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Desde cuándo hay que comenzar a cuidar el corazón?

NO HAY QUE OLVIDAR QUE LA ADECUADA HIDRATACIÓN, BASADA EN EL CONSUMO FRECUENTE DE AGUA, ES SUPREMAMENTE IMPORTANTE PARA EL MANTENIMIENTO DE LA SALUD CARDIOVASCULAR

El momento preciso para comenzar a cuidar el corazón es ahora, cuando más temprano, mejor. FOTO RF123

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¿Desde cuándo hay que comenzar a cuidar el corazón?

Esta es una pregunta que frecuentemente hacen no solamente los pacientes, sino otras personas en cualquier momento o lugar y la respuesta siempre ha sido la misma, que esto hay que hacerlo desde el momento de la vida en que la persona lo decida, o mejor dicho cuando lo crea conveniente; pero lo que sucede es que probablemente cuando lo decida hacer, ya sea demasiado tarde, porque el sistema cardiovascular incluyendo las tres arterias principales, llamadas coronarias, que alimentan el corazón, ya están inflamadas y llenas de colesterol.

Hasta el día de hoy, no se sabe en qué momento de la vida comienza este proceso, como evoluciona y como finaliza, porque en cada persona se comporta de manera diferente.

Debido a lo anterior, se considera que quienes tienen que comenzar a cuidar el corazón, son los padres y no desde el nacimiento, sino incluso desde el momento que decidieron traer al mundo una nueva vida; desde ese momento, ellos deben aprender a ser responsables de la salud cardiovascular de sus hijos (corazón, arterias y venas)

y más específicamente de su corazón.

Desde antes del embarazo, los padres deben reducir o evitar el consumo de alcohol, debido a los daños que este puede hacer, no solamente sobre el sistema cardiovascular del feto, sino sobre el resto de sus órganos, tampoco deben fumar y en caso de ser fumadores, suspender el habito del cigarrillo y si es preciso en el caso de la madre, alejarse del humo de este, porque contiene más de 4.000 radicales tóxicos, que van a alterar la función de la placenta (pulmón del feto), haciendo que al nacer tenga bajo peso y probablemente alterada la función y la estructura de sus arterias y el corazón.

La dieta saludable, sobre todo en la madre embarazada es muy importante, porque de lo contrario puede aparecer la obesidad, la hipertensión arterial y la diabetes mellitus, alterando el metabolismo general del feto y provocando que este nazca con niveles altos de glucosa, exponiéndolo a sufrir tempranamente de las enfermedades cardiovasculares y metabólicas. Hay que recordar que los diabéticos padecen dos veces más enfermedades del corazón que los no diabéticos.

Todas las embarazadas deben hacer ejercicio físico programado para su condición, con el cual se reduce el riesgo de sufrir del corazón, no solamente ella, sino también el hijo que tiene en el vientre.

Este control de los factores de riesgo cardiovasculares de la embarazada, hace que las enfermedades de su corazón y las del feto, se retarden en caso de que exista una predisposición de padecerlas.

Después del nacimiento, el recién nacido sigue siendo indefenso y los padres deben continuar protegiendo su salud cardiovascular, controlando los mismos factores de riesgo conocidos para el adulto, como la dieta saludable (baja en harinas, azucares y grasa) y rica en proteínas (pescado, pollo y carne), lo cual debe continuar acompañado siempre y si es preciso durante toda la vida de la ingesta frecuente de frutas y verduras, que son las que van a impedir que se produzca tempranamente la oxidación del organismo, retardando el proceso de envejecimiento, la aparición de otras enfermedades, como el cáncer y si es preciso la muerte.

Lo importante es tomar conciencia, que desde que una persona pueda o quiera cuidar su corazón, debe hacerlo y para eso cuenta con todas las medidas enumeradas anteriormente, con las que no solamente cuidará a éste, sino también al resto de sus sistema cardiovascular; incluyendo las arterias del cerebro y evitando la trombosis (ACV), las arterias renales (insuficiencia renal-dialisis), las arterias de las piernas (terminen amputadas) y todo el resto del sistema cardiovascular, retrasando la aparición de la hipertensión arterial y sus enfermedades asociadas.

El ejercicio regular mínimo recomendado es de 45 minutos 4 veces a la semana, de leve a moderado, lo cual sirve para oxigenar mejor los tejidos y eliminar las sustancias de desecho, con lo cual este permanecerá limpio, reduciendo la aparición de tumores y cualquier tipo de cáncer tempranamente.

No hay que olvidar que la adecuada hidratación, basada en el consumo frecuente de agua, es supremamente importante para el mantenimiento de la salud cardiovascular.

En conclusión, no existe un momento preciso en el cual debemos comenzar a cuidar el corazón o el sistema cardiovascular en su conjunto; pero de lo que si estamos absolutamente seguros es que entre más temprano se haga es mejor y lo que hay que hacer es seguir las recomendaciones antes descritas, es decir, dieta saludable, ejercicio regular, controlar al máximo todos los factores de riesgo (estrés, cigarrillo, alcohol etc).

Recuerda que el valor de la salud se hace más grande, cuando aparece la enfermedad.

ARISTIDES SOTOMAYOR Cardiólogo

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