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Manos solidarias se extienden hacia Turquía y Siria tras el devastador terremoto
Elisa Mercedes emercedes@editorabavaro.com
TURQUÍA. La madrugada del domingo 5 de febrero del corriente año pasó a la historia al verificarse uno de los desastres naturales más mortíferos de los últimos tiempos en, una serie de dos terremotos que sacudieron con una intensidad superior a los 7 grados en la escala de Richter, una parte de los territorios de Turquía y Siria, haciendo desplomar gigantescos edificios en los que vivían centenares de familias.
La catástrofe que devastó una considerable cantidad de edificaciones, provocando la muerte de más de 17,000 mil personas y millares de heridos entre los dos países, hizo unir voluntades y fuerzas para iniciar una carrera contra el reloj y poder rescatar a la mayor cantidad de personas posibles de debajo de los escombros. Aunque hubo rescates exitosos, lo cierto es que debajo de las montañas de escombros quedaron sepultados millares de personas, cuyos cadáveres aún no han sido recuperados por los miles de voluntarios que han llegado a las zonas de desastres, procedentes de diferentes países, amigos o no, pero sí unidos por el deseo de poder salvar vidas.
Solidaridad Ante El Desastre
Voluntarios de 45 países llegaron a Turquía y a Siria, lo que se entiende como una respuesta inmediata frente al drama humano de estos dos países.
María Alcázar, directora de Cooperación Internacional, de Cruz Roja explicó la forma en que se procesa la solidaridad internacional, con el objetivo de que no haya duplicidades y haciendo que los recursos sean aprovechados en forma óptima.
José Félix del Hoyo, vicepresidente y vocal de Asuntos Internacionales de la organización Médicos del Mundo, explicó que las labores de salvamento se realizaron sin demora, conscientes de que el factor tiempo era determinante para rescatar personas con vida, esperanza que se va perdiendo con el paso de los días.
Caso De Siria
El movimiento telúrico afectó el su- reste turco y el norte sirio. En el caso de Siria, la zona afectada es muy pobre y está controlada, desde hace 11 años por fuerzas insurgentes, por lo que son mayores las dificultades para obtener las informaciones de la realidad de la catástrofe provocada por el terremoto.
La zona de Siria estremecida por el temblor enfrenta una realidad sociopolítica tan cruda, que la única forma de abastecerse de alimentos es a través de Turquía, desde mucho antes del movimiento telúrico.
Hasta allí también han llegado quienes arriesgan sus vidas en un gesto solidario por ayudar ante la calamitosa situación que se presentó tras el terremoto, uno de los más potentes registrados en el presente siglo.