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El impacto del Sol y sus altas temperaturas en el ojo
Por: Héctor Sánchez Optómetra
Elsol es una enorme estrella que nos da luz, vida y calor, pero también es fuente de radiación ultravioleta que ha probado ser dañina para la piel y los ojos. Desde resequedad en la superficie del ojo, hasta daño en las demás estructuras oculares han sido documentadas y relacionadas a la exposición a la radiación ultravioleta. Las altas temperaturas que el mundo está experimentando, particularmente en el área del caribe y por supuesto Puerto Rico, delatan lo que ya es de conocimiento científico; aumento de la incidencia y progresión de la catarata.
Está demostrado que las altas temperaturas ambientales aumentan el esclerosamiento o endurecimiento del Cristalino del ojo, dando paso a la formación de esta enfermedad ocular que afecta al 90% de la población mayor de 65.
Entre las condiciones que se exacerban durante esta época y como consecuencia directa del impacto del sol y sus altas temperaturas, está la Pinguécula, una degeneración de la conjuntiva que se manifiesta como un área de grasa amarillenta sobre el área blanca de los ojos. El Pterigión, un tejido en crecimiento que puede llegar a penetrar más allá de los bordes de la córnea por la inflamación del tejido de la conjuntiva y que puede llegar a afectar la visión, es particularmente causado por la exposición a la radiación ultravioleta y a condiciones ambientales inhóspitas tales como el polvo del Sahara.
Largas horas bajo el sol sin una protección adecuada contra los rayos ultravioletas, pueden causar Keratitis, una inflamación de la córnea que puede ser muy molesto y causar síntomas como sensación de arenilla y hasta dolor en los ojos. La exposición a la radiación ultravioleta y como consecuencia el estrés oxidativo, aumenta el riesgo de desarrollar cataratas. Tan es así que, en poblaciones en latitudes tropicales, la incidencia de cataratas es mayor que en otras más frías o templadas.
Ahora, ¿cómo protegernos de estas condiciones desfavorables en esta época del año?
En cualquier actividad al aire libre, aunque esté nublado, use siempre gafas de sol con bloqueador de radiación ultravioleta. El uso de gotas lubricantes para los ojos y un parpadeo eficiente mantendrá la superficie del ojo limpia y lubricada y evitará la resequedad por evaporación particularmente en las personas con Disfunción de las Glándulas de Meibomio.