EDITORIAL En esta ocasión Anonyma presenta un número que lleva a sus lectores a un mundo en el que se deben enfrentar a aquello que más causa inestabilidad… la muerte, bien sea en el plano biológico, clínico, espiritual o simbólico. En este espacio se busca ofrecer la oportunidad de reivindicar la muerte y extraerla del limbo permanente en el que el ser humano la ha abandonado. Por medio de los escritos presentados entre los que encontramos artículos, poemas, cuentos y traducciones, se muestran ejemplos de intentos fugaces por captar la atención de lo que no es permitido, lo que no es hablado, lo que no es enseñado, lo que es, finalmente, ocultado. Bien es cierto que las letras y la cultura sostienen estrechos lazos de reciprocidad, y que la civilización sin imaginarios no refleja las innumerables capacidades y habilidades de la mente humana, así como las ciencias de la academia y sus técnicas, confluyen en el intento del ser humano por ser cada vez mejor, como también en el de ocultar los temores que lo confunden y hacen perder la razón. En general, estos hechos responden a la necesidad humana de ocultar el miedo a que los latidos del corazón se detengan y con esto, la realidad a la que están acostumbrados sea modificada por un universo lleno de sombras. Uno de los temores más grandes con respecto a la muerte es el no ser recordado después que se haya firmado la defunción, pues aunque en vida se hagan mágicos descubrimientos y grandes escritos, puede que estos no traspasen la barrera del tiempo. Para combatir este olvido, Anonyma espera que por medio de los escritos presentados, el pensamiento de cada autor sea inmortalizado de una manera extratemporal que no conciba el olvido. La recolección de las distintas concepciones acerca del eje temático, ha sido gratificante para el equipo, y nos ha brindado un espacio de aprendizaje, de reflexión, de abstracción y de locuacidad. Es por esta razón, que mostramos con orgullo a nuestros estimados lectores este número, producto de los campos de expresión más ricos con los que cuenta la humanidad: el plasmar la muerte hecha arte por medio de las letras.
ACADÉMICA
(ÍNDICE)
MUERTE: EL TABÚ DE LA SOCIEDAD CONTEMPORÁNEA
Pág. 6
UN ESCRITO SOBRE LA MUERTE DE LAS LENGUAS
Pág. 9
VIOLENCE, MEMORY AND DEATH
Pág. 14
LITERARIA SEIS DE LA TARDE
Pág. 16
PUNTUACIÓN
Pág.17
SI FUERA UNA BUENA POETA
Pág. 19
EN MEMORIA DEL OLVIDO
Pág. 19
LÍRICA ENVENENADA
Pág. 19
MISERIA
Pág. 19
TRADUCCIÓN LA MORTE VERRÀ LA MORTE E AVRÀ I TUOI OCCHI LE DERNIER MOMENT
Pág. 20 Pág. 22 Pág. 24 Pág. 26
CHAPTER TWO
PERSONAJES EL ORIGEN DE LA MELANCOLÍA
Pág. 32
EL DÍA QUE ME VOLVÍ INVISIBLE
Pág. 38
|académica|
Por: Mariana Garavito P. Facultad de Psicología, Pontificia Universidad Javeriana
Muerte: el tabú de la sociedad contemporánea El hombre ha buscado brindar respuestas lógicas a todo aquello que le rodea, hasta la muerte. A través del tiempo, el ser humano ha generado mecanismos que le permiten prolongar la vida conociendo causas, factores y dilemas que le atañen y otros que le permiten crear la ilusión de tener el control de los eventos y procesos que suceden en el mundo y en el hombre; una ilusión que nos es más que una utopía que convence al hombre de tapar el sol con una mano y le permite ocultar sus más profundos temores. Temores que son aprovechados por toda institución social, estatal, cultural, financiera, etc., es decir, aprovechados por una sociedad mediática inmersa en el mercado de consumo.
4
|
Muerte, uno de los fenómenos que más angustia genera al ser humano, angustia que tuvo el mismo antecedente de temor a los truenos y a los rayos del hombre prehistórico, y que como estos ha tenido muchas explicaciones, desde considerarla un acto de los dioses, fuese por castigo o por beneficio, hasta el análisis científico complejo de cómo tiene lugar y qué sucede mientras se produce. Pero como los truenos, aunque el hombre comprenda a cabalidad cómo se produce el fenómeno y que implica, no ha podido perder el miedo que le produce, aun cuando tiene mecanismos de protección o de precaución. A diferencia de los truenos, la muerte se ha configurado en algo más poderoso, tal vez porque el hombre le ha dado más significado y se ve directamente afectado por esta. Pero además, la muerte ha logrado alcanzar la categoría a la que jamás llegará el trueno o el rayo: la consideración de antinatural. Concepto alcanzado por la evolución histórica en la humanidad, se ha tejido minuciosamente con el desarrollo de la tecnología, especialmente de la médica, con la visión del médico como un observador de agonías, con la visión del chamán que aprendió a ver la muerte como natural e irreparable, con la de la religión que la proyectó como un castigo divino desde la antigüedad. El médico se convirtió en una posibilidad para alejar a la muerte que comprendida como una falla de la vida, hasta el día de hoy el médico es casi un guerrero omnipotente que media entre la vida y la muerte y que se para frente a esta para someterla. Como lo describe iconográficamente el Dr. O. Mejía “un médico aferrando la mano del enfermo moribundo y la otra mano un débil esqueleto de la muerte, que trata en vano de llevarse al individuo agónico a su reino de sombras. La cuentas vacías del rostro de la muerte miran con temor y respeto a los ojos poderosos y lumínicos del hombre de ciencia, y por vez primera se tiene la certeza de que las fuerzas de la medicina podrán vencer al poder de la muerte” [1994:59]. Esta afirmación tiene un profundo eco en la humanidad y en el profesional de la salud al que se le educa
|académica| y comprobación científica, resultaban irrisorios desde los fantasmas, espíritus y monstruos hasta la idea de Dios. Así se desarticuló de una forma filosófica y empírica una gran cantidad de los dogmas religiosos y mientras Darwin destruía el génesis con sus análisis, el hombre perdía, tal vez sin saberlo, el soporte explicativo que había apaciguado su mayor angustia por siglos. Gracias a esta revolución, el hombre dejó de estar sometido a la “tiranía” de la Iglesia, pero al mismo tiempo entraba en el existe ncialismo escéptico, agravado por el exceso de tiempo libre que le permitía las comodidades, llevándolo a cuestionarse y a pensar aun más que antes. Justamente en estos periodos, la pregunta por la existencia y su sentido se hace más nefasta, ya que ¿si no se cree en nada, qué se puede esperar creer? la ola existencialista y dadaísta llevó a miles al suicidio por el dolor del vacío espiritual. A otros, los condujo a la existencia límite, a vivir cada día como el último, un poco hacia la perdición y a lo pernicioso. Pero como nunca, lo arrastró a la individualidad solitaria porque deshizo los marcos de macro valores y las creencias que lo unían a sus congéneres, entre ellas la creencia del más allá. Ante esta deslegitimación de los valores sociales, nacidos en gran parte de la religión, el hombre empezó a adoptar los que el mercado le vendió y de esta manera se adscribió a otra comunidad regida por otros macro valores, buscando alejarse de la soledad desesperanzada en que lo sumergió el escepticismo. Esta es la sociedad de tributo que tiene como sentido de existencia la adquisición y el consumo de los bienes que vende el mercado, ya que en la medida en que todo era cuestionable y refutable, todo se hacía a la vez efímero e insoportablemente leve, excepto la muerte; aún cuando la ciencia fuera muy soberbia y hubiese sustraído mucho del misterio de la muerte, no había resuelto la angustia del después, del miedo al olvido y la pérdida de la identidad que esta conlleva.
como un mesías, al punto tal que la muerte se convierte en el resultado del error profesional y humano, lo cual sólo puede acarrear un profundo sentimiento de culpa tanto en el profesional de la salud como en la familia del moribundo; el uno por no haber actuado con eficiencia técnica, el otro por no dar con los recursos necesarios para que aquello no sucediera. Esto tiene su origen en la negación rotunda que ha desarrollado la medicina contemporánea del morir como algo natural [Mejía O.: 1994]. Mi interés, entonces, es hablar de cómo la muerte es para la sociedad moderna algo no solo antinatural, sino algo antieconómico, una suerte de problema al que se le quiere dar la espalda o al que se busca suprimir de la sociedad, omitiendo lo lógico, nefasto y sabio de los ciclos de la naturaleza; todo esto mediado por la sociedad tecnocrática, que pretende lucrarse de la muerte y vida de la mano del neoliberalismo. Puede resultar increíble, pero la costumbre permite adaptarse a las regulaciones secretas del universo social, que hoy día se halla atravesado por estos valores paradójicos y extraños que se llevan por delante no sólo la historia misma del hombre, sino también el método y la razón de la naturaleza. El precedente de este pensamiento contradictorio fue la religión, que en el pasado ofreció la respuesta y el consuelo a la muerte con toda una estructura de creencias y valores que prometía un sentido de muerte, es decir, una justificación y un objeto para el morir, basados en un sentido de vida que pretendía preparar al sujeto para su muerte y para lo que vendría después de esta. Este hecho le dio un tremendo poder a la religión, ya que ofrecía al sujeto temeroso, explicaciones y soluciones al miedo. Sin embargo, el reinado de la religión fue cuestionado. De esta manera, como un hijo que se atreve a cuestionar y desafiar al padre, la ciencia se enfrentó a lo metafísico desde un empirismo positivista franco y radical. Por ello, denunció al “alma” y la sentenció de imposible, al tiempo que bajo la experimentación
|5
|académica| Para resolver esta incongruencia, el mercado y la publicidad con bastante y profundo cuidado y detalle empezaron a legitimizar y a vender sus valores, es decir la belleza, la comodidad, la salud, la juventud e implícita en todos ellos, la inmortalidad. Así, en cada producto que se publicita, está implícita la idea de longevidad. Tan particular es este fenómeno, que hasta los enfermos son ´hermosos` en las propagandas. Asimismo, al acoger estos valores, el hombre niega a su vez el alter ego de la enfermedad, la fealdad, la incomodidad y la vejez y, por supuesto, la mortalidad; y los niega sistemáticamente sin mencionarlos, ni considerarlos, como si fueran una suerte de obscenidades, como si al no mencionarlos, les quitaran fuerza y contundencia, como la leyenda en la cual hay algunos espíritus o monstruos que se alimentan de la energía que producen los otros al temerles y creen en ellos; según esta creencia, la mejor forma de luchar, es no creer. Pero siendo un poco ingenuos, al no creer teniendo la versatilidad de la evidencia, se hace necesario no hablar de los anti valores del mercado, lo que conlleva a que la publicidad los omita elegantemente.
En cambio, si el mercado los trajera a colación o se atreviera a considerarlos, entonces tendría que admitir que todo lo que se vende es una farsa; la salud es inestable, la muerte es inevitable. “La modernidad necesita esconder la presencia de la muerte en la vida, porque ella derrumbaría su máximo ofrecimiento: lo nuevo siempre es mejor y se encuentra en el futuro, tiempo que todavía no es, pero que está garantizado que llegará a ser, debido a la línea continua de la vida absoluta (…) Es por esto que para el mercado, la muerte es considerada como la no vida, elemento extraño que no pertenece a las dimensiones socio-culturales de la modernidad. Por ello solo se reconoce una forma de muerte que proviene de fuera de la vida, que llega como un objeto perturbador y accidental a destruir el orden biológico y social” [Mejía O: 55, 1994]. Es por ello, que es fácil decir que si la religión se esmeró en convertir la muerte en un tabú, la sociedad del consumo la ha hecho un tabú horroroso y macabro. Y al mismo tiempo, ofrece a las personas respuestas para la muerte, dándoles consuelo y esperanza, demostrando que si bien la muerte es innegable, se puede luchar contra ella. A la cabeza de ese ejército de lucha está la medicina, armada con tecnología y mediada con el pensamiento tecnocrático. En esto, la ciencia recoge los efectos del positivismo y el fruto del escepticismo que minaron el pensamiento espiritual y metafísico, lo que permitió el desfallecimiento de la hegemonía de la religión, pero que hizo posible la esclavitud convencida e incuestionable de las personas a la tecnología y la ciencia.
Bibliografía Mejía Rivera, Orlando. “El miedo y la negación de la muerte en la sociedad moderna occidental” Fragmento del libro inédito La muerte y sus símbolos. I. Muerte y Postmodernidad. 1er Congreso Internacional de Geronto – Geriatria. 1994.
6
|
|académica|
Un escrito sobre la muerte de las lenguas Todo aquello que rodea al hombre está supeditado a desaparecer; ya sea por causas naturales o por causas propiciadas, la muerte cobija toda entidad en el mundo. El hombre se configura desde la sociedad, es más, significa por ella, así que en ese espacio aplica todos sus conocimientos y capacidades innatas; una de esas capacidades innatas es el lenguaje, que se realiza en la lengua. Esta se encuentra condenada a desaparecer y sus causas de desaparición van desde las sociales hasta las netamente lingüísticas. Este artículo recoge los factores que inciden en la muerte de las lenguas desde varios autores. Por: Camilo Enrique Díaz Romero LINGUÌSTICA repindcamilo1987@gmail.com
|7
L
as lenguas no sólo son sistemas articulados de signos tales como fonemas, morfemas, palabras, sintagmas, enunciados, sememas, etc., que sirven para la comunicación entre los miembros de una comunidad. Con las lenguas también se organizan debates, conflictos, divorcios, tensiones de diversas proporciones; aunque, también, con ellas se hacen reconciliaciones, acuerdos científicos, económicos y políticos, y tratados de paz. En resumen: con las lenguas se cuentan las historias cotidianas de los diferentes grupos humanos, desde la anécdota o el cuento que el abuelo le dice a su hijo una noche para que se lo cuente a las generaciones venideras hasta el diálogo y la firma de un documento que pone fin a una guerra mundial. Una lengua, cuando vive, permite el mantenimiento del conocimiento de una comunidad (conformado por unos hablantes con una o varias visiones comunes del mundo) que está interactuando con un ambiente físico (urbano o rural) especial y con otros pueblos (adyacentes o distantes) a él. Es por ello que, cuando una lengua muere, independiente de cual sea su causa, se pierde una cantidad de información y la(s) manera(s) de pensar por parte de un colectivo que son, desafortunadamente, irrecuperables para la humanidad. En este texto se va a mencionar las causas por las cuales una lengua desaparece, así como la mención de las etapas principales de un proceso que evita que esto ocurra. Finalmente, se presentarán unas conclusiones al respecto.
|académica| La muerte de las lenguas Según David Crystal (2002) una lengua puede desaparecer debido a alguno (o a la confluencia) de los siguientes dos grupos de factores: 1) “Una lengua muere si mueren todas las personas que la hablan, por lo que cualquier circunstancia que constituya una amenaza directa o inmediata a la seguridad física de parte o de toda la comunidad es, de alguna forma, la máxima amenaza.” (Idid: 86). Una catástrofe natural (huracán, terremoto, deslizamiento, inundación, etc.) que desaparece grupos humanos enteros de manera inmediata o convierte en inhabitable el ambiente físico y que genera muerte por hambruna; una pandemia, un suicidio colectivo hecho por presión de un grupo foráneo o un genocidio resultante de la alteración del entorno, la esclavitud, el envenenamiento o el fuego de un grupo humano que entra en conflicto con otro son factores que pertenecen a este grupo. Esto es basado en Crystal (Ibid: 86-92)
Un par de ejemplos:
La traducción y adaptación, incluyendo lo que aparece entre paréntesis ortogonales, es de Camilo Díaz. Original en inglés: “The Penan people of northeast Sarawak are nowadays lucky to find a monkey to eat because the loggers have scared them away; trucks and bulldozers have muddied the waters, and poisons in the bark of fallen trees have killed the fish. Like the oncethriving forests in which they lived, the Penan, too, are disappearing. In 1970, there were 13,000; two decades later, there were fewer than 500. Soon there could be none” 1
Sixto Muñoz, el último y el único hablante de la lengua tinigua, habló para Jhon Moreno, reportero del periódico El Tiempo, haciendo mención de las causas que han conducido a la extinción de su lengua: “Antes estábamos en el Yarí (Caquetá). De mi familia mataron a cuatro, pero eso hubo como 300 muertos. Nos acabaron a todos… Fue un señor de nombre Palma que quiso acabar con todas las mujeres tinigua. Todo porque no dejamos que se llevara a la fuerza a una hermana nuestra. De ahí en adelante empezó a matar a las más jóvenes y por eso se acabaron todos los tinigua” (Sixto Muñoz, para Moreno, 14/06/2008)
8
|
Suzanne Romaine y Daniel Nettle presentan el caso de extinción progresiva de los hablantes de la lengua penan (familia Austronésica) en Malasia (estado de Sarawak) de la siguiente manera: “La comunidad Penan del Sarawak del noreste son, en la actualidad, afortunados de encontrar un mono para comer porque los taladores los han ahuyentado; los camiones y los bulldozers han llenado de barro las aguas, y los venenos en las cortezas de los árboles caídos han asesinado los peces. Los Penan, como los bosques una vez prósperos en los cuales vivieron, están desapareciendo también. En 1970, había 13.000; dos décadas después, había menos de 500. Pronto no podría quedar ninguno”1 (Romaine y Nettle, 2001: 44) 2) La asimilación cultural: “los miembros de la comunidad siguen vivos y gozan de buena salud, con frecuencia siguen habitando en su territorio de origen, pero su lengua va debilitándose y eventualmente desaparece para ser reemplazada por otra lengua. Una cultura dominante influye sobre otra, haciendo que esta pierda su carácter debido a que sus miembros cambian de conducta y adoptan nuevas costumbres” (Crystal, 2001:92). La creación de políticas, emisoras de radio y televisión, y modelos educativos que promueven el monolingüismo en regiones plurilingües, la invasión y el aumento demográfico de un grupo colonizador en un territorio ajeno son factores que hacen parte de este grupo. Esto es basado en Crystal (Ibid: 92-95)
Ejemplos: El investigador Andrés Chirinos presenta un caso de extinción de la variante quechua hablada en el suroeste de Perú (Arequipa, zona del valle de Colca) por presiones sociales,
|académica| tanto en la calle como en la escuela, en tan sólo 9 años: “En los años 1986, 87 y 88 pasé largas temporadas en Chivay y otros pueblos del valle del Colca. Pude apreciar que madres jóvenes de 25 años con incipiente conocimiento de castellano ya no hablaban quechua con sus hijos. Cuando pregunté por qué no hablaban me dijeron que no era conveniente que los niños supieran quechua porque iban a ser maltratados, por ejemplo, citaron que cuando tuvieran que hacer un reclamo en el puesto policial se iban a burlar, los iban a maltratar o no les iban a hacer caso si es que hablaban quechua. A mi insistencia de por qué no podían aprender los dos idiomas me dijeron que tampoco era conveniente porque según su experiencia si un niño hablaba quechua “le iba a salir el mote” cuando hablara castellano, es decir iba a confundir las vocales i-e u-o y por tanto iba a ser objeto de discriminación...Consecuentemente, en 1995, durante otra visita a Chivay, aprecié que la mayoría de los jóvenes ya no hablaba quechua.” (Chirinos, 1998: 473) Testimonios recogidos por Uriel Zamarroni de los indígenas Náhuatl Antonio Vázquez Romero y Juan José Partida dan cuenta de la manera cómo está desapareciendo la variante náhuatl hablada en la región de Tuxpan (estado Jalisco, México): “(La gente de Tuxpan) ve al pueblo indígena como ignorante, basura humana, algo horrible… Tenemos que entender que si hay algún retroceso de estas comunidades es por el hecho, sencillamente, de que nunca ha habido las mismas oportunidades aquí como en otras partes de la nación.” (Antonio Vázquez Romero, para Zamarroni, 21/08/2005) “La gente no puede comer ni vivir (por hablar náhuatl) y es mejor que los niños se críen hablando
como los otros, de manera que no se burlen de ellos” 2 (Juan José Partida, para Zamarroni, 21/08/2005) Si algo se puede observar en estos dos grupos de causas de la muerte de una lengua es que ésta sólo puede vivir si hay gente que la habla: la lengua puede empezar a tener serios problemas cuando entra en un estado moribundo (cf. Seifart, 2000), dando a conocer que lo único que queda de ella son sólo hablantes adultos mayores que no le transmitieron su lengua a sus hijos y, definitivamente, está muerta cuando queda uno o ningún hablante. Como afirman Abadio Green Stocel y Juan Houghton (2000: 211) “ las lenguas no tienen vida propia. Si quieren ser lenguas vivas, deberán ser lenguas de pueblos vivos.”
Proceso de revitalización de lenguas En los párrafos anteriores se ha hecho mención de factores que influyen en la muerte de las lenguas. A ello hay que añadir dos ideas adicionales: Lo primero es que una lengua, cuando muere, no es posible resucitarla. Es probable que, si se habla, informalmente, de la resurrección de una lengua, estemos ante el surgimiento de un criollo con alguna base lingüística (léxica, sintáctica, etc.) de la lengua muerta, pero no es concebible que resurja la lengua muerta tal como fue por el hecho de que, para el momento en que se origine ese intento, las condiciones socio-culturales y del entorno físico del grupo humano que quiere volver a hablar esa lengua que hablaron sus ancestros ya han cambiado y, si nada del conocimiento de los ancestros fue transmitido a sus descendientes por medio de la lengua, es de esperar que los hablantes de esta lengua resucitada tengan que inventar un nuevo léxico (posiblemente, como consecuencia de ello, se origine también un nuevo sistema de
|9
La traducción y adaptación es de Camilo Díaz. Los paréntesis allí incluidos venían en el propio reportaje. Original en ingles: “(The people in Tuxpan) see indigenous people as ignorant, human waste, something horrible…We have to understand that if there is some backwardness to these communities it has to do with the fact that there simply have never been the same opportunities here that we see in other parts of the nation.” (Antonio Vázquez Romero) “People can’t eat and live (by speaking Nahuatl), and it is better that children are raised to speak as the others, so that no one makes fun of them”(Juan José Partida) 2
|académica|
La traducción y adaptación es de Camilo Díaz. Original en inglés: “The aim of a language documentation is to provide a comprehensive record of the linguistic practices characteristic of a given speech community” 3
sonidos) que se adapte a las circunstancias en que están inmersos, por lo que, ante lo que realmente están, es ante el origen de una nueva lengua. Lo segundo es que, si bien sabemos que no es posible resucitar una lengua, sí podemos evitar que muera. En la actualidad existe un campo de la lingüística que se llama la documentación lingüística, el cual tiene el propósito de “suministrar un registro detallado de las prácticas lingüísticas que son características de una comunidad de habla determinada”3 (Himmelmann, 1998:166). En este campo, por ejemplo, se asocian archivos de audio con información estructural de la lengua en peligro de extinción (representaciones fonéticas, fonológicas, morfológicas, sintácticas, etc.) y con información que tiene que ver con la grabación de estos archivos (i.e, información que da respuesta a preguntas tales como: ¿quién hizo la grabación?, ¿cuándo y en qué lugar grabó?, ¿quiénes son los informantes cuyo registro sonoro aparece en la grabación?, ¿con qué instrumento realizó la grabación?, ¿qué lengua es la que hablan los informantes cuando los grabaron?, ¿qué clase de información es la que está contenida en las grabaciones?, etc.) por medio de programas de computador tales como el ELAN del Instituto Max Planck de Nijmegen, Holanda, el cual, incluso, permite que este grupo de información sea accesible para el todo el público por Internet. Con base en estos registros resultantes de la documentación lingüística, lingüistas que se especializan en didáctica y pedagogos de otras áreas, en asociación con líderes de la comunidad que habla la lengua en peligro de extinción, pueden comenzar a diseñar materiales educativos que permitan, no sólo la enseñanza de la lengua, sino también la enseñanza en la lengua que está al borde de su desaparición (e.g., alfabetos, gramá-
10
|
ticas pedagógicas, textos de matemáticas o biología, etc.). Esto se hace para promover el uso de la lengua en las escuelas. El mantenimiento de la lengua en peligro de extinción no se puede limitar a la escuela. Debe darse también por fuera del aula. Debe haber un trabajo de acompañamiento de la transmisión generacional de esa lengua de los padres a los hijos por parte de los lingüistas. También, debe haber circunstancias que permitan el uso libre de estas lenguas en las calles y en lugares a donde van a trabajar. Para que los hablantes de esa lengua no se sientan ofendidos por grupos que hablan lenguas oficiales a nivel nacional, debería haber en ese país una legislación que exija el respeto y, si es posible, la oficialidad local de estas lenguas; así como la presencia de una fuerza pública que vele por que tal legislación se cumpla afuera del aula y la casa. Lo anteriormente mencionado es tan sólo la parte principal de un proceso que se llama la revitalización de una lengua, la cual consiste en “una manipulación de la situación extralingüística que lleve a los hablantes a continuar hablando y transmitir su lengua” (Seifart, 2000:106)
Conclusión La tarea de evitar la muerte de una lengua en peligro de extinción no es tan fácil. No será posible si los mismos actores que pueden permitir su muerte, salvo por catástrofe natural, están dispuestos a que no ocurra: sus propios hablantes. Así como tampoco es posible si se les deja desamparados ante la ley, sin ningún apoyo y sin ninguna razón que les permita mantener el uso de su lengua.
|académica| Es lamentable que, en Colombia, ocurran casos de muerte de lengua como el descrito por Silvio Muñoz. Faltaría hacer una nueva revisión del panorama lingüístico colombiano para saber si, actualmente, se hablan más de 64 lenguas (incluyendo las dos lenguas criollas) o si hay más lenguas, además del tinigua, que ya han muerto.
Bibliografía CHIRINOS, Andrés (1998). Las Lenguas Indígenas Peruanas Mas Allá del 2000: Una Panorámica Histórica. Revista Andina 32. (versión disponible en Internet en: revistandina.perucultural.org.pe/textos/chiri.doc) Cuzco, Perú. Centro Bartolomé de Las Casas. pp 453-479. [visitado el 20 de Julio de 2008] CRYSTAL, David (2001) La muerte de las lenguas. Madrid, España. Cambridge University Press. GREEN STOCEL, Abadio y HOUGHTON, Juan (2000) Políticas lingüísticas en Colombia en Colombia. Esbozo de una problemática. En: QUEIXALÓS, Francisco y RENAULT-LESCURE, O (org). As linguas Amazônicas hoje. Las Lenguas Amazónicas hoy. Les langues d’amazonie anjourd d’hui. The amazonian languages today. Sao Paulo, Brasil. Instituto Socio Ambiental ISA- Institut de Recherche pour le développement IRD- Museu paranaense Emilio Goeldi. pp 211-228. HIMMELMANN, Nikolaus (1998) Documentary and descriptive linguistics. Linguistics 36. Berlín: de Gruyter. pp. 161-195.
QUEIXALÓS, Francisco y RENAULT-LESCURE, O (org). As linguas Amazônicas hoje. Las Lenguas Amazónicas hoy. Les langues d’amazonie anjourd d’hui. The amazonian languages today. Sao Paulo. Instituto Socio Ambiental ISA- Institut de Recherche pour le développement IRD- Museu paranaense Emilio Goeldi. ROMAINE, Suzanne y NETTLE, David (2001). The Last Survivors. Cultural Survival Quarterly. Summer Issue. Vol. 25, n° 2 (Endangered Languages. Endangered Lives). pp. 44-47. SEIFART, Frank (2000) Motivos para la documentación de lenguas en vías de extinción. Forma y Función 13. Bogotá, Colombia. Universidad Nacional de Colombia. pp. 101-115 ZAMARRONI, Ulises (21/08/2005) Nahuatl language, customs disappearing in Jalisco. En: http://www2.eluniversal.com.mx/pls/impreso/noticia.html?id_ nota=11651&tabla=miami. Mexico, D.F, México. El Universal Online México, S.A. de C.V. [visitado el 20 de Julio de 2008]
MORENO, Jhon Alfonso (14/06/2008) Sixto, el último de los tinigua. En: http:// www.eltiempo.com/archivo/documento/ CMS-4279843. Bogotá, Colombia. Editorial El tiempo. [visitado el 20 de Julio de 2008]
| 11
|académica|
Violence, Memory and Death Discordant Voices in the face of Oblivion Por: Juan Sebastián Avella García. Carrera: Historia – Antropología / Universidad de los Andes. Correo: deathwing2000@hotmail.com
“You will be killed!” the man at the Burundian embassy in Kampala said, in a bizarrely cheerful voice, as he stamped our visas.” (WRANGHAM, 1997)
A
n interwoven pattern of bodies and blood is all that can be seen through the acrid smoke and the reek of rotting flesh in what was once a peaceful farming community in Central Africa. As the haze clears, dismembered children can be seen strewn among the filthy carcasses of fly ridden farm animals and burnt out houses. In the distance a woman wails, her voice hoarse with pain, a voice that is soon to be silenced forever, and forever laid to rest. This image is repeated all over Africa, South East Asia and other regions of the so called Third World, where blood ties, greed and religious dispute have torn deep gashes in the faces of those who are forced to live their lives in the company of death. Much has been said of the bodies, the children and the blood, but history has repeatedly and methodically forgotten that these are mere representations of a story left untold, of a name left unwritten and of the wails of a mother left unheard. While the physical violence that curtails and encompasses these communities may seem appalling to the western observer, perhaps the greatest damage is done precisely by those who seek to “shed light” on the facts. The greater part of the
investigations in the matter, have dedicated themselves to a quantified statistical pattern which seeks to harmonize with a rapid analysis of the land’s social layout and historical context. This approach while useful in allowing the rapid diffusion of information is nevertheless incomplete as it lacks the ability to shake itself loose of the boundaries of the reminiscent positivist method of the 19th century. In this sense, social investigation is unable to properly interact with the sublime collective constructions that form the intangible web of the social structure, as it is one thing to observe the building blocks of society and another to understand the myriad of traditions, songs, customs and ideals that collectively form the composition of the mortar that holds it all together (JOHNSON, 1999). By eliminating these factors, we enter into a contradiction that defines a moral dilemma. On one hand, we condemn the loss of life, and on the other we silence the voices of the dead. In other words, death embodies two dimensions, one biological and one social, and while the first may seem bitter, the second (where the contradiction lies) erases all trace of humanity in the deceased.
12
|
In order to properly understand this, it is necessary to recognize that social violence is not limited to physical aggressiveness, but encompasses any and all actions in which the human value of the individual is denied by the intentions or actions of another. In this sense, in the eyes of the perpetrator, the victim is no longer considered human and so the socially defined laws of human interaction no longer apply. If we take into account that one of the distinguishing features that make us human is our voice, then it is easy to understand why she must be eliminated in order to assure that we are dead. The silence that results from this encounter, is in simpler terms, the complete denial of the existence, be it prior or present of another human being. Now, it is important to clarify that the word silence will be used in the broad sense of the word, and not in its purely anthropological definition since it is anthropologically understood as the epitome of the socially impossible, in that silence cannot be articulated within the grammatical structure of the narrative of the social discourse in which the individual finds himself immersed.
|académica|
In this way social violence relates to the elimination of memory in two ways: 1. It can be used as a tool in order to eliminate an opposing ideology or way of life in search of “The idea of a society without conflict and that is perfectly harmonious, which can only be achieved through the final triumph of one’s own group” (THOMAS, 1983) thus in the act of violence “not only does there exist a crossfire of bullets, but also of sense and roles within a system of meanings” (CASTILLEJO, 2000). The end result is an inevitable social death, which is a phenomena that happens when a person stops forming part of a group due to loss of functions, that happen as a consequence of the process of abolition of the individual’s memory (THOMAS, 1983). 2. It manifests itself whenever an intellectual investigator tries to exhume the voice of the fallen, only to replace their social discourse with a biased interpretation that comes from the investigators own context. This is a problem that has existed in Archaeology for years, and can be clearly seen in the Gender conscious issue of modern archaeology; however, history and anthropology also suffer from this evil. Throughout the past century or so, western social sciences have undergone a tendency where they seek to explain cultural expressions through comparison with their own social standards,
and as such when they seek to project the silenced voices of the past, all they manage to do is reflect their own cultural values upon someone else’s mirror. This situation leads to the appearance of a social paradigm where the person in charge of reviving the social discourse of another actually puts the final nail in their coffin and sentences them to oblivion. Why? Because from that moment on, the world will know them not as they were but only as what the investigator can make of them through the veil of his cultural schemata. It is simple to understand how the voice of the dead can be ignored and forgotten, but a new question arises with the mother whose wails echo still the names of her children. The answer is simple and yet contradictory. When a person’s reality is suddenly interrupted by a situation that forces it to change, that individual will suffer the symptoms of being withdrawn from the safety of daily life, however, individuals who live in the midst of conflict tend to normalize violent acts in their mental schemata. This normalization allows people to ignore and remove meaning from acts that would horrify and traumatize other populations. An example of this resides in Nancy Shepherds works on maternal love and child mortality in Brazil where she observed that mothers when faced with high levels of infant mortality are able to break the emotional bond between mother and child and completely block all sentimental reaction whenever they lose one. In other words you could say that the horror wasn’t the death of hundreds of babies every day, but the “routinely acceptance of human suffering and the “normal” violence of everyday life in the extremely poor North Eastern part of Brazil” (SHEPHERD, 1992). In this way, the mother that normalizes the violent context in which she lives as a way to impede the possible traumas associated with her experiences actually helps in eradicating the memory of the very existence of those children whose disappearance forced her to create the psychological barriers in the first place.
| 13
In conclusion, whenever a violent act escalates into a conflict that engulfs the everyday lives of those who are forced to live it from the inside, the memory of those who perish is doomed to oblivion, and not necessarily by the hand that ended their lives, but by the discordant efforts of those entrusted with the memory of their voices.
Bibliography CASTILLEJO, A. (2000). Poética de lo otro. Bogotá: Instituto Nacional de Antropología e Historia. JOHNSON, M. (1999). Archaeological Theory: An Introduction. Oxford: Blackwell Publishers. SHEPHERD, N. (1992). Death Without Weeping: the violence of everyday life in Brazil. University of California Press. THOMAS, L.-V. (1983). Antropología de la Muerte. Fondo de cultura económica. WRANGHAM, R. a. (1997). Demonic Males. Mariner Books.
|literaria|
Seis de la tarde En medio de mundos reales e irreales los autores cuentan historias mágicas llenas de vida y de muere, de tristeza y alegría; cuentan que solo hay un pasado y un presente y allí nosotros partimos hacia el horizonte. Descubran entonces en estas obras el más allá de la palabras. Por: Diego Cortés Ruiz Filología e idiomas (inglés) cortesr.diego@gmail.com
E
ran las cinco y diez, el sol empezaba a caer y la temperatura comenzaba a disminuir lentamente, de tal forma que Anastasia no se percataba del tono azulado que habían tomado sus pies durante las últimas tres horas. Allí, sobria y taciturna había permanecido sin mirar a ningún otro lado más que un portarretrato. Sus ojos se fijaban en éste de forma sublime, su sonrisa se había calcinado, su sudor se había congelado, ya no sentía sus absorbentes caderas, sus manos se habían detenido sobre su vientre hacía más de una hora, ya el duro asiento de roble no producía sensación alguna sobre su cóccix. Era una suave pero dramática imagen. -Alejandro… Mateo… Luna… Fernanda… -repetía incesantemente deslizando suavemente uno por uno sus dedos a lo largo de su vientre, mientras contaba. Su boca no gesticulaba de manera audible. Unas suaves campanas sonaron, y por primera vez desde que se sentó, Anastasia deslizó su mirada en otra dirección distinta a la del retrato; miraba el reloj que se encontraba pocos centímetros arriba, en la pared posterior al portarretrato. Eran las cinco y treinta, el tiempo se acababa, tenía que tomar una decisión ahora mismo, contaba con tan sólo treinta minutos para proceder. La angustia latente en su corazón se despertó más ferozmente en ése momento, deslizó otro dedo sobre su vientre –Anastasio- dijo de manera contundente,
miró el portarretrato una última vez, se levantó con suma delicadeza mirando sin mirar, como si no necesitara sus ojos para saber hacia donde iba. Entró en la cocina, y sin desviar su mirada abrió un cajón en la alacena, pasó sus dedos sigilosamente sobre cada uno de los instrumentos allí guardados. Una vez decidida, tomó firmemente entre su mano el objeto seleccionado. Cerró el cajón lentamente, agarró un trapo con su mano libre y limpió un diminuto conglomerado de agua junto al lavado, dejó el trapo en el mismo lugar que lo encontró mientras susurraba algo apenas perceptible. Salió de la cocina y en lugar de regresar a la habitación, se dirigió a la sala y se sentó en un diminuto butacón de madera ubicado al frente de la puerta principal, se sentó sutilmente, se privó de sus sandalias y se soltó la cabellera, dirigió su mirada hacia otro retrato donde un hombre vestido de gala le tomaba las manos y la besaba. Anastasia siguió susurrando –…que estás en el cielo, santificado sea…-, mirando a la entrada, retiró la blusa de maternidad que cubría su vientre. Palpo varias veces su vientre –calma, calma- susurraba con desaliento, tomó el instrumento seleccionado y comenzó a hacer una profunda incisión luego de haber hallado la franja más fina de piel. El cuchillo entró, el dolor partía su alma en dos, de un simple, forzado y ágil movimiento, rebanó su vientre desde el esternón hasta
14
|
su pelvis, borbotones de sangre descendían por sus muslos, se mordía los labios a tal punto que estos sangraban al igual que su vientre, pero aún así no interrumpía su procedimiento. Dejó caer el cuchillo entre sus piernas con suaves gemidos que liberaba con cada respiro que daba. Se limpió el sudor de sus manos con el blusón que llevaba, luego introdujo sus manos en el vientre, y con un solo brusco y fugaz movimiento sacó de sus entrañas a su habitante de cinco meses. Lo miró fijamente, ahí, en el centro de sus manos, y debido a toda la sangre pérdida durante el procedimiento, sin más energía lo dejó caer entre sus piernas tal como lo hizo con el cuchillo. Las campanas sonaron de nuevo, eran las seis de la tarde, la puerta de la sala se abrió y a su paso entraba el hombre del portarretrato. Se dió media vuelta, cerró la puerta, puso el cerrojo, prendió la luz cuyo interruptor se hallaba a cinco centímetros de la perilla. Se dió la vuelta de nuevo y se cristalizó ante la imagen que presenció. Respiro profundamente sin parpadear, apoyó su espalda contra la puerta y se dejó caer hasta quedar sentado frente a la imagen. Las mismas palabras que sonarían en su mente hasta el día de su muerte, él escuchó ésa noche- ¡Es tuyo! ¡Es tuyo!, ¡lo juro!-; tal y como él se lo había pedido diez horas antes en la mañana, Anastasia había partido.
|literaria|
Puntuación
POR: Tomás
N
o sabes lo feliz que me hace despertar cada mañana a tu lado. Verte descansar, mientras preparo mi café –porque a tÍ no te gusta; correr las cortinas para que la luz de la mañana ilumine tu piel; abrir las ventanas para que el viento haga bailar tu cabello; maquillar tu lindo rostro, desenredar la melena saliente de tu corona, vestirte con tu atuendo favorito y ponerte los zapatos de siempre. Trabajar es un deber, si no trabajara no podríamos vivir juntos. Mi corazón sufre, mis dientes muerden a sus vecinos del frente y mis ojos lloran por dejarte enclaustrada en la inmensidad de nuestro pequeño cuarto. Pasa el día y habitas en mi pensamiento, no te llamo para que el ring-ring no perturbe tu calma, sólo espero que caiga la noche para abandonar mi cubículo y reunirme contigo. *
Perdóname por llegar tarde pero hoy jugaba Colombia, no te llevé porque no te gusta el fútbol, pero ¡Ganamos! Es tarde, supongo que no quieres comer, nunca comes, para conservar tu figura. Quiero descansar, sin embargo el sueño huye de mí; mientras fumo el cigarrillo conciliador frente a la cama, me miras… expectante, quieta y muda, pero con suspicacia; por fin me recuesto a tu lado, te tomo entre mis brazos pero te siento muy fría, te cuento que, como todos los días, mucha gente pregunta por tÍ, por tu cuerpo y tu vida, pues desde la sobredosis que te llevó a aquel fatal coma profundo, nadie supo nunca más de tÍ, solo yo, que vivo a tu lado preservando nuestro amor –y tu cuerpo- hasta que nos reúna un punto final. “Tomás”
| 15
|literaria|
Esta serie de cuatro poemas nos susurra qué pasaría con los sueños, con los más ardientes sentimientos, con nuestros gritos internos si no se aguantara más, si simplemente nos dejáramos llevar…nos enfrenta a la muerte en todas sus formas: irónica, imperceptible y absurda; evoca escenarios que se dibujan inocentes, pero que se hacen crudos al punto de dejarnos en el silencio, en la angustia de aquello inaceptable que nos atraviesa las entrañas y nos refleja. Por. Laura Carvajal Antropología magniro7@hotmail.com
16
|
|literaria|
Si fuera una buena poeta Si fuera una buena poeta Le haría un réquiem a mi tristeza, No dejaría a las palabras Morir en tu honor. Si fuera una buena poeta No serían tan efímeras las flores Que nacieron sobre mi cadáver. Si fuera una buena poeta Ya no me importaría ser un cadáver Si fuera un buen cadáver Ya no me importaría ser poeta.
En memoria del olvido La llama me pierde, La vida ahora es burla, El amor muere, Y no hay manos que caben su tumba.
Lírica envenenada Miro la urna y digo por última vez: Voy a tirar sus cenizas al inodoro. No merece Un funeral digno, ese momento.
Miseria Las cosas son lo que son y nada más. No puedo construir ciudades en tu espalda La imaginación no me da ni para una ruina. No puedo regalarte con un beso una pregunta, No me alcanza la ternura. No puedo irme ni quedarme, No me alcanza el coraje. No puedo callar lo que temo, Lo que amo… No me alcanza la risa, Tampoco el llanto.
| 17
|traducción| Por: Carlos Andrés Ortiz Menjura Filología e idiomas (inglés) carlosvita79@hotmail.com
La morte E, ¿che cosa c’é, oltre l’aria quando non esiste piú?
El sentimiento que refleja este autor en cada línea es motivado por un universo blanco que apenas reconoce y camina poco a poco hacia la literatura, no solo en la lengua española sino en la inglesa, francesa e italiana.
potró forse trovarti e sentirti un’altra volta… ma, ¿che cambierá? ¿come ti troveró?, ¿come ti sentiró? é la morte soltanto un passo, uno nuovo… ci porterá oltre i confini ci avverterá di trovarci , di sentirci ma adesso soltanto mi riesco a sapere che oltre la notte, oltre l’invisibile c’é un abisso di energía l’Infinito che mi fa volare oltre la notte, oltre l’invisibile c’é un abisso di energía quella forza che mi fa restare stare adesso qui
18
|
|traducción|
La muerte
(Traducido por: El autor)
Y ¡qué cosa hay más allá del respiro cuando no existe ya? Podré tal vez encontrarte, e sentirte de nuevo… Pero ¿cómo cambiará? Como te encontraré? ¿cómo te sentiré? Es la muerte tan solo un paso, uno nuevo… Nos llevará más allá de los confines Nos anunciara que nos encontraremos que nos sentiremos Sólo ahora me arriesgo a saber que Más allá de la noche, más allá de lo invisible Hay un abismo de energía, el infinito que me hace volar Más allá, más allá de la noche Hay un abismo de energía, aquella fuerza que me hace quedarme Estar ahora aquí
| 19
|traducción| Traducido por: Carlos Andrés Ortiz Menjura
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi
Verrà la morte e avrà i tuoi occhi
questa morte che ci accompagna dal mattino alla sera, insonne,
de Cesare Pavese
sorda, come un vecchio rimorso
Cesare Pavese Importante escritor, traductor y crítico italiano, nacido en 1908 y fallecido a causa de su suicidio en 1950. Mediante sus escritos propuso temas sobre marxismo, idealismo, religión, etnología y psicología poco mencionados en la época. Sus escritos reflejaban su inmensa soledad, como el presentado a continuación que fue una creación motivada por la ausencia de su musa Constance Dowling, razón por la cual tiempo después se suicidó.
o un vizio assurdo. I tuoi occhi saranno una vana parola, un grido taciuto, un silenzio. Così li vedi ogni mattina quando su te sola ti pieghi nello specchio. O cara speranza, quel giorno sapremo anche noi che sei la vita e sei il nulla Per tutti la morte ha uno sguardo. Verrà la morte e avrà i tuoi occhi. Sarà come smettere un vizio, come vedere nello specchio riemergere un viso morto, come ascoltare un labbro chiuso. Scenderemo nel gorgo muti.
20
|
|traducción|
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos Esa muerte que nos acompaña
Vendrá la muerte y tendrá tus ojos
Del la mañana a la noche, sublime Sorda, como un viejo remordimiento O un vicio absurdo. Tus ojos serán una palabra vana Un grito sin voz, un silencio Así los ves cada mañana cuando Sobre ti misma te doblas ante el espejo. Oh querida esperanza Nosotros sabremos Que eres la vida y eres la nada Para todos, la muerte tiene una mirada Vendrá la muerte y tendrá tus ojos Será como abandonar un vicio Como ver en el espejo Resurgir un rostro muerto Como escuchar los labios cerrados Descenderemos en el vacío, mudo
| 21
|traducción| Por: Jesa
Egresado de filología e idiomas (francés)
Le dernier moment Para conservar su anonymato deja como huella para nosotros su seudónimo Jesa. Para esta ocasión el poeta plasma sobre sus versos, esa muerte invisible y también concreta…la que todos conocemos.
El último momento Traducido por : Jesie Lorena Ruiz Bernal Lingüística jesielorenar@gmail.com
22
|
|traducción| Le dernier moment
El último momento,
mes poumons étaient très épuisés
mis pulmones estaban ya agotados,
je respirais le dernier air;
respiraba el último aire;
mais, mes yeux étaient déjà fermés,
pero ya, mis ojos estaban cerrados
ils observaient des papillons
observando las mariposas de variados colores
des couleurs variées,
y los inmensos tapetes de hojas,
et les grands tapis des feuilles
indicando que se acercaba ya el final.
qui indiquaient que bientôt ce sera la fin.
Era en esa mañana que mi cuerpo
Ce matin-là, mon corps rendait le dernier soupir puisqu’il manquait peu d’heures
pues solo faltaban unas horas,
pour que tout soit achevé
para que todo acabara,
et le froid qui arrivait
y carcomiera mis huesos,
consumait mes os.
ese frío de nunca acabar.
Ce froid, couvrirait mon âme d’ombres suppliant qui arriverait très tard car seulement dans ce dernier moment il courrait les rivières de glaces qui s’évanouissaient entre les roches et les arbres vides de vie, mais pleins d’espoir
tomaba su último suspiro,
Frío que oscurecería mi alma, suplicando el calor que llegaría mucho tiempo después. Pues solo en ese último momento corrían ríos de hielo que se
desvanecían entre rocas y árboles vacíos de vida, pero llenos de esperanza
| 23
|traducción| Por: Juan David Cadena Literatura Correo: federicoalug@yahoo.com
Chapter two Listen: Billy Pilgrim has come unstuck in time. Billy has gone to sleep a senile widower and awakened on his wedding day. He has walked through a door in 1955 and come out another one in 1941. He has gone back through that door to find himself in 1963. He has seen his birth and death many times, he says, and pays random visits to all the events in between. He says. Billy is spastic in time, has no control over where he is going next, and the trips aren't necessarily fun. He is in a constant state of stage fright, he says, because he never knows what part of his life he is going to have to act next. Billy was born in 1922 in Ilium, New York, the only child of a barber there. He was a funny-looking child who became a funnylooking youth –tall and weak, and shaped like a bottle of Coca-Cola. He graduated from Ilium High School in the upper third of his class, and attended night sessions in the Ilium School of Optometry for one semester before being drafted for military service in the Second World War. His father died in a hunting accident during the war. So it goes. Billy saw service with the infantry in Europe, and was taken prisoner by the Germans. After his honorable discharge from the Army in 1945, Billy again enrolled in the Ilium School of Optometry. During his senior year
there, he became engaged to the daughter of the founder and owner of the School, and then suffered a mild nervous collapse. He was treated in a veteran's hospital near Lake Placid, and was given shock treatments and released. He married his fiancée, finished his education, and was set up in business in Ilium by his father-in-law. Ilium is a particularly good city for optometrists because the General Forge and Foundry Company is there. Every employee is required to own a pair of safety glasses, and to wear them in areas where manufacturing is going on. GF & F has sixty-eight thousand employees in Ilium. That calls for a lot of lenses and a lot of frames. Frames are where the money is. Billy became rich. He had two children, Barbara and Robert. In time, his daughter Barbara married another optometrist, and Billy set him up in business. Billy's son Robert had a lot of trouble in high school, but then he joined the famous Green Berets. He straightened out, became a fine young man, and he fought in Vietnam. Early in 1968, a group of optometrists, with Billy among them, chartered an airplane to fly them from Ilium to an international convention of optometrists in Montreal. The plane crashed on top of Sugarbush Mountain, in Vermont. Everybody was killed but Billy. So it goes.
24
|
While Billy was recuperating in a hospital in Vermont, his wife died accidentally of carbon-monoxide poisoning. So it goes. When Billy finally got home to Ilium after the airplane crash, he was quiet for a while. He had a terrible scar across the top of his skull. He didn't resume practice. He had a housekeeper. His daughter came over almost every day. And then, without any warning, Billy went to New York City, and got on an allnight radio program devoted to talk. He told about having come unstuck in time. He said, too, that he had been kidnapped by a flying saucer in 1967. The saucer was from the planet Tralfamadore, he said. He was taken to Tralfamadore, where he was displayed naked in a zoo, he said. He was mated there with a former Earthling movie star named Montana Wildhack. Some night owls in Ilium heard Billy on the radio, and one of them called Billy's daughter Barbara. Barbara was upset. She and her husband went down to New York and brought Billy home. Billy insisted mildly that everything he had said on the radio was true. He said he had been kidnapped by the Tralfamadorians on the night of his daughter's wedding. He hadn't been missed, he said, because the Tralfamadorians had taken him through a time warp, so that he could be on Tralfamadore for years, and still be away from Earth for only a microsecond. Another month went by without incident, and then Billy wrote a letter to the Ilium News Leader, which the paper published. It described the creatures from Tralfamadore. The letter said that they were two feet high, and green, and shaped like plumber's friends. Their suction cups were on the ground, and their shafts, which were extremely flexible, usually pointed to the sky. At the top of each shaft was a little hand with a green eye in its palm. The creatures were friendly, and they could see in four dimensions. They pitied Earthlings for being able to see only three. They had many wonderful things to teach Earthlings, especially about time. Billy promised to tell what some
|traducción|
of those wonderful things were in his next letter. Billy was working on his second letter when the first letter was published. The second letter started out like this: 'The most important thing I learned on Tralfamadore was that when a person dies he only appears to die. He is still very much alive in the past, so it is very silly for people to cry at his funeral. All moments, past, present, and future, always have existed, always will exist. The Tralfamadorians can look at all the different moments just the way we can look at a stretch of the Rocky Mountains, for instance. They can see how permanent all the events are and they can look at any moment that interests them. It is just an illusion we have here on Earth that one moment follows another one, like beads on a string, and that once a moment is gone it is gone forever. ‘When a Tralfamadorian sees a corpse, all he thinks is that the dead person is in bad condition in that particular moment, but that the same person is just fine in plenty of other moments. Now, when I myself hear that somebody is dead, I simply shrug and say what the Tralfamadorians say about dead people, which is "So it goes." And so on. Billy was working on this letter in the basement rumpus room of his empty house. It was his housekeeper's day off. There was an old typewriter in the rumpus room. It was a beast. It weighted as much as a storage battery. Billy couldn't carry it very far very easily, which was why he was writing in the rumpus room instead of somewhere else. The oil burner had quit. A mouse had eaten through the insulation of a cable leading to the thermostat. The temperature in the house was down to fifteen degrees, but Billy hadn't noticed. He wasn't warmly dressed, either. He was barefoot and still in his pajamas and a bathrobe, though it was late afternoon. His bare feet were blue and ivory. The cockles of Billy's heart, at any rate,
were glowing coals. What made them so hot was Billy's belief that he was going to comfort so many people with the truth about time. His door chimes upstairs had been ringing and ringing. It was his daughter Barbara up there, wanting in. Now she let herself in with a key, crossed the floor over his head calling, ‘Father? Daddy, where are you?’ And so on. Billy didn't answer her, so she was nearly hysterical, expecting to find his corpse. And then she looked into the very last place there was to look ¬which was the rumpus room. ‘Why didn't you answer me when I called?' Barbara wanted to know, standing there in the door of the rumpus room. She had the afternoon paper with her, the one in which Billy described his friends from Tralfamadore. ‘I didn't hear you’, said Billy. The orchestration of the moment was this: Barbara was only twenty-one years old, but she thought her father was senile, even though he was only forty six. Senile because of damage to his brain in the airplane crash. She thought that she was head of the family, since she had had to manage her mother's funeral, since she had to get a housekeeper for Billy, and all that. Also, Barbara and her husband were having to look after Billy's business interests, which were considerable, since Billy didn't seem to give a damn for business any more. All this responsibility at such an early age made her a bitchy flibbertigibbet. And Billy, meanwhile, was trying to hang to his dignity, to persuade Barbara and everybody else that he was far from senile, that, on the contrary, he was devoting himself to a calling much higher than mere business. He was doing nothing less now, he thought, than prescribing corrective lenses for Earthling souls. So many of those souls were lost and wretched, Billy believed, because they could not see as well as his little green friends on Tralfamadore. 'Don't lie to me, Father,' said Barbara. 'I know perfectly well you heard me when I called.' This was a fairly pretty girl, except that she had legs like an Edwardian grand piano. Now she raised hell with him about the
| 25
letter in the paper. She said he was making a laughing stock of himself and everybody associated with him. 'Father, Father, Father’ –said Barbara, 'what are we going to do with you? Are you going to force us to put you where your mother is?' Billy's mother was still alive. She was in bed in an old people's home called Pine Knoll on the edge of Ilium. 'What is it about my letter that makes you so mad?' Billy wanted to know. 'It's all just crazy. None of its true!' 'It's all true.' Billy's anger was not going to rise with hers. He never got mad at anything. He was wonderful that way. 'There is no such planet as Tralfamadore.' 'It can't be detected from Earth, if that's what you mean,' said Billy. 'Earth can't be detected from Tralfamadore, as far as that goes. They're both very small. They're very far apart.' 'Where did you get a crazy name like "Tralfamadore?", 'That's what the creatures who live there call it.' 'Oh God,' said Barbara, and she turned her back on him. She celebrated her frustration by clapping her hands. 'May 1 ask you a simple question?' 'Of course.' 'Why is it you never mentioned any of this before the airplane crash?' 'I didn't think the time was ripe.'
|traducción| ra y Robert. Con el tiempo, su hija Barbara se casó con otro optómetra y Billy lo inició en los negocios. Robert, el hijo de Billy, tuvo muchos problemas en la secundaria, pero luego ingresó a los famosos Boinas Verdes; sentó cabeza, se volvió un joven responsable y luchó en Vietnam.
Capítulo Dos Escuchen: Billy Pilgrim se ha desprendido del tiempo. Billy se ha ido a dormir como un viudo senil y se ha despertado en su día de bodas. Ha caminado a través de una puerta en 1955, para salir por otra en 1941; ha vuelto por la misma puerta, para encontrarse con él mismo en 1963. Ha visto su nacimiento y su muerte muchas veces, y presta visitas ocasionales a todos los eventos entre esos dos momentos. De acuerdo a sus palabras, Billy existe espasmódicamente en el tiempo, no puede controlar a dónde irá después y sus viajes no son necesariamente divertidos. Experimenta un constante estado de pánico escénico, según dice, porque nunca sabe en qué parte de su vida va a tener que actuar a continuación. Billy nació en 1922 en Ilium, New York, como hijo único de un barbero de la zona. Fue un niño de aspecto raro que se transformó en un joven de aspecto raro –alto y flojo, y con la forma de una botella de Coca-Cola. Se graduó de la Secundaria de Ilium entre el primer tercio de su clase, y asistió a sesiones nocturnas en la Escuela de Optometría de Ilium durante un semestre antes de ser reclutado para prestar el servicio militar en la Segunda Guerra Mundial. Su padre murió en un accidente de caza durante la guerra. La vida sigue .1 1
“The story [of Slaughter House Five]
Billy prestó servicio con la infantería en Europa, y fue tomado prisionero por los alemanes. Después de su destitución honorable del ejército en 1945, Billy ingresó de nuevo en la Escuela de Optometría de Ilium; durante su último año allí, se comprometió con la hija del fundador y propietario de la escuela, y luego sufrió de un colapso nervioso poco severo. Fue tratado en un hospital para veteranos cerca de Lake Placid; recibió terapia de shocks y fue dado de alta. Se casó con su prometida, terminó su educación y fue iniciado en los negocios en Ilium por su suegro. Illium es una ciudad particularmente buena para los optómetras, porque allí está la fundidora de la General Forge and Foundry Company; cada empleado debe tener un par de gafas de seguridad y llevarlas puestas en las áreas donde sucede el proceso de manufactura. GF&F tiene sesenta y ocho mil empleados en Ilium, lo que demanda una gran cantidad de lentes y monturas. La ganancia real está en las monturas Billy se hizo rico. Tuvo dos hijos, Barbacontinually employs the refrain So it goes... when death, dying and mortality occur, as a narrative transition to another subject, a memento mori, as comic relief and to explain the unexplained. It appears one hundred and six times” (Wikipedia entry for “So it goes in Slaughter House Five”). La expresión usada en inglés para este pasaje y los subsiguientes es So it goes, que significa, literalmente, “Así va eso”. Aquí he preferido conservar el sentido del refrán, que también puede ser entendido como “Déjalo correr” o “Son cosas que pasan” (N. del T.).
26
|
Al principio de 1968, un grupo de optómetras, entre los que estaba Billy, rentó un vuelo entre Ilium y Montreal, para asistir a la convención internacional de optómetras. El avión se estrelló en la cima de la montaña Sugarbush en Vermont. Todos murieron, excepto Billy. La vida sigue. Mientras Billy se recuperaba en un hospital de Vermont, su esposa murió accidentalmente por envenenamiento con monóxido de carbono. La vida sigue. Cuando Billy finalmente volvió a casa después del accidente aéreo, estuvo silencioso un tiempo. Tenía una cicatriz terrible que atravesaba toda la parte superior su cráneo. Nunca volvió a practicar la optometría. Tenía un ama de llaves y su hija venía a visitarlo casi todos los días. Luego, sin previo aviso, Billy fue a la ciudad de New York, y se enfrascó en las charlas de un programa de radio nocturna. Allí habló sobre cómo se había desprendido del tiempo. También dijo que había sido secuestrado por un platillo volador en 1967. El platillo venía del planeta Tralfámador –dijo. Fue llevado a Tralfámador, donde lo exhibieron desnudo en un zoológico y allí –siguiólo aparejaron con una antigua estrella de cine terrestre, llamada Montana Wildhack. Algunos trasnochadores de Ilium escucharon a Billy en la radio y uno de ellos llamó a su hija. Barbara estaba furiosa; ella y su esposo fueron hasta New York y trajeron a Billy de vuelta a casa. Éste insistió tímidamente en que todo lo que había contado en la radio era cierto. Dijo que había sido secuestrado por los tralfamadorianos en la noche de bodas de su hija. Según afirmó, nadie lo había extrañado, porque los tralfamadorianos se lo habían llevado a través de un doblez en el tiempo, de tal modo que
|traducción| pudo estar en Tralfámador durante años sin haberse ausentado de la Tierra por más que un microsegundo. Pasó un mes más sin incidentes y luego Billy escribió una carta al News Leader de Ilium. El periódico la publicó; en ella eran descritas las criaturas de Tralfámador. La carta decía que los tralfamadorianos tenían dos pies de alto, eran verdes y tenían forma de bomba para inodoro2 . La parte cóncava para la succión se apoyaba en el suelo, mientras los mangos, especialmente flexibles, generalmente se erguían apuntando al cielo; en el extremo de cada mango erecto había una pequeña mano con un ojo verde en la palma. Las criaturas de Tralfámador eran amistosas, podían ver en cuatro dimensiones y sentían lástima de los terrícolas porque sólo pueden ver en tres. Tenían muchas cosas maravillosas que enseñarle a los seres terrestres, especialmente sobre el tiempo. Billy prometía contar algunas de estas cosas maravillosas en su siguiente carta. Billy aún estaba trabajando en su segunda carta cuando la primera fue publicada. La segunda carta empezaba así: ‘La cosa más importante que aprendí en Tralfámador, fue que cuando una persona muere sólo nos parece que muere. Ésta sigue definitivamente viva en el pasado, por lo que resulta bastante tonto llorar en su funeral. Todos los momentos, pasado, presente y futuro, han existido siempre y por siempre existirán. Los tralfamadorianos pueden ver todos estos diferentes momentos exactamente de la misma forma en que nosotros podemos, por ejemplo, ver un tramo extendido de las Montañas Rocallosas. Ellos pueden comprobar cuán permanentes son todos los momentos y ver cualquiera de ellos en el caso de que les interese. Es sólo una ilusión gene2
K. Vonnegut usa la expresión Plumber´s friend, usada para referir lo que en español se conoce como “bomba de inodoro”. La traducción literal, “amigos del fontanero”, mantiene, sin embargo, un doble sentido en el que el utensilio se humaniza. He conservado aquí la traducción figurada, con el fin de no perder toda referencialidad al objeto concreto para el lector hispanohablante (N. del T.).
ralizada en la Tierra creer que cada momento sigue a un momento anterior, como abalorios en un cordel, y que una vez que un momento se ha ido lo hace para siempre.
al borde de la histeria; esperaba encontrar su cadáver de repente, hasta que buscó en el último de los lugares en los que podía buscar: el cuarto de juegos.
‘Cuando un tralfamadoriano ve un cadáver, todo lo se le ocurre es que la persona muerta está en malas condiciones en ese momento particular, pero también que permanece saludable en un montón de otros momentos. Ahora, cuando yo mismo escucho que alguien ha muerto, simplemente me encojo de hombros y contesto lo que en Tralfámador se dice sobre la gente muerta, “La vida sigue”.
‘¿Por qué no me contestaste cuando llamé?’, le preguntó Barbara, parada en la puerta del cuarto, en el sótano. Llevaba el periódico de la tarde consigo, en el que Billy describía sus amigos de Tralfámador.
Y así seguía. Instalado en el cuarto de juegos, en el sótano de su casa vacía, Billy trabajaba en su carta; era el día libre de su ama de llaves. En el sótano había una vieja y monstruosa máquina de escribir; pesaba tanto como una batería de acumulación y Billy no podía cargarla con facilidad hasta muy lejos, por lo que, entre tantos otros lugares, había acabado escribiendo en aquel cuarto de juegos. Un ratón había devorado el aislamiento en lo cables del termostato, averiando el calentador de petróleo; la temperatura en la casa no era mayor a quince grados, pero Billy no lo había notado aunque ni siquiera estaba bien abrigado. Iba descalzo y vestía sólo su piyama y una bata, pese a que ya estaba bien avanzada la tarde y sus pies desnudos tenían el color del marfil azulado. De cualquier manera, el centro del corazón de Billy era una brasa ardiente. Lo que le daba tal calor, era la certeza de que iba a reconfortar a mucha gente diciendo la verdad sobre el tiempo. La campanilla en la puerta de la planta superior había estado sonando interminablemente; era su hija Barbara allí arriba, intentando entrar. Finalmente pudo penetrar, usando una llave de repuesto; cruzó el suelo sobre la cabeza de Billy, llamando ‘¿Padre? ¿Papi, dónde estás?’ una y otra vez. Que su padre no le contestará la llevó
| 27
‘No te oí’, dijo Billy. La imagen completa de aquel momento era ésta: Barbara sólo tenía veintiún años, pero creía que su padre estaba senil, incluso pese a que sólo tenía cuarenta y seis. Senil, debido a algún tipo de daño cerebral ocasionado en el accidente de avión. También pensaba que era la cabeza de familia, ya que había debido organizar el funeral de su madre, y encontrar una ama de llaves para Billy, y todo eso. Además, ella y su esposo habían tenido que proteger y administrar los intereses financieros de Billy, que eran considerables, ahora que al mismo Billy ya no le importaban un demonio los negocios. Cargar con toda esta responsabilidad, en una edad tan temprana, la había convertido en una tirana antipática y Billy, mientras tanto, había tratado de conservar algo de su dignidad y de convencer a Barbara y a todos los demás de que no estaba en absoluto senil y que, por el contrario, se estaba entregando a una vocación mucho más altruista que los simples negocios. Ahora –pensaba Billy- no estaba haciendo nada menos que prescribir lentes correctivos para las almas terrestres. Creía que muchas de esas almas estaban destrozadas y perdidas, sólo porque eran incapaces de ver tan bien como sus pequeños amigos verdes de Tralfámador. ‘No me mientas, padre’, dijo Barbara. ‘Sé perfectamente que me escuchaste cuando llamé’. Era una muchacha aceptablemente atractiva excepto por sus piernas, grandes como un piano de cola, y ahora hacía un escándalo terrible porque su padre había publicado aquella carta en el periódico;
|traducción|
decía que se estaba convirtiendo a sí mismo y a todos los que lo rodeaban en un hazmerreir. ‘Padre, padre, padre’ –dijo Barbara, ‘¿Qué vamos a hacer contigo? ¿Vas a forzarnos a ponerte en donde está tu madre?’. La madre de Billy todavía vivía; descansaba en la cama de un ancianato llamado Pine Knoll, en los confines de Ilium. ‘¿Qué hay en mi carta que te enfurece tanto?’, quiso saber Billy. ‘Es completamente desquiciada ¡Nada en ella es cierto!’ ‘Es completamente verdadera’. La ira de Billy jamás se igualaría a la de ella, nada lo irritaba nunca; eso era encantador en él. ‘No hay ningún planeta llamado Tralfámador’
28
|
|traducción|
‘No puede ser detectado desde la Tierra, si eso es a lo que te refieres’, dijo Billy. ‘Para el caso no importa, porque la Tierra tampoco puede ser detectada desde Tralfámador. Ambos son muy pequeños. Ambos están demasiado alejados entre sí’. ‘¿De dónde sacaste un nombre tan absurdo como “Tralfámador”?’. ‘Así es como lo llaman las criaturas que viven allí’. ‘Oh, por Dios’, dijo Barbara, y le dio la espalda a Billy mientras celebraba su frustración con aplausos. ‘¿Te puedo hacer una simple pregunta?’ ‘Pero claro’ ‘¿Por qué nunca mencionaste esto antes del accidente en el avión?’ ‘No creí que el momento fuera oportuno’
| 29
|personajes| Por: Anónimo
L
El origen de la melancolía “No fui en la infancia como los otros, ni nunca vi cómo los otros vieron. Mis pasiones yo no podía hacer brotar de fuentes iguales a las de ellos, y era otro el origen de mi tristeza, y era otro el canto que despertaba mi corazón para la alegría. Todo lo que amé lo amé solo, así, en mi infancia, en el alba de mi tormentosa vida, irguiose, desde el fondo de todo bien o todo mal, desde cada abismo, encadenándome, el misterio que envuelve mi destino…” EDGAR ALLAN POE
as llamas del teatro Richmond jamás serían apagadas del corazón del pequeño, los recuerdos de la infancia se fosilizaban en el alma, los gritos perdurarían en el vientre con ecos eternos, las lágrimas volverían en cada mañana de lluvia pasajera, y finalmente la ausencia dejaría un inmenso vacío en donde con el correr del tiempo crecería el musgo de la melancolía, enfermedad que acompañaría a Edgar Allan Poe durante el transcurso de su trágica vida. Su extensa producción literaria, siempre delimitada por un aura de tristeza, nostalgia y fatalidad, puede facilitarnos una idea poética de lo que fuese su habitar en el mundo; pero si tomamos en nuestras manos un profundo recorrido por las chacras de su existencia, ¿podríamos acaso verlas reflejadas tangiblemente en sus obras?, es decir, ¿hasta qué punto la literatura oscura y solitaria es producto de las estrechas y dolorosas condiciones de supervivencia del autor?, ¿acaso la desdicha y la nostalgia subieron a los cielos y devoraron vivas a las virginales musas de Virgilio y Petrarca?, ¿o estamos acaso frente a un ser extraordinario, que de la mano inexistente de Lord Byron, logró que de las más ínfimas condiciones de miseria del ser humano, brotara la hermosura? Como la flor que crece en el fango y el gusano que se proyecta en mariposa, de esta manera, Poe moldeó su vida en palabras con las manos ensangrentadas, amasó el barro de su existencia con lágrimas y temores, y finalmente lo dio por alma y corazón los dos estados más frecuentes de su vida, soledad y ebriedad, respectivamente, obteniendo por resultado su eterna comunión con la poesía. Al leer una obra, no solo se percibe la producción del autor, su intención o su riqueza intelectual, una poesía, es una pequeña puerta al inmenso océano de emociones y sentimientos del ser humano que se oculta tras de letras. “Berenice y yo éramos primos y crecimos juntos en mi casa solariega…y en un desdichado instante le hablé de matrimonio”1 . A simple vista, esta peque1
POE Edgar Allan, BERENICE. Narra-
ciones extraordinarias.
30
|
|personajes|
ña frase, tan solo representa, una inspiración romántica más del autor, pero detrás de “Berenice”, fantástico cuento escrito en 1835, se esconde la más relevante historia de amor en la vida del autor. Tal es el caso de su estrecha relación con Virginia Poe, que a semejanza de su máxime ídolo Byron y su hermanastra Augusta, representaba una relación incestuosa y por lo tanto prohibida para los enamorados. “Berenice” representa un pequeño espejo del verdadero amor de Poe, de su reencuentro con la muerte que regresa a arrebatarle otro ser querido, de un nuevo odio a la vida y de su eterno hundimiento en la melancolía. El transparente rostro de una mujer minada por la tuberculosis, su debilidad, los malsanos colores que encendían sus mejillas, el reclinar la cabeza y el morir en silencio, son actitudes y temas románticos que dominaban perfectamente los escritores del siglo XIX y que en las obras de Poe tiene nombre propio como Ligiea, Morella, Lady Rowena, Berenice, Madelline Usher y tantos otros. “No hay nada más poético que la muerte de una mujer”.2 Pero, es quizás, “Ulalume” su máximo ascenso poético a las cúspides de la nostalgia. “los cielos estaban cenicientos y lúgubres. Los follajes crispados y huraños. Las hojas marchitas y secas. Era una noche del solitario octubre, del más inmemorial de los años. Fue cerca del oscuro lago de Áuber, en el bosque embrujado de Weir”. 3 La descarnada soledad se impregna en la silenciosa ausencia que deja la muerte, enemigo principal del hombre y luchadora incansable en busca de la infelicidad. “Y yo dije: ¿qué lees dulce hermana, en la puerta de esa legendaria tumba?, y ella dijo: ¡Ulalume, Ulalume esta es la tumba de tu perdida Ulalume!. Sentí mi corazón lúgubre y yerto, como cuando las hojas se crispaban, como cuando las hojas estaban marchitas y secas. Y yo grité: ¡será seguramente octubre!. Fue una noche idéntica, hace un año, cuando viajé, cuando descendí hasta aquí…llevando
la terrible carga…”4 La mujer en medio de la tormenta, la frágil hermosura de la debilidad inconmensurable, la debilidad que no sufre, si no que se resigna tranquilamente a la muerte. Pero su “necrofilia femenina” no es solo una pose artística, el autor hunde profundamente sus raíces en una personal y dolorosa experiencia, ya que ha visto desaparecer a casi todas las mujeres de su vida, la muerte le ha arrebatado en una cruel sucesión, a su madre, a su madre adoptiva Frances Allan, y a Virginia, la frágil esposa-niña y la causa de todos estos decesos ha sido siempre la misma, la tuberculosis. Sin embargo la presencia femenina continua allí, intacta, el poeta busca compensar en su creación aquella carencia femenina, aquellos crueles arrebatados del trágico destino que le ha sido impuesto. “Vagaba yo en soledad con mi alma; de cipreses, con Psiquis,5 mi alma” . De esta manera crea una presencia femenina en su interior, cuya compañía, no mengua, pero si comparte fraternalmente su melancólico caminar. “Así, calmando a Psiquis, la besé, intenté alejar su melancolía y vencí sus escrúpulos y tristezas” 6 El hombre es incapaz de desprenderse completamente del dolor, que rememora su felicidad, que pone los pies sobre la tierra y le recuerda la fragilidad de su existencia, el dolor dulce que le hace seguir vivo, el dolor humano que en sí mismo es un fuerte pilar de la esencia de la vida del hombre. El tiempo y el dolor. ¿Pero cómo sobrevivir a tan terribles obstáculos? El poeta prolongando su vida abrasad por la melancolía, el hombre en busca de la tranquilidad que tan bruscamente le fue arrebatada en el momento de hacer e ingresar al mundo de las alegrías esporádicas. ¿Cómo sustituye el ser humanó la carencia de placer? ¿Cómo lo hace un poeta? “Poéticamente habita el ser huma4
POE Edgar Allan. Ulalume. Antología
POE, Edgar Allan. Filosofía de la
5
composición.
poética.
3
6
POE, Edgar Allan. Filosofía de la
composición.
“la misma creación, gozo de los poetas más doloridos, era para mi angustia más que redención”10 . Su vida reflejada en las letras, más que un canal de escape a la realidad, era un motivo más de pena, eral prueba tangible de su miseria, al leerlas Poe no era el mismo que en medio de la excitación mental se arrancaba el corazón y lo plasma 7 8
Hölderlin, Antología poética. POE Edgar Allan. Ulalume. Carta de
defensa, 1848.
poética.
2
no” 7. La poesía es la estación más sublime de la humanidad, la dimensión más elevada de las emociones humanas, el alma solitaria al desnudo, sin protección contra el hombre que busca devorar al hombre. “no encuentro precisamente ningún placer en los estimulantes a los que me entrego con frecuencia tan vehementemente. No es en verdad por amor al placer por lo que he expuesto a la ruina mi vida, mi reputación y mi razón”8 . Pero las oscuras cavernas en donde Poe se oculta de sus incesantes verdugos, infieren en él un terror aún más profundo, reflejan en sus espectrales relatos, que describen detalladamente sus refugios imaginarios, las calles que recorre inconsciente y destrozado a la mitad de la noche, las casa llenas de odio y dolor en donde su espíritu vaga bajo espesas nubes de alucinaciones, y las personas que ama y por las cuales lucha cuerpo a cuerpo con la miseria, moviendo sus labios para mascullar oscuras maldiciones junto a ardientes plegarias, no reza por si mismo, pues se siente y se declara condenado, sino por la felicidad de aquellos que en aquel momento son objeto de su idolatría, o absorto en la contemplación de su corazón devorado por inexplicables angustias, yerra, con el rostro nublado por sombríos pensamientos, desafiando desencadenados huracanes, durante toda la noche, con las ropas destrozada y ambos brazos agitándose en el viento y en la lluvia. “Esto no es nada, sino un sueño; sigamos su trémula luz, sigamos bañándonos en su cristalina luz”9 .
POE Edgar Allan. Ulalume. Antología
9
POE Edgar Allan. Ulalume. Antología
poética POE Edgar Allan. Ulalume. Antología
10 Panini.
poética.
| 31
POE Edgar Allan. Juicio Universal.
|personajes| ba sobre el papel. Ahora era el ser humano, contemplando sobrio las podridas paredes de tristeza que habían invadido su vientre, observando su cuerpo en el espejo real y no el tergiversador que cada día le regalaba un rostro tranquilo que iba envejeciendo con el transcurrir da las horas en medio de la soledad. Y sale a la luz el origen de su obra, la fuente de inspiración de sus desgarradoras narraciones, salpicada siempre con un matiz de romanticismo frustrado, la musa de la melancolía que nació con él en aquel enero de 1809 tras las bambalinas del promiscuo teatro impregnado de alcohol y tabaco, la musa que le acompañó en sus primeros años mientras comenzaba a ver, hablar y caminar sobre los bamboleantes carromatos de las compañías teatrales; la musa que le recordaba, durante las noches burguesas en la casa adoptiva, a sus padres ardiendo en llamas; la musa que se introdujo en el interior de las mujeres moribundas provocándole una insaciable atracción, la musa que le invitaba infinitas botellas de licor cada noche y le acompañaba hasta el delirio, la musa que como el ave fénix renacía cada día para arrancarle las lágrimas en forma de letras y que finalmente decidió dormir a su lado bajo el nombre de “ Ulalume” mientras su cuerpo se podría en una húmeda fosa en medio de la inopia absoluta. Edgar ha muerto, pero “Ulalume”, despierta a cada instante, renace al escuchar el leve susurro de un libro que se abre con fervor, porque en los libros de su amado está en forma de él, y ella ha sido la encargada de proteger el valioso tesoro de esa vida consumada, de ingresar perenne en el interior de la persona que le perciba y extasiarle de nostalgia y hermosura, porque la fuerza de un espíritu que sobrevivió en medio de sentimientos tan intensamente humanos y que logró plasmarlos tangiblemente, jamás morirá mientras exista alguien que los tome entre sus manos y consiga reflejarse en ellos.
32
|
|personajes|
| 33
|personajes|
ULALUME Los cielos estaban cenicientos y lúgubres Los follajes crispados y huraños Las hojas marchitas y secas
Cuando el cuadrante astral señala la mañana
Era una noche del solitario octubre,
Al fin de nuestra senda
Del más inmemorial de los años
Un lácteo fulgor nacido
Fue cerca del lago de Áuber, en la región brumosa de Weir
Fuera del cual un milagro creciente
Junto a la ciénaga brumosa de Áuber
Se alza con doble cuerno:
En el bosque embrujado de Weir.
El creciente diamantino de Astarté
A través de un paseo titánico de cipreses
Claro y con un doble cuerno.
Vagaba yo en soledad con mi alma.
Y le dije: “es más tibia que Diana”:
De cipreses, con psiquis, con mi alma.
Flota en un éter de suspiros,
Mi corazón era entonces volcánico,
Ríe en una región de suspiros;
Como en las escorias que ruedan en los ríos,
Ella ha visto que las lágrimas no se secan,
Como las lavas que ruedan intranquilas En las sulfúreas corrientes de Yaanek, en los últimos climas del polo Que gimiendo mientras estaban paralizados y marchitos;
Aquellas mejillas donde los gusanos nunca mueren, Y ha pasado por las estrellas del León Para señalarnos la senda de los cielos
Nuestros recuerdos, inquietos y gastados,
De la paz leteana del cielo
Pues no sabíamos que el mes era octubre
Sube a pesar del León
Ni advertíamos la noche del año
Brillando sobre nosotros con su mirada confiada,
(¡Ah noche entre todas las noches del año!)
Sube sin temer el cubil del León,
no vimos el oscuro lago de Áuber
¡Con amor en sus ojos radiante!
(Aunque ya habíamos bajado por allí)
Pero psiquis, levantando su dedo dice:
no recordamos la húmeda ciénaga de Áuber
“de esa estrella oh mortal desconfía
ni el bosque embrujado de Weir.
de su extraña palidez yo desconfío
Y entonces, cuando la noche envejecía
34
|
|personajes|
¡Oh! Apresúrate, no meditemos ¡Oh! Vuela, ven huyamos, debemos hacerlo”.
Cuando viajé, cuando descendí hasta aquí… Llevando una terrible carga
Aterrorizada habló dejándome hundirme con ella
¡Aquella noche, aquella noche del año!
Las plumas se arrastraban por el polvo Todavía ellos apesadumbradamente, las arrastraban por el polvo
¡Oh! ¡qué demonio me trae hasta aquí? Reconozco la ciénaga de Áuber
Yo contesté: esto no es nada sino un sueño
Y la región de Weir
Sigamos su trémula luz,
¿bien conozco ahora que esta es la ciénaga de Áuber
Sigamos bañándonos en su cristalina luz,
y aquel embrujado bosque de Weir!
En su sibilino esplendor está brillando La esperanza y la belleza de esta noche ¡Veo sus alas subir al firmamento a través de la noche! Confiémonos en su resplandor Que no puede sino guiarnos con acierto Cuando sube al cielo en medio de la noche Así, calmando a Psiquis la besé, Intenté alejar su melancolía
EDGAR ALLAN POE
Y vencí sus escrúpulos y tristeza Pero estábamos parados a la puerta de una tumba Cerca de la puerta a una legendaria tumba Cerca de la puerta de una legendaria tumba Y yo dije: ¿qué lees dulce hermana en la puerta de esa legendaria puerta? Y ella dijo: Ulalume, Ulalume, es la tumba de tu perdida Ulalume Sentí mi corazón lúgubre y yerto Como cuando las hojas estaban marchitas y secas Y yo grité, ¡será seguramente octubre! Fue una noche idéntica, hace un año
| 35
|personajes| Por: Anónimo
El día que me volví
INVISIBLE Me acuerdo de aquellos calendarios grandes, unos primores, ilustrados con imágenes de los santos que colgábamos al lado del tocador: ya no hay nada de eso, todas las cosas antiguas han ido desapareciendo y yo, también me fui borrando sin que nadie se diera cuenta. Primero me cambiaron de alcoba, pues la familia creció, después me pasaron a otra más pequeña, aún acompañada de mis bisnietas, ahora ocupo el cuarto de los trebejos, el que está en el paso de atrás. Prometieron cambiarle el vidrio, pero se les olvidó y todas las noches por ahí se cuela un airecito helado que aumenta mis dolores reumáticos. Desde hace mucho tiempo tenía intenciones de escribir, pero me he pasado semanas buscando un lápiz y cuando al fin lo encontraba, yo misma volvía a olvidar donde lo había puesto: a mis años las cosas se me pierden fácilmente: claro que es una enfermedad de ellas, de las cosas, porque yo estoy segura de tenerlas, pero siempre desaparecen. La otra tarde caí en cuenta de que mi voz también ha desaparecido. Cuando les hablo a mis nietos o a mis hijos no me contestan, todos hablan sin mirarme como si yo no estuviera con ellos escuchando atenta a lo que dicen, a veces intervengo
36
|
|personajes|
en la conversación, segura de lo que voy a decirles, no se les ha ocurrido a ninguno que les van a servir mucho mis consejos, pero no me oyen, no me miran, no me responden, entonces llena de tristeza, me retiro a mi cuarto, antes de tomar la taza de café; lo hago así, de pronto, para que comprendan que estoy enojada, para que se den cuenta que me han ofendido y vengan a buscarme y me pidan perdón. Pero nadie viene. El otro día les dije, que cuando me muera, entonces ahí si me iban a extrañar y el nieto más pequeño, dijo, y es que estás viva abuela?...les cayó tan en gracia, que no paraban de reir, tres días estuve llorando en mi cuarto, hasta que una mañana entró uno de los muchachos a sacar unas llantas viejas y ni los buenos días me dio, fue entonces cuando me convencí que también soy INVISIBLE.
rarlos, cuando arrancaron y el auto desapareció envuelto en el bullicio, comprendí, que no estaba invitada, tal vez porque no cabía en el auto, o que mis pasos tan lentos impedirían que todos los demás corretearan a su gusto por el bosque. Sentí clarito como mi corazón se encogió, la barbilla me temblaba como cuando uno ya no aguanta más las ganas de llorar. Vivo con mi familia y cada día me hago más vieja, pero cosa curiosa, ya no volví a cumplir años, nadie me los recuerda, todos están tan ocupados…yo los entiendo,
Me pongo de pie en medio de la sala, para ver si aunque sea estorbo me miran, pero mi hija sigue barriendo sin tocarme, los niños corren a mi alrededor de un lado a otro, sin tropezar conmigo. Cuando mi yerno se enfermó, tuve la oportunidad de serle útil, le llevé un té especial que yo misma preparé, solo estaba viendo televisión y ni un parpadeo. Me indicó que no se daba cuenta de mi presencia, el té poco a poco se fue enfriando, mi corazón también. Un viernes se alborotaron los niños y me vinieron a decir que al día siguiente nos iríamos todos de día de campo, me puse muy contenta ¡hacía tanto tiempo que no salía y menos al campo! El sábado fui la primera en levantarme, quise arreglar las cosas con clama, los viejos nos tardamos mucho en hacer las cosas, así que me tomé mi tiempo para no retrasarlos, al rato entraban y salían de la casa corriendo y ponían bolsas y juguetes en el carro, yo estaba lista y muy alegre, me paré en el zaguán a espe-
ellos si hacen cosas importantes, ríen, gritan, sueñan, lloran, se abrazan, se besan: yo ya no sé a qué saben los besos, antes besuqueaba a los chiquitos, era un gusto enorme el que me daba, tenerlos en mis brazos como si fueran los míos, sentía su piel tiernita y su respiración dulzona, muy cerca de mí. La vida nueva se metía como un soplo y hasta me daba por cantar canciones de cuna que nunca creí recordar. Pero un día mi nieta Laura que acababa de tener un bebé dijo que
| 37
no era bueno que los ancianos besaran a los niños por cuestiones de salud: ya no me les acerco más, no fuera ser que les pasara algo malo a causa de mis imprudencias ¡tengo miedo de contagiarlos!... Sin embargo, aunque los quiero mucho, voy a causarles un último contratiempo, mañana que es domingo y no están atareados se encontrarán con una gran sorpresa. Ya tengo en mis manos, el frasco de pastillas que me voy a tomar y no lo suelto porque con eso de que todo se me pierde. Lo haré en la sala, para que me encuentren pronto, Dios quiera que tenga dinero para mi ataúd y no guarden de mí un mal recuerdo, yo los bendigo a todos y los perdono, porque, qué culpa tiene los pobres de que yo me haya vuelto INVISIBLE? Les dejaré este papel para que tomen sus precauciones, con tantas cosas que se inventan hoy, estoy segura que habrá algo que puedan comprar, para que siempre sean vistos y escuchados; para que el día de mañana no tengan que morirse estando muertos desde antes…como yo…
38
|
Jaque Mate | 39
FE DE ERRATAS Estimados lectores de la revista ANONYMA. Nos disculpamos con todos ustedes, y en especial con el profesor NOEL OLAYA PERDOMO, por la información errónea que aparece en el apellido del profesor, en el título de la entrevista que aparece en la página 35 del número 4 de la revista Anonyma de 2006. Rectificamos aquí el segundo apellido del profesor y esperamos continuar con esmero y más cuidado en el proceso de la edición de cada una de nuestras publicaciones. Les agradecemos su interés por nuestra revista y los invitamos a unirse al grupo editorial Anonyma, ya sea participando en los diferentes comités de redacción o enviándonos sus escritos, fotos e ilustraciones al correoanonymaun@hotmail.com.
Cordialmente,
GRUPO EDITORIAL REVISTA ANONYMA
40
|