La pólvora mojada Análisis de Dublineses a la luz de Cortázar Cedeño Pérez, L. R.
Cedeño Pérez, L. R.
LA PÓLVORA MOJADA En este trabajo intentaré analizar tres cuentos de James Joyce para ver en qué se parecen y cuáles son sus diferencias con la idea del cuento que tenía Cortázar. ¿Por qué uso las reglas de Cortázar para medir los cuentos de Joyce? Porque en una primera lectura de Dublineses me pareció que los cuentos de Joyce eran el exacto contrario a lo que había leído de Cortázar. En esa primera lectura, los cuentos de Joyce me parecieron maravillosos, pero totalmente alejados de lo que yo conocía. También, porque esa idea del cuento de Cortázar me parece la más completa y la más lúcida para entender el funcionamiento de los cuentos. Lo que quiero decir es que este trabajo intenta descifrar el porqué me supieron tan bien los Dublineses, y mi manera de saberlo es analizar la estructura de algunos cuentos según las funciones integrativas de estos. Los tres cuentos que elegí corresponden, según Frank Startup en James Joyce Guía para jóvenes, a tres etapas de los cuentos de Dublineses: Arabia de la etapa infantil, La casa de huéspedes de la etapa de la juventud, y Gracia de la etapa de madurez. Elegí estos tres cuentos porque, aparte de ser de los que más me agradaron, son los que más se prestaron para la comparación.
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ESTRUCTURA DE ARABIA En este cuento encontré siete nudos que están orientados hacia el final de la narración. Las catálisis al principio son muy extensas, pero hacia el final se acortan. El cuento, narrado en primera persona por el personaje principal, empieza por la descripción del personaje mismo y el espacio, la calle North Richmond. Se nos presenta a un niño que siente algo por la hermana de Mangan. El primer nudo lo encuentro cuando la hermana de Mangan habla con el niño enamorado (en la cuarta página) y le pregunta si irá al bazar Arabia. El muchacho pide permiso para ir al bazar, y el segundo nudo sería durante la colación, cuando el tío no aparece a tiempo para darle dinero al chico, y parece que no podrá salir. Poco después está el tercer nudo, cuando llega el tío y sólo depende de él que el chico vaya o no al bazar. Más adelante el cuarto nudo sería cuando el tío deja ir al muchacho, porque en algún momento parece que no será así. Posteriormente parece que el chico no podrá entrar al bazar, y cuando lo logra sería el siguiente nudo. Los últimos dos nudos serían cuando parece que va a comprar algo y cuando le apagan las luces. La introducción me parece muy intrigante. Lo primero que plantea es una casa abandonada donde murió un sacerdote, en la sala de estar trasera (parece cuento de terror); luego se concentra en la calle y en los juegos infantiles (aunque la historia tampoco tratará de esos juegos), y finalmente
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habla de la hermana de Mangan. Hasta la tercera página averiguamos de qué se trata el cuento. Otro detalle que nos amarra al cuento es que, cuando ya sabemos el objetivo, al muchacho se le van poniendo enfrente una pequeña desilusión (catálisis) y luego una esperanza (nudo), una tras otra, varias veces. Entonces, el lector (me refiero a mí porque no puedo hablar por los demás), si se va ilusionando y desilusionando con el personaje, cree que el final va a ser igual (desilusión–ilusión) pero no, al final hay una desilusión que no se arregla y rompe el ciclo. ESTRUCTURA DE LA CASA DE HUÉSPEDES Al igual que en Arabia, en La casa de huéspedes encontré siete nudos; en mi libro tiene diez páginas y cuenta la historia de la señora Mooney y su hija Polly, más exactamente, sobre la reparación del honor perdido de Polly. Primero se introduce a la señora Mooney y como se hizo dueña de la casa de huéspedes, luego se presenta a Polly como una mesera coqueta. El primer nudo, “la señora comenzó a pensar en enviar de vuelta a Polly a la máquina de escribir cuando se dio cuenta de que había algo entre Polly y uno de los jóvenes”, aparece en la tercera página. Poco después el segundo nudo es cuando La Madama decide intervenir en el asunto, el tercer nudo es cuando decide que la única reparación que aceptaría sería el casamiento. Luego el punto de vista pasa al señor Doran (el seductor) que se debate entre casarse o huir (aquí estaría el siguiente nudo). Polly llega con el señor
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Doran desconsolada y (siguiente nudo) le dice que se va a suicidar, no lo hace. El señor Doran parece más inclinado a escapar que a casarse, el sexto nudo es cuando aparece la figura amenazante del hermano de Polly. El séptimo nudo, justo al final, cuando la señora Mooney le habla a Polly porque el señor Doran quiere hablar con ella (se casan). A diferencia de Arabia, aquí la historia se desenvuelve poco a poco y desde el principio se sabe de qué se trata. Más de la mitad del cuento se trata de las consideraciones de la señora Mooney y del señor Doran. Este cuento mantiene la atención del lector porque parece que el señor Doran sí se va a escapar. Lo piensa mucho, y la aparición del hermano parece indicar un peligro que tendría que sortear en su escape, pero no. Bob Doran está tan atrapado como los otros dublineses. ESTRUCTURA DE GRACIA Este cuento es el más grande de los tres que escogí; comprende de la página 189 a la 220. Además le encontré solamente ocho nudos, que si pensamos en la extensión del cuento, son pocos en comparación con los otros dos con los que trabajo. Se cuenta la historia de la solución de los problemas del señor Kernan. Empieza de una manera muy interesante el cuento, parece que se cometió un crimen, una novela policiaca. Pero no, el hombre estaba muy beodo y se lastimó la lengua, llegan un joven y el señor Power a ayudarle y (primer nudo) salen del bar y no pasa nada. En el segundo nudo, la señora
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Kernan le pide al señor Power que cambie a su marido. El plan del señor Power empieza con una visita al señor Kernan, mientras está convaleciente, de parte de varios amigos suyos y algo más adelante los amigos hablan de reunirse en algún lugar, el señor Kernan pica el anzuelo en el tercer nudo. La reunión resulta ser un retiro religioso (cuarto nudo) y el señor Kernan se desilusiona un poco y le dan un discurso sobre lo pecadores que son todos ellos. La charla continúa en torno a la iglesia y, en el quinto nudo, llega una visita. No era nadie importante, llegó un personaje que no era parte del plan, pero no lo estorba en lo más mínimo. En el sexto nudo el señor Kernan es convencido de asistir con sus amigos al retiro y sólo pone como condición que no llevará una vela. Hay un cambio de escena y todos están en una iglesia, el señor Kernan está ligeramente incómodo, pero no se va. Luego llega el predicador (séptimo nudo) y comienza su prédica. El último nudo es cuando deja de interpretar las sagradas escrituras y habla directamente con los asistentes, y a la mitad de este sermón termina el cuento. En este cuento verdaderamente no sucede nada, las (catálisis) conversaciones giran en torno a verdaderas banalidades (con respecto a la historia). La atención del lector se mantiene a la mitad de la conversación más larga con la llegada del señor Fogarty. El inicio hace la promesa de un crimen que no tiene verdadera importancia, más adelante, el plan del señor Power es un simple retiro espiritual, y al final el señor Kernan es absorbido por las buenas costumbres de la ciudad de Dublín y los “buenos” Dublineses.
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CORTÁZAR PENSABA QUE… Como antes dije, las ideas de Cortázar sobre el cuento me parecen maravillosas. La primera idea de Cortázar en la que pienso es el famoso KO. Al contrario de la “acumulación de efectos” correspondiente a la novela, el cuento tiene que acabar con el lector de un solo golpe. Esto lo entiendo como que tiene que haber un nudo al final del cuento; un nudo que provocara EL EFECTO en el cuento. Entonces lo primero que no esperaba encontrar en los cuentos de Dublineses es el nudo al final, pero si lo tiene. En Arabia cuando se apagan las luces se acaban las posibilidades de comparar un regalo para la hermana de Mangan: “Dejé caer los dos peniques junto a mis seis en el bolsillo. Oí una voz gritando desde un extremo de la galería que iban a apagar las luces. La parte superior del salón estaba completamente a oscuras ya. Levantando la vista hacia lo oscuro, me vi como una criatura manipulada y puesta en ridículo por la vanidad, y mis ojos ardieron de angustia y de rabia.”
En la casa de huéspedes llaman a Polly, seguramente para que el señor Doran le pida matrimonio.
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“—¡Polly! ¡Polly! —¿Sí, mamá? —Baja, cariño. Mr. Doran quiere hablarte. Fue entonces que recordó qué era lo que estaba esperando.”
Y en Gracia el sermón del religioso anticipa el cambio en el señor Kernan. “[…]una sola cosa, dijo, les pedía él a sus feligreses. Y era ésta: tener rectitud y actitud viriles para con Dios. Si nuestras cuentas correspondían en cada punto, habría que decir: «Pues bien, he verificado mis cuentas. Todas arrojan un beneficio.» Pero si, como era dable que ocurriese, había discrepancias, era necesario admitir la verdad, ser franco y decir como todo un hombre: «Y bien, he revisado mis cuentas. Encuentro que esto y aquello está mal. Pero, por la gracia de Dios, rectificaré esto y aquello. Pondré mis cuentas al día. »”
Hay otro aspecto importante que Cortázar consideró en los cuentos y tengo que enfrentar a la construcción de Dublineses. En los cuentos de Joyce, los nudos nos presentan una
posibilidad de cambio, no sabemos
exactamente qué va a suceder en ningún momento, pero siempre está latente la posibilidad de la acción. Esto es lo que Cortázar llama tensión. Los cuentos de Joyce están perfectamente construidos de manera que,
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aunque no suceda nada, el lector no pueda sustraerse de la atmósfera producida. LA NATURALEZA DE LA DIFERENCIA Los cuentos de James Joyce cumplen al pie de la letra las condiciones que Cortázar le impone a los cuentos para ser buenos cuentos. Entonces mi pregunta sigue en pie, ¿En dónde está la diferencia entre estos cuentos y la idea de Cortázar? Joyce tiene las características, pero aplica los conceptos de manera diferente. La tensión está presente en la sucesión de nudos, pero esa energía potencial de los nudos no se convierte en energía cinética posteriormente. La tensión en los cuentos de Dublineses nos muestra que los personajes no tienen salida, la misma posibilidad de cambio es eliminada justo después de ser presentada. En Arabia le preguntan al chico si quiere comprar algo, con un poco de miedo dice que no y le apagan las luces. Así también podemos leer al señor Doran considerando la escapatoria y unas cuantas líneas después llaman a Polly para que le propongan matrimonio. Este mismo ciclo de proposición/negación que existe en estos cuentos es la que produce la incertidumbre: ¿de qué se trató todo esto? Más adelante regresaré sobre ese punto, pero primero hay que ver los KO que tiene Dublineses. Si pensamos en los ciclos de proposición y negación que surgen a lo largo del discurso, podemos decir que el KO que
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tienen es la negación última y terminante de la acción. Los personajes nada pueden hacer por romper ese ciclo al que los tiene sometidos la narración. Hay otra cosa que tal vez no he mencionado detenidamente. Las historias de Dublineses no tienen nada de especial, son totalmente comunes. Cortázar menciona en Aspectos del cuento que el tema no es importante, sino el tratamiento. El espacio físico es también (insoportablemente) común y corriente. Este espacio físico y estas situaciones comunes, provocan un espacio psicológico agobiante, molesto o por lo menos incómodo. Pero es exactamente aquí donde está el tratamiento especial del tema, en el espacio psicológico producido en los cuentos que es el causante del efecto de la obra. LAS VERDADERAS INTENCIONES Estas características que tienen los cuentos de Joyce (y que realmente no son diferentes a la idea del cuento de Cortázar) están todas pensadas para, en conjunto, dar un efecto específico. El espacio físico y psicológico son una pecera a la que no se le ha cambiado el agua; el personaje/pececito está atrapado y el agua se echa a perder a su alrededor. Las posibilidades de escape de la pecera/sociedad son canceladas tan pronto como aparecen y finalmente el pez muere en la podredumbre. La verdadera intención de Joyce en Dublineses es la de retratar una sociedad que está consumida por una parálisis o hemiplejía (como la llama
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Joyce, según Frank Startup). La tensión creada por la repetición del ciclo de proposición/negación, el ultimátum que representa el KO y la prisión psicológica que representa lo común de la historia; todos son pequeños efectos que contribuyen a crear el gran efecto estético y semántico que quería Joyce. Al principio me preguntaba ¿porqué los cuentos de Joyce me parecían tan
buenos? Ahora entiendo que no había razón para que no me lo
parecieran, siguen al pie de la letra los aspectos que Cortázar señala en los más grandes cuentistas. Y hay otro detalle importantísimo: el efecto de cada cuento es intensificado por los efectos de los otros cuentos, haciendo una gran unidad, un efecto mayor, que constituye a Dublineses.