Luis Fernando Isaza Robledo
Esta es una publicación de ShowPlace Calle 147 # 7-70. Bogotá - Colombia.
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Prohibida su reproducción parcial o total, en cualquier forma, sin permiso previo de ShowPlace
Segundo Edición, Bogotá, Agosto de 2020
ISBN: 978-958-8284-11-8
ernando Isaza Robledo
Ilustración: María de Pilar Rodríguez Duplat
Diagramación: Terry Escobar
La historia que les voy a contar es una historia sin igual; diferente a todas las demás. Es mi historia, la de mi familia y la de este lugar único e increíble llamado
ShowPlace y de nuestro concepto pedagógico: El Edutenimiento.R
Yo soy Showberto, el jefe de este lugar. Un hombre sencillo, de origen humilde, a veces malgeniado y en ocasiones desordenado. Soy alegre y aunque de poca formación académica y escasa sociafílica, me encanta servir a las personas, no importa su origen, su raza o su riqueza y esforzarme para que sean felices cuando están conmigo.
Mi padre, el Generalísimo, murió cuando yo apenas tenía 7 años, por lo que desde muy pequeño he tenido que trabajar para ayudar a sostener a mi familia: mi mamá y mi hermano. Pero en la corta vida en que lo conocí se preocupó con militar esmero por enseñarme sobre los valores, especialmente el respeto que debo tener como ciudadano, como amigo y como miembro de una familia.
De hecho, mi padre a veces aparece como por arte de magia, para pasar revista de mi comportamiento.
Mi mamá es el eje de toda nuestra familia. Se llama Mamatilda. Aunque ya tiene sus años, está muy bien conservada, rozagante y vigorosa, especialmente cuando de fiestas y baile se trata.
Es una bailarina extraordinaria, a veces se le va la mano y hasta me da miedo que le de un infarto cuando la veo bailando como si fuera una quinceañera. Entonces ella me dicehay que gozarse la vida, mijito. -
Pero aún así siempre le recuerdo el trastorno que le dio aquel día cuando conoció a mi novia Rosy y la retó a un baile de flamenco. Entre ellas todo empezó con odio a primera vista, cuando se conocieron el día en que mi mamá me llevó a clases de baile a la afamada escuela “Pointd'pie”. Rosy fue mi primera profesora y desde aquel momento ha sido el amor de mi vida, a pesar de su mascota, aquel chandoso y celoso Rufus que la acompaña para arriba y para abajo, y de su constante preocupación por evitar que me coma los chocolates que tanto
me gustan.
Mamatilda también tiene un don especial para contarles cuentos a los niños. Cuando lo hace, en compañía de su loro Rigoberto, el loro caribeño que le regaló mi padre cuando cumplieron los 10 años de casados,
los niños quedan embrujados, como si estuvieran viendo y viviendo lo que ella está contando. Y cuando lo hace con Smith, su loro de Alabama, los niños aprenden algunas palabras de inglés que el loro va repitiendo durante la historia.
Miguel, mi hermano menor, ha sido siempre un hombre afortunado. Es un bonachón, de pura verdad, el ser más bondadoso y alegre que he conocido en mi vida. Después de terminar su bachillerato se ganó una beca para estudiar cocina en París en la famosa escuela de - El Cordón Azul. Desde entonces lo llamamos cariñosamente Migue Mantequilla. Es extremadamente ordenado y a pesar de su constante incumplimiento en todo, su trabajo de grado “Receta para una Cara Feliz” lo ha lanzado a la fama, hasta el punto que hoy se le conoce como
“el psicólogo de la cocina.”
Como ya conocen a mi familia voy a contarles lo que un día me sucedió.
Hace algunos años, no tantos, fui el animador del gran circo de los hermanos Cascarita, un enorme circo, con payasos, acróbatas, magos, animales salvajes y muchas cosas más. Me encantaba mi trabajo. Estar con los niños y divertirlos había sido siempre uno de mis grandes sueños. Hasta que un día observé como maltrataban a los animales y por defenderlos fui retirado de mi cargo de forma indefinida. Quedé desempleado.
Fue entonces, cuando fui a trabajar a una tienda de videojuegos. Al comienzo fue genial. Servir a los niños siempre ha sido mi pasión.
Pero con los días, me di cuenta que este no era el lugar para mi. No me gustaba lo que veía.
Me daba cuenta que los niños se volvían agresivos, violentos y a veces quedaban enviciados con estos juegos.
Mi trabajo no ayudaba a formar en los niños mejores personas.
Nuevamente quedé sin trabajo. Día tras día recurría a lugares que ofrecieran servicios para los niños pero no encontraba nada que llenara mi corazón.
Había lugares con enormes carruseles, ruedas giratorias, carros locos, enormes saltarines o lugares donde se motivaba a los niños para que se comportaran como adultos. Pero ninguno de ellos cumplía lo que yo quería: un lugar especial, diferente, donde los niños realizaran actividades divertidas que los ayudaran en su crecimiento como personas, donde nunca dejaran de ser niños y en donde pudieran compartir momentos deliciosos con sus familias.
Caminaba sin rumbo buscando trabajo. De pronto, una noche estaba sentado solo cerca al parque de mi casa, meditaba sobre mi futuro... entonces aterrizó frente a mí un objeto volador no identificado desde el cual vi bajar dos rarísimas figuras. Eran como dos arepas amarillas que caminaron hacia mí. Me asusté mucho. No sabía
qué hacer.
Pero al acercarse vi que tenían una dulce expresión y aunque yo no escuchaba nada, percibí que eran indefensos y trataban de comunicarse conmigo. Sin duda, eran dos
niños extraterrestres. Inmediatamente pensé: - Con ellos podré formar mi propio circo, serán mis mascotas. -
Efectivamente logré que los niños me siguieran y los invité a mi casa. Al llegar, mi mamá se pegó el susto de su vida. - ¿Y cómo vamos a tener a estas enormes criaturas en la casa? - me dijo.
- ¿Pero no ves que apenas son unos indefensos niños? - le contesté, y ante mi insistencia aceptó que se quedaran por un par de días.
Los días fueron pasando y mi mamá y yo nos fuimos encariñando con los niños, a quienes llamamos Paco y Tuti. Como por arte de magia y sin necesidad de hablar, comencé a comunicarme con ellos.
Supe que venían de un planeta desconocido y lejano llamado Voxtar, donde vive una extraña raza que creía saberlo todo y que al no tener nada nuevo que aprender, ningún nuevo reto que superar, decidieron enviar a los niños al espacio para que encontraran algún otro planeta en donde aprender nuevas cosas. Pero con una condición: el día que dejaran de aprender debían regresar a casa.
Comprendí que tenía que enseñarles algo nuevo a los niños todos los días. Pero yo sabía muy poco. Por eso, encomendé a mi mamá para que lo hiciera.
Yo me dediqué a organizar mi nuevo circo, el cual, sin ninguna duda, tendría un éxito fenomenal.
Pero mi mamá se opuso preguntó furiosa
a esta gran idea. para aprender,
- - ¿ Un circo con los niños? -
- ni de vainas. Los niños no vinieron a pertenecer a un circo, ni mucho menos a trabajar.
Los niños están aquí para crecer,
para jugar...
¡para ser niños! -
Comenzaron tiempos difíciles pues yo, aunque estaba sin empleo, ahora tenía dos nuevos hijos adoptivos en casa. Mientras buscaba trabajo, mi mamá, que les había cogido mucho cariño, les leía cuentos y de vez en cuando les enseñaba alguno de sus pasos de baile.
Hasta que cierto día llegaron los Voxtarianos y al conocer lo que habíamos hecho con los niños se pusieron furiosos.
Quisieron llevárselos, pero afortunadamente, pude convencerlos que haríamos un mejor esfuerzo para que los niños aprendieran
mucho más.
Entonces llamé a mi hermano Migue Mantequilla, quién en ese preciso momento participaba en el concurso mundial de comida para niños.
Algunas semanas después regresó desde París, acompañado de Filomena, su excéntrica novia y empezó a enseñarle a los niños el
arte de la cocina y todo lo relacionado
con los alimentos, sus olores, texturas y sabores.
Para complementar lo que los niños aprendían, mi mamá llamó a Billy, su sobrino. Billy era un niño solitario, genio en computadores. No hacía nada que no fuera jugar con ellos y viajar por
el ciberespacio.
Le decían “Billy el Cibernauta”. Era soberbio. Siempre creía tener la razón por lo que su único amigo era “Mouse” su compañero de ciberviajes. Mantenía una permanente rabia con Migue y conmigo pues afirmaba que cuando pequeños siempre le habíamos hecho trampa
en todos
los juegos.
A pesar de lo anterior, accedió a ayudarnos y comenzó a dar clases de informática a
Paco y Tuti.
Con la ayuda de Migue y Billy las cosas se hicieron un poco más fáciles. Pero tanta y tan buena era la comida, que los niños comenzaron a crecer y engordar. Entonces Rosy nos ayudó: en el parque frente a nuestra casa, los niños hacían ejercicios y coreografías que les ayudaron a mantener un peso adecuado.
El baile de los niños en el parque fue todo un acontecimiento. Desde entonces todos nuestros vecinos querían jugar con Paco y Tuti.
Así, poco a poco, nuestra casa se fue llenando de niños.
Al principio fue una gran felicidad, pero después una horrible pesadilla. Ya no cabíamos, ya nada estaba en su lugar, ya no se podía caminar, todo estaba roto, era un lugar de locos, un caos.
Los niños ya no cabían en nuestra casa. Era necesario ampliarla, pero no teníamos el dinero para hacerlo. Lo único que nos salvaría era encontrar alguien que quisiera adoptar a nuestros hijos y pudiera darles una vida más cómoda de lo que nosotros podíamos ofrecerles.
Con ayuda de Billy y el Internet conocimos a Mr.King quien después de heredar una gran fortuna, tenía el sueño de crear el lugar de videojuegos para niños más grande del planeta. Paco y Tuti serían sus anfitriones y con los videojuegos serían los niños más famosos
del universo.
Pero con Mamatilda decidimos que eso no era lo que creíamos mejor
para ellos.
También llegó a nuestra casa, desde Alejandría, Egipto, el afamado Sultán Patta Rajah, quién con su enorme fortuna había replicado la biblioteca de Alejandría y la había alimentado con cuanto cuento y libro infantil se había escrito. Me pareció genial, el lugar ideal para Paco y Tuti. Pero Mamatilda se opuso. - ¿Y los juegos, y los bailes, y la cocina, y los talleres de arte? - me dijo seriamente.
Entonces ella invitó a casa a un tal Eliécer Casas, a quién había conocido, días antes, en el parque vecino. Eliécer, un ser extraño, vestido de una manera verdaderamente particular, se llamaba a sí mismo “El Constructor de Sueños” pues según nos contó, había soñado durante toda su vida, construir el mejor lugar del mundo para los niños. Parecía sólo un soñador.
Pero que coincidencia. Con su maravilloso lema de - soñar, creer y luchar - en unos pocos minutos, acordamos unir nuestros sueños y nuestro trabajo y así crear el lugar que ahora llamamos ShowPlace.
Había tantos espacios y tantas actividades que fue necesario buscar más
personas que pudieran enseñar a los niños todo lo nuevo que allí se
Construimos el lugar, quedó enorme, allí aplicamos nuestra filosofía del Edutenimiento, en donde los niños aprenden jugando. podía aprender.
En el parque de colores conocimos a Leonardo, artista siciliano, con un talento mayúsculo pero una pereza enorme para trabajar. Había sido contratado por Pompidulio “el padrino del arte” y aunque deseaba escapar de su mafia, su lealtad se lo impedía.
Sin embargo coincidencialmente, Pompidulio resultó ser un viejo novio de Mamatilda, por lo que después de un reconocimiento algo inesperado, logramos que el joven artista se fuera a
Algunas semanas después, en un concierto de música clásica, conocimos a Ludwig. Huérfano y medio sordo, había sido adoptado por el Rey Kronos quién con su ayuda pretendía acabar con todos los géneros musicales exceptuando, claro está, la música clásica.
Ludwig, enloquecido y atrapado en este mundo, logró, con la ayuda de Paco y Tuti, escapar de su castillo, venir con nosotros y poder disfrutar y compartir con nuestros niños, todos los géneros musicales.
Para mejorar el estado físico de todos los niños, que ahora venían a ShowPlace a acompañar a Paco y Tuti decidimos viajar a Hawaii para intentar convencer a Arnoldo, el gran triatleta mundial, que se uniera a nuestro equipo.
pedante y maleducado, a pesar de su inteligencia
Arnoldo, engreído, se negó rotundamente. Pero después que tuve la increíble suerte de
apostar y ganarle en la carrera, no tuvo más remedio que aceptar a regañadientes y venirse con nosotros y aquí sigue, y sigue feliz.
Cuando yo creía que teníamos a todas las personas que necesitábamos, Mamatilda insistía. - No basta con aprender conocimientos y destrezas.
Tenemos que enseñarles comportamientos y valores a nuestros niños. - Ferdinand era la persona para esto. Era el hijo de Teresita, la hermana de mi mamá. Es decir mi primo hermano. Aunque había sido soldado, había llevado una vida desordenada y hace algunos meses había sido arrestado por mala conducta.
Pero gracias a mi mamá y a la muy oportuna intervención de mi difunto padre, pudimos sacarlo de la cárcel y lograr que volviera a su vida de honor y nos ayudará con la educación en valores de nuestros hijos adoptivos.
Cierto día del mes de Octubre, aparecieron Petra y Matra, dos viejas brujas, primas de mi mamá y se llevaron a Paco y Tuti.
Mi mamá cuenta no haberlas visto desde aquella vez en que fueron raptadas por la bruja Frida. Pero ahora habían vuelto con poderes mágicos y con la intención de llevarse a los niños desobedientes para convertirlos en chocolate. Era su alimento y las noches oscuras del mes de Octubre eran las precisas para obtenerlo.
Afortunadamente, Paco había guardado un dulce en su bolsillo y descubrió que éste era el antídoto perfecto para alejarlas y deshacerse de ellas. Pero tuvieron un gran susto y desde aquel día han sido los niños más formales del mundo.
Los niños fueron creciendo y con ello fue aumentando su capacidad de aprender. Cuestionaban todo sobre el mundo que los rodea. Tanto, que muy pronto, comenzaron a hacernos preguntas que no éramos capaces de contestar. Entendimos que era el momento de asesorarnos de algún profesional en educación.
Patradomus, el hermano de mi papá, y padre de Billy, llegó como caído del cielo. Hacía varios años había viajado a España, después de la trágica muerte de su esposa.
Allá fue contratado por la prestigiosa Universidad de Salamanca, como profesor emérito en las ciencias de la educación en donde desarrolló su sistema de la Teletransportación mediante la cual puede llevar a los niños a cualquier situación para que aprendan de ella.
Hace muchísimos años no sabíamos de él, pero cierto día en un programa de la TV Española, fue entrevistado, pues había sido nombrado por la reina de España como el tutor de sus nietos.
Estaba muy cambiado y viejo pero sin duda era el mismo, serio y osco Patradomus. Inmediatamente viajamos a España y después de mucho trabajo y alguno que otro disgusto, nada más ni nada menos que con la reina, logramos que viniera a trabajar con nosotros.
Patradomus dio forma a todo lo que enseñábamos a los niños. Estructuró los conocimientos que surgían de cada uno de los cuentos que Mamatilda les contaba, en lo que denominó Aventuras Pedagógicas y a cada Aventura le definió unos objetivos claros y medibles para cada una de las dimensiones de su desarrollo: conocimientos, destrezas y comportamientos (valores). Así las Aventuras se definieron como un conjunto de actividades culturales, artísticas, físicas e intelectuales, diseñadas en torno a un tema, que desarrollarán en los niños
estas dimensiones.
Al cabo de mucho trabajo, nos dimos cuenta que habíamos desarrollado un conjunto de Aventuras que proporcionaban a los niños todos los conocimientos, destrezas, comportamientos y valores que como papás queríamos para nuestros hijos Paco y Tuti.
Habíamos conformado nuestra TRAVESÍA del Edutenimiento.R
La Travesía es como un viaje en espiral por el mundo de los conocimientos, las destrezas y los valores . Porque anualmente retomamos cada tema, pero ampliando su espectro, brindando mayores y mejores elementos para su aprendizaje y comprensión, según el rango de edad
de los niños.
Un día volvieron los Voxtarianos. Quedaron entusiasmados con nuestras Aventuras.
- Son una idea genial - nos decían, pero ¿y dónde están las matemáticas, dónde está la lectura y la escritura? Nos miramos los unos a los otros. Nadie sabía que decir, nadie sabía qué hacer o qué proponer. Sin duda Paco y Tuti habían aprendido muchas cosas pero er a evidente que debían empezar a estudiar todos los aspectos de la educación formal.
- Necesitamos unos meses -
finalmente dije - y resolveremos este problema. -
No tenía idea que hacer. Pero finalmente con la ayuda de profesionales en educación definimos las áreas del desarrollo de los niños que debíamos trabajar y establecimos las rutas pedagógicas mediante las cuales cumpliríamos las metas establecidas para cada una de ellas.
De hecho, junto con Patradomus y su hijo Billy logramos sistematizar todo nuestro proceso educativo.
Poner en práctica el modelo de educación formal no fue fácil. El Edutenimiento era un mundo totalmente desconocido para las profesionales que nos ayudaban.
Habían aprendido que el juego era una herramienta esencial del aprendizaje pero en la práctica consideraban esto una utopía. Nosotros, especialmente Mamatilda insistió en que el aprendizaje formal debería también basarse en nuestro modelo de Edutenimiento.
Después de mucho trabajo y poder de convencimiento, logramos adaptarlo y mejorarlo para que nuestras Aventuras, Atracciones y Actividades abarcaran también los aspectos de laeducación formal.
Formalizamos los procesos y medimos con gran éxito sus resultados. Así, logramos su aceptación como un modelo pedagógico significativo
Implementando nuestro modelo, ampliamos los servicios que ofrecemos en ShowPlace. Entre semana por las mañanas los niños asisten para realizar su educación formal preescolar en compañía de nuestros hijos, la cual, utilizando nuestro modelo de Aventuras y Edutenimiento cumple con todos los R
requisitos exigidos.
En los fines de semana, ofrecemos todas nuestras Aventuras, pero reduciendo el componente pedagógico formal e incrementando el juego y la diversión.
actividades formativas y
Y entre semana por las tardes, acompañamos a los amigos de Paco y Tuti para que realicen sus tareas y se capaciten en talleres artísticos.
Creíamos sin duda, que no volveríamos a tener ningún problema cuando volvieran los Voxtarianos.
Sabrían que aquí, la creatividad no tiene límite y las ganas de aprender nunca paran.
Sabrían que el juego es el mejor motivador del conocimiento y del desarrollo y que nuestras Aventuras
Pedagógicas y el Edutenimiento son el mejor medio para lograrlo.
Conocerían que nuestro modelo ya cumplía todos los requisitos de la educación formal.
Entonces ¿de qué preocuparnos?
Pero volvieron. Y ahora tenemos un problema aún mayor.
Se han dado cuenta que en nuestro planeta el conocimiento es infinito y que nuestro modelo es un excelente medio para adquirirlo.
Por eso, ahora quieren traer aquí a todos los niños Voxtarianos.
¿Y ahora, qué vamos a hacer?