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Ramón peralta

Cuando Colombia enfrentaba los problemas de las guerras contra el narco, el expresidente de ese país Ernesto Samper manifestó que hasta que Estados Unidos no detuviera el consumo de las drogas, Colombia seguiría sufriendo los dañinos efectos de muertes e inestabilidad social en su territorio. La postura del expresidente colombiano no pudo ser más atinada y certera, ya que siempre ha sido una posición de Estados Unidos usar como chivo expiatorio a otros países cuando es incapaz de resolver los problemas que lo afectan, en este caso el de consumo de drogas. La misma situación se presenta hoy con México al que Estados Unidos está acusando de ser el

M Xico No Es El Culpable Del Consumo De Drogas En Am Rica

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causante de los problemas del negocio y el consumo de drogas que afectan al país, aun cuando en la realidad es todo lo contrario, es decir, México y sus ciudadanos son los que están pagando las consecuencias negativas del tráfico de drogas que es alimentado por las demandas de los consumidores norteamericanos. El hecho del tráfico y negocio de drogas tiene su simple explicación bajo la conocida ley de la oferta y la demanda, donde se pone en claro que la demanda es la que motoriza todo negocio. Si no hay demanda el negocio muere. En ese sentido, si no hay demanda de drogas está claro que el negocio de estupefacientes desaparecerá. Pero eso no lo entienden, ni lo quie - ren entender los políticos norteamericanos cuyas respuestas al problema se han pasado de la raya hasta el punto de plantear, como recientemente lo hizo el célebre gobernador de la Florida y aspirante a la presidencia por el Partido Republicano, Ron De Santis, de usar las fuerzas armadas norteamericanas para combatir el narcotráfico en México.

El planteamiento del gobernador de la Florida junto a otros miembros del Congreso del empleo de las fuerzas armadas americanas en territorio mexicano es un indicativo que estos señores todavía conciben a México como una colonia americana y que el hecho de plantear una incursión militar por los motivos que sean es una violación flagrante a la soberanía y la independencia de la nación azteca. El planteamiento revela que aun está en la mente de ciertos políticos americanos la frase del presidente Theodore Roosevelt de que Latinoamérica es el patio de la política americana, que sirvió de punto de partida al abierto intervencionismo americano en el área.

Por otro lado, los mismos políticos que hoy demandan el empleo de fuerzas militares en territorio mexicano para detener el mercado de drogas echan a un lado el hecho de que los problemas más serios de adición son producidos por productos elaborados por la industria farmacéutica americana y que son conocidos como opioides. Según los datos del año 2021, 100,000 americanos murieron como consecuencia del uso de opioides.

Ante esa realidad lo que debiera preocupar a los políticos norteamericanos es buscar una solución del por qué tantos ciudadanos se embarcan en el consumo de drogas y estupefacientes. Qué está pasando y cuáles son los problemas que inducen a una alta proporción de la población a acudir al uso de las drogas? El problema no es nuevo y es grave. Sin embargo, tanto los políticos como otros sectores de la sociedad han ignorado por años las raíces del problema y por eso buscan la explicación más fácil, que es echarle la culpa a otros como en un tiempo fue Colombia y ahora México. En ese sentido, fue acertada la respuesta del presidente de México Manuel López Obrador al plantear que, lo que debieran preguntarse los políticos americanos es, qué está pasando en sus hogares y no apelar a falsas acusaciones de índole política que no tienen que ver con la raíz del problema. Más claro ni el agua. En México no está la razón del consumo de drogas en América.

¡Llegaron los marcianos! Los congresistas de Washington están tan desocupados, es decir, tan de vagos, que han obligado a especialistas en aeronáutica del Pentágono a que expliquen qué están haciendo respecto a los Objetos Voladores no Identificados llamados OVNI o UFO que mucha gente ha fotografiado y grabado con sus teléfonos. Los especialistas reunidos con los congresistas en el capitolio han dicho que realmente no hay explicación ni preocupación, porque la ciencia ha avanzado tanto en la aeronáutica que ya hay muchas formas de objetos voladores que la gente fotografía y piensa que son extraterrestres.

En meses pasados pensaban todo lo contrario. Que todo lo que volaba era un espía chino. ¿Y ahora? ¿Qué los hizo cambiar de opinión?

Parece que han encontrado otro modo de remover el avispero con China. Ahora dicen que los chinos tienen una policía secreta en Nueva York. Ajá, pero todos los países grandes y hasta algunos pequeños tienen agentes en otros países. La CIA tiene cientos de miles de agentes en otros países. Lo que no pueden hacer es actuar como policías ni violar las leyes.

¡Ahora tenemos cuentos chinos hasta en la sopa!

Siguiendo con los chinos, la Secretaria del Tesoro, Doña Peluquita, amenazó a China con “graves consecuencias” si violaba las sanciones impuestas a Rusia. La verdad es que esa señora vive en otro planeta. Cuando comenzó la inflación y los huevos se pusieron más caros que el caviar, ella dijo que no había inflación. Ahora cree que China es Cuba o El Salvador y que Estados Unidos la puede aplastar con un dedo. Vaya vaya….

Otro despistado es el consejero de defensa de la Casa Blanca John Kirby. El presidente de Brasil, Ignacio Lula DaSilva no ha apoyado a Rusia en su ataque a Ucrania. En viaje a China criticó a Rusia, Ucrania y Estados Unidos por no hacer nada para detener la guerra, y hace un mes propuso un plan para negociar la paz. El secretario Kirby, al ser preguntado sobre las declaraciones de Lula dijo “él está solo repitiendo como papayo la propaganda rusa” oh, oh…

¿De qué platillo volador lo sacaron?

Esta semana ocurrieron dos hechos muy lamentables”: el asesinato de una estudiante a quien le dispararon por haber entrado a un driveway equivocado y los disparos que hizo un anciano a un muchacho de 16 años por solo tocar el timbre de su puerta. A estos se sumaron dos matanzas masivas más como para mantener a la prensa ocupada.

La violencia con las armas cada día es más frecuente y letal.

Ante este problema, miren lo que dijo el exvicepresidente Mike Pence en un mitin de campaña:

“No necesitamos controlar las armas, necesitamos controlar el crimen”.

¡Qué genio!

Como si los que han cometido masacres han sido criminales frecuentes.

Nos vemos en los próximos jalapos, si los idiotas como éste lo per miten.

Editorial Del Vocero

LA VIOLENCIA ARMADA EN ESTADOS UNIDOS, UNA HERENCIA DEL SUBDESARROLLO EN EL DESARROLLO

Si usted se pasea por los campos de los países de América Latina y toca la puerta de una casa o tan solo se asoma a la vereda de la entrada, lo más probable es que salga alguien dándoles los buenos días y le ofrezca café o mate, o tal vez un plato de comida, sin importar lo pobre que sea el hogar.

Pero si usted hace lo mismo en un campo de Estados Unidos, lo más probable es que le salga al encuentro un anciano y su hijo grandulón vestido de overol con una escopeta cada uno. No lo saludarán, solo le preguntarán qué busca, y si usted es negro, asiático o latino, no se sorprenda si le disparan un tiro, o en el mejor de los casos, el grandulón le pregunte al anciano ¿Le disparo papá?

Estados Unidos, a diferencia de otras colonias de América se forjó sobre la violencia, sobre una búsqueda salvaje de riqueza que convirtió en negocio todo lo que se pudiera cambiar por oro.

Los colonos americanos eran constantemente amenazados por las pandillas de ladrones y asaltantes que recorrían las aldeas pequeñas para robar los bancos, las casas de los hacendados y violar las mujeres. Eso cultivó la desconfianza y sembró en ellos la necesidad de tener un arma.

Pero Estados Unidos cultivó también otras costumbres negativas producto de haber sido el país de mayor explotación de esclavos en el continente: el racismo.

Los ladrones de bancos y asaltantes de diligencias no eran negros, asiático o latinos. Eran en su mayoría americanos.

El desarrollo de las comunidades en los diferentes estados de la Unión dejó sin efecto la necesidad del arma como elemento vital de subsistencia. Toda ciudad por más pequeña que sea tiene un departamento de policía, o está protegida por la policía del condado. Las agencias de orden en Estados Unidos están mejor equipadas que las de cualquier otro país

Opinión

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Ramón Peralta

LOS PRESIDENTES DE PARAGUAY Y URUGUAY: PORTADA Y CONTRAPORTADA DE UN LIBRO DE CARICATURAS

del planeta.

Sin embargo, el afán de riqueza de las corporaciones fabricantes de armas los hace promover el engaño para lo cual se valen de políticos poco serios y organizaciones fantasmas que supuestamente defienden la 2da enmienda la constitución, y en ella, los derechos de los ciudadanos.

Las noticias nacionales están plagadas de la palabra en inglés “shooting” que quiere decir tiroteo, porque cada semana se producen muertes por armas de fuego y cada mes se producen varios asesinatos en masa.

Los hechos más recientes y que mejor explican lo que decimos en este editorial son, el caso del hombre que disparó a matar a un adolescente negro de 16 años de edad en Kansas City, Missouri, cuando éste buscaba a sus hermanitos y tocó el timbre de la casa equivocada.

El otro, es el del asesinato de una joven a quien el propietario de una casa le disparó porque con su auto por el error, ella condujo hasta la entrada de la misma.

Estos son dos actos que demuestran el nivel de salvajismo que todavía subsiste en la sociedad americana. Un salvajismo promovido por la excusa más usada para el crimen: “Defensa propia”.

No son pocos los casos que se producen en Estados Unidos en los que una persona es asesinada por el hecho de estar en el patio de una casa ajena o por cruzar la puerta. Mas aún, por el simple hecho de ser negro y caminar por un barrio de blancos.

Esos son terribles males, memorias del subdesarrollo que subsisten en la sociedad americana y que Estados Unidos critica en otros países, pero no hace nada para solucionarlos en el suyo. Son males que no se solucionarán mientras el capitolio de Washington siga siendo habitado por políticos atrasados e irresponsables.

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PARTE I

La administración de Joe Biden no tiene nada diferente en la política internacional con la de Donald Trump. En muchísimos aspectos, es más agresiva que la del anterior mandatario en su desatención y arrogancia hacia América Latina.

Trump echó al suelo los avances hechos por la administración Barack Obama con Cuba y Biden los secundó. Trump intentó incluso asesinar al presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y Biden sigue apoyando todas las iniciativas del anterior mandatario contra el gobierno del país sudamericano.

La vicepresidenta Kamala Harris fue a Guatemala para detener el flujo migratorio de ese país hacia Estados Unidos sin ofrecer ninguna solución más que decir, NO VENGAN.

Guatemala no sufre de ninguna sanción económica norteamericana como las aplicadas a Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Ante esa política de desdeño, por no decir, desprecio, de Estados Unidos hacia los habitantes de su patio trasero, los votantes de éstos han optado por elegir gobernantes no adeptos a las políticas de Washington, sin importar que sean de izquierda o de derecha. Pero la administración de Biden no lo entiende. Porque para hombres como Biden, que creen en Supermán y el Capitán América, el privilegio de ser considerados amigos del Tío Sam, es suficiente para esos países que los americanos llaman “bananeros”.

Pero América Latina tiene políticos que no representan a sus países, sino a la clase rica y gobernante de estos y a los mandatos del Departamento de Estado de los Estados Unidos. Eso explica por qué los presidentes de Paraguay y Uruguay, Mario Abdo Benítez y Luis Lacalle Pou aprovecharon el foro de la reunión de la CELAC (Comi- sión Económica para la América Latina y el Caribe) celebrada en el pasado enero de este año para mostrarle al Tío Sam que son portavoces de sus políticas y que no hay que pedirles que se bajen los pantalones, porque se les caen solos.

En la cumbre llevada a cabo en Buenos Aires, Argentina, el presidente de Paraguay al tomar la palabra dijo que su participación en la cumbre no quiere decir que su gobierno reconoce al gobierno de Venezuela de Nicolás Maduro como legítimo. Cabe preguntarse ¿Qué tenía eso que ver con la cumbre? Nada, pero envió un mensaje a su jefe en Washington de que estaba haciendo su trabajo.

Así mismo, el presidente de Uruguay al tomar la palabra comenzó a despotricar contra Cuba. ¿Qué tenía eso que ver eso con la cumbre? Nada. Pero como buen súbdito, estaba haciendo su trabajo.

Los actuales mandatarios de América Latina, a excepción de estos dos y otros que agachan la cabeza para no decir qué piensan, no tienen una posición monolítica respecto a la política internacional. Venezuela, Cuba y Nicaragua apoyan abiertamente a Rusia en su conflicto con Ucrania, mejor dicho, con la OTAN. Pero Argentina condenó el ataque ruso a Ucrania, lo mismo que Brasil y Chile, que tienen gobiernos que Washington considera hostiles, terroristas y comunistas. México mantiene una posición neutral lo mismo que otros aliados de ultramar de Estados Unidos como Israel.

Pero estos dos sujetos, ni siquiera disimulan sus herencias de subdesarrollo de colonias cuando asisten a los podios internacionales latinoamericanos para enviar a Washington mensajes de adhesión a su política hacia América Latina.

Son la representación de cómo las clases gobernantes de América Latina les sirven a los intereses corporativos de las potencias extranjeras para enriquecerse sin importarles la explotación de sus trabajadores, la extracción de sus riquezas naturales ni el empeño del futuro de sus naciones.

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