Exposición rescoldos ceniza humo by El último invierno. Pedro Gómez

H U C M Rescoldos N GRABADOS Y POEMAS I PEDRO GÃ&#x201C;MEZ Z a

Mi nombre completo es Pedro Gómez Simón. Nací en Segorbe, en 1951. Soy maestro y licenciado en Ciencias de la Educación por la Universidad de Valencia. Actualmente jubilado, he dedicado una gran parte de mi vida a la docencia, fundamentalmente enseñando matemáticas. Con el poemario El último invierno (2011) me estrené en el campo de la literatura, al que siguieron sendas participaciones en los libros de relatos cortos Cosecha de invierno y Cosecha de verano (2012-13). Alterno la poesía, sobre todo por mi participación en la tertulia poética El almadar, con la narrativa. Humo de incienso (2014) fue mi primera novela, dirigida de forma particular al público juvenil, cuya acción se desarrolla en los años cincuenta, en Solabre, una pequeña ciudad que bien pudiera tratarse de mi Segorbe natal. La segunda novela publicada, titulada COG (2016), se adentra en el violento mundo de las sectas destructivas, allá por los 70. El poemario Abrasados (2017) recoge una selección de los poemas que he ido escribiendo en los tres últimos años. Mi última aportación es un relato en la obra colectiva Castellón sueña la luz de la tarde (2018).

RESCOLDOS, CENIZA, HUMO GRABADOS + POEMAS La poesía como forma de interpretar el mundo desde la vivencia íntima, sin dogmatismos, como indagación y como apuesta, con compromiso, con la luz que viene de afrontar los días con heridas, pero sin sentirse herido. Y con ella, el grabado, la imagen que la envuelve, grafismo crítico formando un todo indisoluble. El contenido de esta colección de treinta grabados con sus correspondientes poemas sigue una línea argumental que camina por tres senderos: por rescoldos aún sangrantes, que sugieren afectos no olvidados, indicios de emotividad compartida, resquicios de ternura; por cenizas, pisoteadas, enfangadas, de hogueras de tragedias donde la humanidad transita por los infiernos de la desolación y el sufrimiento, y por el humo, que se eleva gris apuñalando la mirada, arañando el aire, queriendo entrever lo que se esconde tras el incierto horizonte. Las obras, xilografías sobre la base de la madera trabajada, son metáforas que invitan, en cada secuencia, a enfrentarse con el impacto visual primero, y superarlo después, para acercarse, recorrer distancias, adentrarse en la pincelada poética, donde las palabras y la imagen son dos caras de la misma moneda. Se completa la exposición con varios elementos constructivos, diferentes formas gráficas de asomarse a la creación: una serie de videopoemas sobre el poemario Abrasados y paneles con las planchas matrices de los grabados. El espectador no sólo contempla; construye. Y se le invita a componer y descomponer, crear su propia obra, matizar su mirada. En el rincón íntimo cada cual puede aportar su pequeña/gran gota de frescura, un susurro de su vida. Este catálogo muestra una selección de estas obras. Pedro Gómez 3

RESCOLDOS 4

AUSENTE

ausente oigo el mar rumor de grises estancados el desierto por fin se anega en lágrimas distraigo el momento echo la cortina de la quimera obturada mientras ella sin detenerse pálida endulza la oscuridad de su cubil frío espacio todo lo perdido se mezcla con el sonido muerto de ojos embobados

todo lo encontrado

RECOLDOS

DE REPENTE, LA NOCHE

De repente, la noche negra, terrible, ciega, sin límite. Espanto, angustia de hierros y de gritos, muerte de vidas, muerte de luces, muerte de tiempos, muerte de todo: muerte, muerte, muerte. Caras, espasmos, silencios. ¿Qué hay detrás de cada lágrima? ¿Qué tras cada ronco tañido hiriendo el aire? Nombres, historias, recuerdos. Hasta la tórtola agoniza en su zureo de plomo.

RESCOLDOS

TARDE SUCIA Luz entera sombra hostil

que cae de las luces que emerge de las sombras

apenas cuidado de óvalos lejanos evoco escamas con ojos secos no por debilidad rehúyo el primer plano ni descuelgo el reflejo de la razón apenas dominada es la línea torcida agazapada que bruscamente se difumina en esta tarde insensiblemente sucia en esta media luz temblorosa frágil

RESCOLDOS

SIN TI Veló el sueño tu imagen atrapada en mi pupila: quise tocarte. Grilleteó el gesto tu ausencia diluida entre mis manos: quise llamarte. Ahogó la voz tu nombre repetido quebrado en mi garganta: quise soñarte.

RESCOLDOS

VINIENDO He de decirme, viniendo a mí sin dejar de contemplar los brazos los órganos ocupados, para mantenerme en pie hoy y mañana. Y he de moverme sin esperar la fuerza del día incompleto cuando empieza casi todo. He de dejar de hablar, no más voces porque, ante todo, la voz levanta el cráneo, tantos síes y noes, tantos escuálidos pensamientos para que lo accesorio suceda sin necesidad de recuperar el movimiento eterno entre calles, plazas y paradas de autobús, bares incluidos. Hay que ocupar el rincón donde la niña, el viejo, su arruga y un perro adormilado tienen toda la responsabilidad vagabundos sin naturaleza. Allí, en la penumbra, allí, en ninguna otra parte, podré extinguir la memoria y, sin mayor pudor, continuar el camino para seguir viniendo.

RESCOLDOS

NADIE No hay nadie tras esta puerta cerrada —¿nadie?, nunca hay nadie— nadie tras la pared de esta cáscara cárcel donde envuelvo mis viejas heridas con tristes celofanes descoloridos. Aquí, sin prisa, sigo vomitando secretos plastificados embadurnados con cenizas de perdón. Acerco, intento vano repetido, la mano la boca el ojo al límite de la impureza consentida. Creo ver la sombra de la certeza dibujada en cada grieta, imagino el hálito de un atisbo de ternura en el hueco trono de una araña defenestrada e invoco, torpe, sediento de espasmos salmos que solo yo escucho recetas mágicas para escapar creerme vivo mansear el cielo.

RESCOLDOS

cEniza

ALEPO Reguero de miseria en el camino de la guerra siluetas huidas de la verdad imposible insensibles ciegas sordas mudas sin voz para gritar el silencio para qué la voz ciegas a la ceguera de tanta oscuridad para qué la luz sordas a la sordera del autismo colectivo para qué la palabra insensibles a la insensibilidad coraza para qué el afecto el odio amnésicas a la amnesia decretada sermoneada para qué la memoria deshumanizadas de sí mismas para qué el camino para qué

CENIZA

POIPET La vulnerable mariposa de alas quebradas se agita trémula enzarzada en el arbusto de hiel el que crece en las calles malditas de Poipet y duerme en la casa de los corazones enlutados mercancía nocturna carne apiolada frágil temblor de jade engrilletado lleva el horror de vida muerta en la mirada líquida y revolotea enloquecida en la negra luz del lecho ceniza del visitante ocasional

CENIZA

GUMURUK Inocencia de muerte vil muerte de la inocencia en la negra noche del juego de la guerra no es un juguete de palo ni el juego de la rayuela un, dos tres… y caminando un, dos, tres… y resistiendo un, dos tres… en duermevela un, dos, tres… y disparando un, dos…

CENIZA

MELILLA

En la piel llevan tatuado el mapa austral de la huida caminos de sombra incierta aullando voces de otros mundos caminos en la noche de lunas muertas. Laberintos sin retorno hacia el metรกlico destino donde llueve viento solano se desgarra el alma y espera el mar.

CENIZA

GAROWE No quedan lágrimas para un llanto imposible. El agua se escurre entre los dedos huérfanos de futuro y las bocas sueñan la migaja que alivie el desgarro. Grito enmudecido por el vacío secular en el rincón del sacrificio permanente donde vuelan moscas que nunca morirán de hambre.

CENIZA

SMARA No hay luz suficiente para cegar la mirada No hay tórrido viento que borre la huella de sueños palabras ni horizonte límite de la inocencia atrapada en los espejos del alma

CENIZA

SIN VIENTO

humo

El viento ha cesado ausencia Nada vuelve a caer sobre la delgada película de hielo Solo el aliento música de la respiración forzada infinitamente lejana donde la mujer yaciente desapercibida juega la doble partida ganada perdida con la cabeza gacha la mirada fría. Nada se mueve nada importa ni la verdad, la mentira ni el rostro sin defensa. Sin viento.

HUMO

LA SOGA Miro absorto esa luna indefinida que se desparrama en azul. Sin camino que seguir nada más doblar la esquina me empeño en descubrir la trayectoria del pájaro ciego ave sin plumas de vuelo desigual que me dicta el deber sobrevenido. Clavo las uñas en el aire rancio aprieto los dientes maldigo los dioses ángeles endemoniados y agarro con todas mis fuerzas la soga que me viene intentando resistir recuperar el nudo. Pero el ovillo es infinito descomunal el embrollo enmarañado el tropel de burdas falsedades. Todo se resiste mientras el pájaro allá, en su nido, me observa e invoca silencioso plegarias de perdón. Te equivocas, ave rapiñera; busca el otro lado, le digo. No soy yo quien tira del hilo. HUMO

IN_COM.com Una radiación de fondo en la irisada piel de mi mano habla del autismo primitivo en el trayecto desde mi no ser a la nada.

derecha

Cuando todo estaba por hacer esperanza de habla incierta anzuelo para peces de aguas amargas me buscaba afanosamente necesitado de oírme decir «yo» en mi originaria esquizofrenia arbitraria. Aquello pasó. Evoluciono. Ahora miro mi hábitat colmenado, los brazos cruzados abismo sin tiempo de alargada sombra que me atrapa me reduce me eleva y comienzo una y otra vez, y otra, para crear mi propio código con que comunicar este complejo residuo, agujero negro de la consciencia, enquistado en mi mano izquierda. 18

HUMO

SIN PRISA Las horas rebeldes huyen del reloj y recorren sin prisa la voluntad epidérmica. Gozan el instante límite, cuando la mancha verdosa bajo los pies desnudos marcan el mínimo espacio existencial. Momento mítico / crítico / raquítico impregnado del sucio rubor que acompaña al vino derramado. Lejos, cerca, el mar. Tiempo sin tiempo. Voz sin voz. El eco adormilado de aquella extraña palabra de la juventud que fue se pierde por el camino, enquistado en la distancia. Si él no se acerca, tampoco yo iré a su encuentro.

HUMO

NO QUIERO VERLOS Se propaga la sombra en el vacĂo colectivo a la velocidad de la luz. Me acarician con excesiva frecuencia las manos entrelazadas que apelan a un cielo desmelenado esperando la complacida respuesta mientras llega la pregunta desprevenida del gigante enano con credenciales oficiales para escupir el humo pegajoso que nunca asciende lo suficiente. No estoy arriba, ni tan siquiera aquĂ, y los veos, agazapados, impacientes sin proyectos, con aspiraciones removiendo la sombra hĂşmeda extendida a mis pies. Mis pies. No quiero verlos.

HUMO

A VOSOTROS Me dirijo a vosotros por última vez muñecos articulados títeres de guiñol personajes de trapo y palo del cuento archiconocido que representáis día a día para niños y jóvenes de todas las edades: «Había una vez… en un lugar llamado Educalia…» Os digo que estáis miopes de tanto miraros el ombligo artríticos de tanto volver la cabeza para aseguraros que nadie os calienta el asiento. Los niños y los jóvenes se saben el cuento de memoria y también recitan otros bien aprendidos: «Hay un país donde reina la diosa Aritnem…» «En el castillo, rodeado de serpientes, viven dos hermanos: Latrocinio y Corruptela…» Os digo por última vez que vuestra mediocridad me enerva y me entristece, que no esperéis de mí algo más de lo que ya os he dado.

HUMO

EL VERSO NO ESTÁ AQUÍ Quizá lo encuentres en el organillo metálico que se burla del hombre disfrazado de persona. El verso, ahora, ya no está. Si aún sigues leyendo no es por mi culpa. Es porque quieres seguir escuchando el murmullo de un violín machacado, el grito de un anciano con la voz ronca, cansada, el chasquido de una bofetada no deseada. Te aconsejo que acabes con el sueño de esta última representación bajo la carpa de un circo en blanco y negro, que le arranques las alas al ángel seductor de un acróbata del verso que baja por última vez del oscilante trapecio.

HUMO

Las obras: RESCOLDOS Tentaciones Ausente De repente, la noche Cuanto más Tarde sucia Sin ti Viniendo Nadie

CENIZA Alepo Chibok Garowe Melilla Manila Mokattam Smara Armero Islamabad Gumuruk Poipet Massawa

HUMO Loca lógica oditnes nis Una noche en la jungla La soga Sin viento La silla In_com.com Sin prisa No quiero verlos A vosotros El verso no está aquí

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