¿Quién no ha fantaseado inmerso en la lectura de un libro? ¿Quién no adaptado el decorado de una novela a su mundo personal? Yo también. Y yo también me he encontrado buscando una interpretación artística de las palabras escritas en las páginas de un libro; esa búsqueda no premeditada es un complemento visual a la lectura, una licencia imaginativa con la que me gusta jugar. Siempre he disfrutado transportando imágenes vividas o copiadas a mis lecturas; a veces, cuando el desenlace de la obra echa por tierra mis expectativas, reconstruyo a toda velocidad el decorado.
Con la serie LiterARTuras intento relacionar, con un pelín de ironía, un objeto con el título de un libro. Todo empezó cuando cayó en mis manos un pulsador de alarma de incendios, unos días después de haber terminado de releer Fahrenheit 451 de Ray Bradbury. A partir de ese momento se abrieron dos caminos creativos: libro busca objeto y objeto busca libro, el resultado lo tenéis en las obras que componen esta serie.