El libro "Cartas de un diablo a su sobrino" se había publicado en 1942, la revista TIMES dedicaba a C.S. Lewis una de sus portadas en 1947 y el gigante 20th Century Fox compraba los derechos para hacer la película en la década de 1950. Esa idea de dos graciosos demonios haciéndole la vida imposible a un creyente, que tienen las dos obras en común, estaba de rabiosa actualidad en 1961.