Escritura tercer año historia II

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2014

Leer Historia

Tercer a単o Profesorado en Historia 05/10/2014


Escritura colectiva de estudiantes del tercer año de la carrera de Historia

L. Angueira D. Holweger N. Engelberg Y. Ortiz Barrenechea E. Valiente R. Casco G. Díaz G. Zigenbein S. Zurita C. Gálvez O. Chaumeri

L. López

M. Alegre M. Martínez F Lema R. Bazán N. Guarnieri G. Pol


G. Cardoso Silva A Millán R. Baldés D. Pereira J. Quintans P. Nero V. Romero

F. Castro

G. Bruno

J. Torales

B. Suárez

M. Carrasco

A. Corradi

L. Costa

C. González

R. Casas

G. García R. Cantero S. Kohl

D. Villarreal M. Muñoz

J. Guccione


Otra vuelta de tuerca

Las nuevas Historias

Todas las construcciones humanas son dinámicas,

es

decir

que

cambian

a

medida que cambian los tiempos en el que el hombre vive, como también el mismo

ser humano, dentro

construcciones

se

de

encuentran

estas las

materiales y las simbólicas, dentro de estas las ciencias y dentro de ellas la Historia como ciencia que estudia al hombre y lo interpreta en su tiempo, no queda ajena a semejante trabajo social. O caso nosotros, ¿seguimos considerando el mundo plano? A partir de la segunda mitad del siglo XX, la historiografía se fue apartando

de

a

poco

del

tradicional

interés

en

temas

exclusivamente políticos y biográficos de los próceres patrios, para

dedicarse

a

temas

relacionados

con

los

aspectos

económicos, sociales y culturales. Un ejemplo de los aspectos sociales podría ser el movimiento de las masas de personas que se ven obligados en nuestro país para encontrar un trabajo que les permita subsistir, integrándose a una micro cultura que les ajena a


esa persona, para tomar un ejemplo cultural sin despegarnos del primer modelo presentado podríamos mencionar las comunidades de pueblos originarios y sus creencias de bienes comunales -es decir que todo es de todo por eso se comparte -, al cambio de la propiedad privada de las grandes ciudades, que concentran un poder económico superior a la que ellos pertenecen. Intentando comprender el porqué de esta situación es una actividad que se toma la Historia. Entonces una nueva generación de historiadores tomó como modelo la nueva historiografía europea, en particular de la tercera generación de la escuela francesa de los Annales. Uno de los exponentes de las nuevas formas de hacer

historia

historiador

es

el

británico

Peter Burke, en una de sus

obras

más

importantes “Formas de

hacer

historia”

analizan temas

se

diferentes

historiográficos.

En uno de sus capítulos se analiza la “Historia

del cuerpo”

de

Roy


Porter, el autor investiga acerca del cuerpo y también los diferentes aspectos como gesto, mente, alma, sexo y género. Para poder realizar este trabajo de investigación Roy Porter utiliza diferentes

fuentes

como

los

registros

de

bautismo

y

enterramientos, a partir de los cuales los estudiosos han ideado técnicas para extraer indicios fiables de los cambios en la tasa de nacimientos y muerte, fecundidad, fertilidad, crisis de mortalidad, por enfermedades, etc. otros tipos de fuentes son los registros fotográficos de los aspectos físicos de las personas que en la actualidad se remonta a casi un siglo y medio. Mediante estas fuentes

de

información

reinterpreta

el

cuerpo

y

sus

manifestaciones. Es interesante tener en cuenta que la antropología cultural ha proporcionado lenguajes

a

para

los

historiadores, analizar

los

significados sociales del cuerpo, en especial en la circunstancia de los sistemas de intercambio social, y de forma similar, la sociología y sobre todo la sociología médica. En otro de los capítulos, se analiza la Historia desde abajo. Pero ¿Qué es la historia desde abajo? Es la historia vista desde las clases populares, ya no contada desde grandes personajes, ni de grandes hazañas.


Quien examina la historia desde abajo es Jim Sharpe, quien describe

cómo

utilización sean

a

través

de

la

de distintas fuentes ya

orales

documentos parroquiales

o

escritas

judiciales, se

puede

como

registros contar

la

historia vista desde las clases bajas. Describe

como

surgen

nuevas

perspectivas de estudiar el pasado, por ejemplo, a través de cartas que un soldado escribe a su esposa durante una guerra.

Dentro del nuevo contexto establecido se nos presenta la Historia

de la lectura, de Robert Darnton, aquí se nos plantea algo determinante en la condición humana, la palabra como única especie en el mundo que puede realizar una comunicación. En esta oportunidad esta comunicación es de una manera masiva a través de la distribución de libros, que sirvieron para condiciona las conductas de las personas pero también romper lo establecido por los grupos dominantes. Un ejemplo de estas dos son serían la Biblia y El contrato Social, queda a interpretación del lector descubrir qué característica define a cada uno de estos libros. Los seres humanos tenemos una curiosidad innata acerca del conocimiento en menor o mayor medida, quizás en la Edad Media no todas las personas sabían leer pero

los que sí tenían la


posibilidad de leer intensivamente un libro lo hacían frente a otras, que dejaban volar su imaginación sobre aquello que comentaba sobre el libro el lector, pero a medida que la alfabetización fue avanzando la posibilidad de análisis personal de un libro, revistas o de un cartel publicitario fue cambiando para lograr una lectura diferenciada a la primera ya que con la posibilidad de tener a disposición la imprenta que da una enorme

cantidad de textos

posibilita que diferentes clases sociales tuvieran la probabilidad de acceder gracias a las bibliotecas, la cual permite una diversidad de lectura que no se tenía hasta ese momento. La lectura de los siglos XV, hasta el XX fue cambiando, eso ya lo sabemos, pero también lo que fue cambiando fue el lector

y su

mentalidad cambia porque la mente humana es un construcción moldeable, así las personas nos cuestionamos lo establecido, que nos llevaría a un principio de este texto, nos planteamos frente a la Historia tradicional porque hemos estudiado, analizado, hemos leído (tanto escritos, imágenes, restos materiales, y a nosotros mismos) y nos ponemos a construir una nueva ciencia del hombre en su tiempo en base al cuestionamiento y a la producción de nuevo conocimiento.


La Historia a muchos les parece un embole, ¿pero es realmente aburrida?

Memorizar nombres, fechas y batallas; saber lo que pasó antes de que hayamos nacido. ¿Para qué aprender todo eso? Jorge Sábato dijo «la Historia no es mecánica, el hombre es libre para transformarla», ¿por qué saber lo que pasó en el pasado tiene que ser aburrido? Si no nos interesa recordar nombres, revoluciones, batallas, fechas, presidentes, reyes y otros datos –que además están al alcance de un par de clics-, ¿por qué no buscar en el pasado cosas que nos interesen? La Historia política y la Historia económica han llenado muchísimos libros de Historia, pero a mucha gente no le interesa, y si sos uno de ellos, tenés que saber que la Historia no es solo eso: saber cómo vivía la gente como vos hace cien años, qué música se escuchaba hace setenta y cinco, cómo vivía un hombre hace quinientos años en la ciudad de tus abuelos, cómo decoraban su cuerpo los egipcios (¿se tatuaban?, ¿usaban piercings?, ¿se maquillaban?). ¿Cómo era una mujer linda para los romanos?, ¿y para los franceses de la época de la Revolución?; tal vez ahora no te interese una persona del pasado, pero tal vez ver que leía lo mismo que leés vos te acerque un poco más. En fin, las formas de hacer Historia de las últimas décadas pueden responder a esos interrogantes y tal vez las respuestas


pueden

resultar

más

interesantes

que

lo

que

se

entiende

clásicamente como Historia. Desde la década de 1960 en Gran Bretaña surgió una nueva de hacer historia. Se denomina historia desde abajo, y su objetivo es observar cómo personas comunes, que habitualmente no han sido tomadas en cuenta por el historiador, vivieron los procesos y los acontecimientos del pasado que nos interesan. Para poder conocer

cómo

estas

personas

vivieron

esos

momentos,

el

historiador utiliza cartas, memorias u otras posesiones que le sirvan para poder reconstruir la opinión o la visión de la persona analizada del proceso que nos interesa. Cuanto más atrás nos remontemos en el tiempo, más difícil es hacer este tipo de historia, por lo que el historiador tiene que ser hábil en situarse en el momento histórico analizado, porque hasta el más breve detalle, contextualizado, puede brindarnos mucha información. También puede ser interesante adentrarnos en la historia de las

lecturas. Saber qué se escribió, qué se leyó, cómo se leyó, y cómo se interpretó puede brindarle al historiador un completo panorama de la cosmovisión de una persona del pasado. Para eso el historiador debe averiguar qué, cómo, dónde, cuándo y por qué se escribió o se leyó un texto, para ello puede analizar catálogos de bibliotecas, registros de lectura, anotaciones en los márgenes de los libros, cartas a las editoriales, y otros. Al igual que con la historia desde abajo, el historiador debe tener la habilidad de situarse en contexto, ya que una breve anotación en un libro, por


ejemplo, puede brindarnos mucha información acerca de algo tan complejo de determinar como la lectura, un proceso que suele ser silencioso y no deja restos materiales. Alguien lindo en la Edad Media, tenía que ser gordo. Entender cómo se consideraba al cuerpo humano en las diferentes culturas del pasado y cosas que actualmente nos parecen curiosas como lo que sucedía en la edad media en Europa, que no se corresponde con los parámetros de belleza actuales, es algo que interesa a los historiadores que investigan la historia de los cuerpos. Para entender esto, los historiadores analizan imágenes (dibujos, pinturas, esculturas, grabados, etcétera), y lo hacen desde los elementos teóricos que proporcionan otras ciencias, como la Antropología, la Sociología y la Demografía. Además pueden ser analizados múltiples textos del pasado: todos aquellos que refieran a aspectos físicos de las personas (como por ejemplo los registros militares de las medidas promedio de las personas en un momento determinado), también pueden ser analizados restos materiales del pasado, como por ejemplo elementos cosméticos, adornos corporales, entre otros. Una de las formas de hacer Historia más interesantes que surgieron en los últimos años es la que se conoce como

microhistoria. A través de archivos parroquiales, las crónicas de viaje, los diarios personales, los archivos judiciales, los vestigios arqueológicos, son de utilidad para el microhistoriador para

achicar la lupa, al nivel de microscopio para mirar el pasado y


encontrar en la pequeña escala elementos que enriquezcan la mirada de los procesos políticos y sociales. Así saltarán a la luz elementos

antes

no

observados,

como

por

ejemplo

el

descubrimiento de un campesino de un período en el que se consideraba que ningún campesino sabía leer, que efectivamente leía u otros descubrimientos similares. Estos análisis sirven para no establecer juicios generales sobre el pasado, y entender que hay aspectos que pueden escapar al sentido común. En definitiva, las nuevas formas de hacer Historia ofrecen un abanico de variantes para aquellos que no gustan de la historia

tradicional, la política o económica. Además, a partir de estas formas de ver el pasado, las personas que vivieron antes que nosotros cobran vida y dejan de ser simples actores, nombres y fechas,

son

personas

que

vivieron

y

que

no

solo

hacían

revoluciones o gobernaban, sino que también gustaban de leer, de viajar, de otros seres humanos, de dibujar, pintar, entre tantas otras cosas. Además podemos ver que nuestra forma de ver el mundo o de ver las cosas no es la única y que las personas del pasado tuvieron la propia.


Somos Historia

Antiguamente, y también en la actualidad, gran parte de las sociedades suelen tener cierta estigmatización con respecto a una disciplina en particular: la Historia. Por lo general, solemos estar tan poco familiarizados con ella que creemos, y también damos por sentado, que abarca

los

desplazando

temas un

más

trascendentes

abanico

sinfín

de

de

la la

misma sólo humanidad,

cuestiones

cuyas

investigaciones resultan de interés para quien estuviese dispuesto a leerlos. Con este artículo buscamos suplir dicha falencia. Vamos a acercarte a la Historia, para demostrarte que ésta tiene un lugar mucho más importante de lo que seguramente hasta hoy le estabas atribuyendo. Te invitamos a que reflexiones junto a nosotros. A que veas cómo cosas tan rústicas o cotidianas, hasta de tu qué hacer diario, son material puro para grandes investigaciones. Estamos seguros de que cuando finalices el artículo, tu visión va a ser distinta. Y vas a lograr comprender que en verdad, todos SOMOS Y HACEMOS HISTORIA.


Vos que estás leyendo este artículo, que te consideras gente común, que te sentís marginado… ¡¡YA NO TE SIENTAS ASÍ! Porque

sos objeto de estudio; sos parte de la historia. Tus

opiniones y tus pensamientos son

de gran influencia para

construirla. Aunque no lo creas, hay un estilo de la Historia que puede relacionarse con vos: la Historia Desde Abajo. Esta tiene como objeto de estudio la historia de la gente común, enfatizando puntos de vista y hechos de personas que fueron históricamente olvidados.

Las fuentes utilizadas para

construir

esta

historia desde abajo se vuelven todo un tema en

mismo.

Los


obreros y el pueblo en general, no han dejado en general escritos propios para poder estudiar sus vidas. Entonces, los historiadores tuvieron que buscar fuentes que anteriormente no eran utilizadas para tal fin, como pueden ser los documentos oficiales y semioficiales de estadística. Un ejemplo nos es proporcionado por Bárbara A. Hanawalt, quien hizo uso de las encuestas judiciales de muertes violentas o sospechosas para investigar la vida cotidiana del campesino de la Edad Media. Esta autora sostiene que dichos documentos están librados de la tendenciosidad de otro tipo de archivo oficial y que como su propósito no es tratar los detalles de la vida personal de los involucrados, sino que estos detalles son accesorios, son menos vulnerables a ser falseados. Nos brinda también el medio para recuperar a ciertos grupos sociales; una historia que podría haberse dado por perdida. Los propósitos de la historia son variados, pero uno de ellos consiste en proporcionar a quienes la escriben o leen un sentimiento de identidad, una idea de procedencia. Siguiendo con esta línea de la Historia, es importante hacerte saber que ya desde hace tiempo, la historia tiene entre sus fines incluirte. Te estudia a partir de tus charlas, tu diario íntimo y tus acciones ante las circunstancias que te presenta la vida La sociedad de la que formas parte, también es objeto de estudio, pero especialmente de la sociología, que es una prima de la historia. La misma estudia tu comportamiento dentro de una


sociedad a partir de tu libertad individual… tu punto de vista de la realidad es muy importante. Aquí es donde le damos el paso a la denominada ¨Microhistoria¨. Esta nace en la década del

'70, en un contexto de crisis de la

creencia optimista predominante que ya no podía hacer frente a la diversidad de sucesos políticos y realidades sociales. Esta imposibilidad

obligó

a

los

historiadores

a

replantearse

sus

metodologías e interpretaciones. La manera en que los sociólogos pensaban la sociedad se encontraba cargada de una pesada. A herencia

positivista,

lo

que

requirió

una

revisión

de

los

instrumentos de investigación utilizados. La microhistoria va a ser parte de las posibles respuestas a la crisis. Ésta descripción

más realista del comportamiento

buscará una

humano teniendo

en cuenta la libertad individual más allá de las limitaciones que imponen

los

sistemas

prescriptos.

El

historiador

deberá

interesarse no sólo por las opiniones, sino por la pluralidad de interpretaciones posibles del mismo. Lo interesante de esta práctica historiográfica es que se basa en la reducción de la escala de observación, es decir, como ejemplo podría estudiar una comunidad local ubicada en un lugar específico para luego desde este caso particular ampliarse hacia el campo mayor que lo contiene que será la sociedad toda.


Este enfoque dará especial importancia a los acontecimientos de los individuos, pero esto no significa caer en la idea de pensar un caso particular y generar a partir de él leyes formales, sino que se trata de desentrañar que significados, que simbolismo tienen los hechos estudiados dentro de las sociedades. El problema central de esta práctica consiste en elaborar un modelo que gire sobre el conocimiento de lo particular (de los hechos particulares) sin olvidarnos de la descripción formal y el conocimiento científico de ese mismo particular.

Siguiendo con las particularidades de la historia, algo quizás poco conocido pero de gran importancia es la denominada ¨ Historia del

cuerpo¨. ¿Sabías que la forma en qué vestís trae consigo una gran


variedad

de

datos

e

información

para

una

investigación?

Seguramente te estarás preguntando cómo esto es posible. Lo interesante del cuerpo es que desde varios siglos atrás se convirtió en objeto de estudio de la Historia porque fue, y continúa siendo, tributario de condiciones materiales y culturales que han cambiado radicalmente a lo largo de los siglos. De la lentitud a la velocidad, del retrato pintado a la fotografía, de los cuidados individuales a la prevención colectiva, de la sexualidad vista desde la moral a la sexualidad vista desde la psicología…

Pero esto no termina allí. Detrás hay un arduo trabajo de historiadores que poseen un sinfín de material para investigar. ¿En qué consiste dicho material? Abarcan desde fotos, hasta actas de difuntos. Gracias a los registros escritos y material visual, se lograron hacer importantes investigaciones que modificaron la visión de sociedades durante el tiempo. Por ejemplo, hacia el S.XVI, la histeria en las mujeres era concebida como un síntoma atribuido por la brujería, se la relacionaba exclusivamente con Satanás. Cuatro siglos más tarde, con la


ayuda de la Psicología, tal patología es considerada como una ¨enfermedad mental¨, sin tabúes ni mitologías que se entrometiesen. ¿Logras imaginarte lo que era vivir hace seis siglos atrás con estas concepciones? Gracias a la historia, hoy podes echar un vistazo al pasado y comparar las formas, estilos y concepciones de vida que había en la antigüedad. También notarás la relevancia de aquellas cuestiones que solemos dar por aludidas. Es decir como los registros escritos y fotográficos abundan en información.

Pero además te habrás dado cuenta que esto no se logró sólo con la historia… debemos tener en cuenta que sin los aportes de la antropología, la psicología, la sociología, la teología, el feminismo,


la demografía social, y demás disciplinas, estas investigaciones no hubieran sido posibles.

Habiendo analizado dichos modelos de historia, queremos a modo de cierre realizar una acotación. Todos tenemos libros en casa, quizás algunos viejos que hayan sido de nuestros abuelos, y otros más actuales. Vos seguramente también tendrás algún libro que aguarda ser leído. Sin embargo, antes de comenzar a leer dicho artículo, lo que te faltaba era el interés para investigar de qué se tratan esos libros, porque creías que era aburrido hacerlo. ¿Pero sabías de la existencia de la Historia de la Lectura? Si nos remontamos al pasado, en la época de Francia, Alemania e Inglaterra, a partir del siglo XVII las personas no leían solo libros. Ya que era más bien una experiencia privada de la minoría de personas instruidas que podían comprarse alguno. Había otros que se hacían socios de un club de lectura mientras que aquellos que no podían, leían otros tipos de fuentes (cartas personales, diarios, artículos, grafitis, señales de las calles, carteles, relatos de la biblia, entre otros). La lectura era tan importante para ellos que primero aprendían a leer que a escribir. Es así que la lectura tiene su historia. Cada persona tiene experiencias con lo que lee, no importa lo que sea, pero si lo que puede llegar a experimentar el lector. Hombres como mujeres han leído para salvar sus almas, mejorar sus modales, arreglar sus máquinas, seducir a sus amados o amadas. La lectura no


evolucionó en una dirección sino que asumió muchas formas diferentes entre los distintos grupos sociales en diferentes tiempos.

Ahora te invitamos a que tomes aquellos libros que tenés olvidados para que experimentes así la maravillosa sensación de sumergirte en un mundo de sensaciones desconocidas que aguardan por que las descubras.


Leyendo se entiende la gente

Si ya estás leyendo, vamos por un buen camino… Quizás la lectura no forme parte de tu vida cotidiana, pero si observas con atención verás que ella te

puede

mostrar

otros

mundos

posibles.

¿Sabías

qué?

Desde

unos simples relatos de viajeros,

cartas

antiguas, relatos de tus abuelos, personales,

fotos las

tradiciones familiares, y hasta los grafitis de tu barrio, son para los que investigan el pasado, tesoros a descubrir. Desde los comienzo de la existencia, el hombre se


ha interesado por conocer todo aquello que lo rodeaba. Hoy en día esa necesidad por conocer no se detiene y aparecen nuevas miradas. En este camino surgen nuevos historiadores que nos proponen repensar lo pensado. La historia de la humanidad no es un vidrio transparente o simplemente una ventana al pasado, que al abrirla nos muestra lo ocurrido. Leer no es solo una simple habilidad, exige que vos construyas un significado, será esperable y ya muchos historiadores lo han mostrado, usar “la imaginación histórica” Te invito a conocer nuevas formas de ver el pasado, pienso por ejemplo en la “Historia desde abajo” cuantas veces vemos y parece que fue así que las guerras solo las ganaron los

estaban?,

grandes

héroes…

“abajo”

pretende

desde

¿los resaltar

soldados,

dónde

a

aquellas personas anónimas de todos los tiempos y de todos los lugares. La historia desde abajo ha resultado ser de gran utilidad

para

la

historia,

nos

ofrece

nuevas

ventanas y a la vez trae consigo la premisa de que todos somos parte de la historia. También pienso en la “Historia de la lectura” que trata de entender como


las palabras y consciencias buscan aparecer como una fuerza en la Historia. No existe una misma lectura del tiempo pasado como tampoco dos que sean iguales, las formas, las interpretaciones de lo que leemos depende exclusivamente de quien se aventure en tamaña experiencia, por ello la historia de la lectura es la historia de cada una de las personas que leen. La “Historia del cuerpo” es asimismo una

herramienta

clave

de

la

que

muchos historiadores se han ocupado, nos

develan

como

las

distintas

sociedades imponen al individuo un uso rigurosamente determinado de su cuerpo. No solo las formas de los cuerpos nos brindan información sino también como ellos se comportan. El cuerpo humano es histórico, esto es, que tendrá cambios según el contexto temporal, geográfico y cultural en el que lo ubiquemos Nuestro

planeta

es

inmenso,

usamos

telescopios para ver cada vez más lejos, satélites para comunicarnos mejor, medios de transporte cada vez más rápidos, y parece loco que con tantos avances, recién ahora un grupo de italianos hayan creado la

“Microhistoria”,

ellos

nos

proponen


utilizar un microscopio para ver el pasado, reduciendo así la escala, con la intención no de achicarla reduciendo lo

que

observan, sino partir de lo particular para llegar a lo general.

Al entrar en contacto con esta microhistoria, el historiador, nos zambulle como lectores en un dialogo con él participando así de su proceso de construcción del razonamiento histórico. Cuando leemos un texto de historia no estamos ante “la realidad “de

ese

pasado,

sino

que

nuestras

manos

contienen

una

reconstrucción elaborada desde el presente y ella es posible de hacer gracias a cierta información que nos ha llegado proveniente desde

ese

pasado,

que

es

incompleta,

parcial

y

que

fue

seleccionada, interpretada y también ponderada por un historiador. La historia no son solo fechas, batallas, nombres de reyes, de héroes, de tratados, va más allá

de

eso,

comprende

la

memoria de los hombres, el


punto de partida para explicar lo que conocemos, pues ¿cómo explicarlo si lo desconocemos?, es saber como algo llego a ser, y no es el tiempo lejano, cada instante que pasa forma parte del tiempo que la historia quiere explicar. Quizás cuando llegue

a vos un texto de historia, te pido que

observes de él mucho más de lo que puedes mirar, te pido que lo leas y que no olvides que… ¡¡¡leyendo se entiende la gente!!!!


Historias que merecen ser contadas... ¡Y leídas! “Tratar de historiar lo que parece no tener historia”

¿Sabías que estudiar historia no es sólo memorizar fechas y lugares? ¿Que la historia no es sólo acerca de los grandes héroes? ¿Ni tampoco es sólo una línea de tiempo?... Hay muchas maneras de hacer, estudiar y aprender historia... ¡y te las queremos contar! Si empezás a investigar, vas a encontrar muchas y nuevas maneras de conocer la historia, y diferentes formas de abordarla. Te proponemos un recorrido por algunas de ellas... Historia de la lectura: ¿Por qué leemos lo que leemos? Muchas veces, por interés, por gusto. Otras, para estudiar, instruirnos, informarnos. Leemos libros, diarios, folletos, revistas, carteles... Pero... ¿Se te ocurrió alguna vez preguntarte qué leía la gente hace varios siglos atrás? ¿Cómo y por qué lo hacía?


Justamente

esas

y

otras

preguntas se plantean distintos historiadores desde hace largo tiempo. Así fue como comenzaron a investigar, primero, para saber qué libros estaban disponibles en lugares como Francia, Alemania e Inglaterra, desde el siglo XVII en adelante. inventarios

Buscaron de

datos

en

bibliotecas,

registros de libros prestados, listas de suscripciones, entre otras fuentes. Pero hacer un listado de libros no alcanzaba para responder a la pregunta ¿Qué leían? Por lo cual los investigadores continuaron revisando fuentes, ahora más personales: Cartas de lectores, relatos autobiográficos, notas marginales, etc, que les permitieron saber un poco más sobre las obras escritas que les interesaban a determinadas personas o sectores sociales.

¿Por qué leían? ¿Qué significado le daban a esas lecturas? Inquietudes mucho más difíciles de resolver, porque tanto hace 300 años, como hoy en día, las razones por las que leemos, y los significados que les damos a esas lecturas, son cuestiones personales, particulares, que no siempre quedan registradas.


Sin embargo, los historiadores no se dan por vencidos, y continúan en la búsqueda de estrategias para encontrar respuestas, porque la lectura tiene su historia, y merece ser contada. Historia del Cuerpo Se propone generar el interés de la disciplina histórica por el estudio del cuerpo. En este sentido, podemos destacar el papel de diferentes investigadores que profundizaron en este tema, además proporcionaron herramientas que sirvieron para abordar la historia del cuerpo.

Lo que ellos pretendían era poder responder la siguiente pregunta ¿A partir de qué ideas el cuerpo se convirtió en el lugar privilegiado para lo social, cultural y político?


Esta idea de tratar la historia del cuerpo como objeto de estudio comenzó en la década de 1970/80, con intelectuales referidos a las ya conocidas ciencias sociales. Hablar del cuerpo en la disciplina histórica, permite reconstruir el núcleo de la civilización material, los modos de hacer y sentir, el hombre concreto, para ser más específico el hombre de carne y hueso. Los investigadores que se propusieron estos trabajos utilizaron como fuentes los tratados médicos, los diarios de viajes, las representaciones religiosas del cuerpo (por ejemplo las figuras de las vírgenes y los santos), tratados de cirugía, etc. Microhistoria: Los investigadores que impulsaron este

tipo

de

historia

se

propusieron hacer un recorte en los temas a investigar para poder profundizar el análisis y conocer, así, datos que ellos creían que en un análisis más general no salen a la vista. El

mismo

nombre

les

da

una

idea

de

su

dimensión

de

investigación... se la denomina “micro” porque su dimensión de análisis es más pequeña y profunda.


Estos investigadores se propusieron trabajar distintas fuentes que ya habían sido trabajadas por otras personas con el fin de lograr extraer de ellas información que antes pasó desapercibida. Las fuentes que podían utilizar son muy variadas: cartas personales, registros de una parroquia, testamentos, registros militares y cualquier tipo de fuentes que sirva para extraer información particular que aborde cierto tema. Hay que tener cuidado de no confundir la microhistoria con la historia local ya que tiene diferentes puntos de vista. Para hacer posible este tipo de investigaciones se basaron mucho en un tipo particular de Antropología, que es denominada como Interpretativa Historia desde abajo


Es una propuesta muy interesante que tiene como objetivo analizar los sectores populares, aquellos que siempre fueron dejados de lados, sobre todo en la Edad Media. Estos sectores populares estarían conformados por todos los habitantes del pueblo, sin tener en cuenta a los reyes, los militares o integrantes de la Iglesia, quienes eran considerados parte de la elite. Para conocer más a estas clases populares, los investigadores se propusieron utilizar fuentes que hayan sido generadas por ellos mismos, por ejemplo, cartas personales, testamentos, registros de las parroquias, etc. Este tipo de historia cuenta con algunas complicaciones a la hora de recopilar fuentes ya que durante mucho tiempo este tipo de fuentes escritas no existieron. Es un nuevo enfoque en la historia esta propuesta de analizar a las clases populares desde los registros que ellos mismo elaboraron. La historia desde abajo tiene como base los trabajos de grandes exponentes marxistas.

“Es importante ser sensible a la capacidad del historiador de hacer

visible

observadores....”

lo

que

a

menudo

es

invisible

para

los


"La historia siempre es un encuentro cercano" Tal como dos cuerpos febriles de amor, la historia contiene elementos apasionantes. Como tal resulta una labor imposible, en lo que se refiere a la totalidad. ¿Es posible conocer la totalidad de la historia? La respuesta es poco certera pero no resultan inseguras las curiosidades que despierta. Grandes intelectuales intentaron responder el incógnito y han elaborado teorías, diferentes puntos de vista de cómo concebir a la historia, así como también han sabido reconstruir el pasado. "Comprender nuestro pasado depende de cómo entendamos nuestro presente" Es una frase que usamos con sutileza. ¿Hay algo de cierto, o algo desierto en ello? ¿Será acaso un fundamento filosófico? Aquí trataremos de establecer un puente que mediante la curiosidad, invite al lector a aventurarse en un mundo que nos pertenece, la historia. La historia a través de la lectura:


En

variadas

ocasiones

hemos

invertido

nuestro

tiempo

en

fructíferas lecturas. Estas lecturas pueden comprender, novelas, diarios, historietas. Pero… ¿Es simplemente un elemento de ocio? ¿O encierran, además, elementos de otro tipo? En la “Historia de la lectura”, Robert Darnton abre un nuevo paradigma acerca evolución de los hábitos de lectura. En otras palabras; la lectura no evolucionó en una dirección: sino que asumió formas diferentes entre los distintos grupos sociales en épocas diversas. Dado que nuestros antepasados vivían en mundos intelectuales diferentes, debieron de haber leído de manera distinta y la historia de la lectura podría ser tan compleja como la historia del pensamiento. Comprender esta cuestión, nos proporciona un relevante dato a la hora de establecer nuestro rol como lector. Al mismo tiempo, por qué hemos de elegir determinada obra. No

debemos

responder

de

manera

aislada,

sino

interrogar

polémicamente. Cada obra, incluso aquellas de origen actual, es atravesada por la historia. Por lo tanto, constituye una labor investigativa. ¡Les proponemos que realicen intervenciones a sus lecturas, ya sean clásicos o contemporáneos y se sientan historiadores!


A través de un análisis crítico de ello, podrán observar que la historia no es un hecho aislado, nos pertenece en cada una de nuestras

actividades

cotidianas,

de

las

cuales,

en

ningún

momento deja de decir ¡presente!

“Es tiempo de hablar de istoria”

Fechas interminables, batallas y

reyes se

reproducen en largas líneas de tiempo. De forma

fáctica

se

reproducen

una

y

otra

vez…ufff A menudo solemos preguntarnos ¿para qué estudiar historia?, y lo de istoria sin “H”, fue adrede, intencional. Ya que la Hache es muda, como muchos protagonistas anónimos de la historia. Ya a mediados del siglo XX surgirán nuevas formas de analizar el pasado Y allí estará la habilidad de los historiadores

en darle voz a

aquellos dejados de lado por quienes pasan a la inmortalidad como Héroes singulares, sin más nada a su alrededor. En buscar, aún en


los

mínimos

detalles

rescatar

a

los

olvidados.

Nacerán así nuevas formas de interpretar el pasado, como en el caso de la “historia desde abajo”, justamente buscando resaltar a aquellas personas, o clases sociales olvidadas. Serán de suma importancia la utilización de diversas fuentes para el trabajo del historiador: Cartas, testamentos, registros legales, darán voz a aquellos protagonistas. Seguimos interrogando? ¿Qué comían? ¿Cómo se vestían?

“La historia de los cuerpos”, nos brindará información acerca de cómo se comportaban las personas en una época determinada, de


sus formas. Para realizar sus estudios analizarán vestimentas, pinturas,

esculturas,

actas

médicas,

fotografías.

Estarán

Influenciados por otras ciencias como la Medicina, la Antropología y la sociología. ¿Qué se leía en aquellas épocas? “La historia de las lecturas “nos permitiría aproximarnos a tal interrogante, puesto que es la historia de cada una de las personas que leen, y siendo así, no todos tendrían el acceso a tamaña aventura enriquecedora. Esta forma de hacer historia centra sus estudios en la lectura como fenómeno social. Estarán influidos por el Marxismo británico, la historia social, la sociología y la Etnografía. En este tipo de historia se destacan entre otros, Monet, Rosseau, quienes para realizar estos estudios se apoyaron entre otras fuentes en la utilización de

registros de bibliotecas, documentos, registros

notariales. Para aquellos tiempos la lectura era la puerta de acceso al conocimiento. Otra nueva forma de ver el pasado, como la “Microhistoria” va a analizar a los individuos y su relación con el contexto. De la mano de historiadores italianos, cuyos autores más reconocidos

son:

Giovanni

Levi,

Carlo


Ginzburg, autor éste último de la obra “El Queso y los gusanos”, fueron influenciados por el Marxismo británico, la Antropología, la Etnología, entre otras. Nos proponen utilizar un microscopio para ver el pasado, reduciendo la escala para analizar lo particular y entender lo general. Utilizarán diversas fuentes como: documentos oficiales, registros, expedientes judiciales, actas de juzgados y documentos personas. Surgirán respuestas parciales y con el devenir del tiempo nuevos interrogantes futuros. Que nos inviten a repensar lo pensado. Después de todo el espíritu de historiador es inquieto, y tiene la necesidad

de

retroalimentarse

constantemente. El Historiador buscará aproximarse a sus inquietudes, en un sinfín de posibilidades. Pondrá en juego su subjetividad a la hora de seleccionar e interpretar o no aquello que le parezca oportuno. No puede entenderse a la historia como una mera recolección de fechas, hechos y guerras. Cuando tengamos en nuestro poder un texto de historia, tendremos la posibilidad de adentrarnos en un


mundo pasado, que llega a nuestro presente con la posibilidad de entregarnos respuestas y nuevas preguntas a investigar.

Voy a contarte una … Historia Hoy no nos imaginamos nuestro presente sin tener siquiera un mínimo orden de nuestra existencia, podríamos decir un punto de referencia algo que nos estructura, que viene impuesto de vaya saber donde pero que está presente. Me refiero al tiempo, nos organizamos

en

torno

a

él

ya

sea

para

descansar,

para

alimentarnos, para educarnos y para trabajar; en el mejor de los casos pensamos que esto debe resultar así. Sin embargo, no siempre el reloj estuvo colgado de esa pared. Te invito a reflexionar, entonces sobre una Historia, tan solo para darnos cuenta que en este mundo las cosas que consideramos mas nimias son el resultante de construcciones históricas y culturales.


Reloj medieval de la Catedral de Salisbury. El día tiene veinte

y cuatro horas, y es algo a lo que todos

estamos acostumbrados. Quisiera plantearte una pregunta ¿sabes de dónde viene la forma de nombrar los horarios? Por ejemplo, cuando mencionamos las dos de la madrugada, nos referimos a las dos de la mañana y que pasadas dos horas del mediodía hablamos de las dos de la tarde. ¿Por qué entonces, a las dos de la tarde, solemos nombrarla como las catorce horas? La respuesta es sencilla, y para responder, nos vamos a remontar a los comienzos de la revolución industrial. En esos primeros días las fábricas funcionaban con una gran masa de trabajadores, y estos provenían de diferentes lugares, ya que la incipiente industria no disponía de un espacio urbano tal como hoy


se reconoce. Entonces la solución primera que se encontró para poder albergar a tanta cantidad de personas, fueron las barracas. Allí conviven en muchos casos, los empleados junto a sus familias. Y el horario del almuerzo

que disponían era de las doce del

mediodía a la una de la tarde. Todos los trabajadores, esperaban el horario de las doce del mediodía para marchar a almorzar con sus

familias

en

las

barracas

que

se

encontraban

en

las

inmediaciones de las fábricas. El anuncio para almorzar se hacía mediante 12 campanadas. La vuelta a sus labores era a la una de la tarde, por lo que la fábrica comunicaba que se reanudaban las tareas con una campanada, que marcaba la una de la tarde. Entonces quedaba establecido, que doce campanadas, marcaba las doce del mediodía y una campanada la una de la tarde. Pero en la práctica lo común era que muchos de los obreros, llegaban tarde, porque no escuchaban la campanada. Muchas veces por encontrarse distraídos con sus familias y otras por diferentes motivos. Lo cierto, era que se llegaba después del horario con la excusa de que no se escuchaba esa campanada. La solución fue sencilla. Se empezaron a dar doce campanadas más una. Por lo que quedó establecido que el retome de las actividades, se realizaba luego de sonar las trece campanadas. De allí que se acostumbro a decir, las trece horas, las catorce horas y


así sucesivamente. Una cuestión, meramente pragmática, pero que se trasladó a la sociedad como práctica habitual del horario. Ahora a quien se le hubiera ocurrido pensar que nuestra tan cotidiana una del mediodía tenía orígenes tan lejanos si lo miramos desde el presente pero sí, debemos afirmar que hay muchos estudios que no solo rescatan a los príncipes, reyes y guerreros sino que por el contrario se animan a explorar e investigar a personajes no tan comunes en lo creemos que es la Historia Política-institucional. Presentaremos entonces cuatro temáticas que nos resultan muy interesantes para intentar cambiar el lente por el cual leemos la Historia. Empecemos por un enfoque llamado la Historia desde abajo, opuesta a la Historia tradicional, uno de los exponentes más importante es un Historiador francés llamado Emmanuel Le Roy Ladurie. Esta Historia se caracteriza por poner el énfasis en un actor no tan convencional, a saber, los sectores populares, reconstruir a partir de ellos no solo su cultura y sus creencias sino también una cosmovisión del mundo particular. Se podría pensar cómo llegaron estos historiadores a develar los asuntos de la gente corriente ya que el derecho de leer y escribir, sobre todo en la época donde se sitúan las investigaciones (Edad Media) no era un elemento común en la sociedad, así que ellos debieron recurrir no sólo a los documentos en donde se creía que estaba algo así como la verdad revelada, sino que tuvieron en cuenta fuentes antes no exploradas como las actas de la Inquisición por ejemplo.


Este enfoque dio visibilidad a actores nunca antes rescatados del olvido. Otra temática que quisiéramos exponer es aquella que refiere a la Historia del cuerpo; introduciéndonos a partir de algunos ejemplos. Alguna vez te preguntaste por qué en los funerales nos vestimos de negro mientras que en otras sociedades usan otros colores o bien lo manifiestan de distinta forma, podemos acceder a estas cuestiones a partir de este enfoque. La muerte era inevitable (como todos sabemos), y estaba presente cada día en la vida del siglo XIX, el porcentaje de mortalidad infantil era altísimo y la expectativa de vida era sólo de 42 años. Para la gente de la época Victoriana, la única manera de sobrellevar la pena y la pérdida que los afectaba, era canalizar el pesar a través de alguna expresión artística, arte memorial. Se esperaba que las mujeres de este período debieran exteriorizar el pesar de la familia. Y lo hacía era a través de su manera de vestir. El color negro era el que mejor representante del luto Victoriano porque

simbolizaba

la

ausencia

de

luz.

Era

un

signo

inmediatamente reconocible de que un ser querido había pasado a mejor vida. También se sabe que la costumbre de usar negro para el luto viene de los romanos; ya que evitarían que los fantasmas de los muertos los penaran, vistiéndose de negro


Cuando alguien moría, todos los miembros del hogar (incluyendo a los sirvientes) adoptaban el luto. Las cortinas se cerraban y los relojes se detenían al momento del fallecimiento. Las carrozas y los caballos que los tiraban eran adornados con plumas de avestruz negras. A veces se contrataban a gente que caminaran en el cortejo fúnebre. Cuando se trataba del funeral de un niño, las plumas eran blancas y el ataúd también. Por otra parte el funeral de una persona pobre, tenían que ser el día domingo, en el que no se trabajaba. Sin embargo si la familia no tenía ahorrado el dinero para poder efectuar el funeral el domingo después de la muerte, el cadáver debía permanecer en la casa hasta el próximo domingo. Esta historia puede entenderse como una imposición de moda ya que fue la reina Victoria que al fallecer su esposo en 1861 impone un luto riguroso por 40 años hasta su deceso. En 1901, después de la muerte de la Reina Victoria se da comienzo al periodo Eduardiano. En parte el mundo se sacó el luto con su fallecimiento. La moda cambió y las mujeres ya no tenían que regirse por los estrictos códigos de la etiqueta Victoriana. Historiadores como Mijail Bajtin o el sociólogo Norbert Elías toman metodologías de distintas disciplinas y abordan la historia del cuerpo ya que a lo largo del tiempo este fue dividido en una


dualidad mente y cuerpo, así también como la imposición de la moda marca un habitus en la sociedad. Otra temática de esta renovación historiográfica lo constituye el campo de la microhistoria, surgida particularmente en los años setenta, definida como una práctica historiográfica. Su análisis está basado en la singularidad, esto supone que la experiencia más elemental, de un grupo pequeño de la sociedad o la de un individuo puede aclarar situaciones o problemas planteados por los historiadores y que de otra manera no pueden ser observados, es decir, toma lo particular como punto de partida para luego identificarlo a la luz de su contexto específico. Uno de los autores más importantes es el historiador italiano Carlo Ginzburg. Y finalmente la temática ultima en este breve apartado en el cual quisimos acercarte por otro lado a esta disciplina, es la Historia de la Lectura, un enfoque interesantísimo para poder observar no solo los textos que se leían en épocas pasadas sino para comprender ámbitos donde se daban esas lecturas y quiénes eran los que la hacían.

Un nuevo mundo por descubrir Nos parece interesante poder compartir con ustedes este trabajo que realizamos en conjunto con otros colegas, los temas que trataremos en esta ocasión son las nuevas formas de hacer historia, hay diversas maneras de enfocar los temas históricos


más relevantes y los que no lo son para algunos historiadores, por eso nuestro objetivo es llevarlos a conocer este nuevo orden. Comenzaremos por describir en estas nuevas formas a la Historia desde Abajo, esta manera de hacer historia tiene como objetivo hacer oír la voz de las clases no tenidas en cuenta en la versión de los hechos oficiales, pero que en su totalidad tuvieron un papel fundamental en la interpretación de determinados procesos; se trata de contar la misma historia, tal vez, pero desde un punto de vista diferente. Lo que se espera de esta forma de hacer historia es que se plasme cualquier hecho histórico pero desde las vivencias del común de la población, desde un comerciante, un soldado, una sirvienta, una cortesana o cualquier persona que pueda aportar algo sobre el hecho. Como toda disciplina tiene sus métodos de investigación, en este caso es el análisis de las fuentes no oficiales, las que no han sido tenidas en cuenta, se intenta rastrear documento que puedan ser analizados y que aporten a la investigación.


Otra de las formas de hacer historia que trataremos, es la Historia de la lectura, en esta etapa lo que nos interesa es mostrar como la lectura se transformo en un fenómeno social, como se fue modificando y llego a las distintas clases sociales, lo que los historiadores nos han querido demostrar es que mediante un exhaustivo método de investigación lograron llegar a registrar datos cuantitativos con respecto a cuanto se leía y a que se leía en épocas anteriores, logrando así a través de un método en el cual se analizan cartas de lectores que se les enviaban a los distintos autores y editores, registros de iglesias y todo documento que demuestre los tipos de lectura que se consumían. Los Historiadores realizan un registro y documentación de cada lugar en cantidad y calidad de la lectura, se sabía a través de un análisis amplio y otro más acotado de la cantidad de libros que se editaban por año, cuantos se vendían, hasta los que se realizaban en el mercado ilegal. Se hacia un estudio sobre la sociedad que consumía dichos libros. Se podía saber a raíz de notas que se hacían al margen de los libros, anotaciones, sobre las apreciaciones que realizaban los lectores de sus libros favoritos.


A continuación nos dedicaremos a redactar brevemente lo que llamamos Historia del Cuerpo, en esta instancia el objeto de estudio de esta forma de hacer historia es el cuerpo, la dualidad cuerpo-mente y la sexualidad, lo que se quiere con esta forma de hacer historia es mostrar los cambios y continuidades en la manera de

pensar el cuerpo y la sexualidad, como han ido

cambiando las concepciones de lo que se creía o pensaba acerca de esta temática, ya sea por las convenciones religiosas y filosóficas de cada época.

“En el Hombre de Vitrubio Leonardo da Vinci plasma una visión del hombre como centro del Universo al quedar inscrito en un círculo y un cuadrado. El cuadrado es la base de lo clásico: el módulo del cuadrado se emplea en toda la arquitectura clásica, el uso del ángulo de 90º y la simetría son bases grecolatinas de la arquitectura. En él


se realiza un estudio anatómico buscando la proporcionalidad del cuerpo humano, el canon clásico o ideal de belleza.” “En

este

dibujo

representa

las

proporciones

que

podían

establecerse en el cuerpo humano (por ejemplo, la proporción áurea). Para Leonardo, el hombre era el modelo del universo y lo más importante era vincular lo que descubría en el interior del cuerpo humano con lo que observaba en la naturaleza.” En historiografía el método y las fuentes de donde sacamos la información son sumamente importantes, es así que la historia del cuerpo se analiza a través de fuentes como por ejemplo fotografías de época, textos literarios, registros médicos y forenses, a partir de técnicas antropológicas, psicoanalíticas, sociológicas, etnográficas se pueden determinar las características de esta modalidad. La Microhistoria está representada por el estudio de un tema en particular, de algún lugar, acontecimiento o comportamiento de alguna sociedad, radica en el estudio de fuentes, documentos oficiales, registros contables, o documentación de particulares que ayuden al análisis requerido, por lo general son utilizados métodos que provienen de la antropología. Para el análisis de las particularidades de cada fenómeno esta disciplina se apoya en el uso de tales como registros de ferias,


contables fuentes, bibliotecas y toda documentación particular que sirva a los efectos, la Microhistoria se realiza un trabajo minucioso a los documentos y una descripción densa, sobre todo realiza un gran trabajo de campo, lo que le permite reconstruir

de

manera

muy

completa su trabajo, reduciendo la información de tal manera que se puede medir y se pueda realizar una escala de cada situación. Así el historiador dará cuenta de los pormenores del hecho, persona o lugar investigado, y tal vez, esa es la idea, puedan reconstruir la mentalidad, el porqué de tal o cual actitud de su cultura, frente a los hechos o comportamientos sociales. Esperamos haber iluminado sus mentes un poco con esta manera breve de representar las distintas formas de hacer historia. Confiamos en que hayan ampliado aunque sea un poco más su rango de conocimiento.


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