Embutidos Espina 1911-2011. 100 años

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Embotits Espina 1911– 2011 Cent anys

Santi Ponce i Vivet, Universitat de Vic




Embotits Espina 1911–2011 Cien aùos

Santi Ponce i Vivet, Universitat de Vic


Primera edición – Vic, diciembre de 2011 Edición: Embotits Espina, SAU C. Ripoll, 57 –Pol. Industrial Mas Beuló – 08500 Vic (Barcelona) Tel. 34-938862622 – infor@e-espina.com Textos: Santi Ponce i Vivet (Universitat de Vic) Con la colaboración d’Anna Gorchs Traducción al castellano: Ariel Cavilli Fotografías: Arxiu familiar / Arxiu Embotits Espina, S.A.U. / Col·lecció de fotografia històrica de l’Ajuntament de Vic, Arxiu Comarcal d'Osona (ACOS) / Ajuntament de Vic / Bàrbara Ylla / Oriol Molas / Bibliografia Diseño: Dadà Comunica Impresión: Divermat Digital, SL Coordinación: Ildefons Espina © de esta edición: Embotits Espina, SAU © de los textos: los autores respectivos © de las imágenes: los autores y los archivos respectivos DL: B-42458-2011

Agradecimientos: Arxiu i Biblioteca Episcopals, Arxiu Comarcal d’Osona, Arxiu Municipal de Vic, Museu-Sala de l’Embotit de Castellfollit de la Roca. Nuri Bartrina, Gemma Blanc, Mariano Bosch, Ariel Cavilli, Joaquim Comella i Bover, Joaquim Comella i Riera, Jordi Espina, Josefina Espina, Juli Espina, Marta Espina, Miquel Espina, Rosa M. Espina, Josep M. Font-Espina, Rafel Ginebra, Xavier Guilemany, Mònica Jaume, David Macià, Núria Oliver, Nativitat Ordeix, Francesc de Rocafiguera, Joan Sala, Jordi Serra, Angelina Verdaguer, Lluís Vergés i Jordi Vilamala.


Embotits Espina 1911–2011 Cien aùos

Santi Ponce i Vivet, Universitat de Vic


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Exemplar de llangonissa reeditada en motiu del centenari de l’empresa respectant l’estètica de l’època i utilitzant la gràfica de l’etiqueta original. (Embotits Espina, 2011)

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Salutación Muy Honorable Artur Mas i Gavarró, presidente de la Generalitat de Catalunya Embotits Espina: cien años fent paísa Es para a mí un placer felicitar a la empresa Embotits Espina con motivo de su centenario. Celebrar cien años de existencia es un orgullo para sus responsables, la familia Espina, que con esfuerzo y tenacidad ha hecho posible este proyecto empresarial de éxito; pero lo es también para los trabajadores, para los ciudadanos de Vic, donde están las raíces de la empresa, y para la comarca en general. Los catalanes tenemos una tradición de gente de empresa que ha sido capital para hacer un país emprendedor, y Embotits Espina es un buen ejemplo de ello. Seguro que a lo largo de estos años la empresa ha pasado por momentos mejores y por otros peores, pero es superando estos últimos, y no encogiéndose ante las dificultades, cuando se hacen patentes valores tan presentes en la sociedad catalana como el trabajo, la eficiencia y la constancia. Y así lo ha hecho la familia Espina.

a La expresión “fent pais” puede ser interpretada como: haciendo crecer nuestro país, cultivándolo, desarrollándolo. Muchas cosas que en castellano se dan (un beso, por ejemplo) o se toman (un café, por ejemplo) en catalán, se hacen. El verbo “fer” está dotado, pues, de un contenido vasto y se utiliza asociado a la idea de engendrar, crear, producir, dar existencia a alguna cosa, hacer crecer algo, brotar, formar, plantar... La expresión “fer país” hace referencia a unos lazos comunitarios, histórico-tradionales y de pertenencia ligados a la tierra y a la patria.

No es insignificante que sea ya la cuarta generación quien dirija la empresa, porque este hecho habla de la voluntad del fundador de Embotits Espina por crear un proyecto que tuviera recorrido en el futuro, mas allá de las especulaciones. Y también habla de la imaginación, del ímpetu y de la valentía de una familia que ha apostado desde hace tiempo por abrirse al mundo, que es una de les claves para que las empresas puedan superar los momentos difíciles que vivimos actualmente. Como presidente de la Generalitat no puedo sino alentaros para que continuéis en esta línea ya que sois un modelo para el conjunto del país. En estos momentos de incertidumbre sois el ejemplo que, si Cataluña y los catalanes tenemos confianza en nosotros mismos, el futuro puede ser esperanzador.

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Elogio del cerdo Pep Palau, gastrónomo y director del Fòrum Gastronòmic

Foto: Adrià Costa

El seny o sentido, interpretable también como cordura, es la ponderación mental; o sana capacidad mental que predispone a una justa percepción, apreciación, comprensión y actuación. Probablemente, la palabra tiene su origen etimológico en el vocablo sensus, en latín, "sentido". El seny es un icono de la cultura catalana y se fundamenta en costumbres y valores ancestrales que definían el “sentido común” en base a unos valores imperantes en la Cataluña tradicional impregnada de una moral cristiana. La rauxa, el otro valor icónico de la cultura catalana, puede entenderse como aquello opuesto o contradictorio al seny. Significa ardor, furia, pasión, arrebato; es una determinación súbita, un pensamiento caprichoso. En el marco tradicional catalán, el debate seny-rauxa se podría definir como una lucha entre la virtud y el pecado, acaso plasmado en la lucha (mítica) entre Sant Jordi y el dragón.

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Los catalanes llevamos al cerdo gravado en la memoria. El lugar que ocupa en nuestras tradiciones es central y el papel que le otorgamos en nuestra alimentación es tan importante que, por más que cambien las modas y evolucione la cocina, es insustituible. Tenemos al animal encima del altar de los manjares más sagrados y colocamos encima de un pedestal las delicias que nos regala. La gente de este rincón del mundo nos deleitamos comiendo cerdo. Los catalanes en general, pero de manera particular los osonenses seguro que no dudarían en hacer subir al cerdo, antes que cualquier otro animal, al Arca de Noé. Veneramos al cerdo de tal manera que nos cuesta entender que haya gente de otras culturas, bien sea por creencias religiosas, por preceptos dietéticos o por falta de tradición, que lo ignoren o lo menosprecien. Romanos y celtas lo han adulado, árabes y judíos lo han rechazado. Todo es respetable, sí naturalmente, pero no saben lo que se pierden de bueno aquéllos que se abstienen del cerdo en su dieta. El cerdo es un tesoro. “Mañana mataremos al cerdo”, decía el Doctor Thebussem; y añadía, “el cerdo es el único animal doméstico que sólo sirve para alimentarse”. Dice el tópico que del cerdo se aprovecha todo. Josep Pla atribuía este hecho al sentido práctico y económico de los catalanes; seguramente algo habrá de cierto. La capacidad de sacar partido de todas las partes del animal, con ingenio y buen gusto, hace el resto. Valoramos el solomillo, el lomo –mejor si es de dos colores-, la cabeza del lomo y los jamones, que son las piezas nobles. Pero somos gente de graso y magro, suspiramos por una chuleta y por rebañar la costilla, y una buena –con alubias como es debido- nos hace quitar el sombrero. También codiciamos garrones y pies, morro y oreja y menudos al por mayor, que hacen platos para mojar el pan, de desayunos opíparos, de sentimientos cálidos y recuerdos tiernos. El cerdo nos da, sin embargo, mucho más que viandas para cocinar. Porque como recordaba el eminente Llorenç Torrado “la personalidad del cerdo es amplia y más sutil de lo que parece cuando nos lo miramos como una despensa con patas”. La despensa es el espacio de culto del cerdo. Si quizás buscáramos una expresión, es el seny i la rauxab, la que mejor define nuestra manera de ser. Hemos confitado, previsores, en un lecho de manteca de cerdo, las piezas


de la matanza; hemos guardado, al mismo tiempo, bulls y bisbesc de todo tipo y hemos colgado somallesd y fuets y el divino salchichón. Decía Manuel Vázquez Montalbán, en el año 1979, que después de los alemanes, los embutidos que gozaban de más fama eran los catalanes. Tres décadas más tarde, en pleno auge de la cocina catalana, me atrevo a afirmar que, gracias al buen oficio de tocineros y charcuteros, aspiramos al liderato. Pero eso es harina de otro costal.

Bull es el embutido elaborado rellenando la tripa del intestino grueso (de 55mm a 75mm) con carne magra de cerdo, papada, panceta, sal, especias y a veces sangre. Bisbe es el embutido hecho con cortezas del cerdo, carne magra, sangre, sal y pimienta negra, embutido en el mismo tipo de tripa que el Bull.

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La somalla y la secallona son términos sinónimos que designan un embutido seco de la familia de los madurados, como el salchichón o el fuet. Somalla es un término que hace referencia a su aspecto, puesto que somall significa cosa seca y medio deshidratada. El término "secallona" alude a su apariencia mustia y seca. Está hecha de carne magra de cerdo, generalmente condimentada con sal y pimienta molida, que se embute en una tripa delgada. En lo que respecta a su aspecto, la secallona y la somalla son alargadas y, a diferencia del fuet, suelen ser más delgadas en el centro y la tripa es seca y sin moho.

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Presentación Juli Espina i Ordeix, director general de Embotits Espina, SAU

e Es un valle, un plano contenido entre montañas. Se refiere a la Plana de Vic.

Hace referencia al mas dels Espina, la casa de los Espina, la casa de la familia Espina.

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Ahora hace más de un siglo que Alfons Espina decidió adentrarse en ese mar de niebla que a menudo cubre la Planae y que siempre había contemplado a vuelo de pájaro desde l’Espinaf. Alfons Espina y Agnès Sardà escogieron instalarse en Vic y dejarse llevar por lo que se hacía en esta tierra: embutidos y salchichones. El obrador plantado en la calle Nou echó raíces con fuerza y impulsó a una empresa que ha pasado de padres a hijos hasta hoy. Desde entonces, la fábrica lo ha impregnado siempre todo y ha ido creciendo como un miembro más de la familia. Ha pasado angustias y buenos momentos, y casi siempre ha devuelto aquello que ha tomado. Desde estas páginas la familia Espina quiere expresar el respeto y la admiración por las vidas de sus antepasados, pero también una inmensa gratitud a toda la gente que ha colaborado con la empresa o ha participado en ella de alguna manera: desde el círculo más íntimo de la familia hasta el cliente anónimo que ha confiado en nuestros productos, y por descontado, a los proveedores, a los trabajadores y profesionales que allí han trabajado. El centenario es también una buena ocasión para reflexionar sobre el devenir histórico y la apuesta de futuro de la empresa. Embotits Espina, que ha sabido adaptarse y rehacer en muchas ocasiones, deberá saber leer de nuevo el presente para darle respuesta.

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Índice

Introducción . El salchichón y los embutidos en la plana de Vic, una larga tradición Los orígenes La casa de pagès y la matanza del cerdo El salchichón, el rey de la despensa Salchichón e industrialitzación. “El Salchichón de Vich” La reorientación del campesinado

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1. Alfons Espina i Garriga: fundación e impulso (1911-1937) Los precedentes Los inicios. El obrador de la calle de Manlleu El crecimiento. El obrador de la calle Nou

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2. Ramon Espina i Sardà: crisis y recuperación (1937-1975) La Guerra Civil y la postguerra: crisis y estancamiento El redireccionamiento de la empresa La encrucijada de 1960: del salchichón al jamón cocido

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3. Miquel Espina i Claveras: expansión y reorientación (1975-1993) La nueva especialización De la calle Nou al polígono Mas Beuló: la modernización de la empresa Un equipo de profesionales

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4. Juli Espina Ordeix: internacionalización y diversificación (1993-2011) La cuarta generación al frente de la empresa Nuevas instalaciones para nuevos productos: el lonchado Embotits Espina se abre al mundo: internacionalización y calidad Un amplio catálogo de productos

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Anexo Historia gráfica. Los profesionales y las secciones. Gracias a todos

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Vista panorámica de la ciudad de Vic desde el Castell d’en Planas. En primer lugar, a la derecha, la plaza de toros y a la izquierda, la fábrica de salchichones de Pere Abel. Comienzos del siglo XX. (Cabana, 1992-1994)

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Introducción. El salchichón y los embutidos en la plana de Vic, una larga tradición


Introducción. El salchichón y los embutidos en la plana de Vic, una larga tradición

Santi Ponce i Vivet, Universitat de Vic

Actualmente, la industria alimentaria en la plana de Vic es uno de los sectores más dinámicos de Cataluña y España. Es, a la vez, uno de los principales motores económicos de la comarca, si tenemos presente que le aporta un tercio de su riqueza económica. De entre la industria agroalimentaria destaca el sector cárnico y la producción de embutidos1 y derivados del cerdo, con empresas emblemáticas como Cárnicas Osona, Cárnicas Solà, Casa Tarradellas, Cuits Erre, Embotits Artesans Can Duran, Embotits Espina, Embotits Monells, Embotits Salgot, Industrias Cárnicas Montronill, La Piara, Mafriges, Marc Joan, Patel, Sala de Desfer y Magatzem Frigorífic J. Viñas, entre otros. Recientemente, la apertura de los nuevos ejes viarios que unen Vic con las comarcas del Segriá, el Bages, el Gironès, el Ripollès y la Garrotxa ha contribuido a consolidar un poderoso clúster industrial del sector cárnico en la zona. Toda esta realidad tiene sus orígenes en los cambios que se produjeron durante la segunda mitad del siglo XIX y primer tercio del XX. Es necesario tener en cuenta que sin la modernización y la nueva especialización del campesinado de entonces, sin la revolución de los transportes que significó la introducción del ferrocarril o sin la aparición de una industria moderna de los embutidos en nuestro país, el paisaje económico y social actual sería radicalmente diferente.

1 En el año 1985, excluyendo el caso excepcional de Barcelona, Osona era la comarca con más industrias del cerdo de Cataluña con 60 marcas registradas (Torrado,1985: 116-117)

Este año hace cien años que Alfons Espina decidió abrir un obrador de salchichones en la ciudad de Vic y se hizo un lugar en el seno de una industria emergente. Un siglo más tarde, de la quincena de marcas registradas a principios del siglo XX han sobrevivido cuatro, de les cuales solamente Embotits Espina y Riera Ordeix se han mantenido bajo el control de la familia que las creó. El hecho de que Embotits Espina perdure como empresa familiar ha sido posible gracias al esfuerzo de cuatro generaciones que la han sacado adelante. Hoy día ese pequeño obrador fundado por Alfons Espina se ha convertido en una empresa de dimensión considerable y con una clara proyección internacional. Con una facturación de casi treinta millones de euros anuales, ocupa la tercera posición del ranking de empresas productoras de embutidos y derivados del cerdo de la comarca.

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Los orígenes Néstor Luján nos recuerda que las primeras referencias escritas sobre el consumo de carne de cerdo en la península ibérica proceden de los historiadores clásicos griegos y latinos: Nos hablan de su pescado, alaban el aceite, enaltecen los vinos y recuerdan, con deleite y glotonería, los jamones. El poeta Marcial, nacido en Bilbilis, cerca de Calatayud, al hablar de la Roma de los jamones, alaba a los de Ceretania, es decir, a los de la actual Cerdaña. No olvidemos que para entonces, en la península existía un cerdo en estado medio salvaje, y en Cataluña, donde la vegetación boscosa era toda a base de robles y encinas, estos animales debían ser muy abundantes. Pastaban por los bosques, se alimentaban en el invierno en los corrales y la matanza debía ser una gran fiesta de la cual quedan descripciones -Caton hizo una-. (Comella, 1992: 4)

Grabados de un cerdo y de la muerte del cerdo según un lunario del siglo XVII. (Amades, 1983)

La casa de pagès no es sólo una casa de campo o una granja. Es una construcción aislada, ligada siempre a una explotación agraria o ganadera de índole familiar. El pagès tradicionalmente es definido sociológicamente como el miembro de una comunidad en una sociedad agraria o rural.

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A casa nostra significa en nuestro país. El país se entiende como una gran casa, como una gran familia.

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Por estas referencias clásicas mismas y por estudios arqueológicos, también sabemos que los íberos ya elaboraban derivados del cerdo, como por ejemplo los jamones, antes que llegasen los comerciantes griegos y los conquistadores romanos. En la alta edad media, el dominio sarraceno de la península Ibérica iniciado en el año 711 proscribió el cerdo. Quizás por eso devino en un nuevo signo de identidad religiosa por parte del cristianismo que, desde los contrafuertes de los Pirineos, inició la conquista de los territorios ocupados. Sea como fuera, los derivados porcinos fueron incorporados en la base de la alimentación popular, tal y como reseña Francesc Eiximenis en la obra Com usar bé de beure e menjar. En los recetarios medievales del Llibre de Sent Sovi, de autor anónimo, del siglo XIV y el Llibre de Coch, del maestro Robert, del siglo XV, el tocino y otros productos del cerdo aparecen utilizados ampliamente (Dolcet, 2010: 20). A partir del barroco, los embutidos y otros derivados del cerdo aparecen citados en los recetarios escritos por los monjes, y desde el siglo XIX hasta hoy día forman parte de los recetarios tradicionales.

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La casa de pagès g y la matanza del cerdo A Casa Nostrah, la tradición obliga a que aquel cerdo que les cases de pagès criaran a lo largo del año, fuese sacrificado coincidiendo con los primeros días fríos del otoño, entre San Martín (el 11 de noviembre) y las fiestas de Navidad. Así lo recoge el cancionero popular: “Si vols passar un bon Nadal, tingues un bon porc en sal.”

Si pasar quieres una buena Navidad, ten un buen cerdo en sal. “Per Nadal, sang de porc al rieral.”

Cuernos de vaca y embudo utilizados para embutir. (Museu de l'Embotit)

Para Navidad, sangre del cerdo en el arroyo. “Per Nadal, posarem el porc en sal.”

Para Navidad, pondremos el cerdo en sal. "Per Nadal, tot porc matarás estigui magre o estigui gras.”

Para Navidad, Todo cerdo matarás, esté flaco o esté gordo. La matanza y el hecho de salar el cerdo para conservarlo, pues, devenían en un ritual importante en el ciclo del año del campesinado catalán (pero también en los pueblos y en las calles de las ciudades), porque reunía familiares y amigos que se disponían a preparar la conserva de la carne del cerdo que no se consumía en crudo para tener la despensa llena el resto del año. Las casas importantes mataban tres o cuatro cerdos o, incluso, alguno más. Entre la gente de la Plana se juzgaba la importancia de las casas por el número de cerdos que mataban. El significado de una despensa bien provista de viandas y salchichones tomó fuerza con el refrán popular “lligar els gossos amb llonganisses” (atar a los perros con salchichones) como concepto ponderativo de abundancia, y fue porque el salchichón devino en un icono cultural de la riqueza y el bienestar. Es necesario recordar que en muchas cases de pagès sólo llenaban la despensa con segundas o terceras calidades, que del cerdo se aprovecha todo, mientras que las partes más apreciadas del animal, los jamones, las paletas y los lomos se vendían en el mercado de Vic, donde a menudo eran compradas por charcuteros (llonganissaires) de la ciudad como materias primas, con las cuales elaboraban los salchichones en sus obradores picando la carne, amasándola y embutiéndola. Así nos lo recuerda Josep M. Solá i Sala:

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Zurrón de herramientas para la matanza del cerdo. (Museu de l'Embotit)

Cerámica donde se representa la matanza del cerdo. Comienzos del siglo XIX. (Museu de l'Embotit)

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Una vez hecha la matanza del cerdo, el campesino se quedaba con las partes menos nobles del cerdo: el tocino, los chicharrones, la sangre, el hígado, el costillar, la oreja, el morro, la cabeza y la pata. El resto- el jamón, la paleta, el lomo...- era el oro rojo sangrante de la masia i. Eso seria vendido en el mercado de Vic. (Comella, 1992: 16)

En la matanza del cerdo participaba toda la familia. Principios del siglo XX. (Josep Palmarola, ACOS)

Los embutidos que se preparaban, juntamente con la manteca de cerdo, eran de gran utilidad para poder pasar el frío riguroso de los largos inviernos de la plana de Vic, donde el dicho habla de “nueve meses de invierno y tres de infierno”. Las viandas, que elaboraban exclusivamente las mujeres de la casa, encabezadas por la mocadera j, eran muchas y variadas, según el tipo de intestino donde se embutían y si se hacía con carne cocida o cruda, pero siempre sazonado con sal y pimienta negra. Así, había salchichones culares, semiculares y rizados; butifarra cruda, cocida, blanca, negra o con huevo; bisbes o bulls con sangre o sin sangre; fuets y otros embutidos, pero también jamones, bayonas, lomos adobados, etc.

Matanza del cerdo en la masoveria del Pujular de les Masies de Roda, año 1955. (Castellà, 2008)

El salchichón, el rey de la despensa

El concepto de masia está intimamente ligado a la casa de pagès. Implica una manera de gestionar y estructurar el territorio a la cual la casa está indisolublemete ligada, pues es lo que le da sentido. El mas es, pues, la explotación agraria tradicional constituída por la masia, con un bosque, pasturas y tierras de cultivo adscritas.

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Mocadera es la mujer encargada de lavar las entrañas del cerdo, y conocedora de los distintos procesos de elaboración de cada uno de los embutidos derivados de la matanza del cerdo. Moca (en catalán) son las entrañas y mocadera es el oficio especializado para preparar las tripas del animal para luego hacer embutidos.

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De todas las conservas mencionadas, la más valiosa por sus características organolépticas y por su sabor inconfundible, era y continúa siendo el salchichón (en catalán, llonganissa), y el de Vic, concretamente, tomó vuelo en todas partes y es reconocido como un gran manjar desde hace siglos. Etimologia de la palabra "llonganissa" Desde un punto de vista etimológico, el término catalán llonganissa tiene su origen en el latín vulgar lucanica, comentado así, según Joan Coromines, porque los embutidos romanos más valorados procedían de la provincia de Lucania, cerca de Roma. Otras teorías apuntan a que la palabra llonganissa puede haber tomado el nombre del intestino empleado para embutirla, ya que se trata del más largo (long). Por el contrario, el castellano salchichón, procede del latín salsicia. Para su elaboración se empleaba la carne magra del cerdo procedente de los jamones y las paletas y el lomo de cerdos adultos de más de 100 quilos. La carne, libre de tendones y de venas, se tritura y se mezcla con el tocino cortado en

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dados. Después, se sazona con sal y pimienta negra, llamada Singapur a causa de su origen. La mezcla resultante se embute en los intestinos más largos y regulares del cerdo denominados culares. Una vez acabado el proceso de elaboración, se cuelga en un lugar fresco y ventilado de la casa, preferentemente las buhardillas, durante un período que va de los seis a los ocho meses. En ese momento la curación del salchichón depende del clima y de la mano experta y dispuesta del charcutero, que es fundamental para regular el frío, la niebla, el soleado y la humedad, buenos aliados del embutido en su proceso de maduración. Parte de esta creación resultante procede de la fermentación que genera la flora bacteriana favorecida por la famosa niebla de Vic, la pubillak de la comarca. El resultado de todo el proceso artesanal es un embutido de alta calidad y valor nutricional, elogiado y reconocido en todas partes. Joaquim Salarich, en la publicación El Salchichón de Vic, del año 1870, afirmaba:

Óleo del siglo XVII donde se reproduce la elaboración de embutidos en Flandes, una práctica que, como en Cataluña, también es habitual en la Europa atlántica. (David Teniers "Sausage Making", The Grohmann Museum, colección "Man at Work", Milwaukee, Wisconsin)

El cielo ha concedido ciertamente un beneficio al hacer que los salchichones secados dentro de un radio bien determinado y bastante circunscrito tomen un aroma y gusto especial que no se puede encontrar en ningún otro lugar. El salchichón de Vic ya estaba presente en las principales ferias y exposiciones internacionales más valoradas de la segunda mitad del siglo XIX y del primer tercio del siglo XX, como por ejemplo la de París de 1855 o la de Filadelfia de 1868. También era alabada en poemas y obras de teatro y degustada en los restaurantes más selectos. Josep M. Solà i Sala menciona a un incondicional del salchichón de Vic: Uno de los enamorados del salchichón de Vic fue el propio Alfonso XIII. El Monarca, en sus visitas a Vic cumplía siempre los tres preceptos. Visita al obispo, a la Catedral y a una fábrica de salchichones. (Comella, 1992: 26) Alfonso XIII visitó varias veces la ciudad de Vic. En su primera estancia, en noviembre de 1908, se hospedó en el Palacio Episcopal y visitó la fábrica de salchichones de Joan Torra, proveedor oficial de la casa real. El mismo Josep M. Solà Sala lo describe: Después del paseo arqueológico por el Museo y el Templo Romano, el rey y su séquito visitaron la fábrica de salchichones de Joan Torra, donde una hilera de embutidos envueltos en papel de estaño, dibujaban el nombre del Rey. (Solà 1980)

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Picadora de carne Alexanderwerk, marca alemana habitual en los obradores catalanes de comienzos del siglo XX. (Museu de l'Embotit)

Metafóricamente, pubilla hace referencia a lo más preciado; se trata la niebla como la hija (mayor) de la comarca. La primogénita, y por ende heredera, es concebida como lo más valioso porque el que se casa con ella se casa también con el patrimonio heredado de su familia. El concepto de pubilla está íntimamente relacionado al del hereu, explicado en la nota “n”.

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Algunos dichos relacionados con el cerdo "Per Sant Martí, mata el porc i enceta el vi"

Para San Martín, mata el cerdo y abre el vino "Per Nadal, el porc en sal"

Para Navidad, el cerdo en sal "Per Sant Tomás, agafa el porc pel nas"

Para Santo Tomás, coge el cerdo por el morro "Mata el porc pel gener, si vols que es conservi bé"

Mata el cerdo para enero, si quieres que se conserve bien "Qui té nou porc a la salera, bon Nadal se li espera"

Quien tiene nueve cerdos en el cajón de la sal, buena Navidad le espera l La colònia era un conjunto de instalaciones industriales separadas de los núcleos de población, con casas para obreros y encargados, iglesia, escuela, economato y otras dependencias. En Cataluña, y en general en sus orígenes en Gran Bretaña, este tipo de instalaciones industriales estuvo relacionado con el sector textil, de allí que también se conozcan como colonias textiles.

"Al·leluia, al·leluia, qui no mata porc no menja xulla"

Aleluya, aleluya, quien no mata cerdo no come tocino "Qui té hort i porc, tot l’any té bon conhort"

Quien tiene huerto y cerdo, todo el año tiene consuelo "Del porc, fins la cua és bona"

Del cerdo, hasta la cola es buena "A cada porc li arriba el seu Sant Martí"

En el año 1833 se ponía en funcionamiento en la calle Tallers de Barcelona la fábrica textil Bonaplata Rull Vilaregut i Cia, la primera de España accionada con un motor de vapor. 2

A cada cerdo le llega su San Martín (Dolcet, 2010: 22)

Salchichón e industrialización. El "Salchichón de Vich” Precisamente el desplazamiento de la industria hacia las poblaciones cercanas bañadas por el Ter (Manlleu, Roda de Ter, San Quirico de Besora, entre otras) llevó la economía de la ciudad de Vic a una cierta decadencia porque la ciudad no disponía de la fuerza hidraúlica necesaria. La industria curtidora y la de los embutidos suplió, en parte, esta languidez vicense, hasta que la llegada de la electricidad a comienzos del siglo XX permitió superar el déficit energético de la ciudad.

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Las primeras referencias escritas de la llonganissa de Vic aparecen en el año 1456, aun cuando los estudiosos retroceden hasta mediados del siglo IV para encontrarle su origen, cuando se elaboraba en las masies de la comarca a partir de unos cerdos negros autóctonos que actualmente ya han desaparecido. Sin embargo, no es hasta mediados del siglo XIX, cuando se comenzaron a producir industrialmente. La revolución industrial iniciada en Cataluña en el año 18332 de la mano de la industria textil, comportó una progresiva transformación del conjunto

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de la economía y de la sociedad del momento. En la plana de Vic, esta transformación se aceleró la segunda mitad del siglo XIX con la proliferación de fábricas y de colònies l industriales, que aprovechaban las aguas del río Ter 3 como fuente energética alternativa al vapor una vez confirmado el fracaso de las explotaciones de carbón de hulla de Ogassa y de Surroca, en el Ripollès. Paradojalmente, la construcción de la línea ferroviaria, que tenía que proveer de carbón a los vapores textiles de la área de Barcelona y de las comarcas litorales vecinas, permitió a la industria de Osona proveerse de algodón en rama procedente del puerto de Barcelona y, a la vez, transportar los hilados y tejidos acabados procedentes de las fábricas del río y de las colònies hacia la capital catalana. A su vez, el crecimiento demográfico, la especialización en el sector secundario de la población y el crecimiento urbano estimularon el desarrollo de una notable industria agroalimentaria. Este sector introdujo nuevas tecnologías en los procesos productivos y se aprovechó de la revolución de los transportes, favorecida por la construcción de la red viaria básica (en 1850 llegó a Vic la nueva carretera que unía la capital con Barcelona) pero, sobre todo, ferroviaria (la llegada del tren en Vic data de 1875) para comercializar una producción masiva y estandarizada. A mediados del siglo XIX, comerciantes como Josep Riera Font, fundador de la casa Riera Ordeix, y su fijo Pau Riera Ordeix, conocido como Pau Muleta, compraban salchichones tiernos elaborados de forma tradicional por pagesos de la comarca, las secaban en su establecimiento y las ponían a la venta. Otros comerciantes destacados de este período inicial fueron Francesc Teixidor, B. Marquet y J. Oriol, Félix Vivas, Segimon Andreu, Antoni Ricart, Pere Monner, Ramon Vilardell. Muchos de estos tratantes acabarían montando pequeños obradores y serían los futuros industriales del salchichón. Así pues, el proceso industrial de elaboración del salchichón de Vic se inició a través de los capitales de origen comercial acumulados. A la memoria premiada con el título de socio honorario del Círcol Literari de Vic del año 1870, y titulada El Salchichón de Vic, Joaquim Salarich exponía sobre la conveniencia de desarrollar esta industria en la plana de Vic por la idoneidad del clima. La memoria se resuelve a manera de preguntas que el mismo autor responde, la primera de les cuales no puede ser más oportuna: Señalar una o más industrias que por las condiciones climáticas y topográficas de esta población y demás circunstancias especiales, desarrolladas en grande

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Fábrica a vapor de Pujol i Casacuberta de Barcelona donde el árbol de transmisión del mecanismo transmite la energía a los telares. Año 1915. (Cabana, 1994)

Obrador de la fábrica de Josep Sendra, en el Portalet. Década de 1910. (Joan Sendra de Mas, ACOS)

Fábrica de Joan Riera, construída en 1882 en la carretera de Gironella y de estilo modernista. Año 1905. (Josep Palmarola, ACOS)

Fábrica de Joan Torra en la calle Bisbe Morgades, posteriormente convertida en industria harinera, y de estilo modernista. Década de 1920. (Cabana, 1994)

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escala, pueden ser un poderoso elemento de riqueza en esta comarca, fijando los medios más adecuados a su realización. (Salarich, 1870: 5) Clara insinuación del autor sobre las prometedoras posibilidades de la industria del salchichón. A finales del siglo XIX, muchos obradores tradicionales dieron paso a fábricas de nueva planta de grandes dimensiones, como la de Leo Marnet (1898), procedente de Lión, conocida como “La Siberia”; la de Pere Abel, al lado de la estación de ferrocarril, y la de Robert y Cia. (1880). Los edificios de la fábrica de Joan Riera (1882) y el de Canll Torra, marca absorbida posteriormente por Robert y Cia., brillaban por su arquitectura contemporánea modernista. También tenían unas dimensiones considerables las de los Hereus de Josep Riera i Font, en la plaza dels Mártirs; Cañellas i Pompido, en la calle del Nord, y la de Josep Sendra i Cia., en el Portalet. Todas estas fábricas funcionaban con vapor o con gas y se beneficiaban de las ventajas de las economías de escala, hecho que les permitía unos costos unitarios menores que los de los obradores tradicionales y, a la vez, una productividad mucho más elevada. Producían masivamente para los mercados catalán y español y para las colonias, especialmente Cuba. De la importancia que había alcanzado la industria del salchichón vicense, así como la de otras poblaciones del Berguedà, del Moianès, de la Garrotxa y de Girona, daba fe la Junta Consultiva Agronómica cuando, en el año 1891, afirmaba:

Carteles modernistas de las fábricas de Joan Torra y Riera Ordeix. (Cabana,1992-1994/Comella, 1992)

ll Can se interpreta como casa de (una determinada familia). Es la contracción de la palabra (Ca) y el artículo en. Can Torra es pues la casa de los Torra.

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Bastante extendida [se encuentra] esta industria en la provincia, son notables los tocinos y famoso el rico salchichón de Vich, que se fabrica también en otras comarcas, tales como Berga, con fábricas en Casserras y Bagá i en Castelltersol, i la ‘butifarra catalana’. Las salchicherías de Vich son monumentales fábricas movidas á vapor, dotadas de la maquinaria más perfecta. [...] La cantidad de Salchichón que se elabora en Vich anualmente es de 300.000 kilogramos, y en los alrederores y pueblos de la comarca 350.000 kilogramos, en junto 650.000 kilogramos de salchichón. (Castells, 2000-2001: 261) Según el impuesto de consumos de la ciudad de Vic, en los comienzos del siglo XX, buena parte de la producción de salchichones de Vic salía de las

Introducción. El salchichón y los embutidos en la plana de Vic, una larga tradición


fábricas de Josep Riera, A. Grané, Ramon Cunill, Josep Bofill, Josep Parareda, Pere Abel, Leo Marnet, Cañellas i Pompidó, Robert i Cia., Joan Riera, Francesc Riera y Joan Torra, además de las de S. Poudevida y Jaume Vivas, que a partir de 1906 dejaban de aparecer en los registros. En el año 1911 se les incorporó el obrador de Alfons Espina, que no aparece registrado hasta los años 1915-1916 juntamente con Francesc Cunill, Jeroni Jurnet, Teresa Mauri, Jacint Casademont y un tal Balaguer. Todos los charcuteros juntos, esa temporada de 1915-1916, llegaron a consumir 1.194.473 kg de carne para la producción de salchichones. La producción industrial de los embutidos también había sido posible gracias a la profesionalización de aquellas tareas que, de forma tradicional, llevaban a cabo los hombres que mataban el cerdo y las mujeres mocaderes. También evolucionaron otros oficios, como los cuchilleros y herreros, que tenían que desarrollar las herramientas y las máquinas necesarias para las nuevas fábricas modernas de embutidos.

Características del salchichón de Vic El salchichón de Vic presenta unas características específicas en el aspecto que ayuda a distinguirlo de los otros: - El color rojo intenso y brillante, cuando se corta, deja perfectamente visible los pequeños dados de tocino y la pimienta negra en grano, que integran la tradicional composición de este producto. - Externamente destaca la flora, que durante el proceso de secado se ha asentado en las tripas naturales que han servido para embutir la carne de cerdo seleccionada. (Dolcet, 2010: 108-109)

Introducción. El salchichón y los embutidos en la plana de Vic, una larga tradición

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Reorientación del campesinado

Mercado de lechones en la plaza dels Màrtirs. Comienzos del siglo XX. (Josep Palmarola, ACOS)

Masover es la persona que, a título de arrendamiento, explota un mas propiedad de otro y donde acostumbra residir. Sería asimilable al concepto castellano de aparcero o colono. Masoveret significa masover pequeño.

m

Propietario agrícola, licenciado en Derecho, fue presidente de la Cambra Agrícola Ausetana, de la Federació Agrícola Catalano-Balear y presidente de La Unión Agraria Española. También fue socio fundador del Círcol Literari de Vic y promotor de la fundación del Museu Episcopal de Vic.

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El fuerte incremento de la demanda de carne por parte de la industria de los derivados, en un primer momento fue cubierto, en gran medida, con la importación de cerdos procedentes del Vallès, del Barcelonès y hasta de Francia, que llegaban a la ciudad de Vic en ferrocarril. Pero rápidamente el campesinado osonense reorientó la especialización de cereales tradicionales hacia la producción de ganado porcino y vacuno, tal y como recomendaba el médico Josep Salarich, hijo de Joaquim, en la obra El Cultivo Alterno. Memoria premiada por el Círculo Literario de Vich en el certamen con que solemnizó dicha sociedad el primer aniversario de la inauguración del ferrocarril el día 8 de julio de 1876. En el año 1908 se sacrificaron en Vic 30.000 cerdos, valorados en siete millones y medio de pesetas. Por otro lado, la cría de cerdos de engorde estimuló la producción de lechones, que se vendían en la plaça dels Màrtirs, cerca del obrador que tenía Alfons Espina en la calle Nou. Para mejorar la raza, desde la década de 1870, se cruzaron cerdos autóctonos con cerdas forasteras más productivas, como la francesa craonesa y la inglesa yorkshire. En estas fechas, la plana de Vic se convirtió en la principal productora de lechones de Cataluña. Con el pseudónimo de Isidro de la Plana, Callís i Marquet afirmaba: No hay "masover"m ni "masoveret" que no tenga ganado porcino y la importancia de las transacciones que constantemente se están verificando en los mercados del sábado de la plaza dels Màrtirs difícilmente lo ha llegado a alcanzar ninguna comarca catalana. (Callís, 1908: 497) A los comienzos del siglo XX la cría ya se había extendido de forma rápida entre los masovers a través de los contratos de aparcería. En el año 1908 Joaquim d’Abadal i Calderó4 expresaba los cambios sufridos:

Trilladora accionada por un tractor en el mas Gallissans de Santa Cecília de Voltregà. Año 1928 (Archivo privado de Gallissans. Extraído de CCEPC, Projecte Món Agrari)

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Introducción. El salchichón y los embutidos en la plana de Vic, una larga tradición


La cría del ganado en su origen ha sido en esta comarca auxiliar del cultivo ya que la tierra no era destinada a su mantenimiento, sino que las bestias servían para los trabajos agrícolas o la manutención de los cultivadores. El convencimiento de los agricultores de que les tierras necesitan ser bien fertilizadas para producir y el aumento del precio de toda clase de ganado que ha hecho posible económicamente la cría y recría en el establo, único modo de realizarse en la Plana de Vich, ha hecho desarrollar en gran manera este ramo de la industria agrícola aumentando la cantidad de cabezas y mejorando las razas que se crían, haciendo todo ello que la cría del ganado tenga actualmente una importancia que cuarenta años atrás no se podía sospechar. (Abadal, 1909: 32)

Mercado de lechones en la plaza dels Màrtirs. Comienzos del siglo XX. (Josep Palmarola, ACOS)

En 1927 la especialización porcina de les explotaciones agrarias y la producción de productos derivados se hallaban plenamente consolidados. En aquel momento había en Vic 18 fábricas de embutidos que en un año producían, aproximadamente, un millón de kilos de salchichones. (Reparaz, 1928: 233) No hay duda de que la industria del salchichón de Vic había tomado vuelo.

La IGP Llonganissa de Vic En el año 1992 la Unió Europea concedió al salchichón de Vic la Indicación Geográfica Protegida Llonganissa de Vic, uno de los distintivos de calidad más prestigiosos en este ámbito. Esto quiere decir que sólo las empresas cárnicas situadas en alguna de les 28 poblaciones que componen la Plana de Vic pueden ser merecedoras de esta distinción, siempre que cumplan con los estrictos requisitos de composición y calidad que se establecen en el reglamento de la UE. Para garantizar que la Llonganissa de Vic cumpla permanentemente con los altos niveles de composición y calidad que se requieren para este producto, el Consejo Regulador de la IGP Llonganissa de Vic tiene encomendado a una entidad de certificación independiente y de reconocido prestigio la verificación de los procesos que siguen les empresas, así como el análisis de los salchichones que se comercialicen. De esta manera el Consejo Regulador se asegura de que se respeta la normativa de calidad europea. (Dolcet, 2010: 108-109)

Introducción. El salchichón y los embutidos en la plana de Vic, una larga tradición

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Alfons Espina i Garriga: fundación e impulso (1911-1937) En el año 1911, Alfons Espina i Garriga, abogado y procurador nacido en Collsuspina, estableció en la calle de Manlleu de Vic un obrador para la fabricación artesanal de salchichones, trasladado pocos años mas tarde a la calle Nou, que coincidió con un período de consolidación de la industria de los embutidos en la capital de la comarca de Osona. Por otro lado, la empresa de Alfons Espina consiguió, hacerse un lugar en el mercado local y catalán y establecer una sólida red comercial por toda España, gracias a la calidad de su producto.

1


Los precedentes Alfons Espina i Garriga (Collsuspina, 1867 – Vic, 1937), hereun del mas l’Espina, situado en el municipio de Collsuspina, en la parroquia de Sant Cugat de Gavadons, donde justamente se sitúa el vértice hidrográfico donde convergen les cuencas de los ríos Ter, Besós y Llobregat. El mas l’Espina, ya documentado en el siglo X, es un gran caserío con anexos que revelan construcciones posteriores de los siglos XVI al XIX y que dispone de una gran galería y algunos elementos esculpidos del siglo XVI. Habla de su importancia que el pueblo de Collsuspina deba su nombre al hecho de que se formó debajo del cuello (coll) de l’Spina (Coll suspina, en catalán antiguo), nombre original de la casa y apellido de la familia hasta el siglo XVIII. Procedente del campesinado acomodado, cuando era joven, Alfons se trasladó a Barcelona, donde estudió la carrera de Derecho y ejerció como abogado. El 15 de agosto de 1898 fue nombrado procurador de los juzgados de Barcelona. Es en la capital catalana donde se casó con Agnès Sardà i Masó, nacida en el año 1868 en Igualada, y con quien tuvo cuatro hijos, Josep (1898), Ramon (1900), Alfons (1902) y Montserrat (1904), nacidos en el barrio de Gracia, donde tenían fijada la residencia.

Alfons Espina i Garriga: fundación e impulso (1911-1937)

Mercado semanal en la Plaza del Mercadal. Año 1919 (Joan B. Blancafort, ACOS)

Mas l’Espina. Familia Espina

n Hereu es más que “heredero”, es la institución jurídica catalana por la cual el primogénito (que cuando es una mujer se llama pubilla) recibe los bienes de sus padres. Surge en la Edad Media por la necesidad de evitar la división del patrimonio familiar y mantener así la economía familiar, basada entonces en la agricultura. En Cataluña, de acuerdo al Codi Civil de Catalunya, para la validez de un testamento es imprescindible la designación de un heredero (o más de uno).

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Mas l’Espina, en la era. De izquierda a la derecha: Ramon Espina, Mariano (amigo de la familia), Alfonso Espina, Agnès Sardà, amigos y masovers de la casa. De blanco y sentada delante de su padre vemos a la hija del matrimonio, Montserrat Espina.

Al morir su padre Josep y al heredar el mas l’Espina, en el año 1907, Alfons y su familia se trasladaron al tercer piso del número 30 de la plaza Mayor de Vic, para entonces llamada plaza de la Constitución, en el lado de tramuntana o. Desde la capital de la plana de Vic gestionaba las propiedades familiares de Collsuspina, población que se encuentra a una distancia de 18 kilómetros, y, asimismo, seguía ejerciendo su profesión de procurador. En abril de 1908 se dió de alta de la actividad en la contribución industrial de la ciudad.

o

Tramontana es el viento que sopla del norte y que suele ser muy frío y fuerte.

La economía de la plana de Vic durante el primer tercio del siglo XX

Colònia textil Baurier (Salou), en les Masies de Roda, en el río Ter. Postal de los comienzos del siglo XX. (Cabana, 1992-1994)

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El primer tercio del siglo XX marca la encrucijada histórica entre la tradición decimonónica y la modernidad. Se trata de un período de contrastes en los cuales la sociedad de carácter rural se desintegró definitivamente para dar paso a nuevas estructuras económicas que generaron un nuevo marco de relaciones sociales, fundamentadas en nuevos valores e ideas. En este sentido, es necesario remarcar la consolidación del catalanismo conservador, conocido como vigatanisme, y que se concretó en las figuras del obispo Torres i Bages y del canónigo Jaume Collell. Contrariamente a este vigatanisme, también es necesario mencionar la expansión de las ideologías anarcosindicalistas y socialistas. Desde el punto de vista demográfico, la población de Osona, que se había estancado a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX, pasó de 43.938 habitantes en el año 1900, a 58.259 en 1930. Las crisis de subsistencia desaparecieron definitivamente y las ciudades industriales de la cuenca del río Ter experimentaron un notable crecimiento gracias, en parte, a la inmigración procedente de los pueblos y del campesinado de les áreas más montañosas. Este crecimiento se produjo paralelamente al desarrollo económico, caracterizado por una sociedad plenamente industrial en la que los sectores secundarios y terciarios crecieron en detrimento de la población campesina. En el año 1930, la industria ocupaba más del 40% de la población activa y los servicios suponían el 25 %. Por otro lado, en el año 1896 nació la Caixa d’Estalvis Comarcal de Manlleu, en 1911 se inauguró en Vic una oficina de la Caixa d’Estalvis i Pensions de Catalunya i Balears y en 1918 se fundó la Caixa Parroquial d’Estalvis de Torelló.

Alfons Espina i Garriga: fundación e impulso (1911-1937)


La industrialización iniciada hacía más de medio siglo gracias al sector textil siguió adelante y, asimismo se diversificó. Las industrias mecánicas, agroalimentarias, curtidoras o hidroeléctricas, entre otras, se abrieron camino y el vapor y el agua dieron paso a la electricidad como nueva fuerza energética. En 1896 la red eléctrica llegó a las poblaciones de Manlleu y Torelló, y un año más tarde, a Vic. A su vez, el sector agrícola de la comarca consolidó la nueva especialización pecuaria, basada en la producción de cerdos de engorde y de vacas de leche, pero también de garañones, que se exportaban a todo el mundo. Desde un punto de vista laboral, el primer tercio del siglo XX se caracterizó por la consolidación de las formas organizativas del movimiento obrero surgido durante la segunda mitad del siglo XIX. Los sindicatos y las asociaciones clasistas encuadraron un movimiento obrero cada vez más beligerante. Las huelgas y las manifestaciones se intensificaron en un período de fuertes tensiones con la patronal, derivadas de las duras condiciones de vida y de trabajo de los obreros. Fueron emblemáticas las huelgas generales de 1899, 1901, 1909, 1914 y 1919-1920, entre otras. Por otro lado, proliferaba el movimiento cooperativo y durante este período se fundaron 34 cooperativas de consumo.

Trabajos de curtido en una curtiduría de cuero en Vic. (Cabana, 1992-1994)

Secado de lanas en la ribera del río Meder, bajo el puente de Queralt en la zona de las curtidurías. Comienzos del siglo XX. (Cabana, 1992-1994)

Tren a vapor en la estación de la ciudad, con una vista panorámica de la plana de Vic. Comienzos del siglo XX. (Josep Palmarola, ACOS)

Alfons Espina i Garriga: fundación e impulso (1911-1937)

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Los inicios. El obrador de la calle de Manlleu

Picadora de carne del obrador de Josep Riera y Font. Década de 1910. (L’Abans, 2001)

Hombres llevando una manada de cerdos en el Portalet de Vic a la altura del Palacio Episcopal un día de nevada. Principios del siglo XX. (Anònim, ACOS)

La documentación que se conserva de la época es prácticamente inexistente, pero, por la información que se ha ido transmitiendo de padres a hijos, se sabe que en el año 1911 abrió un obrador-tienda en un local en la calle de Manlleu, número 47, de Vic, para iniciar allí la elaboración de salchichón y, en menor medida, fuet, jamón curado, chicharrones y catalana p. La fabricación se concentraba en los meses de otoño e invierno, los más adecuados para manipular la carne de cerdo a causa del frío propio del clima continental mediterráneo de la plana de Vic, situada a unos 500 metros de altura sobre el nivel del mar y rodeada de montañas. Las tradicionales nieblas de la ciudad favorecían el desarrollo de la flora bacteriana que caracteriza la curación del salchichón de Vic. Como era habitual, en la planta baja del obrador se realizaban las tareas de seleccionar la carne, triturarla, sazonarla, amasarla y, finalmente, embutirla, mientras que las plantas superiores se destinaban a secar los salchichones, los fuets y los jamones. Se trataba de procedimientos manuales que se servían de una tecnología básica: una máquina de triturar carne, otra de amasar, una jeringa para embutir y poca cosa más, “y todo movido por un motor a gas de fuerza de un caballo y medio situado en el mismo edificio”,

Calle de Manlleu desde la Rambla del Passeig a la altura de Santa Clara. Principios del siglo XX. (Josep Palmarola, ACOS)

Embutido hecho con carne magra extra, panceta, tocino, sal y pimienta negra, embutido con tripa natural de 55mm a 75mm.

p

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Alfons Espina i Garriga: fundación e impulso (1911-1937)


Notificación al Ayuntamiento de Vic del inicio de la producción de salchichones de la temporada 1915-1916 Alfonso Espina Garriga, mayor de edad y vecino de esta ciudad, según cédula personal que exhibe, á V. E. respetuosamente expone: Qué de conformidad a lo prevenido en el articulo 113 del Reglamento de consumos vigente, da formal aviso a esta administración de que en el día de mañana dará comienzo á la fabricación temporal de salchichón en su fábrica sita en el número 47 de la calle de Manlleu de esta ciudad, empleando como materias primeras carnes frescas magras de cerdo e intestinos. No es posible precisar la cantidad diaria que elaborará, esto depende de la mayor o menor entrada de carnes. Los aparatos destinados a la elaboración son una máquina para trinchar carnes, otra de pastar y una jeringa para embutir, sin ser posible por la razón antes dicha, precisar de manera exacta la cantidad que elaborará, y todo movido por un motor de gas de fuerza de un caballo y medio situado en el mismo edificio. Las operaciones de trabajo empezaran a las siete de la mañana y finirán a las ocho de la noche, guardando proporción con las entradas. Y en cumplimiento del artículo antes citado, firma la presente por duplicado en Vich a treinta de octubre de mil novecientos quince. Alfonso Espina

Alfons Espina i Garriga: fundación e impulso (1911-1937)

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> Página derecha Documento original, donde aparece Alfons Espina como productor de salchichones. (Arxiu Municipal de Vic)

Consumo de carne para la elaboración de salchicón del obrador Espina 1917-1918

tal como se cita en el documento de apertura de la actividad en la temporada 1915-1916, que el reglamento de consumos del Ayuntamiento de Vic obligaba a cumplir. Por otro lado, el piso principal del edificio del obrador de la calle de Manlleu se convirtió en la nueva residencia familiar, según consta en el padrón de habitantes del año 1916, y en el piso de la plaza Mayor fue a vivir Consol Espina (nacida el 3 de febrero de 1888), una de les hermanas menores de Alfons.

7000 Kg

5250 Kg

3500 Kg

1750 Kg

0 Kg Octubre

Noviembre

Diciembre

Enero

Febrero

Marzo

Abril

Mayo

En uno de los primeros documentos que se conservan sobre la producción de salchichones, de la temporada 1915-1916, procedentes del Ayuntamiento de Vic, aparece el obrador de Alfons Espina. En este documento se registra la cantidad de carne fresca consumida entre los meses de octubre y marzo para la producción de salchichón. Los 18 obradores que había en la ciudad consumieron 746.230 kilos de carne magra fresca de cerdo, de la cual 15.285 kilos, es decir, el 1,3% del total, correspondía a Alfons Espina. Se trataba de una cantidad modesta, si la comparamos con la producción de les modernas fábricas de Pere Abel, Leo Marnet, Cañellas i Pompidó, Robert i Cia., Francesc Riera i Joan Torra, que, juntas, consumían el 68% del total de la carne para salchichón. Con el paso de los años, sin embargo, la producción del obrador Espina creció, de manera que dos años más tarde, la temporada 1917-1918, el consumo de carne destinada a elaborar salchichón era de 22.710 kilos, lo que representaba el 2,6% del total producido por los fabricantes vicenses.

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Alfons Espina i Garriga: fundación e impulso (1911-1937)


Alfons Espina i Garriga: fundaciรณn e impulso (1911-1937)

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El crecimiento. El obrador de la calle Nou Hacia el año 1920, Alfons Espina trasladó el obrador y la residencia a dos casas de propiedad contiguas ubicadas en los números 91 y 93 de la calle Nou, aproximadamente a media calle y en la esquina de mediodía, muy cerca de la plaza dels Màrtirs. Es en ese momento, cuando se abrieron voluminosos libros de contabilidad y que, por ende, se normalizó la administración de la empresa. Gracias a la contabilidad, sabemos que la producción de embutidos creció durante la década de 1920 y la primera mitad de 1930, y que se comercializaban por toda Cataluña y España, gracias a una red de ferrocarril que ya comenzaba a conectar les ciudades más importantes, así como la red de correos y de telégrafos.

Fábrica y vivienda de la familia Espina en la Calle Nou.

Primer libro de contabilidad de la empresa que comprende los períodos de 1920-1936.

Además del mercado local y comarcal, el grueso de la producción que salía del obrador de Alfons Espina se vendía en las plazas comerciales de Barcelona y de otras ciudades catalanas, especialmente las litorales, como las de las comarcas del Maresme, del Barcelonés, del Baix Lobregat, del Garraf, del Penedès y del Tarragonès o de las Tierras del Ebro, pero también en las Tierras de poniente, del Vallés y en otras comarcas centrales. No obstante, destaca la expansión hacia la Península, con una gran red de comerciales, repartidos especialmente por toda la zona de Valencia, Aragón, La Rioja, Murcia, Castilla y León, Madrid, Andalucía, País Basco, Cantabria, Asturias, Galicia y que llegaba hasta poblaciones de las islas Baleares y de las Canarias, tal como se desprende de la ubicación de los comisionistas-comerciales que se reproducen en el cuadro siguiente. En este sentido, Alfons Espina supo aprovechar las relaciones con otros colegas de profesión, con los cuales tejió una tupida red comercial. Estos comerciales recibían el 3% de la facturación de los pedidos y el importe del envío de las cartas y de los telegramas que enviaban. Les relaciones de Alfons Espina con estas personas era intensa, de acuerdo con la abundante correspondencia registrada entre ambas partes. En este sentido, la formación académica de Alfons Espina contribuyó de forma decisiva a convencer a comerciales y clientes. Por ejemplo, en una carta del 16 de julio de 1924 dirigida a Bilbaíno García, de Melilla, escribió: Muy Sr. Mio: Deseando exportar á esa comarca y precissandome representante conocedor del ramo, me permito molestar su atencion por si le conviene ser nombrado como tal. En caso afirmativo le enviaria condiciones especiales y demas datos. [...]

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Alfons Espina i Garriga: fundación e impulso (1911-1937)


Poblaciones donde trabajaban los comisionistas-comerciales que vehiculaban los pedidos de Alfons Espina entre los años 1932 y 1935: Achuela, Alameda, Albacete, Albuñol, Alcalá de Guadaíra, Alcalá de Henares, Alcázar de San Juan, Alcoi, Algemesí, Alicante, Almadén, Almería, Amposta, Andújar, Antequera, Aranjuez, Archena, Aspe, Ávila, Ayamonte, Badolatosa, Baena, Barcelona, Bilbao, Blanca, Burgos, Cádiz, Calatayud, Calvario, Canals, Carcabuey, Cartagena, Castellón, Ciudad Rodrigo, Córdoba, Écija, Egea de los Caballeros, El Cerro, Ferrol, Elche, Elda, Jerez de la Frontera, Estepona, Gandía, Granada, Guadalajara, Huesca, Igualada, Jaén, Jódar, La Carolina, la Coruña, La Línea, Las Arenas, Las Palmas, Linares, Lérida, Logroño, Madrid, Madridejos, Málaga, Marbella, Masanasa, Matillas, Mazarrón, Miquelterra, Miranda de Ebro, Mollina, Monduermas, Montilla, Moriles, Murcia, Nules, Orense, Palencia, Pamplona, Pedrera, Pedro Abad, Pinos Puente, Porcuna, Premiá de Mar, Priego, Puente Vallecas, Ronda, Sabadell, Salillas Jalón, San Sebastián, Santa Cruz de Tenerife, Santaella, Santander, Santiago, Zaragoza, Setenil, Sevilla, Tauste, Teruel, Toledo, Tordesillas, Torrevieja, Tortosa, Úbeda, Utiel, Valencia, Vallecas, Valls, Valmojado, Vélez Málaga, Vendrell, Vigo, Vilafranca del Penedés, Villagordo, Villena, Vilanova y Geltrú, y Játiva.

San Juan de Nieva La Coruña

Gijón

Oviedo

Santiago de Compostela

Langreo

Lugo

Vigo

León

Burgos

Astorga

Orense

Red de ferrocarriles en el siglo XIX Fases de construcción

Irún

Bilbao

San Sebastián

Miranda de Ebro

Monforte de Lemos Tuy

Santander

Vitoria

Pamplona Jaca Huesca

Venta de baños

Barbastro

Saragossa

Sabadell

Lleida

Ariza

Martorell Reus

Alcañiz

Medina del Campo Salamanca Ávila

Granollers Mataró Barcelona

1848-1851 1851-1855 1855-1860 1860-1868 1868-1900

Tarragona

Teruel MADRID

Cuenca Castellón de la Plana

Aranjuez

Toledo

Plasencia

Girona

Aldea

Segovia Fuentes de Oñoro

Vic

Soria

Zamora

Portbou

Sant Joan de les Abadeses

Logroño

Palencia Valladolid

Cartel de la empresa ferroviaria Caminos de Hierro del Norte de España, concesionaria de la línea de tren Barcelona-Vic-Ripoll-San Juan de las Abadesas-Toralla. (Cabana,1992-1994)

Alcázar de SanJuan

Cáceres

Sagunto

Utiel

Valencia Játiva

Mérida

Badajoz

Ciudad Real

Manzanares

Onteniente

Albacete

Alicante

Zabra Linares Baeza

Córdoba

Murcia

Torrevieja

Lorca Jaén

Sevilla Huelva San Lúcar de Barrameda Cádiz

Morón de la Frontera Jerez de la Frontera

Baza

Águilas

Cartagena

Granada Almería Málaga

El Puerto de Santa María Algeciras

Alfons Espina i Garriga: fundación e impulso (1911-1937)

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> Página derecha Secadero tradicional de salchichones, casa Riera Ordeix (Ajuntament de Vic)

En general, se trataba de pedidos relativamente pequeños, entre 5 y 30 kilos, la mayoría dirigidos a tocinerías y otros comercios, pero también a instituciones y particulares, que se tramitaban en un período de 8 o 10 días. La calidad del producto y el servicio que se ofrecía, seguramente, eran del gusto de los clientes que, por norma general, se mantenían fieles a lo largo de los años. Los envíos de los pedidos se realizaban mayoritariamente a través del ferrocarril, un medio bien implantado pero que generaba constantes quejas no tanto por la poca rapidez del transporte, sino por deficiencias derivadas de los constantes robos parciales o totales de la mercancía. La carta enviada por Alfons Espina a Pedro Borreguero, cliente de Bilbao, el 16 de junio de 1924, es un ejemplo: Muy Sr. Mio: Dice Vd. en su carta 10 corriente le sorprende la caja enviada por esta su casa en 16 finido Mayo que ha hallado tres piezas de menos de las marcadas en factura. A la verdad veo que en realidad ha habido sustracción en trayecto y lamento que no se haya fijado Vd. mas antes de retirar el género de esa estación y repasarlo antes pues bien claro está que hay que exigir el peso marcado en el talon f.c. que eran 32 kg. y medio [...] y no es justo ni legal pierda yo una sustracción en trayecto, segun sus quejas, y una distracción suya que resulta cara y valia la pena de haberse repasado la caja y verificar acta de reclamación como es su obligación pues cada cual tiene derecho á lo suyo. [...] En el caso de Vd. es bien evidente que faltando tres piezas faltase tambien el peso de ellas y no hay ni tiene derecho á achacarme la culpa cuando ni sombra tengo de ella. El aumento de la demanda de salchichones hizo pequeño al obrador, especialmente los secaderos, y por eso, el otoño del año 1926, se le amplió la superficie a través de un nuevo tercer piso en una de las dos casas de la empresa. De esta manera se conseguía el nivelamiento de las dos fachadas de mediodía y se ganaban 63 m2 de superficie. También se aprovechó para revocar y pintar las fachadas y cambiar las losas de los balcones.

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Alfons Espina i Garriga: fundación e impulso (1911-1937)


Alfons Espina i Garriga: fundaciรณn e impulso (1911-1937)

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Efemérides del año 1911

En el mundo

Murieron Francis Galton, explorador y científico británico; Emilio Salgari, escritor italiano de

El equipo del noruego Roald Amundsen llegó al

cuentos de aventuras; Gustav Mahler, compositor

Polo Sur.

y director austríaco; Joseph Pulitzer, periodista y escritor norteamericano; Paul Lafarge, socialista

Marie Curie recibió el Premio Nobel de Química

utópico francés, hierno de Karl Marx.

por el descubrimiento del radio y el polonio. En España 1 Se descubrieron los restos de Machu-Picchu, en Perú.

Se hizo una huelga general en protesta por la Guerra de Marruecos.

Murieron 146 trabajadoras en el incendio intencional de una fábrica textil neoyorquina que

Se produjo un gran escándalo en Madrid porque

estaban encerradas y en huelga. En memoria de

dos mujeres se pasearon por primera vez vestidas

este suceso, cada 8 de marzo se celebra el Día

con falda-pantalón.

Internacional de la Mujer trabajadora. Nacieron Álvaro Cunqueiro, escritor y periodista 2 Se hicieron las primeras ediciones del Rali

gallego; Manuel Sanchis Guarner, filólogo, his-

de Montecarlo y de la carrera de las 500

toriador y escritor valenciano; Fernando Chueca

millas de Indianápolis.

Goitia, arquitecto e historiador del arte; Antonio del Amo, director de cine.

Nacieron George Stigler y Maurice Allais, premios Nobel de Economía; Eduardo Frei, político y presi-

Murieron Joaquim Costa, agrarista y pensador

dente de Chile; Roy Eldridge, trompetista de jazz

aragonés, máximo exponente del regeneracionis-

norteamericano; Ronald Reagan, presidente de los

mo español, y Teodor Llorente, poeta y político

EUA; Gustavo Díaz Ordaz, presidente de Méjico;

valenciano.

Joseph Barbera, director i productor norteamericano; Tennessee Williams, dramaturgo norteamericano; Ernesto Sábato, escritor argentino; Ginger Rogers, actriz y bailarina norteamericana; Georges Pompidou, presidente de Francia; Marshall McLuhan, teórico de la comunicación canadiense; Nicholas Ray, director de cine norteamericano; Nino Rota, compositor italiano; Jorge Negrete, cantante y actor mejicano, y Mario Moreno Reyes, Cantinflas, actor mejicano.

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1


En Cataluña

En Vic

3 Se creó la sociedad Barcelona Traction Light

La ciudad alcanzaba casi 13.000 habitantes,

& Power, conocida como La canadenca, la

mientras que Barcelona tenía más de 1.100.000.

empresa productora y distribuidora de electri

Un siglo más tarde, Vic tiene más de 40.000

cidad más importante de España.

y Barcelona supera la cifra de 1.600.000.

Se inauguró el ferrocarril de vía estrecha Girona-Olot.

Se inauguró la iluminación, mediante 100 bujías, de la calle de Verdaguer, urbanizado el año

Se celebró, en el Palau de Belles Arts de Barce-

anterior con motivo del centenario del nacimiento

lona, el Primer Congreso de la CNT, sindicato

de Jaume Balmes.

anarcosindicalista. Se inauguró la primera oficina de la Caja de Se organizó la primera edición de la Vuelta Ciclis-

Pensiones para la Vejez y de Ahorros de Cataluña

ta a Cataluña, con 34 participantes que hicieron

y Baleares, ubicada en la plaza Mayor.

un recorrido de 365 km. en tres etapas. Se fundó el Centre Excursionista de Vic, la primera Nacieron Carlos Sentis i Anfruns, periodista

entidad excursionista de la comarca de Osona.

y político franquista; Eduard Serra i Güell, pintor surrealista; Emili Grau Sala, pintor impresionista;

La Cambra Agrícola Ausetana (CAA) alcanzó

Alfredo Mayo, actor de cine; Agustí Chalaux,

los 700 socios. Esta activa organización agraria,

teórico político, económico y social, y Carmen

surgida en el año 1903 del Círcol Literari, tuvo

Kurtz, escritora.

una notable incidencia en la transformación agrícola de la comarca.

Murieron Joan Maragall i Gorina, poeta y escritor catalán de la renaixença; Isidre Nonell, pintor y dibujante, exponente del posimpresionismo

2

catalán, y M. Vallés Ribot, político republicano.

3

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Ramon Espina i Sardà: crisis y recuperación (1937-1975) Poco después que estallara la Guerra Civil española, Alfons Espina enfermó y murió al cabo de pocos meses. En el año 1937 se produjo el primer relevo generacional de la empresa, que pasaba a manos de Ramon Espina i Sardà. Este tuvo que liderar la empresa en una coyuntura social y económica llena de dificultades, marcada por la contienda bélica primero y por la posguerra después. Este contexto desfavorable se tradujo en una caída notable de la actividad productiva. Pero desde mediados de los años 50 el negocio se recuperó con creces gracias a la coyuntura favorable de crecimiento y, sobre todo, a la reorientación hacia la producción de jamón cocido la década de 1960.

2


La Guerra Civil y la posguerra: crisis y estancamiento Ramon Espina i Sardà (Vic, 1900 – 1975) era el segundo hijo de Alfons Espina. Su hermano mayor heredó las propiedades de l’Espina y él, cuando llegó el momento, heredó el negocio industrial. De hecho, según la tradición familiar, Alfons Espina constituyó el obrador de salchichones pensando en el futuro de ese hijo segundogénito, que tenía una sordera congénita. De joven, durante el período expansivo de la década de 1920 y la primera mitad de 1930, ya ayudaba al padre en el negocio familiar. Alfons y su esposa, Agnès Sardà Masó, quisieron estipular en un documento privado el compromiso de su hijo Ramon con la empresa de manera que, desde el año 1922, asumía la responsabilidad de ser el heredero del negocio con las condiciones siguientes: Los infraescritos D. Alfonso Espina Garriga y Dña. Inés Sardà Masó, propietarios, mayores de edad y vecinos de la presente Ciudad, prometen a su hijo Ramón luego que haya contraído matrimonio con Ramona Claveras Roca mientras trabaje con solicitud y diligencia en el negocio de embutidos que tienen establecido o cualquier otro que establecieran, la cantidad de 275 ptas mensuales; y además, con iguales condiciones la cuarta parte de los beneficios que en los balances anuales resulten después de pagados todos los gastos. Dicho hijo Ramón acepta agradecido tales ofrecimientos y promete igualmente

Ramon Espina i Sardà: crisis y recuperación (1937-1975)

Concurso de sardanas en la plaza de Vic. Junio 1936. (Melitó Casals, ACOS)

Iglesia de la Mercè quemada en los primeros episodios revolucionarios de la guerra. (Farrés 1985)

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dedicarse con todo ahínco al trabajo que tiene a su cargo. Se firma por duplicado este documento en Vich a primero de julio de 1922 Alfonso Espina e Inés Sardà Ramon se casó con Ramona Claveras i Roca, también nacida en Vic y con quien tuvo seis hijos: Alfons, Ramon, Josefina, Jesús, Wifredo y Miquel. Firmas de Ramon Espina e Inés Sardà extraídas de la carta donde ceden la empresa a su hijo Ramon.

Desfile de las tropas franquistas en la plaza Mayor poco después de acabada la Guerra Civil. (Melitó Casals, ACOS)

Manifestación antisoviética en la plaza Mayor organizada por “Los amigos de Alemania”. En la pancarta se lee “Viva España. Muera la Rusia soviética. Asesinos de nuestros hermanos”. (Melitó Casals, ACOS)

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Sus responsabilidades fueron creciendo a medida que se iba haciendo mayor. Por ejemplo, en el año 1926, con 26 años, ya se encargaba de tramitar los permisos de reforma y ampliación del obrador de la calle Nou en el Ayuntamiento de Vic. Por ende, cuando Ramon Espina asumió la responsabilidad de situarse al frente de la empresa, era plenamente conocedor de su funcionamiento. No obstante, pronto tuvo que gestionar la crisis provocada por la Guerra Civil (1936-1939) y la posguerra. Este trasiego comportó una caída de la producción, a causa de la dificultad de proveerse de materias primas y la disminución de la demanda de un producto, el salchichón, que no figuraba entre los alimentos de primera necesidad. La venta fuera de Cataluña quedó bloqueada por la guerra y los pedidos se redujeron a la mínima expresión. Por otro lado, la milicia revolucionaria, en un primer momento, y las autoridades republicanas, a partir de mayo de 1937, intervinieron muchas empresas en mayor o menor medida. Las que tenían más de 50 obreros fueron colectivizadas y pasaron a ser gestionadas por los trabajadores, de acuerdo con el Decreto del 24 de octubre de 1936. No es el caso de Embotits Espina, que seguramente tenía menos de 10 trabajadores, pero aún así, fue puntualmente forzada a producir para cubrir las necesidades del frente de guerra. Por orden del gobierno, se embutió butifarra negra para proveer al ejército republicano y para beneficencia. Durante estos primeros compases de la Guerra Civil, Alfons Espina fue vigilado por su condición de abogado, de propietario de l’Espina, de empresario y como persona de orden, por las milicias del Comité Antifascista de Vic y obligado a buscar refugio en Barcelona. En este contexto, Espina dejó prácticamente de fabricar. Posteriormente, durante los años de la posguerra, también se vio obligado a donar alguna partida para la alimentación de los huérfanos de guerra.

Ramon Espina i Sardà: crisis y recuperación (1937-1975)


Recordamos que en los primeros compases de la guerra, la persecución por parte de guerrillas revolucionarias de religiosos, propietarios agrícolas, industriales y otras personas de profesiones liberales de perfil conservador, provocó que mucha gente tuviera que huir al exilio o esconderse en el bosque en cases de pagés. Los que tuvieron peor suerte acabaron encarcelados o muertos. En la diócesis de Vic fueron asesinados más de doscientos religiosos y una treintena de civiles. En el año 1937 murió el cabeza de familia. Su esposa, Agnès, su hija Montserrat y su nieto, Josep Maria, regresaron al mas de l’Espina, donde acabaron de pasar el período de guerra en unas condiciones que, comparadas con la escasez que se vivía en las ciudades, fueron bastante confortables. Ramon Espina se ocupó, desde este momento, de volver a sacar adelante la empresa.

Cheques bancarios emitidos en 1936 y 1951.

Ramon Espina i Sardà: crisis y recuperación (1937-1975)

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Adiós a la marca “Santa Ana” Los productos que producía la empresa Espina antes de la Guerra Civil española se comercializaban con la marca “Santa Ana”, en reconocimiento a la aportación económica que Agnès Sardà había cedido para comprar el obrador, de la calle de Manlleu, inagurado en el año 1911. En agradecimiento, Alfons Espina dedicó la primera marca de la empresa a la memoria de su suegra Anna Masó.

Mayólica de Santa Anna ubicada en la fachada de la fábrica de la calle Nou. Esta imagen se conservó después de la demolición del edificio.

La desaparición del sello Santa Ana como primera marca de Alfons Espina, y todavía vigente durante la etapa de su hijo Ramon, tuvo lugar en el decurso de la Guerra Civil, cuando las nuevas autoridades revolucionarias concretaron su pensamiento anticlerical prohibiendo cualquier referencia al santoral, hecho que obligó a cambiar el nombre de muchas calles y poblaciones o a repicar les frases religiosas de los dinteles de les casas (“Ave Maria”, “El sagrat Cor”, “Déu vos guard”). En ese contexto, pues, se sustituyó la marca “Santa Ana” por “Hijo de A. Espina”.

“Santa Ana”, primera marca de salchichones de la empresa que Alfons Espina había dedicado a su suegra Anna Masó.

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Ramon Espina i Sardà: crisis y recuperación (1937-1975)


Durante el período de posguerra (1939-1958), caracterizado por la política autárquica de las nuevas autoridades franquistas, donde el racionamiento y el mercado negro eran el pan de cada día, la empresa, ahora llamada “Hijo de A. Espina”, sufrió mucho la falta de liquidez. En parte, se pudo superar gracias a un crédito de 25.000 pesetas avalado por Ramona Claveras i Roca, esposa de Ramon Espina. Con este capital se pudo reiniciar la producción y, a la vez, redirigir el negocio familiar gracias a la recuperación de un gran número de clientes que se mantenían fieles a la casa. Los libros de contabilidad de la empresa reseñan de forma detallada el número de clientes entre los años 1927 y 1955, con el registro de procedencia y características de los pedidos realizados.

Página del 9 de junio de 1936 del primer libro de contabilidad. (Bàrbra Ylla, 2011)

Ramona Claveres i Roca rodeada de sus seis hijos. (Familia Espina)

Ramon Espina i Sardà: crisis y recuperación (1937-1975)

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Relación de las poblaciones donde tiendas y particulares hicieron pedidos a Embotits Espina Entre los años 1927 y 1955 se entregaron envíos de productos Espina a 470 poblaciones de todo el territorio español, donde más de 1.500 clientes los distribuyeron y vendieron entre sus clientes finales. Aiguafreda, Alicante, Alamdén, Alameda, Alamedilla, Albacete, Albaicín, Alberca, Alberique, Albuñol, Alcalá de Chivert, Alcalá de Guadaíra, Alcalá de Henares, Alcalá del Río, Alcudia de Carlet, Alcantarilla, Alceda (Santander), Alzira, Alcoi, Alcoba, Alcubierre, Aldea, Alcúdia de Crespins, Algemesí, Alhama de Aragón, Algeciras, Almadén, Alamedilla, Almenara, Almería, Almusafes, Alpens, Alquería, Alta, Amer, La Ampolla, Ampuero, Andújar, Antequera, Arahal, Aranjuez, Arbós, Arbolea del Río, Archena, Argentona, Arjona, Arjonilla, Arnedo, Arquillos, Aspe, Atea, Badajoz, Baena, Balenyá, Bañolas, Baracaldo, Bárboles, Barcelona, Bardallur, Baeza, Benaguacil, Benetúser, Benicarló, Benifayó, Bescanó, Bielsa, Bilbao, Binéfar, Blanca, Blanes, Bogarre, Borjas Blancas, Borriol, Brenes, Briones, Bujaraloz, Buñol, Burgos, Burjasot, Burriana, Cabañal-Cañamelar, Cabolafuente, Cabra de Santo Cristo, Cádiz, Calafell, Calahorra, Calasparra, Calatayud, Camarles, Camas, Cambrils, Campanar, Campanillas, Campdevánol, Canals, Carabanchel Bajo, Carabuey, Carcagente, Cardona, Cartagena, Casetas, Cassá de la Selva, Castejón de Valdajasa, Castañares de Rioja, Castell de Ferro, Castellón de la Plana, Castelltersol, Catllar, Cava, Cazalilla, Cella, Cenicero, Ceuta, Chiclana de Segura, Chilches, Chillarón de Cuenca, Chillón, Cifuentes, Cogolludo, Colindres, Collblanc, Concentaina, Constantí, Carchelejo, Córdoba, Coria del Río, Cornudella, Cruz de Mislata, Cuenca, Cuevas de Becerro, Cullera, Daimiel, Dalías, Daroca, Deifontes, Duran, Écija, Egea de los Caballeros, El Cerro de Andévalo, El Coronil, El Mármol, El Palo, El Rubio, Vendrell, Elche, Elda, Épila, Espelúy, Espluga de Francolí, Estepa, Felanich, Ferrol, Figueras, Folguerolas, Fontana, Pradilla de Ebro, Fuente del Rey, Fuente Piedra, Fuentes de Andalucía, Gandesa, Gandía, Garnal, Gelida, Gerena, Gerona, Gibraltar, Ginzo de Limia, Gobantes, Godella, Gorria, Granada, Granollers, Grao de Gandía, Graus, Guadahortuna, Guadalajara, Guadalupe, Gualchos, Guardamar, Guillena, Guinzo de Línea, Gusen, Higuera de Arjona, Hospitalet de Llobregat, Hostal, Hostalets de Balenyá, Huelva, Huesca, Ibros, Igualada, Inca, Irún, Iznalloz, Jadraque, Jaén, Jaraco, Játiva, Jauja, Jimena, Jódar, Juriena de la Frontera, Justibol, La Algaba, la Bisbal del Panedés, La Carolina, la Senia, La Coruña, la Farga de Bebié, la Farga Lacambra, La Frontera, la Gleva, La Guardia, La Luisiana, Mora la Nueva, la Rambla, La Rana, La Riba, La Rinconada, La Roda de Andalucía, La Seca, Laredo, Laspiña, les Corts, Limpiaque, Linares, Llagostera, Llarga, Llosa de Ranes, Logroño, Lora del Río, Lorca, Los Palacios, Los Rosales, Los Villares, Madrid, Madridejos, Mainaz, Málaga, Maliaño, Mallén, Malón, Mancha Real, Manlleu, Manresa, Manzanares, Marbella, Marchamalo, Mairena del Alcor, Marinalejo, Martorell, Martos, Masanasa, Mascarell, El Masroig, Mataró, Mazarrón Meco, Melilla, Miguelturra, Miranda de Ebro, Mislata, Molina de Aragón, Monfort, Monjos, Monóver, Montbrió de Tarragona,

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Ramon Espina i Sardà: crisis y recuperación (1937-1975)


Moncada, Montefrío, Montes, Montilla, Morata de Jalón, Moreda, Murcia, Nuez de Ebro, Nules, Ohanes, Ojós, Ollemuz, Olot, Olvés, Onda, Ontaneda, Onteniente, Orchena, Ourense, Oriola, Orna de Gállego, Osuna, Pacheco, Palencia, Palma, Pancorbo, Paterna, Pedregalejo, Pedrera, Pedro Abad, Pedro Martínez, Pegalajar, Peñarrubia, Perelló, Piera, Pinos Puente, Pinto, Plasencia de Jalón, la Pobla de Claramunt, Portugalete, Polinyá, Porcuna, Porto Colom, Porto Cristo, Portugalete, Pradilla de Ebro, El Prat de Llobregat, Premiá de Mar, Priego, Puebla de Soto, Puebla de Trives, Puebla Larga, Puente de Pasaje, Puente de Vallecas, Puente Viesgo, Alcúdia, Puerto de Mazarrón, Puerto de Santa María, Pollensa, Puertolargo, Puertollano, Puigcerdá, Quintanar de la Orden, Real de Gandia, Reus, Ricla, Riera, Ripoll, Riudarenas, Sant Martí de Riudeperes, Roda de Ter, Roquetas, Rotglá y Corbera, Rubí, Rueda de Jalón, Sabadell, Sabiote, Sádaba, Sagunto, Salillas de Jalón, Salinas de Medinaceli, Salomó, Sant Andreu de Barcelona, San Antón, San Carlos de la Rápita, San Feliu de Llobregat, San Gerónimo, San Juan de Aznalfarache, San Lorenzo de la Carrilla, San Salvador, San Sebastián, San Cugat del Vallés, Sant Esteve d’en Bas, San Feliu de Pallerols, San Hipólito de Voltregá, San Jaime de Enveija, San Pedro de Ribas, San Pedro de Torelló, San Quirico de Besora, San Sadurní de Noya, Sant Salvador, San Vicente de Calders, San Vicente de Torelló, Santa Catalina, Santa Cruz de la Garza, Santa Cruz de Tenerife, Santa Elena, Santa Eulalia del Campo, Santa Oliva,

Relación de productos que ofrecía la empresa.

Santa Pau, Santa Pola, Santander, Santiesteban (Jaén), Santiesteban del Puerto, Zaragoza, Sardinero, Sariñena, Setenil, Sevilla, Sierra de Yeguas, Silos de Calañas, Sils, Sitges, Socuéllamos, Sóller, Sueca, Tabernes de Valldigna, Taradell, Tarancón, Tarragona, Terrasa, Tauste, Teba, Terol, Terrer, Tetuán de las Victorias, Tivenys, Tocina, Tocón, Toledo, Tolosa, Tordesillas, Torelló, Torredembarra, Torrejón de Ardoz, Torrente, Torrevieja, Tortosa, Totana, Úbeda, Usanos, Utiel, Vadollano, Valdepeñas, Valencia, Vall d’Uxó, Valladolid, Vallecas, Vallermoso de Tafuña, Valls, Vendrell, Venta de Baños, Vera, Vic, Vicalvaro, Vigo, Vilaceñas, Viladrau, Vilafranca del Panedés, Vilanova y Geltrú, Vilches, Villafranca de Córdoba, Villagarcía de Arosa, Villagordo, Villalón de Cohello, Villanueva de Castellón, Villanueva de la Reina, Villanueva del Río Segura, Villareal de los Infantes, Villargordo, Villarobledo, Villaverde del Río, Villavieja, Vinyoles d’Orís, Vitoria, Játiva, Cherta Yecla, Zafra de Huelva y Zagrilla.

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El redireccionamiento de la empresa A mediados de la década de 1950 se incorporó al obrador Miquel Espina i Claveras, el sexto hijo de Ramon Espina y el benjamín de los hermanos: Cuando tenía 18 o 19 años entré a trabajar de forma estable en el obrador de la calle Nou. Al comienzo hacía de aprendiz, con trabajos muy variados que iban desde barrer y hacer encargos hasta ayudar a amasar la carne. Y añade: Cartel del Mercat del Ram de Vic de abril de 1950. (Ponce,2006:69)

Lechones en la Plaza dels Màrtirs un Mercat del Ram de la década de 1960. (Ponce, 2006:82)

Un día, amasando con mi padre, que solía hacerlo con los puños para mezclar mejor las especias y trabajar mejor la pasta, perdió el anillo de casado y lo embutió en un salchichón. Jamás se supo nada, pero quien lo mordió tuvo que llevarse una buena sorpresa. Ramon y Miquel Espina, juntamente con Maria Capdevila, procedente de la masia de la Caborca y con amplios conocimientos sobre la cultura de la matanza del cerdo en las cases de pagés y sobre la elaboración de embutidos, se convirtieron en el núcleo estable de la empresa durante las décadas de 1950 y 1960. En este último período de 1960, se incorporaron Josep Arenyas, Lluís Collell y Mariano Bosch, quien realizaba tareas variadas, especialmente de carácter comercial y administrativo. Los meses de otoño y, sobre todo, de invierno, cuando se retomaba con intensidad el trabajo del obrador, la plantilla de trabajadores se incrementaba ligeramente. Durante medio siglo, Maria Capdevila fue la embutidora y encargada de supervisar a los trabajadores. El grueso de la producción seguía siendo de salchichones, cuya tripa procedía mayoritariamente de Chicago, según explica Miquel Espina: La creciente demanda de tripas culares y la necesidad que fuesen de diámetro grande y tan regulares como fuera posible, hizo que los industriales de salchichones de Vic comenzaran a importar intestinos de América del Norte, concretamente de Chicago (Michigan). El tipo de tripa que se obtenía de la raza de cerdos de aquellas tierras se diferenciaba de los de la península en dos aspectos fundamentales: que eran intestinos de calibre regular y con una capa de grasa mucho más importante en las paredes interiores del intestino. Estas

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Ramon Espina i Sardà: crisis y recuperación (1937-1975)


dos cualidades presentes en la tripa de Chicago proporcionaban tranquilidad a los charcuteros en dos aspectos que eran claves como la regularidad en la producción y la armonía en la curación. Este mayor control y uniformidad en el proceso de curación de les piezas culares comenzaba a permitir su industrialización. Las tripas se compraban a través de un importador que se llamaba «Armour» y llegaban a la fábrica a finales de verano en barriles de madera de 500 kilos guardadas en sal. La otra materia prima para la fabricación de salchichones era la carne fresca de cerdo, que siempre era de la comarca y se compraba directamente a los comerciantes de cerdos.

Dos chicas de Tavertet pastando una cerda con sus lechones. Década de 1950. (A. A. Tavertet, 2005)

Una de les dificultades recurrentes de la empresa era la falta de liquidez, porque las compras de la materia prima se tenían que pagar al contado. Miquel Espina ilustra la situación: De la tripa, por ejemplo, se compraban partidas de 7 u 8 barriles a finales de verano que costaban 12.000 pesetas aproximadamente, es decir, unas 30 pesetas por unidad. En cambio, los ingresos se producían al cabo de seis meses de curación del salchichón y en cuentagotas. La rotación del ciclo de les salchichones era muy largo, pues.

Listado de precios de la tripera Andrés Arch i Milà entre los cuales figura la tripa Chicago.

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A mediados del siglo XX, la producción seguía las pautas tradicionales y se realizaba con los mismos procedimientos y la maquinaria que se empleaba en los comienzos de siglo. Desde entonces pocas cosas habían cambiado, a lo sumo la incorporación de un motor eléctrico que accionaba la picadora y la amasadora a través de un sistema de correas y poleas. La jeringa de embutir continuó siendo manual bien entrada la década de 1960. En relación a la pimienta, Miquel Espina comenta: Íbamos hasta "Can Tanyá", en la calle de Manlleu, donde tenían un molinillo de café que utilizábamos también para moler la pimienta que se necesitaba para adobar los salchichones. La estructura del edificio seguía las pautas tradicionales. Así, en la planta baja estaba el obrador, y el segundo y el tercer piso se destinaban a salas de secado. Los salchichones se subían ligados a una caña por la escalera. Era necesario tener cuidado de la ventilación y abrir o cerrar, total o parcialmente, las ventanas varias veces cada día para conseguir una curación óptima. El salchichón se elaboraba para San Martín, en el mes de noviembre, y lentamente se iba curando con la niebla y el frío del invierno vicense, hasta alrededor de San José. Cuando los salchichones habían alcanzado el punto óptimo de curación, se bajaban otra vez a la planta baja, donde se les colocaba un plomo en el cordón inferior para identificarlos y se envolvían en papel de pergamino a mano. También se les ponía una etiqueta y una chapa con el registro de la marca (Espina tenía el 167). Una parte de la producción se vendía en la fábrica misma –básicamente a tocineros y hosteleros de Vic y comarca -y el resto, se seguía enviando a las numerosas plazas comerciales de la geografía peninsular, listadas anteriormente, a través del ferrocarril con un servicio “puerta a puerta”. Los envíos se notificaban al Despacho Central de mercancías ubicado en la rambla del Carme de la ciudad y después, un vehículo cargaba la mercancía en la fábrica para llevarla a la estación de tren. Mariano Bosch detalla algunas de las tareas que hacía cuando entró a la fábrica como aprendiz, en la década de 1960: En los inicios de mi incorporación en Embotits Espina se compraban unos cuantos cerdos a la semana, que se adquirían a través de los comerciantes de cerdos, y se hacía un poco de todo: salchichón, jamón, fuet, "catalana", lomo

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curado, etc. Por lo tanto, el volumen de la producción era limitado. Habitualmente la encargada de embutir era Maria Capdevila, mientras que el resto de tareas nos las repartíamos. Todos hacían de todo. Yo hacía algo de contabilidad y llevaba algún paquete. Más tarde, cuando ya llegaba casi a la veintena, empecé a vender. Para trasladarme, utilizaba los medios más variados, como el autobús para ir a vender a Manresa o la bicicleta para llegar al pantano de Sau. Anteriormente también había ido alguna vez a acompañar a Miquel Espina a llevar paquetes a Barcelona con una motocicleta y un remolque. En aquellos primeros años en la empresa igualmente se utilizaba el tren para enviar los pedidos al resto de España. Más adelante, cuando la actividad fue creciendo, se modernizaron los medios de transporte, y los desplazamientos ya se hicieron en vehículo propio.

Página izquierda Ejemplar de salchichón reeditado con motivo del centenario de la empresa respetando la estética de la época y utilizando la gráfica de la etiqueta original.

Etiqueta original de la época.

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La encrucijada de 1960: del salchichón al jamón cocido En la década de 1960, de la mano del joven Miquel Espina, que había asumido más responsabilidad al frente de la empresa, se inició una reorientación de la producción hacia nuevos productos como la bayona, el jamón curado y, más tarde, el jamón cocido, que con los años devino en la nueva especialización de Embotits Espina y le permitió una expansión sin precedentes. El cambio coincidiría con el crecimiento demográfico y económico de la sociedad, con la urbanización masiva y con la difusión de la sociedad de consumo. Es en esta época que buena parte de los hogares se equiparon, por primera vez, con cocinas de butano, neveras y lavadoras, y las familias comenzaron a poder comprar un automóvil utilitario para desplazarse a la costa y poder disfrutar de les primeras vacaciones pagadas. Desde el punto de vista sociológico, se habían alterado los hábitos de consumo y se introdujeron nuevas pautas de comportamiento. En este sentido, la nueva especialización, basada en la producción de jamón cocido, fue un gran acierto que permitió un salto cualitativo y cuantitativo trascendente para Embotits Espina. Hasta mediados del siglo XX, el producto estrella de Embotits Espina había sido el salchichón, pero la producción se había estancado y los clientes pedían nuevos productos, tal como comenta Miquel Espina:

Colección de publicidad de productos y complementos alimentarios de la época.

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El salchichón sólo se podía hacer durante los meses de frío. El ciclo de elaboración era estacional y comenzaba a mediados de otoño, con un trabajo de elaboración muy intenso para poder tener las primeras semiculares curadas y a punto para vender en Navidad. Las culares y el resto de la producción de salchichones pasaban todo el invierno en los secaderos, mientras que la actividad del obrador prácticamente se detenía. No era hasta los meses de primavera y verano que se iba vendiendo y, por lo tanto, recuperando capital. Pronto nos dimos cuenta que era necesario hacer cambios para conseguir que el negocio fuese más continuado, rentable y seguro. Era necesario sacar más rendimiento de los secaderos y asegurar al máximo el éxito de la curación. Otro factor que jugaba en contra era la incerteza que suponía el hecho de que, hasta el final del proceso, no se sabía con seguridad si el salchichón estaba bien curado. Podía ser, pues, que el proceso de secado no saliera bien y el salchichón se vaciara o se cubriese de costra, lo que impedía, que la humedad interna del

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La modernización social y económica de la década de 1960 Los cambios en Embotits Espina coincidieron con una profunda e irreversible transformación económica y social en España, pero no política, ya que hasta el año 1975 perseveró un régimen autoritario que, precisamente gracias al crecimiento económico y al desarrollo social, consiguió insuflar aire para consolidarse y mantenerse hasta la muerte del dictador, Francisco Franco. La nueva política económica iniciada con los Planes de Estabilización de 1959, permitió a España sumarse –con más de una década de retraso- a la época dorada del gran crecimiento económico europeo de los años 60 y de la primera mitad de los 70. En Cataluña, se concretó en un espectacular crecimiento de todos los indicadores económicos y en la modernización de las estructuras. Así, entre 1960 y 1975 la población pasó de 3,9 millones de habitantes a 5,6 millones, casi un millón de los cuales procedían de la inmigración andaluza y extremeña; el PIB creció a un ritmo anual del 7,9%, y la renta por habitante se incrementó en un promedio anual del 5,3% y se dobló en el término de quince años, un hecho que permitió la difusión de la sociedad de consumo y la consecución de los primeros estadios del estado de bienestar que hacía años que se había desplegado en los Estados Unidos y en la Europa atlántica. Todo ello supuso que la demanda de embutidos, y en especial la de jamón cocido, se incrementara sobremanera. La construcción de la primera autopista española (AP7) en el año 1969, que unía Barcelona con la Jonquera hacia el norte, y con Valencia hacia el sur, y la extensión de las carreteras de vía rápida como la AP2 durante la década de 1970, acompañaron la expansión de Embotits Espina por todo el arco mediterráneo.

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producto saliera hacia fuera de manera natural. Cuando esto pasaba, se había derrochado mucho tiempo y mucho dinero. El jamón curado comenzaba a tener un mercado y encajaba bastante bien con el producto que buscábamos para reorientar el negocio. Para conseguir más rotación y poder fabricar regularmente durante todo el año, fuimos introduciendo la producción de jamón curado tipo “andorrano”, sin piel, ni pata, ni culata, y de unos 5 kilos de peso. El secado duraba entre cuatro y cinco meses, las piezas se podían colgar en los secaderos en cualquier época del año y el proceso de curación era, en general, más fácil de controlar que el del salchichón.

Etiqueta de jamón “andorrano”.

De esta manera se consiguió cambiar la orientación de la empresa durante unos años. Con el tiempo, sin embargo, el éxito del jamón “andorrano” perdió fuerza ante la llegada a los mercados de jamones de otros territorios (Teruel, Salamanca...) que no eran tan salados, habían tenido curaciones más lentas y, justamente por eso, eran más apreciados. Esta situación estimuló el inicio de pruebas para la elaboración del jamón cocido, popularmente conocido como jamón dulce: A mí siempre me había gustado probar, experimentar. Buscaba un producto que tuviera una rotación rápida y que permitiera que el capital también se moviera de forma rápida. En este sentido, es necesario tener presente que en diez días, el jamón cocido ya podía estar otra vez en la calle. Por lo tanto, el período de elaboración era mucho más corto.

Publicidad de fécula y dextrina de Callís Hnos., impresa sobre papel secante.

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Ramon Espina i Sardà: crisis y recuperación (1937-1975)

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Miquel Espina i Claveras: expansión y reorientación (1975-1993) A través de un relevo generacional progresivo que se llevó a cabo durante la década de 1970, la dirección de la empresa pasó a manos de Miquel Espina i Claveras, el hijo menor de Ramon Espina y Ramona Claveras. Pronto introdujo cambios trascendentes en la modernización de la actividad, tal como se ha comentado anteriormente. Su visión de negocio lo llevó a elaborar jamón cocido –el popular jamón dulce–, una apuesta que pronto demostró que era acertada. La empresa no paró de crecer, lo que motivó el traslado de la producción hacia las nuevas instalaciones del polígono Mas Beuló de Vic. Todo ello supuso el fin de una etapa y el inicio de un nuevo periodo en el que comenzaron a ser “especialistas en jamón cocido”.

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La nueva especialización Miquel Espina i Claveras (Vic, 1933) entró en la empresa a mediados del siglo XX y durante dos décadas trabajó de la mano de su padre para convertirse, veinte años más tarde, en la tercera generación de la familia que se ponía al frente de Embotits Espina, que entonces comercializaba los productos con la marca “Ramon Espina”.

El mercado de la Plaza Mayor. Década de 1970. (Àngel Parareda y Assumpta Gudayol, ACOS)

Mediante la observación de los procesos productivos de jamón cocido que se llevaban a cabo en empresas de la Garrotxa y Girona, el ensayo de las primeras pruebas en las cuales se cocieron 8 jamones en dos turnos diarios en una caldera de leña, y el tanteo en los procedimientos, Miquel Espina, finalmente, consiguió un producto homologable y preparado para ser comercializado. Así lo recuerda: Yo no tenía ningún tipo de experiencia en productos cocidos, pero sí que tenía una gran curiosidad. Fui preguntando por aquí y por allá y, sobre todo, escuché a la gente que tenía a mi alrededor e hice muchas pruebas. Recuerdo que cuando iba a la gestoría dejaba probar el resultado de mis experimentaciones a los trabajadores, con quien tenía confianza, para conocer su opinión. Quiero decir, con esto, que en la producción del jamón cocido tuve una formación totalmente autodidacta y que iba avanzando a medida que iba experimentando. El secreto es no tocar las cosas cuando salen bien.

Miquel Espina i Claveras: expansión y reorientación (1975-1993)

Molde rectangular. (Catálogo marca Nisge)

Herramienta para embuchar lomo y tocino. (Catálogo marca Nisge)

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Jamón en lata. Espina 1978.

La lata va ligada a los inicios del jamón cocido por su excelencia y buena conservación.

Poco después, compró un horno eléctrico de la casa Lizondo que tenía capacidad para cocer 45 jamones simultáneamente. Los jamones, que pesaban entre 4 y 5 kilos, previamente se deshuesaban, se ponían a macerar en salmuera, que también se inyectaba en la vena principal para que a través de los capilares llegara a toda la estructura muscular, y al cabo de 48 horas se moldeaban las piezas y se ponían a cocer al horno. Acabado el proceso de cocción, que duraba 8 horas, los jamones se dejaban enfriar durante les 24 horas siguientes y se envasaban definitivamente en bolsas de plástico que se llenaban con gelatina para conseguir la adherencia de la pieza de jamón cocido. Otra línea de producción era la del jamón en lata. En este caso, la pieza de jamón fresco y macerado ya se cocía al horno dentro de la lata. La experiencia de la prueba y error y algunos buenos consejos de los Laboratorios Adroer de Rubí, acompañaron estos primeros pasos del jamón cocido comercializado con la marca Espina. Más tarde, la experiencia del técnico Mariano Carrato fue capital en la consolidación de la nueva producción masiva de jamón cocido. De esta manera, Embotits Espina se iba consolidando como uno de los primeros fabricantes de productos cocidos de la comarca, con la ventaja evidente de lo que eso significaba. Las primeras producciones que hizo Embotits Espina se vendían en las charcuterías de la ciudad y en las de las poblaciones de la comarca, pero pronto se consiguió una clientela fiel en Barcelona, formada por colectivos que pedían jamones cocidos regularmente, en especial cocinas de centros escolares y de residencias como les Llars Mundet, el Col·legi de la Bonanova o les Germanetes dels Pobres, entre muchos otros. En este momento, por lo tanto, el aumento de la producción de jamón cocido era inversamente proporcional a la elaboración de salchichón tradicional. Mariano Bosch, uno de los trabajadores que vivió los cambios comentados, es consciente de la importancia que tuvo la nueva especialización: Cambiamos nosotros y cambió el contexto general. La gran virtud de Embotits Espina fue saber perfeccionar la producción del jamón dulce y especializarse en un tipo de embutido en concreto. Eso es lo que lo diferenció de otras empresas y permitió que la actividad continuara aumentando.

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Miquel Espina i Claveras: expansión y reorientación (1975-1993)


Una vez consolidada la nueva especialización en jamón cocido, Embotits Espina incorporó otros productos, como las mortadelas, el beicon y el foie-gras. También se incorporó pronto maquinaria nueva más adecuada para la fabricación de estas nuevas líneas de producción, así lo explica Miquel Espina: Yo disfrutaba más comprando una máquina que un coche. Habitualmente, las máquinas las comprábamos en Girona y en Banyoles, porque iban más avanzados que nosotros; y los moldes, en Premiá de Mar y Sabadell. Para comprobar si la máquina en cuestión funcionaba tal y como estaba previsto, estas empresas nos la dejaban a prueba una temporada.

Primeros anuncios de Embotits Espina en la década de 1980. Una apuesta decidida por la comunicación publicitaria dirigida al consumidor final.

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De la calle Nou al polígono Mas Beuló: la modernización de Embotits Espina En el año 1975 se inauguró la planta que Embotits Espina tiene en el polígono Mas Beuló de Vic (el primer polígono industrial de la ciudad), concretamente en la calle Ripoll, donde están las oficinas administrativas y la dirección de la empresa (Sede central) y se constituyó la empresa como sociedad anónima. También se aprovechó para renovar buena parte de la maquinaria e incrementarla.

Proyecto de ampliación de la nueva fábrica del Polígono Mas Beulò. Año 1977.

El cambio se precipitó por un hecho casual. El hecho es que el edificio de la calle Nou estaba afectado por el plan urbanístico que preveía la prolongación de la calle de la Misericordia hacia la plaza dels Màrtirs, justo en el punto donde la familia Espina tenía la casa y el obrador. En aquel momento, el Ayuntamiento comunicó a la familia que se debería demoler el edificio, hecho que finalmente no se llevó a cabo hasta quince años más tarde. Así lo recuerda Miquel Espina: El Ayuntamiento me dijo que aquella casa iba al suelo, y fue una suerte, porque me tuve que espabilar para hacer la fábrica nueva. A medida que la disponibilidad económica lo permitió y que el mercado lo requirió, se hicieron hasta cuatro ampliaciones de les nuevas instalaciones del polígono Mas Beuló, cosa que habría sido muy difícil, por no decir imposible, en la calle Nou. En la última época, los secaderos del edificio de la calle Nou ya no se utilizaban porque la producción de salchichones era testimonial y se dejó de hacer jamón curado para centrar toda la producción en el cocido.

Fachada de la fábrica. Año 1995.

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Mariano Bosch: 50 años de comercial en Embotits Espina Mariano Bosch entró a trabajar en Embotits Espina el otoño de 1961, precisamente el año en que se cumplía el quincuagésimo aniversario de la empresa. Entonces tenía 14 años y había acabado el bachillerato elemental. Recuerda que el aniversario de Espina pasó totalmente desapercibido, “éramos tres y el cabo”, comenta Bosch, que explica que lo fichó Ramon Espina a raíz de la amistad con su padre, que era pasante de notario y los ayudaba a llevar la contabilidad de la empresa. Bosch, que se acabó especializando en la actividad comercial, ya no se ha movido de la empresa y ahora, 50 años después, todavía continúa teniendo un pié en ella. Por lo tanto, es protagonista y a la vez un testimonio de primer orden para explicar la evolución que ha seguido Embotits Espina. Cuando Bosch se centró en la actividad comercial, la empresa ya había reorientado su producción y elaboraba, básicamente, jamón cocido. Pronto se apostó por tener representantes en el territorio. Según explica, se comenzó por Manresa e Igualada, y después se llegó a otros puntos de la geografía catalana y de España. “Hicimos la política de la mancha de aceite”, comenta el comercial, que añade que más adelante optaron por establecer la figura del distribuidor, que normalmente se encargaba de las ventas en una provincia en concreto. Bosch se centró en la comercialización de los productos en el mercado español.

De izquierda a derecha: Mariano Sánchez, Mariano Bosch, Dolors Puigsec, Miquel Espina y Pablo Martín celebrando el 75 aniversario de la empresa.

Para Bosch, el hecho de vender no tiene secretos, “no se debe engañar, se debe ser normal”, dice el comercial, que es partidario de no exagerar ni vender humo.

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Toda una vida dedicada a la empresa

Familia Espina i Ordeix. Año 1977.

Miquel Espina se dedicaba al negocio las 24 horas del día, y explica que cuando se tenía que ir de vacaciones -como mucho acostumbraba a irse 7 u 8 días- ya sufría para que todo siguiera funcionando a pesar de su ausencia. Deja muy claro que todo eso no habría sido posible sin el apoyo incondicional de su esposa, Nativitat Ordeix, con quien se casó en el año 1960 y con quien tuvo cuatro hijos: Jordi, Juli, Ildefons y Rosa Maria. Hija de Perafita, Nativitat Ordeix trabajaba de maestra y cuidaba de la familia, a la vez que apoyaba a su marido, ¡incluso durante el viaje de novios! Explican que de recién casados, y cuando emprendieron el viaje de luna de miel, tomaron un taxi para ir a Barcelona y lo llenaron de jamones, que fueron a vender y a repartir por la ciudad. Gracias al dinero de aquella operación pudieron hacer el viaje, que los llevó por diferentes puntos de la geografía española. Actualmente Miquel Espina está retirado, pero continúa estando al día de todo lo que ocurre en la empresa. Por otro lado, se muestra satisfecho y orgulloso del relevo generacional y del hecho que en estos momentos dos de sus hijos dirijan la empresa que heredó de su padre y de su abuelo.

Miquel Espina y su esposa Nativitat Ordeix.

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Un equipo de profesionales Con el cambio de ubicación, Embotits Espina hizo un importante salto adelante, tanto a nivel cuantitativo como cualitativo. El crecimiento continuo de la empresa requirió una constante ampliación de la plantilla y, a la vez, una mayor profesionalización, sobre todo para la mejora constante de la tecnología, de los procesos productivos y de los controles de calidad, que hacían necesaria la adaptación a una normativa cada vez más exigente, mientras que crecía la necesidad de innovación para mantener la competitividad de la empresa. Todo ello se tradujo en el establecimiento de laboratorios propios y en la contratación de veterinarios, biólogos, ingenieros y economistas, pero también mecánicos o contables, entre otros profesionales que, juntamente con los operarios, formaron un equipo multidisciplinar de gran valor. De las tres personas que dirigían el negocio a principios de los años 60 (Ramon y Miquel Espina y Maria Capdevila), a finales de la misma década se pasó a 15, a causa, en parte, de la nueva especialización en el jamón cocido, aún en el obrador de la calle Nou. En la década de los 80 ya eran 60 los trabajadores en plantilla. Actualmente, el número de persones que trabaja en Embotits Espina se ha incrementado hasta más de 150.

Antonio Bernal, Mariano Carrato y Miquel Espina en el stand de Poly-Clip en una feria de maquinaria en Barcelona.

Queda patente, pues, que la figura de Miquel Espina ha sido fundamental para el desarrollo de la empresa. No obstante, en el decurso de los más de 40 años que estuvo en activo, Miquel Espina tuvo el apoyo incondicional de un gran número de trabajadores y profesionales, sin los cuales no se habrían conseguido los hitos realizados.

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¿De dónde surge el jamón cocido? Los orígenes del jamón cocido se encuentran en la Europa atlántica, lo que hoy día es Dinamarca, Alemania, Francia y el norte de Italia, y también en las Islas Británicas, de donde es originario el jamón de York. En general, se podría decir que ésta era la forma habitual de elaborar el jamón en la llamada Europa fría, y que esta tradición no se dio a conocer en nuestro país hasta los años cuarenta del siglo XX. El muslo del cerdo hervido con hierbas y conservado con sal y humo es la fórmula más básica del jamón cocido. Actualmente, sin embargo, la elaboración es más sofisticada, tanto por lo que se refiere a los ingredientes como al tiempo de maduración para obtener los sabores y aromas característicos de cada fabricante. El jamón cocido también se popularizó con el nombre de jamón dulce, seguramente para contraponerlo al tradicional jamón curado y salado que se elaboraba en lugares más soleados. Es necesario remarcar, no obstante, que si bien es cierto que es más suave, no es propiamente dulce, ya que incorpora muy poco azúcar. Actualmente ha calado hondo perseguir el equilibrio entre los conceptos de “comer bien” y “comer sano”. Con el convencimiento de las sociedades opulentas de la importancia de establecer unos parámetros de alimentación sana, equilibrada y baja en calorías, el jamón cocido, digamos que responde adecuadamente a estas exigencias. Los valores nutricionales del jamón cocido pueden presumir de aportar proteínas de alta calidad en relación a los bajos niveles de grasa que contiene. Los fabricantes de jamón cocido han invertido muchos recursos para disminuir el porcentaje de grasas de la carne y desmarcarse así de los embutidos con niveles de colesterol demasiado altos para ser consumidos regularmente.

Tres imágenes del proceso de elaboración del jamón cocido: deshuesado del jamón fresco, cocción y producto acabado.

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Miquel Espina i Claveras: expansión y reorientación (1975-1993)


Miquel Espina i Claveras: expansiรณn y reorientaciรณn (1975-1993)

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Juli Espina i Ordeix: internacionalización y diversificación (1993-2011) La historia de Embotits Espina está llena de innovaciones trascendentes que dan fe del dinamismo de la empresa y de su constante modernización. En este sentido, la dirección de Juli Espina, desde 1993 hasta la actualidad, la cuarta generación al frente de la empresa, no es una excepción. Desde que se incorporó, se iniciaron nuevas líneas de negocio con productos de mayor valor añadido y se ampliaron las instalaciones. Hoy Embotits Espina produce una media de 6,7 millones de quilos de embutidos anuales de los cuales exporta el 55%.

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La cuarta generación al frente de la empresa Juli Espina i Ordeix (Vic, 1961), el segundo hijo de Miquel Espina y Nativitat Ordeix, comenzó a trabajar en la fábrica de la calle Nou cuando tenía catorce años durante los veranos y sábados. Precisamente fue de joven, mientras comenzaba a familiarizarse con el negocio, cuando se produjo, en el año 1975, el traslado a las nuevas instalaciones del polígono Mas Beuló, al norte de la ciudad. Primero combinaba los estudios de Administración en La Salle de Manlleu con el trabajo en la empresa y después, a partir del año 1979, se centró en el trabajo y regularizó su situación laboral en Embotits Espina. A lo largo de una quincena de años, Juli Espina pasó por diferentes departamentos de la fábrica por voluntad expresa de Miquel, su padre. De esta manera, pudo conocer de primera mano todas las secciones, desde la entrada de producto fresco hasta el empaquetado, pasando por la embutición, el desmolde de los jamones o la inyección y preparación de salmueras. Una vez culminado este proceso de aprendizaje, pasó a tener responsabilidad de encargado en algunas de estas mismas secciones. Durante este período tuvo a su lado a Mariano Carrato, una persona reconocida y con una dilatada experiencia dentro del mundo cárnico, que le enseñó el oficio y las técnicas más avanzadas del momento.

Juli Espina i Ordeix: internacionalización y diversificación (1993-2011)

Fotografía de la Plaza de Vic un día de mercado. Año 2010. (Ajuntament de Vic)

Grabado original de Embutidos Espina presente en muchas etiquetas de los años 1980.

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Miquel Espina cedió el testigo de la dirección de la empresa a su hijo Juli en el año 1993, cuando sufrió una enfermedad que lo obligó a retirarse de la primera línea de dirección. Justo en aquellos momentos, Juli trabajaba en los departamentos de fabricación y de compras. Fue entonces cuando asumió las responsabilidades que hasta entonces había ejercido su padre, al ser nombrado director general de Embotits Espina, cargo que ostenta en la actualidad. Este relevo supone la cuarta generación de la familia al frente de Embotits Espina. Juli Espina es plenamente consciente de que gracias a la visión de negocio de su padre ha asumido la dirección de una empresa altamente competitiva, capitalizada y saneada. Así pues, asumió el relevo con una cierta tranquilidad pero, también, con el reto de seguir innovando y expandiendo la empresa: Embotits Espina patrocinó durante la década 1990-2000 las ediciones del Rally Paris-Dakar del piloto vicense Jordi Arcarons.

Fotografía de beicon extra. Espina 2009.

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Siempre he estado muy a gusto en el trabajo y, como mi padre, también he procurado innovar y aportar valor añadido. Ciertamente, si hoy estamos donde estamos es porque mi padre encarriló bien el negocio. Gracias a él, aquel pequeño obrador que había producido salchichones de manera tradicional durante décadas y décadas, se convirtió en una empresa de dimensiones notables y líder en la producción de jamón cocido, un producto que permitió a Embotits Espina alcanzar una nueva escala. La expansión de la empresa ha continuado de la mano de Juli Espina y de su equipo de dirección mediante la especialización en productos como el beicon cocido y las mortadelas, o la apertura de nuevas líneas de negocio ciertamente prometedoras, como el lonchado de productos y los sándwiches y brioches rellenos. Por otro lado, la penetración en los mercados de las grandes superficies comerciales y la orientación internacional de les ventas, han devenido en los ejes de su expansión. Todos estos cambios se han materializado en un incremento notable de la producción y, por extensión, de la superficie de les instalaciones, que han tenido que incorporar las nuevas líneas de producción. Al mismo tiempo, la plantilla de trabajadores también ha aumentado de forma constante, de manera que, de los aproximadamente 40 operarios en plantilla que tenía la empresa cuando Juli Espina asumió la dirección, se ha pasado a los más de 150 en el 2011, año del centenario de Embotits Espina.

Juli Espina i Ordeix: internacionalización y diversificación (1993-2011)


Mantener viva la marca Ildefons Espina – tercer hijo de Miquel Espina – entró a trabajar en la empresa en el cambio de siglo como director de marketing. Según explica, el objetivo principal de su trabajo es “dar cada día más visibilidad a la marca Espina”. En este sentido, tiene a su cargo la imagen de los productos y su embalaje. Asimismo gestiona la adaptación de les marcas blancas a las líneas de producción de la empresa. Paralelamente, se encarga de preparar la participación de la empresa en diferentes certámenes y de trabajar en la búsqueda de nuevos productos y presentaciones. El objetivo es, dentro de las posibilidades técnicas y humanas de la empresa, introducir nuevas líneas de producción que permitan que Embotits Espina continúe en la primera línea del sector.

Logotipo Espina creado por la diseñadora gráfica Pati Núñez. Año 1999.

Nuevas instalaciones para nuevos productos: el lonchado Dos décadas atrás, la producción de jamón cocido ocupaba buena parte de la actividad de la empresa. Hoy día, en cambio, la aportación a la facturación global sigue siendo importante, pero la introducción de líneas de producción de beicon cocido y ahumado y de mortadelas la han hecho disminuir, de manera que el jamón cocido ahora aporta, aproximadamente, una tercera parte de la facturación, mientras que el beicon ya representa el 40% del total y las mortadelas, el 15 %. Juli Espina repasa esta evolución: Con el paso del tiempo la producción de jamones ha crecido. Sólo se necesita tener presente que actualmente se hacen unas trescientas cincuenta piezas simultáneamente, en cada cocción, y se hacen varias cocciones cada día. Pero la producción de beicon ha crecido a un ritmo todavía más importante, desde los comienzos de 1990, cuando empezamos a realizar las primeras pruebas. Una situación similar se da con las mortadelas. De hecho, cuando llegamos al Polígono Mas Beuló nos pareció que sobraba espacio por todos lados y nos costó acostumbrarnos a la nueva fábrica, porque las distancias eran grandes, comparadas con el obrador histórico de la calle Nou. Al cabo de pocos años, sin embargo, ya no sobraba espacio, al contrario, la nueva nave se había vuelto pe-

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Traslado de las líneas de lonchado a la nueva fábrica en el "Polígon d'Activitats Econòmiques de Vic".

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queña y para poder ampliar las instalaciones, tuvimos que comprar una parte del espacio del vecino. Hasta ahora, Embotits Espina ha hecho cuatro ampliaciones en las instalaciones de la calle Ripoll, que tienen una superficie de 6.000 m2.

Surtido de sándwiches Espina.

A finales del siglo XX, la difusión de las grandes superficies comerciales, la reorganización del ocio y la plena integración de la mujer en el trabajo, entre otros cambios sociológicos, se tradujeron en nuevos hábitos de consumo que favorecieron la compra de alimentos empaquetados en pequeñas porciones y servidos en los estantes refrigerados de los establecimientos comerciales. En este sentido, Embotits Espina se adaptó a las nuevas demandas sociales a través de la introducción, en el año 1995, de una nueva línea de embutidos cocidos y curados lonchados. El lonchado de productos ha supuesto la introducción de una línea de negocio innovadora que ha impreso carácter a la empresa. Esta actividad comenzó en la fábrica de la calle Ripoll en el año 1995, con una sola línea de producción. Juli Espina lo recuerda:

Jamón cocido extra “Gran Confit”.

La introducción del lonchado obligó a cambiar el sistema de trabajo de la gente. Se tuvieron que implantar nuevos procesos de fabricación y fue necesario transformar la mentalidad de los comerciantes, de los vendedores y de los distribuidores. No tiene nada que ver el proceso de hacer y vender una pieza entera o de fabricarla para ser lonchada en porciones. La puesta en funcionamiento del lonchado aumentó las posibilidades de colaboración con las grandes áreas comerciales y supuso la recuperación de productos curados, como el salchichón y el chorizo, que se elaboran y se secan en las instalaciones que tiene la

Productos lonchados de Embotits Espina en un expositor lineal de una superficie comercial.

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empresa en Manlleu. El éxito del lonchado permitió construir una nueva nave (Espina Llescats), situada en el Polígono de Actividades Económicas de Vic (PAE), con una superficie total de 8.000 m2 que se inauguró en dos fases, una en 1997 y la otra, en 2002. Esta nave tiene una “sala blanca” con cinco líneas de producción de lonchados y otra de sándwiches. Así pues, Embotits Espina dispone de tres fábricas donde se reparten la actividad. Estas fábricas ocupan una superficie total de 18.000 m2 a los cuales hay que agregar una provisión de espacio adicional de 2.800 m2, ubicados en el solar contiguo del de la fábrica original del polígono industrial del Mas Beuló. En este solar hubo una industria lanera y, actualmente, es donde la empresa tiene instalada la depuradora de aguas residuales. Desde el punto de vista cualitativo, Embotits Espina siempre ha velado por aplicar la mejor tecnología al servicio del producto y del cliente. De hecho, sólo respetando los sabores y las esencias de las materias primas, se consiguen productos de alta calidad coherentes con el entorno y con la historia. Por eso la empresa se sirve de una tecnología moderna y precisa que está en constante actualización.

Sala blanca de productos lonchados de Embotits Espina.

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Dos equipamientos necesarios: la depuradora y la planta de cogeneración Desde el año 1995, Embotits Espina dispone de una depuradora para las aguas residuales que se generan en la fábrica del polígono Mas Beuló. Las primeras instalaciones seguían un proceso fisicoquímico pero, desde el año 2007, es de carácter biológico. En este sentido, Espina figura entre las empresas que mejor calidad de agua retornan a la red. Las aguas, una vez depuradas, se vierten en el colector, “pero podrían verterse tranquilamente en el caudal del río”, comenta Xavier Massó, responsable del área de calidad. En el año 2008 se inauguró la planta de cogeneración, accionada con gas. La electricidad que genera se vende a la red y el calor que se produce, se aprovecha para calentar el agua y producir vapor para cocer los jamones y el beicon de la planta del polígono industrial Mas Beuló.

Embotits Espina se abre al mundo: internacionalización y calidad A medida que las instalaciones y la oferta de los productos Espina se iban ampliando, se impulsó la actividad exportadora. La exploración y la conquista de los mercados internacionales ha devenido en una de les divisas de la última etapa de la empresa, tal como comenta su director general:

Gemma Blanc, departamento de exportación.

Pienso que [los mercados internacionales] antes eran el futuro, y que ahora ya son el presente inmediato. El crecimiento de la empresa exigía el proceso de internacionalización que hemos llevado a cabo durante las últimas dos décadas. Por otro lado, una empresa como nosotros, que fabrica una cantidad de quilos considerable, si no exportara no sabría dónde ponerlos. Ciertamente, todo ha ido muy acelerado, pero creo que vamos por el buen camino. Los comienzos de la exportación se sitúan hacia el año 1992, cuando se iniciaron los contactos con clientes rusos poco después de derrumbarse el régimen soviético y que abrazasen la economía de mercado. Después de Rusia vino el mercado de Rumania y ya hace casi 16 años que Embotits Espina abrió una oficina comercial en Bucarest para crear nuevos mercados en aquel país. Al cabo de un tiempo inició allí la fabricación de productos, pero finalmente se optó por no continuar con la actividad productora por

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los problemas con los suministros y con la calidad de las materias primas. Actualmente se trata de una filial comercial de Embotits Espina en la cual trabajan 25 personas. Esta delegación dispone de almacén, oficinas y una red de vendedores. La segunda delegación que tiene la empresa ha abierto sus puertas este 2011 en Benín, en el África occidental. Se trata de una oficina comercial que Embotits Espina ha puesto en marcha con la intención de atender nuevos mercados en el continente africano. Es una apuesta arriesgada por la compejidad logística que conlleva, pero con buenas expectativas. Actualmente, Embotits Espina exporta a más de 20 países de Europa, Asia y África. Para concretar esta tarea dispone de un departamento de exportación que se encarga de gestionar y supervisar el grueso principal de las ventas de la empresa. Lo explica Xavier Campos, manager de exportación de la empresa: El sector exportador se encuentra plenamente consolidado y el potencial de crecimiento es elevado. Para organizar los pedidos y distribuir la mercancía, disponemos de una red de ventas y en algunos países tenemos delegación propia. El perfil de los clientes es diverso: mayoristas, importadores, grandes distribuidores, intermediarios comerciales, etc. Después de una trayectoria exportadora de más de 18 años, la empresa ha conseguido personalizar el producto de acuerdo con las necesidades de cada mercado y en algunos la marca Espina disfruta de una gran popularidad.

De izquierda a derecha: Josep Parramon (finanzas), Gemma Blanc (exportación) y Juli Espina (director) caminando hacia la feria de alimentación Prodexpo. Moscú, año 1987.

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Embotits Espina en el mundo. El destino de las exportaciones: Alemania, Andorra, Benín, Bulgaria, Camerún, Corea del Sur, Croacia, Chipre, Dinamarca, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Irlanda, Kazajstán, Líbano, Malta, Noruega, Portugal, República Checa, Rumania, Rusia, Suecia, Ucrania.

La vocación exportadora de Embotits Espina ha requerido la homologación de la empresa a los estándares de calidad más exigentes. Desde hace años sigue unos controles impecables de todo el proceso de producción, que aseguran la máxima calidad de los productos finales. La empresa fue de las primeras de su entorno en tener laboratorio propio, en el cual se hacen análisis fisicoquímicos y biológicos tanto de las materias primas como del producto acabado. Lo explica Juli Espina: La empresa tuvo la gran oportunidad de poder comenzar a trabajar con Gallina Blanca, hace 16 o 17 años, o quizás más, y se aprendió mucho de esta experiencia. Es una empresa muy bien estructurada, que nos obligó a seguir unas pautas de trabajo muy exigentes que en aquel momento pocos seguían, en el mundo cárnico.

Logotipos de los certificados IFS y BRC.

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En este momento, la empresa dispone de las homologaciones IFS alemana y de la BRC inglesa, dos de los registros de control de calidad internacionales más exigentes. Estos certificados garantizan altos estándares de calidad en infraestructuras y rigor en el proceso de producción.

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Un amplio catálogo de productos Actualmente, Embotits Espina ofrece una amplia gama de embutidos cocidos y curados, que comercializa en diferentes formatos y porciones: piezas enteras, lonchados -disponibles en diferentes gramajes y condiciones de conservación-, lonchas finas, cintas, barras industriales y lonchas en bandejas para la hostelería. En este sentido, los envases son de diferentes formas y dimensiones para que el cliente pueda escoger el producto más adecuado a sus necesidades. La carne de cerdo es la materia prima básica, pero no la única. En este sentido, también se utiliza carne de pavo y de pollo. En todos los casos, Embotits Espina adquiere la carne fresca en los mataderos del entorno y vela por su calidad. Una vez elaborados, los productos que se venden al comercio tradicional se comercializan bajo la marca de Embotits Espina, igual que el 70% de las exportaciones. Los que se producen para grandes áreas comerciales y el 30% restante de les exportaciones, en cambio, se comercializan bajo una marca blanca.

Expositor lineal de una gran superficie comercial con productos Espina, entre otros.

Les cifras de producción Embotits Espina fabrica anualmente un promedio de 6,7 millones de quilos de embutido, y en lo referente a la sección de lonchados, se venden 14 millones de sobres. Este 2011 se prevé una facturación de unos 28 millones de euros. El volumen de les exportaciones supone el 55% del total de la producción. Las ventas en grandes áreas comerciales representan el 30% del total de la producción y los pedidos del comercio tradicional suman el 15% restante.

Distribución de las ventas Exportación Áreas comerciales Comercio al detal

Juli Espina i Ordeix: internacionalización y diversificación (1993-2011)

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Proyección de futuro Desde el momento en que se creó, la pequeña empresa familiar Embotits Espina se ha ido transformando, adoptando las nuevas tecnologías y creciendo en tamaño, aunque conservando siempre y con cuidado las tradiciones de los procesos de elaboración de cada producto. La familia Espina ofrece un sello de embutidos de primera calidad, apoyado por la sabiduría y la experiencia transmitidas durante cuatro generaciones. Durante casi un siglo de vida, la empresa ha perfeccionado diversas técnicas de tratamiento del embutido de cerdo, ha innovado en recetas y presentaciones, y se ha destacado como marca especialista en jamones cocidos. Es por este motivo que Embotits Espina se ha marcado una serie de hitos; así los resume Juli Espina: Desde el punto de vista comercial: - Incrementar la cuota de mercado exterior. En un plazo medio, se pretende llegar al 70% de la facturación en exportaciones internacionales. - Velar por el mercado español. Por eso es necesario profundizar en la mejora de la calidad del servicio a los clientes nacionales y expandirse hacia nuevas plazas comerciales. Desde el punto de vista productivo: - Optimizar les líneas de producción existentes. - Crear nuevos productos y nuevos envases en consonancia con las demandas de la sociedad. Desde el punto de vista organizativo: - Alcanzar un mayor nivel de automatización de procesos y trabajar en la reducción de residuos, sobre todo plásticos.

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Juli Espina i Ordeix: internacionalización y diversificación (1993-2011)


Juli Espina i Ordeix: internacionalizaciรณn y diversificaciรณn (1993-2011)

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Historia grรกfica 1911-2011

1911

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1935

1950

Anexo


1975

Anexo

1980

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1980

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1990

Anexo


1999

Anexo

2011

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Los profesionales y las secciones. Imรกgenes actuales

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Anexo


Anexo

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Los profesionales y las secciones. Imรกgenes actuales

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Anexo


Anexo

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75 aniversario

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Anexo


Anexo

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Gracias a todos Trabajadores Embotits Espina 1950-2011

Maria Capdevila Josep Areñas Lluís Collell Marino Bosch Mariano Sánchez Pablo Martín Maria Àngels Llastanos Ramon Pratdesaba Antonio Auqué Marcelino Iglesias Juan José Valentín Mariano Carrato Miquel Roca Josep Parramon Josep Arumí Jordi Llastanós Maria Simó Bartomeu Codina David Sallés Teresa Ricart Valentí Sanjaume Josep Santaularia Montserrat Gallach Mercè Ricart Josep Cabrera Lluís Piella Maria Dolors Barceló Carme Molist Andreu Presseguer Josep Gallifa Francesc Boek Carles Freixes Josep Fornells Enriqueta Vilardell Llorenç Andreu Francesc Xavier Comasolivas Joan Casanovas Núria Mayor Montserrat Serra Josep Jucglà Josep Vila Joan Homs

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Merce Ferrer Josep Molist Franz Boeck Josep López Ramon Solà Teresa Jutgla Enric Comas Jaume Arbat Anna Maria Cos Enric Bigas Maria Antonia Martínez Joan Serrat Mercè Teixidor Miguel Ángel Ortíz Maria Pilar Ausió Maria Rosa Godoy Pere Casanovas Manuel Cros Felip Molist Josep Riera Josep Maria Plà Joan Puigdollers Núria Coma Joan Tordera Joan Valls Josefina Collell Miguel-Ángel Sala Antonio Montesinos Daniel Castellar Francisca Navas Maria Carme De La Torre Ferran Navas Jordi Serra Lluís Soler Joan Manel Aranda Antoni Teixido Carme Masoliver David Parramon Carlos Negrete Fernanda Rodríguez Martín Fernández Alfonso Corredor

Núria Arumí Glòria Moreno Maria Del Mar Reina Maria-Ángels Ferrer Jordi Balasch Robert Camacho Maria-Carmen Loriente Hipólito Grande Jaume Dinares Rosa-Maria Alcazar Laura Homs Abel Garolera Petra Iglesias Ramon Puntí Carles Roldán Hilari Perona Manuel Molina Raimon Arumí Concepció Molas Sílvia Estrada Francisco Martínez Dolors Vives Manuel Obach Marta Roldan Gemma Blanch Agustina Molano Ángel Subirana Lluís Jufre Josep Maria Garolera Emili Navarro Josep Mosull Nuria Cullell Marta Parramon Ferran Moruno Alex Diego Jose Dominguez Josep Maria Corominas Xavier Freixes Maria Carme Pozo Francisco Romacho David Gallach Mateu Pino

Cristina Soler Sígfrid Maier Marc Morera Antoni Preseguer Jacint Llastanos Juan Bou Rosa Maria Espina Jaume Rifa Ingrid Escobar Salvador Garrigo José Antonio Álvarez Olga Juvinya Maria Carme Requero Juana Molina Imma Sabaté Maria Dolors Puigsech Francesc Serra Jaume Casellas Marta Camps Marta Pintó Moisès Alarcón Sonia Bautista Antoni Joan Mercè Josep Ruíz María Zoelia Agudelo Francesc Torres Anna Maria Pujol Sandra Duran Silvia Rodriguez Josefa Lanchas Miquel Foradada Roger Mir Alejandro Burgales Jordi Puig Maria Boixeda Agustín Garcia Sonia Fernandez Xavier Puntí Gerard Banús Ramiro Antonio Álvarez Maria Dolors Sánchez Estel.La Roca

Anexo


Ángel Vila I Martinez Joaquim Planas Maria Montserrat Nadal Enric Castells Enric Gallifa Núria Masoliver Francisco José Córdoba Jordi Valldeperas Pedro Lianes Manuel Canete David Teulats Josep Miquel Márquez Francesc Fernandez Ildefons Espina Juan- Antonio Payán Cristina Arisa David Cobo Miquel Camps Lluis De Monteys Elisabet Ortega Màxim Crosas Montserrat Casas Rocio Marquez Maria Isabel Hortas Sergi Llado Pere Puig Ramon Godayol Xavier Muntadas Jordi Godayol Sebastià Diaz Amanda Franquet Miguel Eugenio Morante Mònica Fernandez Eduard Dordal Aurora Expósito Araceli Del Castillo Pilar Freixa Joan Ferrer Teresa Zambrana Teresa Puig Rosa Iglesias Vanesa Fernández

Anexo

Margarita Avella Amanda Ferrer Pilar De Francisco Maria Antònia Costa Anna Serra Xavier Gallego Blai Pratdesaba Miquel Saborit Elisabet Costas Judith Mas Marina Alsina Isolda Trilla Purificación Jiménez Joan Juvanteny Nuria García Esther Montero Joan Carles Nieto María Mendoza Dolors Carbó Josefina Rusiñol Eva María Portillo Jordina Solé Manuel Ávila Anna María Quero Montserrat Tona Aracel·li Esther Díaz Marta Saborit Sílvia Fernández Josefa Vilalta Juan-Carlos Hernández Imma López Jaume Bruguera Joaquim González Josep Maria Casellas Anna Trías Luís Arcos Marta Altarriba Sandra Cañada Manuel Subirats Jordi Barril Montserrat Gaja Ana Maía Heras

Clementina Gómez María Asunción Silva Núria Girabent Elisabet Povedano Iván Nieto Jacint Salabert Sara Povedano Mercè Márquez Eduard Verdaguer Irene Casals Joan Manel Linares Maria Serra Vanessa Solà Alba Ramos Manuel Obach Martí Comerma Maria Carme Peña Josep Carrasco Maria Carmen Pacheco Núria València Albert Ferrer Ángels Ramon Dolors Bou Esperanza Navarro Esther Alegre Francisca Navas Juan Rafael Guàrdia Manuela Morro Mercè Viñeta Meritxell Noguer Mònica Bernardo Núria Muñoz Enrique Gómez Meritxell Orriols Lourdes Valencia María Carmen Silva Miquel Acevedo Josep Raül Fajardo Manuel Robledo Federico Del Río Miguel Ángel Sampedro Sandra Calahorro

Raquel Matesanz Pedro Moratalla Víctor Kharbouche Laura Casassas Laura Mosull Albert Vilardell Xavier Sánchez Jordi Vila Xavier Girbent Ana María Fernández María Isabel Cámara Palmira Rota Gemma Vilalta Antoni Costa Asunción Cortes Aurora Condal Carme Vila Édgar Quillaos Silvia Castillo Elisa Mir Elisabet Puigdollers Laura León Rebeca María Sierra Isabel Terrés Maria Del Remei Pacheco Anna Bruguera Emilia Alejo Esther Sancho Francisco Gónzalez Laura Robledo Maria Carme Crespiera Verónica Castillo Isabel Molina Ramon Erra Juan-Luis Gálvez Owens Lucky Morris Montserrat Arjona Julian Arturo Gónzalez Daniel Morales Eugenio David Blanco Sandra Ruíz Gregori Embun

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Gracias a todos Trabajadores Embotits Espina 1950-2011

José Wilfredo Valverde Eva Coll Jaume Camps Jénifer Quintero Bárbara Expósito John Mark Maria Teresa Ferres Esther Quintero Joan Parés Cristina Bayón Antonio Montero Xavier Fernández Elisabet Solé Susana Gónzalez Ramon Puig Samuel Kwesi Eulogia Galeano Frank Boakye Gemma Grajera Joan Comerma Jordi Capafons Richard Oteng Muhamadu Mutawakilu Dolores Barasategui Maria Dolors Pielias José Manuel Díaz Ester Gallego Míriam Escobar Raquel Muñoz Sandra Figuerola Manuela Enríquez Ibrahim Ahmed Carme Pérez Montserrat León Elefteria Tzioras Narcís Vilaró Marc Valldeneu Montserrat Godayol José Luís Hernández Silvia Martín Irene Sánchez Raúl Cañete

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Miquel Coll Rosa Ruaix María Luísa Lara Núria Farrerons Balbina Nogueras Maria Ángels Montoya Carmen Pareja Carolina Betsy María Patrocinio Martos Núria Puig Sandra Vilella Pedro Morales David Joe Turkson Yolanda García Carlos Campos Meritxell Gónzalez Nuria Muñoz María Córdoba Ángeles Checa Nativitat Solà Tània Andreu Teresa Jutgla Carme Piñol Maria Teresa Plana María Vistos Bertha Emiliana Barrionuevo Martí Terricabras Daniel Vasco David Montero Xavier Campos Judit Tarruella Montserrat Pons Manuela Amado María Luísa Pulido Mónica Romero Dolores Bonilla Anna Masoliver María Teresa García Marisol Fernández Ángeles Arquero Octavian Nedea Joan Leiva

Dolors Alcolea Alícia Cerdans Montserrat Checa Noemí Ovide Gemma Laffitte Jaume Garolera Marta Girabent Maria Carme Coloma Gabriela García Elisabet Párraga Ileana González Maria Soledad García Núria Simón Yolanda Bogado Ruleide Joana Villacís Ana María González Irene Toribio Luz Janett Atamari Joan Puig Elisabet Jutglar Marta Huguet Ibrahim Mohammed Anna Presseguer Oriol Cirera Xavier Huguet Pilar Peiris Albert Novell Aleix Novell Amancia Campoy Juana Navarro Marta Ges Josefina Cornet María Javier Barzallo Berta Torrents Alexis Crosas Montserrat González Montserrat Sepúlveda Hadi Mohammed Jénifer Quintana Maria Teresa Palau Vanesa Jiménez Laura Burgos

Rosario Montaño Alicia Murillo Anna Maria Masnou Antonia Martos Beatriz Gil Jésica Muñoz Quim Pairó María Dolores Muñoz Mercè Márquez María Dolores Álvarez Joaquim Rifà Josep Pujol Zoraida Ovide Albert Vila Miguel Ángel Martínez Charles Asante María Carmen González Madrona Mallol Sandra María Soneira Ana Rosado Gemma Martínez Núria Moya Joseph Kwaku Rosa Maria Puigoriol Albert Codony Maria Carme Colom Oriol Cazorla Isabel Bermúdez Carolina Hidalgo Karol Zajac Albert Vilaró Jianfen Zheng Míriam Alexandra Duarte Moussa Fane Alibagu Mustapha Halima Kulakowska Yuping Ye Alex Kwabena Zhongying Ye Anna Piella Ramon Masferrer Francesc Xavier Masó

Anexo


Pius Abiodun Rafael Muria Ruhong Fan Luis Florencio Benitez Pius Abiodun Sònia López Gil Mauri Laura Macià Montserrat Serra Carmen-Elena Villacís Míriam Alexandra Duarte Lluís Espinosa Yolanda Veiga David Caballero Dinesh Kumar Kang Xia Ana María Molina María Pilar Abellán Juying Jin Jaume Cuní Berta Gil Dolores Jiménez Edison Vicente Jamila Achehboune María Carmen García María Jacobed Barros Sílvia Conill Idrissa Sabaly Kwabena Agyei Manel Bassas Tina Forson Peter Adjei David-Joe Turkson Ifeanyi-Joseph Amobi Anthony Kwasi Gurmit Singh Francisco Luengo Francisco Hernández Henry Calderón Andrés Rodríguez Albert Torres Josep Martínez

Anexo

Núria Oliva Wania Serena Martina Roku Michael Orobosa Modesta Omeñe Ames Akowiah Artur Jorge Barroso Dos Santos Gemma González Hope Osofo Josep-Maria Banus Maria Antonia Umeñe Ophelia Yanna Osarieme Kennedy Amarjit Singh Mark Kwaku Shabeg Singh James Akowiah Marc Solduga Alvaro-Augusto Zevallos Elisabeth Lopez Noemi Rodriguez Salwant Singh Núria Cinca Roberto Magro David Ranera Jesús Trulls Cristina Pui Dalmau Domingo Francesc Cuní Josep Espinal Viktoriya Monastyrka Juan Antonio Espiñeira Maria Carmen Rodríguez Cristina Tisora Ferran Girvent Nil Casellas Andrey Kakovskiy Joaquín García Juan González Miquel Dels Sants Colomer Joan Tordera Hipólito-Antonio Marte

Luis De La Fuente Oriol Sanmartí Antonio-Luis López Montserrat Mayo Xavier Comas Nuria Jutglar Tomas Aliberch Enric Costa Guillem García Francesc Homs Laura Jofre Marta Arenas Peter Adjei Maria-Dolors Barnola Xavier Guilemany Jesus Viñolo Enrique Gómez Carlos Díaz Jose Luis Alvarez Francisca Canales Ramon Casas Veselin Georgiev Abdul-Rahmain Alhaji Jessica Angulo Albert De La Fuente Ana María Piciorang Irene Masó Marco Antonio Pérez Maria Carme Estévez Mònica Molina Cyprian-Montunrayo Fatai Mireia Riera Jordi Rovira Ketty Cecilia Asensio Lucy Solís Juan Arquillo Juan Carlos Blázquez Esteban De La Fuente Zenovia Ascárraga Victor-Manuel Navalón Francisco Moya Adrià Torrents

Alba Gallach Alex Morales Alexandre Aliberch Joan Serrat Oriol Espina Eduard Saborit Laia Jufre Edgard-Eduardo Quillaos Roger Aguayo Clara Montaner Albert Carol Jordi Arbat Carles Galia Josep Crous Aleix Segales Miguel Castro Anzhelia Shonia Laurenta Barbu Maria-Laurindia Da Silva Monica-Mercedes Marchena Silvia Conill Sònia Bojados Valentí Viñas Verónica García Pau Muns Sílvia Alonso Miquel Alonso

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Bibliografia Associació Amics de Tavertet. Collsacabra. 1900-2000. Sant Vicenç de Castellet: Farell, 2005. Abadal, Joaquim d‘. Cultius de la Plana de Vic y conveniencies d’extendre més el cultiu de plantes farratgeres. Actas del XI Congreso de la Federació Agrícola Catalana-Balear, 1909. Amades, Joan. Costumari Català. El curs de l’any. Barcelona: Salvat Editores-Edicions 62, 1983. Cabana, Francesc. Fàbriques i empresaris: els protagonistes de la Revolució Industrial de Catalunya. Barcelona: Enciclopèdia Catalana, 1992-1994. Vols. 2 i 4. Castell i Castells, Pere. «Els inicis de la indústria càrnia a Osona (1850-1920)». Estudis d’Història Agrària, núm. 14 (2000), págs. 255-294. Castellà, Raquel. La vida a pagès. Imatges de la vida quotidiana a les Masies de Roda, Les Masies de Roda: Ajuntament de les Masies de Roda, 2008. Callís i Marquet, Josep. «La cria de porcs a la comarca de Vic». Revista de la Cambra Agrícola Ausetana, núm. 35 (1908), p. 497. (Extraído de la Gazeta Montañesa del diciembre de 1908). Comella, Joaquim [coord.]. La llonganissa de Vic. Del rebost del pagès a la taula del rei. Vic: Casa Riera Ordeix, 1992. Dolcet, Josep; Pons, Ignasi [coord.]. Els embotits de Catalunya. Barcelona: Generalitat de Catalunya, 2010. Farrés i Malian, Francesc. Fotografia Històrica de la Plana Vic. Vol. II: De la República a la postguerra. Barcelona: Edicat, 1985. Ponce i Vivet, Santi. «Ferrocarril, agricultura i mercat. Els efectes del transport ferroviari a l’economia d’Osona (1875-1924)». Estudis d’Història Agrària, núm. 14 (1992), págs. 127-153. Ponce i Vivet, Santi. Transformacions agrícoles i canvi social a la comarca d’Osona. Segles XVIII-XX. Vic: Eumo Editorial, 1999. Ponce i Vivet, Santi. «El procés d’especialització ramadera a la Plana de Vic (1850-1930)». Estudis d’Història Agrària, núm. 14 (2000-2001), págs. 185-196. Ponce i Vivet, Santi [coord.]. Gurb, un poble arrelat a la terra, Gurb: Edicions l’Àlber-Ajuntament de Gurb, 2002. Ponce, Santi; Ramisa, Maties. El Mercat del Ram, la fira de la ciutat de Vic, Vic: Ajuntament de Vic, 2006. Reparaz, Gonçal de. La Plana de Vic. Barcelona: Barcino. Salarich, Joaquim (1870), El salchichón de Vich. Círcol Literari de Vic: Vic, 1928. Salgot, Pere [et al.]. Embotits Salgot, 75 anys d’història. Embutidos Salgot, 2003. Solà i Sala, Josep M. «Les vingudes del rei Alfons XIII a Vic». Ausona (9-II-1980), pàgs. 10-11. Torrado, Llorenç. Els embotits a Catalunya, una tradició, un art, una indústria. FCIC: Barcelona, 1985.

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