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Pueblo Paganini. A 125 a帽os Breve recorrido hist贸rico de Granadero Baigorria
Hugo Cravero
Cravero, Hugo Pueblo Paganini, a 125 años : breve recorrido histórico de Granadero Baigorria / Hugo Cravero ; Prólogo por María Sonia Garea. - 1a ed. - Granadero Baigorria : el autor, 2015. 100 p. ; 20x14 cm. ISBN 978-987-33-7931-4 1. Historia Regional. I. Garea, María Sonia, prol. II. Título CDD 982.24
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...RaĂşl Zavattero, por re escribir la historia de Paganini y Granadero Baigorria
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Prólogo
Tinta marrón para escribir la historia de Granadero Baigorria . Los que nombraron el lugar donde estuvo la “Posta El Espinillo” jamás imaginaron todo lo que traería consigo aquella decisión, mucho menos que sería la razón de éste libro y muchos otros trabajos de investigación histórica. Lo que sí sabían los autores de este suceso, que algo gestaban en ese mojón. Que iniciaban la creación de un espacio, con la complicidad del tiempo, que se encargó de albergar a miles y miles de almas en un territorio hostil e inhóspito en sus comienzos. En esa época nombrar un espacio geográfico era sinónimo de nombrar a otro. Ese otro era el dueño del lugar y ese poder tenía que tener ser ostentado con su apellido. Así es que la mitad de la existencia éste paraje del Pago de los Arroyos se llamó Paganini, en honor del terrateniente fundador; Lisandro Paganini. Y desde 1950 éste lugar lleva el nombre del granadero, pobre e indio, casi anónimo, que le salvó la vida a José de San Martín en el Combate de San Lorenzo; Juan Bautista Baigorria. Sabemos que los nombres nos dan la identidad, todos ne-
HUGO CRAVERO/8 cesitamos que nos nombren en un acto individual y que nombremos el lugar donde vivimos en un acto grupal. Seguramente cada habitante de este pequeño retazo de la tierra, se sentirá más cómodo con uno u otro nombre. En lo que a mí concierne prefiero al Granadero Baigorria, pues representa a ese colectivo desconocido de gente, mucho más importante, que hicieron el mientras tanto, que marcan las fechas en las líneas históricas. Pero el tiempo transcurre y el accionar de las personas va haciendo crecer y modificar el entorno inmediato. A estos devenires y al ritmo de una Argentina muchas veces impávida y en otras ocasiones amnésica, por Paganini primero y por Baigorria después pasaron dictaduras, liberales y neoliberales, que dejaron sus huellas terribles. En tiempos de la primera “Década infame”, también hubo . “fraudes patrióticos” en las elecciones de la pequeña comuna; en los golpes de estados se repartían el municipio como una horma de queso; y en el último atroz paso de asesinos de facto en la ciudad se construyó la etapa más negra de la historia local. La Calamita, el centro de detención de presos político ilegal que hubo en el sur provincial que funcionó desde 1976 hasta en 1978 en Eva Perón 1530. Después de la “segunda década infame” y el paso lapidario de gobiernos cómplices de lo peor, Baigorria volvió a sumirse en la desesperación. Parecía más los tiempos de Pueblo Paganini. Pero siempre la necesidad y el deseo se conjugan para transformar lo que no queremos y reconstruir,
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/9 desde lo que fuimos, a lo que pretendemos ser. Éste material nos invita a mirar el pasado. Lo que ustedes leerán no será un mero soporte de palabras escritas sin pasión, sino que tendrá una parcialidad manifiesta, como todo lo que emprende el autor. Tal vez se sientan identificado con las personas, los lugares o los hechos que en el transcurrieron. Pero lo que leeremos desde el hoy que estará inconcluso. Pero iniciado, en este camino que estamos todos y todas, ocupando un lugar. La pregunta es: si lo recorremos o lo transitamos. Faltarán muchos capítulos que se escribirán, imagino, en un cercano mañana por cualquiera que se atreva incursionar en el recuerdo popular. Será un libro que necesitará del soporte de sus manos, para tocar, abrazar y seguir con los dedos. Proponiéndoles que de alguna manera le acerque su piel. Quizás así puedan vivir palmo a palmo la vida de los pioneros que llegaron, se afincaron, y soñaron con una ciudad similar a la que tenemos. Con escuelas, trabajo, futuro y dignidad. Ojalá sientan el entretejido que hizo que hoy estemos aquí en esta conexión pura de alquimia liberadora. Desde los Chanaes a los Orsetti. Desde los Cutruneos (primeros maestros del pueblo) al primer edificio escolar. Des-
HUGO CRAVERO/10 de la Posta El Espinillo a la primera Estación de Trenes. Desde Paganini a Juan Bautista Baigorria. Un relato corto, que nos involucra, más allá de ser de la ciudad o no. Gracias Baigorria por ahijarme y permitirme criar a mis hijas a la vera de tu río.
Profesora Sonia Garea .
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Desde los chanaes a los Orsetti
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Capítulo 1
Granadero Baigorria, antes de ser Paganini La autorización oficial de la conformación del Pueblo Paganini fue decretada por el gobernador José Gálvez el 9 de abril de 1889, luego de varios pedidos, acompañado por certificaciones y planos catastrales, presentados por el escribano Lisandro Paganini. Pero antes que el adinerado notario comprara las tierras donde se levantaría la ciudad que llevaría su nombre por 60 años, para re nombrarse Granadero Baigorria en 1950, fue parte de la inmensa llanura litoraleña, salvaje e indómita para los europeos llegados en el siglo XVI. Para poder ubicarnos geográficamente, la zona donde hoy está Granadero Baigorria era conocida como Pago de los Arroyos en tiempos coloniales y comprendía desde la vera del río Carcarañá al sur hasta la Cañada Las Hermanas al norte (Ramallo, Buenos Aires), al este el río Paraná y al oeste con Córdoba. El paraje, que en la actualidad cuenta con varias localidades, entre la que está la nuestra, tiene varios arroyos que desembocan en el Paraná, lo que hacía que los viajeros que transitaban por estos caminos tenían que sortear los escollos de las cuencas que le daban la identidad al
HUGO CRAVERO/16 insipiente territorio. Desde la llegada del español a América la expansión de los conquistadores se hizo a sangre, matanza y saqueo a los pueblos originarios. Y por supuesto esto también ocurrió en estos lares. A pesar de los flagelos, los indígenas que habitaban al sur de la provincia de Santa Fe (Chanaes, Carcaraes, Timbúes, querandíes) dieron resistencia. En 1527 Sebastián Caboto fundó el Fuerte Sancti Spiritu, que fuera la primera población española en territorio argentino. En 1529 timbúes y chanaes derribaron el fortín ajusticiando a los llegados del viejo continente, dando un halo de dignidad a tanto atropello, masacre y robo. Recién el 15 de noviembre de 1573, cuando Juan de Garay fundará la ciudad de Santa Fe y a posteriori el Cabildo, fue cuando comienza a poblarse la extensa llanura de la Pampa Húmeda. Pero a finales del siglo XVII se empieza a otorgar permisos a particulares para que exploten el mercado del ganado cimarrón y autoabastecer las colonias. El derecho a “vaquear” se les dio a influyentes españoles, entre ellos al Capitán Don Luis Romero de Pineda quien recibió del Gobernador General de las Provincias del Río de la Plata, José Herrera y Sotomayor, en representación del Rey de España, 27 leguas al sur de la provincia de Santa Fe en 1689, donde constituyó la Estancia La Concepción. Antes, en 1682, se le otorga una merced a Antonio Vera Mujica, quien se puede afirmar como el primer propietario de los lotes donde hoy está Granadero Baigorria. En rigor a Romero de Pineda se le da las tierras al sur del arroyo Salinas (hoy arroyo Ludueña) hasta el Saladillo y a Vera Mujica desde el
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/17 Ludueña al norte hasta el Río Carcaraña. Es de aclarar que tanto Pineda y Vera Mujica eran encumbrados vecinos de Santa Fe e integrantes del cabildo, lo que facilitó la entrega de las tierras por parte de la Corona. De hecho Antonio Vera Mujica, un criollo hispano de trayectoria militar nacido en Cayastá, de familia española de gran ascenso en la Colonia, llegó hacer teniente de gobernador de Santa Fe entre 1668 y 1672. En 1680 inició una campaña contra la Colonia Sacramento, fundada por los portugueses en territorio español, hoy la actual ciudad uruguaya de Colonia. El 18 de octubre de 1684 fue designado gobernador del Paraguay, pero muere en Asunción el 29 de ese mes. Su hijo mayor vendió las tierras, que además tenía 3200 cabezas de ganado, en 1719 a la Compañía de Jesús. Los jesuitas utilizaron el inmenso paraje para formar la Estancia de San Miguel del Carcarañal, donde desarrollaron la agricultura para actividades productivas y comerciales. A su vez los religiosos llevaban las reducciones misioneras para evangelizar a los originarios. En 1767 los jesuitas fueron definitivamente expulsados de América. Primero fue el Reino de Portugal y luego el Español que veían en la orden religiosa católica una amenaza por su capacidad de poder autofinanciarse y su inclusión con los indígenas. Tras la salida de la Compañía de Jesús, todas las tierras que poseían los jesuitas fueron rematadas en subasta pú-
HUGO CRAVERO/18 blica a través de una Junta de Temporalidades. Divididas en lonjas con salidas al Paraná, las fecundas tierras se volvieron a dar a las personas respetadas en la Colonia. Es de aclarar que la capilla y el edificio que hoy está en la ciudad de San Lorenzo fueron transferida a la orden Franciscana. En 1774 la antigua Estancia San Miguel del Carcarañal era vendida a precio vil. Uno de los compradores fue Francisco de Villarruel, quien fue el que más extensiones fraccionadas adquirió. Obviamente lo que hoy es Granadero Baigorria estaba en las lonjas compradas por el latifundista. La posesión formal de las parcelas fue el 6 de octubre de 1796, a través del procurador General de la Junta de Temporalidades, Salvador Amenábar. Lo que Villarruel compra son los terrenos que estaban ubicados en el paraje El Espinillo en el distrito Ludueña. En 1868 la familia empieza a desprenderse de lotes, justo cuando el gobierno de la provincia de Santa Fe abre el camino de Rosario a la Capital provincial, actual Ruta Nacional Nº 11. Esta traza agilizó el tránsito, que antes se realizaba por el Camino Real, otra huella que fuera abierta en el siglo XVII y que vinculaba Asunción del Paraguay con Buenos Aires. La misma se extendía a kilómetros del río Paraná de manera paralela para vadear los arroyos y evitar a los indios de la zona. La construcción de la nueva conexión revitalizó la zona y elevó los costos de los terrenos, lo que hoy son las ciudades del Cordón Industrial. Cuando Lisandro Paganini compró las tierras donde fun-
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/19 daría el pueblo que llevaría su nombre en 1884, lo hace a dos privados. La menor extensión a Rufino Villarruel, nieto de Francisco y la de más tamaño a Carlos Casado Alisal, terrateniente con quien Paganini ya tenía negocios inmobiliarios.
Las colonias de Nueva España y Nueva Italia
Los antecedentes de las primeras radicaciones de italianos y españoles llegados de Europa en el siglo XIX, antes que Granadero Baigorria fuera Pueblo, se registra en las denominadas colonias Nueva España y Nueva Italia, que se constituyeron por acuerdos con los consulados de estos países, en varias regiones de la provincia. En sí, éste proyecto, que no llegó a buen puerto, fue un negocio inmobiliario para poder captar a los venidos a la provincia de Santa fe desde el viejo continente y venderle una chacra a un valor relativamente bajo. El gobierno santafesino daba el estímulo para la radicación con la entrega de herramientas para la labranza, bueyes y manutención a los colonos que deseaban comprar las quintas. En el libro “Un encuentro con mi pueblo. De Paganini a Baigorria”, la licenciada Mabel Borga relata que la “Colonia Nueva España tuvo a Nicolás Grondona como el ejecutor de los planos de los lotes a vender, quien además luego fue el que dio la posesión de los mismos a los comprado-
HUGO CRAVERO/20 res”. Las dos colonias se desarrollaron en que lo sería en un futuro Granadero Baigorria, desde 1871, en la zona sudoeste de la ciudad, sobre el Camino Real, aproximadamente en cercanías de la actual planta industrial de John Deere y el cementerio local. Borga, en el citado trabajo histórico, dice “las superficies de las colonias era de 9 mil varas de frente y 600 de fondo. Los lotes de las quintas a vender era de 100 a 600 varas y que se vendieron a 400 pesos bolivianos cada una”. La Colonia Nueva Italia fue fundada el mismo año que la española por el cónsul italiano, Luigi Petich. Los asentamientos duraron muy poco tiempo según datos de la época. Uno de los principales motivos fue el tema de transporte, pues los campos estaban situados lejos de la nueva ruta a San Lorenzo (hoy Ruta 11), y el viejo Camino Real ya había quedado en desuso. En 1887, cuando Paganini ya había adquirido las tierras donde hoy están los barrios Centro y San Miguel e intentaba fundar el pueblo, se llevó adelante el primer censo provincial. En ese registro las colonias ya no existían. Como dato referencial, en el libro “El Espinillo” Plácido Grela, reproduce parte del trabajo realizado por Wladimir Mikielievich de los originales del “Diccionario de Rosario”. El historiador escribió que “quince familias italianas compuestas por 80 personas adquirieron chacras y quintas en la colonia, en cuyo centro se trazó la planta de una aldea
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/21 cruzada y circunscripta por seis alamedas que llevaban los nombres de Carlos Alberto, Víctor Emanuel, Príncipe Humberto, Amadeo Cavour y Giuseppe Garibaldi. Las aldeas también tendrían plazas denominadas Roma, Génova, Venecia, Torino y Nápoles, y siete calles con nombres alusivos a la independencia italiana. Para llegar desde Rosario hasta la colonia se salía por calle Santa Fe y siguiendo el camino al arroyito Ludueña, donde se proyectó un puente que pasaría al dominio municipal, se continuaba algo al oeste, estimándose que el viaje demandaba media hora a caballo , tres cuarto de en coche y una hora en carreta”.
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Capítulo 2
La Posta El Espinillo El paraje Posta Espinillo perteneció a un sistema de comunicación y transporte, habilitado por la Corona, para el desarrollo comercial entre Buenos Aires y El Paraguay. Aunque la centralidad de los españoles no permitía el negocio con otras naciones, el contrabando se había intensificado de manera inusitada por el siglo XVIII en la región del Río de la Plata, aunando así el paso de comerciantes por caminos improvisados. El recorrido desde Asunción al puerto de Buenos Aires, con sus postas y caminos transitables se aceleró con la creación del nuevo Virreynato y para facilitar el traslado de las riquezas extraídas de las minas del expoliado Alto Perú. A mediados del 1700 se creó Camino Real, y con él llegaron las mencionadas moradas. Estos ranchos de paja y barro eran construidos en la nueva ruta, y servían para refrescar caballos, el descanso de los viajantes y su alimentación. A su vez también se utilizaban como correo entre los pueblos a través de carretas o chasquis. Este sistema de Postas desde Buenos Aires a Asunción fue creado por el Virreynato del Río de la Plata en 1774. Según publicó en su libro, “Historia de Granadero Baigorria”,
HUGO CRAVERO/24 Iván Piermatei, el recorrido de las mismas se iniciaba en la capital de la Colonia, pasando por Rincón de las Hermanas, Arroyo del Medio, Arroyo Seco hasta llegar al Espinillo. Es válido acotar que la Posta de San Lorenzo, intermedia con la del Espinillo y la del río Carcarañá, fue creada en 1790 a posteriori del emplazamiento de estas dos, a una legua al norte del histórico Convento franciscano. El Espinillo y José de San Martín La existencia de la Posta Espinillo fue documentada por John Robertson Parish en su libro “Cartas del Paraguay”, material que editara en 1834 junto a su hermano, Williams, sobre sus aventuras por América del Sur, cuando comercializaban productos y mercaderías por esta parte del mundo. Aunque el escocés nombró a la Posta como “San Lorenzo”, en un error fácil de corregir, porque como ya dijimos anteriormente el paraje sanlorencino estaba a una legua al norte del Convento, y por tal motivo el único puesto al sur más cercano donde sería el histórico Combate era el Espinillo, podemos afirmar que lo descripto por éste no es otro que el paraje que nos dio el motivo de éste informe. “Por la tarde del quinto día llegamos a la Posta de San Lorenzo, distante como dos leguas del convento del mismo nombre, construido sobre las riberas del Paraná, que allí son prodigiosamente altas y empinadas”, escribió Parish.
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/25 La noche del 2 de febrero de 1813, a las 22 horas las tropas del por entonces Teniente Coronel José de San Martín llegaban a El Espinillo. Allí el comerciante, al servicio de la Corona Británica, se contactará con el Gran Capitán y éste lo invitará al Combate histórico de San Lorenzo la madrugada siguiente, donde los Granaderos derrotarán a las fuerzas realistas en una breve reyerta. Los primeros puesteros El primer maestro de la Posta, término como se los conocían a los responsables de estos parajes, fue Juan Tuval quien falleciera en 1787. El cargo fue cubierto por Anselmo Basualdo Ramos con un contrato de 5 años renovable según el Virreynato del Río de la Plata. Éste segundo encargado de la Posta falleció el 22 de junio de 1812, y fue su hijo Sebastián Basualdo, y su viuda, Francisca Roldán, quienes lo reemplazaron. Es bueno decir que también Sebastián Basualdo tendrá una participación activa la noche del 2 de febrero de 1813, porque según el historiador rosarino Carlos Wladimir Mikielievich, el joven puestero colaboró en reponer las cabalgaduras cansadas de los Granaderos de San Martín y de las milicias rosarinas al mando de Celedonio Escalada. El mismo Mikielievich sitúa al Espinillo en los límites de Granadero Baigorria y Capitán Bermúdez. El escritor, que fuera creador durante el siglo XX de trabajos de investigación de relevancia sobre la recolección histórica de la región del Gran Rosario, afirmó que “sobran razones para señalar como lugar de emplazamiento de la Posta El
HUGO CRAVERO/26 Espinillo las inmediaciones de la bajada que, con la denominación de El Espinillo, era ya conocida en el siglo XVII”. El periodista, quien en 1962 fundara la Sociedad de Historia de Rosario y que en mayo de 1963 editara el primer número de la Revista de Historia de Rosario, de la cual se imprimirían cuarenta volúmenes bajo su dirección, también sumó a los datos de la posible ubicación del rancho y caballeriza donde descansaron tantos paisanos luego de largas travesías. Mikielievich supo escribir que “el apellido Basualdo coincide en el comprador original a la Junta de Temporalidad de la lonja de 1500 varas a la vera del Paraná en enero de 1775, Juan José Basualdo, donde se iniciaba la bajada citada hacía norte, con el del maestro de Posta designado para El Espinillo en 1787, Anselmo Basualdo Ramos, segundo responsable del puesto rural”. Mikielievich hizo la simple deducción que en un territorio tan despoblado, como era el Pago de los Arroyos, los apellidos similares podrían pertenecer a una misma familia. Además Juan José era un influyente español amigo de los representantes de la Corona en el Río de la Plata y esto . podría haber facilitado el trámite para que algún pariente pudiera llegar al cargo de maestro de Posta. Otra información que sumó Carlos Wladimir, y que publica Plácido Grela en su libro “El Espinillo”, son los planos realizados por el agrimensor español Julián de Bustinza y el ingeniero Enrique Blyth en el siglo XIX. Grela dice que “la Posta se situaba a 2000 varas castellanas, o sea unos 1.700 metros, al oeste de la bajada”. Según estos datos la
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/27 Posta El Espinillo, el primer sitio poblado por criollos y españoles en la zona donde hoy están las ciudades de Granadero Baigorria y Capitán Bermúdez, se ubicaba en el límite occidental de ambas localidades. Para ser ecuánime, tal vez, se podría decir que El Espinillo pudo haber estado en el extremo sudoeste de Bermúdez o en el extremo noroeste de Baigorria. Por su parte el municipio de Capitán Bermúdez ha definido que la Posta estuvo en su territorio y no en las coordenadas brindadas por Mikielievh, Bustinza y Blytch. La comuna bermudence contrató en el 2012 al prestigioso agrimensor Juan Manuel Catagnino quien determinó que la Posta estuvo en el barrio Copelo en esta ciudad, más precisamente en las inmediaciones de donde ahora se encuentra la Plaza de la popular barriada llamada Antártida Argentina. Catagnino trabajó con planos datados desde 1820 y por la ubicación de un pozo de agua que se repetía en varias documentaciones, llamado Pozo de Silva, más la traza del Camino Real, que por Granadero Baigorria se recorre por calle Junín en los barrios San Miguel y Martín Fierro y por la ciudad vecina lo atraviesa de sur a norte detrás de las vías del Ferrocarril Mitre, pudo definir el posible lugar del paraje. Éste informe, elaborado por creador de la Federación Nacional de Agrimensura, del cual fue su primer presidente, fue publicado en un libro llamado “La existencia de la Posta El Espinillo” en 2013. Más datos históricos del Espinillo
HUGO CRAVERO/28 En referencia a la bajada, que dio el nombre a la Posta, otros relatos históricos también la nombran. El denominado Ejército Grande, comandado por Justo José de Urquiza, se detuvo a finales de 1851 en estas costas para descansar, reponer víveres y fuerzas. Urquiza ya había definido desde hace tiempo enfrentar a su antiguo aliado, el General Juan Manuel de Rosas, con tropas propias, del Imperio del Brasil y unitarios en el exilio. Entre los integrantes venían también enemigos acérrimos de Rosas como lo eran Bartolomé Mitre y Domingo Faustino Sarmiento. Fue Sarmiento a quien Urquiza designó como boletinero de sus fuerzas. El ex presidente graficó con su pluma esplendida lo que era éstas pampas hace más de 160 años atrás. El boletín número 6, creado el 25 de diciembre de 1851 decía: “Descendimos a tierra y montar a caballo fue obra de unos minutos. A caballo, en la orilla del Paraná, viendo desplegarse ante mis ojos en ondulaciones suaves, pero indefinidas, hasta perderse en el horizonte, la Pampa que he descripto en el Facundo, pues la veía por primera vez en mi vida”. De la Posta no queda nada físicamente en pie. Rancho de paja y barro fue su estructura. Tampoco podemos decir con exactitud el lugar donde se levantaba el destino ansiado. Su nombre lo dice todo. Espinillo… pastizales, árboles bajos, cimarrones lejanos, la huella que llamaban Camino (y Real), y la mirada atenta ante el temor de lo desconocido y, lo peor, los conocidos indígenas siempre
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/29 en su justa lucha por lo que fue suyo y se les arrebató. Lo que no se puede negar es que por ahí la historia pelegrina tuvo capítulos increíbles, aún algunos ocultos, necesarios para saber de dónde venimos, por dónde estuvimos y quiénes somos en el día a día por andar.
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Capítulo 3
Don Lisandro. Quién fue nuestro fundador Don Lisandro lo llamaban en el paraje rural que aún no llevaba su apellido como identificación de pueblo. El escribano, que amasó una cuantiosa fortuna, no se escapa de la estofa de los otros millonarios y acomodados políticamente tras la unificación definitiva del territorio nacional, después de la anexión de Buenos Aires. Ya los caudillos habían quedado devaluados detrás de la derrota del general Justo José Urquiza, por Bartolomé Mitre, en la batalla de Pavón en 1861. Muerto en el exilio chileno Felipe Varela, todo sueño de federalismo se había convertido en efímero. El fundador nació el 28 de junio de 1837 en Buenos Aires en una familia de emigrantes italianos de la región de Lombardía. Las ansias de crecimiento económico, a costa de cualquier cosa, no “les funcionaba” a los familiares directo del eximio violinista Niccolò Paganini, con la gobernación del Brigadier Juan Manuel de Rosas. Fue ese el motivo por el cual los lombardos se mudaron a Rosario, lejos del Restaurador y cerca de los conspiradores de un país para unos pocos. Lisandro de muy joven se vio motivado por su participa-
HUGO CRAVERO/32 ción social y política, es por eso que a los 20 años de edad inauguró un periódico llamado “Museo literario” y fue tercer escribano graduado en Rosario en 1861. Su pronta llegada al mundo de los negocios inmobiliario lo hizo un conocedor a la perfección del tema. El país estaba despoblado, había una pampa deseosa de la llegada de miles de europeos cargados de sueños y ganas de progresar, y una ilimitada posibilidad de hacer toneladas de dinero, en la adquisición de tierras vírgenes por dos pesos para rentarlas o venderlas a valores astronómicos. Por entonces una manera para la especulación financiera era la fundación de pueblo. Y don Lisandro fue uno de los precursores en esa cuestión, pues es válido aclarar que el muchacho no sólo fundó nuestra ciudad, sino estuvo involucrado en varias formaciones de pueblos del sur provincial. A mediados de la década del 70’ Paganini era propietario de una de las tres escribanías que había en Rosario y era parte de la Sociedad de Crédito territorial de Santa Fe, una entidad financiera que duró unos pocos años, pero que imprimió el espíritu dinámico para integrar el mercado inmobiliario. Uno de los mayores influyentes de esta institución “pionera” fue Carlos Casado del Alisal, un español latifundista que se radicó en la zona en 1857. Con menos de 30 años, el hombre nacido en 1833 en Villada, llegó al país y al poco tiempo ya estaba vinculado a los grandes negocios de esa época.
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/33 Integró el 1864 el Directorio Provisional en la ciudad de Rosario para la construcción del Ferrocarril Central Argentino, en carácter de tesorero. En 1865 creó el Banco Casado y posteriormente adquirido por el Banco de Londres. Con la venta de este banco, comenzó a comprar grandes extensiones de tierras en el país, con una particular atención en Santa Fe. Alisal se convirtió en uno de los mayores terratenientes del mundo, con un latifundio mayor al territorio de Gran Bretaña, después de la guerra de la Triple Alianza, cuando se transformó en testaferro de los ganadores de la contienda bélica tras la apropiación de enormes dominios en el Chaco Boreal (actual Paraguay Occidental) que entonces fueron llamados Campos de Don Carlos Casado. En el remoto campamento de San Carlos, dentro de estos grandes terruños madereros de explotación de tanino, fueron reducidos a la esclavitud los indígenas tomáraho, originarios del lugar. Esta comunidad apenas sobrevivió a la explotación, muriendo muchos de ellos de enfermedades curables, abandono y hambre. Con este personaje siniestro Paganini hizo una buena diferencia. Casado también fundó pueblos, como San Genaro y Casilda. Fue este pueblo que Alisal contrató a Lisandro como escribano en 1872. Además el capitalista multimillonario, primer presidente del Banco de Santa Fe en 1874, lo sumó a Lisandro para ser parte del Ferrocarril Oeste Santafesino, que uniera Rosario con Cruz Alta en 1883. Las buenas migas políticas y su influencia en el mundo fe-
HUGO CRAVERO/34 rroviario hizo que Paganini comprara a Francisco Villarruel y al mismo Casado de Alisal en 1884 las parcelas de tierras que hoy ocupan los barrios Centro y San Miguel, con la clara intensión de poblarlo de arrendatarios y darle forma de pueblo, sabiendo que por esos lugares iba instalarse una estación de trenes de pasajeros de las vías del actual Ferrocarril Mitre. Luego de varias negativas del gobierno provincial se aceptaron los planos para conformar el poblado. El 9 de abril de 1889 Lisandro Paganini lograba el sueño del pueblo que llevaría su apellido por 60 años, luego que el gobernador José Gálvez firmara el decretado autorizando la traza. Desde el momento de la compra de los terrenos, hasta la legalización de la marcación de la ciudad, y tiempos después de éste hecho institucional, Paganini confió el alquiler de los campos a un italiano oriundo de la región de la Lombardía, misma zona de donde migraron sus familiares a principio del siglo XIX, llamado Juan Orsetti, considerado en nuestra historia autóctona como el primer poblador de Baigorria. Como un verdadero adelantado Orsetti sub alquilaba las tierras, que él arrendaba a Paganini, a otros colonos. Era una costumbre por entonces, sin ánimo de error este tipo de trato tenía la definición para Lisandro Paganini como ‘Colonizador - administrador’ y para Juan . Orsetti como ‘Colonizador – arrendatario’. Otros pueblos donde Lisandro tuvo algo que ver Paganini además de crear nuestra ciudad y ser el escribano
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/35 de Casado en la traza de Casilda, estuvo en la formación de lo que hoy en día es la ciudad de Fray Luis Beltrán, al participar como escribano en la compra de Domingo Borghi de los lotes de la actual localidad del Cordón Industrial. Otras dos comunidades fueron fundadas por Paganini, de igual manera que nuestra ciudad, son Barrancas en 1889 y en 1891 Puerto Gaboto. Lisandro: “Roquista” Queda claro que Paganini fue una fiel imagen de los años que se fue formando el país agro exportador y capitalista, ha pedido de las potencias mundiales. De militancia liberal, vinculado con las políticas de Julio Argentino Roca, lo llevó a tomar posturas ante la revolución de 1880 y hasta formar parte de las tropas del presidente Nicolás Avellaneda, donde Roca era el ministro de Guerra, enfrentado con el gobernador bonaerense Carlos Tejedor. En ese año participó junto a su hijo Carlos de las batallas Barracas y Corrales, decisivas para el triunfo de la poderosa Liga de Gobernadores y que llevó al poderoso militar a la presidencia ya sin oposición alguna, luego del genocidio cometido a los pueblo originarios en la mal conocida “Campaña del desierto”.
Un dato para tener en cuenta de Paganini es que su hermana, Virginia, se casó con Lisandro de la Torre (padre) dando a luz a tres hijos, entre ellos a Nicolás Lisandro De la Torre, político santafesino destacado, creador de la Liga del
HUGO CRAVERO/36 Sur y del Partido Demócrata Progresista. El Negocio redondo de fundar pueblos La fundación de nuestra ciudad se enmarcó en los grandes negocios inmobiliarios que se dieron en el país luego de la unificación de Buenos Aires a la Confederación, dando inicio a la República Argentina. Los triunfantes acomodaron los tantos para que sus partidarios se hicieran más ricos. No lejos de lo que ocurrió durante la Colonia, los que supieron estar cerca del poder fundaron pueblos, compraron tierras a bajo precio o se asociaban con empresas que creaban los ferrocarriles y sus vías férreas. Vale la pena aportar es que en 1887 el gobierno provincial aprobó una ley para la creación de pueblos, librándose el colonizador de pagar impuestos por las tierras a poblar. O sea, se seguía arrendado los lotes o vendiéndolos para la construcción de viviendas sin pagar al fisco. Los requisitos eran que los campos a poblar debían tener una dimensión de por lo menos 120 hectáreas y que el fundador dejara trazado calles amplias, plazas y espacios para templos, dependencias estatales, hospitales, escuelas, policías, entre otros.
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Capítulo 4
Estación Esperanza Patrimonio de todos La vieja Estación de Trenes Francesa, que está en la entrada sur Baigorria por Ruta 11 y que el municipio local recuperó en su estructura creando allí el Museo del Río, cuanta parte de nuestra historia, como pueblo y país. No podemos alejar la presencia de esta pequeña edificación de estilo francés, al triste papel que nos tocó hacer en el armado capitalista desde mitad del siglo XIX en el mundo, luego de la derrota de Juan Manuel de Rosas en la batalla de Caseros y la unificación del territorio nacional desde 1852, y la anexión definitiva de Buenos Aires a la Confederación Argentina en 1861. Para relatar su construcción debemos remontarnos en años donde el modelo de una Argentina chiquita se imponía para la comodidad de unas cuantas familias, que gestará el modelo de país agroexportador. Con la excusa de modernizar el país, los ganadores dejaron que las potencias internacionales hicieran grandes negocios en desmedro de las mayorías.
HUGO CRAVERO/40 La caseta de Viamonte y Ruta 11, que sobrevivió a indiferentes mandatarios y a la omisión colectiva, se comenzó a construir en 1883, en pleno apogeo liberal argentino (Generación del 80’), cuando el gobierno santafesino estaba en proceso de la creación de vías férreas de trocha angosta en distintos puntos del territorio provincial. El "Ferrocarril de Santa Fe a las colonias” surgió por una ley promulgada el 3 de noviembre de 1882, que autorizó también al gobierno a convenir con la empresa británica John Meiggs y Compañía la realización de los trabajos. Las obras fueran iniciadas a principios de 1883, y se inauguraron en mayo de 1884. Los intereses ingleses y franceses se mezclaban con la obsecuencia de los mandatario, es por eso que la construcción de las vías, caminos, puentes y material rodante férreo eran adquiridos a empresas extranjeras, que luego por unos pocos pesos se quedaban con el servicio. En 1888, a raíz de las dificultades que presentaba el estado provincial, se le cede la explotación del ferrocarril a la Compañía franco belga Fives-Lille, que extiende aun más el trayecto que llegaba desde la Capital hasta Rafaela, Vera y Pintado y Rosario, donde la Estación Esperanza era receptora de las máquinas que transportaban granos o maderas de los quebrachales (y sus derivados), de los bosques santafesinos desbastados salvajemente por La Forestal (The Forestal Land, Timber and Railways Company Limited). La estación Esperanza ya funcionaba desde 1886 bajo la órbita del estado santafesino en la lonja de tierra de 100
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/41 varas de ancho, y desde la actual Ruta 11, Avenida San Martín, (por entonces Camino a San Lorenzo) hasta el río, que se le había comprado oportunamente a Enrique Kropf. De los 700 metros de longitud del predio, o sea desde la pequeña casona de estilo parisino hasta las barrancas del Paraná, un ramal transportaba con vagones manuales las mercaderías a un precario puerto en la bajada del actual barrio Remanso Valerio. Otras cargas seguían su trayecto a depósitos de la zona norte de Rosario en Avenida La Travesía y Génova, Empalme Graneros. La Fives-Lille La . empresa que concesionó los trenes en la provincia, para luego transferírselo a la firma Ferrocarriles Franceses en 1900, existe aún en Francia. La Fives se creó en 1812 en la ciudad de Lilles, en el límite con Bélgica, en los galpones de Sociedad de los Antiguos Establecimientos Cail, especializada en la construcción de materiales para los ingenios azucareros. Los primeros 50 años de la empresa fue al compás de una Europa que paulatinamente entraba en la era capitalista – industrialista, reacomodándose a monarquías parlamentarias. Pero el golpe de suerte se les dio, cuando en 1861 la Five – Lille comienza la construcción de locomotoras de vapor. La expansión fue vertiginosa. Ya la industria no sólo se dedicaba a la extracción de azúcar en las ex colonias americanas, sino que ingresaba en el negocio del ferrocarril, primero construyendo máquinas y vagones, después vías y ramales; y para terminar en el negocio del transporte de
HUGO CRAVERO/42 mercaderías. La reputación de la Fives - Lille se extiende al mundo comenzando a exportar locomotoras a Rusia, Brasil y China. A su vez seguía en el mundo de la ingeniería civil, por eso fue que también construía caminos y puentes en distintos continentes. Aún perduran las obras de la empresa como, por ejemplo, los primeros ascensores de la Torre Eiffel. Esa empresa, potencia planetaria en el siglo XIX de la industria ferro rodante, fue la que se quedó con el control total del ferrocarril santafesino, y por ende, con el manejo de la estación Esperanza. En 1888 fue el gobernador José Gálvez el que entregó las vías y las máquinas a la Fives, que años después vendiera a compatriotas, Ferrocarriles Franceses, el negocio. Recién en 1946, la presidencia de Juan Domingo Perón hizo valer la dignidad y compró, primero a los galos y después a los ingleses, todos los ramales y maquinarias, para crear un orgullo nacional que mató el neoliberalismo de los 90’. Ferrocarriles Argentinos. Es bueno destacar que el actual Gobierno Nacional volvió a poner en valor la necesidad de tener los trenes en manos del estado. . En el 2012 cuando la empresa, hoy llamada Filles Group dedicada en el negocio industrial del acero, el cemento y el mundo automotriz, cumplió 200 años de vida, el escritor Robert Rapilly publicó un libro de poemas llamado "El Ferrocarril de Santa Fives”. Tras un concurso lanzado por la empresa bicentenaria, el periodista relató en poesías la fic-
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/43 ción de personas que viajaron hace 120 años a Santa Fe desde Lilles para la construcción y mantención de los ramales de los trenes que surcarían pueblos de la provincia, entre ellos Paganini y su estación. En la ficción de Rapilly se dan datos de las familias que viajaron atravesando el Atlántico a nuestro país para trabajar, y las anécdotas de los que regresaron y de los que se quedaron a poblar el país. La Fives Lille tuvo una estación que llevó su nombre, hasta que en 1950 fue modificado por Estación Los Guaraníes, en el pueblo de Vera y Pintado, inicio de la casi inexistente cuña boscosa, donde comenzaban las 1.500.000 hectáreas de bosque virgen que explotó humana y naturalmente la Forestal. En el libro de Rapilly se habla del nexo de esos franceses de Lille y el pueblo del departamento San Justo.
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Capítulo 5
La Escuela 127 “Presbítero Manuel Alberti”, la primera institución educativa de la ciudad El 5 de junio de 1893 el gobernador Juan Manuel Cafferata firmó el decreto para empezar a abonar los sueldos de dos docentes, que ya venían siendo los maestros del pueblo pagos por las primeras familias del incipiente lugar. Ya 1888, un año antes que el gobernador José Gálvez le autorizara a Lisandro Paganini la creación del pueblo, la población del paraje, que era pequeña aún, necesitaba para sus hijos una escuela donde aprender lo elemental. Es por eso que ya en ese año las personas de mayor ingreso económico y proyección social contrataron a los primeros maestros de manera particular para educar a los niños. Juan Orsetti, Constantino Secco, otro pionero de la ciudad, y vecinos de la amplia comarca rural, contrataron a los docentes Mario Cutruneo y a su mujer, Paulina, para brindar educación a los pibes de lo estaba signado por el destino ser la ciudad de Granadero Baigorria. Sin miedo a equivocarnos afirmamos que el matrimonio Cutruneo fueron para la posteridad los primeros maestros del pueblo. Los docentes brindaban las clases en una casa que el mismo Orsetti prestaba para tal fin.
HUGO CRAVERO/46 En forma paralela a la llegada de los Cutruneo a estos campos, donde la ruralidad abundaba, Orsetti junto a Secco y otros “paganinenses” empezaron los formales pedidos al gobierno provincial para crear una escuela para toda la pibada. Eran tiempos de la ley 1420, sancionada por el Congreso Nacional en agosto de 1884, bajo la primera presidencia de Julio Argentino Roca, que daba forma a la necesidad de una educación libre, gratuita y laica, para todos los hijos de los inmigrantes y criollos del país. Como buena medida de la modernidad y la construcción de un capitalismo autóctono, la idea de igualar en la educación era la posibilidad de sacar a los niños de las calles y formarlos como ciudadanos para la sociedad de consumo naciente. En nuestras pampas además había que bañar a . los hijos de los inmigrantes de ‘argentinidad’, de allí la universalización de la escuela primaria y la laicidad, pues no todos los que llegaban de la Europa pobre eran católicos. En base a estos fundamentos, los reiterados pedidos de las familias patricias y el aumento paulatino de la población, el 5 de junio de 1893, a 4 años de la conformación oficial del Pueblo Paganini, el gobernador Juan Manuel Cafferata autorizó la creación de la Escuela Elemental Mixta Nº 16, hoy Escuela Nº 127 “Presbítero Manuel Alberti”. En rigor, lo que Cafferata firmó fue la oficialización de la escuelita que ya funcionaba en una propiedad de Juan Orsetti desde hacía unos años, donde había útiles, unos bancos y elementos precarios para dictar clases. A su vez se decretó el pago mensual del matrimonio Cutruneo como
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/47 docentes provinciales. El sueldo de estos durante los años de gestión particular es muy difuso. Todo indica que Orsetti les paga a los maestros dándole la casa en gratuidad por sus labores y residencia, a cambio de la educación de un grupo selector de chicos del lugar. No es extraño imaginarnos que la dupla pedagógica hubiese cobrado con huevos, gallinas, hortalizas y otros alimentos sus servicios. El decreto decía, a su vez, que se nombraba a Paulina Cutruneo como directora de la escuela en formación y su marido maestro. Otro dato confuso es la ubicación de la casa de los Cutruneo, lugar donde estuvo la escuela tanto de manera particular, como los primeros años ya en el estado provincial. Se calcula que en el trayecto de calle Moreno, entre la Ruta 11 y Pueyrredón, en la vereda norte, en barrio Centro, aproximadamente a la mitad de esa cuadra, estaba la casita donde se inició la aventura de enseñar en Baigorria. Lugares donde estuvo la escuela La 127 se paseó en varias casas del pueblo, hasta su definitiva ubicación de calle Sáenz y San Lorenzo. Paganini tuvo su traza aprobada en 1889, pero no fue ciudad hasta que el 2 de enero de 1917 formó la primera comisión de fomento, separándose formalmente del Pueblo Alberdi, que después quedó bajo la órbita de Rosario. Este dato puede agregar, tal vez, a que nuestra escuela fundadora la ningunearan durante casi 50 años vagando de viviendas en viviendas sin edificio propio.
HUGO CRAVERO/48 El trayecto migratorio del establecimiento se pierde en los primeros años, debido a que la institución no tiene registros históricos. Calculamos, que luego de la casa que prestó Juan Orsetti, a finales del siglo XIX cuando se releva del cargo al matrimonio Cutruneo por Moira Martino de Luexes, esposa del primer jefe de la estación de trenes de la ciudad, y el paulatino crecimiento de la currícula educativa, la escuela empezó el itinerario de mudanzas. Se tiene el dato que hasta 1915, la escuela se afincó en una construcción que aun está en pie en la esquina de Rivadavia y Buenos Aires. Luego y hasta 1925 aproximadamente el colegio funcionó en el “Camino a San Lorenzo”, actual Avenida San Martín al 700, donde después se radicó la Comisaría Nº 32, luego denominada 24. El último paraje de la institución hasta su destino final fue el edificio de Pueyrredón y Rivadavia. Esta casa, que pertenecía a la familia Secco, de estilo colonial, de amplio patio, salones cómodos y molino, fue derrumbada a principio de los 90. Sáenz y San Lorenzo El pedido de edificio propio se remonta a tiempos anteriores de la comisión de fomento. La escuela que vagó por casas de alquiler o prestadas, recién vio plasmada su sueño el 29 de marzo de 1941. En junio de 1930 en la intendencia de Juan Sala se crea la comisión pro edificio, para gestionar ante el gobierno provincial el pedido formal del predio escolar. De manera oficial se envía al gobernador santafesino, Pedro Gómez Cello,
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/49 una carta de reclamo y en noviembre se repite otra misiva, pero ya proponiendo donde podría ubicarse la misma, utilizando 30 metros de la Plaza 9 de Julio de la vereda oeste. Como es lógico de esperar no se dio respuesta alguna a la comisión, influidos por la grave situación institucional que comienza atravesar al país desde el 6 de septiembre de ese año cuando los militares, en complicidad como la Sociedad Rural, el Poder Judicial y los sectores conservadores de la Argentina, dieran el primer golpe de estado en la historia de la patria. Tras derrocar a Hipólito Yrigoyen, las provincias también fueron intervenidas, es por eso que al redactar la segunda nota, ya el gobernador no era Gómez Cello, sino el Teniente Coronel Benito Oiz, puesto por la junta militar de facto. Las idas y venidas de la primera década infame, donde al golpe de estado, le fue seguido por la proscripción de la Unión Cívica Radical y el Partido Comunista, la persecución, cárcel y tortura de militantes sociales, y fraudes electorales reiterados en todo el territorio; el futuro del establecimiento propio se perdió en la misma nebulosa del país y sus derechos constitucionales. A finales de 1938, el escribano Raúl Casas logró que los 10 herederos de Lisandro Paganini donaran los 30 metros de plaza de la vereda que da a calle San Lorenzo para la creación de la escuela, y allí volvió a florecer el anhelo popular. Debemos aclarar que esto se dio en el gobierno comunal de Juan Secco, que pertenecía al Partido Democrático Nacional (PDN), misma filiación que el gobernador Manuel Ma-
HUG0 CRAVERO/50 ría de Iriondo. Iriondo, conservador, católico y de ultra derecha, que a finales de 1919 fundara con otros de su misma calaña la ‘Liga Patriótica Argentina’, fuerza paramilitar que rompía huelgas, perseguía a militantes sociales, entre otras actividades delictivas; tenía una buena relación con los Secco. En 1939 es Vicente, otro integrante de la familia pionera de Paganini, quien gobernará la ciudad hasta el 41. Secco llegará a la municipalidad del pueblo luego de “unas elecciones teñidas por el fraude, lo que hizo que el Partido Demócrata Progresista, que se consideraba ganador y que llevaba a Juan Sala hijo como jefe comunal, renunciara a ocupar la minoría en la comuna”, según comentó el historiador baigorriense Raúl Zavattero. El estrecho lazo entre la derecha gobernante en la provincia y la vernácula, influyó para que en tiempo récord se construyera los primeros salones del edificio donde hoy está la escuela. El 21 de Julio de 1940 Iriondo y Secco, junto al cura de entonces, jefes policiales, el director de la escuela, Pedro Martí, docentes, la pibada local y los vecinos participaron del descubrimiento de la piedra basal del edificio. Esa mañana gélida de domingo de aquel julio, en un descampado y rural barrio Centro, un gobernador, ganador a través del fraude de moda por esos tiempos y temido por su pasado fascista, iba a cumplir su palabra. Podemos imaginarnos a los criollos y a los inmigrantes ya
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/51 radicados en Paganini mirar con desconfianza al hombre de bombín. Hasta logramos escuchar voces decir que era una locura lo dicho por don Manuel. “El año que viene, en 1941, las clases de estos niños se iniciarán acá en sus aulas nuevas, lista para educar y servir a la patria”, suponemos que habrá dicho el elegante mandatario de bigotones anchos, como mostachones, después de entonar el himno y que el párroco bendijera todo, como Dios manda. Pero Iriondo “le puso la tapa a todos”, como quien dice. El domingo 29 de marzo de 1941, a diez días de dejar su cargo a su sucesor Joaquín Argonz, otro conserva del PDN, el gobernador volvía a la ciudad a inaugurar el edificio de la escuela, que comprendía de 6 salones, una dirección, des. pensa, sanitarios y la casa que ocuparía el director. La ciudad volvió a vestirse de fiesta, con músicos en vivo, invitados de rigor, mucho blanco en los guardapolvos de los purretes y la emoción de padres y docentes. Ah… y por supuesto, el curita y el agua bendita reglamentaria Había pasado casi 50 años de la confirmación de la creación de aquella Escuela Elemental Mixta Nº 16. Pero a pesar de un manojo de cretinos que gobernaron aquí o allá, los padres y los chicos jamás menguaron en el deseo de la construcción de un futuro para los justos. La escuela tomaba revancha de los atropellos vividos por los nefastos de siempre, y como lo hizo continuamente y lo seguirá haciendo, en busca de un país mejor.
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Capítulo 6
Los primeros pasos del viejo Paganini Como ya hemos dicho, en 1889, cuando se aprobó la autorización del Pueblo, la localidad estaba comprendida dentro del departamento San Lorenzo, incluyendo en el a los Pueblos de Alberdi, Nuevo Alberdi, Unión y Sarratea, todos hoy integrados a la ciudad de Rosario como barrios. En 1891 la Cámaras de Diputados y Senadores de la provincia, modificó la constitución de departamentos en Santa Fe, y allí Paganini quedó dentro del departamento Rosario. Paulatinamente el municipio se fue poblando. A mediados de la década del 90 del siglo XIX, la ciudad tenía algo más de 120 habitantes en ejido urbano y 1600 en la zona rural. En las 130 hectáreas originales, el caserío fue cambiando el aspecto rural al de pueblo. A la escuela 127 en 1893, se sumó en 1899 la primera estafeta postal, que funcionó en la casa de Juan Torti, otro emigrante piamontés llegado a Paganini. Como es destacar el crecimiento poblacional fue de la mano del económico. Las familias originarias, la mayoría italianos, piamonteses, vascos, catalanes y españoles, habían logrado un crecimiento social importante en el pueblo. En los primeros años del siglo XX comenzó a madurar la idea
HUGO CRAVERO/54 de crear la comuna, para que el pueblo tuviese una representación política estatal. En sí, la ciudad crecía y se dependía en todo de la comuna de Pueblo Alberdi, inclusive el cementerio El Redentor era administrado por el actual barrio rosarino. En 1913 la legislatura santafesina votó la ley que promovía la creación de “Comisiones de fomento” en las poblaciones que no tenían la cantidad necesaria de habitantes para formar un municipio. A su vez la misma preveía que en los parajes donde por lo menos 50 vecinos que pagaran sus impuestos podían formar la comisión. La iniciativa fue propuesta por la Liga del Sur, espacio político fundado en Santa Fe por Lisandro de la Torre en 1908 y que fuera la piedra fundante del Partido Demócrata Progresista. Los ‘liguistas’ querían la mayor independencia de los estados comunales, basado en la libertad de acción política territorial. En 1888, cuando de la Torre se recibió de aboga. do en Rosario, éste formuló su tesis sobre la necesaria creación de municipios y comunas para el desarrollo regional de la provincia de Santa Fe. Esa idea la plasmó en la Liga del Sur, y esa fue la base de la Ley votada en el 13. Las Comisiones de Fomento debían cobrar impuestos comunales y provinciales, de los cuales un 20 % les pertenecía, formar consejos escolares, colaborar con las autoridades policiales y judiciales, entre otras actividades. La legislación autorizaba la formación de la junta gubernamental. Ésta debía tener 3 miembros, un presidente, un vice
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/55 y un vocal. También había de 5 personas, esto variaba por la población del lugar. En la actualidad, las comunas santafesinas cuentan con una composición similar. Se les dice comuna de 3, a las localidades menores de 5 mil habitantes y de 5 a las más de 5 mil. Cuando un pueblo llega a los 10 mil vecinos se convierte en ciudad, cosa que ocurrió en nuestra ciudad el 1º de enero de 1976, pues el censo de 1970 ya daba que Granadero Baigorria contaba con esa cantidad de ciudadanos. Es bueno recordar que a fines de 1975, la legislatura de Santa Fe aprobó el subimiento de rango a ciudad y decretó dos cosas importantes. Uno que Juan Clodomiro “Piruque” Acosta, jefe comunal de entonces, era elevado desde el 1º día de 76 a intendente y que en las elecciones de ese año, Baigorria iba a elegirse su primer concejo deliberante. Obviamente tuvimos que esperar hasta 1983, y el fin de la última dictadura asesina para que ello ocurriera, pues el golpe del 24 de marzo impidió los comicios en el país. Volviendo al tema de la primera Comisión de Fomento, en 1916 el diputado provincial de la Liga del Sur, Pedro Goyenechea, llevó al recinto el pedido de los vecinos de Paganini en formar un gobierno comunal. Algunas versiones hablan que Goyenechea era de Pueblo Alberdi y otras que vivían en nuestra ciudad. Lo que sí sabemos es que los hijos de los primeros pobladores lograron la atención del legislador y consiguieron que se aprobara la creación del primer gobierno comunal local. Los primeros integrantes de aquella Comisión eran perso-
HUGO CRAVERO/56 nas encumbradas del pueblo, mismos que habían llevado la inquietud a Goyenechea. La decisión para formar el primer gobierno la tomó el gobernador Rodolfo Lehmann al decidir desde el 1º de enero de 1917 Indalecio Orsetti, hijo de Juan Orsetti (quien fuera la persona destinada por Lisandro Paganini para explotar y arrendar los campos de los que serían después esta ciudad), como presidente comunal seguido por Andrés Vietti, trabajador de los ferrocarriles ingleses, y Segundo Persegani, agricultor italiano que había creado un verdadero paraíso de plantas y flores en los que hoy es barrio Paraíso, como vocal. Esa misma comisión fue revalidad al año siguiente con el voto popular.
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Breves historias baigorrienses
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Capítulo 7
Cuando la mafia anduvo por Paganini Las cercanías geográficas con Rosario y el escaso control policial a principio del siglo XX, no alejaron a ese Paganini rural del contexto vivido por los pobladores de la región. La inmensa inmigración del viejo continente a América y la elección de Argentina como uno de los destinos marcaron la vida y las formas de nuestro país en todos los aspectos; social, cultural, político, demográfico. Como ocurrió en la “Pampa Argentina,” que se convertiría en la “Pampa Gringa”, las olas de migrantes llegaron a la región, tentados por las condiciones que brindaba la zona del Gran Rosario: tierras fértiles, las cercanía del río Paraná y arroyos, y la promesa de la extensión de vías férrea, como ocurriera en toda la región desde finales siglo XIX y entrando a los primeros años de la centuria siguiente. En forma paralela de la masiva llegada de europeos y la radicación de familias, las noticias sobre el arribo de una de las peores costumbres ancestrales del viejo continente también mudaban sus prácticas a estas costas. Los recortes periodísticos ya relataban esporádicos hechos delictivos y asesinatos sin poder dar una respuesta concreta sobre los motivos. Los llegados de Italia, y mucho más los que venían de la isla de Sicilia o Nápoles, conocían perfectamente
HUGO CRAVERO/62 las relaciones de la mafia en estos crímenes y secuestros extorsivos, pero la implacable "Ley de la Ormettà", que era una sentencia de muerte para quien contara algo de lo ocurrido a policías, periodistas o jueces, insonorizaba lo que se estaba gestando en la ciudad de Rosario, que fue catalogada ya en la década del 30, como “La Chicago Argentina”. Paganini, no quedó afuera La flamante comuna paganinense empezó a organizar la vida institucional de la ciudad desde enero de 1917, que como ya dijimos en capítulos anteriores. Paganini era tentador para los negocios rurales, es por eso que familias crio. llas y europeas comenzaron a poblar los campos de la ciudad. De la misma manera de la elección de este poblado para el ocaso de los prostíbulos rosarinos, que se instalaron en San Fernando en caseríos que aún hoy existen por calle 25 de mayo del populoso barrio, ante la complicidad de los mandatarios de la joven comuna en “avalar” las casas de tolerancias y la oscura trama de la "Zwi Migdal", la mafia siciliana se instaló en el pueblo. La familia Curaba, a través de José, uno de los hermanos Juan y Esteban y primo de Vicente y Luís, laderos del capi de tutti di capi Juan Galiffi, alias Chicho Grande, rentó a mediados de 1930 una quinta de hortalizas, verduras y frutales a Otto Bermberg, quien fuera nada más ni nada menos que el creador de la Cervecería Quilmas y que contaba con tierras en varios lugares del país, incluida Paganini.
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/63 Las tierras alquiladas por Don Pepe Curaba, como se lo conocía, es donde hoy está radicado barrio Los Naranjos en Granadero Baigorria, entre la Ruta 11 y el Río y calles Los Plátanos y Avenida Vietti. José, junto a su primo Vicente, manejaban a los carreros comerciales (futuros taxistas) de la zona, pero también incursionaban, junto a otros connacionales, en huertas y quintas para abastecer el Mercado de concentración de Rosario que se ubicaba donde hoy está la Plaza Pringles, en Córdoba entre Paraguay y Presidente Roca. La Mano Negra no sólo llevaba adelante secuestros, robos y extorsiones varias, sino que a su vez “dirigía” el mercado, indicando a quién comprar y a quién no, poniendo precios a las mercaderías. Los Curaba integraban la lista de los que manejaban las “cosas” en el lugar de abastecimiento regional. Por ende necesitaban ser quinteros para poder vender sus productos. Según podemos asegurar, José venía de la zona de Alberdi, donde junto a su familia llevaban adelante las quintas. Nadie de la familia nos pudo afirmar los motivos de la radicación de Don Pepe en el pueblo, pero se puede deducir que una comuna que habilitaba prostíbulos expulsados de Rosario era permeable para cualquier tipo negocios, de los honestos y lo que no. No existen registros fotográficos de cónclaves mafiosos, ni datos, ni fechas. Como si la Ley de la Ormettà y las vendetas seguirían en vigencia. Pero si recuerdos que han pasado de boca en boca entre familiares, que también son algo rea-
HUGO CRAVERO/64 cios en comentar. “Yo sé, porque me contó mi mamá, que Don Chicho supo visitar la quinta, que había reuniones y que venía gente que no conocía. Ella era muy chica y no la dejaban ni acercarse donde estaban estas personas”, recordó uno de los últimos descendientes directos de José Curaba de Granadero Baigorria. “También me contó mi mamá y mi tía que Agatha Galiffi (hija de Chicho) solía venir a pasar temporadas en verano”, agregó nuestro entrevistado. José Curaba tuvo dos hijas mujeres, Carmela y María del Carmen, ambas ya fallecidas. En la actualidad hay familiares de Giuseppe Curaba viviendo en Baigorria. Los Curaba El apellido Curaba aparece en las crónicas periodísticas en junio de 1915, cuando se lleva adelante una redada en el sótano del derrumbado teatro Colón de Rosario. Según data la noticia, en el lugar se llevaban adelante encuentros en secreto de sicilianos. El 26 de ese mes la División de Investigaciones detuvo a varios conciudadanos de la baja Italia tras la búsqueda del paradero de un empleado del Banco Popular que había desaparecido hace unas semanas con ocho mil pesos. Entre los detenidos estaba Vicente Curaba, un casi niño que no será nombrado en otros eventos vinculados con la mafia, pero sus familiares que lo recuerdan con un afectuoso “Papi”, lo relatan como un hombre hábil de múltiples relaciones hasta el final de sus días. Vicente será detenido junto a una decena de sindicados mafiosos, entre ellos algunos que llenarán las páginas de
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/65 diarios de la época, como José Cuffaro, Cayetano Mazzei y Carmelo Vinti. Otros familiares Curaba también serán parte de los recortes periodísticos de diarios como La Capital o desaparecidos como Crítica o Democracia. Esteban Curaba llega a la escena mafiosa tras la muerte de Rafael Zamutto. Éste había sido apresado en octubre de . 1909 por la supuesta muerte de José Fera quién habría llevado adelante otra vendetta, esta vez a Francisco Randizi que en ese año en Rosario también habría sido parte de otra. Aunque los tres se habían mantenido en silencio total ante las autoridades, todos fueron asesinados por supuestos compatriotas sicilianos para evitar delaciones futuras. Zamutto quedó libre al poco tiempo tras la muerte de Fera, al no encontrarse evidencia en su contra y ante la negativa de declarar y lógico al no ver no testigos. La Ley de la Ormettà regía de manera despiadada en los conciudadanos de la baja Italia. En 1914 estalló una guerra mafiosa tras el asesinato de un carrero (Bartolomé Liborio) que sería un capo, y la policía no pudo contener. Las muertes se repetían de manera consuetudinaria. Zamutto había sido catalogado como jefe mafioso, por eso en cada redada o razzia caía preso. Esto lo condenó a muerte. El 5 de septiembre de 1914 Esteban Curaba, junto a otros dos sicilianos son detenidos por cuatro vecinos del Camino Los Paraíso, en la zona oeste de Rosario (sector de quintas), tras ser testigos de cuando estos tres
HUGO CRAVERO/66 acribillaran a Zamutto. Esteban Curaba se presentaba en sociedad con un crimen. Luego Esteban fue partícipe de varios hechos mafiosos. Como el notorio robo del tren número 20 que venía de Tucumán con destino a Buenos Aires. Con la complicidad varios trabajadores del ferrocarril, Curaba, junto a su hermano Juan, Pedro Alessi, José Cuffaro, Salvador Casaliccio, Luís Ansaldi y Antonio Sciabica, llevaron adelante el atraco. En el libro del periodista Osvaldo Aguirre (Historia de la Mafia en la Argentina) se relata el asalto. Luego de planear el robo y la certeza de que en el conwoy había una caja fuerte con dinero, Alessi, Ansaldi, Sciabica, Casalicio y Esteban Curaba subieron al tren a las 22 horas del 23 de mayo de 1916 con boletos de segunda ubicándose cerca del furgón donde se llevaba el dinero. José Cuffaro y Juan Curaba esperaban con un sulki en el camino de las vías a la altura del mercado de hacienda de Rosario. Los hechos no ocurrieron a lo acordado. La desinteligencia de los implicados logró que se alzaran con poco del botín que llevaba el tren, pero ya marcaba un camino a llevar adelante por la mafia en el país y en especial en Rosario. Esteban fue el más citado componente de la mafia de la familia Curaba, formando parte de los lugartenientes directos de Juan Galiffi, conformando en la década del 20 y del 30 la denominada "Mafia limpia" junto a Luís Dainotto y Cayetano Pendino. A Esteban Curaba lo matan en agosto de 1934 en una quin-
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/67 ta de la ciudad de San Lorenzo junto a Luís Dainotto. Fue en un encuentro mafioso pautado por Francisco Marrone, conocido como “Chicho Chico”, quien le disputaba la hegemonía mafiosa a Galiffi desde hacía unos años. El cónclave era para ponerse de acuerdo ante la embestida que la policía, el poder político y los medios venían llevando adelante contra la organización en todo el país, luego de varios secuestros extorsivos a hijos de influyentes ciudadanos de la sociedad. En vez de acordar, se hizo un “juicio” a Curaba y a Dainotto, condenados a muertes por supuestas traiciones. . Sus cuerpos fueron enterrados en una chacra de Serodino y encontrados por unos perros a los pocos días. De esta manera terminaba la vida de Esteban Curaba, autor de crímenes, robos y secuestros a lo largo de casi veinte años de vida delictual.
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Capítulo 8
El Remanso Valerio, semblanza del paraje de pescadores baigorriense Llegar al Remanso Valerio es como bañarse en sol y río. La brisa de una mañana que lentamente se retira del paisaje nos da la bienvenida. La búsqueda de las huellas históricas del “Remanse”, como también se lo denomina al añejo paraje de pescadores, nos trajo el recuerdo vivo de los pioneros, pobladores en el encuentro con las barrancas para generar la mixtura de islas, pescas, naturaleza; la vida misma litoraleña. Gambeteando la amnesia popular, llegamos al barrio. Unas 300 familias viven en el lugar ubicado en el extremo sudeste de la ciudad. Aunque no hay datos fehacientes, se calcula que casi 1500 personas habitan la barrida.
Los rastros sobre los primeros pobladores del sitio nos remontan al desmonte que Tomas Führ hiciese en 1872 para construir sobre las orillas del Paraná el horno cementero para la mezcla de cales y tierras rojas arcilleras. Imaginamos que, al dejar la planta cementera Führ, el espacio costero habrá sido un lugar tentador para varios isleños que seguían ya la lógica de todo pescador: tener una casa en la
HUGO CRAVERO/70 isla y otra en las barrancas para vivir mientras dure la creciente. En una crónica de Walter Guido Weyland, en su libro “El chalet de las ranas”, recuerda a un ermitaño que habitaba en las inmediaciones del horno de Fuhr. “No lejos de allí, en una cueva vivía un hombre de edad indefinida, ni joven ni viejo, mediana estatura, membrudo y agobiado de hombros, de mirar huidizo y hostil, con pelo opaco de mugre y barba negra crecida”, relata Weyland y sigue “la gente lo había bautizado como Diógenes, y a menudo remeros se acercaban a darle charla”. Este material, que data de 1968, ubica las aventuras de los jóvenes adinerados de clubes burgueses de Rosario en la década del 40’. Pero no parece ser Diógenes el primer poblador del Remanso. En el libro editado por el cura Rogelio Barufaldi, llamado “Historia del barrio ‘La Florida’”, se publica una entrevista a Jorge Roldán, integrante de una extensa familia de pescadores costeros. Roldán recuerda que su familia vino de San Lorenzo entre 1890 y 1891 a la zona. Es muy bueno aclarar que por entonces la costa y las barrancas era una sola, sin límites juridiccionales. El remanso Valerio, una serie de pozos y tirabuzones en pleno Paraná, se situaba desde la altura de calle Los Plátanos de Granadero Baigorria hasta Costa Alta, Rosario. El fenómeno traicionero se fue borrando del paisaje por el constante refulado que las areneras baigorrienses hacen. O sea, que vivir en el Remanso Valerio era, por lo menos hasta hace unos 60 años, antes de la llegada de la rotonda de la Circunvalación en su nexo con la Avenida Costanera, radicarse a lo largo de toda esa ex-
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/71 tensión terruña. Los Roldán se ubicaron a lo largo de las barrancas. Hoy, ya sin ellos en el barrio, hay familia directa de los primeros llegados a estos lares tanto en la bajada Córdoba (calle Estrada) y en el Espinillo.
Pero sin ánimo de equivocaciones, podríamos afirmar que la radicación estable de la comunidad que da forma al Remanso Valerio se inició a finales de la década del 50, cuando se re ubica a los que se asentaban en la denominada “Punta de Remanso” en el norte de la depresión ribereña, donde hoy está la rotonda, debajo del Puente a Victoria. En diálogo con éste periodista “Lalo” Díaz, pescador de toda la vida, recordó como los que vivían en el extremo del remanso fueron paulatinamente mudados varios sectores de Rosario y los pescadores se movieron unos 500 metros al sur sobre la costa. “Calculo que ya había gente viviendo acá, nosotros llegamos hace 50 años con mis padres. Somos varios los que aún vivimos acá con nuestros hijos, nietos y bisnietos”, aseveró. Lalo es la fiel imagen del remansero. Él integra un linaje de 4 generaciones radicadas en el arrabal. En él se recopila las luchas de los pobladores en hacer del paraje un lugar para vivir y desarrollar sus sueños. “Cuando era pibe acá en los campos había huertas, nosotros ayudábamos a los Fratocchi (familia histórica de Baigorria) a la cosecha”, suma a los recuerdo.
HUGO CRAVERO/72 A lo largo de casi 6 décadas los del Remanso han venido luchando por un espacio en la misma historia del pueblo, donde han sido muchas veces discriminados. Y, a su vez, han peleado palmo a palmo por el reconocimiento de las tierras donde se asientan. “Todos nos ha costado. Aunque yo (Lalo) sea uno de los pocos con el DNI con dirección en el barrio, que mi mamá en el 63 ya pagaba impuestos al municipio por un negocio que tuvo acá, que con otras familias hemos demostrado nuestra residencia desde años, aún no sabemos si nos quedaremos o nos sacarán”, comenta Díaz. Y sus temores no tienen nada de anormal. Varias ideas descabelladas de funcionarios y emprendimientos millonarios quisieron sacar la barriada para levantar hoteles o mega mercados de moda. La presión popular pudo evitar que la locura, muy de acorde a los tiempos neoliberales, ganase la partida. Hoy todo está más calmo, donde parece que los proyectos futuros de caminos, barrios y parques, respetarán a la urbe costera. “En los 80 armamos una cooperativa de viviendas, para la urbanización definitiva”, comenta Lalo. Y así fue. En medio de la embestida por las tierras del Remanso, los pobladores iniciaron un juicio de usucapión por considerarse dueños naturales y dignos del andurrial pesquero. “Hemos hecho todo a pulmón”, dice Lalo, quien integró, además, la vecinal que formara el dispensario y el jardín de infantes, entre otras cosas. “Así trajimos la luz en el 83. Todas las mañanas le poníamos gasoil a la chata de un veci-
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/73 no e íbamos como siete u ocho a Aguas y Energía (precursora de la EPE) para solicitar el tendido eléctrico. Y así fue que logramos la energía”, contó y agregó “y con el agua potable, al no tener respuesta de las autoridades, y con la buena voluntad de Fermín Serrano (Secretario de gobierno de desaparecido intendente Humberto Sdrigotti), los vecinos hicimos por el campo un zanja hasta calle Los Plátanos y nos conectamos a la toma debajo de la arenera. Fue un trabajo de días y a pala, pero logramos tener dos canillas públicas. Eso fue al principio de los 90’”. En la actualidad Lalo cree que en el barrio hay unas 30 familias de pescadores. “El río no rinde como antes. Muchos de los muchachos trabajan unos meses arriba, en fábricas, y después vuelven a la pesca. El que nace pescador nunca deja de serlo”, sentencia Díaz. “Pero la vida ha cambiado. Calculo que para mejor. Antes remábamos en nuestras canoas y hoy hay unos motores increíbles. Mi hijo es pescador como yo. Tiene un bote grande, con motor, pesca en ‘zapatillas’. Nos manda un mensaje de texto y nos va diciendo qué pescó, cómo está, cuándo vuelve. Antes nos pasábamos casi un mes internado en las islas y una lancha buscaba lo que íbamos sacando. Todo era más sacrificado”. Lalo tiene tres hijos, su homónimo y único varón que heredó la labor paterna; y sus dos hijas Celina y Edith. Orgulloso de ellos cuenta que él no estudió, por eso quiso que sus hijos si lo hicieran. “Es una meta, que mis hijos tengan más que yo”, dice con su sutil sinceridad. El Cristo de las redes
HUGO CRAVERO/74 El monumento al Cristo de las Redes, con los brazos extendidos y melena porruda, fue inaugurado el 27 de mayo de 1995. Con la idea de ser el protector de la comunidad de pescadores del Remanso Valerio, la esfinge que se levanta en la barriada ha trascendido más allá de la región, popularmente conocida por la maravillosa canción del músico local Jorge Fandermole llamada “Oración del Remanso”. Según cuentan, la idea nace en 1993 por un grupo de colaboradores del barrio. Luego de consultar su realización al cura párroco de Granadero Baigorria, Gabriel Del Paso, se constituyó una comisión encabezada por Jorge Brignami, Selecto Pérez, Daniel Galeano, Pedro Ramos y un nutrido número de vecinos del lugar. La imagen del Cristo se copia de una ya existente en la parroquia Santa Agripina, de la zona norte de Rosario que llevaba adelante el presbítero Daniel Siñeriz. En una publicación de 1995 dónde se cuenta la construcción de la estatua, se dice que uno de los integrantes de la comisión vio la esfinge en la capilla rosarina y al transmitirla a los otros decidieron que repicarla era lo indicado. Tal vez lo más importante para remarcar es que la pieza que se alza y mira al barrio hace ya 20 años, se hizo sin un sólo peso. La contribución solidaria de todos los vecinos y la sociedad lo hizo posible, con la mano de obra de Pedro Ramos. Durante hace dos décadas se viene festejando su aniversario con una gran fiesta popular. “La conmemoración dura
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/75 todo el día. Siempre se hace el domingo más cercano al 27 de mayo. Los remanseros asan pescados que brindan a todos los que llegan. Hay mucha música y alegría”, recuerda uno de los que hicieron realidad al Cristo. El horno cementero. Un alemancito muy inquieto Tomas Führ llegó a la Villa del Rosario en 1859 desde Alemania. No se sabe bien de qué región germana provenía, pero desde el primer momento el rubio de hablar cruzado se mostró ambicioso e intrépido. Según datos históricos fue un activo partícipe de la vida social del pueblo desde sus primeros días de estadía. En1861 se lo reconoce en un listado de habitantes rosarinos que contribuyen para socorrer a los damnificados del terremoto que desbastaran Mendoza el 20 de marzo de ese año. En 1864 el germano ya era un exitoso comerciante del sur de la provincia. A su carpintería de muebles de estilo alemán, había sumado propiedades y una cochería de carruajes. El estatus económico de Führ lo había catapultado a codearse con lo más alta sociedad de la floreciente ciudad, en un país en formación. Los relatos de la época lo recuerdan como un visionario. Será por eso que en 1870 comienza su mayor emprendimiento en la región. La primera extractora y creadora de tierras romanas, más conocidas como cemento pórtland, del país. El dato fue relevado en publicaciones relacionadas con la industria cementera Argentina que sitúa a la planta de Führ como primigenia.
HUGO CRAVERO/76 En el libro editado en 1952 por Wladimir Mikielievich; “Rosario, centro precursor de la industria del cemento Pórtland”, se cuenta como Tomas le compra a un tal Gustavo Blytch una extensión de tierra por unas 200 varas de ancho (unos 160 metros) y unas 1000 varas de largo (800 metros) el 4 de abril de 1872. Este terreno lindaba al este como el río Paraná, al oeste con el camino recientemente abierto por esos días a San Lorenzo (actual Ruta 11), al norte con campos de Lázaro Ricchieri (padre del que fuera Teniente General Pablo Ricchieri, ministro de guerra de la segunda presidencia de Julio Argentino Roca – 1898 /1904creador del servicio militar obligatorio y memorable por el hurto, junto a Joaquín González, de dientes de Manuel Belgrano tras la exhumación de sus restos en 1902), y al sur con terrenos de su suegra Toribia Loyola. En un manejo un tanto no claro, Fürh, que era apoderado de todas las propiedades de su suegra al ser esta viuda, le había vendido a Blytch esta lonja de tierra y tres días después Blytch se las vuelve a vender. En estos tiempos podría entenderse como un extraño teje y maneje de testaferro y patrón. En si estas tierras se localizaban al límite con el municipio de Rosario al norte, lo que hoy es el Remanso Valerio. Por un lustro, aproximadamente, el tudesco fue el proveedor de tierra calcárea de la zona. Rosario se expandía en nuevas viviendas y obras ganándole al campo más lotes en su extensión. Aún se conservan relatos de la calidad del material que Führ extraía de las barrancas del Paraná y las
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/77 islas. En el mismo material de Mikielievich dice que “Guillermo Wilkens responsable de informar el estado de las colonias agrícolas de la zona en su rol de inspector nacional, en su informe llamado ‘Las Colonias’ comenta que en la zona de Esperanza (Santa Fe) las construcciones se estaban haciendo con tierras romanas de la región a buen precio y de muy buena calidad”. Führ había levantado a orillas del río un horno de mezcla y proceso de las tierra cementeras. Túneles de extensas longitudes se adentraban en las entrañas mismas barranqueras donde se conseguía las tierras calizas y desde las vírgenes islas los barros arcillosos. La unión, como muestra propia de la hermandad hombre-río, la hacía el Paraná con sus aguas nobles. El horno sobrevivió lo que pudo. Centenas de relatos lo ubican ahí a las costas de la bravura del remanso. Los vientos despiadados, las lluvias violentas de verano, el tiempo cargado de días, meses, años y olvido, lo despreciaron. Pasó de ser el Centro Cementero Argentino a misterio de pescadores o navegadores a lomo del río, para terminar como el basurero del barrio. Una mañana opaca de abril del nuevo milenio, casi sin espectadores se terminó de derrumbar. Por su parte Tomas Führ sucumbió al no poder afrontar las deudas de su empresa. En un país que se estaba forjando en la esclavitud y saqueo de pueblos originarios, con los ojos puestos en Europa en busca de mano de obra barata y en los sueños de unos pocos, con las políticas agro exportadores de terratenientes y ladrones, el alemán que-
HUGO CRAVERO/78 dó fuera del juego. Endeudado al extremo con el Banco Argentino tuvo que desprenderse de propiedades mal vendiéndolas. Se calcula que en 1877 dejó de producir las tierras cementeras, abandonado todo a la buena de Dios. En 1879 tras la muerte de su esposa, el rubio decidió dejar Rosario y se instaló en Buenos Aires donde logró rápidamente, junto a sus tres hijos, como comerciante recomponer su nivel económico. A los 68 años, en 1896, fallecía en la Capital de Argentina.
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Capítulo 9
El transporte público de pasajeros en Baigorria Los primero pobladores del Pueblo Paganini y de toda la región se empezaron a movilizar en trenes que daban servicio interurbano. Las locomotoras, aún a vapor, no sólo surcaban la Pampa Húmeda con carga de mercaderías, sino que también lo hacían con pasajeros. A principio del siglo XX gringos, gallegos, rusos, polacos y criollos, casi sin diferenciar estatus social, religioso o económico; utilizaban estos medios para desplazarse de ciudad a ciudad. La empresa británica, propietaria del Central Argentino, había dispuesto varios viajes diarios desde Rosario a Sunchales, ida y vuelta, lo que hizo que el flujo de usuarios sea muy activo. Los primigenios habitantes de Paganini, entonces, se movilizaban con el tren metropolitano, que desde nuestro pueblo hasta Rosario tenía tres paradas; en la estación Zarratea de Alberdi, en Avenida Travesía y Génova y como fin del recorrido, en Rosario Norte, de Wheelwright y Corrientes.
Tuvo que pasar unas décadas para que el transporte motor iniciara su servicio, desde Rosario hasta la ciudad. Irónica-
HUGO CRAVERO/82 mente la extensión de recorridos de pequeñas bañaderas que hacían de ómnibus se dio específicamente cuando la Zwi Migdal (red de trata de mujeres mundial que se desarrolló desde principio del siglo pasado hasta entrada la década del 30’, haciéndose fuerte en la Argentina en Capital Federal y Rosario. La asociación delictiva estaba compuesta por judíos polacos que traían de la Europa del este humildes a jóvenes engañadas con promesas de empleo y después eran obligadas a prostituirse) muda su mundo prostibulario a nuestro pueblo. Desde el 1º de enero de 1933 los quilombos, que llevaban adelante los rufianes hebreos, quedaron prohibidos en Rosario por decisión del concejo local tras una férrea persecución a mafiosos y facinerosos proxenetas tanto por la policía como los medios y el poder político de la época. Meses antes de cumplirse la sentencia, los polacos, a través de mujeres como testaferros, también de origen judaico, llegaron a un acuerdo con el jefe comunal de entonces, Juan Sala, para instalar los puterios en Paganini. La llegada de las “Casas de tolerancia”, situadas en conventillos flamantes, de construcción de alta gama y belleza, que fueron edificados con gran velocidad en barrio San Fernando, trajo consigo un excelente aporte recaudatorio al gobierno comunal, un crecimiento a la zonas vecinas de los quilombos en lo comercial tras la creación de bares o negocios de venta de comida para asistir a parroquianos habitué a este mundillo y la extensión de las líneas colectivos hasta calle 25 de mayo y Ruta 11, asfaltada a principio de los 30’.
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/83 La ampliación del servicio de los micros, no sólo trajo a los hombres en busca de saciar soledades y tristezas, sino que sirvió para que el pueblerino empiece a modificar su manera de llegar a Rosario. A su vez a finales de los 30, la empresa 9 de Julio inició su recorrido desde Puerto San Martín hasta la Plaza Sarmiento de la ciudad vecina y a principio de los 40’ otras firmas arrancaron su trayecto desde Rosario a ciudades de la Ruta 11, como Santa Fe, Coronda, Oliveros, entre otras. Pero el ingenio popular ya hacía mella en los de Paganini. Podríamos afirmar que el primer transporte urbano fue el ideado por Don Cruz Ludueña, quien a su vez era el único policía de la seccional 32 (hoy 24). Don Cruz buscó una manera decorosa para incrementar su magro salario como defensor de la ley. “Con un carruaje tipo Break, conocidos como Breque, de cuatro ruedas, dos caballos y seis butacas”, recuerda Raúl Zavattero historiador local, “el policía/ chofer llevaba a pasajeros desde calle Belgrano y San Martín al cementerio El Redentor”. La idea de Ludueña fue rápidamente copiada por otros que también se sumaron a la aventura de ser un remiseros a tracción a sangre. Ya en los 50’ comenzaron a circular los primeros taxis de vecinos que veían que los ómnibus sólo llegaban a la ciudad por la Ruta 11 y no entraban a los barrios. Fue por esos años que se creó la empresa de colectivos de capitales locales llamada El Libertador. Su recorrido era desde el Cementerio baigorriense hasta Bulevar Rondeau y calle Martín Fierro, de Rosario, donde estaban las paradas de los tranvías 5 y 25 que llevaban al centro rosarino.
HUGO CRAVERO/84 Ya a finales de los 70, principio de los 80 la empresa 9 de Julio ingresó líneas de colectivos exclusivas para Baigorria. Durante años las líneas Roja, Negra y Verde, ingresaron por los barrios de la ciudad hasta Rosario. La Roja y la Negra llegaban al Cementerio, mientras que la verdes llegó a circular por los barrios Los Naranjos, Paraíso y Santa Rita. En 1996 en la intendencia de Alfredo Secondo cumplió con una promesa electoral: “Traer líneas de colectivos urbanas de Rosario a la ciudad”. Secondo hizo un acuerdo con la empresa La Florida, propietaria por entonces de la línea 102, para recorrer barrios de la ciudad y sumarse luego al recorrido rosarino. En 1997 con bombos y platillos los colectivos celestes, se sumaron a los ya existentes en la localidad. En la actualidad existen dos líneas urbanas de Rosario que ingresan a la ciudad. La 103 Negra que recorre barrio Centro y San Miguel, pasando por el Cementerio El Redentor y la 143 Negra que circula por barrio Los Naranjos, Paraíso, Centro y Martín Fierro. A su vez la interurbana 35/9 Verde entra a los barrios Bon Vivant, Santa Rita y San Fernando. Recientemente se sumó la Línea M que pasa por la Ruta 34 S, calle Silvestre Begnis, para terminar su trayecto en Ibarlucea. No podemos dejar fuera de esta recopilación la decisión de la administración municipal actual de Granadero Baigorria de sumar al transporte público de pasajeros local la empresa estatal de colectivos urbanos. Éste hecho inédito para nuestra ciudad y para la región, es un logro comunitario
PUEBLO PAGANINI. A 125 Aテ前S/85 sin precedentes. Dos lテュneas, azul y verde, circulan de lunes a lunes por todos los barrios a bajo costo, uniendo la ciudad de este a oeste y de sur a norte.
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Capítulo 10
La banca solidaria: De la Caja de Crédito de Baigorria al Banco Credicoop El crecimiento poblacional y económico del Pueblo Paganini, ya Granadero Baigorria, a mediados del siglo pasado hizo que un grupo de vecinos comenzarán a planificar la posibilidad que una entidad bancaria llegara a la ciudad. El 10 de noviembre de 1960 se realizó la primera reunión de la comisión que diera forma al consejo de administración de la Caja de Crédito de Granadero Baigorria. El mismo estaba integrado por Rómulo Monti, presidente, Luís Cicao vicepresidente, Carlos Mac Guirre secretario, Antonio Grande prosecretario, Abrahan Jalil tesorero, Livio Misano protesorero. Los vocales titulares fueron, Dante Vignale, Guillermo Falletti, Arnoldo Pozzi, Valentín Puigsubirá y Pedro Lenín Antunes; y los suplentes fueron Diego Minucci, Egidio Pagliaroli y Rodolfo Ripoll. El síndico titular fue Luís Reale y el suplente Roberto Porta. El 11 de marzo de 1961 se inauguró el local social en Alvear 88 y el miércoles 13 se dio inicio a sus actividades. La Caja de Créditos de Baigorria, estuvo asociada desde un comienzo al Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos (IMFC), que capacitó, asesoró, acompañó, y fundamentalmente,
HUGO CRAVERO/88 ayudó hacer realidad el sueño colectivo, a los primeros emprendedores. La inicial cooperativa, que funcionara también por un tiempo en la Parroquia San Pedro, se mudó a su edificio propio el 28 de septiembre de 1963. A sólo 2 años y medio de haber comenzado su labor social, la Caja de Crédito compraba el terreno de Belgrano 31 y construía oficinas para brindar un mejor servicio. El 14 de marzo de 1970, se inauguraba en el mismo predio, el edificio actual donde se levanta hoy el Banco Credicoop. Nuestra Caja de Crédito participaba de una realidad que se desarrollaba en todo el país, en ciudades como la nuestra o barrios de grandes conglomerados. Entre 1958 y 1966, las cajas de créditos pasaron de 197 a 974, distribuidas por todo el territorio. Una de ellas era la nuestra, como una célula más, integrante de una red nacional de compromiso y solidaridad. En los 60 y 70, con golpes de estados, represión y persecución a estudiantes, obreros y militantes sociales, las cooperativas de créditos no fueron una excepción de desprecio de las clases dominantes. Su composición democrática de las comisiones de asociados y su poder en las economías regionales, comenzó a preocupar al capital financiero y a sus representantes, sobre todo por su papel de testimonio demostrativo de las perspectivas del crédito solidario. Primero fue el gobierno de facto de la llamada “Revolución Argentina” encabezado por el General Juan Carlos Onganía
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/89 en 1966. Poniendo en vigencia una normativa restrictiva de su operatoria financiera y promoviendo una campaña difamatoria contra las autoridades del IMFC en los principales medios de prensa con el objetivo de generar una crisis de confianza. A 1970, 400 de las casi 1000 cooperativas de créditos pudieron sobrevivir a estos embates. La de Granadero Baigorria, fue una de ellas. Pero el golpe de estado de marzo del 1976, no sólo inició la persecución y desaparición de una generación de jóvenes luchadores por una sociedad más justa y solidaria, que iba en sintonía con los principios de las Cajas de Créditos. Sino también quiso desaparecer al movimiento cooperativo de crédito. El Ministro de economía del gobierno del General Jorge Rafael Videla, José Alfredo Martínez de Hoz, elaboró un anteproyecto de Ley de Entidades Financieras que apuntaba a liquidar al cooperativismo de crédito al plantear la eliminación de la forma jurídica cooperativa como base de estructura de servicios bancarios. Luego de la presión encabezada por el IMFC se consiguió modificar parcialmente el propósito inicial, ya que la "Ley" 21.526 de Entidades Financieras de 1977 daba a las Cajas de Crédito la posibilidad de transformarse en Bancos Comerciales conservando su forma jurídica cooperativa. Fue así que en 1979, nuestra querida Caja de Crédito se convirtió en el Banco Aliancoop Cooperativo Limitado, siendo uno de los 77 bancos cooperativos que se fusionaron en todo el país. Desde 1995 hasta 1997, operó como Banco
HUGO CRAVERO/90 Argencoop, y a partir 1997 hasta la actualidad, nuestra banca quedó integrada al Banco Credicoop, único banco cooperativo en el país, con un alto prestigio y con capitales 100% nacionales. En la actualidad, el Banco Credicoop es el único banco de la ciudad, cubriendo las necesidades de toda una comunidad, con los mismos principios de aquella Caja de Créditos que forjo un pueblo. Parte de la historia de una ciudad La Caja de Crédito de la Granadero Baigorria marcó la historia nuestra localidad. Mancomunadamente vecinos de buena fe, que se sumaban paulatinamente a la comisión de asociados y los que ya estaban desde los inicios de la entidad local, sumaron lo mejor para el bien social. Fue por eso que por su comisión de asociado pasaron y pasan personalidades de la historia cotidiana, esa que quizás no se escriba. Podemos recordar a algunos dirigentes que fueron destacados cooperativitas, como el primer presidente de la comisión, Rómulo Monti, quien fuera enólogo de la prestigiosa Bodega Camprot que funcionara en la ciudad hasta mediados de los 70 en barrio Martín Fierro. Otros fueron; Guillermo Falletti, quien llegaría ser presidente comunal en varias ocasiones en la ciudad, Pedro Lenín Antunes quien participara en gestiones de gobierno con destacada participación en el área de hacienda, entre otros. Otros vecinos queridos y prolíficos pasaron por la coopera-
PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/91 tiva. Juan Secco, industrial creador de la gran empresa que lleva su nombre, o Juan Carlos Arroyo, cura párroco tercer mundista que estuvo en nuestra ciudad hasta 1961 sumando su compromiso de fe y militancia. El pavimento de barrio centro La creación de la obra de pavimento en barrio Centro es sólo una muestra de los casi 50 años de vida del cooperativismo de crédito en Baigorria. El asfaltado de las calles de la barriada se hizo con un alto criterio democrático. En 1966, con gestión de la comuna, bajo el gobierno de José Horacio Monti, los vecinos se organizaron cuadra por cuadra, controlando los costos de los materiales, comprando y comparando precios. La Caja de Crédito asesoró organizativa y financieramente a los vecinos, que a través de asamblea decidían que hacer y cómo. Fue una experiencia participativa, única y sin precedentes. Los integrantes de la cooperativa visitaban a los vecinos que por algún motivo no podían pagar la obra, otorgaban créditos accesibles, para que la misma no se detenga.
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PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/93 Bibliografía
«Un encuentro con mi pueblo», de Paganini a Baigorria Mabel Borga - Raúl Zavattero. Edición Municipalidad Granadero Baigorria
Historia de Granadero Baigorria Iván Piermatei. Asamblea Editorial
El Espinillo. Reseña histórica del otrora Pueblo Paganini, hoy ciudad de Granadero Baigorria Plácido Grela. El Remanso Editorial
El Granadero Baigorria. Un héroe desconocido Hugo Cravero. Tobarich Editora
Historia de la Mafia en la Argentina Osvaldo Aguirre. Grupo Editorial Norma
Notas publicadas en el Periódico El Urbano
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PUEBLO PAGANINI. A 125 Aテ前S/95 Agradecimientos:
Ministerio de Innovaciテウn y Cultura de la Provincia de Santa Fe
Banco Credicoop. Filial Granadero Baigorria
Municipalidad de Granadero Baigorria
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PUEBLO PAGANINI. A 125 AÑOS/97 Índice Página 7. Prólogo. Tinta marrón para escribir la historia de Granadero Baigorria Página 13. Desde los chanaes a los Orsetti Página 15. Capítulo 1 Granadero Baigorria, antes de ser Paganini Página 21. Capítulo 2 Posta El Espinillo, los primeros moradores de Paganini Página 31. Capítulo 3 Don Lisandro. Quién fue nuestro fundador Página 39. Capítulo 4 Estación Esperanza. Patrimonio de todos Página 45. Capítulo 5 La Escuela 127 “Presbítero Manuel Alberti”, la primera institución educativa de la ciudad Página 53. Capítulo 6 Los primeros pasos del viejo Paganini Página 59. Breves historias baigorrienses Página 61. Capítulo 7 Cuando la mafia anduvo por Paganini Página 69. Capítulo 8 El Remanso Valerio, semblanza del paraje de pescadores baigorriense Página 81. Capítulo 9 El transporte público de pasajeros en Baigorria Página 87. Capítulo 10 La banca solidaria: De la Caja de Crédito de Baigorria al Banco Credicoop
HUGO CRAVERO/ Página 93. Bibliografía Página 95. Agradecimientos
Página 13. Juan Bautista y los granaderos puntanos Página 23. El indio Baigorria, desde sus comienzos a San Lorenzo Página 27. Combate de San Lorenzo, donde empezó la gloria sanmartiniana Página 35. Baigorria, el ninguneado de la historia Página 43. El esperado homenaje
Impreso en Granadero Baigorria Julio de 2015 TOBARICH Editora
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