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Regreso a clases con dientes sanos

Por: Redacción enSalud

Anivel mundial, se estima que entre el 60% y el 90% de los niños en edad escolar y cerca del 100% de los adultos tienen caries dental, a menudo acompañada de dolor o sensación de molestia. En Estados Unidos, la caries dental es la enfermedad crónica de mayor prevalencia en la niñez, lo que representa que los estudiantes pierdan alrededor de 51 millones de horas escolares anualmente y sus padres horas de trabajo por las visitas al dentista.

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Con el propósito de garantizar el acceso a los servicios de salud oral a los niños o menores de edad en etapa escolar, se aprobó la Ley 63 del 3 de agosto de 2017. Esta última, añade el requisito del certificado de salud oral para el ingreso escolar, pero entrará en vigor en enero de 2019.

“Luego de 20 años en diálogo con Cámara y Senado, finalmente bajó la incumbencia del Gobernador Ricardo Rosselló que se aprueba y firma como Ley. Es el proyecto de salud pública más importante del país. Durante todo este tiempo estuvimos luchando, enfatizando en lo que cuesta una vista a Sala de Emergencias por una complicación por un absceso dental. Eso es un remedio, pero no cura el problema. Es importante que las personas tengan acceso al cuidado de salud oral, porque esta repercute en todos los aspectos de la salud en general”, explicó la Dra. Liselie Reyes Martínez, pasada Presidenta del Colegio de Cirujanos y Dentistas de Puerto Rico.

La Certificación de Examen Oral será requisito de matrícula para los grados de kindergarten, segundo, cuarto, sexto, octavo y décimo en las escuelas de Puerto Rico e incluye examen, limpieza y fluoruro. Además, provee un espacio donde el profesional de la salud oral indicará si el menor requiere tratamiento adicional o el establecido de rutina.

“Yo estoy bien feliz, porque lo luché junto a otros colegas; como Dr. Joglar y Dr. Hernández. No fue sencillo, pero se logró. La evaluación está cubierta en los planes médicos. Yo, en mi oficina, he estado orientando a los padres desde que se aprobó la ley”, mencionó Reyes Martínez en cuanto a la aprobación de la Ley.

“Una pobre salud oral afecta la fonética, la lectura, la autoestima y la alimentación, en caso de que se pierdan piezas dentales a temprana edad. Además, eso crea problemas de oclusión y afecta el crecimiento del diente permanente, ya que el diente deciduo (leche) le sirve de guía”, agregó.

Otras repercusiones que puede tener la pobre higiene oral en la salud son:

• Problemas Digestivos: un niño que no pueda masticar correctamente no puede digerir adecuadamente.

• Autoestima: dado a los problemas fonéticos y de oclusión la parte emocional del niño se ve afectada.

• Infecciones: una infección no atendida a tiempo puede contaminar la sangre y costarle la vida.

• Embarazos de alto riesgo: se ha encontrado que las enfermedades de salud oral duplican el riesgo de un parto prematuro.

“A todos mis pacientes, y de Puerto Rico en general, que piensen un poco en que la salud hay que preservarla. No esperemos a no tenerla, para quererla. Tenemos que luchar para que nuestros niños y envejecientes tengan salud. La prevención es importante, las visitas al dentista cada seis meses, el uso del hilo dental y enjuagador, evitar los alimentos azucarados y ácidos. Unos dientes sanos son el inicio para gozar de una salud óptima”, abundó la Dra. Liselie Reyes Martínez.

Como parte de lo que fue su término como presidenta; la Dra. Reyes, expresó sentirse satisfecha. “Fui la quinta mujer, en 76 años, en ocupar la posición. Es una forma de aportar a la profesión, fueron 4 años que le dedique al Colegio y tengo mucha satisfacción. Un año difícil por el paso el Huracán María, pero logramos aprobar el proyecto. Realizamos visitas de orientación a los pacientes. Durante el huracán apoyamos a nuestros colegiados que sufrieron pérdidas por el huracán. Fue gratificante, pero me hubiese gustado hacer más. Aun pertenezco a la Junta Directiva y seguimos luchando para que nuestros colegiados tenga una mejor calidad. Muy feliz de haber sido presidenta”, concluyó.

Referencias: 1http://www.who.int/ mediacentre/factsheets/fs318/es/

Cada persona es un mundo; cada persona tiene distinta personalidad, habilidades y hasta diversas inteligencias. Hay algunas que tienen habilidades para la escritura, las artes, el análisis crítico, el resolver problemas y las matemáticas. Esta última es una de las más complicadas; los proceso matemáticos, hasta los más sencillos, como lo es la suma y la resta, se pueden convertir en la pesadilla de algunas personas.

La discalculia es un trastorno del aprendizaje en donde se afecta el modo en que los niños aprenden las matemáticas. Un niño que enfrente este diagnóstico puede tener un buen desempeño en otras materias como lo son el inglés o la historia y tener dificultades en la clase de matemáticas. A veces para estos niños procesos matemáticos sencillos logran ser una verdadera pesadilla; provocando altos niveles de ansiedad, depresión, desasosiego y otros sentimientos difíciles en la corriente académica. (childmindinstitute.org)

Estos síntomas suelen aparecer durante la infancia, en especial cuando los pequeños comienzan a realizar procesos matemáticos en las escuelas. Las edades en donde se puede ver este desorden es cuando los niños tienen de 6 a 9 años. Aunque en ocasiones este problema se puede encontrar en adultos; la mayor parte del tiempo nunca se enteraron de que lo padecían. (clevelandclinic.org)

Para entender este desorden hay que analizar que las personas que lo padecen tienen un sistema neurológico diverso. Esto significa que el sistema cerebral se desarrolla de una forma única. Muchas personas podrían ver una suma de 4+4=, como algo muy sencillo, sin embargo, para una persona que padece de discalculia podría ser todo un reto.

Algunos de los síntomas de la condición traen problemas con:

• Contar hacia arriba

• Conectar un número con la cantidad de un objeto

• Reconocer números y símbolos matemáticos

• Organizar números, como de mayor a menor o del primero al último

• Dificultad para aprender a utilizar el dinero o contarlo

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