemos visto su gloria” 76, hace referencia al plan salvífico de Dios al que el Hijo se ofreció en un acto de obediencia perfecta a participar de la vida de los hombres. Esta sumisión del Verbo, es la manifestación de la actitud filial que desde siempre le es propia y la distingue como Hijo, y entraña la kénosis o rebajamiento de Cristo, una renuncia provisional a manifestar plenamente la divinidad en la humanidad, haciéndose uno de nosotros. El motivo de este rebajamiento se expresa en el amor al Padre que rebasa toda la comprensión humana y demanda una actitud de total obediencia, pero también ese amor se extiende a los hombres que los convierte en hermanos suyos solidarizándose con toda la humanidad pecadora77. 2. LOS MISTERIOS DE LA INFANCIA. Hoy en día, no se duda que los primeros capítulos de Mateo y Lucas que narran la infancia de Jesús, hayan jugado un papel importante en la tradición apostólica y en las tradiciones de los primeros cristianos, aunque no debieron formar parte de la primitiva catequesis apostólica acerca de Jesús, (en el universo semítico el niño era considerado como algo que casi no tenía valor), sino más tarde, cuando el interés de los cristianos convertidos solicitaban más noticias sobre los años anteriores a su vida pública. En Mateo, la genealogía de Jesús, precede al relato de su nacimiento (Mt 1, 1-17), porque con la lista de personajes bíblicos que van desde Abrahán a José, se quiere mostrar a Jesús en toda su humanidad y profundamente vinculado a la historia del pueblo hebreo 78. El misterio del nacimiento nos muestra a Dios escogiendo a María, una virgen, que permaneciendo como tal, fuese la madre de Jesús por obra del Espíritu Santo (Mt 1,20). La adoración de los magos muestra la universalidad de la salvación y el rechazo por parte de los poderosos (Mt 2, 1-12), además, subraya el cumplimiento en Jesús de las antiguas profecías mesiánicas. La circuncisión demuestra que Jesús reconoce la ley de Moisés y la cumple como un judío más. La presentación de Jesús en el Templo de Jerusalén indica la pertenencia al Padre, y es el primer paso de un largo camino que le conducirá de nuevo a Jerusalén para ofrecerse otra vez al Padre en rescate de la humanidad pecadora (Lc 2,22). A los doce años es hallado en el Templo de Jerusalén, con motivo de la peregrinación anual que sus padres hacían por Pascua, éste es el primer testimonio de la conciencia que tiene Jesús de su filiación divina (Lc 2, 40-52).
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3. EL BAUTISMO. Inaugura su ministerio público y es citado por todos los evangelistas, aunque cada uno con sus peculiaridades propias. Cabe preguntarse, ¿por qué Jesús debía pasar por este bautismo si no tenía pecado que purificar y era el Hijo de Dios?, la respuesta requiere un carácter penitencial, porque si Jesús se somete a este rito, que tiene como ministro principal a un hombre, Juan Bautista, es porque quiere manifestar su solidaridad con los pecadores. La ceremonia del bautismo es la consagración especial de Jesús por medio del Espíritu Santo que lo capacita para el ministerio de la palabra, en cierto modo, se asemeja a un segundo nacimiento79. La revelación divina que se produce al salir Jesús del agua, muestra la complacencia del Padre y dice cuál es su actitud respecto a su Hijo. La tradición cristiana interpreta unánimemente que en el bautismo de Jesús se produce la manifestación de la Trinidad, el Padre que habla al Hijo, el amado, y el Espíritu Santo que consagra el acto bautismal (Lc 3, 21-22). 4. LAS TENTACIONES. Jesús, como preparación inmediata para su ministerio público, es impulsado por el Espíritu a practicar un riguroso retiro de oración y ayuno en el desierto, dos prácticas tradicionales en la piedad de toda alma que busca a Dios y quiere realizar la misión que se le encomienda (Lc 4, 1-13). En Mateo, (es el evangelio del cumplimiento), Jesús se manifiesta como la figura en la que se cumplen las profecías del A.T., por ello, las tres tentaciones tienen la pretensión de seducirlo para que utilice en su beneficio todo lo que le ofrecen, pero Jesús sale victorioso porque él es el Mesías esperado. Aún así, las tentaciones en el desierto no fueron las únicas que Jesús sufrió en su vida terrenal, especialmente en la pasión, donde fue tentado y probado de modo supremo en su fidelidad al Padre. 5. LA TRANSFIGURACIÓN. Es el cambio de aspecto de Jesús en presencia de sus tres discípulos predilectos: Pedro, Juan y Santiago. El fenómeno está unido al anuncio de la pasión que Jesús hace varias
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Del Jesús de la historia... veces en aquellos mismos días, al mostrarles su propia gloria afirma su fe y le reconocen definitivamente como el Hijo de Dios. Esta gloria es la manifestación sensible de su poder y de la santidad de Dios, revela su realidad divina y quién es el que va a morir en la cruz80. El episodio aparece en los tres evangelios sinópticos, e incluso, se puede encontrar una cierta analogía con lo ocurrido en el bautismo y las tentaciones, ya que en ambos, Jesús se retira a la soledad y reza, a partir de ahí, libre de las ataduras terrenales se manifiesta en toda su realidad divina como el Mesías esperado que liberará a Israel del pecado. En la transfiguración, también el Padre celestial confirma ese mesianismo sufriente de Jesús y acepta su actitud de un modo similar al episodio del bautismo (Mt 17,5).
H. JESÚS Y LA CRUZ.La pasión y muerte de Jesucristo es el momento más minuciosamente narrado por los cuatro evangelistas, porque constituyen el punto culminante de su existencia humana y de la obra de redención, en cuanto son su sacrificio expiatorio por nuestros pecados. “Doy absolutamente por seguro que Jesús fue crucificado en tiempos de Poncio Pilato. La seguridad del hecho de la crucifixión proviene no sólo de lo inverosímil que sería que los cristianos la hubieran inventado, sino también de la existencia de dos testimonios no cristianos de fecha antigua e independientes uno de otro, a saber uno judío, datable en 9394 e. v., y otro romano, datable entre 110 y 130 e. v.”81.
1. UNIVERSALIDAD DE LA CRUZ. La cruz ocupa el centro del misterio de Pascua. En primer lugar, es un instrumento de tortura y de muerte utilizado por los romanos y reservada para los delitos más graves, además, tenía un valor ejemplar de castigo público, por eso solía hacerse en un sitio bien visibles, dejando durante días el cuerpo del ajusticiado. En segundo lugar, la cruz es el supremo momento de revelación para Cristo porque experimenta el abandono de los discípulos, y el rechazo del pueblo, pero también es un acontecimiento revelador para toda la humanidad porque es cuando se manifiesta toda la profundidad del amor de Dios. En tercer lugar, la cruz nos revela en toda su dramática extensión, la ruina del pecado y la gravedad de la rebeldía humana en contra de Dios 82. La universalidad de la cruz de Cristo radica en su dimensión salvífica, abierta a todos los hombres, y se convierte en el mejor
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Del Jesús de la historia... ejemplo de cómo un hombre puede transformar la realidad; esa cruz es la de Jesús, pero también la de Gandhi, la de Monseñor Romero o la de Martin Luther King83. 2. LA CRUZ DE JESÚS EN SU HISTORIA. Jesús, desde los comienzos de su ministerio público lleva a cuestas una cruz: las persecuciones, los desprecios y los insultos de sus enemigos. En la sinagoga de Nazaret, Jesús es arrojado de la ciudad por sus paisanos que casi lo despeñan (Lc 4, 28-29); después de una controversia con los fariseos por curar en sábado, éstos se confabularon con los herodianos para eliminarle (Mc 3,6); entra en conflicto con los judíos cuando expulsa a los mercaderes del templo (Jn 2, 24). Las persecuciones se desarrollan a lo largo de toda su vida, y adquieren un carácter progresivo en la medida en que se acerca su muerte, para lo que decide afrontarla subiendo a Jerusalén, el centro de la fe judía84. En el juicio religioso culmina el conflicto de Jesús con los líderes religiosos que quieren matarlo. El interrogatorio privado de Anás (Jn 18, 12-23), se completa con el que se produjo a la mañana siguiente de ser capturado en el Sanedrín, en él, Jesús recibe dos tipos de acusaciones: en la primera, se declara a sí mismo el Cristo (Mc 14, 62), lo que provoca la repulsa de Caifás que lo tacha de blasfemo y que a la postre será el hecho que lo va a condenar; en la segunda, se le recuerda a Jesús que amenazó destruir el Templo de Jerusalén (Mt 26,61), el centro de la sociedad judía. Por todo ello, en el juicio religioso se condena a muerte a Jesús y el Sanedrín trata de demostrar por todos los medios que es un profeta falso, de ahí que cuando lo entregan a Poncio Pilato lo presentan como el rey de los judíos85. Este nuevo juicio tiene un carácter político y aunque Pilato declaró a Jesús inocente, la presión del Sanedrín fue suficiente para condenarle (Jn 19,16). “La traición de Judas sólo vino a facilitar la realización del propósito del Sanedrín, y la proximidad de la Pascua precipitó la acción de los adversarios de Jesús”86. La muerte para Jesús vino tras una larga y dolorosa agonía, a la que concurría la pérdida de sangre, la fiebre producida por las heridas, la sed y la asfixia. La fecha exacta no la sabemos, pudo haber sido el viernes, catorce o el quince del mes judío de nisán (la Pascua judía se celebraba en este mes). Este momento es descrito, con matices diversos, por los cuatro evangelios, que coinciden en lo fundamental de sus exposiciones: Jesús murió
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Del Jesús de la historia... verdaderamente y en su muerte se dan todas las notas esenciales de cualquier muerte humana, finalmente el cuerpo es sepultado.
3. RESPONSABLES DE LA MUERTE DE JESÚS. En la inscripción de la cruz de Jesús se leía: “Rey de los judíos” (Mc 15,26), fundamento teórico de su proceso que lo condena como rebelde político 87. Lo cierto es, que Jesús entra en conflicto con numerosos grupos: fariseos, saduceos, escribas y sumos sacerdotes, y personas como: Poncio Pilato, Anás y Caifás, y todos ellos tienen, más o menos, algún tipo de poder político, religioso o económico, por ello, la presencia de Jesús se convierte, directa o indirectamente, en una auténtica amenaza88. “Entró en conflicto con la teología oficial (en temas como el sábado, en qué consiste la pureza del hombre, con quiénes está Dios, cuál es el sentido y valor de la ley...)”89.
En el evangelio de Juan se culpa directamente a judíos, en particular a los fariseos, que siempre aparecen asociados a los sumos sacerdotes, por ejemplo en los relatos de la pasión son los principales enemigos de Jesús (Jn 7,32), pero desde el punto de vista histórico la responsabilidad de los fariseos parece exagerada. En cambio los sumos sacerdotes, pertenecientes al grupo de los saduceos, sí se sentían inquietos por las enseñanzas de Jesús, porque lo que hacía era cuestionar el orden político y religioso existente en la época, y por lo tanto, su status quo y sus privilegios podían peligrar. El pueblo, al final, también lo abandona; el último intento de Poncio Pilato por liberar a Jesús introduciendo en la escena del juicio a Barrabás, fue un fracaso, pues el pueblo lo prefiere antes que a Jesús, para el que pide la crucifixión; aunque, tanto Mateo como Marcos puntualizan, que son los príncipes de los sacerdotes los que presionaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás. La responsabilidad de Poncio Pilato y de las autoridades romanas es también evidente, porque cedieron a las presiones de los dirigentes judíos, y solaparon un juicio religioso por blasfemia en otro ficticio y de corte político, haciendo que Jesús apareciese como uno de tantos profetas mesiánicos que intentaba desencadenar la lucha de liberación de los romanos. En definitiva, podemos decir que Jesucristo murió por nuestros pecados, pero más por los de los sumos sacerdotes que por los de ninguna otra persona o grupo.
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Del Jesús de la historia... “En este sentido, Jesús fue efectivamente condenado por haberse mantenido fiel a la misión profética que había recibido de Dios y por haberse negado a responder de ella ante cualquier autoridad que no fuera el propio Dios. En todo esto, Jesús confió en el Padre que le había enviado” 90.
I. LA
RESURRECCIÓN:
CONFIRMACIÓN
DE
LA
VIDA
HISTÓRICA DEL JESÚS CRUCIFICADO.“La Resurrección de Jesús es la verdad culminante de nuestra fe en Cristo, creída y vivida por la primera comunidad cristiana como verdad central, transmitida como fundamental por la Tradición, establecida en los documentos del Nuevo Testamento, predicada como parte esencial del Misterio Pascual al mismo tiempo que la cruz”91.
El CIC también expone que: “La Resurrección de Cristo no fue el retorno a la vida terrena como en el caso de las resurrecciones que Él había realizado antes de Pascua: la hija de Jairo, el joven de Naím, Lázaro. Estos hechos eran acontecimientos milagrosos, pero las personas afectadas por el milagro volvían a tener, por el poder de Jesús, una vida terrena “ordinaria”. En cierto momento volverán a morir. La Resurrección de Cristo es esencialmente diferente. En su cuerpo resucitado, pasa del estado de muerte a otra vida más allá del tiempo y del espacio. En la Resurrección, el cuerpo de Jesús se llena del poder del Espíritu Santo; participa de la vida divina en el estado de su gloria, tanto que San Pablo puede decir de Cristo que es el hombre celestial”92.
1. TESTIMONIOS DE LA RESURRECCIÓN. Jesucristo resucita al tercer día y sus discípulos descubren la mañana de Pascua el sepulcro vacío, a partir de ese momento, Jesús está con ellos durante cuarenta días. Estos extraordinarios acontecimientos que narran la resurrección de Cristo, son tratados dentro del conjunto del N.T., específicamente en una serie de textos. 1.1. CONFESIONES DE FE. HIMNOS. Las confesiones de fe son los relatos literarios más antiguos que testimonian la resurrección de Jesús. Eran frases breves que se repetían y se enseñaban en la comunidad primitiva, por ejemplo, San Pablo en Rom. afirma: “Jesús es el Señor”93. Los himnos son composiciones poéticas que la Iglesia primitiva usaba en las celebraciones de la Eucaristía
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Del Jesús de la historia... y otras liturgias, y expresaban de un modo breve todo el misterio de Cristo: “Para que al nombre de Jesús doble la rodilla todo cuanto hay en los cielos, en la tierra y en las regiones subterráneas, y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor para gloria de Dios Padre”94. 1.2. RELATOS SOBRE EL SEPULCRO VACÍO. Los cuatro evangelios coinciden en relatar el hallazgo del sepulcro abierto y vacío la mañana del primer día de Pascua. Todos afirman que son las mujeres las que realizan el descubrimiento y se lo comunican a los discípulos, los cuales, manifiestan su incredulidad, (hay que tener en cuenta que en la época de Jesús, la mujer no podía ser testigo en un juicio). La exégesis histórica y literaria no se pone de acuerdo, para algunos teólogos, estos relatos sobre la tumba de Jesús, sí son auténticos signos de la resurrección del Señor, y para otros, son dudosos y discutidos, habría que interpretarlos como leyendas sacras, es decir, como relatos tardíos y populares con escasa fiabilidad histórica, aunque en ellos, se nos transmite también el convencimiento de la comunidad primitiva sobre la resurrección de Jesucristo. De todos modos, los relatos sobre el sepulcro vacío parecen innecesarios e insuficientes para afirmar la resurrección de Cristo, lo que nos quieren dar a entender los evangelistas, cada uno desde su punto de vista, es que Jesús ya no se encuentra entre los muertos y quien lo quiera encontrar no ha de mirar en su tumba. 1.3. RELATOS DE APARICIONES. Nos transmiten el encuentro de Jesús resucitado con los primeros testigos (Mc 16,6), en ellos, se comunica la experiencia inefable de los miembros de la comunidad cristiana, que proclaman haberse encontrado con el Señor vivo tras la muerte 95. El elemento común a todos los relatos de apariciones es que la iniciativa le corresponde siempre a Jesús, no hay una llamada previa o una invocación de los discípulos, por ejemplo, cuando se hace el encontradizo con los discípulos de Emaús (Lc 24,15). Desde el punto de vista literario hay dos tipos de relatos distintos: los relatos de misión y los de reconocimiento. En los primeros, Jesús se muestra reconocible y sus palabras se centran en su misión (Mt 28,10); en los relatos de reconocimiento, no se muestra reconocible de un modo inmediato y es preciso que muestre su identidad por medio de gestos o signos (Jn 20,16). En ambos
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Del Jesús de la historia... relatos, se recoge el motivo de la duda e incredulidad de algunos de los discípulos como Tomás, falto de fe ante la resurrección del Señor (Jn 20,25).
1.4. DISCURSOS KERIGMÁTICOS DE LOS HECHOS DE LOS APÓSTOLES. Están recogidos en los primeros capítulos de los Hechos de los Apóstoles de San Lucas. El día de Pentecostés, Pedro toma la palabra y proclama la resurrección de Cristo (Hch 2,36), pero, el momento central del discurso del apóstol Pedro es el kerigma, es decir, la buena noticia traída al mundo: el anuncio de la salvación conseguida por Jesús con su resurrección (Hch 4, 10-12), y que se convertirá en el núcleo de la predicación misionera96. 2. FUNDAMENTO Y CONTENIDO DE LA FE EN LA RESURRECCIÓN. La resurrección no es un hecho históricamente verificable porque es metahistórico, sólo es históricamente constatable el testimonio de los discípulos, por otro lado, nadie más ha resucitado, y por ello, el conocimiento de la resurrección de Jesús es un conocimiento único en el que no se da analogía y sólo podemos acceder por la fe. Sin el hecho de la resurrección no se explica el cambio ocurrido en los discípulos, porque desde la muerte de Jesús se encuentran en un estado de tristeza y desilusión, como los discípulos de Emaús (Lc 24,21), e incluso, ante la desaparición del cuerpo de Jesús se muestran incrédulos y críticos (Lc, 24, 11); la transformación de los discípulos del miedo al heroísmo, sólo se explica si verdaderamente vieron a Jesús resucitado. Si el hecho de la resurrección hubiese sido inventado no se explica la sobriedad de los textos evangélicos, por ejemplo, no encontramos una aparición triunfal de Jesús ante sus enemigos como satisfacción ante las injusticias recibidas. Por todo ello, la resurrección de Jesús es un hecho real que sólo conocemos por la fe, pero también está sólidamente atestiguado en la historia 97. Esta fe tiene su origen en la experiencia vivida por los apóstoles y en su encuentro con Jesús, que después de morir en la cruz, se les manifiesta vivo y en cuerpo glorioso. En definitiva, la fe en la resurrección de Jesús es un hecho central y determinante de la fe cristiana anuncia ante todo, que Jesús vive, que ha salido vencedor de la muerte y que tenía razón, confirmando y dando validez a todo su mensaje98.
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3. LA ASCENSIÓN. La resurrección de Jesús se prolonga en el N.T. con el relato de su ascensión al cielo (Hch 1, 6-11), y la donación del Espíritu (Hch 2). En la ascensión, cuarenta días después de la Pascua de resurrección, Jesús anuncia en su última aparición, la venida del Espíritu y el comienzo de la misión, después se eleva al cielo y desaparece definitivamente de la vista de sus discípulos. “En este último misterio de la vida de Jesús se expresa su señorío, su plenitud de vida y de poder, su potestad de Rey del universo” 99. Este acontecimiento manifiesta la exaltación de Jesús a la derecha del Padre, pero también marca el inicio de una nueva época en la que el grupo de sus discípulos continuará anunciado la buena noticia. El Catecismo de la Iglesia Católica resume así la enseñanza de la Revelación sobre esta verdad de fe: “La ascensión de Jesucristo marca la entrada definitiva de la humanidad de Jesús en el dominio celestial de Dios de donde ha de volver, aunque mientras tanto lo esconde a los ojos de los hombres”100. 4. PENTECOSTÉS. “Es la efusión escatológica del Espíritu Santo” y “el coronamiento de la Pascua de Cristo”101. La venida del Espíritu Santo anunciada por Jesús, tuvo lugar el día de la fiesta de Pentecostés, donde los discípulos son testigos de los acontecimientos extraordinarios que se producen en el cenáculo - viento fuerte, lenguas de fuego y la glosolalia – (Hch 2, 2-4), y que posteriormente suscitan los carismas y la santificación de los presentes. La efusión del Paráclito, revela definitivamente el alcance de la misión que Jesús había confiado a los suyos el día de la ascensión, y se le otorga en plenitud a los discípulos que reciben la fuerza para dar testimonio; es ahora cuando comienza el tiempo de la Iglesia, que ha de continuar su obra completando el reino anunciado por Jesús e inaugurado en su resurrección102.
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SEGUNDA PARTE PUNTO DE LLEGADA: EL CRISTO DE LA FE
1. PARTIMOS DEL JESÚS DE LA HISTORIA Y LLEGAMOS AL CRISTO DE LA FE.
El Jesús de la historia es el Jesús que podemos reconstruir a partir de los datos bíblicos, utilizando todos los métodos histórico-críticos disponibles y los criterios de historicidad. Este Jesús, es históricamente existente, aunque no se identifique plenamente con el Jesús real. El Jesús histórico no es sólo una mera reconstrucción intelectual, sino que lo encontramos en el interior del Jesús real, además, tiene efectivamente rostro, conciencia, corazón y sentimientos humanos. Por el contrario, el Cristo de la fe, es la respuesta de fe de los primeros discípulos en su encuentro con el Jesús histórico, y se convierte en la aceptación del Jesús histórico también en la práctica de la fe de la comunidad primitiva. Es fundamental descubrir la relación entre el Jesús de la historia y el Cristo de la fe, y de ese modo poder vivir plenamente al Jesús de la historia como referencia para nuestra fe en la actualidad, para ello, es necesario la reconstrucción histórica previa del Jesús de la historia considerada e interpretada por los cuatro evangelios, pero teniendo en cuenta, que el Jesús de la historia no puede ser vivido en nuestra práctica de fe como un puro dato arqueológico, sino se “saborea” íntimamente desde el Cristo de la fe. “Cualquier cosa que pueda significar en la teología cristiana de los dos últimos siglos la búsqueda del Jesús histórico, y sea cual fuese la tensión que pueda encontrar entre este último y el Cristo de la fe, es imposible comprender la personalidad de Jesús el Cristo si se borran o minimizan los rasgos concretos de un judío que vivió y murió no hace más de sesenta generaciones”103.
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“JESÚS ES EL CRISTO”104. La fórmula primitiva: “Jesús es el Cristo”, no es una invención de los primeros
cristianos para montar una farsa en torno a la figura de Jesús de Nazaret. Hay un núcleo común a los evangelios y al resto de los escritos del N.T. que abarca cuatro rasgos distintivos de la personalidad histórica de Jesús: su libertad, su proclamación de la igualdad entre todos los hombres, su apertura hacia los marginados de la sociedad y su amor solidario a Dios Padre. El proyecto vital de Jesús consistió en llevar a los hombres a la plenitud humana, es decir, a convertirlos en hijos de Dios, por eso chocó frontalmente con el Templo y con la ley, y por eso lo mataron; por ello, cuando los cristianos damos a Jesús de Nazaret el título de Cristo, lo que queremos expresar es que en ese hombre concreto, en el hijo de María y de José el carpintero, se manifiesta en grado sumo el misterio de Dios. Él es el ecce homo (“he aquí el hombre”), en el que se produce la auto-revelación de Dios. Cristo, como Mesías, emerge en Jesús en una grado de profundidad e intimidad que puede decirse que él y el Padre son una misma cosa. Si Cristo cobra forma y conciencia en Jesús, eso quiere decir que él ya existía antes, pero ahora es la Iglesia la portadora privilegiada de este misterio, y su misión es hacerlo siempre presente afirmando que: “Jesús es el Cristo”. 3. JESÚS, HIJO DE DIOS Y HOMBRE VERDADERO. El mejor camino para llegar a conocer a Dios es conociendo a Jesús como revelador del Padre. Cuando Jesús dice: “yo como, yo ando, yo vivo”, es Dios mismo quien lo dice. Por ello, al ver la imagen de Jesús, vemos la verdadera imagen de Dios, es decir, la mejor imagen de Dios realizada, pero también vemos al hombre verdadero, y a todos los demás hombres en la medida en que realicemos en nosotros la misma imagen de Jesús. Aunque todos estemos creados a imagen de Dios, reproducimos la imagen que de Dios nos da de Jesús, con mayor o menor semejanza. Pero Jesús, ante todo, es el Hijo de Dios, como nos describe el credo de las formulaciones de los concilios, y nos revela al Dios todopoderoso de la fe tradicional de Israel que resucita a su Hijo y lo devuelve a la vida, al Dios eterno que convierte a su Hijo en mortal y al Dios infinito que hace que su Hijo asuma nuestra historia con sufrimiento y dolor en la cruz. Por ello, Jesús no deja de ser Dios para ser
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Del Jesús de la historia... hombre, pero tampoco es menos hombre que nosotros por ser Dios, sino que precisamente por habitar en él la divinidad realiza la más perfecta imagen de Dios, y es que no puede haber competencia entre el hombre y Dios, sino cooperación a distintos niveles, porque Dios se ha encarnado y se ha unido a nuestra humanidad y a nuestra historia, lo que confirma definitivamente que su interés es el hombre. 4. JESUCRISTO SALVADOR ÚNICO UNIVERSAL. La salvación, desde el punto de vista cristiano, es la realización del sentido de la vida humana, así pues, la salvación del hombre particular y la salvación del hombre como humanidad en su conjunto, está en corresponder al amor libre y gratuito de Dios; aquí adquiere protagonismo la figura de Jesús, que como mediador de los hombres corresponde al amor incondicional de Dios Padre. Pero el pecado que reina en el mundo, no corresponde al amor gratuito de Dios y nos aleja del plan de salvación, por ello, la misión redentora de Jesús es la de salvarnos del pecado y de la muerte con su propia muerte en la cruz, y así reparar la ofensa de los hombres para poder reconciliarnos con Dios.
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CONCLUSIÓN GENERAL. En la introducción citaba a Jesús de Nazaret como: “un personaje de permanente actualidad”. Lo cierto es que al concluir este trabajo, mi opinión no difiere de la del comienzo, sino que la confirma e incluso va más allá. Jesús es el protagonista definitivo de la historia del hombre, su coyuntura histórica lo trasciende de las diferentes tradiciones religiosas y culturales, rompe moldes y está muy por encima de las crisis de las religiones de la época contemporánea; pero, aunque en mi exposición haya querido poner el acento en la humanidad de Jesús, lo he entendido como un extenso punto de partida, que tiene como colofón la manifestación plena del Padre en su divinidad. Jesús hizo a Dios accesible a todos lo hombres y proclamó unos valores humanos que son patrimonio de todos. A pesar de ello, hoy en día, sigue existiendo la posibilidad de interpretar mal a Jesús. Es cierto que todavía permanecen muchos interrogantes sobre su vida, pero ello, no ha de permitir que desfallezca el valor de la investigación, es necesario evaluar con la mayor objetividad posible los datos históricos susceptibles de proceder de su persona, así, las diferencias que puedan existir entre teólogos o historiadores no deben apartarse del reconocimiento de que Jesús, es el Cristo, como afirma Walter Kasper; éste sí que es el auténtico rostro de Jesús de Nazaret, y no puede estar supeditado a las modas o extravagancias que se planteen en cada época. En resumen, Jesús fue hombre, y tuvo una historia humana que puede y debe investigarse seriamente, porque es esencial para poder conocer a Dios y darle un sentido último a nuestra vida. La diferente bibliografía que he manejado coincide en una serie de afirmaciones que son clave para poder comprender el Jesús de la historia:
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Del Jesús de la historia... Jesús de Nazaret, vivió en tiempos del emperador Augusto a comienzos de nuestra era en Palestina, y era hijo de María y José el carpintero. Es imposible reconstruir la biografía completa de Jesús con las fuentes que disponemos. Los evangelios se interesaron más por la realización histórica del plan de Dios y no tanto por los personajes históricos. Los evangelios de la infancia de Jesús en Mateo y Lucas apenas trataron su historia. Su ministerio público se inauguró con el bautismo en el río Jordán, es a partir de este momento, cuando empezamos a tener más datos históricos sobre la vida de Jesús. Con la constitución del grupo de los doce, Jesús expresó su voluntad de restablecer el nuevo Israel, el pueblo elegido. Las mujeres también fueron parte integrante de su movimiento. Su conducta fue escandalosa para la época: se relacionaba con pecadores, publicanos y prostitutas, lo que provocó por un lado, entusiasmo, y fascinación, pero por otro, sospechas y rechazo, por ello, el movimiento de Jesús era inclusivo y buscaba reintegrar a los excluidos del pueblo. El mensaje de Jesús se resumía en el mandamiento del amor al enemigo, por ello, siempre animaba a la conversión y a estar preparados para la llegada del Reino de Dios. Su predicación se vio acompañada por acciones milagrosas que eran signos de fe, y mostraban la irrupción del Reino de Dios. Fue un judío profundamente religioso. Su concepción de Dios como Padre rompió los esquemas tradicionales del judaísmo. Él tuvo conciencia de ser el Hijo de Dios, pero sus contemporáneos no lo tenían nada claro, lo definían como un loco, un profeta, un revolucionario, el Mesías, etc. Su lucha no fue nunca contra los poderes políticos o religiosos, aunque por su predicación chocase continuamente con ellos. Tampoco se identificó con la ideología ni con el sistema social dominante. Sus principales enemigos fueron las autoridades judías, sobre todo las sacerdotales que eran de orientación saducea, temieron que Jesús desencadenara un movimiento popular que provocase la represión de los romanos.
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Del Jesús de la historia... La muerte de Jesús está atestiguada en los cuatro evangelios y es el dato histórico más incuestionable de su vida Se manifiesta como el ofrecimiento expiatorio a Dios es favor de todos los hombres. La muerte de Jesús es el centro de la fe cristiana, no entenderlo así, es acercarla peligrosamente a la mitología o ideología. La resurrección de Jesús fue la confirmación definitiva de su persona y de su causa. La resurrección tuvo su manifestación histórica en Jesús de Nazaret, que fue crucificado, muerto y sepultado, hechos que impiden que se la pueda considerar como mero acontecimiento de fe; por todo ello, representa la unidad íntima de un acontecimiento que es a la vez histórico, soteriológico y teológico. El camino recorrido en la búsqueda del Jesús histórico se divide en tres etapas: La primera de ellas corresponde a la etapa liberal y precrítica, a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. Aparecen muchas obras sobre la vida de Jesús con una tendencia imaginativa e idealista. La segunda etapa, en cambio, fue muy crítica y negó la posibilidad de reconstruir el Jesús histórico. R. Bultmann, reacciona contra la etapa anterior afirmando que del Jesús de la historia sólo sabemos que existió, pero nada más. Su escepticismo es total, hasta el punto de creer que los cuatro evangelios son una creación de la fe de las primeras comunidades. A mediados del siglo XX, se supera el escepticismo de la etapa anterior y se recupera la confianza en el encuentro con el Jesús de la historia. El paso de la “historia de las formas” a la “historia de la redacción”, ha permitido estudiar los textos evangélicos desde una perspectiva histórica, geográfica, arqueológica, y cultural, por lo que ahora se puede reconocer mejor la diferencia y la continuidad entre el Jesús histórico antes de su muerte, y la tradición oral y la labor de redacción de los diferentes evangelistas.
“El redentor del hombre, Jesucristo, es el centro del cosmos y de la historia”105. JUAN PABLO II
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Del Jesús de la historia...
José Manuel Míguez Rodríguez 25 de Julio de 2005. Fiesta de Santiago Apóstol.
BIBLIOGRAFÍA • • • • • • • • • • • • • • • • • • •
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REVISTAS
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TEXTOS DEL I.S.C.R.D. “SAN AGUSTÍN”
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CITACIONES
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Schwarz, Lo que verdaderamente dijo Jesús, 13. Perrot, Jesús de Nazaret, 7. 3 Peláez, Un largo viaje hacia el Jesús de la historia, en Tamayo Acosta, J.J. (dir.), Diez palabras claves sobre Jesús de Nazaret, 68. 4 Josefo, Antigüedades Judías Vol. II. Libro XVIII. Cap. 63, p. 1.089. 5 De Pedro, Diccionario de términos religiosos y afines, 229. 6 De Sobrino, Así fue Jesús, 13. 7 Klausner, Jesús de Nazaret: su vida, su época, sus enseñanzas, 253. 8 Vila, ¿Qué es un evangelio?, 14 9 Vila, ¿Qué es un evangelio?, 20 10 Mc 1,1. 11 Mc 1,11. 12 Aguirre – Rodríguez, La investigación de los evangelios sinópticos y Hch., 94. 13 Aguirre – Rodríguez, La investigación de los evangelios sinópticos y Hch., 172. 14 Caba, De los evangelios al Jesús histórico. Introducción a la cristología, 158. 15 Jn 21,7.20,24. 16 Caba, De los evangelios al Jesús histórico. Introducción a la cristología, 252. 17 Texto de CC.RR., Nuevo Testamento, 131-132. 18 Leon-Dufour, Vocabulario de Teología bíblica, 643-644. 19 Pannikar, La plenitud del hombre, 197. 20 Busto Saiz, Cristología para empezar, 26. 21 Peláez, Un largo viaje hacia el Jesús de la historia, 85. 22 Peláez, Un largo viaje hacia el Jesús de la historia, 88. 23 Peláez, Un largo viaje hacia el Jesús de la historia, 99. 24 Peláez, Un largo viaje hacia el Jesús de la historia, 119. 25 Klausner, Jesús de Nazaret: su vida, su época, sus enseñanzas, 121. 26 Texto de CC.RR., Teología Fundamental: la Revelación, 31. 27 Crossan, Jesús vida de un campesino judío, 478. 28 Texto de CC.RR., Historia de Israel, 160 29 George – Grelot, Introducción crítica al N.T. vol. I, 92. 30 George – Grelot, Introducción crítica la N.T. vol. I, 101. 31 George – Grelot, Introducción crítica la N.T. vol. I, 107. 32 Schwarz, Lo que verdaderamente dijo Jesús, 140. 33 De Pedro, Diccionario de términos religiosos y afines, 246. 34 Texto de CC.RR., Historia de Israel, 168. 35 Fondevila, Realidad histórica de Jesús de Nazaret, 131. 36 Karrer, Jesucristo en el N.T., 60-61. 37 Texto de CC.RR., Cristología, 113. 38 Biffi, Jesús de Nazaret: centro del cosmos y de la historia, 46. 39 Texto de CC.RR., Antiguo Testamento, 47. 40 Garzón, El judío Jesús, en Tamayo Acosta, J.J.(dir.), Diez palabras clave sobre J. N., 130. 41 Biffi, Jesús de Nazaret: centro del cosmos y de la historia, 48. 42 Sanz Pascual, Jesús el mito y la sombra, 82. 43 Mc 2,27. 44 Mt 15,11. 45 Texto de CC.RR., Antiguo Testamento, 30-31. 46 Denzinger, El Magisterio de la Iglesia. D-2274, p. 780. 47 Guijarro, Introducción a los evangelios sinópticos y a los Hch., 236. 48 Texto de CC.RR., Teología Fundamental: la Revelación, 73. 49 Texto de CC.RR., Cristología, 145. 50 Sobrino, Jesucristo liberador: Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret, 192. 51 Mt 8,20. 52 Guijarro, Introducción a los evangelios sinópticos y a los Hch., 160 53 Mc 3, 13-14. 54 Aguirre Monasterio, Aproximación actual ó Xesús da historia, 466/26. 55 Texto de CC.RR., Nuevo Testamento, 46. 56 Tamayo Acosta, Hacia la comunidad: Dios y Jesús. El horizonte religioso de Jesús de Nazaret, 65. 57 Busto Saiz, El Jesús histórico, 21. 2
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Hilgert, Jesús histórico. Punto de partida de la cristología latinoamericana, 136. De Pedro, Diccionario de términos religiosos y afines, 205. 60 De Sobrino, Así fue Jesús, 369. 61 Sobrino, Jesucristo liberador: Lectura histórico-teológica de Jesús de Nazaret, 122-123. 62 Schillebeeckx, Jesús, la historia de un viviente, 164. 63 Borrell, Jesús de Nazaret, un profeta poderoso en obras, 33. 64 Perrot, Jesús de Nazaret, 58. 65 Karrer, Jesucristo en el N.T., 378. 66 Kasper, Jesús, el Cristo, 121. 67 Sanders, La figura histórica de Jesús, 55. 68 Sanders, La figura histórica de Jesús, 169. 69 Aguirre Monasterio, Aproximación actual ó Xesús da historia, 466/26 70 Fernández-Carvajal, Vida de Jesús de acuerdo con los relatos evangélicos, 275. 71 Tamayo Acosta, Hacia la comunidad: Dios y Jesús. El horizonte religioso de Jesús de Nazaret, 89. 72 Lc 11, 2-4. 73 Documentos completos del Vaticano II. Lumen Gentium, 5, p. 11. 74 Equipo de Consiliarios, Jesucristo. Catecumenado para universitarios, 57. 75 Busto Saiz, El Jesús histórico, 17. 76 Jn 1,14. 77 Texto de CC.RR., Cristología, 125. 78 Texto de CC.RR., Cristología, 126. 79 Texto de CC.RR., Cristología, 128. 80 Texto de CC.RR., Cristología, 131. 81 Crossan, Jesús vida de un campesino judío, 429-430. 82 Texto de CC.RR., Cristología, 133. 83 Sobrino, El crucificado, en Tamayo, J.J. (dir), Diez palabras clave sobre Jesús de Nazaret, 296. 84 González Faus, Memoria subversiva, memoria subyugante: presentación de J. N., 11. 85 Equipo de Consiliarios, Jesucristo. Catecumenado para universitarios, 95. 86 Fondevila, Realidad histórica de Jesús de Nazaret, 170. 87 Karrer, Jesucristo en el N.T., 228. 88 Sobrino, El crucificado, 319. 89 González Faus, Memoria subversiva, memoria subyugante: presentación de J. N., 12. 90 Schillebeeckx, Jesús, la historia de un viviente, 290. 91 Catecismo de la Iglesia Católica, Nº 638, p. 170. 92 CIC, Nº 646, p. 173. 93 Rom 10,9. 94 Flp 2, 10-11. 95 Busto Saiz, Cristología para empezar, 101. 96 Busto Saiz, El resucitado, en Tamayo J.J. (dir), Diez palabras clave sobre Jesús de Nazaret, 377. 97 Texto de CC.RR., Cristología, 135. 98 Hilgert, Jesús histórico. Punto de partida de la cristología latinoamericana, 164. 99 Fernández-Carvajal, Vida de Jesús de acuerdo con los relatos evangélicos, 699. 100 CIC, Nº 665, p. 178. 101 León-Dufour, Vocabulario de teología bíblica, 679-680. 102 Denzinger, El Magisterio de la Iglesia, D-2288, p. 791. 103 Pannikar, La plenitud del hombre, 77. 104 Kasper, Jesús, el Cristo, 128. 105 Juan Pablo II, Redemptor Hominis Nº 1, p. 7. 59