enredados REFUGIOS

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enredados en papel


EQUIPO ENREDADOS DIRECTORA GENERAL Celina Caporossi EDICIÓN EJECUTIVA Fernando Vanoli Héctor Páez Ferreyra Tomás Spina DIRECCIÓN DE ARTE Agustín Cano CORECCIÓN Marcelo Corti Fernando Díaz Terreno Jael Bengualid COLABORAN CON ENREDADOS Carolina Vitas / Irupé Teniente / María Florencia González del Solar PARTICIPAN EN ESTE NÚMERO: A77 (Gustavo Diéguez / Lucas Gilardi) / Carolina Vitas / Diego Ceconato / Fanny Rios Pizzio / Fernando Pájaro / Irupé Teniente / Jael Bengualid / María Florencia González del Solar / Marcelo Corti / Marcelo Fiorito / Mariela Marchisio / Paula Roggero Evangelina / Que! Diseño (Moriana Abraham / Federico de la Fuente) / Rocío Soledad Zalazar / Sebastián Colle / Siete Fotos (Sinope / Marteen / Dimas / Gi / Isi / Lala / Juli)

Edición semestral Enredados en papel / Refugios Año 02 / N° 02 / Septiembre 2012 ISSN 1853-9556 $40 Acompañan a enredados: 30-60

Jerónimo Luis de Cabrera 50, Córdoba

Agencia Córdoba Cultura

Hipólito Yrigoyen 622, Córdoba

Amerindia Libros

Caseros 254, Córdoba

Color Magenta Gráfica

Vélez Sarsfield 254, Córdoba

Café de las Ciudades

www.cafedelasciudades.com.ar

Gaudí, gráfica y libreria técnica Independencia 1036

Siempre en la pared, Pintura y Fotografía

Belgrano 814 esq. Achaval Rodriguez

Ploteo de la ciudad

ploteodelaciudad@gmail.com

Rubik Tecnología Láser

www.rubiklaser.com.ar

Perspectiva Librería técnica y artística

Vélez Sársfield 252, Córdoba

The Bug Planet Store

Independencia 1095, Córdoba

Arquitectura 2D, FAUD, UNC CONTACTO: www.enredadosenpapel.com.ar info.enredados@gmail.com Duarte Quirós 477 10° B / CP.5000, Córdoba Capital Honduras 5822 / Palermo, Ciudad Autonoma de Bs. As.

Impreso en Córdoba. Premat industrias gráficas. Entre Ríos 2650


por Celina Caporossi

Apuntes de cátedra: Naturaleza, supervivencia y arquitectura

por Sebastián Colle

Afuera hay un mundo: Siete fotos. Siete miradas por Enredados

Afuera hay un mundo: Sobre el espacio público

por Jael Bengualid

Refugios, “los contraespacios”. Una lectura política por Diego Ceconato

Pequeñas biografías: Jacques-Henri Lartiague por Enredados

¡Dame cinco! por Enredados

Una peli

por Enredados

Refugios mínimos workshop por Enredados

Refugios Descartables. Una experiencia pedagógica por Enredados

Refugiados: sobre zonzos

por Florencia González del Solar

Notas mínimas: El refugio como proyecto por Fernando Pájaro

Notas mínimas: Como el artificio mira al paisaje por Carolina Vitas

Notas miínimas: AEIOU. Disparadores conceptuales por Mariela Marchisio

Notas mínimas: Re-fugiados

por Que! Diseño. Moriana Abraham / Federico de la Fuente

Notas mínimas: Expresión visible de una fractura social por Irupé Teniente

Campamento de refugiados. El grado 0 del urbanismo por Marcelo Corti

Descubrir y transferir. Proyectar y construir en un vestigio natural por Marcelo Fiorito

Territorio grande, proyecto mínimo. Centro de interpretación Punta Loma

por Fanny Rios Pizzio / Paula Roggero Evangelina / Rocio Soledad Zalazar

CC Nómade

por A77. Gustavo Diéguez / Lucas Gilardi

Mueble Comunitario

por Celina Caporossi / Agustín Cano / Fernando Vanoli

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CONTENIDO

9 lecturas sobre lo mínimo y una nota editorial


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9 LECTURAS SOBRE LO MÍNIMO Y UNA NOTA EDITORIAL REFUGIO, MORADA O HABITAR MÍNIMO NO SON SINÓNIMOS. Sin embargo, evocan en conjunto la misma búsqueda: la del habitar en sus condiciones primarias. Reducidos los recursos, la arquitectura se repliega para dejar a la vista aquello estrictamente necesario. Tal vez por esa condición de mínimo irreductible, el refugio remite, aún en sus distintas resoluciones, a las cuestiones esenciales que sustentan la arquitectura. Definir cuáles y cuántos son aquellos elementos indispensables que le otorgan carácter de morada, se convierte entonces en parte central del tema.

Imagen: Bauatelier Gropius, foto de Edmund Collein.1927

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Lo mínimo atrae por económico y racional en términos de concreción material pero también por su carácter despojado, porque el intento de lo mínimo presupone siempre la existencia de lo máximo. La complejidad adopta otras formas. Si la escala se reduce, simplificando los elementos de composición; entonces se vuelve prioritario discriminar lo estrictamente necesario de lo superfluo. El famoso grabado de la cabaña de Laugier emparenta por primera vez la arquitectura a la cabaña primitiva, definiendo el territorio habitable para el hombre. Las necesidades primarias de refugio y la voluntad para transformar la naturaleza serán desde entonces pares complementarios y antagónicos. La Cabaña de Heidegger a su vez, plantea la relación inversa, un lugar aislado en el paisaje que invita a reducir las necesidades y el confort, despojado de lo material, solo para poder pensar.

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El refugio pone en cuestionamiento la manera en que vivimos. Así, si la acción de cocinar en nuestra contemporaneidad requiere de una cantidad de equipo externo conectado a redes complejas, cocinar en un refugio nos obliga a repensar el circuito completo. Cada actividad se re-significa en lo mínimo y cada decisión técnica debe superar cualquier contradicción que “sobrediseñe” las partes. Materiales y sistemas constructivos, pero también cada uno de los componentes técnicos y funcionales quedan expuestos en su lógica, al resolver grandes problemas en un espacio reducido. Le Corbusier parece resolver esta tensión entre complejidad y resolución mínima en el Cabanon exponiendo la contradicción. Si el cerramiento exterior es una construcción artesanal, de una materialidad austera y tradicional, casi

imperceptible con la naturaleza que lo rodea, el interior por el contrario es un refinado juego de geometría, flexibilidad funcional y materiales industrializados. Fuyimoto, uno de los arquitectos contemporáneos más interesantes en la exploración de la esencia arquitectónica como idea, plantea la analogía de la cueva y el nido como dos formas arquetípicas sobre la que se basa la arquitectura. Entendiendo al nido como ese lugar funcional, diseñado y acondicionado por nuestra cultura arquitectónica, él prefiere la cueva, lugar previo, topográfico, orgánico, para el descubrimiento y la apropiación libre de (pre) supuestos. En la cabaña de madera explora esta idea de “estado previo” de la arquitectura a través de un solo elemento material: vigas de madera de igual sección. La potencialidad del uso, de todos los usos, la síntesis de recursos, la evocación a los juegos de la infancia pero también a “la casa” como arquetipo, hacen de esta una obra profundamente conceptual. La retracción de los elementos arquitectónicos para que el espacio se exprese será una operación claramente miesiana. El mínimo en Mies Van der Rohe es una búsqueda consciente de síntesis expresiva y composición refinada de las partes, que en conjunto celebran el vacío. Los elementos se reducen hasta quedar solo el esqueletoestructura, interior-exterior se funden a partir de la cualidad material del vidrio, que permite la expansión del vacío en una sola operación. Los pisos brillan y el espacio adquiere ingravidez. “Me gusta la sencillez, probablemente porque me gusta la claridad…” dice Mies. Y esa búsqueda de lo sencillo por sobre lo barato o lo económico que guía su proceso de proyecto, como


parte de una larga investigación sin clientes, culmina en la ideación de espacios abstractos, fuertemente compositivos (desprogramados, dirá Iñaki Abalos), donde el espacio neutro invade lo íntimo. La pregunta: ¿cuál es el espacio mínimo para que el hombre pueda desarrollar su vida cotidiana o cubrir sus necesidades básicas de refugio?, plantea siempre diferentes relaciones entre “mínimo para habitar” y cultura arquitectónica. Para dar una idea de la superioridad de una pequeña vivienda bien organizada frente a una anticuada, Walter Gropius utilizará la analogía entre una refinada maleta de viaje bien compartimentada y un baúl. La concepción de una casa que maximiza los metros cuadrados a fuerza de diseño, técnica y pensamiento racional (“el nido” del texto de Fuyimoto) será la base del existenzminimun, sellando la relación entre arquitectura y la forma moderna de producir vivienda. ‘Minimum vivendi’ en lugar de un ‘modus non moriendi’ dirá Gropius en su alegato sobre la condición de lo mínimo como respuesta a la vivienda social. Así, el estudio detallado de las actividades, en una suerte de disección de las acciones previo a su normalización, articulará los espacios pre concebidos y estandarizados con la industria. El mínimo como alternativa y desafío para resolver la masividad de la demanda guiará la búsqueda moderna (con la “refinada maleta” como meta) cambiando los parámetros del Habitar. Vivir en la calle, en forma permanente o transitoria, presupone una toma de hecho del espacio (lo público se hace privado) y el despliegue de una cantidad de usos no planificados. Es lo urbano convertido en hábitat cotidiano. El uso casual Imagen: Marc-Antoine Laugier. 1753


de los lugares públicos para la espera, el almuerzo o la siesta en las largas jornadas laborales, hasta la versión más descarnada (personas que viven literalmente en la calle) trasladando al espacio urbano las necesidades cotidianas. Toyo Ito proyectará un refugio para la mujer urbana, una mujer nómade en el “bosque de lo urbano”. “El concepto de casa para ella está desperdigado en toda la ciudad y su vida pasa mientras utiliza los fragmentos del espacio urbano en forma de collage”. La ciudad es hogar y morada, y las actividades antes fijas en la casa encontrarán en la ciudad su lugar, extendiendo “el cuerpo” a lo urbano. El refugio entonces es, antes que un lugar, un dispositivo. Aluminio, metal, telas, materiales livianos, desmontables, una extensión orgánica, una segunda piel.

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La idea de refugio como cápsula tecnológica adaptada ergonométricamente al individuohabitante, aprovechando todos los adelantos de la técnica, se convertirá en un “cliché” de la arquitectura cuando se acerca a la escala del diseño industrial. Cine, ciencia ficción y los viajes al espacio alimentarán estas búsquedas. El Archigram, en la potente década del ‘60, “inventará” el futuro y sus delirios urbanos–tecnológicos, contagiarán a gran parte de la arquitectura urbana. Los Smithson y, mucho antes, Charlotte Perriand, también exploran esta idea de células autosuficientes.

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La habitación es refugio, el mínimo espacio de lo privado. Allí donde extendemos nuestra privacidad, única, irrepetible, nuestros objetos cotidianos, nuestros ritos. En el video de Massive Attack, Protection, mientras la letra dice “A veces te ves tan pequeña, necesitas algún

refugio”, la cámara recorre en un travelling continuo un edificio de viviendas, dejando ver ventanas, trozos de cotidianeidad, momentos, ritos, siempre ajenos. Hitchcock en la Ventana Indiscreta explotará esta idea de habitación-refugio, intimidad y vouyerismo. Lo real es que nuestra contemporaneidad, con su lógica de red y su individualidad exacerbada, hace replantear los programas del habitar. Vida privada cada vez más compleja en espacios muy reducidos, solo “funcionalistas”. Ese mundo privado que se extiende no parece encontrar por ahora su par espacial. Catástrofes, guerras, hambre; el mundo se mueve en busca de un lugar para vivir. Miles de personas sin techo, sin refugio. A veces la arquitectura se encuentra nuevamente pensando cómo resolver los grandes problemas. Shigeru Ban, con su cabaña de tubos de cartón inaugura un camino para la exploración: el re-uso y el reciclaje urbano. Elemental Chile propone innovación y diseño, articulando universidad e industria en proyectos de interés público e impacto social. El refugio, en estas búsquedas arquitectónicas, pone nuevamente en relación las posibilidades de la técnica con el ingenio para resolver la difícil ecuación de máximo habitar a mínimo coste. Temporalidad, traslado, rapidez constructiva, suelen ser premisas inexorables… Celina Caporossi arquitecta, docente, FAUD-UNC www.estudioestrategias.com.ar SOU FUJIMOTO, (1971) Arquitecto. El texto El nido o la Cueva se encuentra en www.enredadosenlaweb.com / LUDWIG MIES VAN DER ROHE, (18861969) Arquitecto. http://www.miesbcn.com/en/foundation.html / IÑAKI ABALOS, (1956) Arquitecto. “La buena Vida”, editorial Gustavo Gili. ISBN: 9788425218293 / PETER Y ALISON SMITHSON. (1923-2003; 1928-1993). Arquitectos. “Cambiando el arte de habitar”. Editorial Gilli.


Imagen: Nomada, Toyo Ito.1985

Este segundo número dedicado a Refugios retoma alguna de estas lecturas y muchas más, ya que EL TEMA PARECE DERIVAR SIEMPRE EN OTRO EN UNA SUCESIÓN Y PROGRESIÓN HACIA ADELANTE. Así cada enfoque nos proporciona un fragmento de significado que interpela a la arquitectura una y otra vez. El mínimo expone al proyecto a encontrar el límite, y tal vez por eso nos permite reflexionar también sobre su potencia. Agradecemos a todos/as los que colaboran en este número, que con su dedicación y esfuerzo nos permiten imaginar que Enredados Refugios sea para los futuros lectores, un poquito más que una revista para convertirse en un verdadero espacio para pensar. La Dirección www.enredadosenlaweb.com

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NATURALEZA, SUPERVIVENCIA Y ARQUITECTURA

Cuando pensamos en un refugio aparece como primera idea un espacio creado artificialmente por el hombre o tomado por él como espacio de protección frente a posibles peligros. Un refugio toma su nombre específicamente de la idea de refugiar a un individuo o un animal de amenazas que pueden poner el peligro su supervivencia. Como tal, el refugio se convierte en una especie de vivienda que puede ser temporal o que puede volverse permanente de acuerdo a las necesidades y posibilidades específicas de cada situación. Durante el siglo XX, diversos arquitectos han construido los propios o como encargos particulares, ya no como refugios indispensables para la supervivencia sino como ámbitos de retiro o descanso, como modo de establecer una relación con la naturaleza. Profundizando en este uso, encontramos que estos han sido campos fértiles de reflexiones puramente disciplinares, donde la simpleza programática da lugar a profundizar cuestiones propias de la arquitectura. Así podemos encontrar varios ejemplos realizados por grandes arquitectos y en cada uno encontraremos intereses particulares que cada autor desarrolló.

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nte de s cát edr a

En un orden cronológico podemos empezar con Ralph Erskine, quien en 1941 construye The Box en Suecia. En este caso, también sirvió como residencia permanente durante cinco años para él y su familia en crecimiento. Esta obra fue construida sobre una pequeña colina y es un ejemplo de adaptación frente a las condicionantes climáticas determinantes del sitio, sin ser ese motivo un freno para la búsqueda de resoluciones tanto constructivas como estéticas; basta con ver la fachada norte, que es usada como acopio de leña, lo que da un resultado altamente estético. La fachada sur es completamente diferente, goza de un gran ventanal que permite la entrada del sol, así como una fuerte relación entre el interior y el exterior. En el interior encontramos una cantidad de soluciones de carácter funcional y relacionadas al equipamiento, tales como la cama principal, que durante el día cuelga y funciona como cielorraso sobre el sector de estar y de noche, mediante un simple sistema de roldanas, baja y se apoya sobre el piso. El lugar dejado en el aire por la cama es usado como soporte para colgar la cuna de su hija. También encontramos que el sitio del fuego, recurso fundamental para la supervivencia frente

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apuntes de cátedra

Imagen arriba: Planta The Box, Ralph Erskine, 1941; Imagen de pag. 10: foto de la cabaña desde la fachada norte.

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al frío, se materializa por medio de una chimenea convectora que articula el sector de cocinar con el de estar y abastece a ambos. Cabe decir que su exposición en el CIAM tuvo una excelente recepción y fue fundacional para el desarrollo de múltiples proyectos. Una década más tarde, en 1952, Le Corbusier construye en Cap Martín su refugio de vacaciones,Le Cabanon. Este se plantea como un anexo al bar de su amigo Rebutato y a un complejo de dormitorios para veraneantes. Nos encontramos con una cabaña de madera construida en su exterior por tablas hechas de troncos casi sin procesar y en su estado natural, una cubierta de chapa a una pendiente y unas pequeñas aberturas de diversas proporciones. Su interior está realizado en laminado de madera, tanto en vertical como en el cielorraso, tomando este diferentes alturas y configurando una espacialidad impensada cuando se aprecia esta cabaña desde el exterior. En él encontramos un profundo trabajo sobre el equipamiento, su función y sus medidas. Lo mismo pasa cuando vemos la posición y proporción de las aberturas y el trazado regulador de la planta. En 1963, Norman Foster construye una de sus primeras obras, un refugio y mirador dentro de un bosque y a la orilla de un lago. Tanto en su croquis inicial como en la obra terminada vemos la problemática abordada por él en su vasta obra. Este proyecto de dimensiones mínimas, casi un cockpit de avión, muestra claramente dos instancias: una estereotómica, de hormigón y adaptada al terreno, y una tectónica de vidrio, que resuelve cubierta, iluminación, vistas y ventilación. El refugio en el desierto de Níger de Lacaton et Vassal (1984),el estudio en San Pablo de Lina Bo Bardi (1986), Imagen: Casa en la barranca, Rafael Iglesia. 1999


el puesto para guardabosques en Suiza realizado por Richter et Dahl Rocha (1993) o la casa en la barranca del río Paraná de Rafael Iglesia (1999) son otros ejemplos de indudable valor, donde los arquitectos profundizaron en el estudio de temas puramente disciplinares tales como la sustentabilidad, el proceso constructivo, la estructura portante y sus posibilidades de determinar el espacio. Como proyectistas, bien vale volver a estudiarlos. Sebastián Colle arquitecto, docente, Universidad de Palermo hbt1510.blogspot.com.ar

N. de la R.; El texto de esta nota está basado en la intervención del autor en Refugios Mínimos. Exploración proyectual sobre el habitar cotidiano, Seminario Taller de actualización docente realizado en el 2011 en la FAUD/UNC, organizado por las cátedras Arquitectura 2d, Teoría y Métodos B y Morfología II A, con el auspicio del Colegio de Arquitectos de la Provincia de Córdoba. imagen: Le Cabanon, Le Corbusier. 1952

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MartĂ­n Heidegger y su esposa, cabaĂąa en la Selva Negra, sur de Alemania.


SIETE FOTOS

miradas

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“Siete fotos” es un proyecto colectivo que incentiva la expresión individual a través de la fotografía. Cada foto, interpretación particular sobre un tema común, conforma un universo coral amplio y diverso. De la interrelación de subjetividades germinó esta iniciativa, cuyos resultados son subidos diariamente al blog www.sietefotos. com, en donde cada participante tiene asignado un día de la semana. Cada semana está regida por un único tema; los cuales se agrupan a su vez en volúmenes estructurados por consignas exclusivas. Con siete volúmenes publicados, el grupo lleva más de un año activo. Conforman el grupo siete fotógrafos aficionados y profesionales de distintos lugares del país, cada uno con sus particularidades. Así, Siete Fotos es un collage de experiencias, percepciones y miradas puestas en común en un diálogo casi sin palabras para dar lugar a una obra única y coherente pero que posibilita distintos niveles de lectura de acuerdo a cada espectador.

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El refugio es un estadío. Consume su materialidad para priorizar al cuerpo antes que al contexto.

SINOPE “Un poco arquitecto, un poco diseñador, un poco melómano, un poco demente, un poco hartante, un poco gordo de alma”


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DIMAS La lectura: refugio del corazón, la mente; la persona toda.

A favor de: viajes, música, cuentos, flora y fauna, otoño e invierno, abrigos y nudistas, la nostalgia y el mañana. Me inspiran caídas de hojas y de ojos, el crujir de una rama o una galleta, la sombra de un ave, una pierna de muñeca perdida, un gesto en desconocidos, la felicidad presente y la futura, su ausencia. La foto forma parte de mis dìas, ya sea despierto o en sueños. La foto es expresión y sentimiento, intuición y pensamiento, una señal y un destino. Una foto te cambia el día, te canta la justa, te acompaña en sueños y te despierta el alma.


MARTEEN En los años en que no me salían las palabras de la boca, me refugié en la escritura, las lagrimas y en la lengua ajena para no explotar.

Estudiante de arquitectura y amigo de la fotografía. Amante de los viajes y la comida. Un maniático cualquiera de la vida. Nómade sin origen y, además, híperactivo. Colón no descubrió América; déjense de joder. Fotografía es historia, es mensaje, es expresión, es comunicación. Es un modo distinto de respirar. En siete fotos soy quien hace las planillas.

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GI “(...) encontrar en las adversidades de la vida, el abrazo sublime de aquel amigo que siempre está (...)”. Alejandra Nazario

“Viajes, cambios, encuentros, la gente, reir, las escenas, los colores... VER...” Soy estudiante de arquitectura y fotógrafa aficionada, mi cámara resulta una extensión de mi brazo y algo así como mi angel de la guarda. Compartir las pasiones, poder revivirlas, es casi un acto de magia, asi que me dejo llevar, jugar ...


ISI “frente a la complejidad de la vida me resguardo en la simpleza de los días”

Soy isi(violeta). Saco fotos. Me gusta la lluvia, el cine, las tortas de chocolate, el color, las texturas, las formas, la música, el mar, el violeta, el francés, el otoño, el olor a panadería a la mañana y a la tardecita, el ruido del pururú cuando explota, el arcoiris, dormir con tormenta, los gatos, las cartas, el té de frutos rojos, reírme, y más cosas, muchas más. No me gusta el calor, los mosquitos, los fideos, las matemáticas, la impotencia, la injusticia, crecer, caminar la subida de mi casa, los baños públicos, el tiempo: las horas, los minutos, los días, los años y otras cosas más. Soy un poco caprichosa, inocente, infantil, algo crítica y prejuciosa, sensible, llorona y risueña a la vez.

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JULI “Que se detenga el tiempo, escapar un rato, mi cama, mi refugio”.

Estudiante de diseño de indumentaria y amante de la fotografía, nos conocimos hace unos años y cada vez nos llevamos mejor. ¿El vaso mitad lleno o mitad vacío? Llénelo hasta el borde! gracias. De mis amigos, soy la que hace los chistes y la que se esconde atrás de una puerta para asustarte. ¡Mucho gusto!


LALA “El refugio puede cambiar, pero la esencia está presente en todos los que intentan darle una explicación a lo que acontece.”

Cuando me di cuenta que me encontraba rodeada de tantos colores, decidí empezar a capturarlos con la cámara que me habían regalado. Desde aquel día, me dedico a sacar fotos sin ningún otro objetivo más que el de capturar esas escenas que no quiero olvidar.

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EL ESPACIO PÚBLICO DIGITAL Y EL REFUGIO DE LOS DERECHOS CÍVICOS De la plaza al facebook y del facebook a la plaza

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La profecía supone ahora una proyección más geográfica que histórica; es el espacio y no el tiempo el que nos esconde consecuencias.” John Berger

“Si queréis liberar a una sociedad, dadle Internet” propuso Wael Ghonim, ex ejecutivo de Google. No cabe duda de que las redes sociales han tenido un gran impacto como espacio de reflexión, debate, comunicación y, lo que es más importante, participación política de los derechos cívicos; como una nueva forma de democracia, resguardar lo intangible, lo primordial, que es la identidad y la ciudadanía en una jurisdicción completamente virtual. Desde un comienzo, el enlace exitoso entre espacio público y discurso público fue la mejor forma de ejercicio de la libertad de expresión: las clases de Sócrates impartidas en las plazas de Atenas, las lecturas públicas en las calles parisinas difundiendo las ideas de la Ilustración que guiaron la Revolución Francesa o el discurso que dio Martin Luther King frente a una multitud

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que rodeaba el Monumento a Abraham Lincoln. O las más recientes formas de rescate de espacios públicos bajo los estandartes “Tomar la plaza, ganar la calle”; se trata del Movimiento 15M, los famosos indignados españoles, el Movimiento Occupy Wall Street iniciado en Nueva York, los estudiantes chilenos y similares esparcidos por el mundo. Nos proponen recuperar la plaza como concepto de lugar común donde se mueve lo social y lo espacial como aspectos indisolubles e indistintos, y resignificarlos como foros de discusión, de decisión, de revolución. Hoy en día, las culturas hegemónicas (y no tanto) se basan en medios audiovisuales para la formación de las personas. En este modelo, los agentes no tienen capacidad de producir información; se limitan a reproducir o reflejar la información propuesta por estos


medios. Por lo tanto, la opinión pública sigue estando fuertemente ligada a la comunicación audiovisual. Sin embargo, estamos en presencia de un cambio fundamental para la construcción de la identidad del individuo. Primero, la manifestación y el desarrollo de una nueva parte que nos permitirá superar los limites relacionales impuestos por los medios de comunicación de masas: la identidad digital; posteriormente, la desaparición de la actual disociación entre la identidad presencial y la identidad digital, deviniendo en la integración digital y física. Edwin Gardner manifestó “No hay necesidad de arquitectura, ahora tenemos Facebook”, lo que nos lleva a reflexionar sobre la repercusión del uso de las redes sociales (espacios virtuales) como sustitutos de los entornos construidos para establecer prácticas sociales.

Existe una hipótesis que alega que a consecuencia del uso de Internet prolifera el carácter dinámico y fugaz de los intercambios humanos, insinuando que la dependencia creciente del ciberespacio supone, a medio plazo, nuestra metamorfosis en pseudocuerpos o almas puras que acabarían volcando toda su energía espiritual en la Red en pos de bienes comunes. Pero tengamos además en cuenta que las recientes revoluciones bajo la tutela de las redes sociales en Túnez, Egipto, Bahréin, Yemen y Libia; la ocupación y reunión en espacios que excedan la privacidad del hogar o un número limitado de personas, estaba penado legalmente. A pesar de ello, la revolución desbordó los límites de Internet hasta expandirse al espacio real, colonizando lugares dotados de gran simbolismo cívico para los ciudadanos y desplegando

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en ellos las estrategias espaciales anacrónicas propias de la tradición revolucionaria. Así queda refutada esta teoría, ya que estos levantamientos son necesariamente materiales, deviniendo en una verdadera revolución de personas: cuerpos visibles y completos que se manifiestan como tales en el espacio público. Entonces, para que el espacio público sea efectivamente una herramienta para el ejercicio de la ciudadanía y consecuentemente, el amparo de los derechos, ¿es realmente necesario que su condición sea física?, ¿o el espacio público es simplemente un concepto que hasta hace poco tiempo solo pudo ser depositado en ciertas tipologías de carácter arquitectónico? Y si es así, ¿han quedado obsoletas?, ¿qué diseñamos los arquitectos entonces?, ¿cuáles son los nuevos refugios de la gente?, ¿y los de sus derechos? Tenemos por un lado, la reivindicación de los derechos y su defensa a través de una nueva forma de ejercicio de los derechos mediante la democracia directa en Internet. Un renacimiento del ágora griego, / una voz, un voto / acción y persona en estado puro / y de nuevas espacialidades que sientan precedente para la libertad de expresión, creación de organizaciones de presión social, política e incluso económica, en favor de la cultura y de la resistencia civil, y mecanismos eficaces de protesta, logrando ir más allá de la práctica tradicional de protesta. El valor añadido de este recurso tecnológico es la posibilidad de estar en contacto con personas de todo el globo al mismo tiempo, situaciones que en el espacio público habitual serían simplemente imposibles por una cuestión de movilidad. De esta manera pueden difundirse ampliamente las convocatorias por estos medios y obtener respuestas globales. Los poderes acostumbrados a interpretar el mundo a partir de grupos políticos reconocibles

(clases sociales, oligarquías, ejército, religión) son incapaces de enfrentarse a acontecimientos en los que los protagonistas son aquellos que tradicionalmente no han tenido voz y que hoy se están sirviendo de las herramientas anónimas de la Red para ser escuchados; “la única cosa que todos tenemos en común es que somos el 99% de los que no tolerará más la codicia y la corrupción del 1%” argumentan los participantes del movimiento Occupy. Pero este anonimato colectivo está virando hacia la construcción de una identidad individual para el ejercicio de los derechos de forma directa. Como ya mencionamos, los derechos constitucionales se ven invadidos recurrentemente, así como los espacios donde se los ejercen, mediante el acelerado proceso de privatización y colonización de ámbitos públicos por empresas al que diariamente estamos expuestos. Esta ocupación es física y psíquica mediante todos los medios de publicidad audiovisual: pintan o proyectan en las veredas, ocupan edificios y autobuses, penetran en las escuelas y en las instituciones deportivas y en los escenarios y se ven permanentemente en Internet; además del patrocinio de casi todos los eventos, la proliferación de las plazas semipúblicas de los centros comerciales, donde los únicos anuncios permitidos son los comerciales, y el auspicio de barrios o ciudades enteras adquiriendo poder político sobre estas comunidades. Vemos entonces la dimensión de la problemática y hasta qué punto los agentes privados invaden la calle, que es el espacio público por excelencia. Paradójicamente, las calles se han convertido en el artículo más valioso de la cultura publicitaria. A raíz de esto, nace en la sociedad una creciente ansiedad por encontrar en los pocos ámbitos todavía no comercializados algún remedio a las dificultades


creados por el devenir político, convencidos de que la concentración de medios en pocas manos ha logrado devaluar el derecho a la libre expresión, además de la dificultad de contrarrestar el continuo avance de las marcas. Entonces aparecen nuevas prácticas para rechazar la indolente actitud frente a aceptar el marketing en el espacio público. La primera se desarrolla con Guy Debord y los situacionistas de París de Mayo de 1968, que fueron los primeros en descubrir el poder de un simple “détournement”, que consiste en una imagen, un mensaje o un objeto que se extrae de su contexto y adquiere un significado nuevo, criticando a la cultura pasiva de la observación nacida del placer de la sociedad capitalista corriente. La intervención en numerosos avisos publicitarios distorsiona el mensaje y genera flamantes reflexiones críticas sobre el tema.

Otra forma de protesta se refiere directamente a “Recuperar Las Calles” que es un movimiento también originado en París en los ‘90, donde surge un tema en común para la comunidad: el derecho a disponer de espacios no colonizados para sus viviendas, para los árboles, para reunirse y para bailar; un refugio en lo urbano. Desde 1995, el “Recuperar Las Calles” asalta las calles más concurridas y las esquinas más importantes, donde organiza fiestas espontáneas de miles de personas cuya locación permanece en secreto hasta el día de la celebración; entonces se bloquea el tráfico y se declara “abierta” la calle realizando el “sueño colectivo”. En lugar de colmar el espacio que deja el comercio con parodias de anuncios, el “Movimiento Recuperar Las Calles” intenta llenarlo con una visión alternativa de lo que podría ser la sociedad si se liberara del control del comercio. Alegan que es el símbolo y

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manifestación más palpable de la pérdida del espacio común, de las calles peatonales y de los lugares para expresarse con libertad. Los valores a los que se hace referencia generalmente cuando se habla de derechos fundamentales son: libertad y seguridad. Freud, en su libro “El Malestar en la Cultura” plantea que son una pareja dicotómica fundamental para una existencia humana completa, significativa y relativamente feliz. Ahora bien, el problema radica en que si bien se necesitan mutuamente, resultan difíciles de equilibrar porque se atribuye la infelicidad de las personas al sacrificio de demasiada libertad de elección individual en aras de una mayor seguridad colectiva (fomentar la separación espacial, trazar fronteras y límites, división de la ciudad en guetos voluntarios e involuntarios); o invirtiendo las causas, cediendo seguridad a cambio de mayores libertades (dotando a las ciudades de más espacios públicos donde personas extrañas puedan encontrarse y aunque sea temporalmente, entrar en interacción). La ciudad es el territorio en el que las personas intentan reiteradamente alcanzar la estabilidad entre ambos valores. Entonces agregamos un tercer componente para forjar una nueva pareja de dicotomías, en las que la pregunta es: ¿la libertad es el refugio de los derechos o la seguridad es el refugio? ¿El refugio equivale a estos valores, o es lo opuesto? O el concepto de refugio vira en un tercer integrante de una tricotomía donde el refugio es el regulador entre estos dos factores en pugna. A pesar de todo, no conviene dejarse llevar por la ilusión de que las herramientas digitales puedan constituir por sí mismas una alternativa definitiva para combatir los sistemas de dominación heredados de siglos pasados, ya que estos espacios para la comunicación muchas

veces se caracterizan por su volatilidad, inestabilidad y/o obsolescencia a corto plazo, de modo que es difícil predecirlos como los espacios públicos del futuro. Es prudente ampararnos en ellos para una construcción individual y ciudadana pero con prudencia; aunque es emocionante participar de la contemporaneidad en tiempo real. El espacio público tiene ahora un paralelo en las redes sociales, donde existe una continua retroalimentación; ideas que surgen en el mundo virtual pueden trabajarse desde el imaginario colectivo de las redes sociales, para luego materializarse en eventos públicos presenciales y visceversa. La posibilidad de asociar una identidad digital a un determinado lugar o espacio publico (barrio, calle) de residencia abrirá nuevas fronteras a las dinámicas de comunicación de escala local e hiperlocal, catalizando nuevos procesos de identificación con los espacios públicos del barrio donde vivimos o trabajamos, volviendo a vincular la actividad y relaciones sociales con el espacio físico. Los acontecimientos revolucionarios actualizan la máxima de Foucault según la cual lo que define a nuestra época y su relación con lo social es su carácter espacial, ya que son el conocimiento de la época porque son inevitablemente particulares. Nos hemos acostumbrado a la idea de que el desarrollo de los medios de comunicación acabaría sustituyendo el modelo de relaciones sociales y económicas establecido por la tradición moderna del control político a través del espacio. Al espacial siglo XX seguiría un nuevo siglo XXI virtual definido por el potencial liberador de las nuevas redes, capaces de destruir los sistemas caducos de participación ciudadana, mediados tradicionalmente a través del juego de representación de los partidos


políticos y las estructuras simbólicas de la ciudad. Sin embargo, lo que las revoluciones digitales ponen de manifiesto es que, si bien las movilizaciones propiciadas desde la Red han desbordado los cauces habituales, el éxito final de las protestas ha dependido, en última instancia, de los mecanismos basados en el despliegue tradicional de las personas en el espacio público. A pesar de que el poder emancipador de las nuevas tecnologías de comunicación es real, el poder todavía vigente de la comunicación tradicional es auténtico. La ciudad, la plaza, la calle, los edificios enmarcan y definen modos de vida, que son singulares en cada territorio. Las ciudades contribuyen a definir el carácter ciudadano y de identidad. En definitiva, estamos justo al principio de un interesante proceso de formación de lo que podríamos llamar espacios híbridos: espacios públicos con carácter y cualidades profundamente relacionadas con una capa invisible de relaciones y redes locales construidas en Internet. Planteo el uso de las redes sociales no como un sustituto al espacio público o el nuevo refugio, ya no del anonimato sino de la identidad ciudadana construida. El uso de las redes sociales es su mejor complemento. Existen propuestas como mySociety, una fundación que promueve proyectos usando Internet como plataforma para promover el control ciudadano sobre la actividad política y marcar la agenda política, una actividad que habitualmente se ha desarrollado en espacios públicos urbanos. http://www. mysociety.org/ Jael Beungualid arquitecta, estudiante de antropología

Las imágenes de esta nota son de la huelga general 29-M. Barcelona 2012 (cortesía de flickr.com/ nenitateribel)

BAUMAN, ZYGMUNT. (2009) “Múltiples culturas, una sola humanidad”. Katz Editores / CEPEDA NERI, ÁLVARO. “Revista Contralínea Nº31” / www. adbusters.org / KLEIN, NAOMI. (2007) “No Logo, el poder de las marcas” y “Valles y Ventanas”. Paidós / MORACE, FRANCESCO. “La Estrategia del Colibrí, La Globalización y su Antídoto”. Experimenta / PAREDES MANSFIELD, LUIS RICARDO. “Redes sociales, identidad digital y espacio público”. http://dig.csail. mit.edu/breadcrumbs/node/215 / PRIETO, EDUARDO. “Internet y la Rebelión de los Cuerpos” El País Online / REIG, DARÍO. “Internet de las personas”. http:// dreig.eu/caparazon/2011/02/15/internet-de-las-personas-ni-solos-nilocos-en-la-web / SARTORI, GIOVANNI. “Homo videns. Televisione e postpensiero”. Laterza / VILCHES, LORENZO. “La Migración Digital”. Gedisa

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Foto sin tĂ­tulo,de Santiago Canen.2012.


Refugios los “contraespacios”, una lectura politica.

“Es muy probable que cada grupo humano, cualquiera que sea, recorte, en el espacio que ocupa, donde realmente vive, donde trabaja, lugares utópicos y, en el tiempo en que se atarea, momentos ucrónicos. (…) En general, la heterotopía tiene por regla yuxtaponer en un lugar real varios espacios que, normalmente, serían, deberían ser incompatibles. El teatro, que es una heterotopía, hace suceder sobre el rectángulo de la escena toda una serie de lugares ajenos.” Michel Foucault, “Las heterotopías” 31


notas mínimas / refugio+teoría

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Si el sistema funcional, en tanto técnica, refleja una estructura social y de producción, el refugio, como noción política, la contradice, la impugna en su continuidad como sistema coherente racionalizado. El refugio, desde esta perspectiva, se asimila a la noción de “heterotopías” o “contraespacios” de Michel Foucault; utopías situadas en el espacio real de la cotidianeidad, “Rupturas de la vida cotidiana, imaginarios, representaciones polifónicas de la vida, de la muerte, del amor, de Eros y Tánatos” (Defert, 39). Esta función de desarme de la subjetividad y el deseo que ella proyecta se sostiene en la incoherencia de su propia necesidad. Por el contrario, el espacio funcional (modelo teórico y técnico de homologación de los comportamientos) la construye como artificio, como racionalidad, encadenada a una lógica causal de continuidad expresada en los nexos funcionales a través de secuencias y frecuencias. La subjetividad (individual o colectiva) fisura la disciplinarización del trabajo, se interpola en su linealidad espacio temporal. Un sistema significante, cultural y diferencial, que desarma la práctica y experiencia cotidiana de los sistemas espaciales codificados. “Los niños conocen perfectamente esos contraespacios, esas utopías localizadas. Por supuesto, es el fondo de jardín; por supuesto, es el desván o, mejor aún, la tienda de indios levantada: o incluso es -el jueves a la tarde- la gran cama de los padres.”(Foucault, 20) Si el refugio puede entenderse a la manera de un contraespacio, los espacios otros, yuxtapuestos, que impugnan los espacios reales, cotidianos (como dialéctica entre la coacción de los sistemas sociales y el deseo), lo son por su carácter de apertura a un lugar primario, originario de nuestras vivencias (la

fenomenología lo describe bien, en tanto el surgir de la imagen en una conciencia individual). El refugio como proliferador del imaginario individual, en su opacidad, instaura una negatividad en el núcleo de la racionalidad técnica, transparente y clara; la suspende, la recorta. Espacios que se imbrican y resuenan unos sobre otros. La “postal” del paisaje natural tiende a ello, a la instauración de una naturaleza originaria y artificiosa (privada de conflictos, por ende, del otro), construida como contraespacio de la estructura social misma y su espacialidad. Si las heterotopías se constituyen a partir de sistemas de apertura y de cierre, como afirma M. Foucault, como ritos iniciáticos casi sagrados, el refugio, como condensación de esta naturaleza originaria que constituye el paisaje, experimenta una purificación naturalista que impugna y suspende el espacio corrompido de la ciudad. El refugio del paisaje se instituye como ritual higienista, originario, no ya de una subjetividad individual, incoherente e instintiva que se deleita en la construcción de un mundo de lo único, irrepetible e interpolable, sino como parte misma de esta racionalidad técnica que organiza el trabajo y el ocio, una construcción compensatoria de las dicotomías naturaleza / ciudad. El contraespacio, el refugio como contrapoder, no puede sino constituirse como una dispersión anárquica, fragmentaria, de supervivencia, como espacialización de la subjetividad misma. La coherencia de un sistema arquitectónico / técnico es interpolada e interpelada por la incongruencia de estos espacios superpuestos y yuxtapuestos en nuestra práctica cotidiana, que los impugnan y se constituyen en el juego dialéctico de coexistencia, de cohabitación. El refugio se constituye en nuestra práctica de la cotidianeidad (y su espacialidad) a través de lo simbólico (del lugar


originario y fundante del imaginario) como marca de una subjetividad concreta, no se sitúa en otro lugar. El refugio no participa de una función compensatoria, es el lugar de coincidencia con uno mismo, en los estados de conciencia o en las conformaciones espaciales heterotópicas. El refugio construye un lugar más esencial, originario de nuestra constitución psicofísica. Por su incongruencia posee el carácter de ruptura, de impugnación del orden de lo funcional en mayor medida que la “auto-representación de las potencialidades” de Feenberg. Una distancia crítica a la funcionalidad social (anclada en una funcionalidad espacial) se vuelve sospechosa en la medida en que la técnica ya configura percepciones cotidianas. Quizás el contraespacio, como percepción primaria (no constituida por lo técnico), original, de nuestra existencia, no pretenda este distanciamiento (de transformación de lo social) pero sí constituye una cotidianeidad fragmentada, interpolada por el deseo, una cotidianeidad de supervivencia, de fracturas y acciones mínimas. El refugio, en estos términos, se despliega en la espacialidad y en lo insignificante de nuestra vida. El sistema funcional determina también las maneras de hacer, las maneras de formar un cuerpo, de constituirlo en sus posiciones y movimientos. El “programa” ya delimita esta disciplina impuesta si se entiende, como afirma M. Foucault, en tanto esquema anátomocronológico del comportamiento, como construcción previa de un cuerpo homologado, codificado. La posibilidad del espacio organizacional moderno es el plano de suelo continuo que estabiliza el juego libre y funcional entre objetos, entre objetos y habitantes. Un modo de apropiación espacial genérico que oculta Imagen: Casa Heinersdorff, Breuer. 1927


notas mínimas / refugio+teoría

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expresiones diferenciales en las maneras subjetivas de hacer y practicar el espacio. Si el refugio impugna el espacio funcional (se truecan lo simbólico y lo técnico), lo hace también desarmando en las conformaciones espaciales las oposiciones entre suelo / muro / techo (el contenedor, la caja), constitutivas de nuestros “arquetipos perceptuales” que tienden a diferenciar elementos arquitectónicos y a conectarlos en estas relaciones antagónicas en un espacio “marcado” en términos de sentido y hábito perceptivo. Si el arquetipo de la “cabaña” construye el espacio funcional, el arquetipo de la “cueva” lo impugna como contraespacio en el desarme del cuerpo homologado, al habilitar mil maneras de apropiación de su conformación espacial. Las dicotomías de configuración y de diferenciación entre espacio y objetos se disuelven en un continuo de sus límites y de los “huecos” que disemina fuera de todas coordenadas espaciales habituales. La “cueva” excava y prolifera sus protuberancias, vacía su masa, crea su porosidad sin distinguir las referencias habituales del espacio funcional. Allí el cuerpo se retuerce, se acomoda, altera sus posiciones y movimientos sobre esta porosidad que la “cueva” configura, induciendo a mil maneras del desarme del cuerpo homologado, del poner en posición, libera las “maneras de hacer” en un espacio fuera de todo orden racional, calculable. La “disposición” de los cuerpos del espacio funcional, en tanto acumulación y transformación de energía para el trabajo, se fragmenta y dispersa en lo inútil, en las posiciones de un cuerpo que se construye a sí mismo fuera de toda finalidad (el cuerpo retorcido). El espacio arquetípico de la “cueva” no conserva una energía media, calculable, sino que la provoca en sus saltos discontinuos, aleatorios, fuera de toda linealidad del montaje de las fuerzas

de trabajo del espacio organizacional El refugio como contraespacio fisura y desarma este proceso de lo sinobjeto de lo técnico (como modulación racional de las energías y movimientos corporales, de su fuerza de trabajo) para volverse caótico y anárquico. Liberar, transformar, acumular, dividir, conminar, proceso de la técnica moderna (su esencia para Heidegger) y de su espacialidad en lo funcional, no pueden consumarse en este arquetipo conformativo del espacio. Desde este punto de vista la arquitectura, en su aparente neutralidad, es esencialmente política, construye o subvierte un orden social/ cultural dado. Diego Ceconato arquitecto, docente, FAUD-UNC

BACHELARD, GASTÓN (1997), “El aire y los sueños”, Fondo de Cultura Económica, México / BAUDRILLARD, JEAN (1969), “El Sistema de los Objetos”, Siglo XXI, México / BOURDIEU, PIERRE (2000), “La miseria del mundo”, Fondo de Cultura Económica, Buenos Aires / DE CERTEAU, MICHEL (2007), “La invención de lo cotidiano 1- Artes de hacer”, Universidad Iberoamericana, México / FEENBERG, ANDREW, “La Transformación de la tecnología”, traducción: Javier Blanco y Romina Reisin (2007) / FEENBERG, ANDREW, “Del esencialismo al constructivismo: la filosofía de la tecnología en la encrucijada”, traducción: Agustina Lo Bianco y Ignacio Perrone (2006) / FISKE, JOHN (1995), “Comprendiendo la Cultura Popular”, en Reading The Popular, Routledge, Londres y Nueva York / FOUCAULT, MICHEL (2010), “El cuerpo utópico. Las heterotopías”; Nueva visión, Buenos Aires / FOUJIMOTO, SOU (2010), Revista El Croquis, nº 151 / HEIDEGGER, MARTIN, “La pregunta por la técnica”, traducción: Oscar Terán / MALDONADO, TOMÁS (1990), “El Futuro de la Modernidad”, Júcar universidad, Madrid.


Imagenes: Sou Foujimoto, “Casa de madera definitiva” (2006-2008, Kumamoto, Japón- Fotos revista El Croquis). El arquetipo la <cueva>. El cuerpo se desarma en sus posiciones homologadas en la disolución del suelo continuo del espacio funcional/ organizacional. Las energías corporales se dispersan en lo inútil, en acomodarse, en retorcerse, en lo a-funcional. Un habitar más primario desarma la acumulación del disponer.


peque単as biografias

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peq bio ue単as gra fias


JACQUESHENRI LARTIGUE (1894-1986)

En 1901, a los siete años en Courbevoie, cerca de París, un niño recibía de regalo una cámara fotográfica como una invitación a dejar testimonio sobre el nuevo siglo. Desde entonces exploró la fotografía, capturando los momentos felices y divertidos de su tiempo. Para Lartigue, la felicidad no compatibiliza con su conservación en el tiempo, de modo que hay que retenerla mediante la escritura, la fotografía, los álbumes de música y por último, la elaboración de los recuerdos. Según éste principio, decidió narrar su vida, cuyo relato construía su propio personaje feliz, del mismo modo que construyó su propia felicidad representándola constantemente en su obra. En 1915 comenzó a estudiar pintura en la Academia Julian. Abandonó momentáneamente su pasión por la fotografía al regresar del servicio militar, dedicándose en exclusivo a la pintura, exponiendo sus cuadros en galerías de París y Nueva York. También incursionó en el cine realizando una serie de cortometrajes entre 1913 y 1914. Lartigue siempre se consideró un aficionado a la fotografía, por lo que siempre ha sido inclasificable tanto para conservadores como para críticos. Sus fotografías suelen presentarse cronológicamente o agrupadas por temas; son un documento de una forma de vivir ya desaparecida, la de la burguesía francesa del siglo pasado.

La exploración ronda la confortabilidad del espectador, ya que los temas siempre son agradables: juegos, carreras de automóviles, artilugios voladores, patinadores en el hielo, personas disfrutando de la playa, felices paseantes en los parques de París, la alta burguesía francesa por los bulevares; la vívida imagen de la “belle époque”. Paralelamente, el mundo entero se estremecía por sucesos como la Primera Guerra Mundial, la Revolución Rusa, la ocupación nazi de Francia, la Guerra Civil Española, cambios sociales como la participación activa de la mujer y cambios en el arte como el cubismo y el surrealismo. Cuando contaba casi 70 años, fue descubierto por John Szarkowski, por entonces conservador de fotografía del MOMA de Nueva York; a partir de ese momento Lartigue fue reconocido en su propio país y en todo el mundo gracias al éxito logrado en Estados Unidos. En sus imágenes celebra el instante presente y oculta la angustia que le produce el paso del tiempo y el olvido. Hace especial hincapié en la fotografía como instrumento de la memoria, una herramienta para capturar la fragilidad de la existencia y la brevedad de la felicidad. Prevalece la inocencia, la espontaneidad, el optimismo, lo lúdico, la mirada infantil y a la alegría de vivir; refleja un mundo apacible, con personas que disfrutan de sus vidas. El principal aporte de Lartigue a la fotografía es que su obra constituye una recopilación única de una forma de vivir. Sus fotografías parecen recrear en nuestro subconciente imágenes de una época que no hemos vivido pero que parece formar parte de nuestra própia historia.

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l top five de la w E ! o c in c ¡Dame

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ENCOGER www.encoger.org

Encoger es una asociación madrileña muy formal cuya meta es promover la filosofía del decrecimiento en la sociedad. Y cumple su objetivo, con una página muy atractiva nos enteramos que es el decrecimiento, el encogimiento, y porque la filosofía de un menor consumo es saludable para nuestro planeta.

SIETE FOTOS www.sietefotos.com

Siete amigos con sus cámaras de fotos se reúnen alrededor de un tema, recreando un ritual amoroso con la fotografía. Por la página parece correr ese aire fresco de las buenas ideas. Sin impostar nada, Sinope, Marteen, Juli, Gi, Dimas, Isivioleta, Lala y el octavo pasajero, Santi, nos regalan sus miradas en cada toma…

LOS ICONOCLASISTAS iconoclasistas.com.ar

El subtítulo reza: “Espacio de experimentación, recursos libres y talleres de creación artística” y la aclaración no puede ser más fiel a la realidad. Desde su nacimiento en el 2006 hasta la actualidad, este colectivo rosarino viene creando herramientas de expresión participativas: Cartografía crítica, grafica crítica, creación de íconos e imágenes para promover una cultura libre.

ART PROYECT www.googleartproject.com

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156 colecciones, 32.466 obras de arte, Goya, Cézanne, Botticelli y también “nuestros” Berni, Ferrari…reunidos por google y los principales museos del mundo que han proporcionado las imágenes en alta definición para poder compartirlas. El resultado, poder pasear por la historia del arte, por cada museo, por cada colección. Haciendo honor a Borges la sensación de que la “cultura universal nos pertenece” se acerca mucho a recorrer está página.

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Y seguimos con los “parientes” de enredados. El carajillo es un típico café español con una pizca de alcohol, (café con picardía, dice el editor). Con mucho entusiasmo y rigurosidad, esta revista online dirigida por Jordi Borja se encuentra en la web cada tres meses, asociada a Café de las Ciudades. En cada número una cantidad de prestigiosos invitados opinan en torno a un tema común –sustentabilidad, movilidad, derechos ciudadanos, etc. El resultado, un valioso material de crítica urbana.

CARAJILLO DE LA CIUDAD cafedelasciudades.com/carajillo


UNDERGROUND (1995) Emir Kusturica En 1995 Kusturica estrena este largometraje, que durante los 165 minutos de duración, resume 50 años de la historia Yugoslava y su particular idiosincrasia balcánica. El argumento relata la historia de un poeta que durante la segunda guerra mundial oculta a su amigo y a su familia en un sótano para esconderse de los nazis y a su vez fabricar armas para la guerra. Allí ocultos, son engañados durante 20 años creyendo que la guerra aún no termina. Sus personajes, traidores e inmorales, interpretan esta tragicómica historia enmarcada en un ambiente de festejos continuos, excesos y delirios. Increíbles metáforas hacen magistral la puesta en escena de esta película. El sótano es uno de los símbolos principales, refugio y realidad paralela metáfora de la Yugoslavia del Mariscal Tito. Esta película profundamente política, ganará la Palma de Oro en Cannes y proyectará a su director a nivel internacional. Es para destacar la banda sonora de la película con música de los Balcanes, compuesta por Goran Bregovic .


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Refugios MĂ­nimos WS


SOBRE EL HABITAR, EL PAISAJE, LA CONSTRUCCION Y LA BUSQUEDA DISCIPLINAR

http://www.refugiosminimos.com.ar/ ENTRE CATEDRAS ARQUITECTURA 2D TEORIA Y METODOS B MORFOLOGÍA 2A

El Workshop Refugios Mínimos 2012 se realizó los días 16, 17, 18 y 19 de mayo de 2012, en la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba. El seminario proyectual contó con la participación de 150 personas, entre docentes, adscriptos y alumnos. Tuvo como objetivo indagar a través del proyecto arquitectónico y el propio proceso de proyecto sobre la forma de habitar el espacio cotidiano y sus principales variables, con meta en la transferencia docente. Así, cada grupo propuso el desarrollo de un espacio mínimo para el habitar cotidiano, a modo de refugios, albergues primarios en el paisaje. El desafío fue concentrar todos los aspectos simbólicos y de uso en 25m2, posibilitando en el proceso poner en reflexión las posibles respuestas formales y tecnológicas. El Seminario Taller estuvo organizado por

Entre Cátedras, un espacio de intercambio promovido por las cátedras de Arquitectura 2D, Teoría y Método B y Morfología A. Contó con la presencia de los arquitectos Sebastián Colle y Jorge Pieretti, invitados docentes de la Universidad de Palermo, Buenos Aires.

Auspició: Editorial Café de las Ciudades. www.cafedelasciudades.com.ar contacto: entrecátedras@gmail.com Organización: Celina Caporossi / Carolina Vitas / Mariela Marchisio Cuerpo docente: Celina Caporossi / Carolina Vitas / Diego Ceconato / Mariela Marchisio / Edith Strahman Colaboración en organización: Héctor Páez Ferreyra / Irupé Teniente / Natalia Breitung / Carolina Morchio

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UNO EN UNO: REFUGIOS DESCARTABLES

notas mínimas / refugio+teoría

una experiencia pedagógica

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Desechables, descartables, por día las ciudades generan miles y miles de materiales-basura. La economía de consumo, que alienta la corta vida útil de los productos y el desecho, convierte en basura con una rapidez asombrosa nuestro entorno material. El re-uso, volver a darle uso y sentido a los materiales u objetos que descartamos, es tal vez uno de los desafíos más importantes que tendrán que asumir las nuevas generaciones. ¿Podemos generar un saber técnico-proyectual para el re uso? ¿Es posible pensar qué materiales u objetos desechados pueden reconvertir su uso y significado para resolver problemas de espacio y uso? ¿Podemos aprender la importancia de la tecnología en el proceso de proyecto trabajando con la meta del 1 en 1? Sobre estas ideas se realizó en Arquitectura 2D Noche / Faud / Unc este ejercicio de proyecto, con las siguientes consignas:

PROYECTAR UN REFUGIO TEMPORAL CON MATERIALES/ OBJETOS DE RE-USO Cada taller tiene asignado alguno de los siguientes materiales/objetos y entre todos se exploran las potencialidades del material. 1. con cartón (cajas, cartones, etc) 2. con plástico (botellas, etc) 3. con madera usada (de obra, pallets,etc) TECNOLOGIA DE RE-USO El grupo investiga las potencialidades del material asignado (cartón, plástico o madera) y su capacidad de RE-USO para construir y proponer el refugio, teniendo en cuenta: # La estructura. # Los planos límites de cerramiento. # Ventilacion, iluminacion natural, relacion interiorexterior.


MINíMO EQUIPO MULTI FUNCIONAL EN LOS LÍMITES # ¿Para qué, de qué manera, cómo? En ningún caso incluye sanitario. # Explorar la geometria, modulación y forma en acuerdo con el material y los usos posibles.

PROYECTAR EL REFUGIO CON LA INTENCIÓN DE CONSTRUIRLO 1 EN 1

En la Web…. NOT MADE IN CHINA: http://www.notmadeinchina.com.ar RECETAS URBANAS: http://www.recetasurbanas.net/ BASURAMA: http://basurama.org/

Imagenes: Refugios realizados por alumnos de la Cátedra de Arquitectura 2D, de la UNC, FAUD. Exploraciones en cartón, Talleres Fernando Pájaro y Pedro Rapalo. Exploraciones en plástico, Taller Celeste Guerrero, Jorge Bruhn y Graciela Cimino. Exploraciones en madera, Taller Adriana Menendez y Luis Salvay.


notas mínimas / refugio+teoría

44 Pao 1 y 2. Exploraciones para una chica nómade en Tokio. Toyo Ito. 1985-86.


Refugiados: Sobre zonzos

Soy una persona que necesita tiempo, todo me cuesta”. Kazuyo Sejima.

Encontrar el lugar y el modo de hacer las cosas es un trabajo GRANDE. Es que llevarse por las modas y los monos de la vidriera de turno es, generalmente, el disparo más corto y más alto. Todo es más brillante y más sonriente. Pensar parece que no siempre es fácil; ver, crear, resolver, no son tareas para descifrar en unas cuantas líneas, en manchones de colores o en un lapsus de iluminación creativa con final feliz. Las soluciones todopoderosas son a veces el primer y más encantador impulso hacia la verdad. “Pero es que no siempre se trata de inventar, de repente, un mundo” (Alejandro de la Sota). A veces, hay zapatos sin cordones en donde viven, descansando sobre la interrogación, los refugiados. Los comidos por el paso del espacio y del tiempo que no son pensados porque no están en cartel rodeados de estrellas. Esquinas, casitas, canteros, teatros, entradas, escuelas, caminos y terrazas; atropellados por la idea y los adornos. Y es que encontrar lo que Sintetiza, no siempre es trabajo de los inspirados, el Resumen a veces parece ser para los zonzos, los que ponen más gastos, pierden más noches y andan sin éxito; los que miran más hondo, tienen más tiempo y andan contentos.

Florencia González del Solar arquitecta

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Refugio barril. Charlotte Pierrant y Pierre Janneret


Imagen: Refugio barril. Charlotte Perriant y Pierre Jeanneret.1938


notas mínimas / refugio+objeto

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El refugio como proyecto Frente al valor de la gran escala como panacea de proyecto, en gran parte impuesto por la publicidad, pensar un refugio mínimo sea tal vez una buena oportunidad para reflexionar sobre la Arquitectura en términos esenciales, una traslación a la cueva como naturaleza apropiada para la idea básica de protegerse, un imaginario primitivo en la deriva de pensar una tipología. Así, el refugio como construcción espejo de la cultura del habitar; de un hombre que establece una relación unipersonal y solitaria con ese ámbito pequeño, un vínculo remoto, un anclaje, un límite de lo propio y lo dado, en el medio de la naturaleza. El refugio es una excusa, un punto de partida para ver al habitante consigo mismo y el espacio como posibilitante de esa relación; es una plataforma para poner sobre la mesa el papel de la Arquitectura como disciplina, desde una forma que asume cierta noción de primitivismo, para ir de la cueva al proyecto de cueva, de esa cueva preexistente a la cabaña construida. Es este refugio-instrumento un medio de programa vago como condición, que permite explorar la elementalidad en la noción del habitar bajo la lupa de la disciplina, arquitecturizando la dimensión básica de la relación entre habitante y habitación, proyectándola sobre la excusa de la manipulación de lo íntimo en lo pequeño, de lo básico en lo mínimo. En ese discurrir, el refugio implica sustanciar la correspondencia entre el hombre y el objeto, cocinarla, hacer espesa la experiencia espacial y en el espiral de ese proceso poder reflexionar en la construcción, en la materia del trabajo sobre la escala, las distancias físicas y perceptuales, la relación con

el afuera desde un adentro contenido. Así aparece la tectónica de la humedad, o de la lividez, o de la forma de un hueco, tal vez un único hueco, el único paso de la luz, el aire, el olor, el ruido, la única posibilidad de mirar el afuera, de entrar; es el mismo proceso en que la mente iguala cueva y piedra, un concepto que es materia, una idea que se puede moldear, colar, apilar. Bajo la misma lógica de pensar la construcción material de las ideas, en una lectura que a primera vista pareciese estar en la esquina opuesta por su distancia al imaginario primitivo, el proyecto de refugio permite extremar las búsquedas en la fusión de la forma y la estructura material, serpentear en las nuevas tecnologías, el refugio como espacio de invención. La pequeñez y un vínculo más relajado con las condiciones externas dan lugar al refugio-narciso, una zona de experimentación en si misma, cuya expansión puede estar en ser génesis de búsquedas posteriores a otra escala. El foco habilita en poca superficie la búsqueda de recursos, un vaivén que puede abarcar desde los más exasperados a los más sutiles dispositivos espaciales, en el esfuerzo de romper la incorrecta pero usual dialéctica entre la actividad única y lo isótropo del recinto; indagar en lo especifico de la disciplina como instrumento de puesta en valor, o del cómo de la particularidad de las cosas, la riqueza de lo escaso, el abordaje de las decisiones de proyecto como incisiones en la mas cargada obviedad. En ese estado de cosas pensar lo mínimo atraviesa lo dimensional, pero podríamos ver que lo acotado radica también en mirar las relaciones espaciales desde la quietud, en una perspectiva congelada. Aún en lo


pequeño es necesario incorporar múltiples maneras ver el proyecto del espacio; la multiplicidad de miradas desde el movimiento versus la simple observación de lo dimensional sobre un punto detenido en el tiempo. Lo que se diga indispensable tal vez esté solo en reconocer las múltiples asociaciones ambientales que genere imaginar las traslaciones. En la lectura de los usos en tanto apropiación, inscripto en la importancia de la riqueza de lo básico, la textura material, la luz, un hueco. Validarlo implica imaginar necesariamente el suceder del usuario, verlo o verse sentado, acostado, parado, caminando, entrando, aproximándose. ¡Ojo! A su vez, no es una casa, tal vez la casa sí sea un refugio, pero el viceversa del juego de palabras no pareciese ser lo mismo, aunque se puede aprender de ellas... La pequeña casa de Le Corbusier, contada como quien la camina, es también un refugio, una comprobación espacial de la maquina de habitar en una morada mínima, donde el espacio como tema esencial de la Arquitectura aparece en toda la línea de su pequeño relato, evidenciado en una gran cantidad de recursos que lo cualifican, provocando sus transiciones, sus cambios de escala, su relación con el paisaje. En el final de la lección, asociada a la idea de lo mínimo y lo esencial la lectura de la casa, imagina a los viejos mirando el lago y el paso del tiempo. Fernando Pájaro arquitecto, docente, FAUD-UNC Imagen: Refugio barril. Perriand - Jeanneret.1938


notas mínimas / refugio+paisaje

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Cómo el artificio mira el paisaje El abordaje del proyecto desde la toma de posición de cómo el objeto se relaciona con el paisaje es ancestral. La arquitectura mira al paisaje. La arquitectura es paisaje. La arquitectura construye un paisaje. La ciudad es un paisaje…. Creamos paisajes, entornos… En un encuentro con amigos arquitectos, conversábamos acerca de la edad de las disciplinas y su acervo disciplinar. Uno de ellos hizo una observación muy interesante: la psicología como disciplina tiene aproximadamente cien años y por lo tanto es una disciplina que se está construyendo, elaborando como tal, en cambio la arquitectura es una disciplina que tiene milenios. La arquitectura es una profesión que viene con antepasados, con memoria. Éste artículo no es más que volver a pensar uno de los orígenes de la arquitectura, porque el devenir de la práctica profesional nos ocupa de las “partes” de la arquitectura y nos aleja del origen; es decir, esas partes nos ocultan aquello que le da vida a la arquitectura: al todo. En un punto, no solo tener en cuenta sino tener una posición respecto del paisaje, del entorno, del contexto, es una regla. Es una regla que forma parte del quehacer tanto práctico como teórico de nuestro oficio, desde que el hombre modifica su entorno para poder dominarlo, para protegerse, para darle cultura y por ende identidad. Construir – y pensar- un objeto arquitectónico en el paisaje, ya sea natural o artificial, siempre establece una relación intrigante entre ambos. El paisaje es alterado, modificado y transformado en distintas gradientes, pero modificado al fin, en sus cualidades espaciales

existentes, generando un entorno distinto, que además de ser percibido sensitivamente lo es por la razón. El objeto arquitectónico, como hecho artificial del hombre, aparece como un valor de la necesidad del hombre de transformar y controlar la naturaleza. A su vez, en el proceso de construcción de este objeto arquitectónico, la realidad del medio natural condiciona (si no determina en algunos casos) la génesis de la forma y su expresión, por lo que ésta no resulta ajena al medio que la acoge. Una parte de la razón de la forma arquitectónica, por lo tanto, pertenece al paisaje y en aquella él se refleja. Esta inevitable relación visceral, inherente al hecho de construir, entre el objeto arquitectónico y el paisaje, entre el propio edificio y el espacio que lo rodea, es sin duda uno de los puntos de origen de la arquitectura entendida como artificio espacial, de habitabilidad. Aprender y por qué no, entrenarse en comprender las claves de la naturaleza, del entorno, del contexto, es en definitiva establecer una buena base para todo proyecto. Agudizar la mirada, aprender a mirar atentamente. Los lugares se nos muestran una y otra vez, se nos ofrecen según cómo los miramos, hay que mirar el lugar y detectar su clave, su naturaleza… Nuestra posición de proyecto perseguirá lo trascendente de él. Pinta tu aldea y pintarás el mundo . Los romanos salieron a conquistar el mundo, construyeron paisajes con una estrategia global y una construcción local. La arquitectura contemporánea hasta ahora pudo salir


de gira y ubicarse en cualquier lugar, esta posición frente al paisaje ha quebrado la regla que le da origen a la arquitectura, que es dar valor, cultura al entorno. ¿El lugar puede salir de gira? Puede hacerlo con un proyecto, con una arquitectura que lo contemple, que lo comprenda y que le otorgue valor de autenticidad. Esa es la arquitectura que necesitan nuestras ciudades, nuestros territorios, porque una arquitectura que comprende profundamente el lugar, por ende le da valor, enriquece el acervo cultural porque propone autenticidad. La arquitectura que sale de gira empobrece el entorno porque en definitiva tiene una finalidad de conquista e imposición. Atahualpa Yupanqui decía que la música habla de paisajes… la arquitectura hace paisajes.

Carolina Vitas arquitecta, docente, FAUD-UNC y FA-UCC

Imagen: Renacer, Graham Metson.1969


notas mínimas / refugio+teoría

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AEIOU. Disparadores conceptuales Amparo Ambivalente ¿De qué me escapo cuando me refugio? ¿Hay alguna otra cosa que mis amparos habituales no resuelven por diversos motivos?. Entonces, ¿cómo funciona un refugio mínimo? Si lo cotidiano es lo previsible, la función del refugio podría interpretarse como la de transportar al individuo a un espacio de sorpresa, casi a un espacio lúdico en el cual se rompen algunos prejuicios instalados en los objetos de arquitectura que responden a una racionalidad más pura y estricta. Como es, por ejemplo, la cuestión de la organización de secuencias de funciones, su estructura de funcionamiento, la localización y distribución de las mismas en el espacio. Si observamos el refugio propuesto por Le Corbusier, en el mismo se puede realizar esta lectura de las partes en el todo, las funciones diferenciadas, la zonificación, por lo cual la cuestión de lo lúdico se manifesto en los aspectos dimensionales, la escala y la expresión estética. En propuestas más contemporáneas, esa diferenciación de funciones ya no está tan presente e incluso en exploraciones conceptuales como las del Kolonihaven de Miralles-Tagliabue o la Tea House de Tadao Ando, se ponen en crisis. Ejemplo de ello resulta la Roll it House, una propuesta realizada por los estudiantes Christian Zwick y Konstantin Jerabek, de la Universidad de Karlsruhe, para un concurso del Instituto de Diseño Alemán. Este refugio modular y auto-sustentable funciona como un hámster en su rueda, el individuo puede cambiar la estructura de la casa caminando por el centro. Así, los tres anillos que

conforman el refugio al ir girando van posibilitando que la unidad revele las diferentes funcionalidades; a su vez, el movimiento promueve la generación de la energía que necesita el refugio para funcionar. La arquitectura ampara al hombre de lo otro a la vez que le permite estar en eso otro…. en un sentido ambivalente, por implícitamente cambiante e informal, por explícitamente múltiple, con ajustadas predeterminaciones funcionales, a la vez con ambigüedades y libertades en sus formas de ocupación, los modos de apropiación y uso de los objetos arquitectónicos han ido mutando en el tiempo. La tecnología ha tenido mucho que ver en estos cambios. Pensar la resolución funcional de un refugio, por lo tanto, se constituye en un ejercicio de máxima experimentación. Ensayar Eventos Una pausa, un hito, una señal, siempre un ensayo. Lo mínimo implica exhaustivos ejercicios de indagación, depuración y exploración entre las variables forma, dimensión, habitación / habituación. Pieles, envolventes - desafío de comunicar / comunicarse. ¿Es un ejercicio de señalética? Implica señalar la posibilidad del habitar humano en un espacio que parece haber dejado al humano por afuera. Ya sea por su condición de paisaje natural o de paisaje desnaturalizado por la catástrofe… En todo caso implica la intervención en la postal sin la invasión de la postal, pero tampoco invisibilidad del individuo en la postal, una manera de ensayar


significados, provocar el sentido de los entornos, emancipar de lo común, de lo cotidiano, errar en lo imprevisible. En un proceso de diseño es posible debatir la temporalidad misma del objeto-refugio ante la disyuntiva de fijo o móvil. Volviendo el ejemplo del Cabanon de Le Corbusier, el objeto es estático, está allí esperando ser ocupado, fijando una posición muy clara y acorde a su época. En cierto sentido, estas lógicas de ocupación están puestas en discusión y sobre todo está en discusión el impacto que los individuos producimos sobre el territorio. Este debate no pasa hoy por no tocar más los territorios, sino por garantizar que al dejar de ocuparlos el daño haya sido el mínimo posible o incluso que la ocupación genere un plus de valor ecológico a ese espacio ocupado. Estas lógicas de diseño y ocupación instalan entre otras cuestiones la idea de la movilidad de los objetos, asociada también a la necesidad del hombre de explorar nuevos espacios llevando consigo lo propio, en este caso su refugio. Estos modos de habitar fueron interpretados por varios arquitectos, entre ellos Toyo Ito con sus propuestas de hábitats nómades para las secretarias de Tokio, llamadas PAO, o la Single Hauz de Polonia inspirada en los sistemas de publicidad urbana, apoyada en un poste central, prefabricada, de fácil montaje y desmontaje, de alta tecnología y amigable con el ambiente, pero, por sobre todas las cosas, que puede localizarse en casi cualquier lugar. Imagen: Roll it Experimental. Universidad de Karlsruhe, Alemania. 2011


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Ingenieria Mínima Pensar la concreción de un refugio conlleva un ejercicio de diseño en principio complejo. Implica arriesgar a la síntesis, apostar al ingenio y, en muchos casos, a traspasar ideas y conceptos constructivos de otros campos. Definir las cuestiones técnicas y tecnológicas de un refugio conlleva también indagar en relación a decisiones de síntesis extrema, que en principio podrían significar: Mínimo de materiales Mínimo de desplazamientos Mínimo de mano de obra Mínimo tiempo de montaje y desmontaje Mínimo impacto En 1996 el arquitecto japonés Shigeru Ban comenzó a experimentar con tubos de papel reciclado para crear estructuras altamente resistentes y diseñar viviendas transitorias para familias que se habían quedado sin hogar después del terremoto de Kobe de 1995. Estos refugios temporales resultaron de muy bajo costo, tanto de producción como de traslado, montaje y desmontaje. Los tubos de papel colocados de manera vertical arman “muros de carga” muy resistentes y el tratamiento que se le da al cartón lo vuelve resistente a las lluvias y los insectos; por otra parte, los tipos de uniones hacen que estas estructuras puedan ser reutilizables. Sin duda, la incursión de Shigeru Ban en este campo del diseño marcó un antes y un después en el desarrollo de la temática. En la misma línea se está actualmente desarrollando el proyecto más ambicioso, que consiste en el armado de grupos residenciales a partir de contenedores, de modo que se conviertan en residencias de mayor permanencia para los 500 habitantes de Onagawa que quedaron sin hogar luego del Tsunami del 2011. Es interesante el

ejemplo en el sentido de que hasta ahora he venido refiriéndome a pensar el refugio y en esta línea Ban ha avanzado en pensar el conjunto de refugios como estructuras que aportan calidad de vida con la misma lógica y condicionantes tecnológicos con la que pensó la respuesta individual. Ocupación ¿Cómo se ocupa un refugio mínimo? ¿se vive en el refugio? La mayor superficie la aportan los cuerpos. Los objetos son uno y todo, las cosas ocupan y desocupan el espacio ¿El individuo habita u ocupa el refugio? Existe una situación de exterioridad asumida, una ocupación extendida hacia el exterior ¿Un montañista ocupa el refugio o lo usa para refugiarse momentáneamente y ocupa la montaña? La condición de la ocupación mínima se asocia entonces no solamente a la cantidad de espacios ocupados por los objetos, ni a la cantidad de tiempo que se habita el refugio en tanto objeto, sino también el espacio de territorio que significa la ejecución y funcionamiento del mismo. Cuando Le Corbusier construyó su Cabanon, lo diseñó como un meccano para armar en el lugar, cada pieza se ejecutó y se trasladó en barco hasta el lugar del emplazamiento del refugio. Existen otras posturas frente a la disyuntiva de determinar la tecnología a emplear para la materialización del objeto. Un caso interesante lo constituye la Villa Eila en Guinea, diseñada por los arquitectos Heikkinen & Komonen para Eila Kivekäs, una antropóloga finlandesa y fundadora de una asociación para el desarrollo en África. A pesar de la enorme distancia cultural existente entre el trabajo de los arquitectos y la realidad de la República de Guinea, la línea de pensamiento seguida durante


el proyecto hizo que el objeto se constituyera en un ejemplo emblemático de ocupación del territorio, no solo por su resolución funcional, sino sobre todo por la elección tecnológica, resolviéndola con materiales del contexto inmediato (ramas y barro), utilizando técnicas que no demandan cocción para no tener que utilizar leña. La estructura resultante posee además buenas propiedades termodinámicas; almacena la frescura de la noche para el día y el calor del día para la noche. La cubierta superior conforma espacios intermedios de ocupación acotada, acompañados por una fachada construida de bambú tejido que filtra la luz del sol de mañana, delimitando el impacto en el territorio. Por lo tanto, la pregunta inicial podría reorientarse hacia la pregunta: ¿Qué ocupa un refugio mínimo? Y esa respuesta debiera salir desde varios campos, el tecnológico, el espacial, el social, el cultural… Uno (uno es muchos) Es el espacio destinado al reencuentro, a hacer de la experiencia de la reflexión la acción del retiro. ¿Cualquier persona puede ser usuaria de un refugio mínimo? ¿Es para Uno en el sentido de unipersonal o es para Uno en el sentido del ser? Existe uno y miles de posibles usuarios, el usuario social / sociable, el usuario retraído / huraño, el usuario pánico, el usuario eterno… Entonces, un refugio es muchos refugios. Mariela Marchisio arquitecta, docente, FAUD-UNC marchisiomasnanzer.jimdo.com Imagenes: arriba: Kolonihaven, Miralles -Tagliabue. 1996; abajo: Villa Eila, Heikkinen - Komonen 1995


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Refugio en el Diseño Diseñar es, sencillamente, lo que hacemos los seres humanos. Los productos que nos rodean constituyen una expresión de las ideas sobre cómo podríamos o deberíamos vivir, traducidas en una forma tangible, que las convierte en expresiones culturales por excelencia, comunicando de un modo inmediato, involucrando todos los sentidos. La interacción entre ellos ofrece múltiples perspectivas de interpretación. El diseño es básico en todas las actividades humanas: la puesta en práctica y estructuración de cualquier acto apuntado a una meta deseada constituye un proceso de diseño (Victor Papanek). Los productos de diseño no sólo son portadores de una función, sino también de información. Las posibilidades expresivas que permiten los procesos de producción en su desarrollo actual facilitan, potencian y también condicionan los aspectos comunicacionales de los productos. Carmelo Di Bártolo propone distinguir dos niveles de conocimiento del material: uno que corresponde a las características intrínsecas del mismo y otro perceptivo, estrechamente vinculado con la relación entre el usuario y la superficie/objeto percibido. Esta distinción permite identificar la doble identidad del producto: la real y la percibida. Como diseñadores debemos tener en cuenta que los materiales deben comprenderse, interpretarse y diseñarse a partir de su esencia, para que pueda entenderse su uso, sus limitaciones y sus oportunidades de diseño. En conclusión, deben mantener coherencia entre sus propiedades, ya sean reales o percibidas.

El mundo de la materia en el diseño se relaciona con los aspectos de identidad cultural. Esto permite propuestas más localistas y personales donde el sentido común y la observación detectan los deseos de la sociedad y permiten cuestionar y estudiar métodos y procedimientos alternativos. Nos interesa mencionar el fenómeno de las lonas vinílicas, que están en todos lados, anuncian, informan y venden en forma de banners, marquesinas o carteles. Son construidas a partir de un tejido poliéster recubierto en PVC plastificado (plastisol), un material 100% plástico, resistentes a la tracción, al desgarre y a la flexión. Este material está diseñado para durar cerca de 60 años en uso, pero al ser utilizados para publicidad su vida útil es breve, a veces momentos, otras un par de meses. Es un material reciclable pero al ser compuesto la separación de los componentes encarece el proceso y nadie quiere asumir las pérdidas económicas. Pero, ¿qué sucede con este material cuando cumplió su función? En el peor de los casos será enterrado en un basural donde tardará más de dos mil años en degradarse. En el mejor de los casos es reusado con algún fin útil. Las alternativas de re-uso contemplan desde situaciones relacionadas a la función práctica de refugio del sol, de la lluvia, inclemencias del tiempo o catástrofes climáticas, hasta el diseño de productos perdurables de manera tal que se reduzca el impacto ambiental que genera el material. Cada diseñador puede convalidar lenguajes cultural-


mente aceptados, recordar el pasado, contar historias, trabajar con la identidad y explorar nuevos caminos experimentando la utilización de este material en distintos campos, explorando sus límites. Entender al diseño como una construcción de significados implica no sólo asumir la influencia que se puede ejercer sobre miles de personas sino también tener una actitud crítica ante lo producido. Hoy es imprescindible desde el diseño dar respuestas adecuadas a los problemas del ambiente, ya que el hombre es una parte constitutiva de éste. Creemos que es necesario concebir una idea de diseño que sea sustentable, no como concepto políticamente correcto sino entendiendo que todo lo que podemos diseñar y producir como seres humanos debe ser concebido como producto coherente con la realidad de nuestro planeta. Entender la finitud de los recursos, los materiales y la energía permitirán un diseño acorde a las necesidades sociales relacionadas al “buen uso” de todos estos recursos, incluido el diseño. Moriana Abraham y Federico de la Fuente diseñadores industriales, docentes, FAUD-UNC www.quedisenio.com.ar DI BARTOLO, CARMELO (2006), “La forma de la materia”, Revista IF N°2 / PAPANEK, VICTOR (1977), “Diseñar para el mundo real: ecología humana y cambio social”, Hermann Blume.

Imagen: Alcancías Rose, Que! Diseño

Tatetíes, Que! diseño.



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Sin título. Pablo Vitale. Libro Barrios al Sur, Editorial Café de las Ciudades


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Expresión visible de una fractura social

El cafetín es un laberinto. Nuestro destino es extraviarnos en sus encrucijadas. Pero algunos presienten una verdad aún más terrible: no se puede salir del bar no por falta de puertas, ni por la disposición caprichosa de sus instalaciones, sino porque no hay otra cosa que el bar. El afuera no existe.” Alejandro Dolina. “Bar del infierno”

Asociamos la idea de refugio a la de guarida, reparo, escondite o amparo de algo o de alguien, generalmente de manera circunstancial. El problema reside cuando ese escudo se convierte en lo cotidiano, en un modo de vida. En la ciudad, la globalización económica, el rol cada vez más pasivo del Estado, la desindustrialización y la creciente inseguridad urbana aumentaron la brecha y las desigualdades sociales, hecho que se manifiesta directamente en los modos de apropiación y ocupación del espacio, dando origen a nuevas formas de urbanización. Se conforman así grupos homogéneos disímiles que encontraron maneras particulares de ocupar el espacio y que lejos de conformar herramientas de progreso, pasaron a ser “válvula de escape, escondite o refugio de una realidad que se pretende ajena y a la que se busca evadir”. Si tomamos como caso referencial a la Ciudad de Córdoba observamos una fuerte polarización de actores y estrategias habitacionales, generalmente alejadas del centro de la ciudad. Por una parte se encuentran operaciones destinadas a grupos de mayor

poder adquisitivo: barrios privados. En el polo opuesto se ubican intervenciones dirigidas a sectores más vulnerables, a quienes el estado provincial y parte de la sociedad erradicaron hacia la periferia, a través de planes sociales de vivienda. Así fue que distintos sectores sociales se configuraron como entes autónomos con cierto grado de autosuficiencia y una total falta de integración con el entorno circundante, del que, aunque no pretendan, forman parte. Un claro ejemplo de ello es la escasa relación con la trama urbana de la ciudad en la que se enmarcan, la presencia de servicios y equipamientos que no tienen continuidad con los sistemas generales del núcleo urbano. En este contexto, los barrios privados son los que “invitan a entrar” a una realidad paralela, alejada del movimiento y lo vertiginoso de la ciudad. Se nos presenta como una oferta de modo de vida solo posible dentro de los límites del barrio. Los procesos de urbanización, en este caso, pasaron a convertirse en objetos de compra y venta, un bien de mercado. En el otro extremo se ubican los grupos en situación de pobreza crítica, que fueron desplazados casi involuntariamente a los denominados “barrios ciudad”, en las afueras de la urbe. Se trata de acciones públicas que, bajo la premisa de la vivienda propia, no reparan en otras condiciones, como la distancia al centro, accesibilidad e infraestructura, medios de movilidad adecuados, búsqueda de apropiación de esos espacios (hoy ajenos) por las personas que los habitan, entre otras. Segregan y marginan a una situación que se


pretende resuelta. Pareciera que el objetivo en estos casos, lejos de “invitar a entrar”, es más bien “evitan salir”. Éstos dos polos, a los que Maristella Svampa define como “los que perdieron” y “los que ganaron” del modelo neoliberal, se diferencian tanto en sus estilos residenciales como en las formas de socialización. Los primeros constituyen el foco de lo que actualmente se denomina “nueva pobreza”, los segundos son quienes han podido integrarse favorablemente a las nuevas modalidades estructurales, en lo que podemos denominar un modelo de “autonomía protegida”. Así, modos de fragmentación y segregación terminan por convertirse en verdaderos guetos a escala urbana. ¿De qué nos queremos refugiar? ¿Por qué creemos impropia una realidad de la que todos formamos parte? Sin integración y multiplicidad no puede existir una identidad común, solo ajena y unipersonal, aun a escala urbana. Y es así que la idea de cobijo, como solución inmediata a una situación determinada, pasa a ser una herramienta de exclusión, una manifestación territorial de extremos visibles. Irupé Teniente estudiante de arquitectura, FAUD-UNC MARISTELLA SVAMPA. Lic. en Filosofía. UNC. 1984. Doctorado de Ciencias Sociales (París, 1992). Los que ganaron. La vida en los countries y en los barrios privados. (2001) 1

Imagen: Área de camping del Festival de Roskilde, en Dinamarca. 2012


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Campamentos de refugiados: “el grado 0 del urbanismo” La reflexión arquitectónica sobre el refugio remite en la mayoría de los casos a situaciones individuales o familiares, en contextos de ocio o aventura, o a una exploración sobre los orígenes existenciales del habitar. Para 42 millones y medio de personas, la realidad es mucho más dura: son los desplazados, los solicitantes de asilo o los refugiados, “aquellas personas que huyen legalmente de su país debido a un temor bien fundado de ser perseguidos por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a un determinado grupo social u opiniones políticas”, como los define la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de las Naciones Unidas de 1951. En la práctica, estas huidas o migraciones forzadas son también ocasionadas por catástrofes de origen ambiental y sus correlatos económicos y sociales: inundaciones, terremotos, sequías, deterioro del suelo, hambrunas, epidemias… El mapa mundial de refugiados muestra una concentración llamativa de los lugares de origen de refugiados alrededor del Pacífico oriental, en el este de Africa y el sur de Asia. En el continente americano el fenómeno es, afortunadamente, muy limitado. Más o menos resueltos los conflictos armados de fines del siglo XX en Centroamérica, solo Colombia presenta hoy una cantidad significativa de desplazados y solicitantes de asilo, que engrosan la cifra de cien mil casos latinoamericanos registrados por el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR. org). A pesar del carácter precario y provisorio que por naturaleza se supone tienen los campamentos de

refugiados, existen casos que ya han cumplido 30 años de permanencia, como el de Tinduf, en el Sahara, o el de Jallozai, en Paquistán. En su Urblog.org, Manuel Saravia define al campamento como “el grado 0 del urbanismo” y recopila la mejor información disponible en la web sobre las condiciones que debe cumplir: “No es exagerado decir que, en algunos casos, los campos son germen de ciudades. El mínimo del mínimo de la vida urbana. Lo menos que se puede pedir a una ciudad. Por eso deberían ser una referencia al urbanismo. En los campos de refugiados sí que hay respuestas”. Los emplazamientos deben estar en lugares con buen drenaje natural y cercanos a ciudades bien equipadas. El tamaño máximo del campo no debería superar los 10.000 habitantes. La superficie media por persona debería estar entre 30 y 45 m2, con un mínimo de 3,5 m2 destinada a las “viviendas”, que deben organizarse en vecindades, “racimos” y clusters de no más de 15 unidades. La superficie destinada a calles y caminos puede alcanzar entre un 20 y un 25 % del área total del predio. Es importante que los refugiados participen del diseño, construcción y mantenimiento del campo, y en muchas ocasiones, de su seguridad. El material para las viviendas puede encontrarse en el sitio (ramas, metales, plásticos) o la autoridad puede entregar tiendas de campaña. Se espera que los refugiados puedan permanecer de pie en su refugio y que este los proteja del sol, la lluvia y los insectos. Es imprescindible contar con algunos equipamientos: Centro de Recepción, puestos de salud, lugares de encuentro de líderes o representantes, puntos de


distribución de alimentos, un mercado y al menos una escuela cada 5.000 personas. Entre los servicios recreativos, la “canchita” de fútbol es infaltable. Se requiere un mínimo de entre 7 y 20 litros de agua por día y por persona, abastecida desde una fuente próxima y con posibilidades de tratamiento, o por camiones cisternas. Las letrinas deben servir a no más de 20 personas y estar aguas abajo y a no más de 50 metros del campamento. Los generadores de electricidad pueden usar gas-oil, gas natural, bio-gas o energía solar; es conveniente que haya al menos una computadora conectada a Internet. Una frase citada por Saravia resume la dureza de la vida en un campamento: “esto es un campo de refugiados, un lugar que ninguno de nosotros habitaría libremente”. Sin embargo, se espera de ellos que puedan constituirse eventualmente en el primer paso de un asentamiento urbano formalizado. En ocasión del terremoto de Haití, Alfredo Garay sostuvo que “es muy difícil que los refugiados abandonen sus campamentos para regresar a sus antiguos hogares: en su estructuración, debe considerarse que los campamentos serán futuros barrios de la ciudad” (también pidió discutir la reconstrucción “sin transformar la necesidad en mercancía, como ocurrió en el caso de Bagdad”). Paradójicamente, algo similar ocurre en casos que no están asociados a la idea predominante sobre la condición del refugiado, como es el de los pobres que ocupan terrenos en condiciones de informalidad jurídica como única forma posible de acceso al suelo y a la vivienda. En la práctica, cualquier asentamiento

u ocupación en las periferias de las grandes ciudades argentinas podría recordar las condiciones de un campamento de refugiados. Es interesante comparar, por ejemplo, el Kit para la gestión de campamentos del Consejo Noruego para los Refugiados (www. nrc.no/camp) con el Manual de Urbanismo para asentamientos precarios elaborado por la Secretaría de Acción Comunitaria de la FADU-UBA en conjunto con habitantes de diversos asentamientos del Gran Buenos Aires (puede descargarse del sitio urbanismopopular. blogspot.com.ar). Esta es una de las particularidades de la producción del hábitat popular en el contexto argentino y latinoamericano: que de manera contraria a la secuencia más lógica, los pobres habitan primero, construyen después su precaria casa sobre sus propios cuerpos y finalmente acceden, con algo de suerte, a la seguridad legal sobre la tenencia del suelo en el que residen. Parafraseando a los Redondos, podría decirse que todo refugiado (todo ocupante) es político.

Marcelo Corti arquitecto y urbanista, director de la Editorial Café de las ciudades (www.cafedelasciudades.com.ar)

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Toma del Parque Indoamericano. Villa Soldati - Buenos Aires diciembre 2010


DESCUBRIR Y TRANSFERIR proyectar y construir en un vestigio natural Históricamente los términos “artificial” y “natural” han sido conceptualizados como un par de opuestos binarios, delimitados con claridad. La visión clásica definió esferas específicas de dominio, donde “artificial” remite a una producción propia del hombre, contrapuesto al concepto de “naturaleza”, producción ajena al hombre, propia del libre juego de las “fuerzas naturales”. La modernidad planteó una dicotomía natural/artificial que impregnó gran parte del imaginario del siglo XX: las formas puras, blancas y levitadas contrastaron con una naturaleza entendida de forma genérica y homogénea (la gran extensión de césped, el espejo de agua y la masa de árboles)

Hoy, el discurso hegemónico de la sustentabilidad nos advierte que nuestra interacción con el medio produjo una condición residual (la crisis ambiental, de sustentabilidad, etc.). El límite entre lo natural y lo artificial se disolvió, dando lugar a un paisaje cultural continuo, un paisaje antropizado donde cada vez es más difícil encontrar vestigios naturales. La naturaleza es entendida como una entidad cada vez más ajena y frágil; lo natural ya no es la última frontera, lo indómito, sino la reliquia a salvar. Al plantearse actuar en uno de esos “vestigios naturales”, el primer interrogante es acerca de la pertinencia del proyecto (y consecuentemente, la transformación del territorio que este conlleva). La responsabilidad ineludible es la de actuar para preservar, limitar la acción antrópica para conservar la condición natural. Y reflexionar sobre cómo intervenir, con que criterio, con qué lógica operativa. En “El azar y la necesidad”, Jacques Monod (premio Nobel 1965) se propuso definir criterios de distinción entre objetos naturales y artificiales. Un criterio, sostiene, es su modo de construcción. Los objetos artificiales son el resultado de la aplicación de fuerzas exteriores al objeto mismo; la naturaleza, por el contrario, se construye por un determinismo interno, autónomo. La lógica de construcción de los objetos naturales está generada por fuerzas internas, ajenas a la voluntad del hombre, presuponen de parte de éste sólo un descubrir y la ciencia ha sido el canal empleado para ese propósito. La lógica de construcción de los objetos artificiales se define por acción de fuerzas externas al objeto creado, presupone un proyecto, una idea apriorística: un acto creativo. La legitimación de la producción del hombre (de sus “objetos artificiales”) estuvo históricamente asociada


a la idea de acto creativo como signo de expresión de un sistema de valores, sistema consensuado en un espacio-tiempo. En la actualidad, la crisis de un sistema de valores comunes -tras la caída de los paradigmas modernos se produce una fragmentación de la cultura: el escenario contemporáneo es multifacético, heterogéneo, mixto, diverso, plural, híbrido- pone en jaque la lógica de producción de objetos artificiales por medio del “acto creativo”, que siempre revela la condición de subjetividad, de creación vinculada a un sistema de valores (que hoy se asumen temporales, cambiantes). Es por ello que algunas lógicas proyectuales para la construcción de los “objetos artificiales” intentan indagar no en métodos creativos, que involucran necesariamente un sistema de valores (es decir, algo ajeno al objeto producido y propio del sujeto que lo produce), sino en procesos de descubrimiento, metodologías que procuran interpretar y actuar desde la lógica intrínseca del objeto de estudio. Desde esta visión, lo sustancial es la capacidad de comprensión del territorio, el descubrimiento no solo de aquello que puede expresarse en términos mensurables (extensión, altitud, temperatura media, hidrografía, diversidad de especies, etc.) sino también sus cualidades intangibles (sus componentes estructurantes, sus huellas, sus mutaciones, su geometría invisible, su imaginario colectivo). Ese descubrimiento del territorio involucra una interpretación -una lectura crítica- que encierra en sí misma el germen del propio proyecto, de la acción sobre el territorio. El proyecto traduce, decodifica el paisaje: internaliza su lógica de aquel como lógica propia. Se intenta así apegarse lo más posible a la realidad territorial y a sus procesos de construcción en

el tiempo, y evitar formular elucubraciones abstractas incontrastables por ser imposibles de objetivar. Un proyecto que se propone actuar en lo “natural” deberá centrarse en la máxima comprensión de la complejidad de ese territorio natural, para decantar una intervención mínima. Es lo que Roberto Fernández resumía como Critica máxima / Proyecto mínimo (o una mínima acción para un máximo resultado). La lectura interpretativa del territorio -dimensión conceptual- deberá transferirse con rigurosidad a un proyecto de máxima definición material -dimensión técnica del proyecto- porque es en su especificidad material donde el proyecto adquiere su complejidad; en el diseño de lo micro, la complejidad no esta en la superficie del programa sino en su espesor técnico. No diseñar lo especifico (la estructura, las pieles, su definición constructiva, de montaje, etc.) es caer en la retórica del gesto. La consistencia de la forma se logra con un apetito por los argumentos técnicos, donde la forma no es ya la meta sino el resultado. Es en esa definición material donde el proyecto interpela al paisaje, donde el pensamiento proyectual es develado. La materialidad encierra una dimensión interpretativa: es el medio para revelar que el descubrimiento del paisaje ha sido transferido a la arquitectura.

Marcelo Fiorito arquitecto, docente, FAUD-UNC DIEZ, FERNANDO (2008). “Crisis de autenticidad”. Summa Libros. / FERNANDEZ, ROBERTO (2001). ”Derivas: arquitectura en la cultura de la posurbanidad”. UNL / MONOD, JACQUES (1970). “El azar y la necesidad”. Tusquets Editores

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TERRITORIO GRANDE PROYECTO MINIMO

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Tesis / Centro de Interpretación Punta Loma

Centro de Interpretación Punta Loma / Puerto Madryn, Chubut.

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El objetivo es reinterpretar el modo de hacer un Centro de Interpretación en la Patagonia, generando una relación entre el hombre y la naturaleza, que produzca el máximo de efectos y sensaciones, promoviendo un aprendizaje creativo y generando así una conciencia social. Lo que se pretende es conservar el paisaje, y al mismo tiempo, permitir el uso racional de los recursos na-turales, generando espacios disgregados en el territorio, donde el medio ambiente sea el protagonista. El desarrollo del proyecto abarca 400 hectáreas de la Reserva Natural Punta Loma en la provincia de Chubut. Se trabajó con dos teorías: la de hábitat colectivo, creando una espacialidad controlada; el plano, punto y linea de Kandinsky considerando como puntos los dispositivos, como línea los senderos y como plano el territorio, generando una “Arquitectura Del Territorio”.

Se trabaja la materialidad como una forma de habitar, utilizando sistemas constructivos prefabricados de madera pino radiata y hormigón, generando un bajo impacto ambiental y visual, buscando la mimetización con el entorno, donde la complejidad se enfoca en el desarrollo material de la propuesta. Cada dispositivo está resuelto en base a módulos constructivos que responden a las características del material, con el fin de optimizar su uso y facilitar el montaje en la Reserva, provocando el menor impacto posible sobre el soporte. El acceso al centro se puede realizar por tierra y por mar y consiste en un recorrido peatonal en un sector del territorio, plano soporte de las acciones territoriales a las que la gente no tenía acceso. Este recorrido se organiza a través de elementos ordenadores y unificadores, los senderos / líneas, los cuales se materializan en madera u hormigón respondiendo a



Tesis / Centro de Interpretación Punta Loma

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necesidades de seguridad. A través de los senderos se van atando puntos paisajísticos estratégicos repartidos en el territorio. Estos puntos / dispositivos permiten contemplar, mirar, refugiarse y vigilar la reserva. Cada unos de estos dispositivos busca enfatizar la experiencia sensorial de lugar mediante un estudio de la materialidad y de cómo esta se relaciona con el territorio, desarrollando diferentes maneras de aproximación al mismo, dispositivos dentro -sobreapoyados, resaltando así características territoriales diversas como la planicie, los acantilados, las mesetas, etc. Uno de estos dispositivos, de mayor jerarquía, reúne y sintetiza las demás actividades, aportando otras y ampliando el programa, actuando a su vez como el corazón de la intervención. Se resuelve con la misma lógica que toda la propuesta, enfatizando el uso de energías alternativas, estudio solar y control climático mediante pieles. CON UNA INTERVENCIÓN MÍNIMA Y CUIDADA SE BUSCA RESALTAR LAS CARACTERÍSTICAS PARTICULARES DEL LUGAR, DONDE LA ARQUITECTURA Y TERRITORIO ESTÁN EN ESTRECHA RELACIÓN.

Posición frente al lugar y al territorio Conservar el paisaje es una de las premisas troncales, y al mismo tiempo permitir el uso racional de los recursos naturales, generando espacios disgregados en el territorio, donde el medio ambiente sea el protagonista.

Acciones operativas en el territorio Dispositivos (mojonamiento del territorio, puntos para mirar, contemplar, vigilar) anudados por Circuitos (líneas en el territorio, senderos peatonales de recorrido) para apreciar las Áreas de Reserva Natural (planos). A quien está dirigido En una primera instancia, a toda persona que desee conocer e investigar la naturaleza de la Patagonia. Pero sobre todo, está dirigido al público en general que desee interpretar la naturaleza de un modo diferente, a través de las sensaciones, promoviendo a su vez un turismo educativo. Dispositivos en el espacio Consta de una serie de dispositivos, de diferentes dimensiones, disgregados en el territorio, adaptandose a él, y brindando un control efectivo, ademas de servicios al visitante. Refugio viento: ofrece sectores de descanso, centro de información y refugio para el viento. Mirador cormoranes y mirador lobos: con centros de información, además de un acceso privilegiado para visualizar la fauna local. Enmarques: posee centros de información, refugio frente a las inclemencias del clima local y miradores.


Acceso: ofrece al visitante una amplia información de la reserva, además de instructivos para conocerla, y es el primer punto de control de los visitantes. Plaza mirador: ofrece sectores de descanso, centro de información, bebederos y refugio para el viento Torre de vigilancia: sirve de mirador, para visitantes y para control de guardafaunas, además de ser un refugio y centro de información. Centro de interpretacion: es el dispositivo de mayor envergadura, porque ademas de ser el más relevante por su tamaño, funciona como síntesis del recorrido de los demás dispositivos.

Fanny Rios Pizzio, Evangelina Paula Roggero y Rocio Soledad Zalazar arquitectas

Tesis de grado, arquitectura 6 A / Prof. Titular: Alejandro Cohen Arazi / Prof. asist: Marcelo Fiorito


centro cultural nómade

Un laboratorio cultural en el espacio público

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Un contenedor portuario en desuso ha sido transformado en un módulo flexible que permite múltiples acciones en el espacio público en contacto con las instituciones sociales y educativas de cada uno de los lugares por donde realiza su travesía. Un pequeño universo compacto que despliega en pocos metros cuadrados numerosas posibilidades de acción: una biblioteca, una galería de arte, un teatro y una escuela, a través del mobiliario construido especialmente con material reciclado. El Centro Cultural Nómade inició su recorrido en enero de 2011. Desde entonces desarrolla actividades artísticas y culturales para la comunidad en su trayecto por el sur de la ciudad de Buenos Aires. En su carácter de propuesta educativa, el Centro Cultural Nómade tiene el objetivo primordial de desarrollar e implementar estrategias culturales de acceso e inclusión social dirigidas a habitantes de la zona sur de la ciudad de Buenos Aires. Con la realización de este laboratorio móvil se apunta a generar lazos de relación con la comunidad del hemisferio más postergado de Ia ciudad, a encontrar en ella al escenario del aprendizaje y a producir canales de participación activa a través de

experimentaciones, talleres, cursos y otras acciones afines al perfil de cada una de las instituciones que conforman la red de trabajo, las cuales trabajan de manera enlazada en la construcción e implementación de los contenidos específicos para las diversas estaciones de la deriva propuesta para el 2011/12. Es así como la Fundación Proa, con sede en La Boca, El cheLA (Centro Hipermediático Experimental Latinoamericano) de Parque Patricios, el Centro Metropolitano de Diseño (CMD), situado en Barracas y a77 están trabajando en conjunto a través de una dinámica colaborativa de intercambios para la conformación y potenciación de los programas de actividades de toda la agenda anual. El Centro Cultural Nómade es un ensayo instrumental que aspira a prestar un aporte para una reflexión sobre los dispositivos y las instituciones culturales en el espacio público, la experimentación colectiva y el aprovechamiento creativo de los recursos mediante el diseño. Gustavo Diéguez y Lucas Gilardi arquitectos A77 (plugandlivesystem.blogspot.com)


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proyecto mínimo / Mueble Comunitario

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Celina Caporossi, Agustin Cano y Fernando Vanoli

www.mueblecomunitario.com.ar

Este proyecto fue seleccionado en el marco de la convocatoria de IDEAS PARA LA CREACIÓN DE DISEÑOS CONTRA LA POBREZA Y LA EXCLUSIÓN SOCIAL organizado en Madrid en julio del 2010 Con el objetivo de reflexionar en proyecto sobre las condiciones de los actuales refugios comunitarios para personas en estado de calle, el Ministerio de Cultura español abrió una convocatoria a proyecto a fin de

mejorar las condiciones de espacio interior y ámbitos espaciales de las denominadas Casas de Acogida. Estos espacios sociales transitorios demandan soluciones habitacionales innovadoras, que preservando los derechos a la intimidad y a la autonomía de sus ocupantes, al mismo tiempo faciliten los procesos de reintegración social que habrán de conducirles a una vida normalizada.


¿Qué es el Mueble Comunitario? # Es una interface entre los habitantes temporales de los albergues y residencias transitorios y los programas de reinserción y adecuación a la vida cotidiana. # Es un dispositivo didáctico que permite organizar actividades cotidianas programadas en el espacio, con centro en el individuo y su socializacion. # Es un mueble-soporte que contiene todos aquellos objetos, utensilios y apoyos para reorganizar la rutina cotidiana del individuo en estado de exclusión social. ¿Porqué un Mueble Comunitario? # Porque es un facilitador para que el habitante pueda asumir el desafio de organizar sus hábitos cotidianos con ayuda institucional, estableciendo reglas de convivencia en grupo. # Porque permite generar en torno al mueble programas institucionales de reinserción a la vida cotidiana, persiguiendo la autonomía del individuo. # Porque permite organizar los espacios privados de manera flexible, adaptándose a distintas situaciones espaciales, dando respuesta a la diversidad de instituciones existentes. ¿Para Quiénes? El mueble comunitario es para todas aquellas organizaciones, instituciones, ONG’s, que trabajan para y con personas en estado de exclusion social en albergues o hogares de tránsito. El habitante promedio y usuario tipificado es un adulto mayor de 35 años, monoparental con mascota, puede adaptarse a familias u otras unidades de convivencia. # Un grupo de 10 personas que se distribuyen en dos grupos de 5 personas. # Cada grupo de 5 personas integra una unidad

temporal de convivencia. # Cada unidad temporal de convivencia posee un espacio privado propio, individual y colectivo. # Cada espacio privado se organiza en torno al mueble comunitario. # Cada mueble comunitario es un soporte individual y colectivo para ordenar, facilitar y aprender, compartiendo la vida cotidiana. Objetivo El mueble comunitario tiene como objetivo organizar la vida cotidiana para conseguir afrontar las actividades diarias a partir de un grupo de convivencia; generar hábitos individuales y colectivos; adquirir de manera individual autonomías crecientes y paulatinas; construir un entorno individual en un colectivo de convivencia. Posibilita la organización espacial, funcionando como un muro útil, un límite práctico y simbólico que organiza el área privada a partir de un módulo funcional para un grupo de 5 personas. El lado A define el área privada de dormitorios y el guardado de los objetos personales. El lado B define el área privada social y las actividades sociales cotidianas del grupo. Organización en el espacio El mueble posibilita distintas configuraciones espaciales en módulos para 10 personas (dependiendo del espacio disponible), todas ellas tendientes a organizar áreas de apropiación claras entre la zona privada para dormir y el estar compartido, sin generar límites duros. Se genera de esta manera un módulo habitacional mínimo de 10 personas dividido en dos unidades menores para 5 personas en torno al mueble.

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proyecto mínimo / Mueble Comunitario

Un mueble fácil de construir Pensado para poder adaptarse a distintos contextos, necesidades y presupuestos, y facilitar la seriación, el mueble comunitario se construye con una tecnología sencilla que no requiere de una mano de obra especializada. Los componentes son fáciles de montar y desmontar y sus medidas estándares permiten combinarse con otros componentes y accesorios a modo de kits. Los materiales tienen una terminación pulida para su mejor limpieza y durabilidad. Se puso especial atención en las uniones entre piezas para permitir buenos ensambles. Todas las piezas del mueble se embalan en la caja para su transporte; esta modalidad de armado permite llegar con el mueble comunitario a distintos lugares de forma sencilla y sistematizada.

76 Módulo básico con un mueble para 5 personas


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