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Para lograr tu bienestar sexual, primero conócete

El sexo y la sexualidad son partes esenciales de la vida del ser humano.Van mucho más allá de ser una fuente solo de placer o de ejemplificar uno de los componentes del significado del amor. Son parte del bienestar del individuo, así como de las parejas. A veces, la sexualidad, que es un complemento en la vida, se puede ver afectada por factores como enfermedades y condiciones de salud crónicas, por ejemplo, cáncer, diabetes o enfermedades del corazón, así como por otros elementos que no han sido necesariamente tomados en cuenta como son: • El temor a un embarazo no deseado • Preocupaciones sobre infertilidad • Enfermedades de transmisión sexual • Medicamentos que afectan el deseo sexual o el rendimiento

Esto provoca que las personas recurran a otros remedios que no necesariamente les ofrecerán plenitud sexual.

Para la doctora Carmita Laboy, sexóloga con 20 años de experiencia, la sexualidad integral es la que provoca bienestar y, a través de sus años investigando sobre este tema —sobre todo para ayudar a las parejas que han acudido a ella diciendo que se amaban, pero cuya vida sexual era inexistente—, ha podido identificar un factor común.

“Curiosamente, insisten en decir que se aman. Esto provocó en mí el afán de investigar, no tan solo desde la perspectiva del amor, sino en cómo somos los seres humanos. Puede que la gente piense que el amor es una cosa y el sexo es otra. La realidad es que estas contradicciones inciden en esas condiciones de salud”, alertó la sexóloga, a la vez que aclaró que ella describe este aspecto como bienestar, equilibrio e intercambio de información.

En aras de encontrar una respuesta sobre el por qué las parejas dejan de amarse o dejan de sentir esa pasión que tenían al principio de la relación [que les provocaba tener relaciones en cualquier lugar, a cualquier hora, con gran placer], explicó que esto deja de existir por una enfermedad. Aunque reiteró que siempre van a existir situaciones como los asuntos económicos, la familia, la monotonía o el aburrimiento, dijo que estas no son el punto de lanza para perder el deseo.

“Desde hace ocho años, estoy trabajando con lo que significa el bienestar sexual desde tres aspectos. Los seres humanos no solo somos materia, sino que somos un compuesto de 33 por ciento materia, 66 por ciento no materiaenergía e información, y un por ciento espiritual, lo que complementa un 100 por ciento de lo que somos”, añadió, al destacar que existen diversas situaciones que inciden en ese 33 por ciento como son los remedios externos que se ven en el mercado, las pastillas utilizadas cuando no se tiene una buena erección, el uso de lubricantes y juguetes sexuales, y las enfermedades que afectan el desempeño.

Por esto, al hablar de este tipo de bienestar, la profesional hizo la salvedad de que tenemos que trabajar el ser desde ese 66 por ciento más uno, pues, “estamos acostumbrados a anticipar lo que describimos como casualidad o intuición, pero en realidad, es ciencia. Existe una forma para hacer que las personas sepan lo que tienen que anticipar”, afirmó.

Según Laboy, esta fórmula interrelaciona la saludplacer satisfacciónbienestar y permite anticipar la mejor solución potencial posible. Más allá de las condiciones que afectan la salud, no entender que la falta de vida sexual también afecta el bienestar de las personas es uno de los obstáculos para lograr la plenitud en este aspecto.

“Hay veces en que las personas se percataron de esta situación [de falta de sexo]. Posiblemente, lo hablaron, lo dijeron; trataron de resolverlo de una u otra manera… rara vez con un profesional. Pero, no es hasta que se llega al origen de todo —que es el cerebro y ese intercambio de información con el cual este órgano trabaja cincos segundos antes, anticipando—, que se puede encontrar una respuesta”, detalló.

Para ella, existen tres teorías: la cognitiva conductual cíclica, la adjudicación de responsabilidad y hasta la física cuántica. • Cognitiva conductual cíclica Es tener un pensamiento que provoca emoción y, por ende, una conducta que se repite y se repite. Esto se sustenta en la expectativa, en lo que se espera de la otra persona como también en la insatisfacción cuando lo que se espera no sucede. • Adjudicación de responsabilidad Es de quién es la culpa de que no me esté gustando.

No tan solo por salud se priva; no le gusta el sexo, no le satisface, no lo provoca; a la larga es porque no le está gustando. Aquí, el único problema es el mutismo y tolerar. Cada uno debe hacerse responsable de su gusto, de su placer y de su orgasmo. Tienen que conocerse. • Física cuántica Jean

Pierre Garnier Malet es uno de los precursores de esta teoría. Somos un 66 por ciento no materia, lo que significa que el observador cambia al observado.

Este intercambio de información se refiere al desdoblamiento en el espacio y el tiempo.

“Cada condición diagnosticada por la ciencia convencional tiene una explicación emocional y un desequilibrio de pensamiento o intercambio de información. La definición de amor tiene que cambiar porque es una respuesta química del cerebro, no es un sentimiento y, hasta que esto no se entienda, vamos a crear una falsa expectativa, que, a su vez, es una de las variables que afecta la vida sexual de las personas. Para que el pensamiento, las emociones y la conducta estén bien, tienen que ser la misma”, aconsejó.

Lo más importante es que las personas reconozcan que la salud sexual y el bienestar van de la mano. Hay que conocerse a uno mismo primero para, de esta forma, poder guiar a la persona de interés. Una vida sexual plena incide en una mejor salud física y mental.

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