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Ángel Figueroa Graulau

La sabiduría de enfrentar la vida con calma

Por Renia Rosa

El mismo año en que le diagnosticaron una afección cardíaca, Ángel Figueroa Graulau comenzó un curso para certificarse como guía turístico, luego de trabajar en la industria bancaria. Era 2018 y la vida, como la conocía, se transformó.

Ante el anuncio inesperado del diagnóstico, reaccionó con sosiego y fue el estado que le acompañó durante todo el proceso.

“Empecé a cansarme y creí que era por falta de ejercicio”, manifestó acerca del síntoma que le llevó a buscar atención médica y aseguró que siempre ha cuidado su salud.

Mantenerse activo es un estilo de vida para Ángel como cuando camina las veredas de El Yunque, una y otra vez, o explora los espacios naturales que tanto recorre.

“Me quedé bastante tranquilo”, comentó sobre el momento en que le dijeron que debía operarse. Mediante la técnica quirúrgica del bypass es posible la revascularización coronaria, que mejora el flujo sanguíneo al corazón.

Luego de buscar información para educarse con relación a la enfermedad y ver vídeos para conocer los detalles del procedimiento al que sería sometido, Ángel recordó su actitud calmada el día programado para la cirugía.

El apoyo de su esposa Alma, sus hijas Denise, Darlene, Wilmarie y Joyce, y su nieto Julio André ha sido crucial durante la etapa de la detección y la recuperación.

“Me siento muy bien”, expresó. Su presión arterial ha recuperado los niveles normales, le han eliminado dos de los medicamentos prescritos y mantiene las citas rutinarias con su especialista. También, visita regularmente a su quiropráctico.

Como resultado de la fase de recuperación, Ángel ha retomado su pasión: hacer turismo interno y la cercanía con la naturaleza. Actualmente, su trabajo de brindar experiencias guiadas por mar y tierra representa para él un gran entusiasmo y emoción.

Además de mostrar las maravillas naturales y lugares de interés a las personas que visitan Puerto Rico, él está comprometido en dar a conocer la historia de nuestro archipiélago.

Por otra parte, mantiene el compromiso consigo mismo de preservar la mejoría de su situación de salud. Destacó que vela por seguir las indicaciones médicas y atender adecuadamente las recomendaciones para su bienestar.

“El secreto está en cómo uno se cuide”, manifestó. Asimismo, hizo la invitación para que las personas asuman la responsabilidad por su propia salud y consulten a su especialista sobre cualquier señal inusual que podría advertir sobre una afección.

“Tengo la esperanza de ver a mi nieto convertirse en ortopeda”, sueña Ángel. “Y que mis hijas logren sus propósitos”.

No hay duda de que ese ímpetu por ser y hacer en consonancia con lo que le dicta su espíritu ha sido poderoso para Ángel. La vida se ha transformado y él le ha seguido el paso.

“Tengo la esperanza de ver a mi nieto convertirse en ortopeda; y que mis hijas logren sus propósitos”

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