Rio Verde 06

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Directorio EDITOR EN JEFE: Alberto Blanco Dávila. DIRECTOR EJECUTIVO: Ender Jáuregui / Francisco Cuahonte. DIRECTOR DE LOGÍSTICA: Bernd Kroening. DIRECTOR EDITORIAL: Charles Brewer-Carías. DIRECTOR GRÁFICO: Fernando Batoni (fbatoni@hotmail.com). MONTAJE: Reinaldo Acosta. COORDINADOR DE OPERACIONES: Efraim Torres. INFOGRAFÍA: Nicolás Ramallo. CONSEJERA EDITORIAL: Bianca Castillo. COORDINADOR FOTOGRÁFICO: Javier Mesa / Gaby Carías. STAFF Y COLABORADORES: Charles Brewer-Carías, Norelys Rodríguez, Álvaro Montenegro, Luis F. Navarrete, Javier Mesa, César Barrio-Amorós, David Ascanio, Oscar M. Lasso-Alcalá, Juan M. Posada, Alejandro Luy, Maria Magdalena Antczak, Andrzej Antczak, Suyin Bandres, Miguel Lentino, Rafael Tavares, Gaby Carías,Alexander Blanco, Ernesto O. Boede,Alexander Blanco, Guillen Chacón, Saúl Gutiérrez, Drai Cabello, Orlando Corona, Frida Ayala, Carynel Guzmán, Jayka Zalzman, Gerardo Barreto, Lorenzo Calcaño, Marieta Hernández, FreddyVergara, Iván Calderón, Alejandro Buzzo, Fanny Brewer, Karen Brewer, Carlos L. Capriles,Alfredo Guadarrama, Edward Marshall, Inacio Fernandes, Colección Ornitológica Phelps, Fundación Tierra Viva, Fundación Científica Los Roques, Ecopets, BioReptilia, Naturalistas Sin Fronteras, Instituto de Biodiversidad Tropical,Ascenso CA, Conbive, Revista Xtrema, Fundación Wonkén. RR.PP: Paula Martínez. VENTAS: María Gabriela Bermúdez, María Eugenia Bermúdez. PASANTÍAS: Fabiola Viera Alfaro. ASESORÍA LEGAL: Karel Bentata / Glenn R. Morales. FOTOGRAFÍA DE PORTADA: Javier Mesa. FOTOGRAFÍAS EN ESTA EDICIÓN: Charles Brewer Carías, Javier Mesa, Gaby Carias, Ricardo de Matos, Alexander Blanco, Ernesto O. Boede, Brigitte Diez, Maria Magdalena Antczak, Andrzej Antczak, Lorenzo Calcaño, Pablo Santacatalina, Andrea Spada, Lorgia Quintero, Roland Edler, Luis Fernando Navarrete, César Barrio-Amorós,Alberto Blanco Dávila. PREPRENSA E IMPRESIÓN: Altolitho, C.A. IMPRESIÓN DIGITAL: Corpoprint. DISTRIBUCIÓN: Diario El Universal. PRODUCCIÓN GENERAL: Grupo Creativo Río Verde. INFORMACIÓN: revistarioverde@gruporioverde.com / blancoalb@gmail.com. FACEBOOK: Río Verde, Nature and Explore Magazine. TWITTER: @revistaRioVerde. RIF: J–2989426-7 DEPÓSITO LEGAL: pp201002DC3408 Río Verde es una revista y marca registrada que se publica trimestralmente, producida por Grupo Creativo Río Verde, C.A. Estimado lector su opinión es muy valiosa para nosotros, si usted desea suscribirse o comunicarse con nosotros hágalo a través del siguiente correo electrónico: revistarioverde@gruporioverde.com Río Verde no es responsable por las opiniones o teorías expresadas en el contenido de los artículos de esta publicación, el contenido es responsabilidad de cada articulista. Prohibida la reproducción total o parcial de los artículos de esta revista sin la autorización previa de su Editor en Jefe.

Portada Figura antropomorfa Valencioide. Origen Prehispánico. Archipiélago de Los Roques. Foto: Javier Mesa.


Carta del editor 12.2011 Amigas y amigos lectores, es un gusto muy grande presentarles nuestra sexta edición, última de este año 2011. Para Río Verde fue un año lleno de satisfacciones; gracias a todos ustedes en cada edición nos hemos consolidado cada vez más. De igual manera, debemos agradecer muy profundamente a todo nuestro equipo de colaboradores y articulistas, es por ellos que podemos ofrecer trimestralmente a todo el país una publicación del nivel de contenido y gráfico que es Río Verde, una publicación sin precedentes en Venezuela. Fundamental es el apoyo que en cada número nos brindan nuestros anunciantes, sin ellos este hermoso proyecto tampoco podría salir adelante, nuestra mayor gratitud a todos ellos por confiar en nosotros y por acompañarnos en este camino de la divulgación, documentación y educación para crear una conciencia verde y responsable en aras de la conservación de nuestro planeta. Por nuestra parte, Río Verde se compromete a seguir siendo la revista de exploración, geografía y naturaleza más importante, no sólo de Venezuela, sino de toda Latinoamérica, ¡de eso pueden estar seguros! Revista Río Verde fue creada para fungir como medio de difusión para todos aquellos proyectos, acciones e iniciativas dirigidas a promover el conocimiento y el respeto por los ecosistemas y la biodiversidad de nuestro país, así como para la generación de un desarrollo sostenible y duradero. Servimos de plataforma para brindar apoyo a proyectos ecológicos y de conservación que protejan nuestra naturaleza y todo lo que ella encierra, con especial énfasis en temas sobre la variedad de ecosistemas, protección de especies animales en peligro, y todas aquellas ideas que favorezcan la protección de nuestros ecosistemas y la divulgación del conocimiento científico, biológico y geográfico de Venezuela. En esta sexta edición se unen a nuestro equipo los profesores y arqueólogos María Magdalena Antczak y Andrzej Antczak, es un orgullo para Río Verde contar con estos especialistas de tan alto nivel y gran trayectoria. Ellos nos dan un paseo fascinante sobre la historia arqueológica del Archipiélago de Los Roques dónde llevan 25 años excavando y descubriendo tesoros de la época prehispánica de la Venezuela insular. Muchas otras sorpresas tenemos, Charles Brewer-Carías nos adentra en una de las zonas más remotas y biodiversas del planeta, en una expedición que ha sido catalogada como la más interdisciplinaria y que ha arrojado más datos nuevos para la ciencia en los últimos tiempos. Seguimos abocados al importante tema de los Bosques, en esta ocasión la profesora Alicia Villamizar nos trae un artículo sobre los ecosistemas de manglares, y nos explica porqué constituyen uno de los sistemas de bosques más productivos del mundo y su importancia para combatir el cambio climático. Norelys Rodríguez nos ofrece, una vez más, un extraordinario viaje, esta vez por los Andes Tropicales de Venezuela y nos revela porqué la cataloga como la región turística por excelencia de nuestro país. Los especialistas en fauna silvestre Ernesto O. Boede y Alexander Blanco nos traen un par de muy educativos artículos sobres dos especies íconos de nuestra fauna venezolana: La Tonina del Orinoco y el Águila de Penacho. Amigas y amigos lectores, y a todo nuestro equipo de articulistas, colaboradores, aliados y anunciantes, el equipo de Río Verde reitera su compromiso para con ustedes de seguir llevándoles la mejor publicación geográfica y de naturaleza del país, desde nuestro corazón les deseamos una muy Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo Verde 2012. ¡Hasta nuestra próxima edición! Alberto Blanco Dávila Editor en Jefe – Director General

De izquierda a derecha: Ender Jáuregui, Francisco Cuahonte, Bernd Kroening y Alberto Blanco Dávila.


Sumario REVÉLANOS TU HISTORIA

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HISTORIAS VERDES

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NATURALMENTE NORELYS

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EXPLORANDO MARAVILLAS

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PLANETA SALVAJE

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TESOROS DE NUESTRA BIODIVERSIDAD

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CRÓNICAS DE LA SELVA

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SECRETOS DEL REINO ANIMAL

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HÉROES POR NATURALEZA

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VESTIGIOS DEL PASADO

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AVENTURA Y VIDA

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MUNDO SUBMARINO

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A TRAVÉS DEL LENTE

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La hoja de Nalca, tesoro etnobotánico de Chile Luis Manuel Briceño. La Biodiversidad Urbana. Drai Cabello

Un viaje por los Andes Tropicales de Venezuela. Norelys Rodríguez La Etnozoología, una ventana a la cosmovisión de los pueblos sobre la fauna. Imarú Lameda El ecosistema de Manglar: Un resort de lujo tropical. Alicia Villamizar Las grandes Águilas de Venezuela. Alexander Blanco / Iván Tepedino / Alberto Blanco Dávila La Neblina, el tepuy más alto y remoto. Charles Brewer-Carías Las Toninas del Orinoco y del Amazonas Ernesto O. Boede Lumar Guittard Bianca Castillo

Los secretos de la Concha Reina María Magdalena Antczak / Andrzej Antczak El reto a la costa Orlando Corona

Arrecifes artificiales Julio Salvatori

Viviendo de la naturaleza Fotografías e historia de Leopoldo García


La Naturaleza Por: Dalgi De Berardinis De ti venimos, oh Madre Nos das la vida, El sol, el aire, el agua, Y de ti vivimos. Somos parte de ti Y como Madre amorosa Nos das todo sin pedir nada Y con dulces ojos nos Observas en nuestra vida De día en día. Como hijos inconscientes Te explotamos, te usamos, Te maltratamos Sin saber que cuando tu mueres También morimos. Morir si, Un suicidio lento, inconsciente, Soberbio Nos creemos Dioses que podemos controlarte, hacer y deshacer. Pero pocos saben que tú nos observas Nos amas y nos castigas Nos haces regresar a nuestro lugar Y reconocer que sin ti No podríamos vivir un solo segundo De nuestra efímera vida. Dios, Naturaleza, universo infinito Misterios sin respuestas Vivir amándote, respetándote, y Devolviéndote con amor todo lo que Tú nos has dado. 79 RINCONES Y REFUGIOS

Posadas Aerotuy y La Bravera. Álvaro Montenegro Fotografía: Brigitte Diez.


Staff

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1. CHARLES BREWER-CARIAS Explorador, escritor, fotógrafo y descubridor. Autor de 10 libros, director y líder de más de 200 expediciones a las tierras altas de Guayana. Descubrió en el Autana la primera cueva de cuarcita en un tepuy, en Sarisariñama las Simas de hundimiento, en Chimantá la caverna de cuarcita más grande del mundo y, también llevan su nombre 25 especies de plantas y animales, entre las centenares que él personalmente y sus compañeros de expedición han encontrado como nuevas para la ciencia. Se le atribuye haber dirigido la mayor expedición multidisciplinaria en la historia de las ciencias naturales que lo convierte en el expedicionario más importante de la región de la Guayana y el Amazonas. 2. MARIA MAGDALENA ANTCZAk Y ANDRZEJ ANTCZAk Arqueólogos y antropólogos. Estudiaron Etnografía en el Instituto de Etnología de la Universidad de Poznań, Polonia. Antropólogos de la Universidad Central de Venezuela (1995) con PhD’s en Arqueología Prehistórica del Instituto de Arqueología de la Universidad de Londres (1999 y 2000). Pioneros de investigaciones arqueológicas sistemáticas en las Islas del Caribe Venezolano (Dependencias Federales de Venezuela). En 1982 iniciaron el Proyecto Arqueología de las Islas de Venezuela que hasta el presente abarcó más de 60 islas. Actualmente son profesores del Departamento de Diseño, Arquitectura y Artes Plásticas e investigadores de la Unidad de Estudios Arqueológicos (IERU) de la Universidad Simón Bolívar. 3. NORELYS RODRIGUEZ Actriz, animadora, modelo internacional, activista.Voluntaria de causas humanitarias y ambientales. Norelys es una viajera apasionada que ha mostrado al mundo las maravillas naturales y culturales de más de 30 países. Presentadora del programa Wild On Latino en el canal E! Entertainment Television, programa transmitido hoy en día en más de 27 países de Latinoamérica.También fue conductora del programa televisivo “Muévete” que mostraba en una forma aventurera y extrema las maravillas de su país Venezuela. 4. ERNESTO O. BOEDE Médico veterinario graduado en la Universidad Central de Venezuela. Ejerce medicina y manejo de fauna silvestre. Ex veterinario en los Zoológicos de Las Delicias y del Aquarium de Valencia, propietario del Centro Veterinario Los Colorados,Valencia. También es veterinario contratado e investigador asociado de FUDECI. Ha publicado trabajos científicos en libros y revistas científicas divulgativas sobre el caimán del orinoco, caimán de la costa, tortuga arrau, tonina, manatí, jaguar, además sobre testimonios históricos y gráficos del deshielo de los glaciares de la Sierra Nevada de Mérida y del Camino de los Españoles en San Esteban. Miembro de la Sociedad de Ciencias Naturales La Salle, de los Grupos de Especialistas en Cocodrilos y Tortugas Continentales de Venezuela, Sociedad de Mamíferos Acuáticos de Venezuela y Asociación Venezolana de Parques Zoológicos y Acuarios. 5. ALEXANDER BLANCO Médico Veterinario egresado de la Universidad Central de Venezuela, Especialización en Medicina y Cirugía de Aves Silvestres. Master en Biología de la Conservación y Manejo de Vida Silvestre. Director Nacional del Programa de Conservación del Águila Harpía en Venezuela. Director General del Zoológico Las Delicias. Investigador Asociado de Earthmatters Org. Miembro del Grupo de Especialista en Tapires, Grupo de Especialistas en Cocodrilos y del Grupo de Especialista Veterinarios de la Unión Mundial para la Conservación de la Naturaleza (IUCN). Ha participado como investigador asociado y veterinario en diferentes proyectos de investigación y conservación de fauna silvestre amenazada en Venezuela y a nivel internacional. 6. IMARU LAMEDA CAMACARO Licenciada en Estudios Ambientales (UniversidadYacambú,Venezuela) con un Diplomado en Manejo y Conservación de Fauna Silvestre (UCLA, Venezuela) y Magister en Recursos Naturales y Medio Ambiente con Orientación faunística de la Universidad Nacional de Salta - Argentina.Trabaja en pro de la conservación del Oso Frontino (Tremarctos ornatus) desde el año 2002. Creadora y moderadora de la Red Oso Andino, Red 2.0 dedicada a informar y asesorar sobre el oso andino. Forma parte del equipo de investigadores del "Proyecto Juco" dedicado al estudio sobre la historia natural y distribución actual del oso andino en la Selva Tucumano - Oranense del Noroeste de Argentina.

7. ALVARO MONTENEGRO Ingeniero Mecánico y M.B.A. de la escuela de negocios #1 en Europa: HEC Paris. Profesor de la cátedra de Marketing Turístico en la Universidad Nueva Esparta. Fue presidente de Hoteles Concorde Internacional y del Casino Casablanca, en Aruba. Fue representante en Venezuela de Trump Hotels International y Best Western Hotels. Productor ejecutivo y conductor del programa "Los Viajes de Montenegro", que se transmite por Televen.También se encarga de la redacción del suplemento de turismo "Agarra tus maletas", que circula los domingos con el diario Ultimas Noticias. 8. DRAI CABELLO Emprendedor Ambiental. Estudia Biología en la Facultad de Ciencias UCV. Preside la ONG ConBiVe – Asociación Civil para la Conservación de la Biodiversidad Venezolana, en la que coordina iniciativas socio-ambientales como Proyecto Parape, de investigación y conservación de tortugas marinas en la Costa Central de Venezuela. Se formó desde muy joven en el Terrario del Parque del Este, participando además en los Programas Juegos Ecológicos y Guías Ambientales de INPARQUES. Trabajó para el Zoológico el Pinar y en la Sociedad Conservacionista Audubon de Venezuela. 9. JULIO SALVATORI Master Instructor de Buceo PADI, especialista en creación de arrecifes artificiales y exploración de barcos hundidos. Instructor de Trainer de Primeros auxilios EFR y Care for Children, entre otros. Gerente General del Centro de Formación de Instructores de Buceo Épsilon Dive Center, además es instructor de buceo de la Escuela Naval de Venezuela y del Cuerpo de Operaciones Especiales de la Guardia Nacional y de 17 especialidades más. Es poseedor de varios reconocimientos de excelencia por parte de PADI. 10. BIANCA CASTILLO Licenciada en Traducción de la Escuela de Idiomas Modernos de la UC V. Se desempeña como traductora de textos, escritura creativa, voiceover y atención a delegaciones extranjeras, además de impartir clases de idiomas (inglés y francés). Ha trabajado para el Instituto Jane Goodall para la conservación de la vida salvaje. Fue Coordinadora Nacional de la Coalición Internacional Antipieles en Venezuela (International Antifur Coalition). Es productora y locutora del programa radial BioEstigmas: Señales de la Tierra. Actualmente se desempeña como activista independiente por la liberación animal. 11. ALICIA VILLAMIZAR Biólogo egresado de la Universidad Simón Bolívar (USB,1987), con Magíster en Ciencias Biológicas (1994). Doctorante en Desarrollo Sostenible (USB) desde 2009. Actualmente trabaja como profesor e investigador en el Departamento de Estudios Ambientales de la USB. Su área de interés está vinculada a la ecología de manglares y estudios espacio-temporales en humedales costeros; impacto ambiental; cambio climático (impactos, vulnerabilidad y adaptación). Autor Líder en el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (OMM/UN/IPCC) desde 1998. Conferencista nacional e internacional. 20 publicaciones; 3 proyectos de investigación activos. Directora del Instituto de Recursos Naturales USB. Miembro del Comité Académico de la Cátedra Libre sobre Cambio Climático UCV, desde 2009. 12. ORLANDO CORONA SEGURA Ingeniero en Computación egresado de la Universidad Simón Bolívar. Montañista, Fotógrafo, Productor Audiovisual y Director de Ascenso Centro de Aventura. Desde pequeño su vinculo con la montaña ha marcado su camino profesional, es así como en diversas expediciones a través de las principales cumbres de los Andes Suramericanos descubre su pasión por el video y contar historias, esas experiencias cuajan al cabo de los años y tiene oportunidad de participar en la creación del Festival de Fotos y Videos de Aventura Ascenso, proyecto al que le dedica su energía para inspirar a otros a contar y documentar sus historias.




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REVÉLANOS TU HISTORIA Conviértete en parte del equipo de Río Verde enviándonos tu mejor fotografía contando su historia.

La hoja de Nalca Tesoro etnobotánico de Chile Fotografía e historia: Luis Miguel Briceño “Yarum”.

La precordillera andina al Sur de Chile es un lugar prodigioso por su bella naturaleza. En uno de mis viajes por este increíble lugar, llegué a una reserva natural a pie de montaña llamada Cóndor Blanco, bañada por un río que nace a 2800m en un glaciar que, incluso en los calurosos veranos, no llega a derretirse por completo. Esta reserva repleta de árboles de distintas especies y majestuosos Cóndores Andinos se vio afectada por la furia de las maquinas y hombres que sin control talaron y quemaron millones de hectáreas para sacar provecho de los árboles y la vegetación del lugar en las décadas de los años 30 y 40. Afortunadamente, esto ya no sigue ocurriendo gracias a que la conciencia llegó a los lugareños quienes, con sentido de conservación, ahora apoyan la reforestación de toda la región. Las estaciones bien marcadas son uno de los atractivos más pintorescos del Sur; justamente la transición de invierno a primavera es uno de los escenarios fotografiados en donde el color verde se apodera de casi todo. Los nombres comunes de la hoja en la fotografía son nalca y pangue, provienen del nombre de su pecíolo y de su hoja respectivamente, que son préstamos de las palabras en mapudungun: nalka y pange que también designan a estos órganos y a la planta completa. La nalca es una planta que tiene uso medicinal y culinario, sus pecíolos se comen frescos, en mermelada o licor y sus hojas se usan para envolver el curanto y la mella, dos comidas típicas de la gastronomía de Chile. La fotografía nos muestra un detalle de la hoja de nalca a todo color y devorada por algún tipo de insecto, su tamaño es increíblemente grade y permite utilizarla incluso como parasol. Esta fotografía fue tomada con una Nikon D90.

Yarum @yarumphotos www.yarumphotos.com

Revélanos tu historia

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HISTORIAS VERDES

LA BIODIVERSIDAD URBANA Tan cotidiana como tu día a día 1

Drai Cabello / Consevación de la Biodiversidad Venezolana draicabello@gmail.com


La diversidad biológica está presente en muchas de las cosas que hacemos todos los días, como la amplia y muy interesante variedad de especies asociadas a los espacios urbanos de la capital, aunque tiendan a pasar inadvertidas, solamente en la ciudad de Caracas se han contabilizado cerca de 380 especies de árboles y más de 300 de aves. Para muchos de los que vivimos en grandes ciudades, la idea de biodiversidad corresponde a algo que está lejos de nosotros, fuera de nuestra urbe, tal vez en la montaña o en el llano, o quizás en una playa o arrecife de coral. Pero basta únicamente con mirar un poco más a detalle por nuestra ventana, o incluso dentro de nuestros mismos hogares, para darnos cuenta de que en nuestro país hay biodiversidad por todos lados, incluso en las grandes ciudades. Una de las formas más sencillas de entender la biodiversidad es verla como la variedad de seres vivos que existe en un territorio determinado. Este lugar puede ser una laguna, un parque nacional, una ciudad, una bioregión, un país o el continente entero. La diversidad biológica está en muchas de las cosas que hacemos todos los días, aunque probablemente no hemos tomado consciencia de la mayoría de estas interrelaciones. Tanto el cafecito por la mañana, como la típica arepa del desayuno, o el algodón de la camisa que vestimos, e incluso la guacharaca que nos despierta con su canto, todo ello forma parte de la biodiversidad a la que también pertenecemos nosotros. Resulta raro o inesperado para muchos saber que en nuestras ciudades existe una amplia y muy interesante variedad de especies asociadas a los espacios urbanos. Especies de plantas, animales y otros organismos que se han adaptado a las condiciones de vida impuestas por los humanos, algunas de las cuales logran prosperar de forma notoria. La mayor parte de la población de Venezuela se encuentra establecida en la región norte costera del país. Y las principales ciudades están ubicadas en zonas como la cordillera de la costa o la andina, regiones en las que se ha reportado una gran cantidad de especies de flora y fauna. Los linderos de las ciudades siguen en expansión, afectando zonas donde anteriormente coexistían organismos de forma natural y cambiando las reglas de supervivencia de las especies que logran mantenerse. Aun así, a pesar de todo este crecimiento no planificado, las áreas urbanas se presentan como espacios llenos de vida, particularmente nuestra capital, donde se han contado cerca de 380 especies de árboles. Otro dato desconocido por muchos es que en Caracas se han contado más de 300 especies de aves, según estudios realizados por Rodney Fuentes y David Ascanio. Sólo en el Municipio El Hatillo cohabitan más de 215 especies, según lista hecha por Alberto Blanco. La Sociedad Conservacionista Audubon de Venezuela editó una guía llamada “Aves de Caracas” en la que se muestra buena parte de las especies que están presentes en la

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Historias verdes

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capital. Algunas de estas aves han logrado adaptarse a las condiciones locales a pesar de no pertenecer originalmente a estas latitudes. Un buen ejemplo es el caso de la guacamaya azul y amarilla (Ara ararauna), una de las especies de psitácidos que ha logrado establecerse e incluso reproducirse exitosamente en nuestra ciudad. Es normal salir a pasear un día por las zonas verde de Caracas y tener la sorpresa de encontrarse una pereza (Bradypus variegatus) cruzando una calle, o trepando una reja o un árbol y, si te fijas muy bien, en las copas de los árboles de Yagrumo de seguro podrás tener la dicha de observar uno de estos simpáticos mamíferos. Igualmente, en los jardines de las casas es común, o en los parques, poder ver ardillas (Sciurus granatensis) buscando los frutos de las palmas para su alimentación. Mucho cuidado debemos tener cuando vamos a la montaña cerca de la casa o a nuestro Cerro El Ávila a hacer ejercicios o en nuestros propios jardines porque es frecuente encontrarnos una peligrosa serpiente de mapanare (Bothrops sp), Cascabel (Crotalus sp) o Coral (Micrurus sp), y muy común es toparnos con las inofensivas, pero agresivas, Tragavenados (Boa constrictor). La biodiversidad urbana tiene un papel muy importante en la identidad sociocultural e incluso socioeconómica de cada región, aunque en muchos casos no hayamos tomado consciencia de ello. Cada ciudad venezolana se caracteriza por algún producto, subproducto, creencia o costumbre típica que la hace particular; si revisamos algunas de ellas, rápidamente nos damos cuenta de que están asociadas a la diversidad biológica. La diversidad

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biológica también está presente en la música local, muy pocas son las canciones criollas en las que no se hace referencia a alguna planta o animal de la zona. Además, la biodiversidad ha servido siempre como fuente de inspiración para pintores, escultores y otros artistas. Como lo fue el Ávila para el pintor catalán Manuel Cabré, una montaña que es mucho más que un decreto de parque nacional, ya que en ella se han contado más de 120 especies de mamíferos, 20 anfibios, 30 especies de reptiles y poco más de 500 especies de aves, aproximadamente el 35 porciento del número total de especies de aves reportadas para Venezuela. Algunos dicen que somos lo que comemos, y lo que comemos es biodiversidad. Basta con dar una mirada a nuestra alacena o a la nevera para descubrir que casi toda nuestra dieta está compuesta por elementos provenientes de la biodiversidad.También podemos evidenciarlo con una visita al supermercado, donde encontraremos una gran cantidad de productos y subproductos provenientes de la diversidad biológica, algunos de ellos son de origen local y otros externos que hemos incorporado a nuestras vidas. De cualquier modo, estos elementos forman parte importante de nuestra economía y sustento, una valiosa razón para interesarnos más por la biodiversidad urbana. En cuanto a intereses, debería tomarse más en cuenta los elementos de la biodiversidad asociados a temas de la salud, sobre todo al momento de planificar desarrollos urbanísticos y agrícolas. Algunos de los aspectos más resaltantes en esta área


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incluyen a vectores de enfermedades tropicales como el chaguas o dengue, especies venenosas o ponzoñosas y también a elementos alergógenos como el capín melao (Melinis minutiflora), una hierba de origen africano que se extiende por las faldas del Ávila, a cuyo polen le atribuimos las alergias y estornudos cercanos al mes de diciembre.

Asociación Civil para la Conservación de la Biodiversidad Venezolana – ConBiVe.

Son muchas las bondades de conocer la biodiversidad local, sobre todo porque representa beneficios potenciales para el desarrollo sostenible de nuestra sociedad. Aunque pareciera que nos esforzamos cada día más por permanecer aislados en nuestra burbuja urbana, en la que el contacto con lo natural es asociado por algunos como algo inseguro, peligroso, y hasta desagradable; los elementos que componen nuestra rica biodiversidad urbana forman parte importante de nuestra vida, por lo que deberían ser objeto de estudio, seguimiento y difusión. Debemos procurarnos el desarrollo del sentido de pertenencia ciudadana por los elementos locales de nuestra diversidad biológica, lo que debería facilitar la investigación y conservación de las especies y ecosistemas venezolanos.

Leyendas fotográficas

Todavía queda mucho trabajo por hacer en este tema en el que todos tenemos un rol importante por pequeño que parezca. Comencemos por conocer, deleitarnos y disfrutar de la inmensa variedad de especies que coexisten en nuestras ciudades, el primer paso para conservar nuestra diversidad biológica.

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1. Pereza de tres dedos (Bradypus variegatus) encontrada en el Hatillo. Fotografía: Alberto Blanco Dávila. 2. Guacharaca del Norte (Ortalis ruficauda), muy común en los jardines caraqueños. Fotografía: Javier Mesa. 3. Pereza de tres dedos común (Bradypus variegatus). Fotografía: Gaby Carías. 4. Guacamaya azul y amarilla (Ara ararauna). Fotografía: Alberto Blanco Dávila. 5. Ardilla común (Sciurus granatensis) en Caracas. Fotografía: Alberto Blanco Dávila. 6. Coral rabo de candela o montañera (Micrurus mipartitus), especie muy venenosa encontrada en un jardín en La Trinidad, Caracas. Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

www.conbive.org @conbive @proyectoparape






EXPLORANDO MARAVILLAS

LA ETNOZOOLOGÍA Ventana a la cosmovisión de los pueblos sobre la fauna Imarú Lameda Camacaro / Lic. Estudios ambientales Manejo de fauna silvestre (UCLA) imarulameda@gmail.com

Cachicamo común (Dasypus novencinctus). / Fotografía: Gaby Carías.


“Es necesario profundizar a lo largo del territorio venezolano investigaciones con equipos interdisciplinarios sobre la etnozoología para así aplicar estrategias de conservación de los hábitats y la fauna al mismo tiempo en que se respetan las creencias de los pobladores que conviven con ella”.

En la actualidad, los conocimientos indígenas, tradicionales o locales, están siendo considerados de gran importancia a pesar del estatus de la cientificidad dentro del campo del conocimiento. Los saberes tradicionales con instrumentos de la ciencia occidental podría pasar de un saber “difuso” hacia uno “objetivo”, y la validez de lo “local” pasaría a un ámbito “universal”. La necesidad de legitimar, sistematizar, escribir y convalidar los saberes tradicionales se hacen necesarios para así comprender y generar acciones a favor de la conservación del ambiente. Campos que abordan los estudios sobre el conocimiento tradicional son la etnología, la antropología, la antropología médica, la etnoecología, la agroecología, la sociología y la filosofía. El estudio sobre los saberes populares ha recibido muchos nombres a lo largo de la historia entre ellos se encuentran: conocimiento campesino (Toledo, 1994), sistemas de conocimiento tradicional (Seminario Internacional, 1996) o sistemas de saberes indígenas (Argueta, 1997), ciencia de lo concreto (LéviStrauss, 1972: 11), conocimiento popular, ciencia del pueblo (Fals Borda, 1981), ciencia emergente y más recientemente epistemologías locales o epistemologías alternativas (Descola y Palsson, 2001: 24). En la literatura anglosajona se les ha denominado local and indigenous knowledge systems (LINKS, 2005) y Non western knowledge. En los textos sobre temas ambientales se les denomina: conocimiento ecológico tradicional, conocimiento ambiental y traditional ecological knowledge (Johnson, 1992; Perez y Argueta, 2011). H. Conklin (1954) y C. Lévi-Strauss (1972) presentan ante la ciencia la existencia de saberes indígenas sobre la naturaleza y sus sociedades, a los que el segundo autor denominó “ciencias de lo concreto”; estos autores no fueron los primeros en plantear los sistemas de saberes tradicionales, parte de la información que ofrecieron se basaba en sus hallazgos, pero también recogieron y sistematizaron conocimientos y sistemas que habían sido develados desde finales del siglo XIX, así como la información proveniente del siglo XVI, acumulada por exploradores, frailes y cronistas europeos durante los procesos de conquista y colonización sobre los otros cuatro continentes, ya en siglos XVII y XVIII (Pérez y Argueta, 2011). Las etnociencias de la naturaleza son disciplinas construidas bajo la base de la antropología, la biología y la etnografía, que abordaron estudios de las relaciones entre las sociedades y su ambiente.

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Mono Capuchino (Cebus olivaceus). / FotografĂ­a: Alberto Blanco DĂĄvila.

Explorando maravillas

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Zorro común (Cerdocyon thous). / Fotografía: Javier Mesa.

El desarrollo de las diversas etnociencias contribuyó a cuestionar y relativizar la racionalidad universalista del conocimiento occidental y a crear una vía de acercamiento y de valoración positiva hacia los conocimientos indígenas. La adjetivación “etnos”, se mantiene implícita la connotación de referirse a los conocimientos generados por “otros”, por los diferentes, que son a fin de cuentas los colonizados, y que siguen siendo estudiados y pretendidamente validados, desde los conocimientos y las disciplinas científicas occidentales. Dentro del campo de la etnociencias se encuentra la etnobiología, etnobotánica, etnoecologia y la etnozoología. La gestación de las subdisciplinas ocurrió sobre la base de dos perspectivas metodológicas, consistente la primera en “recortar” objetos reales o “naturales” para convertirlos en objetos de trabajo, dando lugar a la Etnozoología (Pérez y Argueta, 2011). Se han generado una serie de conceptos para definir las relaciones existentes entre la cosmovisión de las comunidades con respectos a sus recursos naturales, entre ellos encontramos: El Patrimonio Biocultural (PBc) es la herencia cultural (tanto tangible e intangible, incluyendo leyes consuetudinarias, folclor, valores espirituales, conocimientos, innovaciones y prácticas) y la herencia biológica (diversidad de genes, variedades, especies, aprovisionamiento y regulación del ecosistema, y servicios culturales) de los pueblos indígenas, sociedades tradicionales y

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comunidades locales, que suelen estar inextricablemente relacionados a través de la interacción entre la gente y la naturaleza, inmersos dentro de contextos socio-ecológicos y económicos, incluye el paisaje como dimensión especial en la que la evolución de la herencia biocultural indígena tiene lugar y es transmitida de generación en generación, desarrollada, poseída y administrada de forma colectiva por las comunidades (IIED y AA 2005; SIE, 2006; Argumedo, 2007;Vargas – Clavijo, 2008). En cuanto a Patrimonio Zoocultural Inmaterial (PZcI) y Patrimonio Zoocultural Material (PZcM) se define el primero como la herencia patrimonial intangible de las relaciones humanas con la fauna, y el otro, como el legado de elementos físicos perceptuales asociados a la misma. El Patrimonio Zoocultural Inmaterial desde la visión técnico-científico puede ser acogido, estudiado, trabajado y aplicado de la siguiente manera: • Tradiciones y expresiones orales: refranes, dichos, máximas, apodos, voces, poemas, cantos, coplas, trabalenguas, adivinanzas, mitos, cuentos, leyendas, fábulas, oraciones, conjuros. • Artes y Espectáculo: danza, mímica, teatro infantil, títeres, performances. • Usos sociales, rituales y actos festivos: gastronomía a partir de animales silvestres, actos rituales mágico-religiosos de iniciación espiritual, de cacería, de fortalecimiento social; festivales de música, danza, copla, zooterapia.


Morrocoy sabanero (Chelonoidis carbonaria). / Fotografía: Gaby Carías.

• Conocimientos y usos relacionados con la naturaleza y el universo: creencias hacia los animales, integración del conocimiento ecológico y tradicional; la biología y ecología comportamental de las especies. • Técnicas artesanales tradicionales: técnicas y estrategias de cacería, pesca y colecta; elaboración de productos zooterapéuticos, pócimas, alimentos, artesanías o cualquier otro objeto.

Etnozoología La etnozoología es una rama de la ciencia moderna que estudia las relaciones tradicionales entre las culturas y los animales de su entorno, la utilización de los seres vivos con fines medicinales, culturales, rituales y mágicos, como las creencias míticas y supersticiones que rodean a los mismos, así como el posible origen de cada creencia y sus semejanzas y relaciones entre culturas. Es una ciencia de marcado carácter interdisciplinario relacionada con la cultura popular, los usos y creencias que rodean a muchos seres vivos que son característicos de determinadas culturas, dando idea de originalidad y concepción del mundo de la misma. Presenta una vertiente relacionada con la gestión y conservación de estas especies, dado que su interés es aplicado de argumento para pro-

teger especies vulnerables o en peligro de extinción, enfocándose a la conservación de la especie como la cultura (Coperías, 1989; Chavasassus – au – Louis, 2000; Zabala & Saloña, 2005).

Bases de la etnozoologia La etnozoología se basa en mostrar el conocimiento tradicional y cultural de las comunidades en cuanto a la visión que tienen estas sobre la fauna silvestre con la que conviven, ayuda a comprender la influencia ejercida por los animales sobre los las comunidades, ya que mediante las representaciones culturales se puede observar la importancia que tienen estos dentro de la cosmovisión de las mismas. El conocimiento de los pobladores de una comunidad respecto a los animales que conviven con ellos deriva de la capacidad de observación y experiencia que tienen desde temprana edad, vinculándolos con su entorno natural. Dicho conocimiento articula algunas nociones etnozoológicas como el comportamiento y carácter del animal, sus hábitos y preferencias, su apariencia externa, su ubicación en su medio ambiente natural, los beneficios y peligros que presenta al hombre, su potencialidad como recurso productivo, las creencias sobre sus capacidades y poderes, su valor y utilidad como recurso productivo.

Explorando maravillas

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Qué compone la etnozoologia Los saberes y la cosmovisión sobre la fauna que tienen las comunidades aborígenes y campesinas de un lugar a partir de la oralidad y las practicas demostrativas ancestrales, que llegan a formar parte de las tradiciones folklóricas de un lugar, ya que es la representación de la cosmovisión, saberes y cultura de los pobladores con respecto a la fauna con la que conviven.

Importancia de la etnozoologia • Fortalecimiento de la identidad cultural de los pueblos. • Manejo de las áreas protegidas, respetando la cosmovisión que tienen las comunidades con respecto a la fauna que habitan dentro de ellas. • Los resultados de estudios etnozoológicos pueden ser usados dentro de las políticas de manejo y gestión de recursos faunísticos, conociendo la cosmovisión que tienen las comunidades con respecto a la fauna silvestre que convive los investigadores pueden abordar de manera más rápida y eficaz estrategias para el manejo del recursos como en el caso de comunidades que viven de la cacería de subsistencia • Conseguir una interrelación entre los conocimientos folklóricos y los científicos en base a la fauna silvestre, de manera de impulsar los procesos de intercambio entre la comunidad científica y los poseedores de los saberes tradicionales. • Rescatar las ideas de conservación de comunidades originarias en donde especies de fauna y sitios donde estas habitan eran consideradas sagradas para las comunidades.

Investigación y conservación Es necesario profundizar a lo largo del territorio venezolano investigaciones con equipos interdisciplinarios sobre la etnozoología para así no sólo conocer la cosmovisión que tienen las comunidades aborígenes y criollas en relación a la fauna venezolana, sino aplicar estrategias de conservación de los hábitats y la fauna en sí, al mismo tiempo en que se respetan las creencias de los pobladores que conviven con ella.

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Iguana (Iguana iguana). / Fotografía: Gaby Carías.


Hembra de chigüire (Hydrochaeris hydrochaeris) con sus crías. / Fotografía: Gaby Carías.

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Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

PLANETA SALVAJE

EL ECOSISTEMA DEL MANGLAR Resort de lujo tropical Alicia Villamizar / Biólogo Investigadora Dpto. Estudios ambientales (USB) alicia@usb.ve


Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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Cada manglar representa un ambiente único, una suerte de resort natural con ocupación total a lo largo del año. Sólo los mangles pueden presumir de ser uno de los cinco ecosistemas más beneficiosos del planeta y de mayor productividad neta de carbono.

Al hablar de manglar casi siempre evocamos la imagen de cierto tipo de vegetación arbórea de llamativas raíces protuberantes, extensas y torcidas que crecen –desafiantes- en ambientes inundados por el mar. Ciertamente esa imagen refleja dos de los rasgos más conocidos de los mangles (en Guaraní, árbol retorcido): por un lado, los zancos o raíces magníficamente extendidas sobre el sustrato semejando una sinuosa alfombra y, por el otro, su capacidad singular para soportar ambientes de alto estrés salino, como son los ambientes costeros. Precisamente esa extrema y dinámica condición –aunque parezca extraña- constituye la fuerza que impulsa la extraordinaria diversidad biológica que resguarda el ecosistema de manglar, el más exclusivo resort del trópico costero y de Venezuela. Un resort natural localizado en las mas hermosas playas del planeta, donde a lo largo del año –24 horas, todo incluido- es habitado y visitado por cientos de especies animales y también por otros vegetales, que en perfecto orden y respeto, disfrutan de sus servicios, comodidades y resguardo, en un único e insustituible arreglo habitacional, donde todos tienen su reserva asegurada y todos quedan satisfechos. La estructura del manglar, nuestro resort, está tan bien construida –no podíamos esperar menos de la naturaleza- que es capaz de soportar los embates de la energía del frente marino y de las inundaciones desde tierra, se constituye en una barrera natural que ayuda a estabilizar la línea de costa, nos protege así de los riesgos asociados a desastres, ya sea por eventos naturales como huracanes, tsunamis, o por desastres inducidos, como deslaves e inundaciones que ocurran en áreas costeras alteradas por nuestras actividades, o por el aumento del nivel del mar. Podemos afirmar que el manglar vive y reina en los ambientes costeros tropicales, gracias a la capacidad de adaptarse – como muy pocas formas vegetales lo pueden hacer- a los cambios que permanentemente experimentan la hidrología, la geomorfología y el clima costero-tropical. Nuestro exclusivo resort resulta ser un conjunto de hábitats únicos e insustituibles de numerosas y diversas especies, asiento de una alta productividad biológica. Considerado uno de los cinco ecosistemas más productivos del planeta, y el de mayor productividad neta de Carbono (C), puede aportar hasta 40 Kg C/día/ha y capturar hasta 17 toneladas de CO2/ha/año, frente a la capacidad de un bosque amazónico prístino, que captura 1Ton de CO2/ha/año. Es, por además, un requerimiento fundamental para el balance entre la emisión y la absorción de carbono en áreas marino-costeras, por lo que tiene un papel fundamental en el equilibrio del clima global. Federico Pannier, el padre de la ecología de manglares en Venezuela, considera al manglar como “un ecosistema abierto al flujo de materia y energía con los ecosistemas terrestres y acuáticos Planeta salvaje

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Fotografía: Javier Mesa.

asociados, que se establece en estuarios, ensenadas, lagunas, albuferas, restingas”, así como también, en las desembocaduras de ríos y quebradas. Del concepto de Pannier, podemos deducir otra de las extraordinarias cualidades de nuestro resort: Su conectividad permanente con otros ecosistemas que también están – o pueden estar- en el sistema marino-costero. A través de dicha conectividad, se establece la transición natural hacia y desde ecosistemas marinos, como los pastos marinos y los arrecifes de coral –extralujos de la naturaleza que también podemos disfrutar en nuestras hermosas costas- y que, junto al manglar, constituyen la tríada ecológica fundamental de la diversidad biológica en ambientes marino-costeros tropicales, incluyendo el Caribe venezolano. Para el país se han reportado siete especies de manglar, pertenecientes a los géneros Rhizophora (R. mangle, R. racemosa y R. harrisoni), Avicennia (A. germinans y A. shaueriana), Laguncularia racemosa y Conocarpus erectus. Las especies mas comunes son el mangle rojo (R. mangle), el mangle negro (A. germinans), el mangle blanco (L. racemosa) y el mangle de botoncillo (C. erectus). También hay otras especies arbóreas frecuentemente asociadas a los bosques de manglar y con cierta tolerancia a la salinidad. Entre las especies herbáceas predomina el helecho Acrostichum aureum. De igual manera, es común la hierba de vidrio (Sesuvium portulacastrum y Batis marítima), la batatilla de playa (Ipomoea ssp.), cactáceas como los cardones y leguminosas como el cují yaque (Prosopis juliflora) y el dividive (Caesalpinia coriaria). En cuanto a la fauna, el manglar mantiene una extraordinaria riqueza de organismos acuáticos y de muchos terrestres, zooplancton de la fauna incrustante y del bentos, así

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como invertebrados (crustáceos, moluscos, bivalvos) y peces. Gran parte de estas especies constituyen la base de la alimentación de las comunidades costeras y la forma de sustentación de pesquerías comerciales tanto artesanales como industriales. En el ambiente terrestre, habita gran variedad de insectos (termitas, hormigas, mosquitos, mariposas, abejas), arañas y vertebrados (anfibios, reptiles, aves y pequeños mamíferos) y hongos. Pocos ecosistemas pueden presumir de albergar tantos ilustres e importantes huéspedes y de suministrar tantos beneficios. Además de lo que ya hemos referido, cumple funciones críticas relacionadas con la regulación del agua dulce, nutrientes y sedimentos hacia las áreas marinas y desde tierras adentro. Es excepcionalmente importante en el mantenimiento de las redes alimentarias y de las poblaciones de animales que lo habitan durante su etapa adulta o que dependen de éste en algún momento de su ciclo de vida, como pequeños mamíferos, aves, reptiles, peces y crustáceos. Asimismo, juegan un papel importante en el control de la contaminación a través de su capacidad de absorber contaminantes orgánicos y nutrientes. Es fundamental para el mantenimiento de bancos genéticos. Por si fuera poco, aun nos brinda mucho más, el manglar forma parte de la cultura de pueblos costeros, que lo veneran, lo aprovechan y lo protegen, en reconocimiento a sus valores ambientales y, en particular, por su valor patrimonial para las comunidades locales, al proveer fuentes naturales de energía, facilitar el transporte de personas y productos (como los de las pesca artesanal) y sustentar la economía local tradicional. A la vez, este magnífico hábitat posee valores científicos, estéticos e incluso religiosos,


Los manglares constituyen hábitat importante para la supervivencia de muchas especies de aves. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

que constituyen atractivos de primer orden, por la riqueza biológica que nos muestra y nos permite conocer y admirar, por la exhuberancia de su vegetación, y por el solaz que transmite al adentrarnos en sus intrincados pasadizos que se abren sinuosos a través de su exuberante follaje, en interminables y laberínticos caños de aguas salobres. Podemos apreciar que el valor del ecosistema de manglar trasciende lo ecológico y lo ambiental para constituirse así en un referente de fuerte significancia social.

Distribución Los humedales de manglar, que normalmente conforman bosques y asociaciones vegetales siempreverdes en zonas bajas, ocupan las áreas estuarinas (áreas donde predominan aguas y suelos salobres) de aproximadamente dos tercios de las costas tropicales. Las fluctuaciones de las mareas, del oleaje y de la concentración de sal, así como un sustrato inestable, definen el ambiente físico óptimo sobre el cual la vegetación de manglar desarrolla extraordinarias adaptaciones –anatómicas, fisiológicas y reproductivas- que le permiten colonizar y dominar múltiples y diferentes ambientes costeros, y desarrollar diversas estructuras vegetales. De esta forma, podemos conseguir manglar en Bermuda hasta Victoria en Australia. En el continente americano, se extienden de forma irregular a lo largo de las zonas costeras del Pacífico, entre Baja California hasta el Sur en Perú y hasta el Sur de Brasil, en el Atlántico. En Venezuela, los manglares se distribuyen de forma discontinua, desde la laguna de Cocinetas en la Península de la Guajira (Edo. Zulia), hasta el Delta del Orinoco

(Edo. Delta Amacuro). A través de un laborioso y excepcional trabajo sobre ecosistemas terrestres del país, Huber y OliveiraMiranda (2010), aportan cifras confiables y recientes sobre la superficie aproximada de manglares: 8530 Km, distribuidos a lo largo de las costas y zonas estuarinas de trece Estados y de las Dependencias Federales. En el territorio insular, la mayor superficie de manglar se encuentra en la isla de Margarita y en el archipiélago de Los Roques, mientras que, en el resto, se extiende en pequeños parches (Isla de Aves, La Orchila, La Tortuga, La Blanquilla, Los Hermanos y Los Testigos).

¡Un privilegio que podemos perder! Una importante proporción de áreas de manglar, así como los valores del ecosistema de manglar, han resultado paulatinamente degradados por prácticas insustentables de explotación y aprovechamiento de sus recursos. Para el año 2010, un informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) reportó la pérdida de 3,6 millones de hectáreas de manglar en los últimos 30 años, lo que equivale a un 20 porciento del área total. Un hecho preocupante es que la tasa de pérdida es significativamente más alta que la pérdida de cualquier otro tipo de bosques. Ello se ha traducido en la destrucción y reducción del hábitat para cientos de especies; cambios en el delicado equilibrio de la hidrología del manglar, por efecto de la alteración de cursos de agua y sustratos de manglar para irrigación, construcción de represas y camaroneras, principalmente; la contaminación de aguas y sustratos de manglar, por las Planeta salvaje

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Colonia de corocoras escarlatas (Eudocimus ruber) en el ecosistema de Manglar. / Fotografía: Luis Fernando Navarrete.

Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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descargas de efluentes domésticos e industriales, provenientes del agua no tratada de centros urbanos y turísticos, del agua de lastre de embarcaciones y de los derrames crónicos y accidentales de petróleo. En particular, el manglar resulta vulnerable al aumento de la erosión costera, al aumento acelerado en el nivel del mar y a la intensificación de eventos naturales como huracanes, tsunamis y heladas. En conjunto o por separado, estas prácticas y eventos naturales, conforman una seria amenaza para la supervivencia del ecosistema y, por tanto, para la diversidad biológica que resguarda.

Protegidos, pero bajo amenazas. Los objetivos de conservación y protección del ecosistema de manglar están orientados principalmente a resguardar el hábitat de especies amenazadas o en peligro de extinción como aves acuáticas y reptiles de importancia cinegética (especies que pueden aportar alimento, pieles, entre otros, por medio de la caza). Una de cada seis especies de manglar está en peligro de extinción debido a los desarrollos costeros, el cambio climático, el dragado y la agricultura. De acuerdo con la primera Evaluación Global del Estatus de Conservación de Manglares realizado por la IUCN en el año 2009. El 16 porciento (11 de 70) especies evaluadas podrían ser incluidas en la Lista Roja de Especies Amenazadas. Por lo menos el 40 porciento de las especies de manglares consideradas en esta condición, se encuentran en las costas Atlántica y Pacífica de Centroamérica. La consideración de los ambientes vitales asociados en la legislación específica para manglar constituye, per se, el reconocimiento de éste como ecosistema abierto y la necesidad de conservar las vías –espaciales y funcionales- que permiten el intercambio permanente de nutrientes con el resto de los ecosistemas marinos y terrestres que, ya sabemos, es condición fundamental para el mantenimiento de su diversidad biológica. Aun así, los manglares del país se encuentran permanentemente amenazados, incluso, estando bajo alguna de las siete distintas figuras de áreas bajo régimen de administración especial (ABRAE) a las que han sido adscritos para brindarles protección. Un caso particular que refleja de manera lamentable esta situación se presenta en los manglares de la Reserva de Fauna Silvestre Hueque-Sauca, en el estado Falcón.

Los manglares se ven igualitos

en todas partes, pero ¿son realmente iguales? Aún cuando las especies sean pocas y casi siempre las mismas en todos los ambientes óptimos para su desarrollo (en Venezuela solo tenemos 7 especies, de las 75 que existen en el planeta), las áreas de manglar del país nos muestran múltiples combinaciones florísticas que pueden expresarse en bosques mono (una especie) o heteroespecíficos (varias especies). Los podemos apreciar como grandes desarrollos estructurales -con portes de hasta 40m de altura en el extremo de la costa atlántica venezolana- o en formas enanas de apenas 1m de altura, en el extremo occidental de la costa caribeña. Los desarrollos más comunes pueden alcanzar alturas entre los 7 y 15 metros. Si nos fijamos bien al viajar por nuestras carreteras de la costa Caribe, podremos ver manglar en muchos pequeños ríos o quebradas que desembocan al mar, a veces simplemente unos pocos man-

gles o en angostos bosques que se adentran tierra adentro, llegando a perdérsenos de vista. En contraste, los ríos que desembocan en la costa Atlántica son inmensos y los manglares, los más desarrollados del país. Si nos aventuráramos a seguir alguno de éstos cursos estuarinos, podríamos constatar las grandes diferencias que en tamaño, cobertura y composición florística, presentan los parchitos y pequeños bosques de manglar, incluso a lo largo del mismo río. A pesar de ser pequeñas extensiones y, al contrario de lo que pudiéramos pensar, son extraordinariamente importantes. Su importancia radica en que son los vestigios (en muchos casos, incluso son relíctos) de grandes extensiones que se perdieron debido al desarrollo anárquico de nuestras costas, un precio muy alto que pagamos por desconocer sus valores y beneficios, hoy reducidos a un nivel que nos hace extremadamente vulnerables ante los impactos de eventos naturales o de nuestras propias actividades. Si hay algo que un ecólogo de manglares reconoce, es que cada manglar es un ambiente único que responde a la combinación local dominante de fuerzas hídricas, climáticas, geomorfológicas (la huella energética de Odum), y en particular de la humana, cuando ésta se hace presente y se impone, frecuentemente de forma arbitraria. Por ello, cada vez que tengo la fortuna de estudiar una nueva área de manglar – en particular si no hay evidencias de intervención humana- pongo en el tintero a reposar el concepto rígido de zonación (disposición o distribución espacial de las especies en respuesta a un gradiente del ambiente físico natural), para poder interpretar la “sabia decisión” que los mangles colonizadores “tomaron” para aprovechar al máximo la mas mínima oportunidad de establecerse en esos ambientes cambiantes y altamente estresados que les son óptimos para su crecimiento, desarrollo y permanencia. A medida que conocemos más áreas de manglar – en particular para El Caribe- podemos reconocer un proceso de colonización y desarrollo que es único de ese lugar y que puede estar en la antípodas del “librito” que reza:“la colonización la inicia el mangle rojo, la sigue el mangle negro y más adentro en tierra firme y más seca, el mangle de botoncillo”, para indicarnos que esa es la “típica” zonación de un bosque de manglar. ¡El manglar no es así de aburrido! La diversidad de tipos fisiográficos de manglar presentes en las costas del país, responde a la heterogeneidad costera en términos de relieve, clima, energía del oleaje, amplitud de mareas, sedimentación y salinidad, es decir, a la huella energética predominante en cada lugar. Cada tipo fisiográfico puede tener un potencial diferente, desde servir para aprovechamiento maderero si los manglares son de gran porte y si se hace bajo un estricto plan de manejo, hasta sólo para estudio, contemplación y protección de su naturaleza, si se identifica como hábitat de especies amenazadas o en extinción; también puede tener uso turístico de bajo impacto.

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Juvenil de Spizaetus ornatus en el Delta del Orinoco. Fotografía: Lorenzo Calcaño.

TESOROS DE NUESTRA BIODIVERSIDAD

LAS GRANDES ÁGUILAS de Venezuela Alexander Blanco / Médico veterinario de fauna silvestre albla69@yahoo.com.mx


El Águila de Penacho es una de las águilas más hermosas del mundo. Luce, entre otras cualidades, un copete largo y eréctil de color negro que la hace portadora del título de Águila Elegante. Además, es excelente indicador de la estabilidad de los hábitats naturales.

El Águila de Penacho elegancia y majestuosidad de las selvas venezolanas Alexander Blanco

El Águila de Penacho (Spizaetus ornatus) es una especie neotropical que depende de extensas áreas de bosque para sobrevivir. A pesar de su amplia distribución, que comprende cerca de 10 millones de km2, esta especie ha entrado en un peligroso descenso de sus poblaciones debido a la drástica reducción y fragmentación de los bosques tropicales. Se conoce muy poco sobre la biología y ecología de esta especie. Sin embargo, dentro del Programa Nacional de Conservación del Águila Harpía y Otras Grandes Rapaces de Venezuela, se está trabajando en la investigación sobre las causas de la declinación de las poblaciones en la naturaleza y las consecuencias de la actividades antrópicas que afectan a esta rapaz, en la recolección de información científica de monitoreos periódicos de poblaciones remanentes en diferentes estados del país, y en la recopilación de información esencial para establecer metas que ayuden a su conservación. La Spizaetus ornatos o Águila de Penacho también llamada Águila Elegante es considerada una de las águilas más hermosas del mundo. Esta rapaz fue descrita por primera vez por el zoólogo francés Francois Marie Daudin en el año 1800, clasificándola con el nombre de Falcon ornatus. El Águila de Penacho es un ave rapaz de tamaño mediano y puede llegar a tener una longitud de 55 a 67 cm, un peso de 1,2 a 1,8 kg y una envergadura de 200 cm; las hembras son más grandes que los machos. El adulto presenta a nivel del dorso y parte superior de las alas una coloración negruzca parda; lateralmente en la cabeza, nuca y lados del cuello posee una coloración marrón castaña. Los ojos son de color naranja o amarillo intenso. La garganta y la región central del pecho son de color blanco marginadas lateralmente con unas bandas de color negro. La corona es negra y se prolonga en un copete largo y eréctil del mismo color. La cola también es negra y presenta tres bandas grisáceas. Sus tarsos son emplumados con los dedos de color amarillo. Los individuos jóvenes o inmaduros son similares pero con la cabeza, cuello y partes inferiores de color blanco, cresta corta y fusca, y adquieren el plumaje de adulto a los dos o tres años de edad. El pico es negro en ambos casos. Son aves diurnas y de hábitos solitarios. Se les observa frecuentemente posadas sobre las copas de árboles muy altos o sobrevolando ocasionalmente a grandes alturas y en áreas muy abiertas, generalmente en las faldas de montañas o en la cercanías a cuerpos de agua (ríos, canos, lagunas, zonas inundables) bien sean de tipo permanente o intermitentes. Frecuentan selvas y bosques de transición, bosques nublados, semideciduos, siempreverdes, ribereños y sabanas cerradas. Se les ha registrado desde los 0 hasta los 1 500 msnm. Cazan principalmente dentro del bosque, donde asechan a sus presas posadas en las ramas de los árboles.Vuelan sigilosas y de forma rápida entre las ramas al momento de capturar a sus presas. Se alimenta principalmente de aves (como loros reales, arrendajos, pericos cara sucia, pavas de monte, entre otros), también mamíferos de tamaño mediano (como ratones silvestres, ardillas, picures, entre otros) y reptiles (como iguanas, lagartijas, y serpientes venenosas y no venenosas). Su nido consiste en una plataforma voluminosa, de aproximadamente un metro de diámetro y 50 cm de profundidad, hecha de ramas delgadas. Presenta retoños de hojas verdes en la superficie y

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Ejemplar juvenil de Águila de Penacho en la Sierra de Imataca, Edo. Bolívar. / Fotografía: Alexander Blanco.

Tesoros de nuestra biodiversidad

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Un ejemplar adulto de Ă guila de Penacho mostrando su imponencia, Sur del Orinoco. / FotografĂ­a: Alexander Blanco.

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Un Águila de Penacho adulto, considerada una de las aves rapaces más bellas del mundo. / Fotografía: David Ascanio.

Juvenil de Spizaetus ornatus (Águila de Penacho). / Fotografía: Lorenzo Calcaño.

Tesoros de nuestra biodiversidad

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Pichón en el nido esperando por su alimento. / Fotografía: Alexander Blanco.

en el borde. El nido se encuentra ubicado generalmente en una trifurcación secundaria de árboles grandes emergentes de las familias Meliaceae, Moraceae y Bombacaceae, a una altura promedio de 20 a 30 metros. La fabricación y mantenimiento del nido lo realizan tanto el macho como la hembra, actividad que forma parte del cortejo de apareamiento. Posterior a la copula, la hembra pone un huevo blanco con manchas tenues y salpicaduras de color café rojizo. En algunos casos se ha observado la presencia de dos huevos en nido, pero generalmente sólo es viable uno. La incubación toma de 48 a 52 días. Los pichones permanecen en el nido por un lapso de tres a cinco meses, donde empiezan a realizar sus primeros vuelos dentro del árbol; poco después realizan vuelos a otros árboles cercanos. Permanecen en el área cercana al árbol nido por un lapso no mayor de un año. El Águila de Penacho (Spizaetus ornatus) es natural del continente americano. Su distribución se extiende desde el sur de México hasta el norte de Argentina. En Venezuela se ha reportado al sur del Orinoco (estados Amazonas y Bolívar), Sierra de Perijá, Cordillera Andina (estados Mérida y Táchira), Cordillera de Central (estados Carabobo, Aragua, Miranda), Llanos (estados Apure, Guárico y Cojedes) y en los estados Sucre, Monagas y Delta Amacuro.

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Importancia ecológica y conservación en Venezuela Es un controlador de las poblaciones de muchos animales grandes y pequeños en los ecosistemas donde habita. Por tal motivo, es considerada un excelente indicador para determinar la estabilidad de un hábitat natural. Es considerada una especie amenazada debido a la pérdida del hábitat por la deforestación y la cacería furtiva. Categoría y criterio UICN: LC: Preocupación menor. En el Marco del Programa Nacional de Conservación del Águila Harpía y Otras Grandes Rapaces en Venezuela, se ha realizado el seguimiento de los ciclos reproductivos de diferentes parejas en diversos estados del país. Hasta la actualidad, se han monitoreado 12 nidos entre el Parque Nacional Henri Pittier (03) y la Reserva Forestal de Imataca (09). El trabajo ha consistido en la revisión periódica de los nidos; se han obtenido datos muy importantes sobre su biología y comportamiento reproductivo. Se han colocado radios de telemetría convencional para estimar el rango hogareño, patrones de dispersión y tasas de mortalidad, tanto de animales adultos como juveniles en áreas fragmentadas y poco intervenidas.


Igualmente se ha continuado con los censos en diferentes regiones del país para establecer una estimación poblacional más precisa, además se están implementando programas de educación ambiental en las localidades y comunidades donde habita y se reproduce la especie. Como consideraciones finales se debe tomar en cuenta que la deforestación y la falta de caracterización de la masa vegetal son las principales causas de la disminución de esta y de otras especies del Orden de los Falconiformes. El Águila de Penacho (Spizaetus ornatus) y otras grandes águilas necesitan de extensas áreas para su supervivencia, las cuales deben de mantener su cobertura vegetal que ofrezca condiciones para su anidación. Por ello se hace fundamental la preservación de los fragmentos de bosques y aquellas áreas de poco o ningún impacto donde la especie se reproduce. Se debe combatir la desforestación predatoria y orientar al corte selectivo en aquellos bosques donde se realiza un manejo sustentable del recurso forestal.

Alexander Blanco en sus labores de investigación del Águila de Penacho en el sur del Orinoco. / Cortesía: Alexander Blanco.

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El Águila Monera Rapaz imponente

Iván Tepedino / Guía en observación de aves Una de nuestras especies de aves rapaces más raras de encontrar es el Águila Monera, quien podría hacerse pasar por el Águila Harpía de no ser por su menor tamaño y otras pequeñas diferencias que aquí revelamos. Corrían los primeros días del mes de abril y la neblina del amanecer comenzaba a disiparse con los primeros rayos del sol. Ensayábamos un nuevo camino, esta vez sumergidos en la selva primaria para observar la avifauna una vez más. Sus cantos llenaban el ambiente, pero pocas dejaban ver sus coloridos plumajes, por lo que sólo lográbamos identificar a la mayoría a través de sus vocalizaciones. Cuando de súbito, un silbido largo y penetrante, no conocido por nosotros, nos pone en acción. Tony Crease guarda la evidencia en su equipo de grabación, mientras yo escaneo el dosel del bosque. De pronto, vimos volar de un árbol emergente un raptor oscuro y de gran tamaño. Con gran emoción nos dimos cuenta de la presencia de un enorme nido en la bifurcación principal del árbol (Balizia pedicellaris) a más de 20 metros de altura. El nido tenía más de un metro de diámetro y casi igual grosor. No nos tomó mucho tiempo descubrir que se trataba de un Águila Monera (Morphnus guianensis), un poco de menor estatura que el Águila Harpía, pero menos común y estudiada. Esta especie es residente del Neotrópico, y habita principalmente en selvas primarias de tierras bajas y, a veces, como en este caso, a mayores elevaciones. Caza efectuando vuelos cortos entre ramas, dentro del dosel y en algunas oportunidades llega hasta el piso. Durante la incubación y cría, la hembra se mantiene en el nido o en las ramas del árbol y el macho se encarga de traer alimento tanto para la hembra como para el polluelo. Después del primer avistamiento realizamos visitas periódicas al nido, monitoreamos durante días completos para conocer más sobre los hábitos de esta especie. Decidimos limitarnos a un monitoreo desde el piso y no construir una plataforma de observación en los árboles para no interrumpir el normal proceso de desarrollo de la cría y evitar llamar la atención de cazadores locales. Observamos que se trataba de una hembra, de la poca reportada fase oscura y un macho de la fase barrada. Tres meses después del descubrimiento, y por primera vez, divisamos el polluelo. Este hallazgo fue posible gracias a la activa exploración ornitológica que hemos realizado en la zona desde hace más de diez años. Vivimos en la población de El Paují, en la Gran Sabana en el estado Bolívar en frontera con Brasil y tenemos una gran pasión: las aves y sus cantos.Tony Crease es un ingeniero que, desde su jubilación, se ha dedicado a la ornitología, ha registrado más de 500 especies en el sur de la Gran Sabana y publicado artículos en varias revistas ornitológicas. Por mi parte, yo soy un tour líder profesional de observación de aves, además de ser uno de los guías de Tepuyes con mayor experiencia en la zona.

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La imponente Águila Monera, la segunda en tamaño y poder de Suramérica. / Fotografía: Lorenzo Calcaño.


La Morphnus guianensis es una de las especies de ave rapaz más raras y menos estudiada de Venezuela. / Fotografía: Lorenzo Calcaño.

La asombrosa

Morphnus guianensis Algunos datos técnicos Alberto Blanco Dávila @revistaRioVerde

El Águila Monera es quizás una de nuestras especies de aves rapaces más raras de encontrar, por lo menos en Venezuela es bastante difícil localizarla, muy pocas personas han tenido la dicha de observar a esta imponente ave en su hábitat natural. Esta gran Águila del Orden de los Falconiformes perteneciente a la Familia Accipitridae cuya nomenclatura en Latín es Morphnus guianensis, se distribuye en nuestro país al norte en la Cordillera de la Costa en los Parques Nacionales Henri Pittier y San Esteban (Estados Aragua y Carabobo), y quizás también en el P.N. Guatopo en el estado Miranda. Se le encuentra igualmente en la Sierra de Perijá en el estado Zulia y Península de Paria en el estado Sucre. Su población más grande se localiza al sur del Orinoco en los estados Amazonas, Bolívar y Delta Amacuro. Se mueve en los pisos altitudinales entre los 500 y 1 600 msnm en el dosel más alto del bosque, en la parte emergente de nuestras selvas húmedas. En mi caso, en los 15 años que llevo como guía de naturaleza y explorando todos los rincones de nuestro país, solamente en dos ocasiones he logrado encontrarme a esta hermosa,

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soberbia y rara especie. La primera ocasión fue guiando a un grupo de observadores de aves ingleses por la cuenca del río Cataniapo muy cerca de Puerto Ayacucho en el estado Amazonas. Nos encontrábamos en la camioneta andando muy despacio cuando de repente del lado izquierdo de la carretera salió volando al otro lado un ave rapaz de gran tamaño, de primera impresión pensé que era una Águila Harpía por el tamaño, coloración y por las bandas de la cola. Pero al bajarnos del vehículo pudimos identificarla mejor y nuestra gran sorpresa fue que era una Morphnus guianensis, ¡Fue mi primera Águila Monera! ¡Vaya alegría! La segunda oportunidad de tener la fortuna de verla nuevamente fue en la Reserva Forestal de Imataca entre los estado Bolívar y Delta Amacuro, me atrevo a decir que esta es la zona dónde relativamente es más factible tener la suerte de encontrarla. Es muy fácil confundir al Águila Monera con la Águila Harpía, pues son muy similares. Se diferencian en que la Monera es ligeramente de menor tamaño que su pariente la Harpia harpyja, la hembra llega a medir entre los 80 y 90 cm, su cola es más larga y cuenta con tres bandas anchas de color gris, su cabeza es blanca y su lomo es negro, y su parte superior del pecho es blanca; al contrario de la Harpía que su pecho es de color negro. Esta es la mejor clave para su identificación. El Águila Monera es un ave solitaria y se le ve en pareja sólo en época reproductiva, se alimentan de mamíferos arbóreos como pequeños monos y perezas, aves, serpientes e iguanas que encuentran en el estrato superior del bosque.


Esta ave, como toda gran rapaz, necesita de grandes extensiones de selva, por lo menos necesita de 30 km2 de selva virgen para su supervivencia, así que la fragmentación y pérdida de bosques es la primera causa que está llevando a esta importante especie casi a su extinción, otra causa de la disminución de sus poblaciones se debe a la caza indiscriminada. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) se encuentra en el estatus de “Casi Amenzada” y en el Libro Rojo Internacional aparece como especie en vía de extinción. Es de vital importancia la conservación de esta especie ya que juega un papel clave en el equilibrio y funcionamiento de nuestros ecosistemas. Protegiéndola a ella y su hábitat protegeremos a todas las especies que con ella cohabitan.

Nótese el porte de la imponente Águila Monera. / Fotografía: Lorenzo Calcaño.

Tesoros de nuestra biodiversidad

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Fotografías: Charles Brewer Carias

CRÓNICAS DE LA SELVA

LA NEBLINA el tepuy más alto y remoto 1

Charles Brewer-Carías / Fundación Explora charlesbrewercarias@gmail.com


Basset Maguire, Julian Steyermark y Charles Brewer-Carias

1. En 1954 el botánico Basset Maguire, descubridor del Cerro de la Neblina, encontró esta hermosa planta familia del té que culminaba en rosetas del diámetro de un balón de fútbol y la nombró Neblinaria celiae en honor de su esposa Celia. Durante la expedición de 1985 encontramos que la densidad de población de esta planta, que solo crece en esas cumbres, se debe a que su gruesa corteza le permite sobrevivir a los incendios naturales que ocurren allí con frecuencia por culpa de los rayos. La línea del horizonte se muestra quebrada como la joroba de un camello formada por el Pico Phelps (izq) y el Pico da Neblina (der). Hacia el extremo izquierdo se aprecia el Pico Maguire. El Cerro de La Neblina es un tepuy con aspecto de meseta formado por capas de arena y cantos rodados muy antiguos. Tiene un promontorio que se eleva sobre los 3.000 metros, por lo que además de ser la montaña más alta de Brasil, se le considera la mayor cumbre en Suramérica fuera de los Andes. Esta meseta se encuentra a caballo sobre la divisoria de aguas que define a la frontera de Venezuela y Brasil, debido a que separa la cuenca del río Casiquiare que es un río afluente del Río Negro situado en Venezuela, de la cuenca del río Cauaburí, que también es afluente del río Negro pero por el lado brasileño.

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El descubrimiento del Cerro de La Neblina

Nadie, excepto los indígenas de las selvas circundantes, pensaron que pudiera existir alguna montaña en medio del Amazonas, hasta que algunos pilotos quienes volaban sobre la selva que tapiza la frontera entre Venezuela y Brasil durante la Segunda Guerra Mundial, vieron un extraño promontorio asomándose entre las nubes. Recomendaron entonces incluir en los mapas de navegación una advertencia para que los aviones pasaran por esa zona por encima de los 10.000 pies de altitud (3.000 metros). Recuerdo también que fue durante la guerra cuando apareció un librito ilustrado para niños, de los llamados “gorditos,” en el cual se mostraba que el Pato Donald y sus sobrinitos habían encontrado una ciudad formada por cubos de piedra al estilo Macchu Pichu en medio de la selva, y que esa ciudad había estado completamente escondida entre la niebla. Pero todas las dudas y mitos se despejaron cuando el 10 de abril de 1953 el botánico Bassett Maguire, acompañado por su esposa Celia y el también botánico John Wurdack, subieron a la Piedra del Cocuy que queda cerca del punto triple donde se encuentran las fronteras de Venezuela, Colombia y Brasil a orillas del Río Negro, y apreciaron como, justo antes de la puesta del sol, aparecía por el horizonte del naciente un brillo extraño. Sin lugar a dudas –pensaron ellos- que aquel habría sido el mismo brillo que había visto el gran botánico y explorador Richard Spruce exactamente cien años antes, cuando desde esa misma atalaya de granito notó una lejana montaña brillando como el pez Pirapucú (Spruce 1908).


2. El 19 de Julio de 1853 el botánico Richard Spruce se encontraba colectando plantas sobre la Piedra del Cocuy cuando notó hacia el sureste una montaña que brillaba como las escamas del pez Pirapukú. Un mes mas tarde casi muere en San Carlos de Río Negro, debido a que fue picado por unas “Hormigas Venticuatro – Paraponera clavata- ” (Spruce 1908, p. 361 y 364). 3. La Piedra del Cocuy es un domo de granito de 300 m de altura que surge en medio de la penillanura del Río Negro y se encuentra cerca del hito donde se encuentran las fronteras de Venezuela, Colombia y Brasil. En 1853 el botánico Richard Spruce subió a su cumbre y pudo ver desde allí un largo brillo en el horizonte del sureste y, justo cien años mas tarde, el botánico Bassett Maguire vio desde el mismo lugar el mismo brillo y supo que en Guayana aún faltaban montañas por descubrir.

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Pero Maguire, curador del New York Botanical Garden, considerado el más tenaz de los exploradores de las selvas de Guayana no se contentó con seguir los pasos de Spruce y decidió organizar de inmediato una expedición con el propósito de colectar las plantas que pudiera encontrar en aquella montaña que nadie había visitado antes. Siete meses mas tarde, junto a su esposa, Wurdack y el botánico George S. Bunting, Maguire emprendió una larga expedición que duraría 149 días en la que logró abrirse paso hacia las cabeceras del río Yatúa (afluente del Pacimoni) cargando con un equipaje de 4.500 kilos. Desde allí hizo una pica para alcanzar la cumbre del flanco norte de esta meseta aún sin nombre el día del año nuevo de 1954. Se establecieron en el campamento de “La Cumbre” durante 24 días y faltando apenas cuatro días para finalizar la expedición, llegaron hasta ellos los ornitólogos William H. Phelps Jr. y su esposa Kathy. Los acompañaba el geólogo Charles Reynolds quien empleó su teodolito para dibujar el primer mapa de esa “nueva” montaña que llamaron “Cerro de la Neblina” (Maguire 1955).

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4. Maguire y Wurdack remontaron los ríos Casiquiare, Pacimoni y Yatúa, hasta alcanzar la base de la montaña y bajo lluvia diaria abrieron una pica que les tomó 18 días para alcanzar la cumbre plana a 1.800 metros el día de año nuevo de 1954. Este mapa del geólogo Charles D. Reynolds permite apreciar como vieron entonces al “Cerro de la Neblina“ (Maguire, 1955 p. 41) En el campamento de la cumbre los tres botánicos lograron colectar centenares de muestras que resultaron completamente desconocidas para la ciencia. Entre estas se destacó una planta maravillosa de la familia del té que ocupaba largas extensiones de la cumbre y que Maguire bautizó con el nombre de su esposa: Neblinaria celiae. Pero no fue sino hasta 1985 cuando visitamos un lugar de la cumbre poblado exclusivamente por Neblinarias que habían sobrevivido a un incendio provocado por un rayo, cuando dedujimos que estos rodales de Neblinaria habrían sobrevivido (por selección natural), gracias al espesor de la corteza de sus troncos y por el agua que retienen en sus rosetas terminales; ya que esto les había servido para protegerse y resistir los incendios mejor que las demás plantas (Givnish et al. 1986). Crónicas de la selva

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5. El agua que colecta la roseta de la Neblinaria celiae le permite a esta planta sobrevivir los incendios de vegetación espontáneos. Pero aún no se conoce la función, ni el beneficio, que ofrece las hojas en forma de saco a la planta Saccifolium bandeirae. Otra planta importante colectada por Maguire durante otra expedición, la cual realizó el 3 de diciembre de 1965, fue una representada por no mas de un centenar de individuos dispersos entre las grietas de la pared del Pico Phelps, a 2.800 metros de altitud. Seguramente allí crecían relativamente protegidas del viento y de las heladas. Maguire nombró esta planta como Saccifolium bandeirae en reconocimiento al general Ernesto Coelho Bandeira quien le había ayudado a colectarla. Es importante referir que esta planta no se ha vuelto a encontrar y que representa una nueva familia que el botánico llamó Saccifoliaceae, debido a que sus hojas tienen forma de sacos (Maguire 1978).

La topografía general La forma general de la meseta del Cerro de La Neblina es la de una estrecha herradura que se extiende sobre un eje general Noreste- Suroeste de 55 kilómetros de largo por 20 Km. de ancho, abierta por una garganta por donde corre el Río Baría. Las escarpas del Suroeste de la meseta se encuentran avenadas por los ríos Ariabú, Tucano y Maricibuei, que son afluentes del río Cauaburí el cual a su vez es afluente del Río

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Negro. Esta montaña pertenece completamente a la cuenca del Río Amazonas. El primer mapa que hizo Reynolds basado en su visión desde la cumbre de la montaña y sus cálculos con el teodolito mostraba lo que faltaba por explorar. Después de la segunda expedición de Maguire en 1965 se pudo ver mejor su perímetro alargado. Durante la campaña de demarcación de límites de 1965, el astrónomo Pantchenko logra hacer un dibujo a lápiz para mostrar la topografía del cerro que estaban demarcando (Pantchenko 1965), pero solo después de 1972 y luego de la llegada de las imágenes de Radar Lateral SLAR, es cuando se logra entender la topografía de la montaña. Esa imagen fue publicada por vez primera en el libro “Vegetación del Mundo Perdido” y 10 años después, en el capítulo sobre la Geografía del Cerro de la Neblina (Brewer-Carías 1978 b, 1988). Sin embargo, las imágenes satelitales que se pueden ver ahora permiten ver el relieve de lo que ya imaginábamos en 1988 (ver nuestro mapa de línea oblicuo). Según nuestros cálculos esta montaña tiene una superficie de 46.337 hectáreas. La mitad la constituyen tres superficies cubiertas por sabanas anegadizas y turberas situadas entre 2.000 y 2.500 m.s.n.m, donde se originan los ríos de aguas negras que avenan la montaña. Las 23.052 has restantes están representadas por escarpas y pendientes pronunciadas que son mayormente avenadas por el río Baría, que corre embaulado por una estrecha garganta que maravilló a Maguire y que él llamó el “Cañón Grande del Baría”. Considerándolo como “una de las maravillas naturales del mundo” que supera al Gran Cañón


del Colorado en profundidad (Maguire, 1959, Brewer-Carias 1978 b, 1988). 6. En esta imagen fotográfica lograda por un satélite de la NASA al amanecer, se puede apreciar la forma del Gran Cañón del Baría y como lucen las superficies planas del Cerro de la Neblina. Nos resulta particularmente emocionante apreciar como hacia la derecha del centro del macizo se encuentra completamente aislada la “Meseta de Titiricó”, donde estuvimos estudiando como se alimentaban las plantas carnívoras Heliamphora. En la parte interior se puede ver la pista de aterrizaje de la Misión de Maturacá y el curso del Río Cauaburí. 7. El equipo de la expedición viajando en el bongo por el río negro rumbo al Cerro La Neblina al fondo se divisa la Piedra del Cocuy en la triple frontera (Venezuela, Colombia y Brasil). 6

El Pico Da Neblina,

el Pico Phelps y los otros picos Lo que hemos considerado como tres explanadas que forman la superficie general del Cerro de La Neblina no son continuas, porque se encuentran interrumpidas por una serie de picos que descuellan por sobre el nivel general del altiplano. Se destacan entre estos el Pico Phelps, el Pico Zuloaga y el Pico Cardona, los cuales fueron bautizados así por Bassett Maguire y John Wurdack durante la segunda expedición que hicieron 1959. En vista de que no se había hecho un reconocimiento geográfico para el descubridor de esta montaña, años después Brewer-Carías bautizó a uno de los picos destacados en la cumbre y aún sin nombre para aquella época, como “El Pico Maguire” (Brewer Carias 1988).

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8. Este es un dibujo que hicimos copiando una fotografía hecha mientras volábamos dentro del “Gran Cañón del río Baría”. Se muestra con claridad cuál fue la posición de nuestro “Campamento V” y como se relacionan los picos principales que coronan al Cerro de la Neblina (Brewer Carias 1988). El Pico Zuloaga se encuentra hacia la izquierda y Esqueda fuera de este dibujo. Cuando la Comisión Binacional de Límites entre Brasil y Venezuela realizó nuevas mediciones y observaciones de la línea divisoria hidrográfica de las cuencas de los ríos Casiquiare y Cauaburí en 1965, determinó que El Pico Phelps, tal como fue descrito por Maguire lucía como la joroba doble de un camello. Poco después se determinó que quedaba “a caballo” sobre la línea “parte aguas” y era dividido en dos por la línea de la frontera. Así, los promontorios que están separados entre sí por 687 m quedaron ubicados en dos países diferentes. Uno de los picos con 3.014 m de altura quedó del lado del Brasil y el otro promontorio un poco mas bajo, alcanzaba 2.992 m sobre el nivel del mar, quedó del lado de Venezuela, (Pantchenko 1965).

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Como resultado de esta observación, la parte brasilera del llamado “Pico Phelps” según Maguire, en 1965 fue rebautizado por la Comisión de Limites del Brasil como: “Pico da Neblina”, ya Crónicas de la selva

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9. Esta es una proyección oblicua del Cerro de la Neblina que imaginé a partir de una imagen de Radar Lateral (SLAR) que fue contratada por CODESUR en 1972. A partir de aquella imagen SLAR hice una escultura en barro para comprender mejor la montaña y poder hacer este dibujo donde muestro mi idea de su topografía general y así poder señalar la ubicación de cada uno

de los 12 campamentos que establecimos en la cumbre durante las expediciones que dirigimos durante los años 1983 y 1985. Claro que nos resultó muy gratificante ver como aquel dibujo que hicimos con tanto esmero, correspondía con extrema precisión a la topografía que mostró la fotografía satelital que obtuvo la NASA veinte años después. Crónicas de la selva

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que este correspondía a la altura culminante de todo el territorio de Brasil, además de conformar el pico más alto del continente suramericano fuera de las cumbres andinas. El otro promontorio de la joroba fue también despojado de su nombre original (Phelps) y en los mapas brasileños aparece como “Pico 31 de Marzo” … ! En vez de haber respetado el nombre original propuesto por Maguire y Wurdack al publicar su trabajo “The Position of Cerro de la Neblina”. Quienes justificaron la razón para nombrarlo “Phelps” con las siguientes palabras: “ Además de fijar rasgos de importancia dándoles nombre, quisimos también asociarlos con los nombres de hombres, todos venezolanos, quienes han contribuido de una manera sobresaliente a la historia natural de Venezuela. Es nuestra señal de respeto para ellos, por consiguiente, hemos formalmente dado el nombre de Pico Phelps por William H. Phelps, y William H. Phelps Jr., ornitólogos; Pico Zuloaga por Guillermo Zuloaga, geólogo; y Pico Cardona por Félix Cardona, geógrafo (todos de Caracas)” (Maguire, B. y J. Wurdack, 1959 p. 566). 10. Este es el lugar del “Campamento II” situado a 2100 m de altitud en la base del Pico Maguire. Detrás y a la izquierda se encuentra el “Pico da Neblina”. Hacia la derecha se encuentra el cañón del río Baría. Este lugar estaba completamente anegado y durante la permanencia allí hubo una falla en la logística del transporte, por lo que tuvimos que alimentamos en parte con las

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gruesas lombrices de tierra sancochadas. En este Río Roy (en honor al herpetólogo Roy McDiarmid), el investigador Paul Spangler colectó el “Neblinagena prima”, que quiere decir: el primer animal que resultó nuevo para la expedición y el mundo. La información publicada por ciertos medios de divulgación al referirse al Cerro de la Neblina, indican que existe una confusión sobre el área que ocupa la montaña dentro de los territorios de Venezuela y Brasil. El análisis que hicimos sobre la superficie de las cuencas de colección de los ríos venezolanos y brasileños que drenan la cumbre, dio como resultado que de las 46.337 hectáreas de la superficie total de la montaña, solo una cuarta parte de ella (11.767 ha.) se encuentra en territorio del Brasil. Esta superficie corresponde a las cuencas de colección de los altiplanos de los Ríos Ariabú y Titiricó los cuales drenan sus aguas hacia los Ríos Cauaburí y Negro en Brasil, en vez de hacerlo hacia el Río Baría de Venezuela. Esta confusión sobre la dimensión de montaña surge por el desconocimiento general de la región y porque las fuentes de información confunden al “Pico da Neblina”, que es solo una de las cumbres con las que culmina esta meseta, con el “Cerro de la Neblina” que es el nombre para toda la montaña.


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Razón de nuestra entrada a Guayana

Nosotros habíamos puesto mucha atención a lo que decía Gustavo Heny (quien salvó a Jimmie Angel después de su fallido aterrizaje en el Auyantepui) y a Carlos Freeman (explorador y geólogo de la Gran Sabana), cuando hablaban en la oficina de mi padre sobre montañas, aviones y ciudades perdidas en la selva. Recuerdo claramente que, cuando en 1959 me preparaba para unas competencias de natación, leí en una Revista El Farol, que el ornitólogo Billy Phelps, quien también era amigo de mi padre fue uno de los que acompañó a Maguire durante la expedición hacia una misteriosa montaña amazónica que se encontraba casi siempre cubierta por nubes y que debido a eso Maguire la había bautizado como: “El Cerro de la Neblina” (Maguire 1959). Hay que tener presente que cuando se hicieron estas expediciones no había satélites con cámaras fotográficas en el espacio, ni mapas que mostraran el lugar donde estaría aquella montaña. Por lo que la única manera de dar a conocer su ubicación, fue mediante un sextante y un teodolito con el cual se pudiera determinar la altura sobre el horizonte a la que se encontraban algunas estrellas, para así estimar las coordenadas geográficas del lugar. Me empeñé entonces en aprender a manejar el sextante y el teodolito, esperando que en cualquier momento alguien me invitara a participar en alguna expedición hacia lugares remotos. Pero como nadie me invitó y me inspiró la lectura sobre la mal-

hadada expedición del Coronel Percival Fawcett quien desapareció en 1925 cuando buscaba una ciudad perdida en la selva, decidí organizar en 1961 lo que llamé: “La Expedición Universitaria al Alto Paragua”. Nuestro objetivo era alcanzar la frontera con Brasil siguiendo el curso del río Paragua (afluente del río Caroní), para ubicar cerca de sus nacientes el lugar donde habría estado el mítico fuerte de San José de Guirior, construido en 1775 para proteger a los exploradores que pasarían por allí en busca de la ciudad de Manoa, la capital del reino del Hombre Dorado, y eso, nos resultaba muy interesante. 11. Manoa, la capital del reino del Hombre Dorado situada en la orilla del Lago Parime o el Mar Blanco, tal como fue descrito Sir Walter Ralegh según lo que le contó Antonio de Berrío en 1595. Dibujo de Hulsius en 1599.

Ya sobre el Cerro de La Neblina Durante el mes de Octubre de 1970, fuimos invitados por el astrónomo George Pantchenko de la “Comisión Demarcadora de Limites”, para que participáramos en la campaña de 1970 para la demarcación de frontera con Brasil, acompañado por mis amigos el orquideólogo G.C.K. Dunsterville y el botánico Julian Steyermark. Podríamos llegar finalmente a la cumbre de aquella misteriosa montaña y ver que cosas nuevas encontraríamos. Después de entrevistarnos con los representantes brasileños quienes

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se encontraban en la Misión de Maturacá a orillas del Río Cauaburí, fuimos transportados hasta una de las explanadas de la cumbre para que comenzáramos allí “nuestro trabajo”. 12. Los miembros de la Expedición Universitaria al alto Paragua de 1961-62, empeñados en encontrar el sitio donde estuvo el fuerte de Guirior que fue contruído en las cabeceras del río Paragua como protección para los que iban en busca de Manoa, pero solo encontraron una campana. De Pie, de izq. A Der: Luis Eduardo Paul, Julian Steyermark, Rómulo Lander, Julio Lescarboura y Werner Ulmer. Agachados Charles Brewer-Carías y Lionel Jugo. 13. Aquí estamos tomando té el orquideólogo G.C.K Dunsterville, el botánico Julian Steyermark y Charles Brewer-Carías en el campamento que hicimos sobre el valle de la meseta del Río Titiricó situada del lado de Brasil, durante la expedición que hicimos en 1970. Al fondo el promontorio del Pico da Neblina. Si bien aquella fue una oportunidad extraordinaria para los tres compañeros de la expedición, ni el piloto del helicóptero, ni los jefes de las Comisiones delimitadoras de la frontera, se enteraron que, debido a la hora en que despegó el helicóptero y lo inclinado del lugar, habríamos de quedar aislados y sin agua durante una semana. Fue así como diariamente lográbamos subsistir gracias a nuestro empeño por recoger con un pañuelo el rocío que amanecía adherido a las plantas y por beber el agua que encontrábamos depositada en el “estómago” de las plantas carnívoras del género Heliamphora.

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14. En el primer campamento que hicimos sobre el Cerro de la Neblina en 1970, quedamos aislados y sin agua durante una semana, por lo que diariamente lográbamos subsistir gracias a nuestro empeño por recoger con un pañuelo el rocío que amanecía adherido a las plantas y por beber el agua que encontrábamos depositada en el “estómago” de las plantas carnívoras del género Heliamphora. Durante aquel viaje extraordinario en el cual hicimos sendos campamentos en el “Plan alto del río Baría” y en la “Meseta de Titiricó”, logramos resultados muy importantes, como lo reflejan los dibujos que hizo Dunsterville sobre las orquídeas que encontramos en la meseta de Titiricó (Dunsterville 1972), la colección de varias docenas de plantas nuevas para el mundo por parte de Steyermark, así como mis observaciones en vivo sobre los mecanismos de trampa que eran empleados por tres plantas carnívoras diferentes, con referencia especial a la atracción, digestión y al mantenimiento del nivel del agua de las Heliamphora nutans. Lo cual resultó que era la primera vez que se estudiaba y se publicaba, ya que aquello habría sido imposible deducir estudiando los ejemplares secos y prensados que se encuentran en los herbarios (Brewer-Carías 1972, 1973 a, 1973 b y 1978 a). Además de esto logramos colectar e identificar con la ayuda de Steyermark, cuales plantas alucinogénicas empleaban los indígenas Yanomamö que vivían por el Río Cauaburí (Brewer-Carías y Steyermark 1976).

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15. Este es G.C.K. “Stalky” Dunsterville, sin dudas el mayor estudioso de las orquídeas venezolanas, y un dibujante extraordinario, quien publicó su trabajo en seis tomos. Aquí, mientras dibujaba en la Misión de Maturacá, una especie de Maxillaria que colectó en la meseta del Titiricó en 1970 (Dunsterville, 1972).

La gran expedición Quizás la mayor expedición para el estudio de la biodiversidad de un área en el mundo hasta entonces, según testimonio de Roy McDiarmid del Smitsthonian Institution y de Julian Steyermark, fue la que organizamos para la Fundación para el Desarrollo de las Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales (FUDECI) durante los años 1983-1987 al Cerro de La Neblina. Los resultados de esta expedición fueron de tal magnitud, que el Dr. Paul Spangler, un entomólogo quien describió el primer nuevo ejemplar colectado en dicha expedición como Neblinagena prima (Spangler 1985), le dijo a un reportero que lo entrevistó en 1985: “Muchos de los especialistas que van a estudiar y clasificar el copioso material que hemos colectado en la expedición al Cerro de la Neblina, aún no han nacido...!” Debido a esto y a que publicamos un libro de 922 páginas para informar sobre el material colectado durante las diez expediciones que se organizaron, nos parece que solo con presentar una lista parcial del material obtenido por los

especialistas, sería suficiente para comprender las dimensiones de este programa explicar que los 144 investigadores que participaron representando todas las ramas de la ciencia, recorrieron 12 campamentos ubicados a diferentes alturas a lo largo de 2 años. Considerando solamente el trabajo de los 27 botánicos, estos lograron colectar 53.172 muestras y duplicados representadas por 13.986 números de colección. Pero para tener una mejor idea del volumen y la logística que fue necesaria para la movilización de esas muestras hasta el Instituto Botánico de Venezuela, basta decir que el peso de esa colección de muestras de plantas sobrepasó las 14 toneladas…! De igual forma se logra entender mejor la dimensión de lo que se obtuvo durante la expedición al Cerro de la Neblina, explicando que las plantas colectadas solo en esa montaña durante los dos años que duraron las expediciones, resultó mas del doble de la todas las plantas que fueron colectadas a lo largo de 54 años de exploraciones botánicas por en todo el Territorio Amazonas.Y para tener una idea superficial sobre la biodiversidad encontrada, bastaría mencionar que entre las 1.028 muestras de líquenes y musgos que fueron colectadas por el botánico William Buck, él estimó que en su colección pudiera haber entre un 75 y un 90 % de especies nuevas para la ciencia …! (Brewer-Carías 1988).

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16. Esta es uno de los diez grupos de investigadores que representando múltiples instituciones y especialidades, participaron en las expediciones al Cerro de la Neblina entre 1983 y 1985. Se encuentran allí los esposos Spangler especialistas en insectos acuáticos, el herpetólogo Roy McDiarmid y el mastozoólogo Alfred Gardner del Smisthsonian, Brian Boom, Michael Knee, Joe Beitel y Bill Buck del New York Botanical Garden, Alfredo Paolillo del Instituto de Zoología Tropical de la UCV, Adele Conover quien se perdió en la selva y otros. Hacia el extremo derecho mi esposa Fanny quien me acompañó y apoyó durante algunas de las campañas. 17. Este es el Campamento Base de las expediciones del Neblina durante los años 1983-85, antes de que unos innombrables comandantes de la Guardia Nacional de Venezuela, consideraran que nuestra presencia allí interfería con sus negocios de contrabando, por lo que acusaron a la expedición de ser “una cortina de humo” para esconder actividades mineras y que los 144 participantes eran unos garimpeiros de cuello blanco…!. (Ver: Brewer, 1988 para los detalles)

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Para concluir esta presentación sobre la gran expedición del Cerro de la Neblina, debo dejar constancia que mientras dirigíamos las exploraciones en el Alto Orinoco y después en el Cerro de la Neblina del lado venezolano, se encontraba dibujando plantas al pie de la misma montaña y en el río Maturacá pero del lado brasileño, la extraordinaria pintora inglesa Margaret Mee (Mee, 1988). Después nuestros amigos Uwe George en 1987 (George, 1997) y el insuperable dibujante de fauna Jan Dungel en el año 2004 (Dungel, 2006), entraron por el Río Pacimoni y por el río Baría alcanzaron el canal de Maturacá. Los tres exploradores han legado su obra en magníficas publicaciones dignas de ser atesoradas. 18. Mientras preparábamos el Campamento 2 en la base del Pico Maguire y a un lado del río Roy encontramos que el piso estaba formado por una turba que se hundía. Al fondo se aprecia la cara del Pico Phelps que forma parte del Pico de Neblina considerado el más alto del Brasil (3.014 m) y frente a las tiendas de campaña se encuentran Roy Mc Diarmid y Alfredo Paolillo. 19. Entre el 11 y 13 de enero de 1981 organizamos una expedición botánica en la que se lograron numerosas especies nuevas para la ciencia al explorar varios tepuyes. Durante esta expedición nos acompañaron Celia Maguire y Bassett Maguire descubridores del Cerro de la Neblina, junto con Julian Steyermark y mi hija Carla (entre otros), en cuyo honor fue nombrado el río Carla, que fue donde hicimos este campamento del Cerro Marutaní que hasta entonces era un tepuy inexplorado de 1150 de altura, que se encuentra en las cabeceras del río Paragua. (Brewer, 1990)

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Catamarán de Aerotuy anclado en uno de los cayos de Los Roques. / Fotografía: Brigitte Diez.


RINCONES Y REFUGIOS

LOS MEJORES LODGES de Venezuela Ă lvaro Montenegro / Los Viajes de Montenegro alvaromont@gmail.com @alvaromont


Avión de la línea Turística Aerotuy. / Fotografía: Brigitte Diez.

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Posadas de Aerotuy

Famosos como Harrison Ford, George Bush, Antonio Banderas, Sharon Stone, Francis Ford Coppola, Donna Summer, Ron Silver y el alcalde de Alabama han viajado al Archipiélago de Los Roques, para conocer este exótico lugar que está tan “trendy”, como la isla de Mikonos lo fue en la década del 70, Mustique en los 80, o Ibiza en los 90. Es que en Los Roques se consigue la naturaleza en su estado más puro, y las playas más bellas que uno pueda soñar; arenas blancas como la nieve y aguas tranquilas con tantas tonalidades del color azul, que parecen un lienzo.

en el archipiélago de los roques El Archipiélago de Los Roques fue declarado Parque Nacional el 9 de agosto de 1972, para conmemorar los 100 años del primer Parque Nacional del mundo:Yellowstone, en los Estados Unidos de Norteamérica. El parque tiene unas 221 120 hectáreas compuestas de aguas cristalinas y más de 50 cayos, islotes, arrecifes coralinos y bancos de arena. Los Roques está considerado como el único atolón en el Océano Atlántico y está formado por dos barreras de arrecifes, un

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En las posadas y los cafés de El Gran Roque, la isla más importante del archipiélago, se escucha hablar italiano e inglés, mezclado con alemán y español. Por eso la célebre revista norteamericana de turismo “Conde Nast Traveler”, ha bautizado a Los Roques como la nueva torre de Babel. Allí precisamente es donde se encuentran las posadas de la operadora Aerotuy.


Laguna interna de mar en el Gran Roque, isla principal del archipiélago. / Fotografía: Brigitte Diez.

Los Roques es ideal para no hacer nada, tumbarte en la playa todo el día y leerte un buen libro. Pero si quieres exaltar tus sentidos, entonces puedes hacer submarinismo diurno y nocturno, pesca de Macabí, practicar windsurf, kitesurf, snorkeling, remar en kayak, observar aves o caminar hacia el Faro Holandés. Al finalizar el día, te sentirás como regresando de un cuento fantástico, en el cual el protagonista fuiste tú. No olvidarás esos momentos nunca. En Los Roques hay casi 50 posadas y todas tratan de ofrecer un servicio honesto, cálido y familiar. Como Aerotuy vuela desde hace décadas a Los Roques, hace años se integró aguas abajo y decidió tener varias posadas para sus pasajeros que deseaban alojamiento. La recepción de huéspedes se hace en una sola de ellas: en la posada La Plaza, ubicada frente a la Plaza Bolívar. El horario de recepción es de 6:00am a 8:00pm y allí los amables guías explican con mucha destreza a todos los pasajeros, el itinerario de la estadía. La oficina de Aerotuy está al lado de esa posada, y ese es el lugar a donde se lleva el equipaje para el vuelo de regreso. La posada La Plaza es sencilla, pero impecable. Unos pasos más allá, al lado de la Concha Acústica de Los Roques, se encuentra la posada Las Palmeras también de Aerotuy, preciosa y dotada con una arquitectura típica caribeña. Uno entra en un largo y estrecho pasillo al aire libre que parece sacado de una película de otros tiempos, y camina entre las fachadas pintadas de blanco con bordes verdes de las habitaciones. Al lado de esta posada está la tienda Botuto, donde venden recuerdos y objetos

diversos. La posada más pequeña de Aerotuy es Macabí, ubicada entre la plaza y la playa, muy cerca del muelle. Yo la última vez que fui y con mis amigos de Río Verde, nos alojamos en la posada Vistalmar, también de Aerotuy y quedamos muy, pero muy satisfechos. Está muy bien ubicada frente a la playa al lado del muelle de El Gran Roque. Todas las habitaciones tienen aire acondicionado y la que me asignaron fue la número 1, que estaba a metros del agua. Casi podía tocar el mar desde mi ventana. Posee una maravillosa terraza con vista infinita al mar, ideal para tomarte un rico coctel junto a tu ser querido disfrutando de los más bellos atardeceres y del espectáculo de las aves marinas revoloteando sobre los peñeros. El servicio fue muy correcto, las comidas se hacían en el restaurante “El Muelle” y lo mejor fue que me inspiré profundamente durante las noches, observando las estrellas en la terraza de la posada. Los guías de Aerotuy son una maravilla, muy bien preparados, atentos, cordiales y siempre haciendo que tu estadía sea lo mejor posible. Nuestros guías fueron Patricia Canepa, Jesús Hernández y Ricardo Kowalsky, debemos agradecerles muy profundamente lo excelente que se portaron con nosotros y lo bien que nos hicieron pasar esos tres días inolvidables. Pregunten por ellos cuando vayan a Los Roques y tendrán a los mejores guías. Los Roques es, sin lugar a dudas, un sitio con un encanto muy particular. Cada día es más fácil conocer Los Roques, porque en baja

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Posada Las Palmeras de Aerotuy. / Fotografía: Brigitte Diez.

Parte del equipo de guías de Aerotuy compartiendo con Norelys Rodríguez. / Fotografía: Brigitte Diez.

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Catamarán de Aerotuy y al fondo el Gran Roque. / Fotografía: Brigitte Diez.

temporada siempre hay ofertas. No permitas que te cuenten cómo son estos cayos, ven con tu pareja y verás de lo que te has perdido todos estos años. La vida es bella, disfrútala con delicadeza y romanticismo en Los Roques.

Cómo llegar La Línea Turística Aerotuy (LTA), teléfono (0212) 212.31.10 tiene más de 20 años volando diariamente a Los Roques con unos aviones Dash-7 de 48 puestos y es la línea con más experiencia que va al Archipiélago. El vuelo dura unos 30 minutos desde Maiquetía y los aviones son muy seguros.

Paquetes

Impuestos Los Roques es un Parque Nacional. Al bajarse del avión en el Gran Roque hay que pagar una tasa de BsF.76 si es venezolano BsF.152 si es extranjero.

Dónde reservar En su agencia de viajes de confianza afiliada a AVAVIT, o directamente en Aerotuy, www.tuy.com.

Actividades Buceo con la escuela Ecobuzos, teléfono (0414)791.93.80, www.ecobuzos.com

La Línea Turística Aerotuy, página web: www.tuy.com ofrece unos paquetes muy buenos: • Day Tour incluyendo pasaje aéreo desde Maiquetía, paseo en Catamarán y almuerzo, incluyendo refrescos. • Tour dos días, una noche incluyendo pasaje aéreo desde Maiquetía, alojamiento, todas las comidas y paseo en Catamarán.

Pesca de macabí o pez ratón con Cristóbal Yrazabal, que es el venezolano que más sabe de estas técnicas, y quién mejor organiza los viajes de pesca deportiva. Su compañía se llama Sight Cast y tiene una página Web: www.sightcast.org .Llámalo al (0414) 239.13.28 que la vas a pasar buenísimo.

Pero mi recomendación es que se queden por lo menos dos días y una noche, y puedan disfrutar dos días en esos maravillosos Catamaranes de Aerotuy visitando los diferentes cayos.

Kite y Windsurf en Francisquí con Elías, y su compañía Vela Wind Surf. Llámalo al (0414) 225.28.04, para que aprendas todos los secretos de las velas con él.

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Niños roqueños pescando en un muelle del Gran Roque. / Fotografía: Brigitte Diez.

Pelícano, Boba marrón y Guanaguanare, parte de la avifauna que habita en el archipiélago de los Roques. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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No olvides No dejes de visitar Cayo de Agua, que es el único sitio que tiene agua dulce en el archipiélago. Los indios arahuacos se proveían de agua dulce en Cayo de Agua, hace más de mil años cuando venían a cazar botutos. Pueden contratar allá directo a un lanchero o los guías de Aerotuy pueden ayudarlos en eso.

El famoso faro en la colina del Gran Roque. / Fotografía: Brigitte Diez.

Tampoco dejen de visitar la Isla de Dos Mosquises Sur dónde se encuentra la Estación Biológica de la Fundación Científica Los Roques y podrán disfrutar de cientos de tortugas marinas que allí crían para luego ser liberadas a su hábitat natural, allí les ofrecen una charla muy interesante sobre estas especies que están en peligro de extinción, y pueden hasta adoptar una tortuga verde o carey. No olvides llevar mucho protector solar y untárselo hasta en los pies, el sol en Los Roques es más brillante que en cualquier lado. Los Viajes de Montenegro radio se transmiten de lunes a viernes a las 11:00 am por la 100.7 fm., la Radio del Ateneo de Caracas www.ateneofm.com.

El equipo de revista Río Verde en el PN. Archipiélago de Los Roques. / Fotografía: Brigitte Diez.

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Entrada de Posada La Bravera en medio del bosque nublado. / FotografĂ­a: Alberto Blanco DĂĄvila.

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Estancia La Bravera

Santuario de la naturaleza y de la cordialidad La Estancia La Bravera es el Jardín Botánico Satélite del estado Mérida y el paraíso de los colibríes, por lo que prácticamente no debes ni salir de la posada para conocer las maravillas del bosque nublado. Si tu preferencia es la naturaleza, el trato amable y la comodidad, no lo pienses dos veces para hospedarte en este extraordinario santuario.

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El otro día un amigo que no viaja por Venezuela desde hace tiempo me preguntó: “Cómo están las posadas en Mérida?” y después de que le expliqué que están mejor que nunca, que son muchísimas y que en el Estado hay posadas para todos los gustos y presupuestos, me dijo: “¡Qué buena noticia! ¡Recomiéndame entonces una para la observación de aves y que sea un verdadero santuario para la naturaleza!”. Enseguida pensé en la Estancia La Bravera, ubicada en un bosque nublado hermoso llamado San Eusebio, en la carretera que conduce de Jají a La Azulita, a más de 2 300 metros sobre el nivel del mar, muy cercano al Parque Nacional Sierra de La Culata. La posada está enclavada en una de las zonas con mayor diversidad de aves en Venezuela, con aproximadamente 456 especies registradas, de las cuales unas 200 especies se reportan en La Bravera y sus alrededores, y algunas de ellas son endémicas, es decir que sólo allí se encuentran.

Una de las acogedoras cabañas de La Bravera. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

Le comenté a mi amigo que pasé unos días maravillosos en La Bravera, compartiendo con sus propietarios, el sereno e inteligente ingeniero Jorge Bravo, y su adorable esposa Ivón. Le contaba que al entrar en este mundo mágico, lo primero que uno encuentra es una subida fuerte rodeada de vegetación, que tiene a los lados unas cabañas preciosas. Arriba está la casa principal de la posada, con un gran patio y un agradable caney sin paredes, que sirve de comedor, bar, cocina y es como un gran palco para observar las 12 especies de colibríes que allí habitan. Le explicaba que yo no podía creer la cantidad de estos pajaritos que revoloteaban alrededor de unos envases especiales para alimentarlos que Jorge colocó a un lado del

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Cabaña. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.


Vista del patio central de la posada, a muy poca distancia está el Páramo El Tambor. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

comedor para deleitar a sus huéspedes, pudimos contar hasta más de 40 ejemplares de tucusitos volando y posados a tan sólo dos metros o menos de distancia. Le conté que conversando felices, sentados en la mesa con un café bien caliente para compensar los 11ºC de temperatura que había en el ambiente, contamos más de diez especies de colibríes volando como enloquecidos por el jardín. Alberto Blanco, quién sabe muchísimo de eso, anunciaba los nombres de cada una de las especies -“ese es el colibrí coludo azul, ese otro es el terciopelo, aquél es el inca acollarado, ese otro es el ángel del sol cuelliocre, aquel es el orejivioleta verde…” y así prosiguió hasta contar más de diez especies. Jorge le anotaba que el que estaba más alejado era el estrella cuellirojo y que el ángel sol de Mérida se acababa de ir. Mientras la conversación de los expertos se complicaba, Ender Jáuregui y mi persona (casi hipnotizados por esa especie de aquelarre que nos brindaba la naturaleza) nos dedicamos a tomar fotografías de los colibríes muy de cerca, en las posiciones más extrañas, casi tocándolos con el lente. Nunca supe si esa ausencia de temor en los colibríes era por el hambre, por el ambiente virgen y a la vez mágico en el cual viven, o por la costumbre de estar cerca de las personas. Lo cierto es que los pajaritos se nos acercaban y nos rozaban con sus alas en un espectáculo fascinante que parecía sacado de un cuento imposible. Absortos con tanta emoción, y después de disfrutar de los exquisitos platos que el mismo Jorge e Ivón preparan, nos fuimos a hacer una excursión a la Sabana del Suare, allí mismo dentro de

la hacienda. Pasamos por un sendero de interpretación de bosque nublado que acomodaron los propietarios con la ayuda del programa Bio Andes de la ULA y los profesores Dra. Michelle Ataroff y Dr. Pascual Soriano. El recorrido es precioso, repleto de bromelias, helechos, musgos, orquídeas y calas, con una pequeña cascada incluida. Al final del sendero salimos a una sabana muy abierta llena de colinas y frailejones, al pie del páramo del Tambor. Como el día estaba despejado pudimos ver a lo lejos la Sierra Nevada de Mérida, con sus cinco Águilas Blancas llenitas de nieve como en un cuento de niños, y por el otro lado el imponente Lago de Maracaibo, plácido a los pies de la cordillera. Otro de los regalos naturales de La Bravera es que, por un Convenio firmado con la Fundación Jardín Botánico de Mérida, la Estancia La Bravera (desde el año 2010) es Jardín Botánico de Selva Nublado. Lo que la convierte en Jardín Botánico Satélite del estado Mérida. Los visitantes podrán apreciar la identificación de todas las plantas de los alrededores de la posada, en dónde los especialistas han registrado 121 especies de plantas superiores. Para esbozar una idea de la joya natural que representa este mágico lugar, mencionaré algunas de sus bondades: se han identificado 456 especies de aves en su entorno. Posee 12 hectáreas de Bosque Nublado Andino para su conservación como Reserva Privada (se pueden visitar sin salir de la estancia). Se encuentra al pie del Páramo El Tambor, lugar de especies animales y vegetales únicas en el mundo. Este entorno es el hábitat de la endémica Ranita Amarilla de La Carbonera considerada probablemente extinta. La zona constituye el primer lugar del planeta

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con mayor diversidad y densidad de plantas epífitas, con más de 100 especies de orquídeas y bromelias. Por si fuera poco, cuenta con la presencia del Oso Frontino, única especie de oso de América del Sur, y por ello pueden verse sus rastros de vida. La recomendación a mi amigo concluyó con unas palabras del observador internacional de aves David Fisher:“La Bravera es el único lugar de Venezuela donde puedes observar aves dentro de la posada”. En fin, pasamos dos días en uno de los lugares más mágicos y deliciosos que he visitado en Venezuela, es uno de esos lugares que obligatoriamente hay que ir a visitar.

Cómo llegar Desde la ciudad de Mérida se toma la vía al pueblo de Jají. Una vez que llegas a la bomba de la entrada a Jají, tienes que seguir por la vía al pueblo de La Azulita. Son 18 kilómetros desde allí, pero debes ir despacio porque la carretera no permite apuros. En total, el trayecto desde la ciudad de Mérida hasta la posada toma un poquito más de una hora.

Coordenadas La Estancia La Bravera es una posada bella, sin pretensiones, encantadora y enclavada en un lugar mágico. La arquitectura de las cabañas está en perfecta armonía con el entorno. GPS: N 08º 38’ 29,4” – W 71º 23’ 1,0” Reservaciones: (0212) 978.26.27 Website: www.estancialabravera.com.

Álvaro contemplando la gran variedad de especies de colibríes que allí habitan.

Les recomiendo su página, es el sitio web de posada más completo que he visto, con muchísima información técnica de la zona.

No olvides Tu cámara fotográfica, porque los paisajes y las aves son ideales para capturarlos con el lente. Llevar pantalones largos, franelas, camisas manga larga y un buen suéter para la noche, y si te hace falta más abrigo en la posada te proveen de unas ruanas que te quitarán todo el frío.Trae dos pares de zapatos, unos cómodos que sirvan para estar en la posada, y unas botas para caminar por los alrededores. Mete en tu equipaje una linterna, binoculares -si tienes- y protector solar.

El hermoso comedor de La Bravera. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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Álvaro Montenegro y Jorge Bravo disfrutando de una deliciosa comida. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

Parte de la cocina de La Bravera, armoniosamente integrada a la naturaleza. / Fotografía: Alberto Blanco Dávila.

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LA TONINA DEL ORINOCO y del Amazonas 1

Ernesto O. Boede / MĂŠdico veterinario Sociedad de Ciencias Naturales La Salle ernestoboede@gmail.com


En contraste con otras actividades humanas que la amenazan, la tonina, o delfín de río, es protagonista de numerosas leyendas que la ensalzan y protegen a nivel local. Conocer sus secretos es amarla, por ello aquí te detallamos sus apasionantes conductas y características únicas que la diferencian por completo del resto de los delfines.

La distribución de la Inia abarca en Suramérica los grandes ríos con sus afluentes en los llanos de la cuenca del Orinoco de Venezuela y Colombia, donde la conocemos como “tonina”.También se encuentra en la Amazonía brasileña donde la denominan “boto”. En Ecuador y Perú se le dice “bufeo” e internacionalmente se le conoce como “delfín rosado” o “delfín del río Amazonas y del Orinoco”. Existen dos especies diferentes, como sugieren las investigaciones de estudios moleculares, genéticos y morfométricos. Inia boliviensis de Bolivia, en los ríos Guaporé, Mamore y Beni de la cuenca del río Madeira, el cual es afluente del río Amazonas. La otra es Inia geoffrensis de Brasil, Perú, Ecuador, Colombia y Venezuela. El río Orinoco se comunica con el río Amazonas por medio del Brazo Casiquiare, que desemboca en el río Negro y este a su vez en el Amazonas. Esa comunicación fluvial permitió el intercambio genético entre los botos y bufeos amazónicos y las toninas orinoquenses. En cambio, el bufeo boliviano quedó prácticamente aislado por millones de años de la población amazónica por los raudales y cascadas de Teotonio en el alto Madeira, barrera geológica que resultó ser infranqueable para estos cetáceos.

Biología y costumbres El nombre científico de Inea de la tonina proviene de la denominación que le daban los aborígenes amazónicos Guarayos a los delfines, en cambio geoffrensis fue nombrado por Geoffrey St. Hilaire, el cual capturó un ejemplar y lo transportó a Portugal como regalo para Napoleón Bonaparte. El nombre vulgar y criollo para nosotros de tonina viene de la palabra castellana “toñina”, que era como los navegantes españoles denominaban a los grandes atunes y a los delfines marinos, creyendo erróneamente que estos entraban del océano Atlántico al río Orinoco. La tonina es longeva, puede alcanzar los 40 años de edad, es un cetáceo que no vive en grupos familiares como los delfines marinos, ya que los machos adultos viven el mayor tiempo en solitario. Se juntan con las hembras únicamente en la época de apareamiento, aunque existen hipótesis que sugieren que los apareamientos y nacimientos pueden ocurrir también en cualquier época del año. En este período se pueden observar a más de un macho peleándose con otros por copular con las hembras en celo. Estas últimas pueden comenzar a reproducirse cuando llegan a la madurez sexual, a los siete años, los machos la alcanzan un poco más tarde a los nueve años aproximadamente. El intervalo entre partos es de alrededor de cuatro a cinco años, en toninas más viejas hasta de seis a ocho años. Las crías mayores pueden permanecer con el grupo materno hasta los siete años. La gestación dura alrededor de 11 meses, y paren una sola cría,

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de un tamaño promedio de 75 cm, siete kilogramos de peso y color gris oscuro, la lactancia puede durar hasta el año y medio. Se pueden observar en los ríos, en la mayoría de los casos, grupos de dos a seis toninas, que serían las hembras con sus crías lactantes y juveniles destetados de años anteriores. Las investigaciones siguen, pero lo que se conoce hoy día es que su ciclo reproductivo es estacional, ocurren los partos a finales de la época de lluvia, pero según investigaciones recientes, también a comienzos y durante la época de sequía, cuando las aguas en los ríos y caños están bajando y luego están en sus niveles más bajos del año. Es decir, que la reproducción ocurre en la época del año cuando existe mayor oferta de alimento, por la alta concentración de peces durante la bajada de aguas de las sabanas y bosques inundados. Esta restricción en los movimientos de los cardúmenes de peces, facilita a las toninas recién paridas comer en abundancia y garantizar una adecuada lactancia a la cría. Las toninas parturientas buscan aguas llanas, someras y remansos con poca corriente. Los sitios propicios para los nacimientos son los caños que atraviesan las sabanas y las comunican con los grandes ríos. Allí cuentan con bosques de galería y árboles caídos dentro del agua, formando las conocidas “caramas” en donde las toninas paren con tranquilidad y se refugian con sus crías recién nacidas. Defienden de manera tenaza a sus cachorros de intrusos, pegan fuertes coletazos sobre la superficie del agua cuando se acerca una embarcación. En este época de nacimientos incluso se aproximan a los bongos que se les acercan, salpicando con sus fuertes aletas caudales a los navegantes, sobre todo al motorista, que va atrás en la embarcación, tratando de ahuyentar a los intrusos. En el pasado el enemigo que tenían que combatir en la época de nacimientos eran los grandes caimanes o cocodrilos del Orinoco (Crocodylus intermedius), peligro hoy día prácticamente inexistente en la mayoría de los ríos, ya que fue casi extinguido. Pero de un enemigo si deben cuidar muy bien actualmente a sus crías, y es de los caribes o pirañas (Serrasalmus spp). Revisando la literatura antigua, cuando las toninas tenían que compartir su hábitat con los otrora abundantes caimanes de Orinoco, tenemos por ejemplo los relatos de Alexander von Humboldt, de su viaje en 1800 del río Apure al Orinoco y al Brazo Casiquiare: “restableció la calma y el silencio, y al momento se agitaron en la superficie del agua numerosos grandes cetáceos de la familia de los sopladores, semejantes a los delfines de nuestros mares y que los españoles llaman toñina. El cachazudo y perezoso caimán parecía temer la presencia de aquellos seres turbulentos, y le veíamos sumergirse cuando se acercaban a él”. Durante la época de sequía las toninas están restringidas a los canales principales de los ríos, caños y lagunas profundas. En esta época se pueden observar con mayor facilidad en las desembocaduras de los ríos y caños en donde les es más fácil capturar los peces. En la época de lluvia los peces migran hacia las sabanas inundadas para reproducirse, las tradicionales ribazones o subiendas, buscan también alimentarse en los bosques ribereños y palmares inundados. Las toninas, al seguir los cardúmenes de peces, entran también a estas zonas inundadas, encontrándoseles muchas veces nadando entre los árboles, arbustos y palmeras. Se


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les puede observar cuando salen a respirar, pues dejan escuchar su característico resoplido, asoman por cortos instantes la cabeza con su melón en la frente y el lomo con su pequeña aleta dorsal, antes de desaparecer de nuevo en las turbias aguas. Interesante es también citar las observaciones que hizo Humboldt de esta curiosa conducta para un delfín de aguas continentales: “en lo más espeso del bosque oímos de repente un ruido singular, y armamos nuestras carabinas, cuando apareció una manada de estos cetáceos, de cuatro pies de largo, que rodearon nuestra embarcación. Aquellos animales estaban ocultos debajo de la rama de un árbol; atravesaban el bosque acuático, y lanzaban al aire los chorros de agua que les han valido en todas las lenguas el nombre de sopladores. Extraño espectáculo ofrecían todos aquellos cetáceos en medio de las tierras, a 300 o 400 millas de la desembocadura del Orinoco y del río Amazonas”. El científico alemán había observado y registrado para la ciencia, la singular conducta de una especie de delfín de río, de merodear en los bosques de tierras inundadas tan lejanas del océano Atlántico, como son las tierras del Orinoco medio, del río Guaviare y del caño Casiquiare, ubicadas no muy lejos del centro del continente Suramericano.

¿De dónde vino la tonina, cómo apareció en medio de las tierras de Suramérica, cómo evolucionó en el transcurso del tiempo, por qué es tan diferente a los otros delfines, cómo es?

Se alimentan básicamente de peces pero también de pequeñas tortugas y crustáceos. En plena época de sequía venezolana, diciembre-abril, se pueden encontrar en el bajo Apure y en Arismendi estado Barinas, toninas con sus cachorros, en los meandros y lagunas de los antiguos cauces de los ríos, conocidos como “madres viejas”, de los ríos Apure, Arauca, Guanare y Portuguesa, inclusive tan al norte como en el río Cojedes.También

Los machos llegan a medir 2,50 m y pesar 170 kg, con una coloración gris clara y rosada, mientras más viejos más claros y rosados son, de allí el nombre que se le da también de delfín rosado. Se cree que una de las razones de su coloración es la gran cantidad de cicatrices que presentan los machos, originadas en las peleas por las hembras. Otra hipótesis es por el consumo de caroteno o provitamina A, que adquieren de los crustáceos y

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encontramos toninas en los ríos Capanaparo, Cinaruco y Meta. En el estado Guárico, en el río Aguaro, en el estado Bolívar en los ríos Caura y en el bajo Caroní, en su desembocadura con el Orinoco, también en la parte baja de los ríos Cuchivero, Soapure y Parguaza. Se llegan a ver inclusive hasta en el Delta Amacuro, en el ramal del río Grande cerca de Sacupana y otros caños del delta orinoquense. En el Orinoco medio en el estado Amazonas, las encontramos por encima de los raudales de Atures y Maipures en los ríos Ventuari, Sipapo, Autana, Brazo Casiquiare, y tanto más arriba aún en la época de lluvias, en el alto Orinoco, en los ríos afluentes Cunucunuma, Ocamo, Mavaca y hasta los raudales de Guajaribos, Hacia la vertiente oeste las encontramos también en los ríos Vichada y Guaviare afluentes colombianos del Orinoco respectivamente.


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peces de los cuales se alimentan. El caroteno es absorbido y almacenado en el tejido graso y piel, originando la coloración. También influye probablemente en la coloración la irrigación sanguínea en la piel. Las hembras un poco más pequeñas pueden llegar a medir 2,20 m y pesar 140 kg, presentan una coloración más grisácea en la cabeza, dorso, y rosada hacia los flancos y el abdomen. Los juveniles y crías son completamente grises, los primeros más claros que los segundos, que son mucho más oscuros. La cabeza, en su parte frontal, tiene una pronunciada protuberancia denominada melón, la cual funge como antena parabólica cuando emiten y reciben las ondas acústicas, con las cuales se comunican y orientan por ecolocación en las turbias y oscuras aguas. El hocico es alargado y cilíndrico con sendas hileras de pequeños y puntiagudos dientes; sus ojos son muy pequeños, lo que ha hecho pensar a los científicos que se trataba de delfines casi ciegos, pero se demostró que ven muy bien. La aleta dorsal es alargada y escasamente desarrollada, las aletas pectorales son grandes, largas y anchas en su base, con cinco falanges óseas parecidas a las de la mano humana, el cuerpo termina con una ancha y fuerte aleta caudal. A diferencia de los delfines marinos, su cuello y cuerpo son muy flexibles, lo que les permite cazar entre la vegetación de terrenos inundados. Generalmente sus movimientos son tranquilos y pausados y no tienen la agilidad para hacer los grandes saltos de los delfines marinos, quienes son muy diferentes a estos.

El ancestro de los cetáceos, los delfines, marsopas y ballenas se originó después de la desaparición de los dinosaurios hace 50 millones de años. Era un carnívoro terrestre con pezuñas, el Pakicetus, invadió el medio acuático de los antiguos océanos y dio origen a los cetáceos, muy relacionados estos con los artiodáctilos como los hipopótamos y los cerdos. El ancestro fue desarrollando los miembros delanteros como aletas pectorales, atrofiándoseles las patas traseras para desarrollar, en cambio, una aleta caudal al final de la columna vertebral. El hocico se le fue alargando, esto les facilitó la captura de peces; las fosas nasales, el espiráculo, se ubicó dorsalmente más hacia atrás. Evolución y cambio anatómico apropiado para vivir en el agua. La tonina posee una especializada adaptación a las aguas continentales y se diferencia mucho de otras especies de delfines, inclusive una que también convive con ella en los ríos Amazonas y Orinoco, se trata del pequeño delfín gris o tucuxi (Sotalia fluviatilis). En cambio en el Orinoco las investigaciones siguen para definir la especie de Sotalia y diferenciarla posiblemente de la tonina costera o delfín estuarino (Sotalia guianenesis), que entra del mar al delta del río. El linaje de la tonina vino del oeste, del océano Pacífico, cuando su ancestro entró hace 15 millones de años al Amazonas, que se comunicaba en ese entonces con este océano, antes de formarse la cordillera de los Andes. La formación de las altas montañas andinas impidió posteriormente al río Amazonas seguir drenando sus aguas al Pacífico; se formó un inmenso lago

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continental que incluía a la Orinoquía, lo que creó las condiciones para el aislamiento y evolución de la tonina. Diez millones de años más tarde, hace cinco millones de años, el inmenso lago continental se comunicó hacia el este con el océano Atlántico, al subir también el nivel de los mares. Fue cuando entró a la Amazonía y Orinoquía la Sotalia con su cuerpo más parecido a los delfines marinos, pero con menos tiempo de adaptación a la vida fluvial que la Inia. El Llano venezolano es geológicamente bastante joven. Se desarrolló entre el macizo Guayanés y el altiplano de los Andes. Con el tiempo estas llanuras se llenaron de sedimentos provenientes de la erosión andina y de la cordillera de La Costa, así también, de los sedimentos dejados por el mar que alguna vez las cubrió y se retiró al elevarse el norte y el oeste montañoso. A partir de entonces se experimentaron movimientos de la superficie hacia el este, lo que posteriormente creó el panorama de los planos aluviales del propio Llano.

mento para las toninas. La sobrepesca acaba también con la oferta alimentaria para ellas. Además, los grandes chinchorros o redes de pesca artesanales representan una grave amenaza para ellas, ya que se enmallan y mueren ahogadas. La construcción en los caños de los llanos inundables, de tapas, pequeños diques y compuertas con fines agropecuarios, impiden la libre circulación de las toninas hacia los ríos, lo que las hace quedar varadas luego en la época de sequía. Pero, sobre todo, las grandes represas hidroeléctricas que fragmentan sus hábitats, esto les impide el flujo e intercambio genético, les ocasiona problemas de endogamia o consanguinidad y la desaparición a largo plazo de esa población local aislada.

Sus peligros y amenazas

Otra amenaza es la contaminación de los ríos por aguas cloacales de las ciudades y pueblos, aguas tratadas deficientemente de la industria petrolera y metalúrgica, metales pesados como el mercurio proveniente de las actividades mineras legales e ilegales, los insecticidas y otros químicos de alta toxicidad provenientes de los fertilizantes y fumigaciones en los cultivos de arroz, maíz y algodón, sembrados en las vegas de los ríos y zonas de sabanas inundables.

Las alteraciones de su hábitat, ya sea por el tráfico fluvial intenso, la deforestación de los bosques en los estados Bolívar y Amazonas por la minería del oro, la destrucción de la vegetación de las sabanas inundables y la deforestación de los bosques ribereños con fines agrarios, produce una merma en la oferta de alimentos de la población piscícola y fuente principal de ali-

De las toninas muertas accidentalmente por enmallamiento en las redes de pesca, no se desperdician sus órganos como los ojos, pene y dientes que son utilizados como fetiches, sobre todo la grasa para usos medicinales, y que son vendidos en Puerto Ayacucho en el Mercado Indígena. En el Amazonas peruano estos productos también son ofrecidos abiertamente en

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guna de estas lanchas que circulan a altas velocidades en los ríos llaneros, es alto.

los mercados de la ciudad de Iquitos. Según datos de la Fundación Omacha, en algunas partes del río Amazonas se están cazando los botos para ser utilizados como carnada para la pesca del bagre zamurito (Calophysus macropterus), ellos han registrado muertes por esta causa de 1600 botos/año en Brasil. Lamentablemente en Venezuela también está aumentando en los últimos tiempos la cacería de toninas con arpones en el Orinoco medio, para después de haber sido descuartizadas, utilizar su carne como carnada para la pesca del bagre, conocido por estos lares como mapurite (Calophysus macropterus), muy cotizado en la hermana República de Colombia.

También los crecientes peligros inminentes por poblaciones humanas, ya que en las zonas rurales existen crisis sociales y económicas que facilitan y estimulan la cacería ilegal y el tráfico de productos de la fauna silvestre incluyendo a las toninas. En el futuro también se van a intensificar los conflictos y por ende los problemas entre la pesca artesanal fluvial y las toninas, originado por el incremento de la población humana en los llanos y en el Amazonas.

Referente a los peligros relacionados con el tráfico fluvial intenso, y el riesgo de atropellamientos de toninas por embarcaciones deportivas, sobre todo por las hélices de sus potentes motores fuera de borda. Una actividad motonáutica venezolana, el rally de velocidad “Nuestros Ríos Son Navegables”, tomó auge hace ya muchos años en los ríos con poblaciones de toninas, como son el Cojedes, Portuguesa, Apure, Cunaviche, Payara, Arauca, Meta, Capanaparo, Caroní, Parguaza, Caura y Orinoco. En este rally, participan en cada mes de agosto, en la época de lluvia, más de 120 lanchas rápidas, muchas de ellas con uno o dos motores fuera de borda de hasta de 250 HP respectivamente. No es conveniente, sobre todo en los ríos más angostos y menos profundos y afluentes del Orinoco y del Apure, permitir esta actividad deportiva y la navegación de este tipo de potentes lanchas. El riesgo y peligro que corren estos cetáceos, más otros animales también amenazados, como caimanes del Orinoco (río Capanaparo) y manatíes, de ser golpeados mortalmente, por al-

A largo plazo habrá que considerar también los efectos del calentamiento global. Problemas potenciales que predicen, por medio de la simulación de datos computarizados en su publicación, el Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales (MARN), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF) (2005), en los próximos 50 años podremos ver los efectos y consecuencias del calentamiento global. Las predicciones para la Amazonía y los llanos de la cuenca del río Orinoco describen que serán épocas más secas con menos pluviosidad. En otras palabras, el Llano venezolano, el colombiano y parte de los estados Amazonas y Bolívar en Venezuela, sufrirán épocas de sequía más prolongadas. Esto traerá como secuelas una disminución de agua en los cauces de los ríos, caños, lagunas y una merma de las inundaciones periódicas en los llanos inundables, este factor incidirá negativamente sobre el hábitat de las toninas y, sobre todo, en la seguridad nacional y calidad de vida de nosotros mismos.

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Conservación, folklore y leyendas La tonina no es una especie catalogada en peligro de extinción, pero si clasificada por la Unión internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) y el Libro Rojo de la Fauna Venezolana, como vulnerable, el Ministerio del Ambiente la tiene en veda indefinida.Trabajos de investigación de May-Collado and Agnarsson (2011), de la Universidad George Mason, USA y de la Universidad de Puerto Rico, sugieren que hay una necesidad urgente, a nivel mundial, de datos básicos sobre mamíferos acuáticos amenazados, y especial interés en aquellos de agua dulce. Según esta publicación, hay todavía para Inia geoffrensis deficiencia de datos y, por tanto, el estatus poblacional real, catalogado por la UICN, es desconocido actualmente. Inia tiene una ventaja poblacional y es que se encuentra ampliamente distribuida en varios países suramericanos, en donde se cuenta todavía con vastas zonas naturales poco intervenidas por las actividades humanas. En cambio en Venezuela los ríos Cojedes, Portuguesa, Apure, Arauca, Caura y Caroní son ambientes considerados como amenazados por los peligros anteriormente descritos. Últimamente, también en el Orinoco medio, en el tramo del río entre Puerto Ayacucho y Puerto Páez, realizan la cacería de toninas para utilizarlas como carnada.

enamoradizas y hay que tenerles respeto, salen de noche en los pueblos transformándose en esbeltos galanes a enamorar a las bellas mujeres y si se descuidan se las llevan al río, las ahogan y se transforman en preciosas toninas. Se sabe que muchas veces, cuando alguna persona se está ahogando en un río, las toninas la ayudan y la salvan empujándola hacia la orilla. En la región del río Amazonas, por ejemplo, existe la creencia de una ciudad dentro del río llamada “El Encanto”, los botos son los habitantes de esta ciudad sumergida en el gran río, y salen de noche, especialmente cuando hay fiestas en los pueblos, a robarse a las mujeres. Para los indígenas en cambio, los botos y toninas son parte del legado histórico. Los chamanes le dan poderes sobrenaturales y aseguran que les ayudan a curar a los enfermos. Por estas leyendas, son consideradas animales místicos. No se puede negar que estas creencias y leyendas han ayudado en algo a protegerlas de la cacería despiadada que sufren, en cambio, otros animales de los ríos, como por ejemplo el manatí Trichechus spp., muy cotizado por su carne, lo que en Venezuela lo ha llevado al borde de la extinción.

Centro Veterinario Los Colorados C.A.,Valencia,Venezuela ernestoboede@gmail.com

A pesar de los problemas y peligros existentes y potenciales, la tonina es un animal respetado sobre todo por el llanero venezolano. Los pescadores más viejos opinan que las toninas son

Secretos del reino animal

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Leyendas fotográficas 1. Las toninas cuando migran o se trasladan contracorriente, para alternar el gran esfuerzo en desplazarse nadando, realizan también grandes saltos hacia adelante. Fotografía: Roland Edler 2. Una pareja de Inia geoffrensis jugando en el río Portuguesa, estado Guárico. Fotografía: Lorgia Quintero. 3. Un ejemplar adulto de tonina en el río Portuguesa, estado Guárico. Fotografía: Lorgia Quintero. 4. Según el censo de delfines de río, realizado en Suramérica entre mayo de 2006 y agosto de 2007 por la Fundación Omacha, Faunagua y la Fundación La Salle, financiado por el Word Wildlife Fund (WWF), con el apoyo The Whale and Dolphin Conservation Society (WDCS) y Wildlife Conservation Society (WCS), llegaron a unos datos estimativos de 2.225 toninas en la Orinoquía, 4.500 botos y bufeos en la Amazonía y 3.000 bufeos bolivianos en la cuenca del río Madeira. Existe por lo tanto cierta preocupación, en el ámbito científico, por la aparente baja población de toninas en la cuenca del río Orinoco, que comparten Venezuela y Colombia. Fotografía: Roland Edler. 5.Tonina saltando en el río Portuguesa. Fotografía: Lorgia Quintero. 6. La mayor densidad poblacional en Venezuela se ha registrado en el río Apure y en el brazo Apurito, donde se han reportado hasta 1,15 toninas/km de río, en cambio en el propio río Orinoco, se reportaron densidades menores de 0,03 a 0,50 toninas/km de río, y en el caño Casiquiare aún menores de 0,02 toninas/km de río. En el 2007 la Fundación Omacha registró en el Orinoco 143 toninas/380 km de río (0,37 toninas/km de río). Fotografía: Roland Edler.

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7. La evolución de millones de años la adaptó con sus grandes aletas, la flexibilidad del cuerpo y el órgano tipo melón en su cabeza en la frente, emisor y receptor de las ondas acústica, a la vida en las turbias aguas de los bosques y llanos inundables. Fotografía: Ernesto O. Boede. 8.Tonina en un río en los llanos bajos del estado Apure, cuenca del Orinoco. Fotografía: César Barrio-Amorós. 9. Los pelos táctiles del hocico en las toninas, representan algunos de los vestigios del pelaje de su ancestro, el carnívoro terrestre Pakisetus. En las crías como en esta foto, se detallan claramente. Fotografía: Ernesto O. Boede. 10. En cualquier hato o finca ganadera venezolana, en donde se encuentre en la época de sequía alguna tonina varada en un estero o caño que se esté secando, se agotarán con seguridad, todos los esfuerzos para liberarla de su difícil situación y devolverla al río más cercano. Fotografía: Ernesto O. Boede. 11. El color de las toninas es grisáceo pero cuando se encuentran en mucha actividad sus vasos sanguineos circula mucha más sangre, por lo cual toman también el color rosado que a veces presentan. Fotografía: César Barrio-Amorós.




Lumy Guittard en un campeonato en Puerto Rico. / Fotografía: Ricardo de Matos.

HÉROES POR NATURALEZA

LUMAR GUITTARD El mar: su libertad y su pasión Bianca Castillo / BioEstigmas bioestigmas@animanaturalis.org


En Hawai. / FotografĂ­a: Ricardo de Matos.

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Forma parte del IBA World Tour, está entre las 10 mejores bodyboarders del mundo, medallista de oro en los juegos panamericanos de 2001, selección nacional FVS, emprendedora, profesional, visionaria y ahora se lanza a la conquista del top 5 mundial.

“Cuando haces lo que te apasiona nunca pensarás que estas cometiendo errores porque estarás seguro de lo que quieres. Si el objetivo es ser profesional lo más importante es creer en uno mismo desde el principio, eso nos hace sólidos. Creer en mí ha sido algo que gané con la experiencia, al principio dudaba mucho”. Lumar Guittard. No se sabe a ciencia cierta sobre cómo y dónde comenzó la historia del surf en el mundo, pero algunos historiadores remontan sus inicios al norte de Perú donde se han hallado restos de cerámicas preincaicas que evidencian a hombres deslizándose sobre las olas y valiéndose de algo muy parecido a un madero. Sin embargo, fueron los polinesios, con su cultura de grandes viajes, los que -se cree- introdujeron la práctica de deslizarse sobre las olas a lugares remotos como Hawái. En la actualidad, el surf es una disciplina que se práctica, o al menos se conoce, alrededor del mundo. Entre otras clasificaciones, el surf se divide en dos modalidades dependiendo del tamaño y tipo de tabla utilizada, “longboard” (tabla larga) y “shortboard” (tabla corta). Dentro de la modalidad de tablas cortas encontramos el “bodyboarding” (o tablacuerpo) que se basa en deslizarse sobre la superficie de las olas aun sin reventar, la tabla tiene una longitud aproximada de un metro y se elabora de espuma sintética. Aunque la autoría del primer prototipo de bodyboard de goma la tiene el estadounidense Tom Morey en 1971, existen registros que describen cómo los hawaianos cabalgaban las olas sobre tablas tipo paipo para el remoto año de 1778. En Venezuela contamos con nuestra propia campeona mundial de este deporte de riesgo controlado, ella es Lumar Guittard, profesional del bodyboarder, selección nacional FVS, puesto 8 en el Ranking Mundial Bodyboard y además atleta IBA 2010. Lumar Guittard nació en una familia numerosa y de valores inquebrantables. Todo comenzó cuando su padre llegó a Venezuela con tan sólo ocho años de edad en plena Segunda Guerra Mundial; su abuela pudo proporcionarle a su padre educación y todo lo necesario mediante sus habilidades para coser y tejer. -“Mi abuela le inculcó valores a papá, principios que recibimos mi hermana gemela y yo, quienes desde pequeñas hemos practicado el deporte”. Sus padres nunca se opusieron a ninguna de sus decisiones por muy arriesgadas que pudieran sonar, por el contrario, siempre confiaron en su capacidad para lograr sus metas. -“Desde que nací he tenido el ejemplo de cómo salir adelante. Mi mamá ha criado siete hijos y todos somos graduados. Su esfuerzo por cada uno de nosotros es un ejemplo de valor, fuerza y sabiduría que he aplicado en todos los campos de mi vida”.

Héroes por naturaleza

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Lumy en Hawai. / Fotografía: Ricardo de Matos.

Compitiendo en México. / Fotografía: Ricardo de Matos.

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Lumar tiene una visión muy mística del mar, -“el mar es libertad, no tiene límites, es infinito, te provee de una conexión que te hace imaginarlo todo, da la sensación de que puedes ampliar toda tu vida, te abre a todo, no encuentras ni un obstáculo en el medio, no hay nada que te frene”. No se puede hablar con ella sin que aflore de su piel una gran filosofía de vida que, al fin y al cabo, es lo que la ha llevado a conquistar las olas y sus propios sueños. Sentarse a conversar sobre su carrera es definitivamente como surfear en un mar de ideas y emprendimiento. Lumar nos confiesa que haber estudiado Ingeniería Química fue su mayor pasatiempo. Se graduó hace siete años e inmediatamente comenzó a trabajar. Pero no pudo continuar porque debía ausentarse constantemente por las competencias del Tour Mundial. Ese fue el momento cumbre de su vida, porque fue allí cuando decidió convertirse en atleta profesional. El primer año del Tour Mundial se lo financiaron sus padres, tal fue el grado de apoyo y credibilidad puesto en ella. El sacrificio valió la pena, pues al año siguiente (2000) ya Lumar Guittard había ganado ranking mundial y su primer patrocinador: Panafot. Agradece con el corazón en la mano a la Sra. Marisabel, -“es como una segunda mamá para mí; ella me abrió las puertas como atleta y hoy día patrocinan el Campeonato Mundial de Bodyboard Pro Festival, la escuela de surf, y también me apoyan en una fundación que instituimos el año pasado para la donación de tablas y artículos deportivos para niños de bajos recursos”. Recientemente pasó a formar parte del Sport Team Directv, con quienes asume una nueva responsabilidad personal y para su carrera. Gracias a este nuevo apoyo, y a la marca de ropa Vagos, podrá costear la realización del Tour Mundial completo. Lumar nos confiesa que sólo pudo hacer el Tour completo en el año 2002, “nunca se me olvidará ese año, combiné el deporte con los estudios universitarios, ya estaba a punto de graduarme y llevaba los libros a donde fuera”. Y es que Lumar ni siquiera notó que estaba estudiando pues asegura que -“todo lo que te guste siempre se te va a hacer fácil. Muchas personas le tienen pavor a las `tres marías´ (química, matemática y física), se les hace complicado porque tal vez no les gusta.Yo ni cuenta me di de que las estudié". El secreto del éxito para Lumar radica en la credibilidad en sí misma -“mi mayor fuente de inspiración es mi propia imaginación, los momentos gloriosos, la lucha por alcanzar los sueños y todo lo que uno quiera”. Esta atleta venezolana tiene una sonrisa increíblemente fácil y la capacidad de tratar a otros como si fueran amigos de toda la vida, lo que da la sensación de que efectivamente ama y disfruta lo que hace. Compartimos con ella un rato muy ameno, y estas son las preguntas que contestó en exclusiva para Río Verde: ¿En qué piensas cuando tienes que salir del mar? “¡Ay no!” (risas) “tengo que salir a hidratarme, tengo que salir a ponerme protector solar, ¡pero ya vuelvo!(…) Pienso en volver”.

¿Qué significado tienen las olas para ti? “Cada ola significa algo, cada ola es diferente, disfruto cada una de las que agarro. El mar es una lectura. A las olas hay que saberlas leer y dependiendo de cómo revienten, haces la maniobra que toque. Si la ola es muy hueca tocará hacer una maniobra más radical, más hacia figuras de aire”. ¿Cómo te anticipas a las olas? “Con visualización. Antes de entrar al agua me quedo de 10 a 15 minutos viendo el mar, veo cómo rompen las olas, las imagino en mi mente y me imagino surfeándolas. Entonces, dependiendo del tipo de ola que haya, me imagino allí. Sin embargo, hay olas que revientan muy rápido y debes reaccionar sin pensarlo. De una baja haces el fondo que es el cruce de la ola y ya después haces la maniobra. Mientras que otras que tardan en reventar se pueden pasear, mediante maniobras de giros de 360, esperando que formen el túnel, el tubo, que es cuando va cerrado totalmente el amplio de la ola”. ¿Cuánto ha sido el mayor periodo de tiempo que has pasado sin visitar el mar? “Como tres semanas.Y pude aguantarlo porque por primera vez salgo de Venezuela a practicar el segundo deporte que más me apasiona, la bicicleta de montaña. Fue este año, en Madrid.Ya que Venezuela es un país que no tiene constantemente olas, comencé a rodar bicicleta por las noches e hice un grupo de amigos para hacer diferentes excursiones. Así que también compito mountain bike. Este año, por tres semanas, nos fuimos un grupo de diez venezolanos a Madrid para hacer el camino de Santiago ¡750 kilómetros en ocho días! Luego pasamos como cuatro días para podernos recuperar (risas). Eso ha sido lo más largo que he dejado de surfear. Siempre bajo a la playa así sea para remar de un lado al otro si no hay olas. Me encanta muchísimo ir a la playa, porque nada más de ver el mar te relajas, sientes tranquilidad. Bajo por lo menos una vez a la semana. Eso si ¡si hay olas no paro! Ahí sí que bajo casi todos los días a entrenar”. ¿Cómo te defines a ti misma? “Me defino como una persona divertida, me encanta mucho reír. Veo las cosas muy sencillas. Desde la misma felicidad de los logros de mi vida hasta lo más complicado pienso que si se puede. Me siento muy positiva. No existe nada a lo que se le pueda decir que no. Siempre podemos conseguir lo que nos propongamos”. ¿Cómo dominas los nervios antes de cada competencia? “Con música. Amo la música, me transporta y me hace olvidar el momento o los sentimientos que tenga. Es lo único que me puede cambiar el estado de ánimo muy rápido. Así que antes de entrar al agua escucho música que sea muy alegre, que me haga reír. A mí me gusta divertirme así que opto por la música movida, ya sea electrónica o reggaetón, todo lo que es vida, alegría, salsa, todo eso es lo que me guasta escuchar para reír y disfrutar de las olas”. Héroes por naturaleza

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Lumar entrenando. / Fotografía: Ricardo de Matos.

¿Cómo te preparas para cada competencia? “Si es ciclos, a nivel de entrenamiento, cambio de forma radical mi alimentación, paso a consumir mayor cantidad de carbohidratos que generan más energía. A nivel ya de competición, me tomo mi tiempo una hora antes para analizar las condiciones del mar y estirar, hago un poco de yoga y visualización, para entrar más relajada. Me desconecto de todo. Por otro lado, las competencias duran tan sólo 20 minutos, por lo que el factor suerte es fundamental. Si en esos 20 minutos entra un oleaje seguido ¡estas hecho!, pero a veces uno pasa hasta diez minutos sin olas. Así que es importante observar varios hits de la competencia para uno estar preparado, de manera de que no hayan sorpresas. El mar es un ciclo y siempre se repite, nos anticipamos a lo que ocurrirá cada cierto tiempo con la ayuda de un reloj”. Lumy confiesa que ha tenido que sacrificar mucho de su tiempo libre, en los que ha tenido que priorizar el deporte antes de salir a bailar o compartir un rato con sus amistades, -“cuando estaba en la universidad mi vida era estudiar y hacer ejercicios (…) pero ha valido la pena, cuando haces ejercicios ganas años de vida, tengo 32 años pero nadie se lo imagina, ¡y si me ven en la playa con mi lycra menos! Vale la pena, porque he vivido mi vida al máximo, he conocido otras culturas, otro tipo de personas (…) todo eso vale más que una noche de trasnocho. He conocido muchas historias y me llena de alegría aprender. Por eso, aunque se le llame “sacrificio” no lo veo como tal, pues ha sido un gusto dejar de hacer ciertas cosas por el bien de mis metas”.

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Lumar Guittard fundó en 2006 la escuela de surf Lumy Surf School, en donde se realizan campamentos de fines de semana y prometen que desde el primer día ya todos los participantes alcanzan sus metas, el segundo día realizan competencias; los campamentos son en Cuyagua, Todasana y Patanemo. Para comunicarte con ella aquí te dejamos sus coordenadas: @lumysurfschool y lumysurfschool@gmail.com. -“Mi más grande agradecimiento se lo dedico a mi familia, me han apoyado de manera incondicional, especialmente mi hermana gemela Annabelle, quien es también una excelente deportista, estamos juntas en todo. También agradezco el apoyo que me ha brindado el Instituto Nacional de Deportes, ahora Ministerio del Poder Popular para el Deporte, me hago eco de la noticia de que entramos al comité olímpico este año, vamos hacia una nueva dirección.Tenemos toda la posibilidad de entrar en las próximas olimpiadas -así sea como deporte de exhibición- con muy buenas posibilidades ya que en los juegos bolivarianos de 2001 en Ecuador gané medalla de oro para mi país”. Lumar también dirige el proyecto “Rescata tu Playa”, se trata de una fundación sin fines de lucro que busca recuperar la conciencia sobre el cuidado del medio ambiente y garantizar la seguridad y los buenos servicios en las playas. Para formar parte de este emprendimiento síguelos en twitter: @rescatatuplaya




VESTIGIOS DEL PASADO

Los secretos de

LA CONCHA REINA Ma. Magdalena Antczak & Andrzej Antczak 1

Unidad de estudios arqueol贸gicos (USB) maantczak@usb.ve / antczak@usb.ve


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Nuestras investigaciones arqueológicas revelaron que hace casi 1000 años, las pequeñas y arenosas islas coralinas del archipiélago de Los Roques vibraban con acción, resonaban con voces de gente y sonidos de flautas, maracas y silbatos. Los intrépidos y audaces navegantes del Caribe Meridional invistieron estas islas con significados cuyo entendimiento ha perturbado nuestras mentes desde el inicio de nuestras instigaciones. Las excavaciones sistemáticas revelaron la presencia de centenares de figurinas que los amerindios transportaban consigo desde el continente, además de alimentos y numerosos otros artefactos de cerámica, piedra y hueso. ¿Qué función tenían las figurinas? ¿Qué papeles jugaban en la vida cotidiana de los remotos campamentos insulares, alejados de las aldeas permanentes y tierras ancestrales? Te invitamos hacer la empatía con los visitantes prehispánicos de la isla Dos Mosquises y explorar el mundo insular por ellos habitado, experimentado y cargado con múltiples significados. Esperamos que este texto sea tan solo un aperitivo que te incentive a conocer más sobre el fascinante mundo de la arqueología prehispánica de Los Roques, revelado y reconstruido por los arqueólogos.

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Hoy en día, la belleza escénica de los paisajes naturales del archipiélago de Los Roques atrae oleadas de visitantes nacionales e internacionales quienes se deleitan con las playas de arena blanca, las aguas cristalinas de diferentes tonalidades de color turquesa y las espectaculares puestas del sol. En este paisaje insular, en varios cayos emergen enormes amontonamientos de conchas ennegrecidas por la acción del tiempo. Se trata de la Concha Reina, el gran caracol marino cuyo nombre científico es Lobatus gigas (anteriormente Strombus gigas) y que en Venezuela comúnmente se denomina botuto, guarura o vaca. Aquellas de las conchas que cerca de su ápice tienen una abertura redonda, son los vestigios de actividades de los tiempos prehispánicos, relacionadas con la obtención de la carne de este molusco. Sin embargo, otras actividades vinculadas con estas conchas involucraban el uso de las figurinas o pequeñas estatuas humanas en cerámica. ¿Qué relación puede existir entre una figurina y una concha de botuto? Para responder a esta pregunta, debemos empezar la narración desde el principio.

Los intrepidos navegantes Hace casi 1000 años, las pequeñas y arenosas islas oceánicas del archipiélago de Los Roques, vibraban con acción, resonaban con voces de gente y sonidos de flautas, maracas y silbatos. Esta gente eran los habitantes de la tierra firme venezolana que vivían permanentemente en la costa centro-occidental y en la cuenca del Lago de Valencia quienes se atrevieron a cruzar 135


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km de alta mar remando a Los Roques en canoas monóxilas, en una travesía de no menos de 48 horas de duración. Los primeros quienes arribaron a Los Roques al comienzo del segundo milenio de nuestra era eran los portadores de la cerámica Ocumaroide. Los Ocumaroides eran agro-alfareros y pescadores provenientes de las bahías de la costa central de Venezuela. Al llegar a Los Roques los Ocumaroides escogieron para su asentamiento la pequeña isla Domusky Norte y en la Boca de Sebastopol. Venían en grupos familiares y explotaban una amplia gama de recursos naturales, predominantemente el botuto.Traían consigo recipientes y budares de cerámica, herramientas de piedra, granos y/o tubérculos y algunos adornos personales. También traían pequeñas figurinas humanas toscamente elaboradas en cerámica, representaciones tanto de hombres como de mujeres. Alrededor del año 1300 D.C. el campamento Ocumaroide en Domusky Norte fue abandonado y al mismo tiempo en la adyacente isla Dos Mosquises instalaron su campamento multifuncional los portadores de la cerámica Valencioide. Los datos arqueológicos sugieren que los Valencioides fueron ‘introducidos’ a Los Roques por los Ocumaroides. Los nuevos visitantes eran los más cercanos vecinos continentales de los Ocumaroides y al parecer representaban sociedades de una organización más compleja que la de los Ocumaroides. Los Valencioides tomaron el liderazgo de la empresa insular y co-

menzaron la exploración sistemática del archipiélago. Ambos grupos humanos convivían en el campamento en Dos Mosquises y cooperaban para alcanzar el éxito de una empresa común. Durante los viajes que se repetían hasta la época de la Conquista, los Valencioides convirtieron las islas oceánicas en zonas económicas de extracción y procesamiento de recursos marinos poco comunes en la costa continental, principalmente el botuto, la sal, las tortugas y los peces de arrecife. Dichos recursos fueron exportados desde las islas hacia la Cuenca del Lago de Valencia por medio de los intermediarios establecidos en los pueblos costeros.

Dos mosquises,

isla “sagrada” de la venezuela prehispánica La búsqueda de los significados de la gente del pasado nos condujo a realizar decenas de campañas de trabajo de prospección y excavación en varias islas del archipiélago. En Dos Mosquises encontramos el más importante de los yacimientos arqueológicos prehispánicos de todas las islas que conforman hoy el Territorio Insular Miranda (anteriormente las Dependencias Federales) de Venezuela. Después de pasar casi tres años viviendo en Dos Mosquises compenetrándose con su medioambiente y ritmo de sus cambios estacionales, no nos cuesta mucho imaginarnos como este lugar vibraba en el pasado con acción, resonaba con voces de Vestigios del pasado

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gente y sonidos de flautas, maracas y pitos. Aquí, la brisa de la tarde levantaba los olores de la comida y los mezclaba con el humo de la leña, del tabaco, y de resinas olorosas quemadas en los incensarios cerámicos. De noche, la luz del fogón proyectaba largas sombras de quienes estaban sentados a su alrededor, mientras las canoas monóxilas descansaban en la playa como grandes tiburones sacados a la orilla por diestras manos del pescador. Los audaces ‘argonautas’ del Caribe Meridional invistieron esta isla con significados cuyo entendimiento ha perturbado nuestras mentes desde el inicio de nuestras investigaciones. Dos Mosquises es, sin duda, un fenómeno único dentro del panorama arqueológico del Caribe, por lo esta isla la hemos denominado como Isla Sagrada de Venezuela Prehispánica. Para profundizar en la excepcionalidad de Dos Mosquises, invitamos a los interesados a la lectura de nuestro libro “Los Ídolos de las Islas Prometidas: Arqueología Prehispánica del Archipiélago de los Roques” (Antczak y Antczak 2006). Las excavaciones arqueológicas sistemáticas en Dos Mosquises comenzaron en el año 1982. Hasta el presente se llevaron a cabo más de 60 campañas de trabajo de campo de entre 2 semanas y 3 meses de duración cada una. Se han excavado un total de 470 metros cuadrados, es decir, un 63% del área total del yacimiento (750 m2). Las excavaciones prosiguieron en seis grandes trincheras, 43 pozos de prueba y 75 pozos de pala. En total se excavaron 95 metros cúbicos del depósito cultural de lo cual 57 metros cúbicos fueron tamizados con malla metálica de un milímetro cuadrado de

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Vestigios del pasado

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aberturas. El tamizaje permitió recuperar casi 100.000 restos de animales consumidos y/o procesados en el sitio, así como también cuentas de collar, microlascas de piedra y otros objetos de pequeña dimensión. También, las excavaciones arrojaron más de 20.000 artefactos elaborados en cerámica, piedra, hueso y concha. En Dos Mosquises se han identificado varios tipos de contextos arqueológicos que indican las diferentes actividades llevadas a cabo en el pasado. Los más extensos son los ´basureros´, donde abundan deshechos alimenticios, fragmentos de ollas de cocina y restos de fogones. En tres lugares específicos del yacimiento se encontraron acumulaciones de objetos de valor excepcional para los Amerindios. En estos contextos rituales o ceremoniales fueron aglomeradas vasijas antropo- y zoomorfas, incensarios, flautas de hueso, silbatos de concha, pipas y ocarinas de cerámica, microhachas líticas, colgantes de conchas terrestres, mineral de ocre, trozos de oleoresinas, puntas de proyectil de hueso y pendientes de piedra. De estos depósitos proviene la mayoría de las figurinas humanas encontradas en Dos Mosquises. También se descubrió un contexto de entierro humano que contiene un esqueleto casi completo de un hombre adulto. Este es el único entierro humano prehispánico excavado hasta el presente en las islas de las Dependencias Federales de Venezuela. Una figurina humana desarticulada, un pendiente de serpentinita, un guijarro grande de cuarzo y una microvasija, fueron encontrados íntimamente asociados con el esqueleto. Un grupo de figurinas y recipientes puestos en la proximidad también fue interpretado como ofrenda mortuoria. Los campamentos Valencioides se esparcían entre al menos seis islas del archipiélago. Sin embargo, el diminuto cayo Dos Mosquises fue escogido por los Valencioides como centro logístico y ceremonial. ¿Por qué esta isla baja y arenosa y de reducida superficie ha merecido tanta atención por parte de las sociedades amerindias de la cuenca del lago de Valencia, separada de las islas por más de 160 kilómetros de distancia en línea recta? ¿Sería por su privilegiada posición geográfica dentro del archipiélago o por algún, hoy en día desconocido, significado simbólico relacionado con creencias, mitos o eventos ancestrales? Sin lugar a dudas, este campamento temporal de carácter multifuncional, jugo un papel especial en cuanto a lo organizacional y ritual de la empresa amerindia en todo el archipiélago. Por consiguiente, el sitio pudo haber percibido como un domus, un mundo artificial, domesticado y seguro, en contraste con el salvaje y lleno de peligro mundo pelágico circundante (agrios). Cualquiera que fuera la causa de la excepcional atención que la isla Dos Mosquises había recibido por parte de los Amerindios, podemos afirmar que su riqueza arqueológica tan grande, diversa y compleja, así como el evidente carácter ceremonial de sus contextos arqueológicos la sitúan entre las islas más ‘sagradas’ del Caribe y de América prehispánica en general.

Significado de las figurinas ¿Qué es una figurina? Es un objeto figurativo tridimensional, antropo- o zoomorfo, una estatua de un tamaño portátil, que no

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es parte de otro artefacto; por ejemplo, un adorno no es una figurina. Es una pequeña estatua que denota un ser humano; es portátil, manejable. En el sitio de Dos Mosquises se han recuperado casi 200 estatuillas individuales. ¿Qué papeles jugaban las figurinas en la vida cotidiana de este remoto campamento insular? ¿Cómo podemos atribuirles significado? Ante todo es necesario enfatizar que las figurinas, al igual como el resto del ajuar cerámico recuperado, fueron elaboradas en el continente, más específicamente en la Cuenca del Lago de Valencia. Todos estos artefactos fueron primeramente seleccionados de un total de los objetos que circulaban en las aldeas permanentes de los Valencioides. Posteriormente, los objetos fueron transportados a través de la Cordillera de la Costa hasta la costa del mar. Finalmente, desde la costa fueron llevados hacia Dos Mosquises a bordo de grandes canoas monóxilas. Las figurinas cerámicas son los más conocidos productos de los Valencioides. Hasta el presente hemos examinado un millar de estas estatuillas dispersas entre colecciones públicas y privadas en Venezuela y en exterior. Casi todas son femeninas, muchas con cabezas alargadas y cubiertas con ‘gorros’ rectangulares. Sólo algunas de estas figurinas han sido profesionalmente excavadas, mientras que la gran mayoría ha sido extraída por los saqueadores a lo largo de los últimos 150 años. Es un hecho sorprendente que un 25% de todas las figurinas Valencioides conocidas hasta el presente fueron depositadas en la diminuta isla de Dos Mosquises. El hecho de encontrar un número tan significativo de figurinas en un campamento temporal es un fenómeno sin igual en la arqueología del Caribe. En Los Roques, las figurinas Valencioides también han sido excavadas en las islas de Krasky y Cayo Sal, sin embargo, los especimenes de Dos Mosquises son mucho más numerosos y provienen de los depósitos arqueológicos más complejos. Las imágenes de las figurinas y sus fragmentos excavados en Dos Mosquises, asemejan mujeres sentadas o de pie, algunas de ellas con signos de embarazo. Varias figurinas son sonajeros. Las figurinas se encontraron en los depósitos arqueológicos, acompañadas con flautas de hueso de venado, pitos y caracoles terrestres, incensarios cerámicos para quemar las resinas olorosas, pipas de tabaco, sonajeros hechos en cerámica y huesos de mamíferos traídos desde continente. Estos depósitos también incluían un gran número de recipientes decorados, microvasijas, recipientes antropo- y zoomorfos, pendientes y cuentas de collar elaboradas a partir de conchas terrestres y marinas; pequeñas hachas y pendientes de piedra. La forma en la cual estaban dispuestas las figurinas en los depósitos culturales y su íntima asociación espacial con varios de los objetos arriba mencionados, así como también con grandes y no-perforadas conchas de botuto, sugieren que pudieron haber sido utilizadas como ofrendas votivas y/o importantes accesorios en actividades rituales. Sin embargo, para hablar del significado de las figurinas debemos saber primeramente quiénes eran la gente que actuaban en esta isla, tratando de “resucitar” las categorías de los actores sociales del pasado que han visitado Los Roques, reconstruir las tareas


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que llevaban a cabo y las relaciones sociales que existían entre ellos. Solo después podemos plantearnos las preguntas sobre el papel de las figurinas en este particular contexto social, arqueológico y ambiental. Pero, ¿cómo pudimos atrevernos a reconstruir el contexto social de Dos Mosquises? Gracias a las extensas excavaciones efectuadas en Dos Mosquises se recuperaron miles de artefactos y se obtuvo un caudal de valiosa información acompañante que permitió la reconstrucción de los aspectos sociales de este campamento. Así, sabemos que el campamento era principalmente visitado por hombres adultos y adolescentes, entre los cuales se encontraban chamanes y otros personajes de alto rango social, posiblemente caciques y/o guerreros. En la isla se procesaban, consumían y/o preservaban los peces del arrecife, tortugas marinas y los botutos. Algunos artesanos indígenas elaboraban in situ las diminutas cuentas de concha y adornos personales. La vida del campamento en Dos Mosquises era impregnada con la actividad ritual. Es aquí donde volvemos nuevamente a la Concha Reina. Entre 1270 y 1450 d.C. los visitantes amerindios explotaron en Los Roques unos 7 millones de botutos solamente en la diminuta isla La Pelona. Durante este tiempo extraían solamente de esta isla al menos 5 toneladas de carne de botuto cada año. En nuestro libro antes mencionado (Antczak y Antczak 2006), sugerimos que en la taxonomía amerindia los botutos fueron concebidos más próximos al hombre que otros moluscos y por ende no se

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recolectaban de una manera pasiva: se mataban. La matanza de millones de estos animales tuvo que tener un impacto sobre la vida de quienes creían en un mundo animado, en donde existían espíritus protectores que velaban por la vida de los animales. ¿Cómo esta creencia pudo haber impactado a un grupo de hombres que acampaban en una isla ubicada tan lejos de sus aldeas permanentes y separada del poder protector de las tierras ancestrales? Los espíritus protectores de los botutos estaban furiosos y su furia tenía que ser aplacada por medios rituales. Por consiguiente, hemos hecho una conexión de significado entre el domus, el agrios, los botutos, la ausencia de las mujeres y la presencia de las figurinas femeninas y objetos de uso ritual. En los rituales propiciatorios dirigidos a aplacar la furia de los espíritus, los amerindios necesitaban de la asistencia de sus mujeres. Ellas, sin embargo, estaban ausentes en los campamentos insulares. Por lo tanto, los audaces pescadores amerindios acudían a las representaciones femeninas en cerámica que metafóricamente sustituían a las mujeres de carne y hueso y ayudaban a suprimir las amenazadoras fuerzas sobrenaturales. Por medio de las prácticas de magia simpática, las figurinas activadas por los chamanes encarnaban a las mujeres reales y actuaban sobre los presentes en la isla de manera multisensorial. Recordemos que al ser sacudidas, las figurinas sonajeras - visiblemente semejantes a las mujeres emitían el sonido el cual seguía sus movimientos en las manos del chamán. La presencia de las figurinas en Dos Mosquises era entonces esencial para sustentar la vida diaria de este campamento. A los visitantes de Dos Mosquises les unía la fe en la eficacia de


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las ceremonias en las que los chamanes manipulaban las pequeñas figurinas de cerámica, fumaban pipas de tabaco, quemaban resinas olorosas en incensarios cerámicos, tocaban flautas, silbatos y ocarinas, muy probablemente cantaban y bailaban. Es probable que algunas de las figurinas emularan a los seres queridos de sexo femenino, tales como las esposas, madres o hijas, que los navegantes dejaron temporalmente en las aldeas permanentes en el continente. Protegidos de las amenazas de los espíritus, los Valencioides y Ocumaroides, convivían en el campamento de Dos Mosquises y cooperaban para alcanzar el éxito de una empresa común. El botuto era para ellos el alimento, la materia prima y un poderoso símbolo cuyo significado no podemos comprender plenamente. Lo que sí sabemos es que este símbolo había sido muy estrechamente vinculado con el significado de las pequeñas figurinas en cerámica y el motivo principal de toda la epopeya insular.

Epílogo En el arco de las islas del Caribe Venezolano el hombre prehispánico había cargado a la isla Dos Mosquises con un excepcionalmente amplio rango de significados sociales, económicos, políticos y simbólicos. El proceso de la atribución del significado a las figurinas de Dos Mosquises es un ejercicio intelectual riguroso y abierto a la re-interpretación. La arqueología interpretativa y contextual que profesamos es un proceso

abierto que nunca termina, siempre se puede añadir algo más y/o ver las mismas cosas desde una perspectiva diferente. El punto de partida y del constante retorno en el proceso de tejer las interpretaciones es el contexto en el cual fueron encontradas las evidencias materiales del pasado. Sin duda, es una satisfacción ir encontrando nuevas evidencias. Es una emoción inigualable encontrar una figurina, vasija o herramientas en el contexto en el cual fueron abandonadas por los indígenas, pero aún más fascinante es emprender la aventura intelectual en la cual uno trata de responder las preguntas: ¿Por qué? ¿Cómo? ¿De cuál manera? Desde el inicio fuimos conscientes que queremos devolverle el lugar en la historia a pequeños grupos anónimos de pescadores amerindios quienes realizaban estas extraordinarias hazañas en el archipiélago separado del continente por 135 kilómetros del mar abierto. Lo que hicieron estos indígenas hace mil años está afectando nuestras vidas. Estamos hablando aquí por lo que ellos hicieron y éste es uno de estos elementos con los que tú también puedes empezar a tender puentes para entretejer el pasado en el presente. Hoy en día Los Roques atrae a oleadas de visitantes que se deleitan con las playas blancas, con las aguas color turquesa y con las espectaculares puestas de sol. Estos visitantes se encuentran en el final de una larga cadena de seres humanos que han visitado estas islas, las han ´vivido´ e investido con un amplio rango de significados creando un rico palimpsesto patrimonial.

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Bibliografía Antczak, M. M. y A. Antczak 2006 Los Ídolos de las Islas Prometidas: Arqueología Prehispánica del Archipiélago de Los Roques. Caracas: Editorial Equionoccio. Leyendas fotográficas 1. Con temor y curiosidad los ojos del botuto examinan el desconocido mundo fuera del agua. Fotografía: Andrzej Antczak. 2. Gracias a su extraordinario pasado prehispánico, la diminuta isla Dos Mosquises ha sido bautizada como la Isla Sagrada de Venezuela Prehispánica. Fotografía: Paolo Gasparini. 3. Millones de conchas de botuto desechadas por los Amerindios entre ca. 1200 y 1500 d.C. contribuyeron a la formación del islote La Pelona. Fotografía: Andrzej Antczak. 4. Excavación de la transecta dentro de uno de los concheros de botuto en la isla Dos Mosquises. Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 5. Excavación de la Trinchera C en la isla Dos Mosquises. Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 6.Vista parcial de la excavación en la Trinchera C en la isla Dos Mosquises. Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 25

7. Un micro contexto con una figurina y un pequeño recipiente zoomorfo asociados con vertebras de peces, fragmentos de recipientes y conchas. Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 8 a 13. Cada figurina humana fue encontrada dentro de un microcontexto particular, asociada con vasijas de varios tamaños, artefactos de hueso, concha y piedra y rodeada por las omnipresentes conchas de botuto. Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 14. El enterramiento de un Amerindio adulto en Dos Mosquises, acompañado por ofrendas mortuorias, constituye el único contexto arqueológico funerario prehispánico excavado sistemáticamente en el territorio insular venezolano (anteriormente Dependencias Federales). Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 15. Un micro contexto con una figurina que se asoma entre varios recipientes cerámicos. Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 16. Algunas de las figurinas Ocumaroides de la isla Domusky Norte. Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 17. Cada figurina es un universo de variables morfológicas y representacionales que deben ser estudiadas de manera sistemática e interdisciplinaria. Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 18. Un micro contexto con un conjunto de figurinas colocadas dentro y al lado de recipientes cerámicos. Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 19. Las benignas arenas de Los Roques permitieron que en algunas de las figurinas se preservara el engobe rojo y hasta el pulido de la superficie. Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 20 a 23. Figurinas Valencioides acompañadas por una vasija antropomorfa, isla Dos Mosquises. Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 24. “Familia” de figurinas Valencioides de Dos Mosquises. Fotografía: Archivo MM&A Antczak. 25. Una de las mejor preservadas figurinas Valencioides de Dos Mosquises. Fotografía: Archivo MM&A Antczak.

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RETO A LA COSTA de Venezuela Orlando Corona Segura / Ascenso Centro de Aventura www.ascenso.org.ve @ascensoac

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Vive la maravillosa experiencia de recorrer nuestras costas venezolanas a bordo de un kayak y acompañado por las personas más maravillosas que podrías conocer a lo largo de una travesía sin parangón.

Esta es la tercera historia que compartimos con los lectores de la revista Río Verde, un hecho que nos complace porque nos permite trascender a un público más amplio, las aventuras de un grupo de venezolanos emprendedores que, a través de su pasión, nos inspiran a alcanzar nuestras metas. Para quienes leen por primera vez esta revista quisiera contarles que cada año en Caracas en el mes de junio llevamos a cabo un concurso de fotografías y videos donde participan aventureros venezolanos que nos cuentan sus más recientes retos, viajes y aventuras. Cada uno de los videos representa una oportunidad de conocer a alguien especial, de vivir experiencias que nos conectan con nuestra naturaleza, con nuestra identidad y con los valores implícitos en estas actividades. Estas fotos y videos compiten por premios en distintas categorías y luego se muestran en diferentes espacios en algunas ciudades de Venezuela y del exterior, en esta página queremos compartir algunas de las historias que más nos han conmovido e inspirado a ser mejor personas. Es el video ganador del premio en la categoría agua del año 2009 tiene la esencia de las travesías históricas, por ejemplo

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Marco Polo, Cristóbal Colón y Magallanes, navegaron por los mares para traernos conocimiento, nuevos destinos y emocionantes historias, David Botome, Aramis Mateo y Pablo Santacatalina hicieron lo mismo para la comunidad de Kayakistas, demostraron que sí es posible hacer esa ruta en Venezuela y abrieron el camino para que este reto se repita para las más jóvenes generaciones. Ellos se propusieron cruzar toda la Costa venezolana en Kayak, hasta ese momento nadie lo había realizado, aunque si hubo algunos intentos previos. Los protagonistas de esta historia ya tenían suficiente experiencia previa navegando largas distancias en varios días en la costa, pero nada como los casi 1 700 Km de costa venezolana, este reto se les presentaba como algo importante, novedoso y con muchas implicaciones logísticas a coordinar. Fueron 63 días de expedición, 5.06 km/h de velocidad promedio, un total de 1 012 500 paladas por persona para recorrer 1 680 Kilómetros desde el Este el estado Sucre hasta el estado Zulia de Venezuela. El video comienza en un pequeño balneario “Caurantica” en las inmediaciones de Güiria del estado Sucre en la Península de Paria, rodeado de algunos pescadores de la zona, este lugar fue elegido porque el estatus legal de los kayaks no es muy claro y para evitar complicaciones se decidieron por un lugar discreto. El 21 de Junio de 2008 Pablo fue el primero en lanzarse al agua seguido por David y luego Aramis. El arranque de esta travesía fue un desahogo para ellos, porque la logística y preparativos implicó mucho trabajo


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y el estar definitivamente en el agua se transformó en un acto de liberación, ahora si estaban en lo que querían hacer, ahora el cansancio físico era por palear en el kayak y no por los detalles de la organización, para ellos esos primeros kilómetros eran el comienzo del disfrute. Algo importante que nos transmite la historia en esos primeros minutos es que David, Aramis y Pablo son hombres maduros y que el deseo de realizar la travesía es auténtico, nos transmiten seguridad y que el desafío que se proponen está a la altura de sus condiciones físicas y psicológicas. El video nos involucra en la experiencia de manera suave, sin sobresaltos, inclusive el punto de mayor preocupación “Boca de Dragón” (entre la Península de Paria y la Isla de Trinidad) lo cruzan con agilidad en las primeras horas de la mañana en que las olas aún no se convierten en paredes infranqueables de agua. Justo en este cruce se encuentran con unos pescadores que, incrédulos de lo que ellos quieren hacer, les preguntan: “¿Para dónde van?” y ellos con gracia les responden: “pa´Cuba, un poquito lejos”. Después de las primeras semanas de recorrido ya estaban bastante sincronizados, cada uno sabía qué hacer y los equipos ya estaban ajustados plenamente. Pablo nos comenta que el cansancio físico se manifestaba en sueño, así que cualquier momento que tenían para descansar lo aprovechaban para dormir. Lo especial de esta historia es que, a pesar que la travesía implicaba un gran esfuerzo, los Kayakistas nos transmiten tranquilidad y disfrute, además nos muestran un retrato muy

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especial de una Venezuela apacible llena de hermosos paisajes y de gente sencilla pero generosa que se emocionan al verlos y les ayudan en todo lo que necesiten. Al respecto David nos comenta:-“Mientras más remoto el sitio, más se apegaba la gente a nuestra expedición. Nos ayudaron en todo sentido y escucharon nuestros cuentos. Yo diría que la mitad de los pescaditos fritos que nos comimos en la costa, nos lo sacaron del mar y nos lo dieron(…)´fríanle estos pescaditos a los muchachos´”. En medio de tantos kilómetros de costa Aramis nos relata que le es difícil elegir una playa o lugar especial, toda la Costa esta llena de lugares mágicos de particular belleza:-“Paria es una zona indudablemente bella, el color del agua, la forma en que se desarrolló ese paisaje, los acantilados, la selva, los chorros de agua, agua dulce en casi todas las playas y mar azul profundo(…) ¡espectacular!, si sigues avanzando, Araya no es menos bella dentro de su concepto, es muy árida pero igualmente bella, luego continúas por Mochima que es un Parque que te deja sin palabras, luego sigues por el Litoral Central y es muy triste ver cómo quedó después del deslave, aún no se ha recuperado(…) Aragua es un mar más caprichoso y caótico pero lleno de lugares especiales, Cata, Chuao, Choroní, Cuyagua todas esas playas son espectaculares y exuberantes. Luego llegas al Parque Nacional Morrocoy que está muy deteriorado pero aún continúa siendo agradable a la vista, con aguas de color turquesa y las islas de arese vuelve marrón, cambia la pigmentación por la sedimentación de los ríos. Cada sitio, ya sea por la comunidad, o por las poblaciones, o por el entorno, tiene una magia diferente”.

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Para muchos pobladores nuestros kayakistas eran extranjeros llegando a sus tierras pero, al darse cuenta de lo que venían haciendo, se involucraban y se las acercaban espontáneamente, eso hizo más llevadero su recorrido. En la Costa Central se encontraron con dos pescadores flotando en tripas de caucho y al preguntarles sobre las chapaletas que tenían puestas, con picardía responden: -“Estos son los motores”. Cuando pasaron por Punto Fijo, rumbo al Lago de Maracaibo, el territorio era totalmente desconocido para ellos, mucho viento y playas desérticas, pero no dejaban de sorprenderse por la belleza salvaje de esos lugares. Al pasar esta zona, sabían que el viaje estaba llegando a sus últimos días y sus ganas de seguir remando no diminuían. Entraron al lago por una ciénaga, la de los “Olivitos”, muy cercana a los Palafitos. Al cruzarla, podían ver a lo lejos el puente sobre el Lago, en ese momento sabes que van a llegar. Pablo menciona: “Se está acabando este sueño y no quiero despertar”. David continúa: “El sentimiento más parecido que experimentas es el luto porque se acababa, porque la verdad nosotros estábamos listos para seguir remando otro dos meses más”. Los últimos kilómetros fueron escoltados por diferentes embarcaciones que los llevaban hasta un punto en que serían recibidos por familiares, amigos y prensa, para celebrar el feliz término de ésta ambiciosa aventura.


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Llegar a la orilla implicaba volver a su rutina fuera del agua, un nuevo reto, porque después de dos meses de navegación por la costa tu vida cambia y esa transformación la vemos en sus rostros al llegar conmovidos por el recibimiento y por la satisfacción de haber alcanzado su sueño. Pablo comenta para cerrar: “Jamás pensé que iba hacer este viaje (conociendo) a un promedio de cinco personas por día, por sesenta días, (y que) iba a dejar un promedio de trescientos nuevos amigos en la playa, porque sé que si vuelvo estarán allí”. Este video es un homenaje a los habitantes de la costa de Venezuela que llenan de vida los hermosos paisajes de nuestra geografía costera, que también enfrentan el reto de conservar plenamente esos lugares. Buena parte de la costa está llena de basura, pero aún estamos a tiempo de crear la conciencia necesaria para mantener estos lugares prístinos y disfrutar por muchas más generaciones de tan especial belleza. Agradecemos a David, Pablo y Aramis tan hermoso retrato de nuestra costa venezolana. Hasta la siguiente historia, www.ascenso.org.ve

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Leyendas fotográficas 1. El equipo integrado por David, Aramis y Pablo en la costa de Aragua. Fotografía: Orlando Corona Segura. 2. Parte del equipo de Reto a la Costa. Fotografía: Orlando Corona Segura. 3, 4, 5. El equipo durante su travesía de 63 días, recorriendo las costas de Venezuela. Fotografías: Orlando Corona Segura. 6. David en su llegada a un punto de la costa venezolana. Fotografía: Pablo Santacatalina. 7. David Botome con los niños de un pueblo de la costa venezolana. Fotografía: Jerry Gorisek Sever. 8. Pablo Santacatalina, David Botome y Aramis Mateo. Fotografía: Cortesía del equipo de Reto a La Costa. 9. Hermoso atardecer en el P.N. Mochima. Fotografía: Pablo Santacatalina.




MUNDO SUBMARINO

ARRECIFES ARTIFICIALES nuevos hábitat para la vida marina Julio C. Salvatori / Instructor de buceo PADI julio@epsilondive.com Fotografías: Gaby Carias.


Los barcos viejos e inservibles pueden convertirse en hábitat importante para la vida marina. Barco “Caribe Soy” hundido en Caraballeda, La Guaira. Edo.Vargas.

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Todo inicia de noche, una llamada me despierta y me informa que capitanía de puerto nos ha dado permiso para hundir el barco. Solo tenemos lo que queda de la noche para hacerlo, meses de preparación, cálculos, limpiezas arduas y permisos llegan a término, es momento de ponerse las aletas y crear un nuevo arrecife artificial.

¿Qué es un arrecife artificial? Un arrecife artificial es el posicionamiento estratégico de estructuras de diversos materiales (barcos de acero y/o fibra, estructuras metálicas y de cemento), acondicionadas para proveer hábitat y refugio a diversas especies de flora y fauna marina. El 70% del oxígeno del planeta es generado por el fitoplancton y las algas marinas, los arrecifes coralinos naturales y/o artificiales son pilar fundamental dentro del correcto funcionamiento de este ciclo. Sin contar con un sinfín de benéficos como: 1. Disminución de presión sobre arrecifes naturales. 2. Generación de espacios para nueva vida submarina. 3. Beneficios económicos a la población local por medio del ecoturismo. 4. Disminución de pesca ilegal dificultando el uso de redes de arrastre. 5. Fuentes de ingreso para pescadores artesanales y asociaciones ambientalistas. El acto de crear un arrecife artificial no es algo que se pueda tomar a la ligera, el factor que más impacto tiene sobre los beneficios de los arrecifes artificiales, es la elección del sitio de hundimiento. Una buena elección del lugar es indispensable para obtener los mayores beneficios de un proyecto. El sitio de hundimiento debe de ser electo a través de un proceso de selección, en donde se deben de tomar en cuenta factores como profundidad, presión parcial del oxígeno a esa profundidad, cantidad de luz que llegara a la estructura, tipo de fondo, canales de navegación, etc. Por ejemplo para crear arrecifes artificiales con barcos en la bahía de La Paz México se llevaron a cabo talleres con las diferentes tiendas de buceo, con grupos ecologistas, con el gobierno, y juntos decidieron la mejor opción para conseguir los mayores beneficios. A lo largo del mundo la siembra de arrecifes artificiales es una práctica común, y Venezuela no es la excepción de la regla. En nuestras costas existen arrecifes artificiales creados por particulares en aras de generar puntos de buceo para buzos recreativos y técnicos. Desde 1996 la Asociación sin fines de lucro Coral, en colaboración con Epsilon Dive Center ha creado más de 10 arrecifes artificiales en el área de Caraballeda, y uno en Higuerote frente a Puerto Francés, la estructura: un avión Glenn Martin, logrando sobre todo, luego de la tragedia del estado Vargas rescatar el

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fondo marino frente a las costas Varguenses, teniendo dentro de su haber un arrecife artificial que se encuentra en el Top 10 como punto de buceo en el sur del Mar Caribe. Obteniendo galardones como el premio TOY y el premio IDEA, así como reconocimientos a nivel Internacional por parte de la famosa asociación de conservación Projec AWARE. El último arrecife artificial creado en Venezuela con la intención expresa de ser un refugio para la vida marina, se encuentra en la zona de Caraballeda y su nombre: “El Eusebio, un yate trasatlántico abandonado luego de la tragedia de Vargas de 1999 en la marina de Caraballeda; fuera del agua tan solo un amasijo de acero y un cúmulo de basura, para nuestros ojos un posible arrecife artificial”.

También estas estructuras viejas sirven de refugio para la biodiversidad marina.

Su historia es algo particular, llena de misterio y un poco de burocracia. Se necesitaron permisos, saber quién era el dueño, como se llamó el barco alguna vez, etc. Finalmente luego de algunos meses de conversaciones con la marina de Caraballeda y el Ministerio de Turismo, se nos otorgó la propiedad del barco, tan solo con el compromiso de sacar el barco del patio de lanchas y limpiar todo el desperdicio que el generara durante su traslado. Como es usual en estos proyectos, designamos a una cuadrilla para su limpieza y preparación, conformado por buzos colaboradores, lastimosamente luego de algunas semanas solo quedarían pocas personas dispuestas a continuar con tan ardua misión, limpiar un barco de acero bajo el sol inclemente de la Costa de la Guaira.

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Barco hundido por Epsilon Dive en la costa del estado Vargas.


Nótese algunas de las especies dónde encuentran protección y refugio en estos arrecifes artificiales.

El buzo Julio Salvatori dentro del barco “Caribe Soy”.

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Barco “El Eusebio” antes de proceder a sumergirlo en las aguas de Caraballeda en la Guaira.

En paralelo con las labores de limpieza se encontraba el diseño de la colocación del nuevo punto, basados en proyectos similares a nivel internacional, tomamos la decisión de colocarlo alrededor de un área muy popular entre los buzos pertenecientes a Epsilon Dive Center. Lo que esperábamos era colocar el nuevo punto en el medio de tres puntos creados con anterioridad, que ya se encontraban sobre poblados; a una profundidad suficiente para que la cantidad de luz y Oxigeno pudiera acelerar la creación de nuevos corales sobre el casco y a la vez lo más profundo posible para poder protegerlo de los pescadores submarinos. Luego de algunas semanas de mucho pensar se logró diseñar el plan de hundimiento lo que conllevaría a poder cumplir con el objetivo de colocar el barco en el área deseada y en la profundidad ideal. Quedaba tan solo esperar por el resto de los permisos, El Eusebio estaba listo para ser hundido, así que “Todo inicia de noche, una llamada me despierta y me informa que capitanía de puerto nos ha dado permiso para hundir el barco. Solo tenemos lo que queda de la noche para hacerlo, meses de preparación, cálculos, limpiezas arduas y permisos llegan a término, es momento de ponerse las aletas y crear un nuevo arrecife artificial”. Con el barco ya en el agua, los nervios durante la operación son que el barco pueda resistir, que no se hunda durante el traslado, que nadie salga lesionado, que todo salga como se planeó, que

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el mar decida colaborar y que el clima se mantenga hasta que el barco este en posición. En las operaciones está involucrado el remolcador NORMANDIA, y por nuestra parte la embarcación de buceo EPSILON I, a bordo del EUSEBIO estaría el Buzo Alejandro Rodríguez y en el agua esperando para colocar el barco en poción otro Buzo, quién les escribe, Julio Salvatori. Luego de algunos inconvenientes motivados a que las condiciones meteorológicas el buzo del agua logra hacer la conexión entre el Eusebio y el punto de anclaje, así que el NORMANDIA cumple con su misión y se retira. Lo que dejaría la operación, tan solo, a cargo del personal de la EPSILON I y los buzos.Tras una última inspección a los anclajes, se decide que ambos buzos retiren los tapones del barco por dentro y por fuera y se retiraren a la seguridad de la EPSILON I. una vez más solo queda esperar. Según como se había planificado el barco debería hundirse en aproximadamente media hora, lo que terminó por convertirse en una hora y veinte minutos, motivado a que al limpiar el barco disminuimos su peso. A las 11:28 pm del 4 de Marzo del 2011, el mar decidió acoger al EUSEBIO en su regazo.Y tan solo días después del hundimiento, la visión que meses a tras un puñado de buzos habíamos tenido se hacía real, ese amasijo de acero y basura renacía en el fondo del mar, dando lugar a un NUEVO ARRECIFE ARTIFICIAL.


“El Eusebio� ya en su sitio en el fondo marino listo para convertirse en un arrecife artificial.

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Puma en los llanos de Barinas, Hato Garza

A TRAVÉS DEL LENTE

VIVIENDO DE LA NATURALEZA Leopoldo García leogarber@gmail.com


La barretera del estado Apure

Garcero en el Hato el Cedral, estado Apure

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Lirios en flor en el Hato Garza, estado Barinas

Llaneros recogiendo la monta

A travĂŠs del lente

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PĂĄramo de Piedras Blancas, estado MĂŠrida

Ceiba en amanecer llanero, estado Apure

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y Shaliliko en Bolívar junto a la Estación Biológica Racho Grande y Posadas Cotoperix en Aragua se convirtieron en los primeros receptores de Ecoturistas de Venezuela. También hicimos alianzas estratégicas con otras empresas pioneras como Aerotuy (hoy LTA) y se realizaron circuitos turísticos aéreos que no han sido superados por ninguna aerolínea hasta el momento. Luego, adquirimos una de las últimas chalanas de madera que navegaban el Apure y la convertimos en campamento flotante. La Chalana Santa María nos convirtió en los primeros operadores comerciales de cruceros turísticos del eje Apure-Orinoco Medio.Vivimos las aventuras más increíbles del mercado turístico y como pioneros, hicimos de rompe-hielos para los que nos siguieron con Ser pionero: nuevas propuestas de turismo de nicho. Al final de mis viviendo de la naturaleza trabajos, que por mas de 10 años realicé, guiando a personas, manejando posadas y promoviendo el ecoturismo Leopoldo García en Venezuela, podemos decir que lo que empezó con un poco menos de 30 posadas turísticas de entonces, hoy Desde muy temprana edad mi curiosidad por la natura- día, ya es una realidad maravillosa, que ya hay más de leza fue la fuerza motivadora de gran parte de mi vida. 1.000 posadas y campamentos funcionando en todo el Investigar: Que, cuando, como, donde, quien y porque territorio nacional. eran y siguen siendo, lo que más mueve a mi persona, la verdad es que aprender algo nuevo es un estímulo fabu- Ahora, más que nunca, estoy convencido que 7 mil miloso contra el tedio y la rutina. La biología siempre fue llones de habitantes en la tierra van hacer muy difícil mi materia favorita y en la actualidad, en este mundo de mantener las regiones silvestres del mundo, ya que tener especializaciones en que vivimos, la ecología suplantaría la capacidad adecuada de sustentación para la humania mi primera afición, solo por nombre o moda. Sin em- dad, significa sacrificar el consumismo exagerado en que bargo, el término que reúne a todas mis aficiones en una vivimos, para mantener lo poco que nos queda de natusola función es el de Naturalista Profesional, enten- raleza prístina por un tiempo indefinido. Oponerse al diendo, que vivir ganándome la vida como intérprete de desarrollo es convertirse en “comeflor”, y el no hacerlo, la naturaleza, es un compromiso y estilo de vida y la ver- nos condena, como especie, a sufrir la autorregulación dad es, que enseñar a otros a apreciar lo que nuestro de la naturaleza.Y a pesar que gritamos a oídos sordos entorno nos ofrece, es lo que más me mueve y motiva. muchas alertas, solo cuando nos enfrentemos a los hechos, es que haremos conciencia, de que podemos vivir Fue en esa búsqueda de vivir de la naturaleza la que me con mucho menos y que cargarnos continuamente de motivó a invitar a otros amantes de la naturaleza, a mon- cosas, es hacernos de un lastre con un costo incalculable tar la primera empresa de Turismo de Interpretación de para la naturaleza. La humanidad, para la cual, el consumo, la Naturaleza de Venezuela en los años 80. Fue así, que mantenido por la obsolescencia, permite esclavizar a los nos convertimos en pioneros en un turismo totalmente humanos nos aleja cada vez más, a entender, que no es desconocido para el país para esa fecha. Allí, en Turven tan malo vivir de la naturaleza y ser pionero es un estilo Tropical Travel Services, empezó mi vida como natura- de vida lleno de emociones las cuales nos llenan de retos, lista profesional. En esos tiempos de pioneros, el término altibajos y aprendizajes que superan la vida cómoda por Ecoturismo no existía y a mi parecer, el término que usá- la que el hombre se desvive hoy en día. bamos “Turismo de Nicho” como que explicaba mejor nuestras actividades. Con Turven empezamos el Circuito Aventura donde se realizaron los primeros circuitos de interpretación de la naturaleza y de Birdwatching, hoy conocido como observación de aves. De esta iniciativa Hato Piñero (Cojedes), Hato Cedral (Apure), Posada Punta Bahareque (Morrocoy), Hotel Los Frailes y Posada Monte Carmelo (Mérida) y los Campamentos Canaima A través del lente

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