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FEl virus COVID-19 ataca a las partes vulnerables de la industria
Las Naciones Unidas han adoptado el período comprendido entre 2019 y 2028 como el Decenio de la Agricultura Familiar. En 2015, los estados miembros de la ONU adoptaron un conjunto de Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para erradicar la pobreza y el hambre, así como proteger el medio ambiente mundial, con objetivos específicos que deben alcanzarse para 2030. Al lograr los ODS, esta vez los miembros reconocieron importancia del rol de las granjas familiares, que producen la mayor parte de los alimentos del mundo. La ONU ya se había centrado en las granjas familiares en 2011, cuando declaró 2014 Año Internacional de la Agricultura Familiar. Su objetivo era elevar el perfil de la agricultura familiar al atraer la atención mundial a su importante papel en la erradicación del hambre y la gestión de los recursos naturales. Según "El estado de la agricultura y la alimentación 2014: innovación en la agricultura familiar", un informe elaborado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, las granjas familiares "son, con mucho, la forma de agricultura más prevalente del mundo". Las estimaciones sugieren que producen más del 80 por ciento de los alimentos del mundo en términos de valor. Además de proporcionar seguridad alimentaria y nutrición a nivel mundial, las granjas familiares están desempeñando un papel vital en una amplia gama de áreas tales como la protección del medio ambiente y la biodiversidad y la revitalización de las áreas regionales. A medida que se aceleran los flujos mundiales de personas, bienes y dinero, la agricultura familiar recibe más atención a medida que el fundamentalismo de mercado y la liberalización del comercio están llegando a sus límites. El crecimiento de la agricultura comercial a gran escala condujo a la ampliación de las brechas entre las granjas grandes y los que se quedaron atrás los tiempos. El desarrollo excesivo de la tierra destruyó los ecosistemas, haciendo que el medio ambiente global y la sociedad misma fueran vulnerables. La sensación de crisis sobre la situación actual ha llevado a la ONU a idear ODS. El riesgo y las presiones que afectan la cadena de suministro de alimentos a nivel internacional debido al brote de COVID-19, no deben subestimarse en lo más mínimo. A pesar de los mejores esfuerzos de China para contener el virus, sus efectos ya están afectando a las partes más vulnerables de la industria. Hasta finales del mes de febrero, todavía hay interrupciones severas en los horarios de los transportes aéreos y marítimos, mientras que Wuhan, provincia de Hubei, un importante centro económico, todavía mantiene el cierre de fábricas y esto está causando escasez de materiales y productos. Además de la recesión natural causada por las celebraciones del Año Nuevo lunar chino, los recortes en el suministro de productos agrícolas y pesqueros generaron una reducción inmediata en los servicios brindados por las principales empresas de transporte. El envío de contenedores ha sido aparentemente el más afectado. Un estudio realizado por Vessels Value (VV) utilizando tecnología de rastreo satelital, mostró en tiempo real que la demanda de petróleo crudo por parte de China transportado por mar desde el Medio Oriente, en las últimas semanas ha caído por un precipicio. El estudio evidencia que la demanda ha caído casi a cero desde un promedio de 3,42 mil millones de toneladas por día en el 2019. El estudio también indica que la compra y venta de embarcaciones casi se ha detenido por completo. Las construcciones de nuevos edificios (que ocurren principalmente en Asia) sino se han detenido bien se han retrasado debido a la fuerza laboral inactiva, las tarifas de fletes (ganancias debidas al transporte marítimo) han bajado sustancialmente. Importaciones de Japón El brote de coronavirus en China también podría afectar los menús en Japón. Es bien sabido que China es el mayor proveedor extranjero de verduras de Japón, y las importaciones también se han desplomado. El ministerio de agricultura dice que las importaciones de cebollas procesadas cayeron un 88 por ciento en la primera semana de febrero. Las importaciones de puerro cayeron un 81 por ciento y las zanahorias un 76 por ciento. El ministro de Agricultura, Taku Eto, dice que todavía hay existencias en el país, por lo que el impacto no debería ser demasiado grande a corto plazo. Pero acotó que los precios podrían comenzar a subir si la caída de las importaciones continúa, Taku Eto se ha comprometido a monitorear la situación cuidadosamente.
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Los precios internacionales de los productos agrícolas y los productos alimenticios están fluctuando violentamente, y el mundo se ve afectado por desastres a gran escala provocados por el cambio climático. Japón está experimentando una sociedad que envejece, una disminución de la población en edad de trabajar y una grave despoblación, principalmente en las comunidades rurales. La nación corre el riesgo de no poder lograr una agricultura sostenible, con su tasa de autosuficiencia alimentaria baja y su industria agrícola debilitándose. Ahora es el momento de destacar, apoyar y utilizar el poder de la agricultura familiar, que ha sido continuamente la base de la agricultura.
Seminarios y eventos de capacitación
Como medida de contención del brote del virus COVID-19, el gobierno de Japón y los comités de organización de las principales ferias agropecuarias y pesqueras, han decidido cancelar temporalmente las actividades que tenía previstas, como ferias, exposiciones, jornadas formativas y otro tipo de eventos que implique la concentración de personas.