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En busca de un mejor porvenir
En busca de un mejor porvenir
Por: Marielis M. García De Mota
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Hace aproximadamente 21 años, nuestra entrevistada tomó una decisión que marcó su vida radicalmente: dejar su país en busca de un mejor futuro. La misma será identificada por el seudónimo de Alba para proteger su identidad. Sin ningún tipo de recursos y corriendo el riesgo de ser detenida y deportada a su país, Alba se lanzó en su viaje hacia Puerto Rico, donde esperaba encontrarse con su pareja en aquel entonces.
“En la embarcación donde vine, llegamos 180 personas. Tan pronto desembarcamos, empezamos a correr desesperadamente hacia el monte”, relató la entrevistada. Habían transcurrido más de 12 horas y Alba continuaba allí sin comer.
“Junto a mí se encontraba un vecino de mi sector, quien estuvo a punto de ser detenido por la Policía”, continuó Alba. Con temor a ser encontrados y deportados a su país natal, la República Dominicana, los aventureros permanecieron escondidos en el monte hasta que llegaron los rescatistas. “Pasaron muchas horas y aún no habíamos podido comer. Hasta que llegaron los rescatistas”, verbalizó Alba. “Tuvimos miedo de salir del lugar donde estábamos escondidos porque temíamos que se tratara de una trampa de la policía. Sin embargo, teníamos tanta hambre que decidimos confiar en él (el rescatista) y nos ayudó”, explicó.
Al poco tiempo, Alba se trasladó al área metropolitana y empezó a trabajar en el tren urbano. Alba expresó que había mucho trabajo en ese momento y eso le gustaba. Pero era frustrante para ella no poder cobrar su dinero por no tener número de seguro social, y que el mismo pasara por las manos de la persona que le prestó su seguro social para poder trabajar.
“Yo le daba parte del dinero y aún así tomaba más dinero” añadió Alba.
Para solventar su situación económica, Alba comenzó a vender frutas y verduras, y posteriormente, obtuvo un trabajo como empleada doméstica.
Pero su situación sentimental no era la ideal. Según Alba, su pareja en aquel entonces era una persona manipuladora y maltratante.
No obstante, Alba expone que su mayor sufrimiento como mujer inmigrante ha sido tener que lidiar a la distancia con el dolor del fallecimiento de su madre, quien falleció ocho años después de que Alba se trasladara a Puerto Rico.
Más de 20 años después, Alba no ha podido regresar a su país porque no cuenta con un estatus migratorio regularizado debido a que su pareja en aquel momento no le permitió hacer las gestiones pertinentes para arreglar su estatus migratorio. En la actualidad, Alba continúa intentando legalizar su estatus en Puerto Rico; proceso que le ha resultado casi imposible debido a la dificultad de acceso a los recursos para inmigrantes en la isla.
Esta historia refleja la crisis política, social y económica que enfrenta la República Dominicana y la dificultad e inequidad social que presentan las instituciones en Puerto Rico para ayudar al inmigrante. Esta situación obliga a las personas a exponer su vida en busca de un mejor porvenir para sí mismos y para su familia.
Alba comenta que, en ningún momento, pensó que podría morir en el mar Caribe; solo se aferró a la idea de que haría realidad su “gran sueño americano”. Sin embargo, ningún bien material podrá sustituir el calor de los seres queridos. Alba señaló que lo más que le ha afectado es saber que nunca podrá volver a ver a su madre.