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Seguridad patrimonial, actividad estratégica en minería

El sector minero-metalúrgico en México es uno de los más importantes a nivel mundial, toda vez que el valor de su producción alcanzó los 15 mil 751 millones de dólares en 2022. El oro fue el principal producto, con 30.6% del valor total de la producción nacional. Le siguió el cobre con 27.2%; y la plata con 17.6%; todo lo anterior según el último informe de la Cámara Minera de México (CAMIMEX).

El principal desafío es el Ambiente, Social y Gobernanza (ESG), que se mantiene en el primer lugar desde el 2022. Las empresas mineras están adoptando políticas internas para abordar cuestiones sociales, de liderazgo y de cuidado ambiental. Los inversores cada vez exigen mayor transparencia en la presentación de dichas políticas y en la forma en que las compañías reportan sus actividades.

A diferencia del offshoring –el cual busca costos más bajos o mano de obra más barata, aunque las ubicaciones estén más lejos–, del que también se ha visto beneficiado México, el nearshoring supone una mayor oportunidad para nuestra economía, debido a su estratégica ubicación geográfica.

Actualmente, México tiene acuerdos con 51 países –entre ellos Estados Unidos y Canada, por el T-MEC–. Además de ser el cuarto exportador mundial de vehículos ligeros, es el principal fabricante de pantallas planas y el sexto proveedor de la industria aeroespacial estadounidense, entre otros rubros.

Sin embargo, la inseguridad es una amenaza para las empresas que buscan reubicarse en nuestro país. De acuerdo al Sondeo de Seguridad Empresarial en México 2022, realizado por la American Chamber México (AmCham), casi 40% de sus agremiados consideran que su operación es insegura, debido a la delincuencia.

En ese sentido, para el 64% de las empresas encuestadas, su mayor preocupación es la inseguridad en el transporte de carga. Este rubro es seguido por la seguridad para los empleados y la familia, con un 63%; el 76% consideró que la ilegalidad y corrupción de las autoridades afecta a la seguridad.

En este panorama, las empresas de seguridad privada representan una solución. Son una respuesta acorde a las necesidades para las compañías extranjeras que buscan aprovechar la cercanía de México con Estados Unidos.

Sin embargo, es necesario dejar muy en claro que los proveedores de seguridad privada deben estar legalmente constituidos, así como cumplir con la normativa vigente, además de contar con personal altamente capacitado, toda vez que persisten empresas “patito” que ofrecen servicios de seguridad, pero en realidad son un riesgo para los contratantes.

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