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Abdominal adverso y la Narracion de Historias

EL ABDOMINAL TRANSVERSO Y LA NARRACIÓN DE HISTORIAS

Seguro te estás preguntando qué tiene que ver una cosa con la otra. Aquí te lo voy a decir

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Debajo de todo ese entramado de «cuadritos» musculares que tanto se precian de tener los fisiculturistas, hay un músculo al que casi ninguno le pone atención, precisamente porque no se ve, así que se olvidan de él y hasta lo menosprecian, porque piensan que ejercitarlo no vale la pena, total, nadie lo va a ver.

Y es sólo cuando, después de un largo tiempo de esfuerzo por aplanar su barriga para tener un abdomen de lavadero, se dan cuenta de que algo no salió bien. Sí, lograron tener esos abdominales para mostrar, pero siguen con una panza abultada, como cuando estaba llena de grasa, y es sólo en ese momento cuando se preguntan cuál fue su error.

Y cuando se dan cuenta de la razón, la respuesta les golpea tan duro que sólo atinan a bajar la cabeza ante la sencillez de lo que obviaron. Ese pequeño músculo al que no le prestaron atención, ese que ellos desdeñaron porque nadie lo iba a mirar, es el que a la postre mantiene a todos los demás en la posición correcta, es el que les brinda el soporte necesario a los demás abdominales para que puedan generar admiración. Ese músculo oculto, ese que nadie ve, el abdominal transverso, es el más importante a la hora de fijar una estrategia para lograr abdominales de acero, y no sólo eso, sino que es el que hace que los demás se luzcan y llamen la atención. Lo mismo ocurre con aquellos que empiezan a escribir una historia, siempre se preocupan por generar efectos rimbombantes, ya sea con acciones estrepitosas o con emociones desbordadas, y se olvidan del abdominal transverso de su narración, razón por la cual terminan creando un monstruo desproporcionado que suscita poca o ninguna aceptación y, por el contrario, genera un sentimiento de rechazo cuando debería haber provocado todo lo contrario.

La mayoría de los que se jactan de escribir historias, desdeñan al abdominal transverso de la narrativa, no lo creen necesario; es más, existen aquellos que lo menosprecian, y al final terminan agachando la testa —como los fisiculturistas— , cuando sus historias tienen mucho de espectáculo circense pero ninguna coherencia, y es sólo allí cuando comprenden la importancia de ese hilo mágico que a la postre es el que le da el brillo a su creación.

Ese elemento, es la estructura. Ella es el eje, el esqueleto que le brinda el soporte, la coherencia y la unidad a lo que se quiere decir.

Así que, si no quieres tener una historia con abdominales de lavadero pero con panza de cervecero, es mejor que sepas desde el inicio lo que vas a hacer y utilices las herramientas que necesitas. Nunca te olvides del abdominal transverso de tu narración, porque al final comprenderás lo que todos entienden sólo después de muchos fracasos: que la estructura es la clave, no de un éxito “comercial” , sino de la comunicación clara y eficaz de la idea que quieres transmitir.

Claro que, si me dices que tú no quieres decir nada, ni transmitir nada con tu historia, eso es otro cuento, y hablamos de cosas muy diferentes, así que ahí, y sólo en ese caso, olvídate de tu abdominal transverso; sino…

MARTIN ARMENTA

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