FESTEJOS TAURINOS EN LA RAYA: BARRANCOS (BAIXO ALENTEJO) Y SEGURA DE LEÓN (EXTREMADURA)* BULLFIGHT CELEBRATIONS IN THE «LINE»: BARRANCOS (BAIXO ALENTEJO) AND SEGURA DE LEÓN (EXTREMADURA) Andrés Oyola Fabián Portugalejo, 14 06270 SEGURA DE LEÓN (Badajoz) andresoyola@hotmail.com
RESUMEN: De una única tradición taurina derivan dos manifestaciones culturales paralelas: la corrida reglada y los llamados toros populares. La primera, reglada y ritualizada hasta el más mínimo detalle; los segundos, también sometidos al imperio de la ley, mantienen de alguna manera el ser originario de las fiestas con toros, la diversión más extendida en la península y sur de Francia y, por exportada, en la América hispánica. Lo que los propios protagonistas de esta segunda realidad creen un hecho cultural «de toda la vida» no es más un producto del tiempo y de la Historia, como las fuentes documentales primarias y secundarias y la propia observación y análisis dejan ver. Dos casos, los de Barrancos, en Portugal, y Segura de León, en España, y sus festejos taurinos tradicionales, estudiados en paralelo, ayudarán a entender lo que, por otra parte, resulta obvio de toda obviedad, a saber, que cualquier fenómeno o hecho cultural está sometido al lógico paso del tiempo y al cambio.
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ABSTRACT: From one and only bullfighting tradition arise two parallel cultural manifestations: the ruled bullfighting and the so-called popular bullfights. The first one, regulated and ritualized up to the minimum detail; the second one, always subject to the law, maintains in a way the origin of the feasts with bulls, the most extended diversion in the peninsula and the South of France, and, once being exported, in the Hispanic America. What the mere protagonists of this second reality believe as an «all life long» cultural representation is just but a product of time and History, as the primary and secondary documentary sources, together with the mere observation and analysis, reveal. Two examples, that of the Barrancos, in Portugal, and Segura de Leon, in Spain, and their traditional bullfighting celebrations, studied at the same time, will help understand what, on the other hand, seems obvious, that is, the fact that any cultural event is influenced by the logical passing of time and its subsequent changes.
Fotografías de Fernando Agudo Domínguez.
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IBERISMO. LAS RELACIONES ENTRE ESPAÑA Y PORTUGAL. HISTORIA Y TIEMPO ACTUAL y otros estudios sobre Extremadura Llerena, Sociedad Extremeña de Historia, 2007 Pgs. 225 - 239 ISBN: 978-84-612-3264-2
Festejos taurinos en la raya: Barrancos (Baixo Alentejo) y Segura de León (Extremadura) I. INTRODUCCIÓN Como se sabe, de una única tradición taurina derivan dos manifestaciones culturales paralelas: la corrida reglada y los llamados toros populares. La primera, reglada y ritualizada hasta el más mínimo detalle, encuentra en los reglamentos taurinos internacionales, nacionales o autonómicos su actual configuración. Los segundos, también sometidos al imperio de la ley, mantienen de alguna manera el ser originario de las fiestas con toros, la diversión más extendida en la península y sur de Francia y, por exportada, en la América hispánica. En éstas como en muchas otras manifestaciones culturales, la percepción de los naturales, lo que los antropólogos llaman las perspectiva emic, se somete a un desenfoque afectivo patente: por una parte, tales festejos se consideran únicos o auténticos y, por otra, canónicos o «de toda la vida,» negando o, al menos, cuestionando cualquier evolución o cambio a lo largo de su supuestamente conocida historia. El estudio de la documentación disponible, tanto en fuentes primarias como en fuentes secundarias, y la propia observación y análisis de ciertos elementos o componentes del festejo muestran una realidad muy distinta. Dos casos, los de Barrancos y Segura de León y sus festejos taurinos tradicionales, estudiados en paralelo, ayudarán a entender lo que, por otra parte, resulta obvio de toda obviedad, a saber, que cualquier fenómeno o hecho cultural está sometido al lógico paso del tiempo y al cambio. Veamos. El propio lema o eslogan publicitario de Barrancos como «terra única» se magnifica y concreta en sus festejos taurinos, como se verá a lo largo de nuestro trabajo. De la misma manera, la declaración repetida de que las capeas de Segura de León son únicas y, lo que suena aún más triunfalista, «las auténticas», se entiende desde el amor a lo propio, pero no desde la constatación de los hechos culturales, por más que, efectivamente, cuente con elementos parciales distintivos o singulares. Lo mismo podría proclamar cada una de las cientos de poblaciones peninsulares que cuentan con festejos taurinos tradicionales.
II. LAS POBLACIONES Las dos poblaciones en cuestión están situadas en la cuenca del río Ardila, nacido en la Sierra de Santa María de Tudía y entregado al Guadiana cerca de la ciudad de Moura, con afluentes por la izquierda como el Múrtiga y su deudor el arroyo Valquemado o el Astilleros y los dos Bodiones, entre otros. La dehesa1, como referente ecológico, ha propiciado durante siglos un sistema económico de explotación agropecuaria, en el que la oveja, el cerdo y la vaca han sido objeto de pastoreo y explotación tradicionales.
De entre las muchas descripciones o definiciones del término, nos quedamos con la siguiente, procedente de la Antropología Cultural: «... la dehesa es un sistema de uso múltiple del territorio en su más cabal sentido, no es una simple coincidencia de usos, pues articula de manera consciente una serie de aprovechamientos en un sistema global que busca la complementariedad entre ellos y los beneficios mutuos. Se integra así la ganadería, la agricultura y la explotación forestal y cada una de ellas con usos actividades y especies diversas, lo que da mayor complejidad y estabilidad al sistema»: ACOSTA NARANJO, R. (Coord.) Memoria de la tierra, campos de la memoria Los agrosistemas tradicionales de Tentudía, Vol. 1: Dehesas y tierras calmas, Badajoz, 2001, p. 48. Diversas especies de quercus, entre ellos la encina (Barrancos la exhibe en su escudo heráldico) y el alcornoque, caracterizan el paisaje arbóreo de la misma. Ibídem: Los entramados de la diversidad. Antropología social de la dehesa, Badajoz, Diputación, 2002, passim.
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Andrés Oyola II.1. Barrancos Es una villa alentejana, en la frontera, a 10 km. de Encinasola, último reducto éste de la provincia de Huelva entre Portugal y Extremadura. La población asciende a unos 2.000 habitantes. Cuando se accede a ella desde España, se hace pasando el puente sobre el arroyo Valquemado, desde donde la villa presenta el aspecto de un auténtico nido de águilas. Desde Portugal, en cambio, se accede en suave pendiente. Esta villa fronteriza se formó al abrigo del castillo de Noudar y, por los repetidos enfrentamientos entre Castilla y Portugal, fue despoblada y repoblada varias veces por vecinos de las villas españolas de Encinasola, Oliva de la Frontera y otras del entorno. Este hecho explicará suficientemente su «españolidad», es decir, la huella de lo español en su cultura, aunque no es éste el tema de nuestra comunicación. Así lo admiten las propias fuentes locales: «[Barrancos] tem uma forte identidade relacionada com as suas características de povoamento em que o espanholismo é dominante e se vai ao amoldar com o portugués arcaico, resultante do isolamento, criar uma fala específica, que se continua nos días de hoje, no que podemos definir como perpetuaçâo e comunidade lingüística2»
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Entre las manifestaciones folklóricas locales sobresale la existencia de «corrida a la española», es decir con toros de muerte, que habían sido suprimidos por ley en Portugal en 1927. Contra esta disposición, la villa alentejana mantuvo su forma de correr y lidiar toros hasta conseguir la autorización en 2002, con tal tesón y resistencia que, por sí misma, se ha constituido en seña de identidad, si hacemos caso a lo que informa su literatura local. Es la única población portuguesa que tiene concedido este «privilegio». Un toro de bronce, de diseño desafiante, preside la rotonda de acceso a la población, precisamente por donde se llega desde el interior de Portugal. Creemos que no es banal esta apreciación: su lucha porfiada se ha mantenido frente a la autoridad lusitana. Todo un parlamento nacional tuvo que debatir la excepcionalidad del caso de Barrancos, para finalmente autorizar sus festejos. En la villa se consideró un triunfo frente a los políticos de Lisboa. En la prensa española y portuguesa la decisión del Parlamento lusitano tuvo amplia resonancia, como todavía puede leerse apenas demos entrada a Barrancos en cualquier buscador de Internet.
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Figs. 1 y 2: Vista general de Barrancos y escultura en bronce a la entrada de la población
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ELOY, A. y GALVÂO, I. Barrancos, resiste, Câmara Municipal de Barrancos, Ediçôes Colibrí, Lisboa, 2001, pp. 18-19. Véase también LEITE DE VASCONCELOS, J. Filologia barranquenha. Apontamentos para o seu estudio. Fac-simil da ediçâo de 1955, Portugal (sic), 2000.
Festejos taurinos en la raya: Barrancos (Baixo Alentejo) y Segura de León (Extremadura) II.2 Segura de León Al suroeste de Badajoz, limítrofe de la provincia de Huelva, a poco más de media hora de Barrancos en coche, cuenta con unos 2.300 habitantes. Asentada sobre dos colinas y su valle intermedio, se ofrece, como Barrancos, al visitante destacada en el horizonte por cualquiera de los accesos viales. Segura y las demás villas cercanas a la frontera han sido destino de portugueses emigrados por variadas causas, de lo que la toponimia, antroponimia y el idioma guardan huellas indudables. Como en el caso de la villa portuguesa, entre las manifestaciones de la llamada cultura popular, Segura de León ha mantenido festejos tradicionales taurinos o capeas, también contra viento y marea. Tras larga y porfiada lucha por su mantenimiento, en 1967 la villa santiaguista consiguió la autorización definitiva de estas festejos, cursada por el Gobierno Civil de la provincia y, recientemente, el año 2000, la Junta de Extremadura los incluyó entre las Fiestas de Interés Turístico regional.
Figs. 3 y 4: Vista general de Segura de León y monumento a las capeas
III.1. LOS ELEMENTOS TRADICIONALES DE LOS FESTEJOS Se habla de tradición o de tradiciones locales con relativa frecuencia sin que se haga un elemental análisis de los componentes que justifiquen tal valoración. Vamos a intentar fijar algunos que, a nuestro entender, sirven de criterio para justificar el carácter tradicional de estos festejos en ambas poblaciones. En cada uno de ellos se hace patente, además, la permanencia o el cambio en el transcurso del tiempo. III.1. Vinculación religiosa de los festejos
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Véase: RODRÍGUEZ BECERRA, S. La religión de los andaluces, Málaga, 2006, especialmente cap. 5: «Fiestas y religión», pp. 145 y ss. TEJADA VIZUETE, F. «La escultura exenta del siglo XVI en el provisorato de Llerena (Catalogación y estudio)», Memorias de la Real Academia de Extremadura de las Letras y las Artes, II, 1994, pp. 311-312. OYOLA FABIÁN, A. Catálogo de la exposición conmemorativa del 75 Aniversario del Monumento al Sagrado Corazón, Fregenal de la Sierra, 2005, p. 24.
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Aunque algunas fiestas ya tradicionales sean de adscripción meramente civil, como lo fue o lo es la de abril de Sevilla y algunas otras, la mayoría de nuestras fiestas han tenido y siguen teniendo una adscripción religiosa, casi siempre relacionada con santos patronos o protectores de la comunidad, que los celebra organizando diversos festejos, entre ellos lo taurinos3. Otra cosa será lo que la autoridad religiosa piense al respecto. Las dos poblaciones que estudiamos se atienen a la regla general. Barrancos organiza sus festejos de Nosa Senhora da Conceiçâo, con días festivos en agosto (del día 28 al 31) y diciembre, mientras que la de Segura de León los hace en torno a las fiestas del Cristo de la Reja, en pleno mes de septiembre (días 12 al 18), devoción que tiene origen franciscano y referente en la talla que debió realizarse hacia 1496, como recientemente se ha podido establecer4.
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Andrés Oyola No son fiestas patronales (lo son las de la Asunción y San Roque) en este último caso, pero sí tienen en la actualidad la condición indudable de fiestas mayores de la localidad. En ambos casos, la fiesta religiosa adquiere gran relieve: «O 28 de Agosto é o dia da padroeira de Barrancos, Nossa Sehora da Conceiçâo. O apego do barranquenho à sua terra faz deste dia um ritual de regresso obligatório. Pela festa ou pelo reencontro. A procissâo vai juntar a familia,símbolo de religiosidade no homem alentejano, sem grandes exteriorizaçoes, na simplicidade do estarmos todos juntos.[…] Mas na festa de Agosto há sempre que pagar alguna promessa; levar a crianza no cortejo; fazer o batptizado. As ruas enchem-se de gente. Nos andores as imagens consagram os seus devotos fiéis: Nossa Sehora da Conceiçâo, S. Jose, o Menino. Pequenas figuras aladas ladeian o cortejo. Os pendôes e os andores, as ervas de cheiro no châo e as mantas em algunas das janelas. A procissâo vai passando nas artérias mais largas da vila apinhadas de gente encostada às paredes.Os foguetes acompanhan este calcorrear suave e lento da festa religiosa»5.
El Cristo de la Reja, ubicado en el convento franciscano extramuros de Segura de León, no procesiona más que en ocasiones especiales, como fueron en tiempos pasados los novenarios por la lluvia o, más recientemente, su restauración en los años sesenta del pasado siglo o la fecha señalada del cambio de siglo. Su fiesta se prepara en la iglesia parroquial con un quinario o cinco días de predicación especial, presidida por el estandarte. En cambio, la misa del día 14 de septiembre abarrota la iglesia conventual, claustro y soportales. En la antigua tribuna del órgano toman asiento las autoridades civiles acompañadas por la Vaquera mayor y sus cuatro zagalas, denominación de la reina y damas de la fiesta de cada año. La coral local solemniza con sus cantos la misa. Los numerosos exvotos del año se han quemado en los días anteriores y los nuevos empiezan a colgar de la reja que divide la antigua clausura y soporta la tribuna donde se alzan altar y talla del Cristo. Aquí, el párroco y sacerdotes hijos del pueblo concelebran la misa solemne. Como en el caso de Barrancos, los segureños emigrados vuelven a casa para esta fiesta o lamentan su ausencia obligada en los medios periodísticos locales o, últimamente, en los consabidos foros de Internet.
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III.2. La organización del festejo Hasta la Revolución de los claveles de 1975, eran los señores de la tierra los que asumían la organización completa del festejo. Desde entonces es la Câmara Municipal, a través de su Comisión de Fiestas, la que se encarga de fijar el número de festejos taurinos, de la contratación de los toreros, la mayoría de las veces españoles, así como del cobro de la entrada al tabuado. De la compra de los toros y de las vacas para la capea popular se encargan los carniceros de la población que, con la venta de su carne, resarcen los costos de su trabajo. Sin embargo… «Antigamente, [es decir, ¡hasta los años setenta del pasado siglo XX!] nas festas o toiro era doado, normalmente, pelos senhores da terra (e as ganadarias aquí existem desde meados do seculo XIX, nas zonas ribeirinhas e de alguna cultura de sequeiro) e fazia parte do momento de comunhâo comunitaria»6.
En la documentación disponible en Segura de León, como en tantas localidades por nosotros estudiadas, eran las cofradías religiosas las encargadas usuales de organizar los festejos taurinos en honor de la advocación titular de las mismas. El Concejo organizaba festejos taurinos con motivo de algún evento tal que bodas
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REGO, M. et alii, Encontros com Barrancos, Câmara Municipal de Barrancos, 1993, sin paginar. ELOY, A. y GALVÂO, I. Barrancos, resiste..., pp. 21-22 y 44.
Festejos taurinos en la raya: Barrancos (Baixo Alentejo) y Segura de León (Extremadura) reales, fin de una guerra, etc. En la actualidad es el Ayuntamiento y su Concejalía de Festejos los que disponen todo lo necesario para que salgan adelante las capeas de cada año. La Asociación de Ganaderos de Capeas, de creación relativamente reciente, establece el turno para cada uno de los seis días de fiesta, con ocho festejos en total, ya que hay capeas para mujeres y para niños. Si en tiempos pasados se organizaba un festejo taurino por cualquier motivo y con una elemental preparación (cerramiento de la plaza, cuando más) en la actualidad los reglamentos taurinos, que también se ocupan de los festejos populares, exigen medidas de seguridad complejas, con obligada asunción de responsabilidades por parte de las autoridades locales, tanto en Portugal como en España. Contrariamente al caso de Barrancos, en Segura de León el fin de la dictadura y el advenimiento de la democracia, por los mismos años que en Portugal, no ha influido significativamente en la organización de sus festejos taurinos, pues se hace como consta que viene haciéndose al menos desde el último tercio del siglo XIX.
III.3. El escenario de los festejos Las dos poblaciones han mantenido la plaza principal o praça da vila como escenario de sus festejos taurinos, adaptándola para la ocasión con el montaje de toda una arquitectura efímera. En ambos casos, el suelo empedrado o calcetado de estos espacios se cubre de arena, para el buen movimiento de reses y toreros. En el caso de Segura, la adaptación del espacio urbano se extiende hasta las calles de la Fuente y de Pérez Jiménez, convertidas así en una larga manga de conducción del ganado hasta la plaza, ya que todas las esquinas que dan a éstas son cerradas con tablones para evitar la huida de las vacas, una vez que éstas llegan al núcleo urbano. El término que define esta arquitectura efímera es común y derivado del término latino tabulatum: tabuâdo, para Barrancos y tablado o tablao, en el leguaje de los habitantes de Segura de León. «Los tabuados son unas estructuras de madera que, además de vedar el espacio donde se realiza la corrida, sirven de bancada. La estructura se asienta en unas estacas que soportan las bancadas y, por debajo, las tronqueras. Se puede asistir a las corridas arriba, pagando, o debajo de las bancadas -para lo que hay quien prepara asientos días antes de las fiestas- o aun dentro del recinto, caso en el que se suben a las bancadas cuando el toro embiste»7.
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ANTUNES CAPUCHA, L.M. «Mosaico de fiestas de toros en Portugal», Demófilo. Revista de cultura tradicional de Andalucía, 25, 1998, p. 308. Decimos el «actual» porque en una foto antigua, recogida en un folleto publicitario de la localidad, se puede ver una estructura de madera más parecida a los tablaos de Segura de León que al tipo de tabuado que se levanta en la actualidad.
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Según nuestra propia observación, el actual8 tabuado barranqueño está formado por una doble tribuna, levantada sobre maderos firmemente asentados en el suelo de la plaza y apontocados uno a la fachada de la iglesia parroquial y otro al edificio antiguo de la câmara local, casas consistoriales en España. La labor de los maestros carpinteros es de gran perfección y solidez constructivas. El soporte es toda una trama de maderos de distinto grosor, sobre el que se instala una plataforma de madera o tablado. Cuatro o cinco bancos corridos aseguran el asiento de muchos espectadores. Según las fuentes locales el aforo de la plaza es de unos 4000 espectadores. Esta tribuna se cierra con un antepecho de seguridad. Los maderos horizontales delanteros sirven de asidero para los mozos que presencian el festejo a pie de plaza. Su construcción corre en la actualidad por cuenta de la câmara y la ayuda de la autarquía. El acceso al tabuado, está controlado por empinadas escaleras
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Andrés Oyola fijas, situada en cada una de las cuatro esquinas de acceso a la plaza. Desde esta se accede también a las tribunas por medio de escalera metálicas móviles, como sucede cuando la banda de música, tras llegar desfilando y tocando a la plaza, accede al centro del tâbuado o tribuna situada en la fachada de la câmara. La Comisión de Fiestas se encarga del cobro de la entrada general de espectadores de pie y de los asientos numerados de los bancos corridos. En Segura de León se adapta el espacio de su plaza mayor levantando tablaos, según pautas constructivas tradicionales, como muestra la documentación, confirmada por las más antiguas fotos conservadas ya desde finales del siglo XIX. Comparada con el caso de Barrancos, resultan de una arquitectura más elemental o sencilla que el tabuado. Los tablaos de Segura se sostienen en seis grandes maderos clavados literalmente en el suelo de la plaza, para lo que se excavan agujeros circulares, de un medio metro de profundidad. Los maderos se disponen de a tres, apoyados y ligeramente inclinados sobre las paredes de las casas aledañas, a distancia regular, y otros tres, paralelos a los anteriores y delante de ellos. Se refuerzan con rabizas adosadas a los maderos principales, para dar más consistencia al soporte. Sobre ellos se cose con sogas y a cierta altura del suelo un entramado de maderos de menor grosor, alargados desde la parte trasera hasta sobresalir por la delantera, sobre los que a su vez se fijan las tablas o tablones que formarán la plataforma de la tribuna. Con frecuencia se recurre a puertas y portones viejos. Los espectadores asisten al festejo en pie, sentados directamente sobre la tablazón o en sillas y taburetes traídos expresamente para este menester. Los pinares del término surten la materia prima para los tablaos y troneras9.
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La construcción de los distintos tablados, así como la adquisición de madera, sogas, etc., corren por cuenta de las familias o peñas que, año tras año, conservan el mismo lugar en la plaza. En la actualidad, todo el perímetro de la plaza se ocupa con veinticuatro tablados, sin que, al presente, haya posibilidad de levantar más, por falta material de espacio. Bajo ellos o a su lado distintas peñas levantan más de cuarenta burladeros o troneras, estrecho callejón en el que refugiarse de la embestida de las reses. Se construyen también con tablas fijadas por sogas o puntas metálicas a las estacas o maderos clavados en el suelo de la plaza. Aparte de encargarse de levantar tablaos y troneras, las distintas peñas pagan un canon de ocupación a razón, en 2007, de 62 euros por tablao y 42 por tronera.
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También hay que disponer un espacio para el encierro de las reses, cuando, como en el caso de Segura, superan la veintena para lidia de cada día de festejo. Para ello se acota un espacio en la calle Castillo, conocido como corralá o toril donde se encierran las reses y desde donde se irán soltando una a una para la capea propiamente dicha. En Barrancos el toril se ubica bajo el tabuado adosado a la Câmara. Esta forma tradicional de adaptar el espacio urbano para los festejos taurinos, con el tiempo sería sustituida por espacios específicos o plazas de toros, algunas construidas en el interior de fortalezas o castillos, como en los casos de Cumbres de San Bartolomé, Aroche y Almonaster la Real, en Huelva o Barcarrota y Fregenal de la Sierra, en Badajoz. Las exigencias de seguridad y los sucesivos reglamentos taurinos fueron determinantes en esta evolución del espacio donde correr toros.
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Recuérdese la condición de «madereros y aserradores de tablas» y «piñoneros» que tradicionalmente se atribuye a los naturales de Segura de León: El Folklore Frexnense y Bético-Extremeño (1883-1884), Badajoz, ed. facs., 1988, p. 73.
Festejos taurinos en la raya: Barrancos (Baixo Alentejo) y Segura de León (Extremadura)
Figs. 5 y 6: Tabuado (Barrancos) y tablao (Segura de León)
III. 4. Las reses En ambas poblaciones, la procedencia de las reses lidiadas es o era totalmente local. En las dos se han toreado bueyes, toros y vacas, que el propio término facilita o facilitaba para el realce de las fiestas locales, aunque en Segura ha habido años que se ha contado con ganaderías de los pueblos vecinos de Bodonal de la Sierra, Cabeza la Vaca, Fuentes de León o Valencia del Ventoso, hecho que se explica por la afición de los ganaderos y sus ganas de lucimiento o porque comparten el término municipal para su pastoreo. Al menos desde finales del siglo XIX, las reses son cedidas gratuitamente y, una vez toreadas, vuelven a su espacio de pastos, de forma que muchas vaquillas repiten varias veces su lidia y, si son bravas, llegan a ser conocidas por los aficionados locales de un año para otro. Algo parecido a esto último ocurre en poblaciones del Levante peninsular, donde una vaca o un toro que destaque por su bravura se placea en distintos puntos geográficos de ese espacio. En Barrancos sucedió lo mismo hasta los años setenta del siglo XX: eran los propietarios de la tierra quienes cedían sus reses para la diversión de los vecinos. En la actualidad, las reses de lidia se adquieren en ganaderías específicamente dedicadas a la lidia que pastan en terrenos españoles o portugueses. III.5. La conducción de las reses
«Los mozos del pueblo, con sendos garrotes sobre el hombro, cruzaban por las calles en pandillas y se dirigían al campo para unirse a los jinetes y vaqueros que desde la dehesa traerían el ganado. […] Veíanse hombres de madura edad con sendos garrotes en la mano y niños de cinco años con su pequeña porra gritando cual imponentes vaqueros y apaleando las piedras de la calle, los zócalos de las fachadas, los burros, las gallinas, las personas, … como si fuesen enorme manada de toros»10. 10
Crónica inédita hasta su inclusión en la revista anual de Segura de León: CASQUETE HERNANDO, A (18971959): «Las capeas, un sueño más …», en Revista de Fiestas del Cristo de la Reja de Segura de León, 2007, p. 42.
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La conducción del ganado bravo desde la finca de pastoreo al casco urbano y a su plaza era uno de los grandes momentos del festejo taurino, en el que participan o participaban caballistas, vaqueros de a pie y la multitud. Así lo testimonia una crónica literaria de Segura de León fechada en 1922 Ó 1923:
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Andrés Oyola En otro documento de 1928, los ganaderos solicitantes de permiso para las capeas declaran que para ellos y su servidumbre era sin duda el momento de mayor diversión del festejo11. En la actualidad, las vaquillas se trasladan en camiones hasta la larga calle Pérez Jiménez, que previamente tiene todas sus esquinas cerradas con tablones. Allí se sueltan y corren hasta la plaza, momento de alboroto y regocijo multitudinario como el mismo Casquete Hernando describía en fechas referidas: «El ganado se aproxima. Casi entra ya en las calles del pueblo. Entonces la multitud, como movida por un resorte, precipítase en vertiginosa carrera hasta dar de cara con el ganado. Y delante de él, delante de los furiosos caballos, festoneados cuello y grupas de alba espuma, la multitud corre, corre hasta la misma plaza de la Constitución: ¡la capea ya está en la plaza!»12.
En Barrancos se procedía de modo similar. Veamos dos textos al respecto: «O toiro, que até meados dos anos 70 era trazido em «estampido» dos campos, uma vez entrando na praça, dadas as estruturas de uma arquitectura única […] só tem uma saída […] só pode sair da praça morto após finalizada a lide»13. «A manhâ nâo acabou ainda de nacer. Os foguetes anunciam a chegada dos touros do campo, Até à praça, onde vâo ficar esperando a corrida ao fim do dia, os animais vâo ter que percorrer um caminho pouco fácil. Vâo subir e descer várias vezes a ladeira íngreme de acesso aos curros, conforme o espectador e toureiro improvisado neste encerro se mostre mas afoito. Asustados pelo alvoroço, as feras vâo investir sobre tudo e todos. O corropio estonteante de pesoas e animais prolonga o percurso até à praça ja repleta de curiosos»14.
En la actualidad las reses son traídas en transportes sobre ruedas hasta las calles donde, por la mañana, se corre ensogado el toro de muerte hasta ser recluido en el toril de la plaza. Allí esperará hasta la tarde y hora en que tenga lugar su lidia y muerte.
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III.6. La forma de toreo Frente a la teoría caballeresca o de toreros nobles a caballo, creemos que la más popular y extendida era la multitudinaria. Todos citan y todos evitan la embestida de las reses. Ese es el juego con toros o vaquillas. Así se sigue haciendo en Segura de León. Como consta en la Historia del toreo, costó mucho vencer la resistencia de los aficionados acostumbrados a participar en la lidia a pie de plaza. El despeje del ruedo, del que en las corridas regladas no queda más que un rito formalizado por dos jinetes, no ha llegado a establecerse en la localidad portuguesa, donde, la multitud o parte de ella, permanece en la plaza durante la lidia y muerte del toro «a la española». Para nada interrumpen la lidia del torero y su cuadrilla y, llegado el caso, le sirven de ayuda en algún lance concreto. En efecto, en la primera de las corridas de este año 2007, el torero, que había logrado una buena faena en el primero de los dos toros, en el segundo, manso de solemnidad, le alcanzó con la espada de forma que ésta salió por el costado de la res de mala manera. Uno de los asistentes, colgado de los maderos del tabuâdo, extrajo el estoque del astado y se lo devolvió al torero, como hubiera hecho cualquier miembro de su cuadrilla.
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Archivo Municipal de Segura de León, lg. 12, doc. 14. CASQUETE HERNANDO, A. ): «Las capeas,...», p, 43. ELOY, A. y GALVÂO, I. Barrancos, resiste..., p. 84. REGO, M. et alii, Encontros com Barrancos..., s.p.
Festejos taurinos en la raya: Barrancos (Baixo Alentejo) y Segura de León (Extremadura)
Figs. 7 y 8: Traída de las reses (Segura) y paseíllo (Barrancos)
III.7. La muerte del toro La primera noticia documentada de festejos taurinos en Segura de León es del 26 de julio de 1738. Este día se lidiaron y mataron dos toros con ocasión de la inauguración de un retablo nuevo para su titular por parte de la cofradía de Santa Ana. Este lance decisivo ha desaparecido en Segura de León. Las vaquillas se lidian y vuelven después a la finca. Como se sabe, aparte del toro de muerte, la multitud toreaba los cabestros, bueyes o vacas madrinas, que lo habían acompañado hasta el núcleo urbano. Con el tiempo es lo que ha quedado del festejo taurino tradicional en Segura. En Barrancos, como en cualquier otra plaza de toros donde se siguen las pautas de la corrida reglada, ha desaparecido el toreo de los cabestros y queda la lidia y muerte del toro o toros, que realizan toreros profesionales. El último día de las fiestas, al menos en las de 2007, se suelta en la plaza una vaquilla para que la recorten y toreen los aficionados locales o visitantes. Es tradicional el número de reses toreadas y estoqueadas: uno o dos, cada día, lo que está en consonancia con lo que, hasta la gran prohibición de la Monarquía Ilustrada de 1785, se documenta en poblaciones de similares condiciones socioeconómicas. Esta corrida a la española es en realidad una novillada sin picadores, puesto que el torero y su cuadrilla realizan las suertes de capote, banderillas y muleta, siguiendo en todo las pautas de la corrida reglada, desde el paseíllo a la muerte del toro.
La de los toros lidiados tenía un sentido ritual o sacrificial y lograba una valoración especial por parte de los devotos o de los vecinos en general. En la tradición documentada por nosotros en diversas poblaciones de la comarca, se vendía o repartía por libras, primero entre los cofrades o entre quienes, a escote, habían adquirido el toro de muerte y, luego, la sobrante, entre los demás participantes en la fiesta o vecinos de la población. En Segura de León, al menos en los años cuarenta o posteriores a la Guerra de 1936-1939, aún se lidiaban y mataban vaquillas o algún añojo o eral para repartir su carne entre los pobres de la localidad el día de la fiesta del Cristo de la Reja o días inmediatos. En la actualidad ha desaparecido tal costumbre o resto del antiguo y tradicional reparto de los despojos de las reses
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III.8. Destino de la carne de las reses lidiadas
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Andrés Oyola lidiadas. La carne que estos días alcanza el carácter de comida quasi ritual es la del «guarrito frito». En Barrancos, sin embargo, la ingesta de la carne de los toros muertos en sus corridas alcanza una valoración identitaria como la propia celebración de las corridas a la española. La «comunión» de esta carne se ensalza hasta cotas elevadas. Su preparación con tomate supone algo más que un modo culinario al uso. Veamos. Los autores de Barrancos, resiste! lo formulan sin dudar, cuando seleccionan « ‘Os seis pratos […] emblemáticos do processo de afirmaçâo e identidade de Barrancos …’ que son sopa de peixe da ribeira, caldihlo, migas á barranquenha, carne de toiro con tomate, sopa de batata y mondongo»15.
Merece transcribir todo el discurso gastronómico y antropológico sobre la carne de toro con tomate, para que el lector se sitúe convenientemente. También en este elemento de la tradición se hace presente el cambio: «A carne do animal sacrificado ritualmente é, nesta receita, cortada aos pedazos, com gordura a acompaña-la. Tempera-se con moito alho, louro, pimenta preta em pó, e deixa-se marinar em vinho branco, durante algum tempo, dado a carne deste mamífero, de criaçâo e nâo domesticável, ser bastante rija. Frita-se em azeite e junta-se polpa de tomate. Antigamente comia-se a acompanhar con migas. Hoje fruto dos tempos acompanha batata frita. Esta carne é comida num e só num momento. Que sâo as festas tradicionais. Antigamente chegaba a ser a única carne (salvo carne seca de porco) comida pelos sectores mais carenciados. Antigamente, nas festas o toiro era doado, normalmente, pelos senhores da terra (e as ganadarias aquí existem desde meados do seculo XIX, nas zonas ribeirinhas e de alguna cultura de sequeiro) e fazia parte do momento de comunhâo comunitaria. Imposível é dissocia-lo da lógica litúrgia que hoje sendo devotada a Nª.Sª. da Conceciçâo, o é no dia de S. Gens (S. Jines), santo que recobre locais e momentos ligados aos cultos zoroástricos (do sol e da terra, tambén dada a associaçâo do toiro, chamado de mitraico)»16.
Iberismo. Las relaciones entre España y Portugal. Historia y tiempo actual
IV. CONCLUSIONES Barrancos y Segura de León han mantenido en el tiempo una forma de correr toros, vacas y bueyes que si, por una parte, se considera tradicional o de toda la vida, por otra, y como no podía ser de otros modo, ha sufrido las consecuencias lógicas del paso del tiempo. En ambos casos la fiesta taurina se reconoce como señas de identidad cultural en el ámbito local. Una serie de elementos dan visos de antigüedad y tipismo a los festejos, como son los que hemos enumerado y tratado más o menos extensamente. En primer lugar la vinculación de los festejos a fechas señaladas en el calendario festivo, que suponen señas de identidad en la religiosidad local. Otro elemento común y tradicional es, sin duda, la adaptación del espacio urbano, en ambos caso la plaza principal de la población, mediante toda una arquitectura efímera de gran tradición en la península, y de diversa realización, según tiempos y lugares. 15
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Sus ingredientes y forma de prepararlos nos remiten a la gastronomía tradicional andaluza y extremeña, es decir, española, signo de identidad, uno más de los proclamados por los propios barranqueños. ELOY, A. y GALVÂO, I. Barrancos, resiste..., pp. 44-45.
Festejos taurinos en la raya: Barrancos (Baixo Alentejo) y Segura de León (Extremadura) Si Segura de León ha configurado con el tiempo un modelo de fiesta taurina en la que ha desaparecido el toro de muerte, en Barrancos se da exactamente el caso contrario: ha mantenido el toro de muerte y ha perdido el toreo multitudinario de los cabestros acompañantes. En ambas poblaciones se ha perdido en todo o en parte la conducción de las reses desde la finca de pastoreo hasta el núcleo de la población. En Segura se mantiene la ocupación de la plaza por la multitud que participa activamente en la lidia de bueyes y vaquillas. En Barrancos, el gentío que ocupa el ruedo se mantiene como espectador de la faena del torero de turno en la corrida a la española. De una parte tan esencial en el festejo tradicional, como es o era la ingesta de la carne de las reses lidiadas, no tenemos noticia en Segura de León, aunque la característica del festejo nos inclina a pensar en su existencia. En Barrancos, en cambio, se mantiene y valora como elemento esencial identitario y diferenciador de la población. En Barrancos, la resistencia misma frente a los poderes centrales se ha convertido en auténtico casus belli desde la óptica y las vivencias de sus vecinos y, por lo mismo, seña de identidad incuestionable. El orgullo de sus vecinos estriba en que es la única población de Portugal autorizada, desde 2002, a celebrar corridas a la española. En Segura de León no percibimos tal actitud de resistencia belicosa, pero el hecho es que, contra viento y marea, la población ha mantenido hasta el presente esta forma de festejos de toros populares o capeas, a pesar de las disposiciones prohibicionistas de autoridades civiles y religiosas, hasta exhibir, desde el año 2000, su condición de Fiestas de Interés Turístico Regional. Finalmente, si en Barrancos el fin de la Dictadura salazarista y el advenimiento del sistema de libertades, propiciados por la llamada «revolución de los claveles» de 1975, han influido en aspectos organizativos del festejo taurino, en Segura de León, en cambio, las circunstancias políticas de la Transición no han marcado significativamente el devenir de sus capeas.
VIII Jornadas de Historia en Llerena
Fig. 9: Faena de muleta (Barrancos)
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Andrés Oyola
Fig. 10: Toreo tradicional (Segura)
Iberismo. Las relaciones entre España y Portugal. Historia y tiempo actual
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