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Un transporte sin movimiento

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Un transporte sin movimiento

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El movimiento es una esencia del ser humano, a diferencia de algunos organismos, como las plantas, nuestra naturaleza nos exige que nos traslademos de un lugar a otro para realizar la gran

Por Emilio A. Alcalá mayoría de nuestras actividades. Sin duda Granados es una tragedia el no CATEDRÁTICO FACPYA UANL poder moverse, pero es una lástima ser una ciudad sin infraestructura para trasladar a su población o peor aún permitir un servicio de transporte que contamina en exageración, que se encuentra en pésimas condiciones y que descaradamente exige una alta remuneración.

Los pobladores del área metropolitana de Monterrey lidian diariamente con una red de camiones urbanos que ofrecen un servicio de mala calidad a un costo alto y que incluso amenaza con subir más sus tarifas. Esta situación se ha convertido en un gran problema que ha evidenciado al Gobierno del Estado, pues los transportistas han suspendidos labores en dos ocasiones afectando a miles de usuario en esas fechas.

Para tener una mejor perspectiva de los problemas de transporte público en la metrópoli de Monterrey, primero se debe entender cómo se encuentra estructurado este sistema. Las rutas de autobuses urbanos en Monterrey son operadas exclusivamente por un grupo de aproxima-

Junio 2019

damente ocho integrantes, empresas familiares y sindicatos. Los otros medios de transporte que posee esta urbe operan de manera distinta, pues el Metro es una empresa descentralizada del Gobierno Estatal y la Ecovía es totalmente controlado y administrado por parte del Gobierno del Estado de Nuevo León.

La crisis del problema en el servicio de los autobuses sólo ha evidenciado la pobre visión de negocio por parte de los propietarios de las rutas y la falta de exigencia por parte de las autoridades, olvidando que el transporte es crucial para generar inversión en la ciudad, y mostrando una despreocupación de los problemas de la ciudadanía. Ahora bien, el mismo gobierno de la entidad ha propuesto comprar autobuses y ofrecer rutas, pero, ¿será está decisión correcta? ¿Es benéfico que el estado se encargue totalmente de los servicios de transporte público?

Si tomamos como referencia ciudades donde destaca su transporte público como Ámsterdam o Tokio, podríamos mencionar que lo ideal sería tener un transporte donde se opere vía empresas privadas e incluso algunas siendo propiedad del Gobierno. Por ejemplo, Gemeentelijk Vervoerbedrijf es la principal empresa que brinda servicio de metro, tranvía, ferry y autobús en Amsterdam, esta compañía es privada pero su propiedad pertenece al Municipio de esa ciudad. En la ciudad japonesa, la situación es bastante similar, sus principales líneas de metro y autobuses son manejadas por empresas que pertenecen al departamento de Transporte del Gobierno Metropolitano de Tokio.

No obstante, el área metropolitana de Monterrey tiene alrededor de 4 millones 700 mil habitantes

por lo cual sería inapropiado tomar como referencia la infraestructura de una metrópoli de 35 millones 682 mil 460 habitantes como lo es la zona metropolitana de Tokio, o la de Ámsterdam que tiene poco más de un millón. Revisando los datos de la ONU las ciudades con número de población más similar a la ciudad regiomontana son Melbourne con 4 millones 771 mil y Sídney con 4 millones 792 mil, ambas ciudades ubicadas en Australia.

Las ciudades australianas manejan un esquema de privatización en su transporte público, pero el gobierno de cada estado es el encargado de regularlo. En Melbourne algunas de las empresas de camión urbano más grandes han incluso adquirido a otras más pequeñas. Por su parte en Sídney cada región tiene una empresa que opera el transporte público y que tiene un contrato con el gobierno estatal por cinco años. Es importante mencionar que ambas ciudades cuentan con mayor área superficial comparadas con la metrópoli de Monterrey, además Sídney es de los 15 destinos turísticos en el mundo.

En conclusión, tener otra empresa como Metrorrey pero encargada exclusivamente de autobuses urbanos, pudiera implementarse con resultados positivos.

Por su parte, la propuesta del Estado de Nuevo León de adquirir camiones para ofrecer el servicio de transporte no pinta para ser la mejor opción, ni la que vaya a mejorar la calidad de las rutas existentes.

Por último, lo único que está claro es que se tiene que fomentar la competitividad en este sector y exigir resultados a las empresas responsable.

Pues como dijo Blaise Pascal “Nuestra naturaleza está en movimiento. El reposo absoluto es la muerte.” E

El fracaso familiar

Del 2011 al 2018 los casos de

violencia familiar denunciados aumentaron en promedio mil 100 por año. Es decir, que de 10 mil pasaron a 18 mil, lo que significa un fracaso total en las estrategias del Gobierno para frenar este delito, que es el detonador de muchos más.

El problema no acaba ahí. Un estudio realizado por la investigadora de la UANL, Patricia Cerda, indica que este factores es causante del 40 por ciento de los suicidios y concluye con el crecimiento del crimen organizado, pues muchos de los jóvenes que vienen de fa-

Francisco Zúñiga E.

EDITORIAL

milias con este flagelo, terminan en adicciones y de ahí es fácil enrolarse en grupos criminales.

A partir del 2011 se incrementaron las penas contra quienes cometían este delito. con la idea de inhibir a los victimarios, pero no funcionó. En realidad, la penalización nunca ha funcionado para reducir la criminalidad

, y ni siquiera la pena de muerte ha logrado acabar con delitos como homicidios dolosos.

Se requiere un programa mucho más integral para lograrlo. Una estrategia que garantice mejoría en la calidad de vida de quienes ahora residen en colonias proletarias, donde lo deprimente empieza desde que abren la puerta para salir a trabajar o estudiar.

Calles llenas de baches, grafitis por doquier, riesgo de ser asaltado, casas maltrechas porque sus moradores no tienen recursos para darle mantenimiento o al menos pintarlas. Y un destino manifiesto de vivir en ese ambiente por toda la vida, empuja a muchos jóvenes a buscar el consuelo de las drogas baratas, luego a venderlas, y finalmente a ser víctima de sus mismos patrones -los narcos- cuando no pueden pagarla porque consumieron su misma mercancía. O porque no aceptan cambiar de proveedor.

El problema de la droga inició en la década de los 80´s cuando los cárteles colombianos pagaron con cocaína el paso por los territorios nacionales. Monterrey incluso.

Las autoridades en vez de combatirlos se aliaron con ellos, con su negligencia o su complicidad.

Hoy toda la sociedad paga el precio. Cuatro de cada diez jóvenes consumen droga. Siete de cada diez asesinatos se deben a la droga.

Es tiempo de aplicar medidas efectivas, y de comprender que en esto la sociedad -las familias- son quienes tienen la solución. E

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