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TEMPORADA DE HURACANES 2023
Por: Dayanne M. Rivera Mercado Redacción enSalud
Comenzó la temporada de huracanes en el Atlántico y hay mucha preocupación y expectativa de los ciclones tropicales que puedan dar paso por el Caribe. Cabe destacar que la temporada de huracanes en la cuenca del Atlántico abarca desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre. Durante este período, la región del Caribe, incluyendo Puerto Rico, está más propensa a experimentar el paso de tormentas tropicales y huracanes. Aunque no se puede precisar qué le depara a los países de la región durante esta temporada, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), este año se espera una actividad ciclónica promedio.
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¿Cómo afecta el cambio climático a la temporada de huracanes?
Se le conoce como cambio climático a la variación global del clima de la Tierra. Según el director del Servicio Nacional de Meteorología en San Juan, Ernesto Rodríguez Fernández, “esto ocurre cuando se calientan ciertas porciones del área, más rápido que otras y eso hace que cambie el clima”. Además, aclaró que el clima no es las condiciones del tiempo; “más bien es la estadística, es lo que promedia o es normal para una región”.
Aunque la relación exacta que puede tener el cambio climático con la temporada de huracanes, aún se está estudiando, hay evidencias de varios impactos que podrían tener efecto en la intensidad y frecuencia de estos ciclones tropicales. Un aspecto clave es el aumento de la temperatura del agua. Rodríguez comenta que al aumentar las temperaturas de los océanos, los huracanes intensos pueden ser más frecuentes, y con esto hace referencia a los huracanes categoría 3 o más. También, estas temperaturas más cálidas proporcionan una rápida intensificación de estos fenómenos.
Por otra parte, debemos hablar del aumento en los niveles del mar. El cambio climático también está relacionado con el aumento del nivel del mar debido al derretimiento de los glaciares y la expansión térmica del agua. Esto puede exacerbar el impacto de los huracanes, ya que las marejadas ciclónicas o la inundación costera asociada con ellos pueden penetrar más tierra adentro y causar inundaciones más intensas y destructivas. “Las áreas que no veíamos que se inundaran debido a marejadas, vamos a ver que sí y esto acelera el proceso de erosión” añadió Rodríguez.
El fenómeno del Niño y su efecto en el Caribe
El fenómeno del Niño, conocido como El Niño-Southern
Oscillation (ENSO) en su forma completa, es un fenómeno climático que se produce en el Pacífico tropical y tiene influencia en los patrones climáticos globales. Cuando se presenta esta fase, hay una correlación directa porque “cuando tenemos el Niño en el Pacífico, esto ayuda a crear un ambiente hostil para el desarrollo de actividad ciclónica a través del Atlántico”, expresó Rodríguez.
Aunque este fenómeno se origina relativamente lejos de esta región, hay un cambio en el patrón de los vientos. Generalmente, durante el Niño se producen unos vientos fuertes y cortantes. “Es por eso que el Niño se asocia con poca actividad ciclónica.” Rodríguez expone que debido a esto, cada sistema que sale de África con potencial de desarrollo, no encuentra un ambiente favorable y se desintegra.
No obstante, aunque este panorama luzca positivo para la temporada de huracanes en el Atlántico hay otros aspectos del Niño que pueden tener efectos indirectos en esta área. Según el meteorólogo “cuando el Niño se alarga y se vuelve tan fuerte como se espera este año, debemos comenzar a pensar en el problema de la sequía”.
Si no hay sistemas ciclónicos desarrollándose, se produce un déficit de lluvias, que es acumulativo. Aunque en Puerto Rico los niveles de embalses, por el momento, se encuentran en buenas condiciones por las lluvias presentadas en los pasados meses; “si se extiende el Niño, el año que viene pudiéramos estar hablando de sequías drásticas”, conclyó Rodríguez.