Walter Horacio "Lacho" González, Campeón en 1996
Julio Estacuy, Campeón en 2007
Carlos Coyoy Campeón en 1980
Justo Rufino "Chacatay" López, Campeón en 1962
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69 Aniversario Xelajú M.C.
Quetzaltenango, sábado 26 de febrero de 2011 • elQuetzalteco
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Mario Camposeco fue el fundador del equipo del pueblo
El Caballero del Deporte Por c. guzmán y G. Calderón
Mario Camposeco, aparte de sus virtudes futbolísticas, también dejó su huella en el equipo Xelajú, al ser su fundador; como agradecimiento, sus compañeros, después de su muerte, le agregaron su nombre.
M
ario Salvador Camposeco, conocido como “El Caballero del Deporte”, una de las personas más importantes dentro de la institución que hoy se llama Xelajú, ya que aparte de la gloria que le dio como jugador, también fue su fundador. De acuerdo a los datos proporcionados por Doña Dora Linda Álvarez de Camposeco y confirmados por el señor Armando Paniagua, Xelajú tuvo sus orígenes por la desaparición del equipo Germania y del malogrado equipo América de Quetzaltenango, quienes perdieron la final del Campeonato Nacional de 1939, pues nunca pudo reponerse de esa derrota y desapareció. De estos dos cuadros Mario Camposeco tomó a sus mejores exponentes formó el equipo al que le denominó Asociación Deporti-
El "Caballero del Deporte", la malograda figura del deporte quetzalteco.
va Independiente de Xela, ADIX, a quien entrenó y mantuvo con sus propios fondos. Desde un principio, el equipo que fundó el "Caballero de la Cancha" utilizó el uniforme tradicional de Xelajú Mario Camposeco, camisola roja, pantaloneta azul y medias rojas, que eran similares a los de Germania, pero eran los colores del Sexto Estado y que representaban a Xela, los cuales eran confeccionados por su señora madre, Herminia López, quien junto a su esposo, don Eladio Camposeco, apoyaron a su hijo.
El mote
Mario, entre sus amigos, era conocido con el mote de "Cabro", pero por tener un carácter sencillo, humilde dentro y afuera de la cancha, y que la fama nunca limitó su don de gente, se le conoció como El Caballero de la Cancha. Pero a nivel nacional se
Mario Camposeco -primero de abajo, junto a otro inmortal del futbol guatemalteco, Pepino Toledo, jugando con Municipal.
Mario Camposeco, con el equipo Xelajú, que ganó 10 títulos locales seguidos.
le conocía como el "Caballero del Deporte", ya que dominaba con cierta facilidad todos los deportes, inclusive para las ferias de Xela, en un mismo día jugaba partidos de futbol con Xelajú, baloncesto con el equipo que también él fundó, Excélsior, y béisbol, y aún le quedaban energías para bailar por la tarde.
Seleccionado
Una anécdota de los dotes de deportistas de Mario Camposeco sucedió en los en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, que se celebraron nuestro país, ya que fue seleccionado para integrar el equipo de futbol, en donde fue un habitual titular, y también fue llamado para integrar el combinado nacional de baloncesto, pero el entrenador de la selección de futbol, el argentino Palomini,
Fotos cortesía: Familia Camposeco Álvarez
Mario Camposeco, en su lugar de trabajo, la Muni de Xela. no le permitió que lo hiciera como basketbolista. Por sus grandes cualidades siempre integraba las selecciones de su época.
Uno de los equipos del Xelajú que brillaron con Mario Camposeco, quien también dominaba otros deportes.
Luego de la trágica muerte de Mario, la mayoría de sus compañeros siguieron manteniendo al equipo Xelajú, especialmente su hermano Arnoldo Camposeco.
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Foto: Giovanni Calderón
título a Xelajú. s jugadores que le dieron el primer ez representa a un grupo de grande
Justo Rufino Lóp
a con orgullo los "Chacatay" López cuando paseabs del país. cha can colores del Xelajú, por las
Justo Rufino "Chacatay" López, Tricampeón en 1962
El hacedor de goleadores Por Carlos Guzmán y Giovanni Calderón
El polifacético jugador se desenvolvió en todas las posiciones dentro de la cancha; muchos lo reconocen, entre ellos, René Morales y Ramón Aparicio, como el jugador que más pases a gol les brindó.
C
hacatay López, una de las tantas figuras del equipo que consiguió el primer título para Xelajú, habla con cierta nostalgia de hechos que vivió,
junto con sus compañeros, en aquellos dorados tiempos: "El campeonato del 62' tuvo varias cosas especiales, una de ellas, las más importante, es que nunca se había saboreado un campeona-
to fuera de la capital, con el agregado que en ese tiempo saboreamos tres: Campeón de Liga, Campeón de Copa y el Campeón de Campeones. Eso es lo más grande que nos pudo haber pasado".
Agregó: "Era un título que Quetzaltenango se lo merecía desde mucho tiempo, ya que el volumen de juego de Xelajú era uno de los mejores del país, en ese tiempo. La calidad que tenían los jugadores de esos tiempos era muy buena". "Chacatay" también habló sobre la base de ese título: "Fue el cariño que se le tenía al equipo, el traba-
jo en los entrenamientos, el esfuerzo y la garra en el campo de juego, lo que era complementado con la calidad de jugadores que integraban el equipo del 62, especialmente elementos muy vivos que ponían sus virtudes a favor de su equipo. Todos teníamos esa calidad que sólo los grandes poseen". La anécdota de la final: "Cuando todos los aficionados Cremas nos esperaban para no dejarnos dormir, nosotros optamos por hospedarnos en San Lucas Sacatepéquez, dejando con los colochos a los aficionados y a la prensa en la Capital".
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Carlos Coyoy, campeón en 1980
Garra y picardía quetzalteca Por Carlos Guzmán y Giovanni Calderón
Carlos Coyoy demostró la velocidad y picardía de los punteros de antaño; además le agregó a su juego la garra propia de los jugadores de extirpe de Quetzaltenango.
E
Foto: Giovanni Caldrerón
Carlos Coyoy
a los quetzaltecos. mantiene el orgullo que identifica
l segundo título conquistado por Xelajú fue en base a la unión del grupo, recordó Carlos Coyoy, quien agregó: "Fue un título ganado por la unión que se tenía con los compañeros, ya que funcionamos como un gran equipo; inclusive, los que estaban en la banca se integraban cuando les tocaba jugar, y la confianza que nos dio el entrenador Javier Mascaró fue primordial para lograrlo". "A pesar que en el camino del torneo tuvimos problemas internos y se tuvieron que ir varios compañeros de gran cartel, al final para el club fue bueno, ya que se les dio oportunidad a varios jóvenes quetzaltecos que respondieron", puntualizó Coyoy. Agregó: "La obtención del título en 1980 ha sido la más larga y dramática, ya que en el último partido de la fase final, nosotros teníamos que ganarle a Suchitepéquez para ser campeones; pero, ante un
durante mucho Carlos Humberto Coyoy, un ícono tiempo del equipo Xelajú M.C. lleno impresionante, los nervios nos traicionaron y tuvimos que esperar ocho días para salir campeones". Por último, Coyoy manifestó: "El festejo de ese título fue una celebración de Año Nue-
vo, a las cinco de la tarde, que fue cuando terminó el partido, antre Reu y Galcasa. Ese año fue redondo; me casé, fui nominado el mejor jugador del campeonato y fuimos campeones".
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Foto: Giovanni Calderón
terior celebración. talgia la obtención del título y la pos nos con rdó reco z zále Gon acio Hor
la capital, en "Lacho", con la Copa obtenida en 1996.
Horacio "lacho" gonzález, campeón de 1996
El de los pases mágicos Por Carlos Guzmán y Giovanni Calderón
Horacio González, uno de los cuatro jugadores privilegiados del medio campo con que contaba el equipo Xelajú campeón de 1996, que le propinaron a Comunicaciones el golpe más duro de su historia.
H
oracio "Lacho" González recuerda los pasajes más importantes del título alcanzado por el equipo Xelajú de 1996: "Lo que más recuerdo de esa
final, que para mí era la primera experiencia en estas instancias, fue el marco impresionante de aficionados quetzaltecos que se concentraron en el estadio La Pedrera, eso nos dejó marcados a cada uno".
"En lo futbolístico, la base fue el grupo que el técnico Marvin Rodríguez supo reunir, especialmente al haber tenido cuatro ticos en nuestras filas; además, la media cancha que se for-
mó fue muy buena; pero la línea defensiva no se quedaba atrás, ya que nosotros los volantes nunca tuvimos que marcar, sabiendo que atrás habían jugadores con actitud y garra, como perros de caza; era un equipo homogéneo". González contó una anécdota que identificaba al equipo y que se dio en el juego final: "Estábamos listos
para saltar al campo, cuando el argentino Miranda nos dijo que nos iban a temblar las piernas por el marco de público, pero Alberto Solano le respondió: ¿Cuál es el problema? si a mi boda llegó mucha más gente, eso nos sirvió para quitarnos la presión". La celebración de ese título nos marcó para siempre, apuntó "Lacho". "La celebración no tiene precio. Aparte de las cosas materiales que te puede dar el futbol, ese recibimiento te llena de orgullo. Esos recuerdo son los más lindos que un jugador puede tener, porque te acompañan siempre".
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Foto: Giovanni Calderón
nta a los quetzaltecos en los equipos
, represe El guerrero del Xelajú, Julio Estacuy
que han salido campeones.
JUlio Estacuy, campeón en clausura 2007
El guerrero de la media cancha Por Carlos Guzmán/Gionvanni Calderón
Julio Estacuy, un jugador toda potencia, entrega y sacrificio en beneficio de la causa altense; pieza importante en el armado de Carlos Jurado para conquistar la Cuarta Luna del equipo de los quetzaltecos.
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ara el quetzalteco Julio Estacuy la base para salir campeones en el 2007 fue: "El compañerismo y compromiso que cada uno demostró fue esencial, porque nos permitió salir adelante. Primero entramos de cuarto a la fase de clasificación, luego perdimos el primer partido acá en Xela, pero esos atributos nos permitieron salir adelante; además, la combinación entre experiencia y juventud fue parte del éxito". Julio agregó: "Lo que más recuerdo es el apoyo de nuestra afición, cuan-
do llegaban al hotel en donde estábamos concentrados antes del juego en San Marcos. Llegaban a alentarnos, a pesar de que llevamos un marcador adverso; después, el trayecto de aquí a San Marcos y el recibimiento en el estadio fue impresionante. Levantar la Copa y luego el trayecto de regreso y el recibimiento de nuestra afición fue lo más agradable de haber salido campeones". El orgullo de Estacuy: "Ser uno de los pocos quetzaltecos nacidos en este pueblo que ha sido cam-
peón me llena de orgullo, una meta que me propuse cuando entré a la especial del equipo, cuando tenía 17 años. Soñé con un título, por lo que sabía que sólo con motivación, trabajo, esforzándose y el compromiso, lo iba a lograr". Finalmente, dijo: "Hay muchas anécdotas, pero la más importante fue el optimismo que había en el equipo y el compromiso que adquirimos todos en la noche previa al partido, ya que hablamos que ellos iban a estar confiados y que eso le teníamos que aprovechar".
Foto: Giovanni Calderón
ioso, campeón con Xelajú. Julio Estacuy y su momento más glor